CAPÍTULO 13 - ¿TE CONOZCO?
-NARRA APRIL-
Estuve esperando fuera un rato corto, hasta que Joe y Kevin llegaron corriendo. Iban solos.
-¿Cómo está? –preguntaron casi al mismo tiempo.
-Está bien... creo. El médico le está haciendo unas pruebas.
Respiraron aliviados y se dirigieron a la puerta, con intención de entrar.
-¡Esperen! Las pruebas son... comprometidas –dije avergonzada.
Empezaron a reírse.
-No hay nada de él que no hayamos visto –dijo Joe. :O Entraron uno detrás del otro.
-¿Por qué vas vestido de príncipe, Joe? –alcancé a oír que Denisse le preguntaba a su hijo, justo antes de cerrar la puerta.
Decidí llamar a Liz mientras esperaba, a ver qué tal le había ido con Joseph.
-¡No me dijiste nada!
-Lo siento –dije entre risas -, ¡eran órdenes!
-Pero... ¡gracias! ¡Esta ha sido la mejor tarde de mi vida! –dijo emocionada.
-Me alegro mucho, Liz –contesté distraída. La gente empezaba a salir de la habitación de Nick. –Tengo que colgar, hablamos luego.
Colgué y tras despedirme del médico, entré en la habitación.
-April, muchas gracias por todo –me dijo el padre –Si necesitas algo, cualquier cosa, no dudes en llamarme.
Le estreché la mano con gratitud.
-Dame un abrazo, cariño –dijo Denisse. Se acercó y me estrechó entre sus brazos. –Gracias. Espero que nos veamos pronto.
Cuando salieron los padres de la habitación, me quedé sola con Joe y Kev en el salón, pero no había ni rastro de Nick.
-Eres la heroína del día –me dijo Kevin.
-Y Joe el príncipe del reino y nadie dice nada –contesté incómoda. -¿Qué le dijeron a Nick?
-¡Que estoy como una rosa! –exclamó una voz por detrás de mi. Me giré y lo vi a él, resplandeciente, con los brazos extendidos.
Sonreí sinceramente, hasta que rompí a reír escandalosamente.
-¿Siempre te da la risa nerviosa? –me preguntó Joe.
-No, sólo cuando aparece de repente y sin aviso –contesté.
Nick soltó una carcajada y se acercó, pasándome el brazo por los hombros y besándome en la mejilla.
-¿No tienen a damas en apuros que rescatar? –preguntó Nick a sus hermanos, pero mirando a Joe.
-Hemos quedado para cenar... –contestó Joe con voz soñadora.
-Yo también voy a cenar con alguien –dijo Kev de repente. Lo miramos extrañados.
-¿Con quién? –preguntó Nick.
-¿Vas en serio? ¿De dónde es? ¿la conocemos? –preguntó Joe.
Kev parecía un poco agobiado.
-¡Dejalo en paz! –les dije –Corre Kev, yo te cubro.
Me puse delante de él, bloqueándoles el paso a sus hermanos, dándole así más tiempo para escapar por la puerta.
-¡que te vaya bien! –le grité de espaldas.
-¡Gracias, osita! –dijo mientras salía.
Tras ver que se les había escapado, Nick y Joe me miraron.
-Sí, gracias osita –ironizó Joe. –Me voy a vestir, ¡tengo una cita!
Me dio un golpecito amistoso en la nariz y salió, cerrando la puerta tras de sí. Me puse nerviosa al ver que Nick y yo estábamos solos en su habitación.
-Eem.. entonces, ¿estás bien? –pregunté balbuceando -¿qué fue lo de antes?
-Una subida de azúcar... será que eres demasiado dulce para mi ♥ –me dijo acercándose.
Intenté apartarme un poco porque sabía que las consecuencias no serían buenas si seguía por ese camino.
-¿viste eso? –dije intentando ganar tiempo -¡tienes una cama enorme!
Me aparté de él (aunque me costó) y salí disparada hacia su dormitorio, donde pegué un salto encima de la cama y me puse a dar saltos.
-Demasiado grande... –murmuró. –Te vas a caer.
-No, qué va... –me interrumpí cuando él me tiró un cojín desde donde estaba, acertándome en la cara -¡Eh!
Empezó a reírse. agarré el almohadón y se lo lancé, como venganza. Le di en el brazo. Él puso cara de sorpresa.
-¡No lo puedo creer! –dijo divertido -¡Ahora verás!
No sé cómo, pero acabamos en una batalla de cojines, hasta que, de alguna forma, me venció, dejándome tirada en el suelo con él encima.
-Gané –dijo triunfante. –Siempre lo hago.
De pronto, me acordé de algo: la entrevista de radio y su "supuesta" novia.
-¿Sabes algo? –le dije –quizá deberías estar haciendo esto con tu novia.
Él pareció sorprendido de repente.
-¿Qué novia? –preguntó.
-La que dijiste en la entrevista de la radio.
-¿Tengo novia? –se hizo el despistado. Conseguí que se apartara de encima y miré el reloj.
-Tú sabrás... –murmuré. Era ya la hora de cenar.
-Hacemos una cosa... nos vemos en recepción en media hora y vamos a cenar –me dijo.
-¿A tu novia no le importará? –le pregunté.
- que tontita, Luego nos vemos –me dio un beso en la mejilla.
De camino a mi habitación iba pensando en si Nick tenía novia o no, y también en si estaba exagerando con ese tema. Si tuviera novia no habría hecho tanto esfuerzo en llevarme a Disney... aunque podía haberlo hecho sólo por su hermano, para que se encontrara con Liz.
Cuando llegué a la suite me sorprendí al ver a Liz allí, ya que pensaba que estaría con Joe.
