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| Un tipo odioso (Nick y tu) HOT | |
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+7VaLeexD Sra. Laura Jonas BETTY DE JONAS nikatiikaa!! nanyy_27 Lady_Sara_JB AlexandraNJ 11 participantes | |
Autor | Mensaje |
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VaLeexD Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 330 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/04/2012
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 10th 2013, 16:29 | |
| Woow jejejej muuuy padrees los caps
siiguelaaa | |
| | | Ivethzitha Forista!
Cantidad de envíos : 51 Edad : 29 Localización : Donde mi mente me lleve Fecha de inscripción : 31/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 10th 2013, 18:55 | |
| wa ya siguela que esta muy buena
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| | | Sra. Laura Jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1308 Edad : 30 Localización : in paris with my husband nick jonas and my 2 sons cindy magali and edward taylor Fecha de inscripción : 07/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 10th 2013, 19:34 | |
| siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela | |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 10th 2013, 20:17 | |
| OH POR FAVOR!!!! Ya quiero saber qué es lo que pasará cuando regresen... Me da tristeza que se haya acabado su viaje tan mágico... Y tengan que regresar a la realidad... Espero que la realidad cambie por que no me gustaría que volvieran a ser los mismos que eran antes de ese viaje.... Por favor siguela si???? | |
| | | Sra. Laura Jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1308 Edad : 30 Localización : in paris with my husband nick jonas and my 2 sons cindy magali and edward taylor Fecha de inscripción : 07/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 10th 2013, 21:06 | |
| siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela | |
| | | AlexandraNJ Forista!
Cantidad de envíos : 74 Edad : 29 Localización : Lima - Perú Fecha de inscripción : 19/07/2013
| Tema: Un tipo odioso Septiembre 12th 2013, 10:52 | |
| La habitación de al lado se veía extrañamente inmaculada, incluso para una cadena de hoteles de categoría.
No necesité mucho tiempo para hacer la maleta y menos para ducharme y vestirme. Pero algo evitó que volviera a la habitación de ___ tan pronto. Era como si ella necesitara un poco de tiempo allí a solas para librar la batalla silenciosa que se estuviera produciendo en su interior.
Para mí era obvio que ella estaba atravesando un conflicto, pero ¿hacia dónde se decantaría al final? ¿Decidiría que quería intentarlo? ¿O decidiría que no era posible encontrar un equilibrio entre el trabajo y nosotros?
Cuando mi impaciencia superó a mi caballerosidad, saqué mi maleta al pasillo y llamé a su puerta.
Ella la abrió vestida como una pin up caracterizada de mujer de negocios traviesa y me llevó un siglo subir desde sus piernas hasta sus pechos y por fin a su cara.
—Hola, preciosa.
Ella me dedicó una sonrisa tímida.
—Hola.
—¿Lista? —pregunté pasando a su lado para coger su maleta.
La manga de mi chaqueta le rozó el brazo desnudo y antes de que pudiera entender del todo lo que estaba pasando, ella me había agarrado la corbata y se la había enredado en el puño.
Un segundo después tenía la espalda contra la pared y su boca sobre la mía.
Me quedé helado por la sorpresa.
—Vaya, menudo saludo —murmuré contra sus labios.
Con una mano sobre mi pecho, empezó a soltarme la corbata y gimió dentro de mi boca cuando sintió que mi miembro empezaba a crecer contra su cuerpo.
Sus hábiles dedos me sacaron la corbata del cuello de la camisa y después la tiraron al suelo antes de que pudiera siquiera recordar que teníamos que coger un vuelo.
—___ —dije esforzándome por apartarme de ella y de sus besos—. Cielo, no tenemos tiempo para esto.
—No me importa. —Ella no era más que dientes y labios, lametones por todo mi cuello, manos ávidas soltándome el cinturón y cogiendo mi sexo.
Solté una maldición entre dientes, completamente incapaz de resistirme a la forma en que me agarraba a través de los pantalones ni a su forma exigente de apartarme y quitarme la ropa.
—Joder, ___, has perdido la cabeza, estás salvaje.
La giré y ahora fue su espalda la que estaba contra la pared. Le metí la mano debajo de la blusa y le aparté a un lado sin miramientos una copa del sujetador.
Su necesidad era contagiosa y mis dedos recibieron encantados el endurecimiento de sus pezones y la curva firme de su pecho que ella apretaba contra mi palma.
Bajé la mano y le subí la falda hasta la cadera, le bajé la ropa interior que ella apartó a un lado con el pie y la levanté del suelo.
Necesitaba estar dentro de ella en ese preciso instante.
—Dime que me deseas —me dijo. Las palabras salían a la vez que sus exhalaciones y eran prácticamente solo aire.
Estaba temblando y tenía los ojos fuertemente cerrados.
—No tienes ni idea. Quiero todo lo que me quieras dar.
—Dime que podemos hacer esto.
Me bajó los pantalones y los calzoncillos por debajo de las rodillas y me rodeó la cintura con las piernas a la vez que me clavaba el tacón del zapato en el trasero.
Cuando mi miembro se deslizó contra ella, entrando solo un poco, le cubrí la boca porque dejó escapar una especie de lamento, casi un gemido.
O un sollozo.
Me aparté para mirarle la cara. Tenía lágrimas cayéndole por las mejillas.
