Un Sueño Hecho Realidad (Nick Jonas y tu)

EPILOGO
Ashley Barnes tenía la foto de Nicholas Jonas en su taquilla del instituto cuando él era un ídolo de Hollywood. Pero ahora la hija del ex actor estaba causando algunos problemas en el aula donde Ashley era profesora, y a Nicholas no parecía importarle. A Ashley se le ha pasado aquel enamoramiento adolescente, o eso creía ella hasta que conoció de cerca al guapísimo padre soltero…

Le puse nombre porque no se ve muy bien el (TN) Espero que les guste y comenten al rato subo el primer capitulo

CAPITULO 1.-

Nicholas Jonas era un cretino.Ashley Barnes se apoyó en el capó del coche, miró las puertas cerradas del enorme rancho Blue Sage y repitió aquellas palabras a modo de mantra. Cretino. Cretino. Cretino.
Era un narcisista y un ególatra que creía que el mundo entero giraba a su alrededor. Por supuesto que tenía las puertas cerradas a cal y canto; no podía permitir que los simples mortales accedieran tan fácilmente a su propiedad.
Era una lástima porque Ashley tenía que hablar con él ese mismo día. Si no servía de nada llamarlo, mandarle cartas o correos electrónicos, tendría que tirar abajo aquellas puertas y obligarlo a hablar con ella.
Ashley suspiró con resignación. Quizá no fuera la mejor idea que había tenido. Adoraba su Volkswagen escarabajo verde, pero no creía que tuviera la fuerza necesaria para abrir unas puertas de hierro de casi dos metros y medio de altura.
Pero el fracaso no figuraba entre las opciones posibles. Aquel enfrentamiento entre el cretino y ella llevaba fraguándose tres semanas. Lo supiera él o no, le importara o no, Ashley acababa de darle un ultimátum a Nicholas Jonas. No podía seguir evitándola por más tiempo.
Observó de nuevo las puertas. Había crecido en un rancho con cuatro hermanos mayores, así que había aprendido un par de cosas entre las que se encontraban saltar vallas, subirse a los árboles y bajar del tejado de un granero con una cuerda deshilachada. No iba a ser fácil saltar aquellas puertas, pero el cretino no le había dejado otra opción.
Volvió a suspirar y se alegró al menos de llevar pantalones vaqueros. Tuvo que saltar tres veces para conseguir alcanzar el tablón horizontal de la valla. Una vez apoyada ahí fue relativamente fácil llegar a lo alto, desde donde se encontró con la aterradora imagen de un jinete a caballo que se aproximaba a ella a toda velocidad.
Estaba demasiado alto como para saltar sin correr el peligro de romperse un tobillo, así que tuvo que deslizarse por el poste como hacían los niños de la escuela. Cayó contra el suelo y se dio la vuelta justo cuando llegaba ya junto a ella un precioso caballo árabe levantando una nube de polvo.
Al ver al jinete que montaba el caballo se le aceleró el corazón y se le secó la boca. Era el mismísimo cretino. Esos rasgos marcados y esa mandíbula fuerte no podían pertenecer a ninguna otra persona.
De pronto lo vio en Última oportunidad, interpretando el papel de un forajido herido que ocultaba un trágico secreto. A Ashley le encantaba esa película. Ésa y todas en las que aparecía él.
Lástima que no fueran más que fantasías hechas en Hollywood.
Nicholas detuvo el caballo y se echó el sombrero hacia atrás. Ashley se retiró de manera instintiva ante aquellos rasgos amenazadores. ¿De verdad había llegado a ser tan tonta como para pensar que estaba locamente enamorada de él?
–Tiene dos opciones –le dijo él con una especie de gruñido–. O vuelve a salir por donde ha entrado o esperamos aquí hasta que venga el sheriff a detenerla por entrar sin permiso en una propiedad ajena. ¿Qué prefiere?
Ashley sintió que los nervios se le agarraban al estómago y se dio cuenta de que era incapaz de pensar con claridad con esos dos ojos azules como la medianoche clavados en ella.
–Adelante, llame al sheriff, señor Jonas. De hecho –añadió alegremente–, puedo hacerlo yo si lo prefiero, tengo su número en la marcación rápida del teléfono móvil, como los del resto de mis hermanos. A Luke lo tengo en el número dos, después de mis padres. Como es el mayor, me pareció la mejor manera de tenerlos todos en orden, aunque quizá debería poner a Evan el número dos porque es al que llamo con más frecuencia. Sólo tiene dos años más que yo, puede que sea por eso por lo que estamos tan unidos. Pero sigue teniendo el número tres. A los gemelos no los llamo muy a menudo desde que viven en la costa, por eso tienen el cinco y el seis. El caso es que Luke tiene el número dos, así que sería muy fácil pedirle que viniera rápidamente, si eso es lo que quiere…
