Capítulo 63: La Vida Imita al Arte.El jueves por la tarde a la hora del almuerzo, Troian dobló hacia la esquina del aula administrativa de Rosewood Day. Todos los profesores contaban con oficinas aquí, para tutorías y se recomendaba a los estudiantes ir durante sus períodos de almuerzo.
Troian se detuvo ante la puerta cerrada del despacho de Kevin. Había cambiado mucho desde el comienzo del año. Él había instalado un tablero blanco, y estaba llena de notas azul-tinta de los estudiantes.
Mr. Montgomery, quiero hablar de mi informe sobre Fitzgerald. Voy después de la escuela. -Kelly. También había una cita de Hamlet en el fondo:
¡O villano, villano, sonriendo, maldito villano! Debajo de la pizarra había una caricatura del
New Yorker de un perro en el sofá de un terapeuta. Y en el pomo de la puerta había una señal de
Day’s Inn de NO MOLESTAR; Kevin había cambiado el otro lado en: CRIADA POR FAVOR LIMPIAR ESTA SALA.
Troian golpeó suavemente la puerta.
Kevin: Entra. -dijo desde el otro lado-
Troian había esperado que Kevin estuviera con otro estudiante, por las cosas que oía en clases, ella pensó que su hora del almuerzo eran las horas de oficina más ocupadas, pero allí estaba él solo, con una Cajita Feliz de McDonald’s en su escritorio. La habitación olía a McNuggets.
Kevin: Troian. -exclamó, levantando una ceja- Esto es una sorpresa. Siéntate.
Troian se dejó caer en uno de los sofás de áspera lana de Kevin, del mismo tipo que estaba en la oficina del director de Rosewood Day. Señaló en su escritorio.
Troian: ¿Cajita Feliz?
Kevin: -Sonrió tímidamente- Me gustan los juguetes. -levantó un auto de alguna película para niños- ¿McNuggets? -le ofreció la caja- Tengo salsa de barbacoa.
Troian: -Le hizo señas de distancia- Yo no como carne.
Kevin: Cierto. -comió una papa frita, sus ojos clavados en los de Troian- Se me olvidó.
Troian sintió un zumbido de algo, una mezcla de intimidad y malestar. Kevin desvió la mirada, probablemente sintiéndolo también. Miró a su alrededor en su escritorio, lleno de montones de papeles, un mini jardín zen, y alrededor de mil libros.
Kevin: Así que... -se limpió la boca con una servilleta, sin reparar en la expresión de Troian- ¿Qué puedo hacer por ti?
Troian: -Apoyó el codo en el brazo del sofá- Bueno, me pregunto si puedo tener más tiempo en el ensayo de The Scarlet Letter que es para mañana.
Kevin: -Dejó su soda- ¿En serio? Me sorprende. Nunca te retrasas con nada.
Troian: Ya lo sé. -musitó tímidamente-
Pero la casa de los Kahns no era buena para el estudio. Uno, porque era demasiado tranquila, Troian solía estudiar al mismo tiempo que escuchaba música, veía televisión, y escuchaba a Mike hablando por el teléfono en la habitación de al lado. Dos, que era difícil concentrarse cuando sentías como si alguien... te mirara.
Troian: Pero no es una gran cosa. -siguió diciendo- Todo lo que necesito es este fin de semana.
Kevin: -Se rascó la cabeza- Bueno... no he definido una política en materia de extensiones todavía. Sin embargo, está bien. Sólo por esta vez. La próxima vez, voy a tener que quitarte puntos.
Troian: -Se apartó el pelo detrás de las orejas- No se convertirá en un hábito.
Kevin: Bien. Así que, ¿qué?, ¿no te gustó el libro? ¿O no lo has empezado?
Troian: Lo terminé hoy. Pero lo odio. Odio a Hester Prynne.
Kevin: ¿Por qué?
Troian jugueteó con la hebilla en su cinturón gamuzado
Urban Outfitters de color marfil.
Troian: Ella asume que perdió a su marido en el mar, y por eso va y tiene una aventura. -murmuró-
Kevin: -Se inclinó hacia delante sobre sus codos, mirando divertido- Pero el hombre no es un muy buen marido, tampoco. Eso es lo que hace que sea complicado.
Troian se quedó mirando los libros de Kevin que estaban apretados en estanterías de madera.