—¿___?
—No pares —me dijo con un hipo, inclinándose para besarme el cuello.
Escondiéndose. Intentó meter una mano entre los dos para cogerme. Era una extraña forma de desesperación. Ambos habíamos probado los polvos frenéticos y rápidos escondidos en alguna parte, pero esto era algo completamente diferente.
—Para. —La empujé, incrustándola contra la pared—. Cariño, ¿qué estás haciendo?
Por fin abrió los ojos, fijos en el cuello de mi camisa. Me soltó un botón y después otro.
—Solo necesito sentirte una vez más.
—¿Qué quieres decir con «una vez más»?
Ella no me miró ni dijo nada más.
—___, cuando salgamos de esta habitación podemos dejarlo todo aquí. O podemos llevarnos todo lo que hay con nosotros. Creo que podemos arreglárnoslas... Pero ¿tú también lo crees?
Ella asintió mordiéndose el labio con tanta fuerza que ya lo tenía blanco.
Cuando lo soltó, se volvió de un rojo tentador y decadente.
—Eso es lo que quiero.
—Te lo he dicho, quiero más de esto. Quiero estar contigo. Quiero ser tu amante —le juré mientras me pasaba las manos por el pelo—. Me estoy enamorando de ti, ___.
Ella se inclinó, riendo, y el alivio se sintió en todo su cuerpo. Cuando se puso de pie, me acercó otra vez y apretó los labios contra mi mejilla.
—¿Lo dices en serio?
—Totalmente en serio. Quiero ser el único tío que te folla contra las ventanas y también la primera persona que veas por la mañana a tu lado... después de haberme robado la almohada. También me gustaría ser la persona que te traiga a ti polos de lima cuando hayas comido sushi en mal estado. Solo nos quedan unos meses en los que esto puede ser potencialmente complicado.
Con mi boca sobre la suya y las manos agarrándole la cara, creo que por fin empezó a entender.
—Prométeme que me llevarás a la cama cuando volvamos —me dijo.
—Te lo prometo.
—A tu cama.
—Joder, sí, a mi cama. Tengo una cama enorme con un cabecero al que puedo atarte y azotarte por ser tan idiota.
Y en ese momento los dos éramos totalmente perfectos.
En el pasillo, le di un beso final en la palma, dejé caer su mano y abrí la marcha hacia el vestíbulo.
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| | | Lady_Sara_JB Casada Con
Cantidad de envíos : 1582 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 24/03/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 12th 2013, 13:22 | |
| gracias!!!! ya aceptaron q esten juntos siiii!!! siguela | |
| | | VaLeexD Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 330 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/04/2012
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 12th 2013, 13:50 | |
| ooooh quee boonitooo xD
siigueelaa | |
| | | Sra. Laura Jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1308 Edad : 30 Localización : in paris with my husband nick jonas and my 2 sons cindy magali and edward taylor Fecha de inscripción : 07/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 12th 2013, 16:32 | |
| aaaaaaaah que hermoso el cap esta bonito siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela | |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 12th 2013, 19:28 | |
| OWWWWWW!!!! Me encantó la parte en la que Nick le dice que se está enamorando de ella.... Se me hizo tan tierno y tan raro en él... Pero después de todo _______ es especial para él.... También me encantó la parte en la que _______ lo ataca de manera salvaje... El sueño echo realidad para todos los hombres cierto???? Por favor tienes que seguirla!!!! | |
| | | Sra. Laura Jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1308 Edad : 30 Localización : in paris with my husband nick jonas and my 2 sons cindy magali and edward taylor Fecha de inscripción : 07/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 13th 2013, 15:03 | |
| siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela | |
| | | AlexandraNJ Forista!
Cantidad de envíos : 74 Edad : 29 Localización : Lima - Perú Fecha de inscripción : 19/07/2013
| Tema: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 13th 2013, 18:17 | |
| Nick fue al coche mientras yo me quedaba en la recepción dejando las llaves de las habitaciones. Con una última mirada al vestíbulo, intenté recordar todo lo que había pasado en aquel viaje.
Cuando salí y vi a Nick al lado del botones, mi corazón empezó a latir como un loco bajo mis costillas.
Todo me daba vueltas todavía. Me di cuenta de que me había dado muchas oportunidades de decirle lo que quería y yo había estado demasiado insegura de si podíamos hacer que funcionara.
Aparentemente él era más fuerte que yo.
Me estoy enamorando de ti.
Se me retorció el estómago deliciosamente.
El señor Gugliotti vio a Nick desde la acera y se acercó. Se estrecharon las manos y parecieron intercambiar comentarios corteses. Quería acercarme y unirme a la conversación como una más, pero me preocupaba no poder contener lo que estaba ocurriendo en ese momento en mi corazón y que mis sentimientos por Nick se vieran en mi cara.
El señor Gugliotti me miró, pero no pareció reconocerme fuera de contexto. Volvió a mirar a Nick y asintió ante algo que había dicho. Esa falta de reconocimiento me hizo dudar aún más.
Todavía no era alguien en quien se fijara la gente. Tenía en las manos los papeles del hotel, la lista de cosas por hacer de Nick y su maletín.
Me quedé algo alejada: solo una becaria.
Haciendo tiempo, intenté disfrutar de los últimos momentos de brisa del mar. La voz profunda de Nick me llegaba desde la distancia que nos separaba.