Cuando recuperó el sentido común necesario para darse cuenta de que estaba divagando y consiguió cerrar la boca, Nicholas Jonas ya había empezado a ponerse bizco.
Pero Ashley pensó con rabia que él era el único culpable de todo aquello. No tenía por qué mirarla como si fuera una espía peligrosa salida de una de sus películas.
–Lo siento –dijo con evidente tensión–. Eso no tiene nada que ver con usted. Es que cuando me pongo nerviosa hablo sin parar.
–No me había dado cuenta –respondió él con una condescendencia que resultaba sencillamente odiosa–. Al margen de tan interesante información sobre su familia, usted se ha colado en una propiedad ajena, por si no le había llamado la atención que las puertas estaban cerradas.
Ashley respiró hondo y soltó el aire lentamente. Aquello no iba nada bien. Tenía que olvidarse de los nervios que le provocaba estar delante de su ídolo de la adolescencia y centrarse en la crisis que la había llevado hasta allí.
–La culpa es suya. Si no fuera usted un maldito ermitaño, no habría tenido que recurrir a medidas tan drásticas.
Lo vio parpadear.
–¿Un ermitaño?
–¡Sí! ¿Cómo se supone que puedo hablar con usted si no sale de este rancho?
–Resulta que me gusta mantener mi intimidad, señorita…
Lo miró fijamente con toda la frustración que había acumulado en las tres últimas semanas.
–Ashley Barnes. Soy la profesora de Ruby y, por mucho que le moleste que lo importunen, tengo que hablar con usted sobre su hija.
Nicholas miró a la menuda rubia que acababa de saltar la puerta de su rancho como si fuera una gimnasta olímpica. La profesora de Ruby. Cerró los ojos, avergonzado de haberla confundida con una admiradora.
Aunque hacía ya seis años que se había marchado de Hollywood y se había trasladado a Idaho sin mirar atrás, a veces aquel mundo lo perseguía. No estaba obsesionado con su seguridad. Pero, ¿qué otra cosa iba a pensar al ver que una mujer se colaba en su casa de ese modo?
–¿No le parece una manera un poco extrema de celebrar una reunión de padres y profesores? –le preguntó al tiempo que se bajaba del caballo.
Ella lo miró fijamente con sus ojos color avellana y Nicholas tuvo que admitir que, observándola de cerca, era definitivamente guapa. Menuda y femenina, con el pelo rubio y ondulado, recogido con una cinta y con unos hoyuelos que se le veían incluso mientras lo miraba con gesto desafiante.
Era un bombón. Dulce y delicioso, seguramente de ésos que se derretían en la boca. Nicholas había renunciado al dulce hacía ya mucho tiempo, pero aún lo deseaba intensamente.
–No habría tenido que recurrir a hacer algo tan drástico como saltar su estúpida puerta si usted se hubiera molestado en responder al menos a una de mis numerosas peticiones para concertar una reunión.
No le dejó responder, aunque Nicholas no tenía la menor idea de lo que estaba hablando.
–Soy consciente de que es usted un hombre muy importante y muy ocupado –añadió con los puños apoyados en las caderas–. Supongo que tendrá que ver a multitud de gente cada día, pero es usted actor, o al menos lo era. ¿No podría al menos fingir que se preocupa por su hija?
Nicholas apartó la atención de aquellos labios deliciosos al oír esas últimas palabras.
–¿Cómo dice?
–¡Seguramente presta más atención a ese caballo que a su propia hija!
Normalmente Nicholas no tenía ningún problema en controlar su genio, pero no estaba dispuesto a tolerar que una maestra mojigata cuestionara el modo en que criaba a su hija. Ruby era lo más importante de su vida, lo único que le importaba. Todo lo que hacía lo hacía por ella y no le hacía ninguna gracia que alguien insinuara que no era así.
–Usted no sabe absolutamente nada de mí, ni de mi hija si dice eso.
El bombón no se achantó demasiado ante su reacción, aunque sí reculó un poco.
–Lo siento –dijo a regañadientes–. Pero llevo tres semanas intentando ponerme en contacto con usted utilizando todos los métodos posibles, excepto las palomas mensajeras, y usted ha hecho caso omiso. Si usted estuviera en mi lugar, ¿no pensaría que no le importa lo más mínimo la educación de su hija? Llegué a la conclusión de que tenía que hablar con usted hoy mismo, aunque para ello tuviera que saltar la puerta de su rancho.

