el despertar del amor en la oscuridad(adaptacion) (Romantico-dramatico) (Nick, Joe y tu)

OMG!!! ese era JOE!!! sube cap!!

AbriiiL,.!!!!!

holap
hehe no subi cap ayer >_< porq no me sentia bn lo viste en el twitter Jullita xD
bnbn mmm pss les aviso q espero poder.....>-< poner 2 caps hoy y si no pongo ninguno seran 4 caps mañana >-< y si np vuelvo a poner pss ya les doy permiso de que
me linchen >-< no muy duro plis X_x okok me voy a segir trabajando em los caps
bye bye

follow me plis http://twitter.com/CaBriiLMo follow me pliiiis :O

bueno esta bn pero sabes q lo prometiste
ok

plis siguela cuanto antes..tu nove es muy wenaa
hay quien sera ese tipo que no pude ver en la oscuridad?? y como sabe mi nombre?? tienes que subir capiz ya plisss

No me convenceee eso de ,..

Citación :

bnbn mmm pss les aviso q espero poder.....>-< poner 2 caps hoy y si no pongo ninguno seran 4 caps mañana >-<

No se porq me suenaa a q probablemete no subiiras hoyy! ¬¬'
Preparooo mi armamentoo ,por si no cumples.!!

Subeee,.!!

esperooooooooo!! cap!

mujer sube capiz por favor..acaso kieres que me muera???

PORFAVOR, AUNQ SEA UNO!

hello hello sorry por no poner cap ayer pero esq me dormi ensima de la lap a mitad de la edicion del primer cap >-< pero pss no se si pueda poner los 4 caps pero esq oy sali y apenas akbo de terminar el cap 11 >-< y me faltan el 12, 13 y 14 y q creen el primer libro llegara a su fin pero no desesperen q son 4 oo 5 libros (o cielos ya vi en que me meti )
pero aun asi intentare terminar los libros que ay :S no es seguro talvez lo deje es mucha presion por lo menos les terminare el primer libro >-< ok quieren saber cuantos caps faltan? 5 caps mas
y quieren saber cuantos caps me falta editar para terminar el primer libro
5 caps >-< see faltan todos talves ya ni les ponga un cap mas oy si ya se que estoy peor q politico q solo prometo y no cumplo >-< pero entiendan que tengo vida xD ni tanta pero no solo es la nove y ay veces q no puedo ademas ayer tuve dos largas oras de mates D: y mi cerebro se agoto >-< y lo repito xD me dormi arriba de la lap asi que ya basta de mi blablabla y el cap porfin