—Parece que entre todos sacaron unas cuantas buenas ideas. Me alegro de que ___ tuviera la oportunidad de participar en el ejercicio.
El señor Gugliotti asintió y dijo:
—___ es inteligente. Todo fue bien.
—Estoy seguro de que podemos ponernos en contacto a través de videoconferencia pronto para empezar el proceso de traspaso de la cuenta.
"¿Ejercicio? ¿Empezar?" Pero ¿no es eso lo que he hecho ya?
Le di a Gugliotti unos documentos legales para que los firmara y los enviara de vuelta por mensajería...
—Suena bien. Le pediré a Annie que te llame para arreglarlo. Me gustaría repasar los términos contigo. No estoy cómodo teniendo que firmarlos ahora.
—Claro, es normal.
El corazón se me aceleró cuando una espiral de pánico y humillación recorrió mis venas. Era como si la reunión que habíamos tenido no hubiera sido más que una mera representación para mí y que el trabajo de verdad se llevaría a cabo entre esos dos hombres cuando volvieran al mundo real.
¿Es que todo el congreso ha sido una enorme fantasía?
Me sentí ridícula al recordar los detalles que había compartido con Nick. Qué orgullosa había estado de hacer eso por él y ocuparme de ello mientras él estaba enfermo...
—Henry me dijo que ___ tiene una beca Miller. Es fantástico. ¿Se va a quedar en Jonas Media cuando la termine? —preguntó Gugliotti.
—No lo sé con seguridad todavía. Es una niña increíble. Pero todavía le falta un poco de rodaje.
Me quedé sin aliento de repente, como si me hubieran encerrado en un vacío.
Nick tenía que estar de broma. Yo sabía sin necesidad de que Kevin me lo dijera (y me lo había dicho infinidad de veces) que tendría trabajos para elegir cuando terminara.
Llevaba años trabajando en Jonas Media, dejándome los cuernos para sacar adelante mi trabajo y mi licenciatura. Conocía algunas cuentas mejor que la gente que las llevaba. Y Nick lo sabía.
Gugliotti rió.
—Le falte rodaje o no, yo la contrataría sin pensarlo. Mantuvo muy bien el tipo en la reunión, Nick.
—Claro que sí —dijo Nick—. ¿Quién te crees que la ha formado? La reunión contigo fue una buena forma de que entrara un poco en materia, por eso te lo agradezco. No dudo de que le irá estupendamente acabe donde acabe. Eso sí, cuando esté lista.
No parecía otra cosa que el Nick Jonas que conocía.
No era el amante que había dejado unos minutos atrás, agradecido y orgulloso de mí por haber sido capaz de dar la cara por él de forma tan competente. Este ni siquiera era el tipo odioso que solo hacía alabanzas a regañadientes.
Este era otra persona. Alguien que me llamaba niña y que actuaba como si él me hubiera hecho un favor a mí.
¿Rodaje?
¿Acaso lo había hecho solo bien?
¿Él había sido mi mentor? ¿En qué universo?
Me quedé mirando los zapatos de la gente que pasaba delante de mí mientras entraban y salían por las puertas giratorias.
¿Por qué me parecía que se me había caído el alma a los pies dejando nada más que un agujero lleno de ácido?
Llevaba en el mundo de los negocios el tiempo suficiente para saber cómo funcionaba. La gente que estaba arriba no había llegado allí compartiendo sus logros. Habían llegado gracias a hacer grandes promesas, reclamar para sí grandes cosas y alimentar unos egos todavía más grandes.
En mis primeros seis meses en Jonas Media conseguí una cuenta de marketing de sesenta millones de dólares. He gestionado la cartera de cien millones de dólares de L’Oréal. He diseñado la última campaña de Nike. Y convertí un ratón de campo en un tiburón de los negocios.
Siempre había sentido que me alababa contra su voluntad, y había algo satisfactorio en demostrar que no tenía razón, en superar sus expectativas aunque solo fuera para fastidiarlo.
Pero ahora que habíamos admitido que nuestros sentimientos se habían convertido en algo más, él quería reescribir la historia. Él no había sido un mentor para mí; yo no había necesitado que lo fuera.
Él no me había empujado hacia el éxito; si algo había hecho antes de este viaje era ponerse en mi camino. Había intentado que dimitiera siendo todo el tiempo un cabrón.
Y lo había dado todo por él a pesar de ello. Y ahora estaba arrastrando mis logros por el fango solo para salvar la cara por no haber asistido a una reunión.
Mi corazón se rompió en mil pedazos.
—¿___?
Levanté la vista y me encontré con su expresión confundida.
—El coche está listo. Creía que habíamos quedado en encontrarnos fuera.
Parpadeé y me limpié los ojos como si tuviera algo dentro y no como si estuviera a punto de caerme redonda allí mismo, en el vestíbulo del hotel Wynn.
—Es verdad. —Cogí las cosas y lo miré—. Se me había olvidado.
chicas la nove ya llega a su fin estoy pensando en adaptar otra | |
| | | Lady_Sara_JB Casada Con
Cantidad de envíos : 1582 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 24/03/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 13th 2013, 18:34 | |
| bueno lo primero aunq no conozco mucho esto de los negocios entiendo esto pero ahora q piensa hacer nick? lo segundo q mal q ya termine pero a ver en q termina esto y lo tercero si!! sube otra y pon el link ahi me pasare siguela | |
| | | AlexandraNJ Forista!
