The Number One II (Nick)

Bueno, segunda temporada, wow jaja.
Para las que no leyeron la primera temporada, les digo que no es realmente NECESARIO que la lean. Porque son dos historias diferentes. Les explico.
En la primera temporada, Nicholas y Sunny vivieron un amor -complicado- y al final se casaron. Y tuvieron un hijo, Nick II, pero vamos a decirle Nick. Y esta segunda temporada es su historia. La historia de Nicholas Jonas II.
Espero que les guste.

UNO: Bigger than me

Caminaba por el pasillo como lo hacía cada día: tranquilo, solo y pensando en ella una vez más.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que Hilary se había marchado? ¿Días? ¿Semanas? ¿O meses, tal vez? No lo recordaba y… tampoco le importaba demasiado. Él y Hilary habían sido muy felices, pero ahora todo había cambiado. Desde el último día en que la vio con ojos de enamorado supo que ya no la quería. Y estaba seguro de que no volvería a estarlo nunca.
Sus padres habían vivido una gran historia de amor, pero Nick sabía que eso jamás le ocurriría a él. Él no era como su padre, solía pensar. A pesar de su increíble parecido, Nicholas era mucho más sensible y romántico que su hijo. Y afortunado… Y él creía que no lo era.
Él no era así, le causaba algo de repugnancia ver a sus padres tan cariñosos (¿Cuánto podía llegar a durar el amor?) O tal vez, eso quería que le causaran. Pero lo cierto es que deseaba con todo su ser poder saber qué se sentía ser amado y amar.
Nick pensaba que Hilary lo había amado, por lo menos hasta el momento en que la vio besando a David Jones frente a sus ojos.
Desde un poco antes de aquel momento –como si inconscientemente ya hubiese sabido hace mucho lo que iba a ocurrirle con su novia– había decidido cubrir su corazón con una especie de manta, para meterlo en una cajita de cristal para que nadie pudiera romperlo o herirlo. Ya no quería sufrir, no desde aquella horrible noche en la que descubrió que el amor podía ser tan horrible como hermoso.
Era un chico tranquilo, pero jamás volvería a demostrar sus sentimientos más preciados.
Apenas notó a la chica que parecía caminar tan sumida en sus pensamientos como él. Y la orden que su cerebro envió para detenerse y así evitar chocar con ella, jamás llegó a sus pies.
Reaccionó apenas cuando oyó el sonido seco de los libros caer al suelo. Notó que ahora ella se agachaba para recoger todos los útiles al alcance de su mano. Como buen caballero que era –pero que evitaba considerarse– se agachó frente a ella y comenzó a tomar aquellas cosas que ella no había recogido aún. En el momento en que apoyó su mano sobre un cuaderno entre medio de ambos, la chica apoyó su mano sobre la de él para hacer lo mismo que Nick. El contacto fue mínimo, pero aún así los dos se miraron durante segundos. Él fue el primero en levantarse y estiró la mano para ayudarla a hacer lo mismo, a lo que sonrió agradecida y aceptó su ayuda.
Ahora que podía observarla bien, se dijo a sí mismo que Hilary no era tan hermosa como a él siempre le había parecido al lado de ella. La sonrisa de esta chica era hermosa y sus ojos transmitían una luz que nunca había visto antes. Y lucía tan linda parada frente a él, abrazando sus cosas a su pecho.
–Siento lo de recién–le dijo él.
–Oh, perdóname tú también, venía algo distraída.
Su voz… no la conocía. Entonces notó que nunca antes la había visto por allí.
–¿Eres nueva?
–Esperaba que nadie lo notara.
–Olvídalo entonces. Aquí cualquiera reconocería un rostro nuevo.
–Debí suponerlo.
–¿No te gusta?
Ella vaciló.
–Oh, entiendo. Debe ser complicado– respondió él por ella.
–No conozco a nadie, apenas tengo idea de dónde estoy parada y como si fuera poco ¡llegaré tarde a mi clase favorita!
Él sonrió amablemenete.
–A ver, déjame ayudarte–dijo acercándose a ella para ver sus horarios, luego señaló hacia su derecha y ella miró en esa dirección–. Música. Es por allí. De hecho, yo también tengo música ahora. Por lo tanto, creo que estaremos juntos–sonrió–. Oh, casi lo olvido. Soy Nick.
Jonas. A veces llegaba a odiar su apellido.
–_____. Un placer, Nick.
–El placer es mío, _____–la miró–. Y por cierto, ahora sí conoces a alguien.
Ella se sonrojó mientras lo miraba agradecida y alegremente.

–¿Jonas, Nicholas?
Afortunadamente, el murmullo de los primeros días de clases ya no se escuchaba cuando lo llamaban por su apellido. Ser “Nicholas Jonas II” no era fácil. Principalmente por el hecho de que sus padres eran dos de los más reconocidos artistas de Hollywood.
Pero _____ no sabía aquella parte de la historia. Y le agradaba poder ser él mismo.
–Presente–respondió él.
Le dirigió una mirada a ____, sentada a su lado. Miraba hacia un cuaderno que tenía entre sus manos, parecía estar demasiado concentrada escribiendo en él como para notar algo más. ¿Lo habría escuchado?
–¿_____, _____?
La chica levantó el rostro y sonrió amablemente. Ahora Nick escuchaba el murmullo abrumador que una vez había sido su infierno.
–Presente.
