______ se estaba agachando para retirar la toalla cuando una fortísima ráfaga de viento levantó por los aires una mesa con sombrilla que había cerca y la golpeó en la espalda.
______ gritó cuando el viento la catapultó con fuerza más allá del borde que se unía con el horizonte. Gritó cuando se golpeó en el hombro contra el repecho de más abajo donde caía el agua, y gritó de nuevo cuando la fuerza del impulso la empujó al vacío.
Nick estaba tumbado encima de la cama, totalmente despierto, cuando oyó los gritos aterrorizados de ______. Se puso de pie en un instante y corrió en dirección al lugar de donde venían sus gritos: la zona de la piscina.
La luz de emergencia ya estaba encendida, indicando que _____ debía de haber salido hacía poco; pero no la vio por ninguna parte. De pronto, vio la mesa y la sombrilla al final de la piscina.
Nick: —¡Ay Dios mío! —exclamó Nick, pensando que ______ estaba dentro del agua, inconsciente por el golpe y ahogándose.
Cuando Nick se zambulló y no la vio, nadó hasta el extremo y se asomó al repecho más abajo para ver si la veía allí, esperando a que él la rescatara.
Un miedo feroz se apoderó de él cuando vio que el repecho poco iluminado estaba también vacío. El mero pensamiento de que pudiera haberse precipitado a las aguas rocosas más abajo le resultó tan horrible que apenas pudo concebirlo; porque nadie podría sobrevivir a una caída tal.
Nick:—¡No! —gritó al viento. No podía estar muerta; su ______ no; su preciosa y maravillosa ______ no.
Tu: —¡Nick! ¿Nick, estás ahí?
Nick estuvo a punto de gritar del alivio que sintió.
Nick: —Sí, estoy aquí —respondió mientras bajaba al repecho con cuidado —. ¿Dónde estás? No te veo. Empezaba a acostumbrarse a la oscuridad, a pesar de lo mucho que le lloraban los ojos por el fuerte viento.
Tu: —Aquí abajo.
Nick: —¿Dónde?
Se inclinó todo lo que pudo hasta que por fin la vio agarrada a una roca del acantilado unos metros por debajo del repecho. Pero no era a una roca donde se agarraba, sino a un arbusto algo enclenque que nacía de la roca.
Nick:—¿Puedes apoyar el pie en algún sitio?
Tu: —Bueno, sí, pero me parece que se va a soltar el arbusto. Ay, sí, Dios mío, está cada vez más suelto... ¡Haz algo, Nick! Nick sabía que estaba demasiado lejos para alcanzarla. Necesitaba algo largo para que ella pudiera agarrarse. ¿Pero el qué? De pronto pensó en la sombrilla de la piscina. Era bastante grande y el palo de hierro largo.
Nick: —Espera, ______. Tengo una idea.
Volvió a la piscina, agarró la sombrilla, tiró de ella y volvió al repecho.
Nick:—Toma —dijo mientras trataba de dirigir el palo hacia ella—. Agárrate a esto.
Ella hizo lo que le decía.
Nick: —Agárrate fuerte —le ordenó.
Su peso le sorprendió al principio; pero Nick se sentía fuerte, más fuerte de lo que se había sentido jamás. Y al momento la tenía allí, entre sus brazos, llorando de miedo y alivio.
Nick la abrazó con fuerza, con los ojos cerrados
Nick:–—Tranquila, ya estás a salvo.
Tu: —Ay, Nick... Creí que iba a morir.
Nick la abrazó todavía más, porque él había pensado que había muerto. Aquél fue el momento más crucial de su vida. Entendió lo que había sentido Jimm en el hospital; porque igual que Jimm amaba a Flor, él amaba a ______. Oh, sí, la amaba. Ya no le cabía ninguna duda.
¿Pero qué cambiaba eso? ¿Acaso _____ no estaría mejor sin él? Ya no sabía qué pensar.
Tu: —Yo... no puedo dejar de temblar —a ______ le castañeteaban los dientes.
Nick: —Estás en estado de shock, es normal —le dijo él—. Lo que necesitas es darte un baño caliente y tomar un té calentito con mucho azúcar. Pero primero tengo que sacarte de aquí con mucho cuidado...