Cantidad de envíos : 74 Edad : 29 Localización : Lima - Perú Fecha de inscripción : 19/07/2013
| Tema: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 13th 2013, 19:02 | |
| De todas las mentiras que le había dicho, esa era la peor porque él la notó inmediatamente. Y por la forma en que unió las cejas y se acercó, con la mirada ansiosa e inquisitiva, no tenía ni idea de por qué yo sentía que tenía que mentirle sobre algo como eso.
—¿Estás bien, cariño?
Parpadeé de nuevo. Me había encantado cuando me había llamado eso mismo veinte minutos antes, pero ahora no parecía estar bien.
—Solo cansada.
También supo que estaba mintiendo, pero esta vez no me preguntó nada.
Me puso la mano en la parte baja de la espalda y me llevó hasta el coche.
CAPITULO 19
Sabía que las mujeres se pueden poner de mal humor de repente.
Conocía unas cuantas que se veían enfrascadas en pensamientos y situaciones imaginarias y con un solo «qué pasaría si...» se remontaban desde treinta mil años atrás hasta el futuro y se enfadaban por algo que asumían que ibas a hacer tres días después.
Pero no me parecía que eso fuera lo que estaba pasando con ___ y de todas formas ella nunca había sido ese tipo de mujer. La había visto furiosa antes.
Demonios, de hecho había visto todos los estados de enfado que tenía: molesta, iracunda, detestable y cercana a la violencia.
Pero nunca la había visto dolida.
Se enterró en una montaña de documentos en el corto viaje hasta el aeropuerto.
Se excusó para llamar a su padre y ver cómo estaba mientras esperábamos en la puerta.
En el avión se durmió en cuanto llegamos a nuestros asientos, ignorando mis ingeniosas peticiones de que entráramos en el club de los que han follado a más de mil metros. Abrió los ojos el tiempo justo para rechazar la comida, aunque yo sabía que no había desayunado nada. Cuando se despertó por fin empezábamos a descender y se puso a mirar por la ventanilla en vez de mirarme a mí.
—¿Me vas a decir qué ocurre?
Tardó mucho en contestarme y mi corazón empezó a acelerarse. Intenté pensar en todos los momentos en que podía haberlo fastidiado todo. Sexo con ___ en la cama. Más sexo con ___. Orgasmos para ___. Había tenido muchos orgasmos, para ser sinceros. No creía que fuera eso. Despertarnos, ducha, profesarle mi amor básicamente.
El vestíbulo del hotel, Gugliotti, aeropuerto.
Me detuve. La conversación con Gugliotti me había hecho sentir muy falso. No estaba seguro de por qué había actuado como un capullo posesivo, pero no podía negar que ___ tenía ese efecto en mí. Había estado increíble en la reunión, lo sabía, pero no tenía ni la más mínima intención de dejar que ella bajara un escalón y acabara trabajando para un hombre como Gugliotti cuando acabara su máster.
Él seguramente la trataría como a un trozo de carne y se pasaría el día mirándole el trasero.
—Oí lo que dijiste. —Lo dijo en voz tan baja que necesité un momento para registrar que había dicho algo y otro más para procesarlo. Se me cayó el alma a lo pies.
—¿Lo que dije cuándo?
Ella sonrió y se volvió, por fin, para mirarme.
—A Gugliotti. —Joder, estaba llorando.
—Sé que he sonado posesivo. Lo siento.
—Que has sonado posesivo... —murmuró volviéndose otra vez hacia la ventanilla—. Has sonado desdeñoso... ¡Me has hecho parecer infantil! Has actuado como si la reunión fuera un ejercicio de formación. Me he sentido ridícula por cómo te la describí ayer, pensando que era algo más.
Le puse la mano en el brazo y me reí un poco.
—Los hombres como Gugliotti tienen un ego muy grande. Necesita sentir que los ejecutivos los escuchan. Hiciste todo lo que hacía falta. Él solo quería que yo fuera el que le pasara el contrato oficial.
—Pero eso es absurdo. Y tú lo has alentado, utilizándome a mí como peón.
Parpadeé confuso. Yo había hecho exactamente lo que había dicho. Pero así se jugaba el juego, ¿no?
—Eres mi asistente.
Una breve carcajada escapó de sus labios y se volvió hacia mí otra vez.
—Claro. Porque tú te has preocupado todo este tiempo de cómo ha progresado mi carrera.
—Claro que lo he hecho.
—¿Cómo puedes saber que necesito rodaje? Apenas te fijaste en mi trabajo antes de ayer.
—Eso es totalmente falso —dije y negué con la cabeza. Estaba empezando a irritarme—. Lo sé porque he estado observando TODO lo que has hecho. No quiero ejercer presión sobre ti para que hagas más de lo que puedes hacer ahora, y por eso estoy manteniendo el control sobre la cuenta de Gugliotti. Pero lo hiciste muy bien y estoy muy orgulloso de ti.
Ella cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el asiento.
—Me has llamado niña.
—¿Ah, sí? —Busqué en mi memoria y me di cuenta de que tenía razón—.Supongo que no quería que te viera como la mujer de negocios explosiva que eres e intentara contratarte y tirársete.