Él notó, mientras ella volvía a agachar la mirada, que todos la observaban. Él sabía mejor que nadie lo que significaba ser observado y cómo se sentía uno cuando pasaba aquello. Y se sintió mal por ella.
–¿No detestas que hagan eso?
–¿Qué cosa?–preguntó ella levantando la vista.
–Eso. Murmurar y mirarte sin parar.
–Oh, es porque soy nueva. Ya me acostumbraré.
–Qué suerte tienes.
–¿Tú no te acostumbras aún?
La miró. Sí, ella sabía quién era él. Se sintió algo decepcionado.
–Sabes quién soy ¿cierto?
–¿Nick Jonas, el chico amable que chocó conmigo y la única persona que conozco en este lugar? Sí, sé quién eres.
–Me refiero a…–miró a ambos lados y luego susurró– lo otro.
–¿Eres un marciano?–preguntó ella susurrando también.
–No.
–¿Un criminal?
–No.
–¿Eres… mujer?
Él hizo una mueca de asco.
–¡Claro que no! ¿Parezco mujer?
–¡No, en absoluto! Sólo preguntaba.
Él suspiró aliviado.
–Como sea… no eso. Sino… quiénes son mis padres–ella lo observaba con atención, esperando a que siguiera– ¿Nick y Sunny Jonas? ¿Los actores de Hollywood? ¿No te suenan sus nombres?
–Oh, sí. Los conozco. Vi la película que hicieron juntos como un millón de veces, adoro la escena del puente. Son unos increíbles artistas. Tu padre tiene una voz maravillosa y tu madre es realmente hermosa. Admirables.
Él frunció el ceño.
–¿O sea que los conoces?
–Sí.
–¿Y…?
–Nick, si crees que voy a hablar contigo por eso estás muy equivocado. No me interesa en absoluto conocerlos… no me malinterpretes. Me refiero a que…
–Te entiendo–sonrió él, feliz.
–¿Seguro?
–Sí. Gracias.
–¿Gracias? Supongo que no hay de qué, pero de todos modos, gracias a ti por hablarme.
–¿Por qué no habría de hacerlo? ¿Hay algo que no sepa de ti?
Ella se encogió de hombros.
–Nos acabamos de conocer, supongo que aún te falta mucho por conocer.
–Me encantaría hacerlo.
Ella sonrió al igual que él.
De acuerdo, le gustaba su sonrisa.

Una semana a su lado y ya sentía que la conocía desde siempre. Estaban juntos todo el tiempo que podían. Ella era la primera persona con la que Nick podía hablar cada día desde Hilary. Y no había nada que lo hiciera tan feliz como eso. Necesitaba a alguien a su lado y ella pareció caer del cielo.
Estaban sentados en una mesa en el comedor, hablando y riendo. Hasta que aparecieron cinco chicos que ____ ya conocía muy bien. Will Cyrus, Beth, Jack, Zac y Amy Jonas.
–¡Hola a todos!–saludó Will sentándose al lado de Nick mientras los demás se sentaban alrededor de la mesa.
William era el hijo mayor de Miley y Liam. Beth y Jack eran los hijos más pequeños de Kevin y Danielle, por lo tanto, eran los primos de Nick, al igual que los mellizos Zac y Amy, hijos de Joe y Demi. Claire Jonas era la hija mayor de Kev y Dani, y ya estaba en la Universidad. Will, Jack y Nick estaban en el último año, mientras que Beth, Zac, Amy y ____ estaban en el anteúltimo.
Nick ya los había presentado el segundo día de clases y todos fueron muy buenos con ____ y la recibieron como si fueran viejos amigos. Confiaban en la palabra de su primo y comprobaron que todo lo que él les había dicho de ella era cierto cuando hablaron por primera vez. Ahora estaban los siete sentados, las tres mujeres hablando por un lado y los hombres por el otro.
Nick cada varios minutos miraba de reojo a ____ y le dirigía una sonrisa. Ella le respondía igual, agradecida de tener amigos así gracias a él.
Luego de unos minutos, se fueron yendo todos, dejando a Nick y ____ solos una vez más.
–¿No tienes amigos además de tus primos?
Nick apretó la mandíbula. Su único amigo de verdad… solía… ser David. Pero desde lo de Hilary…
–Muchos, pero sólo tuve un verdadero amigo… y lo he perdido.
–¿Le ocurrió algo?
–Mmm–vaciló–. Hizo algo que no me agradó para nada.
–¿Besó a tu novia?–preguntó ella con algo de ironía, mirando hacia otro lado con una sonrisa.
Nick se quedó paralizado. Aunque notaba que ella no tenía idea.
Suspiró. Tal vez era hora de que ____ supiera la verdad.
–Sí, lo hizo… solía ser un buen amigo.
Se volvió rápidamente y lo miró con pena y arrepentimiento. Ahora se sentía culpable.
–Lo siento.
–Descuida, no me afecta. En serio, ya lo superé– intentó sonreír–. Vamos, ¿me crees capaz de sufrir por una mujer?–agregó con humor para que ella se sintiera mejor.
Y lo logró, ____ rió.
–No. De hecho, pareces muy fuerte por dentro.
–¿Y qué hay de la parte de “por fuera”?
Ella volvió a reír.
–Si no te conociera diría que eres algo cerrado.
–¿A qué te refieres con eso?
