Mermaid [Joe Jonas]

dioooss!
novela taan buena!
siguela please
y un favorsiitoo:B
cuando subas
me envias un mensaje?
es que no puedo favoritear u.u'
y bueeno!
para que no se me olvide
SIGUELA BBY!
by; tu fieeel lectora Patty_Jonas

siguelaaaaaaaaaaaaaaa
no no no no no no no no es que estoy de un PARTIDA con esta novela
me encanta.....publica pronto por favor o morire...
y no quieres ser la causante de mi muerte cierto?? xD
me encanta no existen palabras para describir todo lo que me gusta esta novela...
SIGUELA POR EL AMOR DE DIOS xD

siii muchas gracias por poner ______ jaja y pz kuidate y siguela!

siguelaaaaaaaaaaa

siguela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

siguela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mila! perdon x no comentar antes!
pero esq este internet es una porqueria!!!
en fin no me canso de decirlo
AMO ESTA NOVELA!
SEGUILA PLIS! PRONTOOO!

Siguelaa pliiiisss!! que no aguantoo!!! xD

oo esta nove esta geneal!!!! siguela!

siguela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

siguela!!!!!!!!!!

ehit kuando la sigues???????????????????????????//

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Chicas lo siento tanto he estado perdida unos dias pero entre la escuela y recuperar todas las pruebas a las que falte no ha sido facil y no he tenido tiempo nisiquiera para mi misma :/ bueno les cuento que mañana antes de irme con mi grupo de estudio me hare un tiempo y subire dos capitulos y medio como recompensa ok ???? Se los juro ! Bueno cuidense un beso y GRACIAS.


Mila

jiji siiiiiiiiiiiiii k bno pero kuando puedas no te apures nosotras no nos movemos ok
siguela!!!!!!!!!!

jeje iop otra vez siguela!!!!!!!

Capitulo 10

Desperté al otro día con el sonido de la alarma del teléfono de Moni, le tenía escogida una melodía que podía despertar a todo un regimiento. Peor que el sonido de un buque de guerra. Al abrir los
ojos lo primero que recordé fue el momento de anoche. Aún podía sentir en mis labios el sabor de sus
besos, esos tan delicados y pasionales que me brindó. Aún quemaban como si estuviera con él. Aún me
cuesta creer todo lo que pasó, en un momento le había dicho que no nos viéramos más y al otro le confesaba lo que ni yo tenía claro. Que también sentía una fuerte atracción por él. De sólo recordarlo sentí
arder mis mejillas, me tapé con una almohada pero alguien me quitó mi improvisada máscara.

—Hoy puse el despertador más temprano, —me habló Moni con una enorme sonrisa algo mali-
ciosa— me tienes que contar lo que pasó anoche con LUJO de detalles. —Sabía que me esperaba una
situación embarazosa.

—¿Por qué a mí? —le pregunté al cielo, pero no llegaban respuestas. Ella comenzó a zamarrearme para que comenzara mi relato— Ok, ok.

—¡¡Wiiii!! —a veces me sorprende las cosas que la hacen feliz. Sé que si le regalo una mariposa
ella va a sonreír durante un mes.

—Ok, después que nos fuimos de donde ayer me encontraste caminamos hasta la proa, no había
nadie más. En ese momento me dijo unas cosas tan dulces Moni que no te imaginas, prometió que él no
me lastimaría. Tenía miedo, eso no te lo voy a negar, pero pude ver en sus ojos sinceridad, pude ver a
través de ellos que me era completamente honesto.

>>Ante sus palabras terminé confesando lo que ni yo tenía tan claro, mis sentimientos. Antes
que lograra decir algo más él sonrió y me beso. Te juro que me sentí en la Luna, nunca me había pasado
que unos labios lograran en mí tantos sentimientos como los de él. El movimiento de sus manos en mi
espalda con tanta delicadeza no tiene descripción apropiada. Como me estremecía entre sus brazos
mientras él me comprimía. Su boca se movía en un juego único haciendo de mis labios la víctima más
feliz de todas. Su lengua se adentraba lentamente en mi boca degustando de cada rincón al que podía
acceder y no creas que yo me quedaba sin hacer nada. Daba la mejor de las luchas que me era posible.
Mis manos vagaron por todo su torso, desordenaron sus cabellos y lentamente iba subiendo su remera
con cada caricia, lo mismo que sucedía con la mía una vez que tu campera terminó en el suelo.