—Dios, Nick. Eres tan imbécil... ¡Tal vez quiera contratarme porque puedo hacer bien el trabajo!
—Discúlpame. Estoy actuando como un novio posesivo.
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| | | Ivethzitha Forista!
Cantidad de envíos : 51 Edad : 29 Localización : Donde mi mente me lleve Fecha de inscripción : 31/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 13th 2013, 20:10 | |
| Que como que ya casi termina | |
| | | Sra. Laura Jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1308 Edad : 30 Localización : in paris with my husband nick jonas and my 2 sons cindy magali and edward taylor Fecha de inscripción : 07/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 13th 2013, 20:39 | |
| aaaaaaaaaaaaaaaah noooooooooooooooooooo por favor no la termines enserio me encanto la nove enserio no no siguela siguela siguela siguela | |
| | | AlexandraNJ Forista!
Cantidad de envíos : 74 Edad : 29 Localización : Lima - Perú Fecha de inscripción : 19/07/2013
| Tema: Un tipo odioso Septiembre 16th 2013, 10:11 | |
| —Eso del "novio posesivo" no es nuevo para mí. Es que has actuado como si me hubieras hecho un favor. Es lo condescendiente que has sido. Y no estoy segura de que ahora sea el mejor momento para entrar en la interacción típica de jefe y asistente.
—Te he dicho que creo que lo hiciste fantásticamente con él.
Ella se me quedó mirando mientras empezaba a ponerse roja.
—No deberías haber dicho eso en primer lugar. Deberías haber dicho: Bien. Vamos a volver al trabajo. Y ya está. Y con Gugliotti actuaste como si me tuvieras bajo tu ala. Antes de esto habrías fingido que apenas me conocías.
—¿De verdad tenemos que hablar de por qué era un tonto antes? Tú tampoco eras la persona más dulce del mundo. ¿Y por qué lo vamos a sacar a relucir ahora precisamente?
—No estoy hablando de que tú fueras un tonto antes. Estoy hablando de cómo eres ahora. Estás intentando compensarme. Por eso exactamente es por lo que no hay que tirarse al jefe. Eras un buen jefe antes: me dejabas hacer mi trabajo y tú hacías el tuyo. Ahora eres el mentor preocupado que me llama "niña" mientras habla con el hombre ante el que le he salvado el culo. Es increíble.
—___...
—Puedo tratar contigo cuando eres un cabrón tremendo, Nick. Estoy acostumbrada, es lo que espero de ti. Así es cómo funcionan las cosas. Porque aparte de todos los resoplidos y portazos, sé que me respetas. Pero el modo en que te has comportado hoy... eso establece una línea que no había antes. —Negó con la cabeza y volvió a mirar por la ventana.
—Creo que estás exagerando.
—Tal vez —dijo agachándose para sacar el teléfono de su bolso—. Pero me he dejado los cuernos para llegar donde estoy ahora... ¿Y qué estoy haciendo arriesgándolo?
—Podemos hacer las dos cosas, ___. Durante unos pocos meses, podemos trabajar y estar juntos. Esto, lo que está pasando hoy, se llama miedo a pasar de nivel.
—No estoy segura —dijo parpadeando y mirando más allá de mí—. Estoy intentando hacer lo más inteligente, Nick. Nunca antes había cuestionado mi valía, ni cuando creía que tú sí lo hacías. Y entonces, cuando creía que veías exactamente quién era, me has menospreciado así... —Levantó la vista con los ojos llenos de dolor—. Supongo que no quiero empezar a cuestionarme ahora, después de todo lo que he trabajado.
El avión aterrizó con una sacudida, pero eso no me sobresaltó tanto como lo que ella acababa de decir.
Había tenido discusiones con los presidentes de algunos de los departamentos financieros más grandes del mundo. Me había metido en el bolsillo a ejecutivos que creían que podían machacarme. Podía pelear con esta mujer hasta que terminara el mundo y solo me sentiría más hombre con cada palabra.
Pero justo en ese momento no fui capaz de encontrar nada que decirle.
Decir que no pude dormir esa noche sería poco. Apenas pude siquiera tumbarme. Todas las superficies planas parecían tener su forma y eso que ella nunca había estado en mi casa. El mero hecho de que hubiéramos hablado de ello y que hubiera planeado que ella viniera a mi casa la primera noche nada más volver, hacía que su fantasma pareciera estar allí permanentemente.
La llamé y no me cogió el teléfono. Cierto que eran las tres de la mañana, pero yo sabía que ella tampoco estaba durmiendo. Su silencio se vio empeorado por el hecho de que sabía cómo se sentía. Sabía que estaba tan metida en aquello como yo, pero ella pensaba que no debería.
No veía el momento de que llegara el día siguiente.
Entré a las seis, antes de que ella llegara. Nos traje café a los dos y actualicé mi agenda para ahorrarle un poco de tiempo que pudiera utilizar para ponerse al día después de haber estado fuera. Envié por fax el contrato a Gugliotti diciéndole que la versión que vio en San Diego era la versión final y que lo que ___ le dijo era lo que valía. Le di dos días para devolverlos firmados.
Y después me puse a esperar.
A las ocho mi padre entró en el despacho y Joe cerró la puerta detrás de él.