La Guerra y La Paz. Gravity's Rainbow. Una extensa colección de E. E. Cummings y la poesía de Rilke, y no una sino dos copias de
Sin salida. Allí estaba la colección de Edgar Allan Poe que Noel no había leído. Todos los libros parecían arrugados y consumidos por la lectura y relectura.
Troian: Pero yo no puedo ver más allá de lo que hizo Hester. -dijo en voz baja- Ella lo engañó.
Kevin: Pero se supone que debemos sentir por su lucha, y cómo la sociedad tiene su marca, y cómo ella se esfuerza por forjar su propia identidad y no permitir a cualquiera crear una para ella.
Troian: Yo la odio, ¿de acuerdo? -explotó- ¡Y nunca voy a perdonarla!
Se cubrió la cara con las manos. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. Cuando cerró los ojos, ella vio la imagen de Byron y Meredith como los amantes ilícitos del libro, a Ella como el marido agraviado y vengativo de Hester. Pero si la vida realmente imita al arte, Byron y Meredith deberían de estar sufriendo... no Troian. Había intentado llamar a su casa ayer por la noche, pero tan pronto como su madre levantó el teléfono y escuchó la voz de Troian en el otro extremo, colgó. Cuándo Troian saludó a Mike en el gimnasio, él había girado rápidamente sobre sus talones y se dirigió de nuevo al vestuario. Nadie estaba de su lado.
Kevin: Whoa. -dijo en voz baja, después de que Troian dejó escapar un sollozo ahogado- Está bien. Así que no te gusta el libro. Está bien.
Troian: Lo siento. Estoy... -sintió las lágrimas calientes en sus palmas-
El silencio en el salón crecía. Sólo se escuchaba el zumbido del disco duro de la computadora, el sonido de la lámpara fluorescente y los gritos alegres de todos los niños pequeños que estaban en recreo.
Kevin: ¿Hay algo de lo que quieres hablar?
Troian se secó los ojos con el dorso de la manga de su camisa. Cogió a un botón suelto de uno de los cojines del sofá.
Troian: Recuerdas que te conte que mi padre tuvo una aventura con una de sus alumnas hace tres años. -espetó. Kevin asintió- Bueno, ahora ha regresado con la chica... y mi mamá se enteró. Está furiosa de que yo lo supiera desde hace tanto tiempo... y ahora mi padre se ha ido.
Kevin: Dios mío. -susurró- ¿Esto ha pasado hace poco?
Troian: Hace unas semanas, sí.
Kevin: Dios. -se quedó mirando el techo de vigas por un tiempo- Eso no suena muy justo por parte de tu papá. O tu mamá.
Troian: -Se encogió de hombros. Su cabeza empezó a temblar de nuevo- No tuve que haberle guardado ese secreto a mi mamá. Pero ¿qué se supone que debía hacer?
Kevin: No es culpa tuya.
Kevin se levantó de su silla, caminó hacia el frente de la mesa, empujó algunos papeles a un lado, y se sentó en el borde.
Kevin: Muy bien. Bueno, nunca le he contado esto a nadie, pero cuando estaba en la escuela secundaria, vi a mi mamá besando a su médico. Tenía cáncer en ese momento, y puesto que mi papá estaba de viaje, ella me pidió que la llevara a su tratamiento de quimioterapia. Una vez, mientras esperaba, tuve que usar el baño, y mientras caminaba devuelta al pasillo, vi la puerta abierta de la sala de exámenes. No sé por qué pero mire dentro, y cuando lo hice... allí estaban. Besándose.
Troian: -Contuvo el aliento- ¿Qué hiciste?
Kevin: Pretendí no haber visto nada. Mi mamá no tenía idea de que yo los vi. Ella salió veinte minutos después, toda enderezada, adecuada y con prisa. Tenía muchas ganas de sacarlo a colación, pero, al mismo tiempo, no podía. -negó con la cabeza- Al Dr. Poole... Yo nunca lo miré de la misma manera de nuevo.
Troian: ¿No dijiste que tus padres se divorciaron? -preguntó, recordando una conversación que había tenido en la casa de Kevin- ¿Tu mamá se fue con el Dr. Poole?
Kevin: Nah. -agarró un extremo de un McNuggets de la caja- Ellos se divorciaron un par de años después. Tanto el Dr. Poole como el cáncer se fueron.
Troian: Dios. -fue todo lo que se le ocurrió decirle-
Kevin: Es un asco. -jugueteaba con una de las rocas del mini jardín zen que estaba en el borde de su escritorio- Yo idolatraba el matrimonio de mis padres. No me parecía que hubieran estado teniendo problemas. Toda mi relación ideal se hizo añicos.