»Comenzó a caminar arrastrándome en su avance hasta que una de las paredes de por ahí se interpuso entre nosotros. Me tenía acorralada entre su musculoso cuerpo y la fría muralla a mi espalda.
Los besos y las caricias aumentaron en velocidad e intensidad. Te puedo decir que sentía que mi corazón se me quería escapar por la boca. Latía a más de un millón de pulsaciones por segundo. Nunca
había estado tan agitada.

»Sus besos descendieron por la piel de mi cuello mientras sus manos acariciaban mi vientre al
descubierto, subían lentamente hasta la base de mis pechos y volvían a descender. No te explico el placer que sentía cuando sus dientes hincaban en mi piel, como se me erizaban cada uno de los vellos


cuando su lengua barría mi epidermis con tanta parsimonia que parecía utópico. En realidad todo en él
lo es…

—¡Wooaaa! Realmente te gusta —me ruboricé por completo, aunque tengamos mucha confianza, era algo delicado. Ella rió—. Anda, continúa.

—Bueno… una de sus manos descendió por mi costado derecho hasta llegar al muslo correspondiente a ese lado, lo acariciaba y masajeaba como si fuera algo de su entera propiedad. Su otra mano se dedicó a seguir ascendiendo por mi torso hasta capturar por completo uno de mis senos. Te juro,
pero de verdad te juro que jamás me sentí así, era como si una explosión de adrenalina hubiese ocurrido en mi interior, como si un millón de mariposas hubiese sido liberadas dentro mío para que aletearan
produciendo más cosquilleo que en la peor tortura de la mafia —mi amiga carcajeó con mi analogía—.
Y justo en ese momento es cuando te escuché gritando mi nombre por toda la cubierta.

—¡Ups! —Se rascó la cabeza con cara de inocente— No pensé que interrumpía algo tan importante.

—No te preocupes, ahora tú me cuentas que pasó con Kevin, porque a mí no me engañas, vi
como se miraban.

—Eehh… lalala.

—No empieces a cantar, ya me hiciste hablar, ahora te toca a ti —le pegué en toda la cara con la
almohada, casi la tiro al suelo.

—Nada, hablamos un rato, nada importante, me contó que Joe parecía estar realmente ligado
contigo, me dijo que ha hablado mucho de ti, por eso supo tu nombre.

—¿Y no pasó nada más? ¿No te pidió tu número ni nada parecido?

—Eehh… esto… sí, dijo que le encantaría hablar conmigo otra vez. ¡Ay__________ ! —se tapó la cara
con una almohada para ocultar el rojo de sus mejillas.

—Wooaaa, estos hermanitos son cosa seria. Al parecer no fui la única víctima de sus encantos —
negó con su cabeza.

Luego de molestara un buen rato nos vestimos, la charla se había extendido más de la cuenta y
estábamos algo atrasadas. Aún así no descuidaba mi imagen y no dejaría que Moni lo hiciera, aunque
tuviera que atarla a una silla, saldría peinada de esta habitación.

Ambas nos pusimos nuestros uniformes y nos dirigimos hasta el ala que nos tocaba asear. Partí
con la 701, luego las 702 hasta que al llegar a la 707 hubiese dado el tiempo necesario para que Joe no
estuviera ahí.

Nadie respondió a mi llamado así que supuse que no había personajes dentro. Al entrar no escuché ningún ruido por ningún lado, ni la ducha ni nadie cantando. Al parecer mi plan había resultado, porque él ya no se encontraba en su habitación. Las camas estaban hechas, pero aún así había un
poco de desorden por todos lados. Me dispuse a ordenar mientras cantaba una que otra canción. No
vivo sin cantar, me es tan necesario como respirar.

Mientras recogía algunas prendas cantaba una de las tantas canciones que por culpa de Moni no
me sacaba de la cabeza. En este caso, Dust in the wind de Kansas. No podía sacarme la melodía de la


mente y la andaba tarareando como idiota. Tuve que recoger varios CD’s. Estos chicos tenían un muy
buen gusto musical, casi todos eran artistas de mi agrado.