Mi padre fruncía el ceño a menudo, pero muy pocas veces cuando me miraba a mí. Y Joe nunca parecía molesto. Pero ahora mismo los dos parecían tener ganas de asesinarme.
—¿Qué has hecho? —Mi padre dejó caer una hoja de papel sobre mi mesa.
La sangre se me heló en las venas.
—¿Qué es eso?
—Es la carta de dimisión de ___. Me la ha mandado a través de Sara esta mañana.
Pasó un minuto entero antes de que pudiera hablar. En ese tiempo lo único que se oyó fue la voz de mi hermano diciendo:
—Nick, imbécil, ¿qué ha pasado?
—La he fastidiado —dije finalmente apretándome las manos contra los ojos.
Mi padre se sentó con la cara seria. Estaba sentado en la misma silla en la que, menos de un mes antes, se había sentado ___ con las piernas abiertas y se había tocado mientras yo intentaba mantener la compostura por teléfono.
Dios, ¿cómo he dejado que pase esto?
—Dime qué ha ocurrido —mi padre habló en voz muy baja: un período de calma entre dos terremotos.
Me aflojé la corbata porque me estaba agobiando por la presión que sentía en el pecho.
___ me ha dejado.
—Estamos juntos. O estábamos.
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| | | Lady_Sara_JB Casada Con
Cantidad de envíos : 1582 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 24/03/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 16th 2013, 10:56 | |
| demonios ya solto la bomba nick siguela como lo tomaran :S | |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 16th 2013, 17:20 | |
| OH POR DIOS!!!!!! OH POR DIOS!!!!! No puedo creer lo que hizo Nick!!!! Qué horrible que haya menospreciado a _______ de esa manera.... Y ahora ella no quiere saber nada de él... Por favor dime que tendrá solución esto y que terminarán juntos!!!!!!! SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! | |
| | | Sra. Laura Jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1308 Edad : 30 Localización : in paris with my husband nick jonas and my 2 sons cindy magali and edward taylor Fecha de inscripción : 07/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 17th 2013, 14:59 | |
| siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela | |
| | | Ivethzitha Forista!
Cantidad de envíos : 51 Edad : 29 Localización : Donde mi mente me lleve Fecha de inscripción : 31/01/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 17th 2013, 17:15 | |
| Queeeee por que la dejas a si
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| | | AlexandraNJ Forista!
Cantidad de envíos : 74 Edad : 29 Localización : Lima - Perú Fecha de inscripción : 19/07/2013
| Tema: Un tipo odioso Septiembre 17th 2013, 17:35 | |
| Pasó un minuto entero antes de que pudiera hablar. En ese tiempo lo único que se oyó fue la voz de mi hermano diciendo:
—Nick, imbécil, ¿qué ha pasado?
—La he fastidiado —dije finalmente apretándome las manos contra los ojos.
Mi padre se sentó con la cara seria. Estaba sentado en la misma silla en la que, menos de un mes antes, se había sentado ___ con las piernas abiertas y se había tocado mientras yo intentaba mantener la compostura por teléfono.
Dios, ¿cómo he dejado que pase esto?
—Dime qué ha ocurrido —mi padre habló en voz muy baja: un período de calma entre dos terremotos.
Me aflojé la corbata porque me estaba agobiando por la presión que sentía en el pecho.
___ me ha dejado.
—Estamos juntos. O estábamos.
Joe gritó:
—¡Lo sabía!
A la vez que mi padre gritaba:
—¿Que vosotros qué?
—No lo estábamos hasta San Diego —les aclaré rápidamente—. Antes de San Diego solo estábamos...
—¿Follando? —intentó ayudarme graciosamente Joe y recibió una mirada reprobatoria de mi padre.
—Sí. Solo estábamos... —Una punzada de dolor me atravesó el pecho. Su expresión cuando me incliné para besarla. Cómo se mordía el carnoso labio inferior. Su risa contra mi boca—. Y como ambos sabéis, yo soy un imbécil. Pero ella me plantaba cara de todas formas —les aseguré—. Y en San Diego se convirtió en algo más. Joder. —Estiré la mano para coger la carta, pero la aparté—. ¿De verdad ha dimitido?
Mi padre asintió con su expresión inescrutable.
Ese había sido su superpoder durante toda mi vida: en los momentos en los que más sentía, mostraba lo mínimo.
—Por eso tenemos la política de no confraternización en la oficina, Nick —me dijo bajando la voz al llegar a mi diminutivo—. Creía que era más inteligente que todo esto.
—Lo sé.
Me froté la cara con las manos y después le hice un gesto a Joe para que se sentara y les conté todos los detalles de lo que había pasado con mi intoxicación alimentaria, la reunión con Gugliotti y cómo ___ me había sustituido diligente y competentemente. Dejé claro que acabábamos de decidir que íbamos a estar juntos cuando me encontré con Ed en el hotel.
—Eres un maldito estúpido —dijo mi hermano cuando terminé y ¿cómo no iba a estar de acuerdo?
Después de una dura charla y de asegurarme de que teníamos que hablar largo y tendido de todas las formas en que lo había fastidiado todo, mi padre se fue a su despacho para llamar a ___ y pedirle que volviera a trabajar para él lo que le quedaba de las prácticas del máster.
