Lies In a World With No Fear (Nick & Tu)

Hey, chicas. Aquí yo de nuevo, Licsa.
Para las que no me conocen, soy una escritora de Puerto Rico que adora escribir y escuchar música, ademas de estar en el foro, y amar a los Jonas.
Me alegra estar por aquí de nuevo. Traerles una nueva novela de intriga, amor y muuuucha pasión. También habrán cosas misteriosas, fantásticas... lo verán (leerán) conforme el tiempo. Sera interesante, ya me lo dice mi imaginación. Hahaha'
Espero que lean y comenten. NO me gustan los fantasmas, tampoco los lectores temporales. Si lees, lees hasta el final, eh. (No estoy obligando a nadie a hacer nada) Solo comento eso.
Espero que si les guste la novela porque esta hecha con cariño y con muuuucha imaginación. Son grosas si leen hasta el final. Verán que no se arrepentirán. ; )

Se me cuidan. Aquí tienen el argumento. Disfruten.

Argumento:

Varios años atrás...
Riendo y disfrutando, niña al fin. La pequeña ____ bailaba y giraba al compás de la brisa en su sonriente carita de seda. Reía con cada pequeña pirueta que su cuerpecito hacía. Su vestido azul se alborotaba con cada movimiento, y sus cabellos también. Era una niña bastante energética… e imaginativa. “Un problema” para sus padres. Era un exceso de imaginación para ellos o bien, no podían pensar que todo lo que ella decía fuera real. No que la creatividad fuera algo malo o ilegal, sino que ellos lo consideraban como estar loca. Ambos intentaban hacerla cambiar, pero nada funcionaba; ____ no iba a cambiar porque le gustaba ser como era.

Cuando la niña se cansó de tanto bailar, camino hacia una banca de mármol que sus padres tenían en la parte trasera de la casa y sonrió hacia su lado izquierdo donde se sentaba su amigo. Allí, se sentaba su amigo, la razón por la que sus padres creían que ella estaba loca. Sonrió, hablo y se rió, sin darse cuenta de la mirada enojada de su madre.

-____ –llamo ella-, ¿Qué te he dicho?

____ levanto la mirada hacia la figura enojada de su madre en la puerta trasera que daba hacia la cocina de la casa. Ella trago y se levantó de la banca con rapidez. Su carita tuvo una expresión de miedo.

-Mami –murmuro la niña, comenzando a protestar.

-No, te he dicho que no hables sola, ¿cierto? ¡Deja de hacerlo! –grito, sobresaltando a ____.

-No estaba hablando sola, Nick estaba aquí –dijo ella, señalando la banca-. Tú lo asustaste.

-¡No es cierto, por Dios! ¿Cuándo entenderás que ese niño no existe? –Su madre estaba alterada y rabiosa-. Entra a la casa, vamos.

____, con las lágrimas al borde de sus ojos, entro en la casa, dando media vuelta para ver hacia la banca de mármol. Estaba vacía, claro. Pero ella había visto a Nick justo allí, frente a ella. No podía estar loca ni mucho menos. Ella estaba segura que el niño había estado allí como todas las otras veces. Pero, ¿Por qué su madre no lo veía? Se mordió el labio y entro en la casa con las lágrimas cayendo por sus mejillas.

Después de ese día, no volvió a saber de Nick y se olvidó de todo aquello… dándole la satisfacción a su madre de que había logrado su cometido.

Oh, lloré.
¡Primera Lectora!. ¡YO! ¡YO! ¡YO!
Jajaja, okno. Me encantó Licsa. Este trozo de una maravillosa novela, sin duda.
¡Me encantó!. Solo me imaginé a la niña, aww. *.*
¡Que hermoso!
Espero que la sigas pronto. Es que, solo quiero leer más, y más y más.
¿No te parece?
Porque no vas escribiendo más, y más y más.
Yo solo digo, eh.
Jajaja, es que me encanta como escribes. Sube pronto.
Siguela Pronto.
Bye.

Aaahw! Hola Leydi. Como siempre presente hahaha.
Gracias por pasarte. Mañana subiré los primeros capítulos ya que hoy no puedo (estoy desde mi IPod porque mi mamá me mando a "dormir")
Hahaha' Chao. Hasta mañana.

Hope.Stay Strong.Love escribió:: Aaahw! Hola Leydi. Como siempre presente hahaha.
Gracias por pasarte. Mañana subiré los primeros capítulos ya que hoy no puedo (estoy desde mi IPod porque mi mamá me mando a "dormir")
Hahaha' Chao. Hasta mañana.

Okidoki.
Yo espero acá pacientemente (:

estoy por aqui licsaaaaaa
feliz de que escribas otra novela e verdad :')
disculpame porque abadone un poco la otra novee :'(
me siento muy mal por ello.
pero bueno que feflicidad que tengas una nueva y !vaya! si que se ve diferente
nick un amigo imaginario? pues si son asi de bellos quiero que me digan loca por tenerlo jajajajaj
oh licsa se ve emocionante, a veces sueño que es real y no una novela que no tiene nada pero NADA que ver con la realidad Sad

jaja bueno .....
espero pronto tu 1er capitulo Very Happy

Siguelaaaaa Me EN-CAN-TO! Me senti identificada :S, por que cuando pequeña tenia una amiga imaginaria (que no era tan imaginaria) y mi papa me retaba porque hablaba con ella u.u..pero bueno ... Siguela por que osino, me voy a enojar contigo (mentira no seria capaz XD) Sigue Sigue Sigue Sigue *-* ♥

Primer capitulo Ahoraaa Right Now Very Happy

Nueva lectora
que emocion ya quiero leer el primer capitulo
Siguelaa me encantoo Very Happy

Hey, Hey, Bienvenidas las nuevas lectoras! : )
Me alegro de que se pasen. Ahora subiré los capítulos que les prometí anoche. Esta empezando bien.
Oh, les quería decir: al principio, la novela no se va a entender mucho. Algunas cosas serán un poco confusas, pero con el seguimiento de los capítulos se pondrá mas interesante. Se los aseguro xD
Bueno, aquí va... Disfruten el inicio

Capítulo 1:

Pip, pip, pip… mi alarma sonó una y otra vez. Ya era hora de levantarme y prepararme para ir a la escuela. Otro día de tortura adolescente. Suspire, apague la alarma y me levante de la cama frotándome los ojos. Al menos se había acabado la semana laboral: era viernes.

Avance como zombi hacia la puerta de mi habitación para ir hacia el baño, el cual no estaba muy lejos. Atravesé la corta distancia de varios pasos en el pasillo y me encontré con la puerta cerrada. Gustosa, me gire para volver directamente a la cama, cuando la puerta se abrió. Papá salió del baño. Me gire hacia él, abandonando la idea de irme a dormir de nuevo. Suspire. Le brinde una sonrisa somnolienta.

-Hola linda –me sonrió.