Troian: La mía también. -dijo con tristeza, corriendo con el pie una pila de libros en el suelo- Mis padres parecían muy felices juntos.
Kevin: No tiene nada que ver contigo. Eso es una gran cosa que aprendí. Es problema de ellos. Por desgracia, tienes que tratar con ello, y creo que te hace más fuerte.
Troian: -Gimió y recostó su cabeza contra el rígido espaldar del sofá- Odio cuando la gente me dice cosas como esas. Que las cosas me harán una mejor persona, incluso si esas cosas apestan.
Kevin: -Se rió entre dientes- En realidad, yo también.
Troian cerró los ojos, a la búsqueda de este momento agridulce. Ella había estado esperando a alguien con quien hablar de todo, alguien que realmente, realmente la entendiera. Quería besar a Kevin por tener una jodida familia como ella.
O tal vez, quiso besar a Kevin... porque era Kevin.
Los ojos de Kevin se reunieron con los suyos. Troian podía ver su reflejo en las pupilas de él. Con la mano, Kevin empujó el pequeño auto de la Cajita Feliz de forma que rodó sobre su escritorio, por el borde, y calló en el regazo de Troian. Una sonrisa cruzó el rostro del muchacho.
Troian: ¿Tienes una novia en Nueva York?
Kevin: -Su frente se arrugó- Una novia... -parpadeó un par de veces- La tuve. Pero nos separamos este verano.
Troian: Oh.
Kevin: ¿De dónde ha salido eso?
Troian: Algunos chicos estaban hablando de ello, supongo. Y yo... yo me preguntaba cómo era ella.
Una mirada diabólica bailó en los ojos de Kevin, y luego desapareció. Abrió la boca para decir algo, pero cambió de opinión.
Troian: ¿Qué?
Kevin: No debería.
Troian: ¿Qué cosa?
Kevin: Es sólo que... -la miró de reojo- Ella no era nada comparada contigo.
Una sensación de calor estallaba a través de Troian. Poco a poco, sin apartar los ojos de ella, Kevin se levantó de la mesa. Troian avanzó hacia el borde del sofá. El momento se extendía por siempre. Y luego, Kevin se abalanzó hacia delante, agarró a Troian por su espalda, y la apretó contra él. Sus labios se precipitaron contra Troian. Ella colocó sus manos a los lados de su rostro, y él pasó sus manos por toda su espalda. Se separaron y se quedaron mirando uno al otro y luego se besaron de nuevo. Kevin olía delicioso, como una mezcla de Pantene, menta y té chai y algo que era sólo... Kevin. Troian nunca se había sentido de ésta manera al besar. No con Noel, no con nadie.
Noel. Su imagen nadó en su cabeza. Noel dejó que Troian se inclinase hacia él mientras veían la versión de
The Office de la BBC la noche anterior. Noel besándola antes de la clase de biología, reconfortándola, ya que estaban comenzando disecciones hoy. Noel sosteniendo su mano en la cena con su familia. Noel era su novio.
Troian: -Empujó a Kevin lejos y se levantó de un salto- Me tengo que ir. -se sentía sudorosa, como si alguien hubiera levantado el termostato sobre los cincuenta grados. Recogió rápidamente sus cosas, mientras el corazón le golpeaba fuertemente y las mejillas le ardían- ¡Gracias por la extensión! -exclamó, empujando torpemente la puerta-
En el pasillo, comenzó unas cuantas respiraciones profundas. Por el corredor, una figura se deslizó devuelta a la esquina. Troian se puso tensa. Alguien la había visto.
Ella notó algo en la puerta de Kevin y abrió mucho los ojos. Alguien había borrado todos los antigüos mensajes de la tabla en blanco y las sustituyó por uno nuevo, con un desconocido marcador fucsia.
Cuidado, ¡cuidado! ¡Siempre estoy viendo! -AY luego, en letras más pequeñas, en el fondo:
Aquí hay una segunda pista: Todos ustedes conocían cada centímetro de su patio trasero. Pero para uno de ustedes, era tan, tan fácil.Troian sacó una manga de su camisa bajo su chaqueta y borro rápidamente las letras del fondo. Cuando llegó a la firma, la borró con más fuerza, fregando y fregando hasta que no hubo rastro de “A”.
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