Capítulo 11
corriste dando tumbos por el pasillo en penumbra, intentando
visualizar lo que había a tu alrededor. Entonces el mundo se iluminó
repentinamente con un parpadeo y te encontraste rodeada de familiares
hileras de taquillas. Tu alivio fue tan grande que estuviste a punto de gritar.
Jamás habías pensado que te sentirías tan contenta simplemente por el
hecho de ver. Permaneciste parada un instante para mirar a tu alrededor
agradecida.
—¡_______! ¿Qué haces aquí fuera?
Eran Demi y Selena, que venían a toda prisa por el pasillo hacia ti.
—¿Dónde habéis estado? —les preguntaste con ferocidad.
Demi hizo una mueca.
—No conseguíamos encontrar a Shelby. Y cuando por fin lo hicimos,
estaba dormido. Hablo en serio —añadió ante tu mirada incrédula.
—, dormido. Y no podíamos despertarle. Hasta que las luces regresaron no
abrió los ojos. Entonces iniciamos el regreso hacia el gimnasio. Pero ¿qué
haces tú aquí?
vacilaste.
—Me cansé de esperar —dijiste con tanta jovialidad como te fue posible—.
De todos modos, creo que hemos hecho suficiente trabajo por hoy.
—Ahora nos lo dices —replicó Selena.
Demi no dijo nada, pero te dedicó una aguda mirada escrutadora, y tuviste la desagradable sensación de que aquellos ojos oscuros veían por debajo de la superficie.
Todo el fin de semana, y a lo largo de la semana siguiente, trabajaste
en planes para la Casa Encantada. Nunca disponías de tiempo suficiente
para estar con Nicholas, y eso resultaba frustrante, pero aún más lo era el
mismo chico. Percibías su pasión por ti, pero también que él intentaba
luchar contra ese sentimiento, negándose aún a estar a solas contigo. Y
en muchos aspectos seguía siendo un misterio tan grande como lo había sido la primera vez que le viste.
Jamás hablaba de su familia o de su vida antes de llegar a Fell's Church,
y si le hacías alguna pregunta, la desviaba. En una ocasión le preguntaste
si echaba de menos Italia y si lamentaba haberse ido de allí, y por un
instante sus ojos se habían iluminado, el color chocolate centelleando como
hojas de troncos roble reflejados en la corriente de un arroyo.
—¿Cómo podría lamentarlo si tú estás aquí? —contestó, y te besó de un
modo que hizo desaparecer toda pregunta de tu mente.
En aquel momento, supiste lo que era ser totalmente feliz. También
percibiste la alegría que sentía él, y cuando Nicholas se apartó viste que su
rostro estaba radiante, como si el sol brillara a través de él.
—_______ —susurró.
Los buenos momentos eran así. Pero te había besado cada vez con
menos frecuencia últimamente, y sentías que la distancia entre ambos
se ensanchaba.
Aquel viernes, tu, Selena y Demi decidieron pasar la noche en casa
de los Gómez. El cielo era gris y amenazaba con llovizna mientras tu
y Demi marchaban hacia casa de Selena. Era inusualmente frío para
ser mediados de octubre, y los árboles que bordeaban la tranquila calle
habían sentido ya el mordisco de fríos vientos. Los arces eran una
llamarada escarlata, mientras que los ginkgos mostraban un amarillo
radiante.
Selena las recibió en la puerta.
—¡Todo el mundo se ha ido! Tendremos la casa para nosotras hasta
mañana por la tarde, cuando mi familia regrese de Leesburg. —Les hizo
señas para que entraran, a la vez que trataba de agarrar al
sobrealimentado pequinés que intentaba salir—. No, coqueto, quédate
dentro. Coqueto; no, ¡no lo hagas! ¡No!
Pero era demasiado tarde. Coqueto había escapado y corría como una
exhalación por el patio delantero hasta el solitario abedul, donde se puso a
lanzar ladridos agudos en dirección a las ramas, agitando violentamente
los michelines del lomo.
—Vaya, ¿qué persigue ahora? —dijo Selena, llevándose las manos a las
orejas.
—Parece un cuervo —respondió Demi.
Te quedaste rígida. Diste unos cuantos pasos hacia el árbol y alzaste la
vista al interior de las doradas hojas. Y allí estaba. El mismo cuervo que ya
habías visto dos veces anteriormente. A lo mejor tres veces, te dijiste,
recordando la figura oscura que alzó el vuelo desde los robles en el
cementerio.
Mientras lo contemplabas sentiste que se te hacía un nudo de miedo en el
estómago y que tus manos te quedaban heladas. El ave volvía a mirarte
fijamente con su brillante ojillo café-amarillo, en una mirada casi humana. Aquel
ojo... ¿Dónde habías visto un ojo como aquél antes?
De improviso, las tres dieron un salto atrás cuando el cuervo
lanzó un graznido áspero y agitó violentamente las alas, saliendo
disparado del árbol hacia ustedes. En el último momento descendió en picado
en dirección al pequeño perro, que en aquellos momentos ladraba
histéricamente. Pasó a centímetros de los colmillos del can y luego volvió