Él beso mi frente antes de bajar las escaleras hacia el primer piso de dónde provenía un rico olor a tostadas y huevo frito. Mi estómago gruño. Lo ignore por el momento y entre en el baño. Me desvestí con la velocidad de una tortuga; ya era rutina. Entre en la ducha y abrí el grifo. Cerré los ojos debajo del glorioso chorro de agua. Me bañe de poco a poco, aun dormida. La noche anterior me había acostado muy tarde leyendo una muy interesante novela de la escuela… la verdad es que tengo examen de literatura hoy y no había leído el libro con anterioridad.

-Tienen dos semanas para leer bien el libro, chicos –había dicho el profesor James-. No lo dejen para última hora –y con esa última oración su mirada centrada en su estudiante principal: yo.

La última vez había dejado el libro para leerlo a última hora y había sacado mala nota. Esa había sido una mala experiencia. Jamás había sacado mala nota en mi materia favorita. Y esta vez, me había olvidado del libro. Teniendo varias citas con mi sicólogo y problemas en casa, no era fácil concentrarse en las tareas escolares.

Termine con el baño y salí rápidamente de allí. Me seque y enrolle la toalla en mi cuerpo. Eche la ropa sucia en el cesto y luego salí del baño. Entre en mi habitación y dejé la toalla sobre la cama. Me puse ropa interior limpia, un jean y una T-shirt holgada (una talla más grande). Mis famosos converses negros no se podían quedar, tenían que complementar mi vestimenta. Me hice una coleta descuidada y me preocupe muy poco por el maquillaje ya que no me gustaba usarlo con frecuencia. Agarre mi mochila y salí de allí.

Al bajar, papa ya se había ido. Ninguna sorpresa allí. Mamá estaba terminando de lavar los platos para luego irse a trabajar. Tampoco una sorpresa. Me senté en la mesa con un delicioso plato caliente de huevos fritos, tocino, tostadas y gran vaso de Coca-Cola. Lo sé, lo sé, demasiada grasa, voy a engordar… blah, blah, blah. En realidad, ninguno de esos argumentos es válido cuando es un delicioso desayuno lleno de calorías. Yummy.

-Nos vemos en la noche –se despidió mi madre, después de darme un beso en la mejilla-. Cuídate.

Asentí con mi cabeza mientras tragaba. La vi desaparecer en la puerta de la entrada. Después escuche el motor de su camioneta al encenderse, y luego cuando finalmente se alejó. Suspire. Estaba sola en casa. Bien por mí.

Cuando termine con el desayuno, y deje el plato en el fregadero me dirigí a buscar mis cosas. Vi el frasco de mis medicamentos justo al lado de mis llaves y mi celular. Mamá, pensé. Agarre el frasco con un suspiro melancólico. Me tome una de las píldoras con agua y deje el frasco de vuelta en el gabinete. Agarre mi mochila, el celular y las llaves de la casa antes de salir. Cerré la puerta principal con seguro cuando salí de la casa.

Bueno, otro día escolar.

Camine por la acera hacia el establecimiento educativo. No estaba lejos de mi casa, tal vez solo a unos cuantos pies o algo (no soy buena en las matemáticas y medidas). Al pasar dos casas después de la mía, note que la casa parcialmente destruida, tenía nuevos dueños al fin. Fruncí el ceño. Esa casa no estaba en sus mejores momentos –nunca lo había estado-. ¿Quién querría una casa en deterioro? Bien, esa casa no había sido vivía en años, tal vez en décadas, o al menos desde que yo tenía memoria. En Halloween, siempre hacíamos bromas e historias centradas en esa casa. Asustábamos a los niños pequeños y los retábamos a que llegaran hasta la puerta principal y tocaran el timbre. Muchos habían salido llorando de allí porque uno de mis amigos siempre los asustaba. Ahora que tenía nuevos dueños, era difícil poder hacerlo más.

Una señora con el cabello castaño y con su cara llena de dulzura me sonrió desde el porche. Okey, raro. Pensé que aquella era la nueva dueña así que la salude con mi mano y le dedique una de mis raras sonrisas (casi nunca daba una).

-Ups –murmuro una voz masculina haciéndome desviar la mirada de la mujer.

Un chico ardiente. Yummy. Torció una sonrisa viéndose sexy, casi haciéndome desmayar. Él cargaba una caja llena de cosas, pero parecía como si no pesará nada. Bueno, no en la forma en que la agarraba. Tenía unos buenos músculos en los brazos y se notaba que estaba en forma. Pero eso no fue lo que trajo mi atención, si no unos rulos que se formaban perfectamente en su cabeza, y sus ojos avellanados marrón claro. Era hermoso… y familiar aunque jamás lo había visto en mi vida.

Salí bruscamente de mi ensueño sintiéndome tonta de quedarme viéndole. Le deje pasar hacia la casa. Y mientras lo hacía, disfrute de la vista de su trasero, y estaba buenísimo. Sonreí para el suelo, y seguí mi curso hacia la escuela. Comencé a pensar en un porque una familia compraría una casa destruida. O estaban locos o no tenían ninguna oferta mejor. Me encogí de hombros olvidándome de aquellas ideas, ya que prácticamente no me importaba.

También seguí dándole vueltas a eso. ¿Por qué me pareció familiar? ¿Por qué un chico que jamás había visto en mi vida hacia mi cabeza girar como si lo conociera? Me volvería loca si seguía pensando eso. Aunque, al parecer si lo estaba.

Entré en el plantel escolar y las miradas se posaron en mí. Rápido, los susurros se escuchaban a mi paso. Mantuve mi cabeza en alto y mi mirada fija, determinada. Todos me llamaban: “la rara”, por decirlo de alguna manera. Nadie en la escuela, ni siquiera los profesores, se acercaban lo suficiente a mí. En algún punto de mi vida paso algo que produjo todo este revuelo a mí alrededor. No recuerdo que fue pues he estado así desde el jardín de niños, pero es extraño. Ya estoy acostumbrada.

-Hey –llamo Brenna.

Oh, bien, no todo el mundo se mantenía alejado de mí. Brenna era otra chica catalogada como: la rara, porque se pasaba conmigo. Éramos inseparables. A ella jamás le importo la opinión de los demás sobre mí, ella tenía una opinión propia. Y se hacía escuchar.

-Hola Brenna –salude.

-Bueno, yendo al grano: ¿viste al chico ardiente que se mudó a la casa fantasma? Pasaba por allí y boom, vi a ese bombón allí. Oh, espero que este en esta escuela –hablo rapidísimo, aun así le entendí bastante bien.

-Si –me reí un poco-. Me topé con él sin querer –me encogí de hombros-. Es lindo.

-Oh, más que lindo, seguro –suspiro cuando devolvió su mirada al corredor.

Justo antes de desviar mi mirada hacia donde ella veía, ya sabía lo que miraba: Austin. Él chico era guapo, con sus ojos oscuros, casi negros, su cabello del mismo color y sus facciones casi perfectas. Tenía una personalidad llena de vibra también y eso era lo más atrayente de él, además de su físico. Pero también era otro catalogado como loco. Sip, también era parte de nuestro pequeño grupo de “anormales”. Pero no era porque en realidad estuviera loco, sino por la misma razón que Brenna: por estar en mi compañía. Le sonreí sin mostrar mis dientes y él me estrecho entre sus brazos sin previo aviso.