Apilé todos los discos sobre una cómoda de madera de pino. Pensaba en que casi no sé nada de
Joe, de hecho ni su apellido sé. ¿Cómo es posible que estén pasando estas cosas? ¿En qué momento dejé
que esto llegara a este nivel? Se supone que uno debe conocer a la persona de la que gusta, pero en este
caso no sé nada de él, solo siento algo demasiado fuerte. ¿Amor a primera vista? ¿Existe eso?

—No sabía que cantabas tan lindo —unos brazos fuertes y fornidos me tomaron por la cintura
hasta pegarme a un torso muy trabajado. En un susurro dijo aquellas palabras en mi cuello. Sentí la
vibración de sus labios en mi piel y me estremecí, tanto que dejé caer un CD que tenía en las manos.

—Joseph… —apenas y pude articular. Casi me da un paro cardíaco por la sorpresa— pen…
pensé que no estabas.

—Te estaba esperando, —con suma facilidad me volteó para quedar frente a frente con sus labios a escasos centímetros— no me acerqué antes porque quería escucharte cantar, lo haces realmente
bien, tienes una voz muy dulce.

—Gracias —dije totalmente ruborizada.

—Me encanta que te sonrojes.

Mordió mi labio inferior mientras hacía presión en mi espalda, de a poco convirtió esa delicada
opresión en un sensual beso que para ser sincera, ya extrañaba.

Capitulo 11

La delicadeza de sus manos era tan agradable, como me comprimía contra su cuerpo sin dejar
de devorar mis labios. Antes de volver a sentir mi corazón latir, mis brazos se cruzaron por su cuello
evitando que sus labios se alejaran, ni siquiera un milímetro. Sencillamente me había vuelto adicta a
sus labios, al elixir de su saliva mezclándose con la mía y bueno… a todo él. Aún me pregunto ¿Cómo
pasó esto? ¿Cómo me puede tanto un chico desconocido? Porque aún es eso… no sé casi nada de él, ni
el apellido. Aún así, sabiendo que mi conducta no era la mejor, no podía resistirme a sus caricias, a sus
besos, a la suavidad de su tacto, su perfume me embriagaba más que el mejor de los licores.

Sus grandes manos empezaron a moverse en mi espalda, de arriba abajo, de abajo a arriba una y
otra y otra vez, mi uniforme se empezaba a arrugar. Su lengua se introducía con confianza en mi paladar y aunque la mía le daba pelea, siempre atinaba a perder. ¡Es que él me desconcentra! ¿Cómo mantener la concentración en una guerra cuando un dedo recorría toda mi columna vertebral? Quizás debo
ir al Tíbet a meditar para encontrar la respuesta. ¡Dios! Las locuras que digo, aunque estoy segura que
Moni aceptaría gustosa acompañarme.

Sentí como una de sus manos descendió por mi cadera hasta llegar a mi muslo, el cual comprimió con fuerza y elevó hasta acomodarlo a su costado. No sé desde cuando me dejo manejar como títere. Supongo que el titiritero tiene algo que ver. Acariciaba la piel de mi pierna ya que la falda de mi
uniforme estaba muchos centímetros más arriba de su lugar. Se alejó de mi boca para besar la piel de
mi cuello, ligeros roces de su lengua acompañaban sus tortuosos besos. Yo enredaba mis dedos entre
sus cabellos, halaba de ellos en cada momento que sentía que sus dientes raspaban mi epidermis.

Fue en busca de mi otra pierna obligándome a formar una llave alrededor de su cadera. En
cuanto estuve firmemente sujeta comenzó a avanzar. No sé como lo hacía para guiarse sin tropezar con
nada, hay que considerar que con su cara enterrada en mi cuello no se podía ver mucho. En conclusión,
tiene grandes habilidades.

Al final terminamos sobre la cama aún deshecha, él sobre mí, acomodado a la perfección entre
mis piernas. Sus besos comenzaron a bajar y entretenerse en el escote que mostraba mi uniforme, no era
mucho, pero sí dejaba algo a la vista. Sentí como sus manos se colaban entre mi cuerpo y las sábanas de
la cama bajo mí, jugaban con la cremallera de mi prenda. Estaban buscando algo más y no me creo en
las facultades de negarme a su petición implícita.