____ lo miró con el ceño fruncido.
–¿Vas a analizar cada cosa que diga?
Nick rió.
–Probablemente lo haga.
Ella suspiró y rodeó los ojos.
–Pareciera que eres del tipo de chicos que no le cuentan nada a nadie.
–La verdad es que… sí, soy algo así–admitió él.
–Pero al conocerte me doy cuenta de que en realidad no lo eres. De hecho, me gusta hablar contigo.
–Vaya, gracias. Creo que eres… la primera que dice eso con sinceridad. Todos se acercan para hablar de mis padres.
–Debe ser duro…
–Lo es, por eso soy muy amigo de mis primos. Cuando eres hijo de la pareja más conocida de Hollywood tienes que aprender a descubrir verdaderos amigos antes de que sea tarde. Y créeme, siempre fallo.
–¿Fallaste conmigo?
Él la miró.
–Para nada–sonrió.
Ella también lo hizo.
–Gracias por confiar en mí. Sé que no confías en muchas personas…
–Sólo en ellos–dijo señalando a la puerta por la que habían salido los demás–y en ti…–la miró– Para ser sincero, eres una de las pocas privilegiadas. Ni siquiera soy de hablar mucho con Amy o Claire.
Ella sonrió agradecida.
–Me agradan. Todos, son muy buenos. Y sencillos, a pesar de sus apellidos.
–Por suerte nuestros padres nos ayudaron a mantener los pies sobre la tierra–admitió, aunque odiaba tener que darle algo de crédito a sus padres.
–Aún creo extraño el hecho de que no tengas novia– cambió radicalmente de tema ella.
–Bueno, tenía pero… –cayó– ¿Por qué lo dices?
–Oh, vamos, eres de los más populares del colegio. Todas querrían estar contigo.
Él entrecerró los ojos.
–¿Has estado investigando acerca de mí?
Ella hizo una mueca de interés y evitó reír.
–Digamos que pregunté un par de cosas por ahí… Aunque no es muy difícil de notar.
Nick rió.
–Sí, pero ¿qué tiene que ver mi popularidad con las mujeres?
–¿Acaso no eres el típico chico popular al que le gusta la líder de las porristas?
Señaló con la mirada hacia la mesa de al lado de ellos, llena de chicas con el uniforme de animadoras del colegio. Muchas voltearon a ver a Nick y sonrieron. E incluso una de ellas, que parecía ser la líder, le guiñó el ojo. Él sólo negó con la cabeza y se volvió hacia ____.
–Siempre pasa en las películas–dijo ella.
–¡No estamos en una película!–rió.
–Oh, vamos, pasa en todos lados.
–Bueno, Courtney es linda, pero no es mi tipo–dijo.
–¿Qué le falta para ser “tu tipo”?
–Amarme–dijo y ella sonrió–. Y no engañarme–añadió con humor– ¿Qué hay de ti?
–¿Qué pasa conmigo?
–¿No tienes novio?
–No.
–Es extraño. Eres muy linda y simpática. Cualquiera diría que sí tienes.
–Pues…–esbozó una media sonrisa– Tal vez la simpatía y belleza no es lo único que buscan. Dímelo tú, eres hombre.
–Los más o menos maduros sólo pedimos eso: que sea linda, simpática y fiel. Los tontos buscan que sean hermosas, ingenuas y buenas en la cama.
Ella se ruborizó ante el comentario. Y él comprendió todo. La miró fijamente y le dijo, totalmente serio:
–Si algún chico no ha querido estar contigo, créeme que pertenece al segundo tipo.
–Lo sospechaba–rió.
–¿Qué buscan ustedes?
–Bien, hay dos grupos también. El primero siempre apunta a los populares: jugadores del equipo de fútbol, los ricos… o los hijos de famosos–él rió–. Pero es simplemente para mostrarle a todo el mundo su novio perfecto. Las chicas normales simplemente buscamos fidelidad, romanticismo, preocupación, belleza interior y si es posible exterior… y amor. Eso es fundamental.
Nick hizo una mueca y entrecerró los ojos.
–Piden mucho.
–¡También ustedes!
Ambos rieron.
–Podrías intentar algo con Will…–dijo él, sabiendo que la estaba molestando.
–¡Nick!–le pegó cariñosamente– ¡Te he dicho toda la semana que no!
Él rió.
–Lo sé. Sólo te estoy haciendo una broma.
Sonrieron y se produjo un segundo de silencio.
–¿Sabes? Para haber pasado contigo una semana y haberte conocido hace tan poco, siento que seremos grandes amigos.
Él sonrió.
–También yo, ____.

Nick y ____ eran mejores amigos. Estaban todo el tiempo juntos. Durante aquel año, ninguno de los dos salió con nadie. Simplemente disfrutaban de estar entre amigos.
Nicholas y Sunny observaban todo en silencio. Ellos ya conocían aquella historia y comenzaban a sospechar el futuro de los chicos, pero no decían nada.
Nick había terminado la secundaria y ahora estaba en la Universidad de California (UCLA).
Por su lugar, ____ ya había conocido a los Jonas. En más de una oportunidad tuvo el agrado de hablar con los padres de Nick y ella creía que eran los padres más maravillosos del Universo, después de los suyos, claro.
–Tus padres son geniales–le repitió a Nick una tarde, ambos sentados en el sofá de la casa de él, tras haberse despedido de la feliz pareja.
Nick la miró enojado.