-¡Hola! –dijo en mi oído. Casi lo escuche como un grito ya que él tenía la voz fuerte y firme.

-Austin, suéltame ya –le dije golpeando su espalda con mi mano.

Él me soltó y en su rostro había una de despampanante sonrisas. Su mirada fue de mí hacia Brenna y su mirada se volvió brillante. Si ellos no notaban entre si lo que yo sí, entonces si estaban locos. Puse mis ojos en blanco y agarre el brazo de Austin.

-Hey, hoy tenemos química, juntos –le dije.

-Tú y yo siempre tenemos química –me dijo, devolviéndome su vista. En ellos había malicia.

Golpee su brazo captando el doble sentido de sus palabras y estaba vez sonreí de verdad, mostrando mis dientes. Él siempre hacia ese tipo de bromas por molestarme. Austin agarro mi mano y beso la palma. Hice una mueca y lo empuje para caminar hacia nuestros casilleros. Brenna nos siguió sin decir nada.

-¿Que tienes planeado para hoy, genio?

-Nada en realidad, es jueves así que hay que darle un descanso a todos por aquí –dijo mirando a su alrededor. Me reí.

Austin también era conocido por la pesadilla de los profesores. Amaba las bromas, en especial si eran dirigidas hacia los profesores. Odiaba las clases y por lo único que entraba era para discutir con algún maestro con sarcasmo o para hacer bromas. No era el típico chico guapo popular dirigente del grupo de futbol o algo, sino que era Austin Johns, el bromista. En esta escuela, era al revés: el chico popular era la cosa más horrible sobre la tierra y el chico no-popular era increíblemente guapo. Daba igual, las chicas superficiales siempre se van con los populares. Me sacudí con el pensamiento.

-Eh, aún tengo varias bromas para el profesor de deportes –sonrió con malicia. Yo sacudí la cabeza.

-No vas a hacer nada en tu vida si sigues así, Austin –dije.

-Oh, aquí tenemos a la chica aburrida –bromeo-. ¿Ahora eres sicóloga o consejera? Vamos, no seas aburrida.

-¿Solo al profesor de deportes? –Pregunto Brenna-. ¿Se te están acabando las bromas o qué?

-No –respondió él haciendo una mueca- Pero como ya dije antes, se merecen un descanso de mí. Hoy es jueves, mañana viernes y la semana que entra vengo con refuerzos. No se preocupen chicas –dijo con una sonrisa arrogante, que desapareció tan pronto como la directora Ames se apareció en el corredor con espuma en su cara y gritando el nombre de mi amigo-. Bueno, a correr.

Así fue, salió corriendo por el corredor después de dar un vistazo hacia la directora. Brenna y yo nos miramos y comenzamos a reírnos. Nuestros compañeros nos imitaron. Arrastre a Brenna fuera de la multitud aun riéndonos. Fuimos hacia el aula de nuestra primera clase.

-Austin se pasó esta vez –dijo ella entre risas. Ni siquiera lo decía con firmeza o como si estuviera molesta-. Ames le dará un buen castigo.

-Sí, creo que si –contuve mis risas y me senté en nuestra mesa de equipo. Deje mi mochila sobre la mesa y mire a Brenna-. ¿Todavía no te atreves a contarle sobre…?

-¿Quieres dejar de insistir? –Gruño, sentándose a mi lado-. No quiero hacerlo aun. ¿Qué pasaría si no le gusto o si se molesta? No quiero perder su amistad, ____.

-No pasara, Brenna –dije sonando obvia. Ya estaba un poquito cansada de la situación de “amor secreto” entre ellos-. Te aseguro que él está interesado en ti.

-¿Cómo estas tan segura? –alzo una ceja y me miro escéptica.

-Porque se le nota en los ojos. Si no lo has notado es que estas perdida entre tu propio mar de amor –hice un gesto como si estuviera nadando y ella se rió. Se miró pensativa un momento y casi abro la boca para insistirle en que lo intentara, pero la deje pensar.

-No lo sé –dijo; yo reprimí un suspiro-. Lo pensare un poco más.

-Como quieras –puse los ojos en blanco y desvié la mirada de ella hacia mi mochila. La abrí y busque entre mis libretas-. ¿Hiciste la tarea de matemáticas?

-Sip, pero no –dijo inmediatamente antes de que yo abriera siquiera la boca-. No te la daré.

-¿Por qué no? –exigí, frunciendo el ceño levemente-. No entendí la tarea y sé que eres buena en las matemáticas.

-____, división es fácil –dijo ella con una mirada de ¿es-en-serio? Yo me encogí de hombros-. No voy a estar para ti todo el tiempo, ah.

-Solo dame la tarea –rodé los ojos y extendí mi mano hacia ella. Sacudió la cabeza-. Oh, vamos Brenna, tomare tutorías de mates, pero dame la tarea hoy –pedí, haciendo puchero.

Ella se me quedo viendo fijamente y luego suspiro dándose vuelta para recoger su mochila del suelo. Sonreí sin mostrar mis dientes; mi usual sonrisa. Ella saco la libreta donde tenía la tarea y yo la agarré, gustosa. Brenna iba a replicarme algo, pero el profesor –que ya entraba en el aula- la interrumpió. Detrás de él, venían los demás estudiantes.

-Bien, chicos, muévanse que ya perdimos unos cuantos minutos –fue directamente hacia su escritorio, dejo su maletín allí y espero por los chicos a que se acomodaran. Cuando finalmente lo hicieron, se paró en medio del lugar (a unos pasos de su escritorio). Hablo fuerte y claro-. Hoy hablaremos de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias.

Historia: aburrido. Brenna, como de costumbre, pareció intrigada con cada palabra del profesor. Mi mente no estaba en el aula. Comencé a pasar la tarea de matemática y me entretuve allí un rato. La hora de Historia paso rápido, ya que no estaba prestando atención.

-Habrá examen la semana que entra –su mirada se posó en mi-. Más vale que consiga un poco de interés en la clase señorita Grimaldi –me dijo. Me sonroje cuando las miradas se posaron en mí. Asentí sin decir palabra-. Apúrense al segundo periodo.

Salimos de allí rápidamente hacia nuestra próxima clase: Literatura. Al menos esa clase era interesante. Debo admitirlo, amo la literatura, en especial si es ficción. Oh, como adoro la ficción. Adoro la mente que logra crear tantas cosas en mi cabeza a través de palabras. Es maravilloso. Y al menos ese profesor logra capturar mi atención por completo. Pero al entrar en el aula nos dimos cuenta de que el profesor estaba recogiendo su maletín para irse. Fruncí el ceño.

Capítulo 2:

-¿A dónde va, profesor? –le pregunto uno de mis compañeros.

-Tengo que irme chicos. No hagan preguntas –su mirada se posó en mí y una sombra de una sonrisa apareció por su rostro. Luego, frunció el ceño como si algo de mí lo hubiera molestado. Me encogí-. Nos vemos mañana.

