Mi Sueño Se Hiso Realidad (Nick & Tu) nueva nooveee! please siin ignorar

-Tu: eres una chica con el cabello negro, con unos pequeños rulitos y lo llevabas siempre suelto. Tenias unos grandes ojos color cafe. Tienes 17 años.(eres la mas pequeña de tus hermanas)
-Carla: tu mejor amiga!
-Carolina: es una de tus hermanas mayores. Al igual que tu, tiene el pelo negro y ondulado. Tiene 23 años
-Paola: es tu hermana mas grande. Ella tiene el pelo con rulos. A ecepcion de ti y carolina, ella tiene el pelo castaño oscuro. Tiene 25 años
(las 3 son un poco morenas)
-Sara: tu mama, es tu mama xD es algo estricta. No le gusta que salieras sola y no estaba de acuerdo a que siempre te dedicaras a la actuacion y a la musica
-Miguel: tu papa... el estaba de acuerdo contigo!! el siempre decia que "hicieras lo que mas deseas y no lo arruinaras por algo absurdo"
-Esteban: tu cuñado, novio de carolina. los 2 se casaran en vacaciones... en un lugar que te sorprendera mucho...
-Jonas: cambia totalmente tu vidaaa!! Very Happy

Sinopsis:
Eres una chica comun y corriente que vive en __________(tu pais) siempre te juntabas con Carla. ecepto estas vacaciones...
Cuando saliste de vacaciones tus padres te tenian una gran noticia(saliste de vacaciones en noviembre). Te llevarian a un lugar que cambiaria totalmente tu vida. Saldrian del pais porque tu hermana carolina se casaria con esteban.
Cuando llegaron a aquel lugar, tu con Paola decidieron ir de compras, pero por el camino te paso algo inesperado...

es mi primera novela... espero que les gustee!!
Please comenteeeeeen! Very Happy

y pondre el primer cap!

Omj k me pasara x rl.camino? Mm siguela se ve interesante a si olaaa me llamo ale. Y si si soy tu primera lectora Smile

Nueva Lectora! siguela esta buena.

Pasa por mi nove, aver si te gusta tiste

aaaawwwwww!!
tengo 2 lectoraaas!!
qe emooociiooon!!
Welcome

les subo cap en un ratitooo!! Very Happy

Capitulo 1

Era el ultimo dia de clases, 20 de noviembre, estabas con carla en el salon, comiendo...
Tocaron el timbre para salir y fuiste a tu casillero leeeeeentamente porqe no te qerias separar de tu amiga. Sabias qe te irias de viaje, pero creias qe ibas a iir a la playa o algo asi, no a un lugar tan lejos de ahi...

tu(tu cabeza estaba dentro de tu casillero): caaaarlaaaa
carla: qe??
tu: no me qiero ir tan lejos!! porqe o sino, no nos podremos veeer!!
carla: pero sabes a donde iras??
tu: no pero
carla: pero entonces no digas cosas asii!! si no sabes a donde iras entonces no te angusties!!
tu: esqe caaarlaaa!! (la miras) la otra vez que mi papa tenia los pasajes para ir a otro paiis!!
carla: espias a tus padres??
tu: carlaa!! (salieron y estaban esperando a tus padres) eso no es lo importaantee!! lo qe importa es qe me voy del pais a nose donde!!
carla: pero tambien esos pasajes podrian ser para carolina con estaban para su luna de miel!
tu: podria ser... (llega el auto de tus padres) llegaron mis padres :S bueno amiga! nos veremos algun dia!
carla: cuando te enteres de lo del viaje me llamas! ok¿?
tu: ooooook!! cuidate! bye!!
carla: bye!! nos veremos algun diaaa!! cuidatee!

Te subiste al auto y no hablaste nada por el camino, estabas muy intrigada por saber a qe lugar te irias...
si esqe era verdad de qe podrias salir del pais...