Al ver que no podía con el dichoso cierre, llevó sus ardientes manos hasta mis muslos, los acariciaba con suavidad y mucha lentitud, la pollera estaba cada vez más arriba y yo me dejaba manejar sin
quejas. Mis neuronas se habían desactivado en cuanto sus labios volvieron a acoplarse a los míos. Supongo que es la falta de oxigeno, ya que su beso me robaba todo el aliento.

—¡AAAHHH! —grité de repente y él se separó rápido.

—¿Pasó…. Pasó algo? ¿Te hice algo?


Dios, no se imaginan como se veía desde este ángulo, un poco sudado, con sus cabellos rozando
sus mejillas sonrosadas, los labios carnosos y m{s rojos de lo común, hinchados y con un brillo tan…
tan… ¡no sé! No tengo calificativo. Casi se me olvida que algo vibraba en mi espalda, pero pronto el
molesto aparatito me trajo a la realidad.

—Ay… ¡algo vibra!

Rápidamente me moví, no pregunten como lo hice que ni yo sé, pero encontré un iPhone que
supuse de él, no alcancé a ver mucho, pero en la pantalla vi la imagen de una chica que lanzaba un beso, una rubia, pero no alcancé a ver más porque el cogió el aparatito a velocidad supersónica. Me senté
en la cama viéndolo, él se levantó y alejó un poco para hablar.

—¿Si? —Empezó a hablar— No… es que estaba ocupado… no, tranquila, todo esta bien… luego
te llamo… ok, adiós.

—¿Quién era? —la muy chusma de yo preguntó cuando él llegó hasta mi lado.

—Una amiga… nada relevante ni por lo que preocuparse —me sonrió pícaro.

—Si tu lo dices… —me levanté cuando él se empezaba a acercar.

—¿Qué pasa? —inquirió mientras yo me acomodaba el uniforme enteramente arrugado producto de sus caricias.

—Estoy en horario de trabajo, lo siento.

Me comencé a alejar sin terminar de escuchar lo que me decía. Estaba bien un momento de
arrebato, pero no podía poner en riesgo mi empleo por él. Además, dejarlo con un poco de intriga y
abstinencia no era malo.

Tomé todas mis cosas que estaban en el pasillo, luego volvería a la habitación de Joseph para
terminar de ordenarla, con semejante distracción no se puede hacer mucho.

Iba por el pasillo arrastrando el carrito lleno de toallas y otros utensilios cuando veo asomarse
corriendo a mi amiga con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡______________! —Parecía nena chiquita cuando le regalan lo que quería por lo emocionada que estaba— me acaban de dar una grandiosa noticia.

—¿Cuál sería para dejarte en ese estado de excitación?

—¡¡Mañana tenemos libre!! —Comenzó a bailar, formaba grandes círculos con sus manos— podemos hacer lo que queramos, como cualquier otro pasajero.

—Genial, hay que aprovechar ese día.

Se fue de lo más feliz, bailando y cantando no sé qué canción, de seguro una vieja del año de la
cocoa, como dice Moni a veces. Tiene dichos que ni yo entiendo.

Yo seguí mi camino mientras revisaba llevar todo en orden.

—¡Cuidado! —exclamó alguien a quien casi arrollo por lo despistada que iba.

—Lo sien… —me quedé muda al verlo frente a mí.


—Vaya, vaya… ¿Qué tal __________?

Me quedé helada, congelada en mi punto, no respiraba, no sentía latir mi corazón, nada…
¿Cómo era posible encontrármelo aquí? ¿Por qué el mundo tiene que ser tan pequeño? ¿Por qué tenía
que ir en el mismo barco? No pudo elegir otro programa de vacaciones, no, tenía que encontrármelo
aquí.

—Mar… Martin… ¿qué… qué haces aquí?

—¿No es obvio? de vacaciones, me las merezco. La sorpresa es encontrarte a ti aquí.

—Yo trabajo aquí… esto…

—¿Sabes? —Negué con la cabeza— Nunca te agradecí como se debía la ayuda que me brindaste
en la secundaria y espero que no sea tarde para rectificarme.

Antes de que pudiera respirar otra vez me tomó por la cintura y me arrastró hasta pegarme a su
cuerpo, yo seguía en un trance por la impresión, no me movía, no pensaba, sólo maldecía haberme subido a este maldito crucero sin haber revisado la lista de pasajeros antes.

—¡__________! —gritaron, una voz muy conocida, quizás más de lo que debía ser en este momento.