Salió de improviso a través de los estudiantes que se acumularon en la entrada del lugar. Todos los demás celebraron su despedida, a mí me pareció extraña y al echarle un vistazo a Brenna, supe que ella pensaba lo mismo. Mis compañeros salieron del aula destinados a hacer de la próxima hora libre una de “fiesta”. Brenna y yo caminamos por el patio en silencio.

-¿Por qué crees que se haya ido? –pregunte después de unos minutos. Brenna giro la vista hacia mí, pero yo mantuve la mía en el suelo.

-No lo sé –respondió ella-. Tal vez ocurrió algo importante con su familia –su voz era preocupada cuando hablo después-. ¿Tus padres mantuvieron los medicamentos, no?

Esta vez levante la mirada. Asentí con la cabeza sin decir nada más. Brenna suspiro mostrándose irritada.

-¡Demonios! No es como si estuvieras loca –soltó ella-. ¿Qué dijo el idiota de Alberto? ¿También piensa igual que ellos?

-Si, sabes que si –dije en voz baja-. Sí quería dejar esos malditos medicamentos, pero me lo prohíben. Alberto –mi sicólogo-, dice que es mejor mantener los medicamentos y si vuelvo a romper la rutina o desaparecerlos, tendrán que enviarme a una clínica –mi voz se apagó. Brenna y yo nos detuvimos a mitad de camino. Yo baje la mirada hacia el suelo evitando la de ella. No quería que ella viera las lágrimas que se formaban en mis ojos.

-____ –dijo ella con dulzura, colocando una mano en mi barbilla. Hizo que levantara la cabeza y que la mirara a los ojos. Ella reprimió un suspiro.

-Sabes que no quiero ir –susurre, soltando un sollozo-. No quiero alejarme de ustedes, de la realidad. No quiero irme a un lugar como esos –una lagrima se escapó de mis ojos. Brenna sonrió sin rastro de felicidad y con su pulgar limpio mi mejilla.

-____, sé que no quieres ir, yo tampoco quiero que te manden allá. Pero esas píldoras me dan mala espina. No creo que sea algo que necesites. Estuviste una semana sin ellas y no ocurrió nada... hasta cierto punto. ¿Por qué siguen obligándote a tomarlas?

Bien, ella tenía razón. La semana pasada había dejado mis estúpidos medicamentos de lado sin que mis padres se dieran cuenta. Todo había pasado normal excepto… bueno, no era algo de verdadera importancia. Mi madre se puso histérica cuando me vio aquel día…

-Mamá le conto lo que paso y… él estuvo de acuerdo con ellos de continuar la medicación -suspire.

Brenna soltó un gritillo incrédulo y cruzo sus brazos en su pecho, frunciendo el ceño.

-Es una estupidez –exclamo ella-. No pasó nada importante.

-No es lo que mamá piensa.

-No mientas –nos interrumpieron.

Austin en realidad.

Giramos nuestras cabezas hacia él y ambas fruncimos el ceño. Él nos miró extrañado y se formó una pequeña sonrisa burlona en sus labios.

-Esto es serio, Austin –dijo Brenna.

-Bueno, si me informan, puedo opinar sobre lo que pasa –se defendió.

Le brinde un resumen de lo que le había dicho a Brenna. Gracias a Dios nadie pasaba por nuestros alrededores, porque se hubieran sorprendido más de la grosería de Austin que de lo que yo estaba contando.

-¿Están locos? –exclamo-. ¿Para qué rayos sirven esas píldoras de todos modos? ¿Anti-conceptivas?

-No, en el frasco no dice nada parecido o… alguna información sobre ellas –fruncí el ceño.

Me di cuenta de eso justo en ese momento, el frasco era transparente, sin algún papel a su alrededor que pudiera dar una pista razonable sobre lo que estaba consumiendo. Lo que era más raro: solo podía conseguirlas en el consultorio de mi sicólogo. No tiene receta, no información, nada…

-Eso no es bueno –dijo Brenna frunciendo el ceño.

-¿Por qué nos preocupamos ahora? –Salto Austin-. Has tomado esas píldoras desde siempre y jamás se ha visto nada anormal en ti.

-Esa es la cosa, ¡ella jamás ha hecho nada atrevido! –semi le grito. Hasta yo me sorprendí. Cuando mire a Austin, él estaba igual que yo. El me miro y sonrió a medias.

-Tienes un punto –dije-. Pero… no lo sé –me encogí de hombros-. Tal vez es porque así soy yo, ¿no?

-Si, Brenna, déjala en paz –dijo Austin con una voz de tristeza. Hizo puchero y me abrazo de lado-. La nena simplemente es así. ¿Cierto linda? –me dijo como si estuviera hablando con un bebé. Brenna se rió.

-Ay, ya basta –refunfuñe, intentando soltarme de su agarre-. Deja las bromas para los profesores.

Él beso mi mejilla dejándome baba en ella. Él se rió y yo me queje, limpiándome la mejilla. Brenna y él se estaban muriendo de la risa. Les fulmine con la mirada y comencé a caminar dejándolos atrás. No estaba enojada, estaba un poco molesta porque Austin jamás se toma las cosas en serio, y Brenna cuando esta con él, es igual. Y no es que estuviera pidiendo que se tomaran en serio mis problemas, porque no eran los suyos, si no que no se burlaran de mí o hicieran bromas. Odiaba que hicieran eso.

-Hey, ____ -llamo Austin-. Solo fue una broma.

-No me gustan y lo sabes –mi voz era calmada, como siempre. No mostraba signo de que estuviera enojada o algo.

No me detuve a charlar, y él y Brenna tuvieron que alcanzarme.

-¿A dónde vas?

-Lejos de ti.

-Somos dos –dijo Brenna.

-¿Y yo que hago? –pregunto él. Esa no se la creía. Él siempre tenía algo que hacer… o lo buscaba.

-Busca algo que hacer –dijo Brenna, acelerando el paso, llevándome con ella-. Nos vemos más tarde.

Las clases después de eso fueron normales. Entramos a biología, matemáticas, química, y a mi clase alternativa: arte. Nada paso además de la broma de Austin en química. Aunque tampoco fue alguna anomalía. Para mí, hasta las bromas de Austin parecían normales.

En química, estábamos experimentando al mezclar algunos ingredientes para ver que ocurría. Austin, mezclo primero agua y vinagre, obviamente no ocurre nada. Pero luego mezclo alcohol y otras sustancias que había por el salón. El profesor claramente había dicho que no tocáramos esas sustancias para nada, que simplemente usáramos las que teníamos en nuestras mesas. Pero un no para Austin, es una invitación hacia lo contrario. Mezclo y mezclo. Yo lo veía y me reía por lo bajo mientras hacia mi aburrido experimento. Al final, cuando casi mezcla otra sustancia, uno de nuestros compañeros, Manuel y el profesor se acercaron al experimento. Ese fue un clic en la mente de Austin para terminar de mezclar.

Estuvo toda la tarde en la oficina de la directora.