_______ no podía dejar de pensar en esos momentos en los que había pensado que iba a perder la vida. Al enfrentarse uno a la muerte así entendía lo que era y no era importante; y cuando uno sobrevivía a una experiencia tal, estaba más dispuesto a arriesgarse.
Nick: —Aquí tienes el té —le dijo Nick, entrando en el baño. ______ estaba metida en la bañera de agua caliente con el bikini rosa puesto. Sin embargo, Nick seguía desnudo.
Tu: —¿Te podrías poner algo? —le pidió ella cuando él le dio la taza.
______ sabía que le costaría hablarle si estaba desnudo; y quería hablar con él con sinceridad, con sensatez. Nick se enrolló una toalla a la cintura
Nick:. —¿Te vale así?
Tu: —Sí, gracias. No te vayas, Nick, por favor... Tengo... tengo algo que decirte.
_______ dio un sorbo y dejó la taza en el borde de la bañera.
Tu: : —He decidido que no quiero volverme a casa mañana.
El se sorprendió.
Nick:—¿Y eso por qué, ______?
Tu: —Te amo, Nick. Siempre te he querido. No estabas equivocado cuando dijiste la razón por la que he venido aquí contigo. Pensaba que, si pasábamos unos días juntos, tal vez te darías cuenta de que a lo mejor sientes algo por mí, de que también me amas. Y fantaseaba con que tal vez terminarías pidiéndome que me casara contigo.
El se apartó de la pared donde estaba apoyado.
Nick:—______, yo... —empezó a decir.
Tu: —No, déjame terminar, por favor, Nick.
Nick: —Muy bien.
Tu: —Tal vez hayas adivinado mis razones para venir contigo. Pero te equivocas si piensas que he utilizado el sexo para conseguir lo que quería. Cuando he accedido a acostarme contigo, no ha sido con ningún plan en mente. Me encanta que me hagas el amor. Jamás he vivido nada parecido. No sé cómo describir lo que siento cuando estás dentro de mí, y no quiero renunciar a ese placer, Nick. Así que, si aún me quieres aquí, me gustaría quedarme... Yo, te prometo que no volveré a mostrarme celosa. Sólo quiero estar contigo, Nick —concluyó con voz angustiada—. Por favor...
Cuando vio que a _______ se le llenaban los ojos de lágrimas, Nick no pudo soportarlo más. El verla de ese modo le estaba matando
Nick: —No llores —sollozó él mientras se arrodillaba junto a la bañera—. Por favor, ______, no llores.
Tu: —Lo siento —sollozó ella—. Sólo es que... es que te quiero tanto...
Él rodeó su precioso rostro con las dos manos.
Nick: —Y yo también te quiero, cariño. Ella gimió de sorpresa. Me he dado cuenta esta noche cuando pensé que te había perdido. Te amo, _______. Y sí que quiero casarme contigo...
Ella lo miró con una mezcla de extrañeza y escepticismo.
Tu:—Nick... no lo dices en serio… es imposible. Tú siempre has dicho...
Nick: —Sé lo que he dicho siempre. Pensaba que no era lo suficientemente bueno para ti.
Tu: —Oh, Nick. Eso no es cierto.
Nick: —Sí, lo es —insistió él—. Pero, si confías en mí, te prometo que haré lo posible para no hacerte daño jamás, para no decepcionarte ni a ti ni a tu padre. Te seré fiel sólo a ti. Te amaré y protegeré. Y amaré y protegeré a nuestros hijos.
Ella, que ya estaba sorprendida, se asombró aún más.
Tu: —¿Quieres tener hijos?
Nick: —Te daré hijos, cariño, porque sé que los defectos que tenga como padre quedarán compensados por tu habilidad como madre.
Tu: —Nick... no debes decirme cosas tan bonitas —sollozó.
Nick: —¿Por qué no? Las digo muy en serio.
Ella lo miró llorosa.
Tu:—Las dices en serio, ¿verdad?
Nick: —Claro que sí, amor mío.
Tu:—Yo... no sé qué decir.
Nick:—Dime que te casarás conmigo, para empezar.
Tu: —Oh, sí, sí —dijo ella.
El la besó y, cuando se apartó de ella, ______ sonreía.
Tu: —Me alegra comprobar que tenía razón —dijo ________.
Nick:—¿En qué? —le preguntó Nick.
Tu: —En que la protagonista de una historia de amor nunca muere.