Él no solo estaba preocupado por el efecto sobre Jonas Media, aunque si ella decidía quedarse cuando acabara su máster podría fácilmente convertirse en uno de los miembros más importantes de nuestro equipo de marketing estratégico. También le irritaba que a ella le quedaban menos de tres meses para encontrar un nuevo puesto de asistente, aprender los entresijos del nuevo trabajo y hacerse cargo de otro proyecto para presentar ante la junta de la beca. Y dada su influencia en la facultad de empresariales, lo que ellos dijeran determinaría si ___ obtenía una matrícula de honor y una carta de recomendación del consejero delegado de JT Miller.
Eso podía propiciar un buen principio para su carrera o destrozarla.
Joe y yo nos sentamos en un silencio sepulcral durante la siguiente hora; él me miraba fijamente y yo miraba por la ventana.
Casi podía sentir cuántas ganas tenía de darme una paliza.
Mi padre volvió a mi despacho, recogió la carta de dimisión y la dobló en tres partes. Todavía no había sido capaz de mirarla. La había escrito a ordenador y, por primera vez desde que la conocí, no había nada que deseara más que ver su caligrafía ridículamente mala en vez de esa carta impersonal en blanco y negro escrito en Times New Roman.
—Le he dicho que esta empresa la valora y que esta familia la quiere y que queremos que vuelva. —Mi padre hizo una pausa y me miró—. Me ha dicho que esas son razones todavía más poderosas para que ella quiera hacer esto sola.
Chicago se convirtió en un universo paralelo, uno en el que era como si Billy Sianis nunca hubiera echado la maldición de la cabra sobre los Chicago Cubs y como si Oprah nunca hubiera existido porque en él, ___ ya no trabajaba para Jonas Media.
Había dimitido. Había dejado uno de los proyectos más grandes de la historia de Jonas Media.
Me había dejado a mí.
Cogí el archivo Papadakis de su mesa; el departamento legal había hecho el borrador del contrato mientras estábamos en San Diego y todo lo que le faltaba era una firma. ___ se podría haber pasado los últimos dos meses de su máster perfeccionando su presentación para la junta de la beca. En vez de eso estaría empezando en otro sitio.
¿Cómo había podido soportar todo lo que le había hecho pasar antes y, sin embargo, irse por aquello? ¿Realmente era tan importante que yo la tratara como a una igual ante un hombre como Gugliotti que eso le había hecho sacrificar lo que había entre nosotros?
Con un gruñido tuve que reconocer que la razón que tenía para preguntar eso también era la razón por la que se había ido ___.
Yo creía que podíamos mantener nuestra relación y nuestras carreras, pero eso era porque yo ya había demostrado lo que podía hacer. Ella era una asistente. Todo lo que necesitaba de mí era que le asegurara que su carrera no iba a sufrir por nuestra temeridad e hice justo lo contrario: confirmarle que así iba a ser.
Tengo que admitir que me sorprendió que en la oficina no se volvieran todos locos con lo que yo había hecho, pero parecía que solo mi padre y Joe lo sabían.
___ había tenido lo nuestro en secreto siempre.
Me pregunté si Sara sabría todo lo que había pasado, si estaría en contacto con ___.
Y pronto tuve mi respuesta.
Unos pocos días después de que Chicago cambiara, Sara entró en mi despacho sin llamar.
—Esta situación es una estupidez total.
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| | | Lady_Sara_JB Casada Con
Cantidad de envíos : 1582 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 24/03/2013
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 17th 2013, 19:18 | |
| x favor!!! q regresen!!! demonios como dejar todo no quiero saber como estaba ___ siguela | |
| | | VaLeexD Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 330 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/04/2012
| Tema: Re: Un tipo odioso (Nick y tu) HOT Septiembre 17th 2013, 21:27 | |
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| | | AlexandraNJ Forista!
Cantidad de envíos : 74 Edad : 29 Localización : Lima - Perú Fecha de inscripción : 19/07/2013
| Tema: Un tipo odioso Septiembre 18th 2013, 09:29 | |
| Levanté la vista para mirarla y dejé el archivo que había estado estudiando para mirarla fijamente lo bastante para hacerla revolverse un poco antes de hablar.
—Quiero recordarle que "esta situación" no es asunto suyo.
—Soy su amiga, así que lo es.
—Como empleada de Jonas Media de Joe, no lo es.
Me miró durante un largo momento y después asintió.
—Lo sé. No se lo voy a decir a nadie, si eso es lo que insinúa.
—Claro que eso era lo que quería decir. Pero también me refiero a su comportamiento. No quiero que meta las narices en mi despacho sin molestarse en llamar.
Ella pareció arrepentida pero no se arredró ante mi mirada.
Estaba empezando a ver por qué ella y ___ eran tan amigas: ambas tenían una voluntad de hierro que rozaba en la imprudencia y eran ferozmente leales.
—Comprendido.
—¿Puedo preguntarle por qué está aquí? ¿Es que la ha visto?
—Sí.
Esperé. No quería presionarla para que rompiera su confianza, pero, Dios santo, estaba deseando sacudirla hasta que soltara todos los detalles.
—Le han ofrecido un trabajo en Studio Marketing.
Exhalé tenso. Una empresa decente, aunque pequeña. Un recién llegado con algunos buenos ejecutivos junior pero unos cuantos gilipollas de marca mayor dirigiéndola.