Llegaron a casa http://www.google.com/imgres?imgurl=http://images04.olx.cl/ui/2/08/13/18780513_1.jpg&imgrefurl=http://coquimbociudad.olx.cl/arriendos-de-casas-grandes-a-turistas-delegaciones-coquimbo-la-serena-iid-18780513&usg=__RyBeRbt6eAy7boyhFqnX1ZS8gcQ=&h=400&w=533&sz=40&hl=es&start=0&zoom=1&tbnid=x8912SwPzg1RFM:&tbnh=165&tbnw=240&ei=KjhoTfSZH4P_8Aa2v9zVCw&prev=/images%3Fq%3Dcasas%2Bgrandes%26hl%3Des%26biw%3D1152%26bih%3D674%26gbv%3D2%26tbs%3Disch:1&itbs=1&iact=hc&vpx=411&vpy=136&dur=2641&hovh=194&hovw=259&tx=210&ty=131&oei=3DdoTc_BGdK1tweS64XoAw&page=1&ndsp=12&ved=1t:429,r:1,s:0
y subiste a tu habitacion http://www.google.com/imgres?imgurl=http://3.bp.blogspot.com/_v5zAkZW9808/TD6aMq_opuI/AAAAAAAACOk/vYDiHyJRzOA/s1600/dormitorios_juveniles_fotos_3.jpg&imgrefurl=http://interiordesignnew.blogspot.com/2010/09/recamaras-juveniles-por-recor.html&usg=__-XbjsS_DwsHgJr01GL9nyjd8A_c=&h=566&w=800&sz=125&hl=es&start=244&zoom=1&tbnid=LQmbhnvFmclVgM:&tbnh=160&tbnw=204&ei=sjloTbaSGYiq8Aa32bXQCw&prev=/images%3Fq%3Dhabitaciones%2Bjuveniles%2Bde%2Bmujer%26hl%3Des%26biw%3D1152%26bih%3D674%26gbv%3D2%26tbs%3Disch:11%2C9563&chk=sbg&itbs=1&iact=hc&vpx=448&vpy=233&dur=1238&hovh=189&hovw=267&tx=156&ty=125&oei=ZDloTc33OpG4twe9-IXoAw&page=18&ndsp=15&ved=1t:429,r:7,s:244&biw=1152&bih=674

Entraste, dejaste tu bolso en el suelo y te sentaste en la silla del escritorio de tu netbook http://www.google.com/imgres?imgurl=http://www.blogdenotebooks.com.ar/wp-content/uploads/2010/11/Netbook-HP-110-3027.jpg&imgrefurl=http://www.blogdenotebooks.com.ar/netbook-hp-110-3027/&usg=___IZ_-MVnlsGyDLEzfyb4RJaAGgs=&h=400&w=400&sz=12&hl=es&start=83&zoom=1&tbnid=U9qwsUi7cmTYtM:&tbnh=168&tbnw=169&ei=XjxoTcH-CML98Aaus9GTCw&prev=/images%3Fq%3Dnetbook%2Bhp%26hl%3Des%26sa%3DX%26gbv%3D2%26biw%3D1152%26bih%3D674%26tbs%3Disch:10%2C3420&itbs=1&iact=hc&vpx=325&vpy=214&dur=3789&hovh=225&hovw=225&tx=169&ty=173&oei=KzxoTbOmD8nAtgeuo4XoAw&page=7&ndsp=15&ved=1t:429,r:6,s:83&biw=1152&bih=674
Le subiste la pantalla y en ella se reflejaban unos papeles qe estaban en tu cama. Te diste vuelta, te paraste y fuiste a tu cama a leer los papeles...
Los estabas leyendo y tenias muuchas ganas de gritar de la emocioon!!
nunca creiste que ibas a ir a...

a donde iras??
lo podras descubrir en el prox cap!!
gracias por leer!!
las qeeroo!!

ya no la leen??
esta foomee??
si no les gusta solo diganme y la cancelo!!

crei qe mi nove tendria un buen futuro pero... ya veo qe no...