a remontar el vuelo, sobrevolando la casa para desaparecer en los oscuros
nogales situados más allá.
Las tres se quedaron allí de pie, paralizadas por el asombro.
Luego Selena y Demi se miraron una a la otra y la tensión se hizo
añicos en forma de carcajadas nerviosas.
—Por un momento pensé que venía a por nosotras —dijo Selena,
acercándose al indignado pequinés y arrastrándolo, ladrando aún, de
vuelta dentro de la casa.
—También yo —respondiste con calma, y no te uniste a las risas de
tus amigas mientras las seguía al interior.
Una vez que Demi y tu acabaron de guardar sus cosas, la tarde
adoptó una pauta familiar. Te resultaba difícil mantener tu
sensación de inquietud en la salita abarrotada de Selena frente a un buen
fuego y con un tazón de chocolate caliente en la mano. Las tres no
tardaron en estar discutiendo los últimos planes para la Casa Encantada y
te tranquilizaste.
—Lo tenemos todo bien definido —dijo Demi por fin—. Desde luego,
hemos pasado tanto tiempo pensando en los disfraces de todo el mundo
que ni siquiera hemos pensado en los nuestros.
—El mío es fácil —dijo Selena—. Seré una sacerdotisa druida, y sólo
necesitaré una guirnalda de hojas de roble en el cabello y una túnica
blanca. Mary y yo la podemos coser en una noche.
—Yo creo que seré una bruja —dijo Demi, pensativa—. Todo lo que
hace falta es un largo vestido negro. ¿Y tú, ______?
sonreiste.
—Bueno, se suponía que era un secreto, pero... Tía Judith me dejó ir a
una modista. Encontré una ilustración de un vestido de dama del
Renacimiento en uno de los libros que usé para mi trabajo oral y lo
estamos copiando. Es de seda veneciana, azul claro, y es realmente
bonito.
—Suena precioso —dijo Selena—. Y caro.
—Estoy usando mi propio dinero del fideicomiso de mis padres. Sólo
espero que a Nicholas le guste. Es una sorpresa para él..., bueno, sólo
espero que le guste.
—¿De qué irá Nicholas? ¿Está ayudando con la Casa Encantada? —
preguntó Selena con curiosidad.
—No lo sé —respondiste tras un instante—. No parece demasiado
entusiasmado con todo eso de Halloween.
—Resulta difícil imaginarle envuelto en sábanas desgarradas y cubierto
de sangre falsa como los otros chicos —coincidió Demi—. Parece...,
bueno, demasiado distinguido para eso.
—¡Ya lo sé! —exclamó Selena—. Sé exactamente lo que puede ser, y
apenas tendrá que disfrazarse. Fijaos, es extranjero, su rostro es más bien
pálido, tiene una maravillosa mirada inquietante... ¡Ponle un frac y tienes
a un perfecto conde Drácula!
sonreíste a pesar tuyo.
—Bueno, se lo pediré —dijiste.
—Hablando de Nicholas —intervino Demi, los oscuros ojos puestos en
ti—, ¿cómo van las cosas?
suspiraste, desviando la mirada hacia el fuego.
—No... estoy segura —respondiste por fin, lentamente—. Hay momentos
en los que todo es maravilloso, y luego hay otros momentos en que...
Demi y Selena intercambiaron una mirada, y a continuación
Demi preguntó con delicadeza:
—¿Otros momentos en que qué?
vacilaste, considerándolo. Luego tomaste una decisión.
—Esperad un segundo —dijiste, y te pusiste en pie y corriste escalera arriba.
Volviste a bajar con un pequeño libro de terciopelo azul en las manos.
—Escribí parte de ello anoche cuando no podía dormir —explicaste—. Esto
lo dice mejor de lo que podría hacerlo yo ahora.
Localizaste la página, aspiraste profundamente y empezaste:
17 de octubre
Querido diario:
Me siento fatal esta noche. Y tengo que compartirlo con alguien.
Algo no funciona entre Nicholas y yo. Existe una tristeza terrible en su
interior que no puedo alcanzar, y eso nos está separando. No sé qué
hacer.
No soporto la idea de perderle. Pero se siente muy desdichado por algo,
y si él no quiere decirme lo que es, si no quiere confiar en mí, no veo
ninguna esperanza para nosotros.
Ayer, cuando me abrazaba, percibí algo liso y redondo bajo su camisa,
algo colgado de una cadena. Le pregunté en broma si era un regalo de
Miley. Y él simplemente se quedó como paralizado y ya no quiso seguir
hablando. Fue como si de repente estuviera a miles de kilómetros de
distancia, y sus ojos..., había tanto dolor en sus ojos que apenas pude
soportarlo.
dejaste de leer y repasaste las últimas líneas escritas en el diario en
silencio con los ojos:
Me da la impresión de que alguien le ha herido terriblemente en el
pasado y que no lo ha superado. Pero también pienso que hay algo a lo
que teme, algún secreto que no desea que yo descubra. Si al menos
supiera qué es, podría demostrarle que puede confiar en mí. Que puede
confiar en mí sin importar lo que suceda hasta el final.
—Si al menos lo supiera —susurraste.