Después le pongo la conti del primer capitulo. Espero que tengan un lindo día.

Soy tu primera lectora muy buena siguelaaa!

Psd: me llamo ale Smile

y si.puedes porfa pasate por mi nove «siempre estare junto a ti» GRACIAS Smile

SIGUELA!!

Hey Hey!!!
New Reader Over Here!!!
Me encantó el primer capi de la nove...
Se nota que es full interesante!!!
Siguela prontisimo...
jajaja me da risa que Nicholas piense en Ashley como un bombon!!!
Es en serio?? No podias ponerle otro nombre a la protagonista???
lo siento es que no me gusta ese nombre...
primero por la exxxxx de Joe Jonas y luego conoci a una chica llamada asi...
Que la verdad me cayó pesimo!!
Bueno ya sé, ya sé, me salí del tema!!!
El tema era, que la nove está genial...
Y tienes que seguirla!!!
Peace & Love!!!*

ME ENCANTA !! c: mucho tu nove Smile

.. lo que si podrias poner la rayita "________" en el nombre jasodjsad para poner de nosotras xDDD o si no otro nombre ashly me suena a malbada ... creo que ocupan ese nombre mucho para las malas xDDD segun yo .. aun asi me encanto xD mucho ..

Siguela Siguela Very Happy

muy buena!
Nueva lectora! siguela!!!

Tema: Re: Un Sueño Hecho Realidad (Nick Jonas y tu) Ayer a las 15:18
Hey Hey!!!
New Reader Over Here!!!
Es en serio?? No podias ponerle otro nombre a la protagonista???
lo siento es que no me gusta ese nombre...
primero por la exxxxx de Joe Jonas y luego conoci a una chica llamada asi...
Que la verdad me cayó pesimo!!
Bueno ya sé, ya sé, me salí del tema!!!
El tema era, que la nove está genial...
Y tienes que seguirla!!!
Peace & Love!!!*

Le pondré otro nombre a Ashley solo a petición tuya y de Camila-15. pensare en otro cuando ponga la conti sabrán cual es y la conti se las pongo hoy ¿que les parece?