Heyyyyyy Siguelaaaaaaaaaaaaaa
nueva lectoraaa... me encanto el capiiii siguelaaaaaaaaa

Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---
Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---

Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---

Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---

Stephy D' Jonas

me mataron tus comentarios!! xD
qe bueno qe te alla gustado el cap!!!

en un rato la sigo!! Very Happy

Capitulo 2:

Nunca creiste qe ibas a Estados Unidos!! y lo mejor... Los Angeles!!! Very Happy

tu sueño se estaba haciendo realidad!! y eso es solo el comienzo...
Terminaste de leer y te pusiste gritar y saltar como loca! El vuelo salia a las 7:30 am.
Bajaste corriendo y fuiste a donde estaban tus padres, los viste y los abrazaste muy fuerte! tenias los ojos llorosos!!
Tu sueño siempre a sido ir a Los Angeles, sobre todo porqe ahi estaba el amor de tu vida... Nick Jonas! eres una verdadera Jonatica, pero Nick se robo tu corazon (U)

Tu: aaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh!!!!! graaaciaas!!(abrazando a tus padres): enserio muchas gracias! me hacen la persona mas feliz del mundoo!!
Miguel: y eso es solo el comienzo!!
tu: qeeeeeeee??!?!?!? (casi gritando): osea qe hay otra sorpresa!??!?!?!
Sara: mmmm... algo asi!
tu: aaaaaaaaaaaaahhhhh!!! son los mejores padres del mundo!! aaaaaaaaaaaahhh!! Baila

ire a Los Angeles, mi sueño se esta cumpliendoo Baila

... aaaah! llamaare a Carlaa!

Fuiste a tu habitacion y cuan do llegaste, empezaste a buscar tu celular con desesperacion, porqe como eras un `poco desordenada,se te perdio... cogiste el telefono de la casa y llamaste a Carla [el telefono estaba en tu habitacion]

LLAMADA TELEFONICA:
carla: diga??
tu. carla!! soy yoo!! ___(tn)!!
carla: hola _____(tn)!! supiste algo del viaje?
tu: siii! por eso te llamabaa!! adivina qee!!
carla: qeeee!?¿!?!¿!?¿!
tu(gritando): voy a Los Angeles!!!!!
tu-carla: aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!!!!!
carla: enserio??
tu: si! nos vamos mañana a las 7:30 am.!!
carla: aaaah!! qe emoociioon!! alla estan los JOnas y... aaaaaaaaaaahhh!!! no puedo creerloo!
tu: yo tampocoooo! y papa me dio qe esto era solo el comienzoo!!
carla: entonces tienen otra sorpresa?!!??
tu(gritando): algo asii!! aaah!!! qe seeeraa??!! lo unico qe quiero es irme!! no aguanto maaas!! quiero saber la otra sorpreesaaa!!
carla: aay! no grites! me duele el oidoo!!
0tu: sorry!! esqe estoy muy emocionada... cuando llegue a L.A inventare cualquier escusa para ir a la casa Jonas!! le voy a sacar muchas fotos!! y voy a estar siempre
por ahi a esperar a qe salga algun Jonas!! me gusta decir Jonas! lo notaste??
carla: jajjajajaa si lo notee! qe suertuda eres amiigaa!! bueno, me tengo qe ir, mama me esta mandando a comprar Bobo!

... ve a hacer tus maletas!! mañana es el graaan diiaa!!
tu: okey! bueno.. cuidatee!! de alguna forma seguiremos en contacto!! chauu!!
carla: chaauu!!
FIN LLAMADA

tu: ahora voy a hacer las maletas y buscare mi celular... (rascandote la cabeza y mirando para todos lados): donde lo abre metido?