–No dejas de decir eso.
–Oh, vamos, no te enfades.
–No es eso, ____. Me refiero a que no… me gusta que lo digas todo el tiempo.
–¿Por qué?
–Porque sabes que no tengo la misma opinión.
Se levantó bruscamente y se dirigió hacia la cocina, seguido por ella.
–¿De qué hablas?
–Sabes mejor que nadie que no me gusta ser el hijo de Nick y Sunny Jonas.
Ella suspiró.
–Sí, es verdad, lo sé. Pero no por eso los odias ¿o sí?
–¡Claro que no! Jamás dije eso.
–De acuerdo. Entonces ¿por qué no te agrada?
–Creí que ya habíamos hablado de esto–inclinó la cabeza y le dirigió una de esas miradas… cansadas.
–No. Siempre repites lo mismo, pero nunca hemos hablado.
Él se sentó en la banqueta frente al desayunador y suspiró.
–Es que siento que… nadie me quiere por quien soy yo totalmente. Sino por mis padres.
–Oh, Nick–ella se sentó frente a él–. No es así. Todos te quieren por ser quien eres. No por tu familia.
–Tú eres la única.
Ella sonrió.
–Eso no es cierto–él la miró confundido y asustado–. Me refiero a que no soy la única. ¿Qué hay de Claire, Beth, Jack, Amy, Zac y Will? Ellos también te quieren por lo que eres.
–¡Son mis primos!–alzó las manos en forma de protesta.
–Will no lo es–contraatacó ella.
–Es el hijo de Miley. Es prácticamente mi primo, ____.
–De acuerdo, tú ganas. Pero más allá de eso ¿qué importa? Los quieres como si fueran amigos más que primos. Nick, eres un chico increíble y estoy segura de que si muchos no supieran quiénes son tus padres, te querrían igual.
–Me voy a cambiar el apellido–masculló de mal humor.
Ella rodeó los ojos.
–Te quiero ¿lo sabes?–murmuró.
Él no la miró.
–No me gusta verte mal–continuó.
–Simplemente no puedo evitarlo.
–Me gustaría tener los padres que tienes, Nick. Deberías estar orgulloso de ellos, no apenado.
–Lo estoy. Es sólo que a veces… me gustaría ser como tú–admitió.
–¿Yo?–eso la sorprendió, y mucho.
–Tú no tienes tantas complicaciones. No sientes la necesidad de cuestionarte si la gente te quiere por lo que eres y no por interés. No tienes que soportar salir en las revistas o estar en boca de todos cuando no quieres estarlo.
Ella sonrió.
–Pero mi vida no es perfecta.
–Para mí si lo es. Tu vida es perfecta.
–Eso parece, pero no lo es. La tuya sí que es perfecta.
Él soltó una carcajada llena de amargura e ironía.
–Me encantaría que todos los que desean ser famosos supieran cómo se siente.
–¿Los bajarías a todos del pony?
–¡Por supuesto! Ese pony no debería ni siquiera existir, tenemos que desaparecerlo.
Ella rió en silencio.
–¿Qué harás cuando tu padre se postule para gobernador?
Él la miró. No había pensado en eso. Que su padre fuera candidato significaba meses (y si ganaba, años) de tortura paparazzi para Nick. Y por si fuera poco, también quería postularse para presidente dentro de unos años. Diablos, ¿es que jamás iba a alejarse de ese mundo? ¡No había hecho nada para ganarse tanta atención! ¡Qué injusto!
–Desaparecer de la vista de los medios–respondió, no tan seguro de que su súper plan fuera a dar resultado.
–Podrías venir a vivir a casa.
–Sería genial, gracias, ____–aceptó su invitación de mentira, consciente de que estaban bromeando.
–No hay de qué, Nick, cuando quieras–sonrió ella divertida.
Él se bajó de la banqueta y rodeó el desayunador para dirigirse hacia ella y abrazarla.
–A propósito, yo también te quiero.

–¡Jamás imaginé que volvería a verte!
Nick abrazó a Will como quien no ha visto a su amigo en años. Prácticamente…
–Muy gracioso. Ya estoy aquí, no desesperes.
–Estoy enojado contigo. Son tus padres los ocupados, ¡no tu, William Hemsworth!
–Rayos, no me digas así. Suenas igual a mi madre:–adoptó una voz femenina, imitándola– “William, me imagino que ya hiciste tus tareas para la Universidad” “William, espero que estés haciendo algo en tu tiempo libre” “William, deberías visitar a tus amigos de vez en cuando” “Will…”
–Oh, créeme que Miley tiene razón en eso–lo interrumpió Nick.
Will rodeó los ojos y rió.
–Ya sabes que estoy ocupado con todo el tema de la Universidad. Entre mi madre y su embarazo, que créeme que tiene de todo menos “dulzura” y mi padre que está demasiado preocupado, ya me estoy volviendo loco en esa casa.
–Tu madre sí es dulce.
–Créeme, pasa un día con ella y ese horrible humor bipolar que adoptó, y te aseguro que retirarás tu palabra.
Nick rió.
–Entiéndela, está embarazada.
–¿Esa es su excusa? Pues bien, ¡yo estoy en la Universidad! ¡Demasiado estrés, amigo! ¿Qué nadie me entiende?
Nick levantó el brazo.
–Yo sí lo hago. También estoy terriblemente ocupado…
Tonto, se recordó.