—¿Quién es su jefe?
—Un tío que se apellida Julian.
Cerré los ojos para ocultar mi reacción. Troy Julian estaba en la junta y era un ególatra con una afición por llevar mujeres floreros colgadas del brazo que solo rozaba la legalidad. ___ tenía que saberlo, ¿en qué estaría pensando?
Piensa, imbécil.
Ella estaría pensando que Julian tenía los recursos para darle un proyecto con suficiente sustancia en el que pudiera trabajar para hacer su presentación dentro de tres meses.
—¿En qué proyecto está trabajando?
Sara caminó hasta mi puerta y la cerró para que la información no llegara a oídos ajenos.
—Sander’s Pet Chow.
Me puse de pie y golpeé la mesa con las dos manos. La furia me estranguló y cerré los ojos para controlar mi genio antes de tomarla con la asistente de mi hermano.
—Pero es una cuenta diminuta.
—Ella no es más que una asistente, señor Jonas. Claro que es una cuenta diminuta. Solo alguien que está enamorado de ella la dejaría trabajar en una cuenta de un millón de dólares y un contrato de marketing de diez años. —Sin mirarme se giró y salió del despacho.
___ no me contestó al móvil, ni al teléfono de su casa, ni a ningún email de los que le mandé a la cuenta personal que tenía en su archivo. Ni llamó, ni pasó por allí, ni dio ninguna indicación de que quisiera hablar conmigo.
Pero cuando sientes que te han abierto en canal el pecho con un pico y no puedes dormir, haces cosas como mirar en su información confidencial la dirección del apartamento de tu asistente, vas hasta allí en el coche un sábado a las cinco de la mañana y esperas a que salga.
Y como no salió del apartamento en un día entero, convencí al guardia de seguridad de que era su primo y estaba preocupado por su salud.
Él me acompañó arriba y se quedó detrás de mí cuando llamé a la puerta.
El corazón me latía tan fuerte que parecía que estuviera a punto de salírseme del pecho.
Oí que alguien se movía dentro y caminaba hacia la puerta. Podía prácticamente sentir su cuerpo a centímetros del mío, separado por la madera.
Una sombra apareció en la mirilla. Y después, silencio.
—___.
No abrió la puerta, pero tampoco se apartó.
—Cariño, por favor, abre la puerta. Necesito hablar contigo.
Después de lo que me pareció una hora, dijo:
—No puedo, Nick. Apoyé la frente contra la puerta y también las palmas. Tener algún superpoder me habría venido bien en ese momento. Manos que escupían fuego, o la sublimación, o solo la capacidad de encontrar algo adecuado que decir. En ese momento eso me parecía imposible.
—Lo siento.
Silencio.
—___... Dios. Lo entiendo, ¿vale? Repróchame que e vuelto a ser un capullo. Dime que me den. Hazlo a tu manera... pero no te vayas.
Silencio. Todavía estaba ahí. Podía sentirla.
—Te echo de menos. Joder que si te echo de menos. Mucho.
—Nick... ahora no, ¿vale? No puedo hacer esto.
¿Estaba llorando? Odiaba no saberlo.
—Oye, tío. —El guardia de seguridad sonaba como si ese fuera el último lugar en el que quisiera estar y se veía que estaba cabreado porque le había mentido-Esto no es por lo que dijiste que querías subir. Parece estar bien. Vamos.
Me fui a casa y me bebí una buena cantidad de whisky. Durante dos semanas estuve jugando al billar en un bar sórdido e ignoré a mi familia.
Llamé a la empresa para decir que estaba enfermo y solo salí de la cama para coger de vez en cuando un cuenco de cereales, rellenar el vaso o ir al baño, donde siempre que veía mi reflejo me mostraba el dedo en un gesto grosero.
Estaba deprimido, y como nunca antes había experimentado nada como eso, no tenía ni idea de cómo salir de ello.
Mi madre vino con algo de comida y la dejó en la puerta.
Mi padre me dejaba mensajes de voz con las cosas que pasaban en el trabajo.
Demi me trajo más whisky.
Por fin vino Joe, con el único juego de llaves de repuesto de mi casa que había, me tiró agua helada encima y después me pasó un recipiente de comida china.
Me comí la comida mientras él me amenazaba con pegar fotos de ___ por toda la casa si no me recuperaba de una vez y volvía al trabajo.
Durante las siguientes semanas Sara supuso que estaba perdiendo la cabeza poco a poco y empezó a pasar para darme informes una vez a la semana. Se mantenía estrictamente profesional, diciéndome cómo le iba a ___ en su nuevo trabajo con Julian. Su proyecto iba bien. Los de Sanders la adoraban. Había hecho una presentación de la campaña a los ejecutivos y le habían dado el visto bueno.
Nada de todo aquello me sorprendió. ___ era mucho mejor que todos los que trabajaban allí.
Ocasionalmente Sara dejaba caer algo más. «Ha vuelto al gimnasio», «Tiene mejor aspecto» o «Se ha cortado el pelo un poco más corto, y le queda muy bien» o «Salimos todas el sábado. Creo que se lo pasó bien, pero se fue pronto».
¿Será porque tenía una cita?, me pregunté. Y después descarté esa idea.
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