Pensándolo bien, él no se iría a graduar con nosotros al paso que iba. Cuando se lo conté a Brenna en la salida, ella simplemente se dobló de la risa en medio del patio. Ella amaba cada broma de Austin. No, ella amaba a Austin. Cuando lo conocimos por primera vez, los ojos de ella brillaron y Austin se quedó como bobo mirándolo. Y eso fue hace unos cuantos años atrás. ¿Es o no obvio que si se quieren? Pero ellos no me quieren creer. Estoy frustrada como cupido.

-¿En serio? Austin es increíble –dijo ella mientras caminábamos hacia casa.

Ella me acompañaba todas las tardes a casa y luego, ella iba a la suya. Ella vivía unas casas más lejos de la mía. Al igual que Austin, pero él vivía cruzando la calle. Vivíamos todos literalmente juntos.

A veces, Austin me acompañaba o íbamos los tres juntos a casa. La mayoría de las veces, yo iba a casa con alguno de los dos. O seguía el camino hacia sus casas. Mis padres prácticamente no vivían en casa. Venían muy tarde y se iban muy temprano. Así que yo vivía sola en casa, y tenía la libertad de hacer lo que sea. Aunque más me apetecía quedarme en casa leyendo algún buen libro, escuchando música y haciendo no sé qué cosa. Era lo mejor.

-No es increíble, está loco –dije-. Es porque está en este grupo. Nosotros dos estamos locos y tú eres la única normal.

Ella se rió.

-Seguro, chica –dijo sonriendo. Fijo su mirada en la casa que habían comprado, la semi-destruida y se mordió el labio inferior-. Mira.

-¿Qué?

Mire hacia allá. El chico que había visto en la mañana estaba en el porche de la casa mirando hacia nosotras. Él traía una linda sonrisa en sus labios. Le sonreí de vuelta, pero desvié la mirada rápidamente sintiéndome tonta. Seguramente la sonrisa había sido para Brenna. Suspire mirando el suelo.

-Qué lindo –dijo Brenna-. Te sonrió.

-No, fue a ti –la mire-. Tú eres la linda aquí.

-No me está mirando a mí –ella sonrió señalando con sus labios hacia la casa-. Hola –saludo, parándose frente a la casa. Sentí ganas de ahorcarla, pero ya era muy tarde para detenerla.

Oh oh.
Creo que estoy enamorada.
Si, enamorada de un chico de una estupenda novela. Osea, solo me lo imagino, ahí sonriendo y eso.
¿Me entiendes? ¡Me enamoré de ese chico!
Y ni siquiera ha salido en la novela mucho y ya me siento, ahhh.
Si. Jajaja, solo siguela pronto, ¿Si?
¿La sigues, si?
¡Por favor! Ya AMO tu novela. La AMO.
Y solo lleva dos capitulos, es que chica, ¡Que novela más espectacular!
No me imagino como será en los capitulos que vienen. Amo las novelas asi.
Aww, solo siguela.
Sube.
Bye (:

Holaaa! Licsa estoy segura de que esta novela la amare
En La otra que terminaste No pude comentar porque no tengo idea
talvez me bloqueaste (? aunque no tenia idea de que se pudiera
y tampoco creo que no se pueda porque eh visto nuevas publicaciones y yo sigo igual bueno Espero que No me bloquees aqui porque Yo amo tus novelas
Aun no la eh leido porque aun no full con el colegio pero pase los capis al celular y los leere en cualquier momento, Espero encontrarme con algo fuera de este mundo.
Siguela <3

awww esta novela en seri promete licsa *-* tu y tus novelas maravillosas
y wow creo q me vy a enamorar de esa sonrisaaaaaa *-------------*
siguela xfa

acabo de morir una y otra vez con estos capitulos. Si estoy asi ahora ¿como estaré con los demás que subas? oh no.
¿sabes? me encanta como escribres, por eso me tienes como nueva lectora aqui.
ojalá la sigas pronto ídola. Besos.

Awwww*-* Sigue please esta muy linda, ya me empece a imaginar lo que pasara mas adelante *-* Awwww ... please siguela Enamorada

Jelou (?
Aw, gracias por todos los comentarios. Me emociona que les guste tanto. Me siento... especial. xD
Yupiii.!
BIENVENIDAS NUEVAS LECTORAS! Me alegra verlas por aquí, eh. Son grosas ^^
Buenoooooo, aquí tienen capitulo. (kasjaksj ya quiero ver los comentarios)
Disfruten...

Capítulo 3:
-Hola –escuche la voz masculina más hermosa de mi vida.

Levante la mirada, el chico se estaba acercando a nosotras. Respire profundo y me arme de valor para hablarle. Obviamente, Brenna fue la primera que hablo. Ella siempre tenía esa valentía para hablar con la gente que yo no tenía. Sonreí sin mostrar los dientes, como siempre, y él me deslumbro con su blanquísima sonrisa. Mis rodillas fallaron por un segundo.

-Hey, somos Brenna –se señaló-. Y ella ____ -me señalo, sin desviar la vista de él. Viéndose casual. Yo, de seguro me veía hecha una bola de nervios.

-Mucho gusto, yo soy Kenneth –extendió su mano hacia Brenna, ella le entrego la suya y el deposito un beso en su mano. Ella rió, mientras yo pensé en que definitivamente guardaría mis manos para mí, ¡estaba sudando!

Cuando extendió esa gran mano de largos dedos, vacile. Mire su mano y luego su rostro sin cambiar mi expresión. La sonrisa en su rostro permanecía, pero algo en sus ojos me dijo que él se sentía tan nervioso como yo. Era raro porque su rostro era confiado, con una despampanante sonrisa en sus labios. Todo él emanaba confianza y seguridad. ¿Por qué sus ojos no?

Extendí mi mano temblorosa y la puse sobre la suya, aun vacilante. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho pareciendo que quería salirse de allí. Él apretó mi mano un poco, no se movió, no la beso, simplemente se quedó viéndome a los ojos mientras sostenía mi mano. Algo me decía que esto estaba bien, que no debía tener miedo. Pero sin embargo la sensación de conocerlo, pero a pesar de todo, no saber quién era él, me llenaba de miedo. Era la primera vez que lo veía en toda mi vida, aparte de en la mañana, pero mi corazón decía que él era un viejo amigo…

-Okey –dijo Brenna, interrumpiendo nuestro momento. Le quite mi mano a Kenneth de un tirón y mire nerviosamente a Brenna. Ella entendió el mensaje. Él me miro durante un segundo y luego giro su mirada hacia Brenna.

-Mucho gusto en conocerte también –dijo ella, sonriendo. Él la miraba a ella, gracias a Dios-. Ya tenemos que irnos.

-Bien –su voz, su cautivadora voz-. Nos veremos por ahí, entonces.

-Si –dijo Brenna. Sacudió su mano despidiéndose, y sonriéndole marchamos hacia mi casa.