Hacía mucho que no salía de su casa. Los exámenes lo habían mantenido totalmente aislado y comenzaba a dudar de su posibilidad de terminar la carrera. Increíble, acababa de comenzar: sin lugar a dudas, tenía una gran fe en sí mismo. Pero como en casi todas las situaciones de su vida, el simple hecho de apellidarse “Jonas” siempre le daba algo de privilegios. Privilegios que odiaba.
Como si fuera poco y su mente no estuviera lo suficientemente ocupada ya, hacía menos de una semana que había salido a despejarse un poco y había tenido la agradable suerte de cruzarse a Courtney Fox. Mucho más grande y más linda. Tenía que admitirlo, cualquier hombre hubiese querido estar con ella.
Menos él durante la secundaria. Aunque siempre había tenido la posibilidad, jamás le había atraído la idea.
–¡Nick! Hacía tanto que no te veía, ¿cómo has estado?–lo había saludado amistosamente.
Él reformuló su saludo en su mente, como estaba seguro que en realidad quería preguntar: “¿Y qué tal tus padres, Nick? ¿Me los presentarás algún día?”
–Bien. Gracias, Courtney. ¿Qué hay de ti?
–Oh, ya sabes, estudiando. No es lo mismo sin ti…–se había acercado a él.
–¿Por qué lo dices?
–Pues… te extrañamos. Especialmente yo.
–Y ____ también–sonrió.
–¿____?–lo había mirado desconcertada– Sí, supongo que ella también… Como te dije, todos.
–Lo imagino. Hace mucho que no veo a nadie, estoy algo ocupado.
–¿Estás estudiando para la Universidad?
–Así es, estoy en UCLA estudiando política.
–No lo dices en serio…
–Claro que sí, siempre me gustó.
–¡También a mí! ¡Y tenía pensado ir a esa Universidad el año entrante! Qué genial, podríamos encontrarnos el próximo año.
¡Fabuloso!, pensó él con ironía.
–Sí.
–¿Sabes? ¿Por qué no me llamas cuando te desocupes un poco? Podríamos… ya sabes, pasar tiempo juntos.
Ni en sueños.
–Mmm, bien. Te llamaré.
–¿Lo prometes?–había puesto su mejor carita de perro triste.
Rayos. No era tan malo ¿verdad?
–Lo prometo.
Tras el beso en la comisura de sus labios, se había alejado de él y Nick se había quedado anonado. Era la chica más linda de la secundaria y lo sabía. Aunque no la soportaba mucho, tal vez no fuera tan malo salir con ella.

–¿Qué hay de tu novia?–preguntó Will dándole un mordisco a la manzana.
–¿Cuál novia? Will, ¡Hilary y yo terminamos hace más de dos años!
–No, Hilary no. Me refería a ____.
–¿____? ¿Mi novia? ¿De dónde sacaste eso?
Will era su mejor amigo. No era de su familia aunque lo parecía. Miley y Liam eran muy amigos de sus padres desde que eran jóvenes. Incluso Miley había sido la primera novia oficial de su padre, hecho que tanto a él como a Will les causaba demasiada gracia. ¡Inimaginable!
–Siempre creí que lo eran–se encogió de hombros.
–Estás loco. Es mi mejor amiga.
–Es muy linda–admitió Will.
Nick lo miró con el ceño fruncido.
–¿Y?
–Sólo lo digo ¿no crees que es linda?
–Sí, es muy… linda. ¿Pero?
–Supuse que en los últimos meses habías sido algo inteligente y te habías decidido a estar con ella.
–¿Por qué habría de hacer eso?
–Oh, vamos Nick. Creí que podías pensar un poco. Es una chica casi perfecta. Cualquier hombre con algo de sentido común quisiera tenerla a su lado.
–La tengo a mi lado–se defendió.
–Me refiero a que cualquiera desearía que ____ fuese su novia.
–No yo. Ella es una amiga perfecta, no voy a perderla porque todos digan que es hermosa.
–Como digas–rodeó sus ojos–. Oye, ¿cómo está Amy?
Nick lo miró y frunció el ceño, confundido.
–Bien, supongo ¿por qué?
Will suspiró.
–Sólo pregunto–cambió de tema radicalmente–. Oye, y si no sales con ____, entonces ¿con quién?
–¿Es obligación salir con alguien?–protestó.
–No, pero te conozco. Hay algo que te preocupa.
Nick agachó la mirada. Maldito Hemsworth, había heredado el don de la comprensión de su madre, como su padre solía decir.
–¡Lo sabía! ¿Quién es ella?
–No estoy saliendo con nadie ¿sí? Solo para que lo sepas–suspiró–. Courtney me hizo prometerle que la llamaría…
Will entendería: ella quería algo con Nick.
–¿Y?
–No sé si quiero hacerlo. En realidad, sí, pero…
–Sabes que una relación con Courtney no es seria, estable ni duradera ¿verdad?
–Sí. Claro que lo sé. Justamente es por eso. Creo que estoy buscando algo así. Sólo para no sentirme solo, pero sin compromisos.
–Y Courtney es perfecta para eso.
Ahí estaba, ¿lo ven? Parecía que le leía la mente.
–Tú me entiendes–sonrió.
–De hecho, no–lo miró seriamente–. Hasta hace… dos segundos… no soportabas a esa chica. ¿Qué diablos pasó?