Hiciste tus maletas, la mayoria eran vestidos. No usabas muchos los vestidos pero,
por si alguna vez te encontrabas con Nick... deberias tener puesto tu vestido, porqe a el le gusta que las chicas usen vestido!
Y asi paso la tarde... llego la noche y te acostaste, estabas muy nerviosa y dormiste muy poco...
Al dia siguiente.......

Porfis comenteeen!!
es mi primera novela y
ya me siento frustrada porqe a mi nove no le va bien...

de todas formas...
gracias por leer!
quisas cuando se me pase la tristesa qe tengo hace como 2 semanas
subo cap!

nueva lectora!!!
quiero encontrarme con nick yaaaa ahh!!!!!!! bounce

Forista! Cantidad de envíos : 55 Edad : 29 Fecha de inscripción : 22/02/2011

Oye tranquila.. solo tienes que tener paciencia..

yy aqui estoy yooo ajajaj Hahahaha

SIGUELA PLEASE! tiste

Forista! Cantidad de envíos : 55 Edad : 29 Fecha de inscripción : 22/02/2011

Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela---Siguela--

Forista! Cantidad de envíos : 66 Fecha de inscripción : 30/01/2011

Hola .... Nueva lectora ... me llamo nicole y para mis amigas Niki .. me gusta tu nove ... me recuerdan las mias cuando hize mi primera nove .. .. (Y)

Siguela ...... ;♥

Atte: Nicole de Jonas ♥

Forista! Cantidad de envíos : 55 Edad : 29 Fecha de inscripción : 22/02/2011

CAP CAP CAP Very Happy

OLaa Chicas! Welcome

Gracias por comentar chicas!!

Sabry no tengo mucha paciencia! xD
bueno, aveces soy muuuuuuuy paciente y otras veces no! xD

Jonasmania1992 enserio mi nove te recuerda tus noves?? Very Happy

Gracias por leer!!!
En un rato les subo 2 capis... ok??

Recien las conosco y ya siento qe las quiero!! Very Happy

fefitaa! en el cap 5 o 6 se encuentran con Nick!
asi qe si me va bien en la nove te encontraras con Nick!! Very Happy

Discuelpen si hay dias qe no podre poner cap esqe...
entre al colegio
y mi notebook ya no prende...

asi qe... eso!!
ah! y si se pone fome me pueden dar ideas o cosas asi!!

Besooos!!

Capitulo 3
Al dia siguiente...
No despertabas!! eran las 6:15 am. y seguias durmiendo!!
6:30 am. y despertaste muy asustada... SOLO TENDRIAS 30 MINUTOS PARA ARREGLARTE!!
Te bañaste, te vestiste, bajaste a tomar algo de desayuno. Subiste y te maquillaste, tomaste tus maletas y bajaste... ERAN LAS 7:15!!

Subiste tus maletas al auto y partieron muy rapido. Carolina habia sido la primera en estar lista, luego tus padres, despues Esteban, Paola y al final tu
Salieron tarde solo por esperarte a ti!! Tu estabas mas qe nerviosa! no sabias si perderian el vuelo y tu sueño se arruinaria o llegarian a tiempo...

Llegaron al aeropuerto a las 7:28 [perdon por el cap un poco fome]... wooooow qe rapido llegaron!! Justo estaban llamando a las personas para qe subieran al avion...
Ustedes pusieron sus maletas en donde se ponen [nosee como se llama] y se fueron a subir al avion...
Tu te sentaste con Paola. Tus padres se sentaron juntos y Carolina con Esteban. Asi es, Esteban tambien iba con ustedes, obvio! el se convertiria en el esposo de Carolina en L.A...
¡¡El avion partio!! pasaron 2 horas y tu empeseaste a escribir una cancion. Paola te miraba con una cara rara...