Yo ni siquiera mire hacia atrás. Camine en silencio hacia mi casa, llena de incertidumbre, de miedo. ¿Qué había pasado allí? ¿Qué había con Kenneth? Me sentía confusa. Mi cabeza repetía una y otra vez en alerta que ese chico era un desconocido, no debía fiarme de las corazonadas de mi estúpido corazón, que debía hacerle caso a mi cerebro. Pero, aquel momento con Kenneth había sido único. Mágico, quizás.

-____ -llamo Brenna, agarrándome del brazo. Por su cara, diría que me había estado llamando varias veces mientras yo iba perdida en mis cavilaciones-, ¿Qué fue eso?

-¿Qué? –pregunte, aun perdida.

-Eso con Kenneth. No lo sé, pero me sentí afuera de una burbuja de amor. ¿Qué fue eso?

-No lo sé –susurre-. No importa. Olvídalo, ¿sí? –respire hondo tratando de calmarme completa-. Y, así se siente cuando tú y Austin se meten dentro de su burbuja.

-No es cierto... –protesto ella-. Y aceptaste que si había una burbuja de amor entre ustedes –se rió.

-Cállate –le dije, y me reí-. Nos vemos mañana.

Cuando gire la mirada me di cuenta de que ya estaba frente a mi casa. Mire hacia mi puerta y luego hacia Brenna, sonriendo. Ella asintió con la cabeza y miro el teléfono en su mano. Esbozo una sonrisa haciéndome saber que algo que vio en él le gusto. Hice una mueca mirando al suelo, imaginándome que era de Austin.

-Claro –me miro-. Adiós –sacudió la mano hacia mí y continúo el camino hacia su casa.

Suspire. Saque las llaves de la casa de mi bolsillo y subí los escalones hasta la puerta principal. Como de costumbre, adentro estaba oscuro que significaba que no había nadie dentro. Me encogí de hombros y cerré la puerta detrás de mí. Camine por el corto pasillo fijando la mirada en la escalera frente a mí. Por ella, subía hacia los tres dormitorios y un baño. Al lado de ellas, había otro pasillo con dos puertas: otro baño y la salida hacia la terraza. En mi camino por el pasillo principal a la derecha, después de unos cinco pasos, se encontraba la sala/sala de estar, y a la izquierda en el mismo pasillo, estaba la entrada a la cocina. La casa no era muy grande, pero era acogedora para una adolescente que la vive sola.

Y no me quejo. Desde que tengo memoria vivo ahí, tengo buenos recuerdos en ella. Aunque algunos son un poco borrosos, eran maravillosos de todos modos. Mi vida no ha sido perfecta, pero tiene sus momentos de hermosura, y la mayoría han sido en esta casa. So, que se siente bien vivir allí.

Deje la mochila en uno de los sofás color crema de la sala. A su lado había una mesita con una lámpara color marrón en contraste con el sofá, allí deje las llaves y mi teléfono. Encendí el televisor colgado en la pared de la sala. Lo deje en canal donde estaba, aunque no sabía cuál era. Aunque, de todos modos no vería la televisión, solo era para no sentirme sola. Me gire y entre en la cocina. Me serví un plato con cereales y leche porque tenía mucha flojera para hacer algo más elaborado. Además, era viernes, no iba a gastar mi noche fregando los platos y las ollas.

Después de comer, deje el plato en el fregadero para lavarlo más tarde. Subí a mi habitación para buscar un short y otra camiseta junto con ropa interior limpia. Entre en el baño y me di una ducha mientras pensaba en lo que había pasado con Kenneth. De verdad, fue una cosa muy extraña lo que paso. Fue como Deja Vú, sentí que lo había visto, que lo conocía…, pero ya verdad no lo había visto nunca (que yo recordara). Me repetía eso porque era verdad. Ese chico solo lo había visto ese día, nunca antes, ni de chica. No lo sé… era una sensación extraña.

Salí del baño con la cabeza aun dándome vuelta en el mismo tema, la misma hipótesis. Baje las escaleras de nuevo para tomarme las píldoras de noche. La dosis (de acuerdo al sicólogo) era una pastilla en la mañana y otra en la noche. Alberto, siempre me decía que nunca debía dejar de tomarla porque era muy importante para mi salud mental, para mantenerla equilibrada. ¡Ni que yo fuera una loca! Jamás en mi vida me habían dado esos ataques de los locos. Bueno, no frecuente. Solo uno.

La semana pasada, cuando había dejado de tomarme esas pastillas, había dicho a medio mundo que estaba viendo sombras, personas con alas, ojos rojos, demoniacos, mirándome desde lo lejos. Me había vuelto histérica con cada visión, y para el colmo ¡en la escuela! Esa fue la primera vez que le vi sentido al que me dijeran, loca. Pero es que tampoco había sido una fantasía, en realidad los había visto.
Ya sé, estoy loca.

Cuando me cansé de ver la programación de la televisión –que era una porquería-, subí a mi habitación y encendí mi portátil. Abrí el programa de Adobe Reader y me puse a leer algún libro de allí. Era lo mejor que podía hacer para no aburrirme de verdad, pero tampoco quería ir a dormir. Agarre mi IPod y los audífonos me los coloque en los oídos. Me zambullí en el libro durante toda la noche, escuchando las notas relajantes de The Fray. Magia, eso era simplemente, mágico.

_*_

Cuando salí de la cama la mañana siguiente, mi madre estaba en casa. Raro, ya que la mayoría de las veces ella no está en casa. Ella tiene un hospital pequeño para los niños maltratados y con alguna enfermedad, además de trabajar en diferentes clínicas para niños con asuntos similares. Ella adoraba a los niños, siempre le había gustado pasar tiempo con ellos y mimarlos. Aunque muy pocas veces lo había hecho conmigo. Sabía que me quería, que se preocupaba por mí, pero siempre estaba distante. Y jamás entendí el porqué.

-Buenos días, ____ –me saludo-. ¿Qué quieres desayunar?

-No tengo hambre –me encogí de hombros-. Gracias de todos modos.

-Tienes que desayunar, ____. Lo sabes.

-Sí, lo sé. Pero no tengo hambre –hice una mueca-. ¿Papá está aquí también?

-No, parece que él trabaja 24/7 –suspiro y se giró para seguir cocinando con el desayuno para ella. No sabía que era, pero olía rico.

-Si, al parecer.

Me gire para subir las escaleras de nuevo. Entre en la baño y atendí mis necesidades. Arregle mi cabello con el cepillo de dientes en la boca. Mientras me miraba en el espejo pensaba en ayer. ¿Qué había visto Kenneth en mí? Esa mirada nerviosa que me había brindado fue muy rara. No era que yo fuera una belleza como Afrodita, tampoco me consideraba como ella… pero él me miro como si lo fuera. Sacudí la cabeza volviendo a mi tarea de lavarme los dientes.

Cuando termine en el baño, baje hacia la sala. Mamá estaba allí viendo televisión mientras desayunaba. No la moleste. Agarre mi teléfono y cuando iba a subir las escaleras, escuche la voz de ella:

-¡Las píldoras, ____!