–Es que…
Respiró hondo. Bien, tenía que decírselo a alguien. Will era su mejor amigo, podía confiar en él ¿verdad?
–No quiero que nazcan sentimientos hacia alguien ¿entiendes? Hilary me lastimó una vez y todo por haberme enamorado de ella. Sin amor es más sencillo todo. Y Courtney es precisamente justa para eso.
Will meditó sus palabras durante unos segundos.
–Tienes razón. De hecho, no me parece una mala idea. Aunque sí creo que deberías dejar de evitar el amor durante toda tu vida. Un día aparecerá quieras o no y no podrás callarlo.
–Sólo por ahora… soy joven, no quiero sufrir.
–Bien, entonces hazlo. Cuentas conmigo cuando lo necesites.
Se abrazaron.
–Gracias, hermano.
–No hay de qué. Ya te lo cobraré.
–¿Con Amy?
Will sonrió y le guiñó un ojo.
–Exacto.

Miraba hacia su cuaderno, concentrada en la tarea. Sentada en el sofá, sola en su casa. Nick había prometido que pasaría por su casa, pero no había llegado y…
–¡Boo!
Saltó del sofá, asustada, y giró para descubrir a un divertido Nick que reía a más no poder.
–Oh, muy gracioso–dijo ella.
–Lo sé, lo soy.
Ella levantó una ceja y rió.
–Veo que te dignaste a aparecer.
–Tal vez. En realidad, sólo quería ver a tus padres.
–¿En serio?–preguntó desilusionada.
–No, claro que no–sonrió– Quería verte a ti.
____ sonrió. ¿Hacía cuánto que no lo veía? Semanas o tal vez un mes ya. Sabía que estaba ocupado con la Universidad, pero jamás se imaginó que estaría tan ocupado. De hecho, esperaba verlo aunque sea una vez por semana, pero ni siquiera había podido cumplir eso. Él estaba estudiando demasiado, como si de verdad le importara su carrera. Duh, tonta. Le fascinaba su carrera.
–Te extrañé ¡y no sabes cuánto! ¿Cómo estuvo tu semana?
–Pues bien, supongo. UCLA es algo complicada, pero lo tengo todo bajo control.
–Lo lograrás, estoy segura.
–También tú– dijo, pensando en que ella quería hacer lo mismo que él.
–Eso espero. Aún no termino la secundaria y ya me hablas de Universidad.
–Ya terminarás muy pronto ¿Cómo estuvo tu semana?
–Obviando que te extrañé, fue una semana realmente… insoportable. Para empezar, me han pedido que realice un trabajo para la clase de política. Me encanta, pero realmente no tengo ganas de hacerlo.
–¿Y por qué debes hacerlo?
–Aquí viene el otro motivo. Courtney Fox estuvo toda la semana diciendo que tú saldrías con ella y se acercaba y hacía comentarios como “¿No te alegras por mí?” o “¡Increíble! Estarás alejada de Nick por día”. Entonces me hartó y discutimos durante la clase de política y… bueno, las dos tenemos que hacerlo.
Nick se puso colorado y agachó la mirada.
–¿Ocurre algo?
–No, nada, es sólo que…
–Si es por la tonta de Courtney, no te preocupes. No creo que vuelva a decir tales tonterías. Ya madurará, Nick.
–Es por eso, pero… no eso precisamente.
–No te entiendo.
–____ hay algo que deberías saber.
Ella lo miró preocupada.
–¿Qué pasa, Nick?
–Es verdad lo que decía Courtney. Saldré con ella, se lo prometí.
____ lo miró en silencio y con la expresión vacía.
–¿Estás enojada?
–¿Debería estarlo? – su tono había cambiado.
–Pues… pareces molesta.
–Estoy harta de sus mentiras, pero esta vez veo que me equivoqué.
–____...
–No estoy enojada.
–Parece todo lo contrario.
–¿Por qué debería estarlo? No me molesta, es tu vida.
–No te cae bien Courtney–afirmó.
–Sinceramente, no. Pero ¿eso qué importa? Tú saldrás con ella, no yo.
–Sí…–murmuró.
–¿Sabes? Ahora que lo pienso tú tampoco la soportabas mucho.
–Es que le hice una promesa.
–Una promesa. Ya veo. Genial–se levantó de golpe y caminó hacia la cocina.
–¡____!
Él se levantó y la siguió. Allí estaba, tomando un vaso de agua.
Enfadada.
–Estás enojada.
–Sólo me molesta que no me cuentes las cosas. Nos conocemos hace mucho y aún así no me dijiste que te gustaba Courtney. O que saldrías con ella. O que le habías hecho una promesa–parecía que escupía las palabras, realmente no le gustaba eso–. No me llames tu mejor amiga entonces, Nick.
–Oh, ____, lo eres. No te conté porque realmente no creí que fuera importante y no me gusta Courtney. Tengo que salir con ella porque me hizo prometérselo. Pero créeme que si pudiera no hacerlo, lo haría.
–Entonces hubieses dicho que no.
–¿Cómo?
–Tan simple como NO.
–No es tan sencillo.
–¿Por qué?
–Porque simplemente te obliga a hacerlo. Te pone en una situación que tienes que aceptarlo o aceptarlo. No hay opción, es increíble.
–Sí, ya veo. Alucinante–volteó para dejar el vaso sobre la mesada.
–No me refiero a eso.
Se volvió para enfrentarlo.