-¿Qué haces aquí? –le pregunté. Ella no me contestó, sino que se acercó corriendo a mi y me dio un abrazo asfixiante -¿Qué...?
-Gracias –aflojó su abrazo -¡Muchas gracias, April! Eres la mejor amiga que se puede tener.
-No me des las gracias –murmuré. Demasiados "gracias" en un solo día: primero lo de Nick y ahora por su cita.
-Te lo tengo que contar todo, pero en otro rato, que he quedado con Joe para cenar –dijo sonriente. -¿No suena raro?
-Sí, un poco... pero también suena raro que Nick tenga novia.
Abrió los ojos como platos.
-¿Son novios? –gritó shockeada.
-No, creo que ya tiene una –dije triste.
-¿Qué te hace pensar eso? –preguntó sentándose en el sofá. Me senté a su lado y estuvimos repasando la entrevista que les hicieron en la radio. Ella se llevó las manos a la boca.
-¡Oh Dios! ¡Entonces la que rechazó Joe fui yo! –dijo.
-Sí, pero recuerda lo de Nick –le dije.
-Es obvio que hablaba de ti, April –puso los ojos en blanco –Nick dijo "digamos que a mi no me rechazaron" y si a Joe fue al que le partieron el corazón, fue a tu enamorado al que le dijeron que sí.
-Y justo antes de su entrevista, él y yo nos enviamos mensajes por el móvil... ¡pero no puedo ser yo!
-¿Por qué no? –dijo ella histérica. Me agarró del brazo y me llevó al baño. –Mírate.
Me vi reflejada en el espejo, sin encontrar nada fuera de lo habitual... era yo, mi reflejo devolviéndome la mirada.
-¿No te das cuenta? –me preguntó Liz. Negué con la cabeza, confundida –estás resplandeciente, enamorada, in love, obsesionada y... ¡feliz!
-¿Cómo es posible que sepas mejor que yo misma cómo estoy?
-Soy tu mejor amiga –contestó –es mi obligación saberlo. Y ahora, ¿sabes qué vamos a hacer? Nos vamos a ver a nuestros príncipes para cenar –se detuvo un momento a mirarme el pelo –pero primero, nos arreglaremos.
-NARRA KEVIN-
Después de todo el susto de Nick, y gracias a April, pude escapar a mi habitación. Había quedado para cenar con Danielle. Aún cuando creía que no habría alegría para mi en un tiempo, ella apareció, haciendo que Susan casi desapareciera de mi mente. Porque para ella y sólo había sido un pasatiempo, un juego del que ya se había aburrido, pero yo la quería, o al menos eso pensaba hasta que me llamó para decirme que no quería que nos siguiéramos encontrando... algo que sería bastante difícil, ya que ella trabajaba con nosotros. Decidí no pensar más en Susan, sino en vestirme para ir a cenar con Dani, pero algo me asaltó de repente, ¿y mi guitarra? Revolví la habitación completamente, pero no apareció, así que salí para preguntar en recepción si la habían encontrado. Sin embargo, no llegué tan lejos.
-¿Asustado? –preguntó una voz por detrás de mi. Me giré ansioso, pero me relajé al encontrarme con que la voz era de Danielle, que sonreía y sostenía mi guitarra en la mano.
-¡La encontraste! –le dije agradecido. Ella se reía.
-Te la dejaste en el salón de antes –contestó. Me fijé en que no iba sola, sino que la acompañaba una chica de oscuros ojos negros. –Te presento a Sophie.
La chica rubia extendió la mano, que yo estreché.
-Encantado, yo soy Kevin –le dije. Sophie sonrió de una forma que parecía forzada.
-Creo que te conozco... –dijo ella. Danielle le dio un codazo.
-Soph... –murmuró entre dientes –Déjalo en paz.
Yo sonreí. Por eso me gustaba Danielle, porque no reaccionaba como si yo fuera algo especial por ser famoso. Me trataba como a un chico cualquiera.
-No, en serio –dijo Sophie –Tienes dos hermanos más, ¿no?
-Bueno, en realidad son 3: Joe, Nick y Frankie –contesté.
-Ya, pero los importantes son Joe y Nick –dijo sonriendo.
-No sé lo que tú pensarás, pero para mi todos son igual de importantes –respondí secamente.
-¡Pues claro! –dijo Danielle escandalizada -¿Qué estás diciendo Sophie?
La chica torció el gesto, sacudió su pelo e ignorando a Dan, siguió observándome.
-No importa... tú eres el mayor, ¿no? –me preguntó.
-Sí –contesté. Ella se limitó a sonreírme falsamente otra vez, evaluándome con la mirada.
-Luego nos vemos, Dani. Adiós Kevin –y se fue.
No me caía bien esa chica, y eso que por lo general intentaba no hacer juicios precipitados sobre las personas...
-Ignórala –me pidió Danielle –No sé porqué sigo con ella, está insoportable últimamente.
-Tranquila, no pasa nada –sonreí sinceramente –. ¿Sigue en pie nuestra cena?
-Claro –contestó sonriendo.
-Entonces nos vemos luego –le di un abrazo.
Cuando volví a mi planta, vi que Joe estaba rondando por allí. Lo siguiente que pasó me dejó helado: Joe se paró delante de la puerta contigua a la mía, respiró profundamente y llamó 2 veces. Me quedé extrañado porque no conocíamos a nadie en esa habitación, así que me escondí de forma que mi hermano no me viera. La puerta se abrió de golpe y una chica de ojos negros penetrantes se abalanzó sobre él, dándole un abrazo.
-¡Cariño, te eché de menos! –dijo ella.