—¿Si al menos supieras qué? —preguntó Demi, y alzaste los ojos,
sobresaltada.
—Ah..., si al menos supiera lo que va a suceder —te apresuraste a decir,
cerrando el diario—. Quiero decir, si supiera que acabaremos rompiendo,
supongo que simplemente querría acabar de una vez. Y si supiera que
todo saldría bien al final, no me importaría nada de lo que sucede ahora.
Pero pasar día tras día sin estar segura es espantoso.
Sel se mordió el labio y luego se irguió en su asiento con ojos
chispeantes.
—Puedo mostrarte un modo de averiguarlo, ________—dijo—. Mi abuela me
contó el modo de saber con quién se casará una. Se llama una cena
silenciosa o un banquete de los difuntos.
—Deja que lo adivine, es un viejo truco druida —comentó Demi.
—No sé lo antiguo que es —respondió ella—. Mi abuela dice que siempre
ha habido cenas silenciosas. En todo caso, funciona. Mi madre vio la
imagen de mi padre cuando lo probó, y al cabo de un mes estaban
casados. Es fácil, __________; ¿y qué tienes que perder?
paseaste la mirada de Selena a Demi.
—No sé —repuso—. Pero, escuchad, realmente no creeréis...
Selena se irguió muy tiesa, con expresión de dignidad ultrajada.
—¿Llamas mentirosa a mi madre? Vamos, ________, no hay nada malo en
probar. ¿Por qué no?
—¿Qué tendría que hacer? —preguntaste sin convicción.
Te sentías extrañamente intrigada, pero al mismo tiempo bastante
asustada.
—Es sencillo. Tenemos que tenerlo todo preparado antes de que den las
doce de la noche...
Cinco minutos antes de medianoche, estabas de pie en el comedor
de los Gómez, sintiéndote más estúpida que otra cosa. Desde el patio
trasero llegaban los ladridos frenéticos de Coqueto, pero dentro de la casa
no se oía ningún sonido, a excepción del pausado tictac del reloj de pie.
Siguiendo las instrucciones de Selena, habías puesto la enorme mesa de
nogal negro con un plato, un vaso y un único servicio de plata, sin decir ni
una palabra mientras lo hacías. Luego habías encendido una única vela en
una candelera en el centro de la mesa y te habías colocado detrás de la
silla ante la que estaba dispuesto el cubierto.
Según Selena, al dar la medianoche debías echar la silla atrás e invitar a
tu futuro esposo a sentarse. En ese momento, la vela se apagaría y vería
una figura fantasmal en la silla.
En un primer momento te habías sentido un poco inquieta al respecto,
no muy segura de querer ver ninguna figura fantasmal, aunque fuera la de
tu futuro esposo. Pero en aquellos momentos todo parecía tonto e
inofensivo. Cuando el reloj empezó a tocar, te enderezaste y sujetaste mejor el
respaldo de la silla. Selena te había dicho que no lo soltaras hasta que
finalizara la ceremonia.
Aquello era una estupidez. Tal vez no deberías pronunciar las palabras...,
pero cuando el reloj empezó a dar la hora, oíste tu propia voz hablando.
—Entra —dijiste con timidez a la habitación vacía, apartando la silla—.
Entra, entra...
La vela se apagó.
Diste un respingo en la repentina oscuridad. Habías notado el viento,
una fría ráfaga que había apagado la vela. Procedía de las puertas
vidrieras a tu espalda, y volviste la cabeza rápidamente, con una mano
puesta aún en la silla. Habrías jurado que aquellas puertas estaban
cerradas.
Algo se movió en la oscuridad.
El terror te invadió, llevándote por delante tu timidez y cualquier rastro de jocosidad. Cielos, ¿por qué lo habías hecho, qué habías buscado? tu corazón se contrajo y sentiste como si te hubiesen sumergido, sin advertencia previa, en su pesadilla más espantosa.
No sólo estaba todo oscuro, sino totalmente silencioso; no había nada que ver y nada que oír, y tu caías...
—Permíteme —dijo una voz, y una brillante llama chisporroteó en la
oscuridad.
Por un terrible y escalofriante momento pensaste que era Taylor, al recordar
su encendedor en la iglesia en ruinas de la colina. Pero a medida que la
vela de la mesa se encendía, viste la mano pálida de largos dedos que la
sostenía. No era el puño rojo y rechoncho de Taylor. Pensaste por un momento
que era la de Nicholas, y entonces tus ojos se alzaron hacia el rostro.
—¡Tú! —exclamaste, estupefacta—. ¿Qué crees que estás haciendo aquí? —
Desviaste la mirada de él a las puertas vidrieras, que estaban efectivamente
abiertas y mostraban el césped lateral—. ¿Siempre entras en las casas de
los demás sin que te inviten?
—Pero tú me pediste que entrara.
Su voz era tal y como la recordabas, sosegada, irónica y divertida.
También recordabas la sonrisa.
—Gracias —añadió él, y se sentó con elegancia en la silla que habías
apartado.
Retiraste rápidamente la mano del respaldo.
—No te estaba invitando a ti, precisamente —dijiste con impotencia,