Capitulo 12

Como al parecer hoy la mala suerte me seguía, no me bastaba con haberme encontrado con
Martin, sino que ahora, tenía que aparecer Joseph en la escena. Recién, al verlo con una cara de signo
de interrogación, atiné a separarme de Martin.

—¿Quién es él? —Preguntó Joseph tomándome del brazo y pegándome a su cuerpo.

—Él… él… —Genial, además de que le simpatizo a la mala suerte hoy descubrí que soy tartamuda


—Soy Martin, viejo amigo de _________ —le extendió la mano a Joe quien no la aceptó con buena cara. Martin me miró de una manera lo que produjo que un escalofrío recorriera toda mi espina dorsal.
Miles de recuerdos venían a mi mente, malos recuerdos.

—Joseph. —Se presentó cortante— __________, te estaba buscando hace rato —me tomó por la cintura
y me obligó a mirarlo a los ojos, se olvidó que se encontraba Martin presente—. Te fuiste sin decir nada.

—T-tenía que trabajar… tengo que trabajar.

Me separé como pude, la situación era insoportablemente incómoda. Debo agregar que se respiraba la tención, no sé cuál se miraba de peor manera, si Joe a Martin o viceversa. Me fui y ellos siguieron con esa actitud. Yo necesitaba de una persona ahora, debía encontrarla con urgencia.

Dejé el carro que arrastraba en medio del pasillo y salí corriendo en busca de mi amiga, era la
única que conocía toda la historia y ahora podría ayudarme. Corrí con los ojos algo empañados, quizás
más de lo debido porque no logré ver bien por donde iba y choqué con alguien.

—¡Genial! Parece que hoy me alquilé la mala suerte. —me regañé a mí misma.

—Tranquila, no es para tanto. —alcé la vista y ahí se encontraba el otro hermano de Joe, no el
más pequeño, pero el que supongo le sigue.

—Tú… tú eres hermano de Joe ¿Verdad? —inquirí.

—Sí, soy Nicholas… ¿pasa algo? No te ves bien.

Que tierno, el chico era muy preocupado. Claro que me pasaba algo, pero no se lo iba a contar al
primero con el que me encontrara.

—Sí… —¿¡Cómo!? Se supone que debo decir: no, todo está bien — estas cosas del amor, nadie entiende que hacer. —¿Tan desesperada estoy que se lo cuento a él?

—Sé que no nos conocemos, al menos tú a mí, Joe me ha hablado mucho de ti, __________. Pero puedes confiar en mí, soy bueno escuchando a las personas.

Se sentó en una banca que estaba cerca y palmeo a su lado invitándome a sentar. No sé bien el
motivo, pero Nick me inspiró confianza, algo me decía que hablar con él me serviría, es un chico y nunca está mal la opinión de uno.


Me senté a su lado y comencé mi historia. Desde aquella mala experiencia con Martin hasta esta
extraña confusión que experimento por Joseph, su hermano. Todo el tiempo me escuchó atento, a veces
decía uno que otro “hmmm” o un “ya veo”, me sentía como en la consulta de un psicólogo, sólo le faltaba sacar las clásicas imágenes con una mancha preguntándome que veía en ella.

—Es lógico que te sientas así, a cualquiera le costaría volver a confiar pero yo conozco a mi
hermano, no es un mentiroso y jamás jugaría contigo y si lo hace, yo mismo le parto la cara. De hecho,
debería partírsela a ese tal Martin, pero no tengo boleto para esa montaña rusa —reí de su analogía, el
rió conmigo— No sé bien que decirte, pero creo que lo mejor es que no lo creas igual, no porque uno se
haya portado como un patán significa que todos serán iguales contigo —me regaló una tierna sonrisa—
aunque suene cursi, pero es cierto, debes escuchar a tu corazón, no cerrarte en la idea de que todos los
hombres te harán daño.

—Gracias Nick, en serio, me sirvió mucho hablar contigo.



Dos capitulos y medio las quiero mucho y Gracias nuevamente POR TODO Besos...


Mila

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaa *-* new lectora amo tu wed es hermosa

Subeee prontooo pleaseeeeee..!!!! *-*

Subire pronto capitulo se los juro apenas termine las pruebas y esas cosas subo las quiero un monton /gracias !


Mila

okis io aki te espero!!