–No te entiendo. Ayer la odiabas y ahora quieres salir con ella.
–Ya te dije que no quiero.
–¿¡Entonces…!?–se detuvo– Ya, olvídalo. No importa.
–¿Sigues enojada conmigo?
–¡Ya te dije que no estoy enojada! Haz lo que quieras, por mí está bien.
Se impulsó con ayuda de la mesada y se fue a la sala, a sentarse en el sofá y tomar de nuevo su cuaderno.
–¿____?–preguntó Nick dulcemente sentándose a su lado– Vamos, ____. Salgamos un rato a distraernos ¿quieres?
–No puedo, tengo que terminar esto–respondió sin sacar los ojos de su tarea.
–¿Lo tienes que hacer sola?
–No, con Courtney.
–Le dices que lo termine ella, vamos–tomó su brazo, dispuesto a jalar de ella para llevársela.
–No voy a hacer eso.
–¿Por qué no?
Ella bufó y levantó la mirada.
–Porque Courtney no sólo odia política sino que es realmente mala. Y prefiero aprobar, muchas gracias.
Nick se quedó mirándola, sorprendido, mientras ____ volvía a poner toda su atención al cuaderno.
Bueno, al menos, ahora sabía que no tendría el placer de encontrar a Courtney en UCLA al año siguiente…

____ gruñó por quinta vez en el día y se dejó caer en la cama, totalmente malhumorada. Beth y Amy se miraron, confundidas y se sentaron a su lado.
−¿Sigues enojada con Nick?
−¡No estoy enojada! ¡Ya, dejen de decir eso!−se quejó ella.
−Bien, si no estás enojada, entonces ¿podrías explicar tu repentino mal humor?
____ se levantó bruscamente de la cama de Beth y comenzó a dar vueltas en el dormitorio con una almohada apretada a su pecho.
−Sólo me molesta que no me haya dicho, pero en serio, no estoy enojada con él.
Las chicas suspiraron, ____ no era de tener un humor tan bipolar, pero allí estaba: pasando de ser una gruñona a la dulce chica que solía ser siempre.
Horas después seguían hablando, por lo menos, hasta que sonó el timbre. Beth miró a las chicas extrañada, no estaban esperando a nadie más y estaban solas, por lo tanto era muy improbable que fueran visitas para Jack. Pensó en Claire y luego recordó que hacía más de una semana que estaba viviendo sola. No se acostumbraba y extrañaba un poco a su hermana, pero de todas formas, la visita no podía ser para ella.
Bajó las escaleras casi corriendo y observó por el pequeño agujero en la puerta para ver quién era su misterioso visitante.
Y se quedó helada al ver a su primo parado afuera.
−¿Nicholas?−murmuró para sí.
Abrió la puerta y el chico sonrió para luego abrazarla y saludarla con un beso en la mejilla.
−¡Beth…!−comenzó a gritar.
Pero su prima fue más rápida y le tapó la boca con una mano para evitar que sus amigas escucharan desde el primer piso.
−¿Qué se supone que haces aquí?−preguntó ella en un susurro.
−Vine a saludar a mi prima favorita−consiguió responder él a pesar de la mano en su boca, totalmente extrañado por su reacción.
−Que Amy no te escuche decir eso.
−¿Qué no tengo que escuchar?−preguntó entonces Amy, bajando por las escaleras y al verlo, bajó la voz:− ¿Nick? ¿Qué haces aquí?
Beth sacó la mano de la boca de Nick y dejó que saludara a su prima.
−¿Y ___?−murmuró Beth para Amy.
−Arriba, mirando un álbum de fotos, estaba cansada. Bajé para buscar un vaso de agua.
−¿___? ¿Está aquí?−las interrumpió Nick, escuchando su conversación− ¡Genial! Iré a ver…−comenzó a caminar decidido hacia las escaleras.
Pero Beth y Amy lo tomaron por ambos brazos e hicieron que regresara hacia donde estaban ellas.
Y entonces comenzaron un sermón entre ambas.
−Que ni se te ocurra subir.
−Ya está lo suficientemente enojada como para soportar que le cuentes tu maravillosa cita con Courtney.
−A propósito ¿Courtney? ¿Es en serio, Nicholas? ¡Nunca creí que caerías tan bajo!
−¡De todas las tontas en el Universo fuiste a escoger la peor de ellas!
−Bien, ya escuché suficiente−dijo Nick levantando la voz, a lo que sus primas respondieron poniendo su dedo sobre sus bocas, reprochándolo. Él les hizo caso−. Primero que nada, tengo derecho a subir y hablar con ella. Segundo, no pensaba contarle acerca de mi “maravillosa” cita. Y tercero, no caí bajo, Courtney no es tan mala como creen.
Beth levantó una ceja.
−Bien, tal vez es un poco tonta, y algo precipitada, pero…−sacudió la cabeza− Como sea, quiero hablar con ____.
−¿Para qué? ¿Para romperle el corazón?
−Oh, Amy, ya estás exagerando. ¿Por qué habría de romper su corazón?
−Ella te quiere, Nick. Y en serio le dolió que no le hayas dicho. Se supone que se cuentan todo, ¡se supone que le cuentas todo lo que a nosotras no! Y después ella se supone que nos debería contar, pero jamás lo hace, entonces…
−¡Amy!−la regañó Beth.