Muchas gracias en verdad por tomarse el tiempo de leerla Very Happy

Mis lectoras Smile

ale JB jonatica! Camila-1 Brigitte! y camilitalovato

Nicholas volvió a echarse el sombrero hacia atrás, completamente desconcertado por la evidente preocupación que denotaba la voz de aquella mujer.
–Estoy seguro de que ha habido algún error porque yo no sé nada de los problemas que pueda estar teniendo Ruby. ¿Habló usted con su tía abuela?
Ella se acercó hasta el punto en que Nicholas pudo sentir su aroma a vainilla y almendras. Se le hizo la boca agua de inmediato, pero apartó el pensamiento de su mente.
–Varias veces –respondió, aparentemente ajena a su repentino deseo.
–Lydia me aseguró que había hablado con Ruby y que la niña le había prometido que iban a cambiar las cosas, pero no ha sido así.
El curso había comenzado hacía un mes y Justin creía que todo iba bien. En Pine Gulch, Idaho, no había precisamente una multitud de alternativas para educar a su hija de cinco años, en realidad la única opción era la escuela pública. Podría haber contratado varios tutores que le dieran las clases en casa, pero Justin quería que su hija tuviera una vida lo más normal posible, lo que incluía, en su opinión, comidas en el colegio, recreos y competiciones de ortografía.
Todo lo que él no había tenido.
Ya era lo bastante difícil ser hija de un ex actor famoso, por eso Justin había decidido no complicar más las cosas apareciendo constantemente en la escuela de Ruby y recordándole a todo el mundo que la niña tenía un padre conocido. Ése era el motivo por el que su tía se había encargado de ejercer de intermediaria con el colegio.
Lydia era también su ama de llaves, su niñera y su confidente. Ella lo había criado y por tanto era lógico que hubiera recurrido a ella para que lo ayudara con Ruby cuando se la habían dejado con sólo dos meses de vida. Nicholas quería muchísimo a Lydia, pero era cierto que tenía la costumbre de intentar resolver sus problemas por él sin siquiera decírselo.
–Ni Lydia ni Ruby me han dicho nada sobre que estuviera teniendo ningún problema en la escuela. De hecho lo único que he oído es que Ruby está encantada, no para de hablar de sus amigos, de lo mucho que está aprendiendo y de cuánto quiere a su profesora, que supongo que es usted.
Nicholas se detuvo a pensar que la señorita Barnes había sido el principal tema de conversación de su hija desde que habían comenzado las clases. Ruby no paraba de hablar de lo guapa, simpática e inteligente que era su profesora, hasta el punto de que Nicholas había acabado teniéndole manía sin siquiera haberla conocido.
En ese momento, la guapa y amable profesora lo miraba como si fuera el extraterrestre que aparecía en la única película de ciencia ficción que había hecho en su carrera como actor.
–¿Le ha dicho que quiere a su profesora? ¿Estamos hablando de la misma niña? ¡Señor Jonas, su hija odia el colegio! ¡Y a mí también! O al menos ésa es la impresión que da.
–¿Que la odia? ¡No puede ser! Si no habla de otra cosa.
–La primera semana del curso no hubo ningún problema. Ruby hizo amigos, se mostraba muy dispuesta a aprender, atendía en clase y participaba. Pero hace tres semanas todo cambió de pronto.
–¿Tres semanas?
–Sí. Hubo un cambio radical. Ruby era una niña simpática y encantadora, pero ahora parece muy desgraciada. Está huraña y no quiere participar en clase; si le pregunto algo, aprieta los labios y me entrega todos los ejercicios sin hacer, sin poner siquiera su nombre. Nicholas la miró mientras trataba de comprender.
–No es propio de Ruby. Debe de haber algún error.
–Escuche, señor Jonas, sólo pretendo llegar al fondo de lo que está ocurriendo. ¿Ha notado usted algún cambio parecido en casa?
–No. Es la misma de siempre: llena de energía, curiosidad y también un poco traviesa. Pero en general es una niña estupenda.
Ella suavizó un poco su actitud al oír aquello.
–La verdad es que no sé qué pensar. ¿Pasó algo hace tres semanas que haya podido generar ese cambio?
Nicholas trató de recordar las últimas semanas. Habían ido a pasar un fin de semana a Los Ángeles, para asistir a la fiesta de compromiso de una amiga que se casaba por segunda vez. Eso fue lo único que se le ocurrió.
–No sé. No recuerdo nada especial.
–Debo decirle que estaba pensando que quizá Ruby no esté preparada todavía para asistir al colegio. Hay niños que tardan más en estar preparados, especialmente si llevan una vida algo… agitada.
La manera en la que dijo esas últimas palabras enfureció a Nicholas. Esa mujer no sabía absolutamente nada de él, excepto lo que tal vez leía en la prensa del corazón.
–Se equivoca, señorita Barnes. Ruby lleva preparada para ir al colegio desde los tres años. Es una niña inteligente, precoz y curiosa a la que le encanta aprender. No tengo ni idea de qué habrá ocurrido desde que está en su clase que haya podido hacerla cambiar.
Nicholas se dio cuenta por el modo en que lo miró de que podía malinterpretar sus palabras.
–Puede estar segura de que voy a averiguarlo –se apresuró a añadir–. Tengo la certeza de que me enteraré en cuanto pueda sentarme a hablar con Ruby tranquilamente. Se ha ido a pasar el día en Jackson con Lydia, pero hablaré con ella en cuanto vuelva. ¿Podría usted venir más tarde?
–Esta noche no puedo –dijo ella, con cierto rubor en las mejillas.
¿Tendría una cita?, se preguntó Nicholas, decepcionado.
–Podemos reunirnos algún día de esta semana después del colegio –le sugirió ella.
–El lunes me voy a Denver a comprar caballos y no volveré hasta el viernes. ¿Qué le parece mañana por la noche? Podría usted cenar aquí.
Por sus ojos pasaron infinidad de emociones, pero lo que más se hizo notar fue su reticencia, algo que no le gustó nada a Nicholas.
–Sí… supongo que podría venir.
–¿Le parece bien a las siete?
Al asentir se le movieron los rizos.
–Sí.
–Estoy seguro de que ha sido todo un malentendido. Ruby es una niña estupenda. Ya lo verá.
–Eso espero. La actitud de Ruby empieza a afectar al funcionamiento de la clase.
–Hasta mañana entonces. Ah, señorita Barnes –comenzó a decir con una sonrisa en los labios mientras abría las enormes puertas de hierro–, le recomiendo que mañana cuando llegue llame al timbre. No me gustaría que se cayera de la puerta y se perdiera el aperitivo.
Nicholas se echó a reír al ver el modo en que lo miraba. Mientras la veía salir y subirse a un coche de color brillante, sintió que surgía en su interior una atracción nada deseada.