paola: ____(tN) qe estas hacieeendo?
tu: escriibooo! no ves??
paola: sip!! pero qe dice ahi?? (leyendo el titulo de tu cancion) "Party in the USA"?? estas escribiendo una cancion??
tu: si... qe tiene?? esta es recienla segunda qe escribo... algun problema??
pao: no esqe... es raro verte escribir una cancion en ingles
Toda tu familia hablaba muy bien el ingles... lo hablaban con mucha fluides... como si ese fuera el idioma de tu pais (nose si me entienden..) hablabas el ingles como el español... a la "perfeccion"

pao: mejor duerme... es un viaje largo
tu: okey... no dormi mucho y tengo qe llegar con animo a Los Angeles!!
pao: yo tambien dormire...si qieres te apollas en mi hombro
tu: ok... primera vez qe eres gentil!
pao: qe me esta pasando?¿!?!
tu: ¬¬ duerme bien
pao: tu tambien!

Las 2 calleron en un profundo sueño!
Hasta qee...

Sigan leyendoo!! Very Happy

Capitulo 4:
Hasta qe empezo hablar el piloto (creo qe asi se llama... no estoy segura!) diciendo qe ya estaban apunto de aterrizar
paola: ______(tn)... ____(tn) despierta!! (tenias tu cabeza apollada en su hombro y ella empzo a moverte la cabeza) _______!! despieertaaa!!!
tu(le empezaste a pegar con las manos): dejame dormiir!!
pao(moviendote mas fuerte): aaaahh!! sale de encimaa! me duele el hombro!! aayyy!! _____(tn) despiertaaaa!! ya llegamos!!
tu(te sientas rapido): ya llegamos?¿!¿?!!!
pao: ay(acariciandose el hombro): sii...
tu: aaaahhh!! qe emociioon!! y e donde vamos a vivir??
pao: nosee!! preguntale a mama!
tu(te diste vuelta): maa' en donde vamos a vivir???
Sara: por ahi!
pao: en una casa! jajajajajaja
tu: ¬¬
pao: jajajaajaajaja (vio qe nadie se reía y paro)
tu: y caro sabe en donde viviremos??
Miguel: todos saben menos tuu!! y paola
tu: naaaaahh!! porqee??
Sara: es una sorpreesaa!!
tu: ¬¬ "ya me esta artando las sorpresas!!"
El avion aterrizo y estudes tomaron un taxi porqe los autos estaban en casa y no tenian a nadie qe los fuera a buscar al aeropuerto.
Llegaron a casa y...
sara: ____(tn)!! miiraa!! esta es la otra sorpresaa!!
tu: cuuaaal!?!?!?
sara: no conoces este lugar?? no se te hace familiar??
tu: noo!! nunca lo e visto!! un momento... esto se parece a...
sara: a qeeeeee??? Very Happy

ru: a lo qe nunca en la vida e visto!! es muy linda la casa!! pero la sorpresa qe me qerian dar... no la fue! se supone qe la casa era la sorpresa??
miguel: no! la sorpresa era algo del lugar... pero no lo conoces! despues lo conoceras y ahi encontraras la sorpresa
tu: okey... ire a mi habitacion y voy a ir de compras con paola
pao: porqe yooo??!?!?!
tu: porqe siii!!
pao: naaaaaahh!!! okey!!

Subiste a tu habitacion y guardaste tus cosas, te vestiste asi: http://www.google.com/imgres?imgurl=http://f5.mb-content.com/pictures/423/17/0/1017423_JKMRFSIFTATWHIR.jpg&imgrefurl=http://demii----loovato.metroblog.com/&usg=__RCrPz-HIzGfAY0afKjgoLa8nQgY=&h=400&w=283&sz=15&hl=es&start=787&zoom=1&tbnid=Tq7ax401YlR6CM:&tbnh=194&tbnw=124&ei=0L1uTY64HMK78gb7ztmLDw&prev=/images%3Fq%3Ddemi%2Blovato%26hl%3Des%26sa%3DG%26biw%3D1152%26bih%3D674%26gbv%3D2%26tbs%3Disch:11%2C23943&chk=sbg&itbs=1&iact=hc&vpx=137&vpy=203&dur=1685&hovh=267&hovw=189&tx=72&ty=162&oei=17xuTa7QJIqr8AafoPiFDw&page=44&ndsp=18&ved=1t:429,r:0,s:787&biw=1152&bih=674 (si qieres sin lo qe tiene en la cabeza) Luego bajaste, esperaste a paola y salieron de casa.
Estaban caminando por al frente de una casa muy grande, tu lka qedaste mirando y se te empezo a hacer familiar...