atrapada entre la indignación y la vergüenza—. ¿Qué hacías merodeando
fuera de la casa de Selena?
Él sonrió. A la luz de la vela, su cabello negro brillaba casi como si fuera
líquido, demasiado suave y delicado para ser cabello humano. Su rostro
era bronceado pero no demasiado, pero al mismo tiempo totalmente cautivador. Y sus ojos atrajeron los tuyos y los retuvieron.
—Es tu hermosura, _______/ como esas naves niceas de antes/ que por la
mar calma y fragante...
—Creo que será mejor que te vayas ahora.
No querías que siguiera hablando. Su voz te producía sensaciones
extrañas, te hacía sentir curiosamente débil, iniciaba una especie de fusión
en tu estómago.
—No deberías estar aquí. Por favor.
Alargaste la mano hacia tla vela, con la intención de cogerla y abandonarte
allí, luchando contra la sensación de mareo que amenazaba con
dominarte.
Pero antes de que pudieras sujetarla, él hizo algo extraordinario. Atrapó
la mano que alargabas, no con brusquedad, sino con gentileza, y la
sostuvo con sus fríos dedos delgados. Luego te giró la mano, inclinó la
morena cabeza y te besó la palma.
—No... —musitaste, estupefacta.
—Ven conmigo —dijo él, y te miró a los ojos.
—Por favor, no... —volviste a musitar mientras el mundo daba
vueltas a tu alrededor.
Aquel joven estaba loco; ¿de qué hablaba? ¿Ir con él adonde? Pero te
sentías tan mareada y desfallecida...
Él estaba de pie, sosteniéndote .Te recostaste en él, sentiste aquellos
dedos fríos en el primer botón de la blusa sobre la garganta.
—Por favor, no...
—No pasa nada. Ya lo verás.
Te apartó la blusa del cuello, sosteniéndote la cabeza con la otra mano.
—No.
Repentinamente, la energía regresó a ti y te apartaste violentamente de
él, tropezando contra la silla.
—Te dije que te fueras, y lo decía en serio. ¡Vete... ahora!
Por un instante, una furia absoluta se agolpó en los ojos del joven, en
forma de dorada oleada amenazante. Luego volvieron a tranquilizarse y a
recuperar la frialdad y él te sonrió, con sonrisa veloz y radiante que apagó
de nuevo instantáneamente.
—Me iré —dijo—. Por el momento.
sacudiste la cabeza y contemplaste cómo salía por las puertas
vidrieras sin decir una palabra. Una vez se hubieron cerrado detrás de él,
permaneciste inmóvil en medio del silencio, intentando recuperar el aliento.
El silencio..., pero no debería haber silencio. Giraste en dirección al reloj de
pie perpleja y viste que se había detenido. Pero antes de poder examinarlo,
oiste las voces exaltadas de Demi y Selena.
Saliste corriendo al vestíbulo, sintiendo la poco habitual debilidad en tus
piernas mientras volvías a colocarte bien la blusa y la abotonabas. La puerta
trasera estaba abierta, y viste dos figuras en el exterior, inclinadas sobre
algo caído en el césped.
—¿Selena? ¿Demi? ¿Qué sucede?
Selena alzó la vista cuando llegaste junto a ellas. Tenía los ojos llenos
de lágrimas.
—_______, está muerto.
Con un horrorizado escalofrío, bajaste la mirada hacia el pequeño
bulto a los pies de Selena. Era el pequinés, tumbado muy rígido de
costado, con los ojos abiertos.
—Oh, Selena —dijiste.
—Era viejo —dijo tu amiga—, pero nunca esperé que se fuera tan
aprisa. Apenas hace un poco que ladraba.
—Creo que será mejor que entremos —dijo Demi, y alzaste los
ojos hacia ella y asentiste.
Esa noche no era adecuada para estar fuera en la oscuridad. Tampoco
era una noche para invitar a entrar cosas del exterior. Lo sabías ahora,
aunque seguías sin comprender qué había sucedido.
Fue al regresar a la sala de estar cuando advertiste que tu diario había
desaparecido.
Nicholas alzó la cabeza del cuello suave como terciopelo de la hembra de
gamo. El bosque estaba inundado de ruidos nocturnos, y no pudo estar
seguro de cuál le había molestado.
Con el Poder de la mente de Nicholas distraído, el ciervo salió de su
trance, y el chico sintió cómo los músculos de la hembra se estremecían
mientras intentaba incorporarse.
«Márchate, pues», pensó, recostándose y liberándola por completo. Con
una contorsión y un empujón, el animal se levantó y huyó.
Había tenido suficiente. Quisquillosamente, se lamió las comisuras de la
boca, sintiendo cómo los colmillos se retraían y perdían su filo,
extremadamente sensibles como siempre tras una alimentación
prolongada. Empezaba a resultarle difícil saber cuánto era suficiente. No
había sentido mareos desde lo ocurrido junto a la iglesia, pero vivía
temiendo su regreso.
Vivía con un miedo concreto: que recuperaría los sentidos un día, con la
mente confusa, y se encontraría con tu grácil cuerpo inerte en
sus brazos, la fina garganta marcada con dos heridas rojas, el corazón