Después subo la continuación. Espero que les guste y que pueda haber mas lectoras Very Happy

Les quiero mucho chicas

uhhh uhhhh me encantó!!!
Me agrada que le vas a cambiar el nombre a la prota!!!
Gracias...
Eso hará la nove más linda, jajajaja...
Ya hablando en serio (Segun yo)!!!
Tienes que seguirla prontisimo...
Será que Ruby es bipolar??
O solo una manipuladora, doble cara!!!
Que angustia, me dejas con esta intriga!!!
Siguela...
Peace & Love!!!*

COME ON!!!
siguela...

Capitulo 2

Estaba fascinado, pensó Nicholas mientras veía alejarse a la maestra de Ruby. No podía evitar a cualquier mujer que sintiera tanta pasión por su trabajo como para estar dispuesta a saltar una puerta con el fin de hacerse oír. Por no hablar de esos labios deliciosos.
No tenía ningún futuro. De eso no tenía ninguna duda. La señorita Kimberly Barnes tenía la palabra “compromiso” escrita en la cara y Nicholas tenía un historial muy negativo en ese campo.
Después de que Ruby llegara a su vida había decidido cerrar la puerta a cualquier relación a largo plazo. Ya había tenido demasiadas malas experiencias. Siempre elegía a las mujeres que no debía y acababa pagando por ello.
La madre de Ruby había sido la gota que había colmado el vaso. Tamara Drake era una aspirante a actriz a la que había conocido en una fiesta y con la que había salido unas cuantas veces sin sospechar que bajo esa apariencia divertida y sexy se escondía una mujer taimada que pretendía hacerse famosa. El embarazo de Tamara y sus continuas exigencias le habían abierto los ojos y le habían hecho darse cuenta de que su vida no llevaba el rumbo que él deseaba. Había engendrado una hija con una mujer a la que apenas conocía y a la que había acabado odiando; esa triste realidad lo había obligado a parar y a echarse un vistazo a sí mismo.
No le había gustado nada lo que había visto. Se había dado cuenta de que era como Tamara. Se había convertido en una persona egoísta, materialista y superficial. Trataba de conseguir lo que quería sin importarle las consecuencias y sabía que no podía seguir por ese camino.
Así pues, comenzó a buscar un pueblo tranquilo en el que instalarse, le dijo a Tamara que se marchaba de Hollywood y le ofreció un acuerdo económico a cambio de que renunciara a sus derechos sobre Ruby y le cediera a él la custodia. Le había sorprendido enormemente que se marchara, pero no había querido hacer frente a la responsabilidad que suponía una hija. Había aceptado el acuerdo de inmediato y un año después había muerto a causa de una sobredosis.
Era una historia muy triste que aún hacía que Nicholas se avergonzara del hombre que había sido seis años antes.
Pero había cambiado. Ruby se había encargado de que así fuera, pero Nichola seguía sin fiarse de su propio criterio con respecto a las mujeres. Tamara no había sido más que el último error de una larga lista, pero ahora que debía tener en cuenta las frágiles emociones de una niña, no podía seguir corriendo riesgos.
Huía de la atención pública todo lo que podía, pero tenía la sensación de que todas las mujeres que conocía estaban interesadas en él por su condición de ex estrella y, por algún motivo, les fascinaba la idea de que las vieran con un hombre que en otro tiempo había sido relativamente famoso.
Le revolvía el estómago. Nicholas quería que vieran en él algo más que la imagen que daba en sus películas, que vieran al hombre cuyos pasatiempos eran cortar el césped en las cálidas tardes de verano, jugar al sol con su hija y adiestrar caballos.
No confiaba en muchas mujeres y, desde luego, no confiaba en su propio criterio. Era mejor así. Solos Ruby, Lydia y él. Formaban un buen equipo en el que no había lugar para más jugadores.
Ni siquiera para bellas maestras con hoyuelos, ojos color avellana y rizos rubios.

que triste la historia de Nick D: ..............me encanta tu nove Siguelaaaaaaa Very Happy

Awwww so Sad!!!!
Que triste por todo lo que ha pasado Nick!!!
Woooo ya entiendo porque su lejania del mundo real!!!
Tienes que seguirla prontisimo...
La nove está full buena!!!
Peace & Love!!!*

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