Arrg. Entre en la cocina por las píldoras haciendo muecas. Tome una, mientras veía el frasco con un ceño. ¿Qué serian? Ahora, gracias a Austin, tenía dudas en mi cabeza. Pero, él tenía un punto. Un maldito buen punto. Y seguramente, Alberto no aclararía mis dudas en la próxima consulta. Suspire dejando el frasco donde estaba. ¿Y si me estaba drogando? Había dejado las píldoras una semana y prácticamente me había vuelto loca, pero no era adicta a ellas. Podría dejarlas cuando quisiera… ¿Por qué insistía Alberto en que continuara consumiéndolas? ¿Por qué era tan importante para él que yo las tomara? Juro que quería entender sus razones, pero eran inentendibles para mí.

Mi teléfono sonó en mi mano. Agache la mirada hacia él y vi el identificador. Un segundo después, escuche la voz nerviosa de mi amiga.

-Hola ____, ¿salimos?

¡Me encantó! ¡Me encantó! ¡Me encantó! ¡Me encantó! ¡Me encantó!
Hermosa tu nove, enserio.
Ya quiero que la sigas, ¿Si?, ¿Siiiiiiiiiiii?
Di que si. Jajaja, solo sube pronto chica.
Porque la novela, ¡Se está poniendo cada vez mejor!
Siguela. Me encanta.
Bye.

esas pasrtillas Guiño

y Kenneth, es nick??? no entendi quien es kenneth supongo q es nick con otro nombre, oculta su identidad???
bueno no estoy segura pero please sube rapido capituloooo pleasee anda ; Wink

Cambio de cel.. Me voy por un mes.. Y me encuentro con que acabas una y empiezas otra.. Es enserio? ME E N C A N T A como escribes... Tus novelas son.. Interesantes, unicas, innovadoras... Soy fan de todas y cada una de ellas... Gracias a tu novela de "Amantes Prohibidos" encontre el foro y te lo agradezco.. Son una gran familia.. Y tus novelas son geniales.. Como muchas de las que hay en el foro.. Esta nueva idea que tuviste me encanto y desde luego seguire leyendo la nove.. Solo que sere algo asi como lectora fantasma *y lo siento* pero es que leo la nove desde el cel y a veces es un poco dificil comentar.. Pero cada vez que pueda no dudes que lo hare... Hahahaha... Seguila... Sos E X C E L E N T E escribiendo y deberias considerar estudiar algun dia para ser escritora... Tienes grandes ideas... Hahaha.. Seguila y siempre sere fiel lectora aunque no comente xD hahahaha Love, Love, Love lml

Ola ola ola bueno soy nueva lectora mi nombre es natalia... Fijate yo tmbn soy de Puerto Rico <3 ehhhhhh tengo 15años y bueno ya q vivimos en la misma isla para conocernos pq aki... Razz

oh Dios, me encantó el capitulo! presiento que esta novela será la mejor asi que ansio por leer los otros capitulos (:
siguela pronto, cuando puedas.

Casada Con Cantidad de envíos : 1384 Fecha de inscripción : 25/12/2010

nueva lectora Smile

Hi

! Una vez mas te felicito, eres genial tu y tus novelas son las mejores, pero ahora me estas dando miedo :s, ¿¿por que??, simplemente por que siento que estas escribiendo mi vida XD, solo eso, pero me encanta tu novela, solo espero el otro capitulo. You're Fabulous *-*

Bueno eso, Adios Xox

Hola, holiz. ¿Cómo están? Espero que estén de maravilla porque yo si lo estoy ^^
Ah, ah. Comentarioos.
Bueno, comienzo con uno importante: La duda de Ross.
Guao, chica te das cuenta de todoooo. Siempre descubres lo que pasa (no estoy afirmando nada, eh) Pero, parece que me lees la mente cada vez que escribo xD.
Vi otro... Fernanda.
Ay, hola. Me alegro que te hayas pasado por aquí. Wiii. Gracias por los halagos, casi lloro al leerlo. (me hizo sentir súper). No te preocupes por lo de los comentarios. Te entiendo. Además, la leerás y eso es lo que importa haha.
Uh, Nikifriky.
Natalia, sorry. De Puerto Rico? Genial. Es maravilloso encontrar compatriotas así. ahaha. Un gusto que estés por aquí, eh.
NiraLien.
ahdikahfynaidkjfnca
Me vas a hacer llorar.
¿Te doy miedo? Uhhhh. Si, te entiendo, a veces es raro ver tu vida en una novela. Me ha pasado. hahaha. Pero igual es divertido. Me alegro mucho que estés por aquí. <3
Y a mis demás lectoras.
cathiwaffles, I'mUnicornBitch<3...
Gracias por pasarse siempre. Y comentar. Adoro que comenten siempre jeje.
Bienvenida swettdream. Un gusto verte por aquí también ^^
Bueno, en resumen, las amoo a todas. Sigan leyendo y comentando como siempre. Las quierooo... me voy a escribir. ; )

Capítulo 4:
Me encontré con Brenna fuera de mi casa con las manos temblorosas y las uñas mordidas hasta la raíz. Me asuste al verla. Pensé que había pasado algo grave o algo. Hasta mamá salió conmigo para ver que le había pasado a Brenna. Corrimos hacia ella nerviosas también.

-¿Qué paso Brenna? –pregunte, agarrando sus manos entre las mías. Estaban frías. Me asuste aún más.

Ella estaba jadeando y mordiéndose el labio inferior tan fuerte que una parte de él estaba blanca. No hablaba. Me gire a ver a mamá y ella se encargó del asunto un segundo después.

-¿Qué paso cariño? –pregunto con dulzura. Encontró su mirada y la sostuvo-. Tranquila, solo dinos.

-Hable con Austin. Ledijesobreloquetusabesy… -no entendí nada después de ahí.

Hablo rapidísimo hasta que perdí el hilo completo sobre lo que hablaba. Y ella no cerró la boca ni un segundo. Mire a mamá de nuevo y ella sacudió la cabeza. Yo suspire, devolviendo la mirada a Brenna. Apreté sus manos un poco y ella respiro hondo, bien hondo.

-Hable con Austin –repitió mirando a mama; de nuevo a mí-. Hablamos un rato –volvió a respirar hondo-. Nos confesamos lo que sentimos –soltó el aire-. Me siento, llena de sentimiento. Loca –rió.

Mamá puso una cara de ¿estas-bromeando? Y puso los ojos en blanco, sonriendo. Yo grite y chille abrazando a Brenna. Estaba súper feliz de que por fin se hayan confesado todo. Había esperado ese momento desde siempre. Ella, me siguió el juego riendo conmigo. Su nerviosismo desapareció con mi alegría. Mamá se limitó a vernos reír.

-¡Dios, pensé que jamás sabría de este momento! –exclame-. ¡Por fin paso! –grite y volví a abrazarla.

-Entonces, ¿tú y Austin son novios? –pregunto mamá.

Solté a Brenna dejándola respirar por unos momentos. Me sentía súper feliz por ella, y por Austin. Se merecían esto, se merecían ser felices juntos. Sonreí mientras miraba a Brenna. Ella hizo una semi mueca con su boca.