−Chicas, por favor. Fue sólo una cita como cualquier otra. Ahora, en serio me gustaría subir y hablar con ____.
Beth y Amy se miraron y tuvieron que asentir. Pero ambas estaban de acuerdo en que no iban a subir. Ellos necesitaban algo de privacidad.
−Gracias−sonrió Nick dándole un beso en la frente a cada una− ¡Las quiero!
Subió corriendo las escaleras, por alguna razón, estaba muy emocionado por ver a ____. Sabía que lo más probable era que terminaran discutiendo como la última vez, pero correría el riesgo si eso significaba estar con su mejor amiga.
Cuando abrió la puerta del cuarto de Beth, que hasta hacía una semana era de Claire, se encontró con una imagen que le robó una sonrisa: ____ dormida sobre la cama, con los labios curvados y un álbum de fotos abierto a su lado.

Caminó lentamente y en silencio, con sumo cuidado para no despertarla y se sentó a su lado. La contempló durante segundos, simplemente mirando su rostro descansando. Lo único que escuchaba era su respiración pausada y tranquila, lo hacía sentirse completamente en paz. Entonces su mirada se posó sobre la foto que mostraba la página del álbum. Lo tomó entre sus manos y sonrió mientras observaba aquella foto que, inevitablemente, traía recuerdos.
−No me quieres−dijo ____ cruzándose de brazos.
Nick nunca pensó que aquella imagen de ____ tan triste le dolería tanto.
−Oh, vamos, sí te quiero.
−Claro que no.
−____, eres mi mejor amiga. Eres lo más importante para mí. Te quiero demasiado, créeme por favor.
−No es cierto.
−Por favor, ____. ¿Qué tengo que hacer para que me creas?
−No lo sé.
Él rodeó sus ojos y entonces, se acercó a ella para besar su mejilla. En ese momento ambos notaron que Beth les sacaba una foto a su lado.
−Lo siento, estaba intentando filmar la carrera de Will y Jack, pero al parecer está en modo fotografía. Si quieren, la borro, aunque…−miró la pantalla y sonrió− es realmente linda.
Nick no había notado que ____ sonreía mientras él le daba el beso.

Nick sonrió mientras recordaba el momento. ____ no le creía cuando él le decía que la quería. Pero él lo hacía y realmente la valoraba como amiga.
Miró una vez más la foto y se dio cuenta de que ____ había salido realmente linda con aquella sonrisa en sus labios. Se veía radiante, mientras que recibía un largo beso en la mejilla por parte de él.
Estaba tan concentrado que apenas sintió que ____ se despertaba.
−¿Nicholas?−preguntó soñolienta.
Nick levantó la vista de la foto y cerró el álbum mientras le sonreía.
−Hola−murmuró dulcemente dejando el álbum a un lado, para luego sacar un mechón rebelde del rostro de ____.
Ella sonrió y se incorporó.
−¿Qué haces aquí?
−Sólo pasé a saludar a Beth… y me dijeron que estabas aquí.
−¿De dónde vienes?−preguntó ella tras un bostezo.
−De mi cita con Courtney.
Eso fue lo que la hizo entrar en razón.
−Oh, cierto−dijo con la voz notablemente más tensa.
Él suspiró.
−¿Sigues enojada por eso?
−¡No estoy…!
−Enojada, lo sé. Lo siento, me refería a que… ¿sigues molesta porque no te conté?
Ella miró hacia el álbum, intentando evitar su mirada.
−Sí…−murmuró en un hilo de voz.
−____, lo siento. En serio. Sabes que eres la primera persona a la que le cuento todo, y siempre serás lo más importante para mí. Eres la número uno en mi lista ¿lo sabías?
Ella lo miró y no pudo evitar sonreír. Eso sonaba lindo y era cierto. Él también sonrió y volvió a sacar el mechón rebelde que había vuelto a aparecer cuando ella se levantó.
−Lo siento, no me gusta verte enojada. O molesta, como sea. ¿Me perdonas? Te prometo que la próxima vez te contaré, por más tonto que sea e intentaré no olvidarlo ¿sí? Es sólo que… no era tan importante y no pensé que te molestaría. Pero veo que estaba equivocado… así que perdóname ¿sí?
−No me pidas perdón, creo que fui una tonta−dijo ella−. De acuerdo, exageré todo. ¡Es que…!−suspiró− Olvídalo.
−¿Jamás creíste que iba a ser tan estúpido como para salir con alguien como Courtney?
Ella la miró. Sí, era eso.
Él suspiró y rodeó los ojos.
−Lo sé. Ni yo mismo sabía que era tan estúpido. Pero no es tan mala.
−Me sorprendes, hace un año me dijiste que no era tu tipo.
−Y no lo es. Pero a veces no me gusta estar solo, pero tampoco tengo tiempo para una relación estable. Así que pensé que Courtney sería ideal para tener a alguien aunque sea. Además de ti, claro−le guiñó el ojo.
____ lo miró con el ceño fruncido y luego rió.
−Eres raro ¿lo sabes?
−Pero aún así me quieres.
−Claro que te quiero, tonto.
Él rió levemente y ella lo siguió. Luego callaron y se quedaron mirando, sonriendo. Tras un segundo de silencio, él ladeó la cabeza mientras abría sus brazos.
−Ven aquí, necesito abrazarte−le dijo.
Ella sonrió y se hundió en sus brazos, como tantas veces lo había hecho.