Conclusion:
el cap maas feo del mundoo!!
comeenteen!!
espero qe les guste...
a mi no me gusto mucho!!
besooos!! las qerooo!!

Saben qee??
les pondre otro caaaap!!!
esqe no tengo nada qe hacer!! xD

Capitulo 5:
pao: qe casa tan grandee!!
tu: sii, y es muy linda... nose porqe pero, se me hace muy familiar!! como si la hubiera visto en...
Te qedaste callada al recordar qe esa casa la habias visto en fotos cuando ponias en google "casa de Jonas"
y salia esa casa...
Estabas pensando en lo qe podrias hacer para qe seliera algun Jonas... estabas ideando un plan hasta qe...

pao: _____(tn)! como si la hubieras visto en qe?!?!!??!
tu: emmmm... en... este... bueno en... "porqe ahora no se me ocurre nadaa!!" mejor sigamos conociendo y... nosee! sigamos caminando!
pao: okey... (empieza a caminar y ve qe tu te qedaste ,irando la casa) _____(tn)! vamos!
tu: sii! ve!! yo enseguida te alcanzo!
Paola empezo a caminar, tu enseguida tambien empezaste a caminar. No te diste cuenta qe el suelo estaba un poco disparejo y... te tropesaste y caiste!! gritaste muy fuerte porqe te torciste el pie ¬¬

tu: aaaaaaaaahhh!! mi piee!! me duelee!! (gritando)
pao: aah!! qe hago? qe hago? qe hago? qe hago? qe hago?...
tu: ayy!! llama a papa o nosee!! aaaaaayyyy!! me duele muchooo!!
Te caiste en frente de la casa Jonas y n adie salía a ver qe te habia pasado... tu miraste a la casay veías qe había gente, qerias saber quien era pero tu dolor era cada vez mas fuerte.
En un momento viste qe la puerta se abrió un poqito, gritaste porqe te dolia mucho el pie y cerraron la puerta.
Pola seguia a tu lado tratando de ver como tenias el pie

[empezaron a hablar en ingles]
tu: aaaayyyy!! paola!! no me toqes! me duele mucho!
pao: pero no me dejas ver!!
tu: pero si me dueeleee!!
Se abrió la puerta y vez qe una persona salía de la casa para ayudarte. No la distinguiste bien porqe estabas mareada, todo te daba vueltas, todo se ponia oscuro... te desmayaste!!
xx(saliendo de casa): estas bien??!

Espero qe les gusten los capis!!
no estoy muy inspirada pero...
algo es algo!!
besoos! las qeroo!!

Forista! Cantidad de envíos : 55 Edad : 29 Fecha de inscripción : 22/02/2011

NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! Sad

quien era?? Neutral

quiero saber.. Suspect

me encantaa♥♥♥♥ cheers

sabes no fue ni es un cap feooo Wink

Siguelaaaaaa Razz

» VIVIENDO EL SUEÑO O LA REALIDAD?? Nick y Tu Nueva Novela,drama,romantica,
» Stay (Nick & Tu) (Nueva nove!! sin ignorar pliis!!) CANCELADA!!!
» un sueño echo realidad (nick jonas y tu)
» Sueño o Realidad?.... [Nick y ______] (Romantica)
» Un Sueño Hecho Realidad (Nick Jonas y tu)