detenido para siempre.
Eso era lo que podía esperar.
La sed de sangre, con toda su miríada de terrores y placeres, era un
misterio para él, incluso en la actualidad. Aunque había vivido con ella
diariamente durante siglos, seguía sin comprenderla. Como un humano
vivo, sin duda se habría sentido repugnado, asqueado, por la idea de
beber el sustancioso y cálido líquido directamente de un cuerpo vivo. Es
decir, si alguien le hubiese propuesto tal cosa en tales términos.
Pero no se habían utilizado palabras esa noche, la noche en que
Mandy le había cambiado.
Incluso después de todos esos años, el recuerdo era nítido.
Estaba durmiendo cuando ella apareció en su habitación, moviéndose
con tanta suavidad como una visión o un fantasma. Él dormía, solo...
Llevaba puesto un fino camisón suelto de hilo cuando fue a él.
Era la noche anterior al día que ella había designado, el día en que
anunciaría su elección. Y fue a verle a él.
Una mano blanca separó las cortinas que rodeaban el lecho, y Nicholas
despertó del sueño, incorporándose alarmado. Cuando la vio, con los
cabellos de un dorado pálido brillando sobre sus hombros, los ojos azules
sumidos en sombras, la sorpresa lo dejó mudo.
Y el amor. Nunca había visto nada más hermoso en su vida.
Tembló e intentó hablar, pero ella posó dos dedos fríos sobre sus labios.
—Silencio —susurró la joven, y el lecho se hundió bajo el peso de
Mandy.
El rostro de Nicholas se encendió, su corazón palpitaba atronador de
vergüenza y emoción. Nunca antes había habido una mujer en su lecho. Y
aquélla era Mandy; Mandy, cuya belleza parecía proceder del cielo;
Mandy, a la que amaba más que a su propia alma.
Y porque la amaba, realizó un gran esfuerzo. Mientras la muchacha se
deslizaba bajo las sábanas, acercándose tanto a él que pudo sentir el
frescor del aire nocturno en la fina prenda que la cubría, consiguió
finalmente hablar.
—Mandy —susurró—. Podemos... esperar. Hasta que estemos
casados por la Iglesia. Haré que mi padre lo organice la semana que viene.
No... no transcurrirá mucho tiempo...
—Silencio —musitó ella otra vez, y él sintió aquel frescor de su piel.
No pudo contenerse; la rodeó con los brazos, sujetándola contra él.
—Lo que hacemos ahora no tiene nada que ver con eso —siguió ella, y
alargó los delgados dedos para acariciar su garganta.
El comprendió. Y sintió como un ramalazo de temor, que desapareció a
medida que los dedos de ella siguieron acariciándole. Deseaba eso,
deseaba cualquier cosa que le permitiera estar con Mandy.
—Recuéstate, amor mío —susurró ella.
«Amor mío.» Las palabras zumbaron en su interior mientras se
recostaba en la almohada, inclinando la barbilla hacia atrás para dejar al
descubierto la garganta. Su miedo había desaparecido, reemplazado por
una felicidad tan grande que pensó que lo haría pedazos.
Percibió el suave roce de sus cabellos sobre su pecho, e intentó calmar
su respiración. Sintió el aliento de la joven en su garganta, y luego los
labios. Y a continuación los dientes.
Sintió un dolor punzante, pero se mantuvo muy quieto y no profirió
ningún sonido, pensando sólo en Mandy, en cómo deseaba ser de ella.
Y casi al momento el dolor cesó y sintió que le extraían la sangre del
cuerpo. No era terrible, como había temido. Era una sensación de dar, de
alimentar.
Luego fue como si sus mentes se fusionaran, convirtiéndose en una.
Sentía la alegría de Mandy al beber de él, su deleite al tomar la cálida
sangre que le proporcionaba vida. Y él supo que ella percibía su deleite al
dársela. Pero la realidad se alejaba, los límites entre los sueños y el
despertar se desdibujaban. No podía pensar con claridad; no podía pensar
en absoluto. Sólo era capaz de sentir, y sus sentimientos ascendían en
espiral sin pausa, elevándolo más y más, cortando sus últimos lazos con la
vida terrenal.
Algo más tarde, sin saber cómo había ido a parar allí, se encontró en los
brazos de ella. Lo acunaba como una madre sujetando a un bebé, guiando
su boca para que se posara en la carne desnuda justo por encima del
escote de su camisón. Allí había una herida diminuta, un corte que
aparecía oscuro sobre la piel pálida. No sintió ni miedo ni vacilación, y
cuando ella le acarició los cabellos para darle ánimos, empezó a succionar.
Frío y meticuloso, Nicholas se sacudió la tierra de las rodillas. El mundo de
los humanos dormía, sumido en un sopor, pero sus propios sentidos
estaban agudizados como un cuchillo. Debería haberse saciado, pero
volvía a tener hambre; el recuerdo había despertado su apetito.
Ensanchando las fosas nasales para captar el rastro almizcleño del zorro,
inició la caza.