-No, aun no –respondió-. Pero tal vez pronto.

-¿Sabes? Casi me matas cuando te vi de esa manera –dijo mamá-. Pensé algo en malo –ella se puso una mano en el pecho mostrando indignación.

Brenna y yo reímos.

-Es curioso, eso mismo dijo mamá.

-Pero es cierto –dije-. Fue algo tremendo verte de esa manera tan nerviosa, histérica. Austin no es la gran cosa, ¿sabes?

Brenna volvió a reírse y golpeo mi brazo con su puño. No me golpeó muy duro, pero aun así sobe un poco el área. La chica tenía unos nudillos fuertes. Brenna puso un brazo alrededor de mis hombros y beso mi mejilla.

-Tenías razón –dijo-. Siempre, lo hiciste.

-¡Y tú no me quisiste creer! Claro, ignoren a ____ –moví mis manos enfatizando la oración.

Brenna sonrió y volvió a besar mi mejilla.

-No te ignore, tenía miedo. No es lo mismo –suspiro-. Además, Austin siempre parecía como si estuviera colado por ti.

-¿Austin, conmigo? –Abrí los ojos como platos y me separe de ella para mirarla a los ojos-. ¿En serio? ¿Estás loca?

-No, ____. Pero, la mayoría del tiempo siempre está contigo, ¿recuerdas?

-Intentando no ser evidente contigo –replique-. Él te quiere y siempre te quiso. Punto final.

-Gracias de nuevo –dijo y beso mi mejilla llenándola de sus babas.

Hice una mueca mientras escuchaba la risa de mamá. Me limpie las babas con la mano cuando Brenna se separó de mí. Ella se le unió a mi madre en la risa. Les hice una mueca y mire hacia la calle. Siempre en silencio, y vacía. Uno que yo quisiera tener por siempre. Amaba el escuchar el silencio en una oscuridad iluminada con la luz de las estrellas y la luna. Simplemente fascinante. Era una de mis cosas favoritas que hacer, y la mejor.

Casi ni me di cuenta cuando mamá y Brenna entraron en la casa. Me perdí en mis pensamientos mientras ellas caminaban hacia adentro. Suspire cuando comencé a girarme. Brenna hablaría toda la mañana sobre Austin y las buenas nuevas de sus confesiones. No es que no me agradara el tema porque si lo hacía, eran mis amigos después de todo ¿no?

Iba a entrar a la casa…

Hasta que vi a Kenneth.

Me gire hacia él viéndolo desde la entrada. Él iba en una skate por la calle y se quedó viéndome un rato mientras yo lo hacía. Nuestras miradas se encontraron a pesar de la distancia. Lo sentí. Sentí la conexión tanto como si hubiera estado solo a centímetros de mí. Él me sonrió antes de girar la mirada hacia la carretera vacía. Yo lo vi mientras hacía eso del skating. Amaba a esos deportistas, y encontrar de que él fuera uno, era una sorpresa. Una maravillosa sorpresa.

Camine hacia la cera viéndolo correr su skate. No me miro mientras hacia los trucos tan increíbles de los skaters. Me perdí en la gracia con la que se movía en la skate una y otra vez. Sus jeans ajustados se veían geniales mientras flexionaba las rodillas, y los brazos fornidos de un adolescente mientras se agachaba y agarraba la skate a veces, cortaban respiraciones.

Sonreí sin siquiera darme cuenta mientras cruzaba los brazos sobre el pecho viéndolo moverse. Me tenía allí, pasmada viéndolo ser tan fabuloso practicando mi deporte favorito. Ya vi que teníamos algo en común. Mi corazón salto un poco, y se aceleró cuando vi que Kenneth se acercaba a mí.

Bajo de la skate y la recogió en su mano un segundo después pisando sobre la parte de atrás de esta. Fue un movimiento digno de cualquier buen skater. Sonreí aún más.

-Hola –dijo.

Me quede sin aliento volviendo a escuchar esa voz tan varonil, tan atractiva. Mis rodillas fallaron un poco. Mordí mi labio inferior agachando la mirada. Otra vez que sentía una bola de nervios frente a él.

-Hola –dije con la voz temblando. Me aclare la garganta un poco.

-¿Cómo estás?

-Bien, ¿y tú? –levante la mirada y me encontré con sus ojos. La desvié rápido evitando quedarme viendo esos ojos castaños tan lindos, tan profundos. Me perdería en ellos tan rápido como un niño aventurero se pierde en un centro comercial.

-Genial. ¿Aquí vives?

-Sip –trague-. Aquí vivo.

-No vives tan lejos de mí, ¿eh? –sonrió-. Es interesante…

Asentí con la cabeza sin entender de lo que hablaba. Me encogí de hombros, llenándome de valor a mi vez para poder mirarlo a la cara. Sería un poquitín difícil debido a su belleza, pero igual lo mire. Igual que la otra vez: facciones perfectas, el cabello marrón perfectamente colocado en una maraña de rulos en su cabeza, sus labios carnosos, llenos, incitando a ser besados, su linda nariz recta y perfecta, y unos hermosos ojos castaños enmarcados por dos gruesas pestañas y dos gruesas cejas. Era perfecto, como había dicho antes, y familiar. Algo en el me decía que ya nos habíamos visto. Pero la pregunta del millón era: ¿Dónde? ¿De dónde sabía que lo conocía? Jamás en mi vida había salido de Little Village. Muy pocas veces salía de casa, además de a la escuela. ¿Entonces?

-Planeta Tierra, ____ –escuche la voz de Kenneth, y vi su mano pasando frente a mis ojos-. ¿Estás aquí?

-Oh, lo siento –me sonroje. Fue evidente, gracias a mi piel extremadamente blanca-. Estaba pensando en… no importa –sacudí mis manos y la cabeza. Comencé a moverme con torpeza. Maldición.

-Está bien –él sonrió. De seguro se estaba burlando de mí-. ¿Me estabas viendo practicar? –movió la mano donde sostenía el skate.

Cambiando el tema… me gusta. Sonreí, asintiendo con la cabeza. Este tipo de tema era más cómodo, aunque no mucho en su presencia. ¿Qué me pasaba? Solo era un chico más. Que me daba miedo, además, dijo mi subconsciente.

-Si, este, el skate es mi deporte favorito –dije acariciando un mechón de mi cabello. Estaba nerviosa. Con tan solo ese movimiento de mis dedos junto a mi cabello, me decía que estaba nerviosa. Aunque ya sabía hace un rato que estaba nerviosa, eso lo confirmaba.

-Vaya, una cosa en común –sonrió-. No creía que te gustara usar estas cosas –volvió a mover la mano donde sostenía la skate. Él giro un poco la skate y yo vi unas pegatinas debajo de ella.

-Si, la verdad si –sonreí con una sonrisa poco común en mí.

-¿Sabes usar una?

Toco mi punto débil. Mi entusiasmo se fue de golpe. Hice una mueca mirando la skate.

-No –dije.

-¿Quieres que te enseñe?

Subiré otro capitulo mas tarde. Cuídense.

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