mil@ y Vale D' Jonas~Lovato chicas muchas gracias por comentar
en serio niñas mil gracias ya la sigo y el capi va dedicado a ustedes..
i tu!! angeliqee no me amenaces loca maniatica... no te aproveches que estoy en tu casa.. o te acuso con mi tia
love you girls...!!
y ya saben comenten.. xoxo..
TRES
___(tn)___ se sintió de repente torpe cuando se dio cuenta que la camiseta que Joe llevaba exponía más de su musculoso pecho de lo que ocultaba. Por supuesto, hecho de la forma que estaba hecho, necesitaría varias capas de suéter y un pesado abrigo para disimular semejante cuerpo.
Él le recordaba a un defensa. Uno con un extremo muy duro.
Era fabuloso todo él. Desde la punta de su pelo marrón oscuro cómo besado por el sol hasta la punta de los dedos de los pies en sus rozadas botas moteras de piel negra.
Ella frunció el ceño cuando se percató de esto.
“¿Quién lleva botas en la playa?” preguntó inesperadamente.
Él bajó la mirada a sus pies. “Nunca he pensado sobre eso. Adivino que no es lo corriente ¿Eh?”
Ella le sonrió. “Eso me dice que no pasas mucho tiempo en la playa”.
“No realmente. Estoy aquí tras una extrema protesta. ¿Y tú?”
“Soy la ganadora del mes”
Él frunció el ceño cómo si no tuviera ni idea de lo que ella estaba hablando.
“Ya sabes”, dijo ella, “¿La ganadora de la Lotería de la Heroína Escondida? Soy la que han elegido esta vez.”
“Ah”, dijo él, cabeceando. “Bueno ¿y cómo va?”
Girando un mechón de su pelo, ella se encogió de hombros. “Va, supongo. Más mal que bien, pero supongo que nada es perfecto.”
“Y ahora ¿por qué dices eso?” Él señaló el vibrante cielo azul con su pulgar. “Sólo da un vistazo a este cielo azul. Es perfecto. Un día fabuloso. Tienes toda una playa por la que corretear, las olas rompiendo. Maldición, hasta puedes oír el gorjeo de los pájaros.”
“¿Por qué es que estabas haciendo volar un castillo de arena?”
Le obsequió con una sonrisa culpable que hizo que sus rodillas temblaran.
“Bueno, de acuerdo, nada es perfecto”.
___(tn)___ se pasó la lengua por los labios mientras lo miraba enganchar sus pulgares en los bolsillos delanteros de sus vaqueros. Él tenía una postura muy viril. Una de poder, cómo la de una sinuosa bestia merodeando en la playa esperando un bocado sobre el que abalanzarse.
Cómo le gustaría a ella ser ese bocado.
“Entonces”, dijo alargado la palabra, “¿Haces eso a menudo? ¿Explotar castillos de arena?”
“Solo si vale la pena”. Él miró atrás al agujero en la playa donde había estado el casillo. “Ese, desafortunadamente, fue mal. Fatal”
Ella se tapó la cara mientras sonreía de nuevo. “Adivino que debería haber permanecido serena y quietecita entonces ¿Eh?”.
“¿___(tn)___?”
Ella se encogió al sonido de una voz de “semental” que le llegaba a través de los árboles del otro lado del camino. El actor era extremadamente atractivo, pero parecía pálido y casi femenino al lado del hombre que estaba frente a ella.
“Adivino que necesito continuar”, dijo de mala gana.
Empezó a caminar alejándose de Joe, pero él cogió su mano con la suya. La impresión de ese agarre como el acero en su piel hizo que su cuerpo entero ardiera.
Antes de que se diera cuenta de lo que él iba a hacer, él tiró de ella y la apoyó contra su duro cuerpo y bajo su boca sobre la de ella.
___(tn)___ gimió con el sabor de sus labios mientras la lengua de él exploraba su boca, moviéndose diestramente dentro y fuera. Eso la dejó sin aliento y débil. Ella se asió a aquellos amplios, musculosos hombros mientras sentía el fuego palpitando entre sus piernas. Un fuego que la hacía humedecerse y deshacerse por este hombre.
Sus músculos se flexionaron bajo sus manos, avivando su apetito todavía más. Cómo deseaba ella estar tocando su bronceada piel, clavando sus dientes por todo ese exuberante, fabuloso cuerpo viril.
Joe gruñó de tan bien que ella le sabía. Entonces supo instintivamente que ella se dejaría.
Su po*lla se endureció hasta el punto de resultar dolorosa mientras imaginaba como se sentiría tumbándose sobre ella en la arena y pasando las horas siguientes viéndola correrse por él una y otra vez mientras se deslizaba dentro y fuera de su aterciopelado y húmedo calor.
Había muy pocas cosas en la vida que a él le gustaran más que la visión de una mujer perdida en medio de un orgasmo. El sonido de sus gritos de placer mientras él provocaba y paladeaba los últimos temblores de su cuerpo.
Y esta era una mujer que él podría saborear desde ahora hasta el fin de los tiempos....
“¡___(tn)___!”
Él no quería dejarla ir, por otro lado, nunca había sido la clase de tipo que daba una representación con público, menos dada la forma en que ella lo encendía, la clase de mujer que apreciaría sus intentos de ampliar sus horizontes en ese campo.
De mala gana la soltó.
Maldición. Joe no dijo nada mientras miraba al imbécil – que tropezó en el cráter del castillo mientras cruzaba por la arena – llevarse a su mujer.
Él miró al ennegrecido agujero de la playa.
Objetivo número uno había sido destruido.
Objetivo número dos...
Ella tendría que ser conquistada.
Por primera vez en un mes sintió el familiar subidón de adrenalina surgir.
Por fin tenía una misión.
___(tn)___ Webernec y su dulce boquita que le había sabido a miel.
A penas la había saboreado y ya estaba colgado. Y él no era la clase de hombre que quedaba convenientemente satisfecho una vez que se había estimulado su curiosidad.
Demonios la curiosidad, su cuerpo entero estaba encendido, y él no iba a parar hasta que probara mucho más que sus labios.
De ningún modo. Antes de que él terminara con ella, conocería cada diminuta parte de su cuerpo y todas y cada una de las formas de hacerla gritar de placer.
Joe sonrió con ese lascivo pensamiento.
Era un desafío que él iba a paladear muy bien.