ala quieren saber cuantas ojas de word llevo? si 83 >-< y todavia me faltan y hey no me estoy quejado yo se que yo fui la que empeso todo esto xD
creo q me exedi aya arriba >-< pero pss ya q xD bye bye
P.D. mejor no ago promesas que luego no puedo cumlir >-<

eres mala!!!
solo subistes uno

AW NO ARRIILL,. NO QUERIA Q TE SINTIERAS MAL
NMNONO,. TODO LO Q DIGO ES EN BURLA.
Y GRACIIAS POR EL CAP
SII SE Q ESTABAS MAL. ESPERO ESTE MEJOR!

SIGUELAAA .- LO AME EL CAP!

ESE JOEE Q NO PUEDE DEJAR A NICK TRANQUILO?
PORQ TODAS LAS NIÑAS Q LE GUSTAN A NICK A EL TAMBN! ¬¬'

Q LO DEJJEE EN PAZ.!!

AH! ESPERO ENCUENTRES ESOS LIBROS PRONTOO!!

TKM!

plis siguela..me cortare las venas con una cuchara de plastico si no la sigues ya mismo y hablo en serio
hahaha
amo tu nove

geni.jonas4ever!! escribió:

plis siguela..me cortare las venas con una cuchara de plastico si no la sigues ya mismo y hablo en serio
hahaha
amo tu nove

DEJARAS Q LO HAGA? :O'

VES LO Q CAUSA Q NO NOS SUBAS NOVE ABRIL?
NECESIIAMO LEER.!
TEN PIEDAD,. TEN PIEDAD DE NOSOTRAS,!!!!!

SSSSSSSSSSUUUUUUUUUUUUUUUBEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE


SINO ME LE UNO, Y TE VAS QUEDANDO SIN LECTORAS!

subeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

PORFAVOORRR, SIGUEEELAAAAAA ,.!!

MUERTE LENTAAAA,. YA NO PUEDO RESPIRAR. PRONTO NO PODRE HABLAR,.
Y LUEGO MI CORAZON NO PALPITARA MÁS.!

APIADATEEE,.!!

holap
no se me vayan a morir :O
ahorita les subo
ahora una tarea para ustedes recomiendenme noves
lindas de todo
ok me voy byebye

Subeeeeeeeeeeeeeeee AbriL....!!


Siii Quieres Viviir Pa Concer al Restoo de Tu FLiia.!