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| Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! | |
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+8CRIS danger_ale95 aBii K2Mrpresidentedanger mia_sad *_JOnasFan_*♥ andreachintemi Fini 12 participantes | |
Autor | Mensaje |
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Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 11:18 | |
| Hola me llamo Fini aki les dejo una novela k lei hace poco es de Sara Craven les dejo la sinopsis aver k les parece.
Tanto si les gusta como no cmenten pliss
____, huérfana, ha crecido con el apoyo de la rica familia Santangeli. Lo único que le piden es que se case con su hijo… Kevin Santangeli es un multimillonario italiano conocido por su éxito con las mujeres. Se ve obligado a casarse con ____ por una promesa hecha a su madre. Pero el matrimonio fracasa y ella se aleja de él. ¿Cómo va a compartir el lecho conyugal con un hombre que sólo la quiere para que le dé un heredero? Kevin se promete que llevará a su mujer de vuelta a casa. Está decidido a hacerla completamente suya, y a disfrutar de cada minuto…
Última edición por Fini el Julio 21st 2010, 16:02, editado 1 vez | |
| | | andreachintemi Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 736 Edad : 28 Localización : Jugando con ana, mientras me como un pan dulce con un jugo de chizi Fecha de inscripción : 23/06/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 11:22 | |
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| | | *_JOnasFan_*♥ Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 857 Edad : 29 Localización : In my World (: Fecha de inscripción : 04/07/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 12:32 | |
| siguela ..
se ve interesante ...! | |
| | | mia_sad Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 436 Edad : 34 Localización : en internet pasando el rato xD Fecha de inscripción : 16/02/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 13:41 | |
| SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA PLISSSSSSSSSSSSSS ME GUSTA LA IDEA MUXO...ME GUSTO LA INTRO JAJAJAJAJAJAJA SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA XOXO MIA. | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 16:19 | |
| Hola gracias x comentar ya subo cap | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 16:20 | |
| Capítulo 1 Las puertas de cristal de la clínica San Francesco se abrieron y todo el mundo se volvió a mirar al hombre que entraba. Si Kevin Santangeli fue consciente del escrutinio al que estaba siendo sometido, o si se dio cuenta de que había más personas de las estrictamente necesarias a aquella hora de la noche, y la mayoría mujeres, no lo demostró. Su cuerpo, alto y delgado, iba vestido con un elegante traje de etiqueta, llevaba la camisa desabrochada a la altura del cuello y la corbata metida de manera descuidada en el bolsillo del esmoquin. Una de las enfermeras que merodeaba por allí observó su pelo oscuro y despeinado y murmuró al oído de su compañera que parecía que acabase de levantarse de la cama. No tenía una belleza clásica, pero su rostro delgado, los pómulos marcados, los ojos de color verde y las espesas pestañas, y aquella boca tan sensual, tenían un dinamismo que iba más allá de la belleza. Y todas las mujeres que lo miraban se quedaban encandiladas con él. El hecho de que tuviese el ceño fruncido y los labios apretados no reducía su atractivo. Tenía todo el aspecto de un buen hijo que iba corriendo al lado de su padre, enfermo de repente. Cuando el director de la clínica, el señor Martelli, salió de su despacho a saludarlo, todo el mundo se apresuró a volver a su puesto. Renzo se ahorró las formalidades. —¿Cómo está mi padre? —preguntó con ansiedad. —Descansando —respondió el otro hombre—. Por suerte, la ambulancia llegó enseguida y pudimos ponerle el tratamiento adecuado —sonrió para tranquilizarlo—. No ha sido un infarto grave, esperamos que se recupere por completo. Kevin suspiró aliviado. —¿Puedo verlo? —Por supuesto. Lo acompañaré —el señor Martelli llamó el ascensor y miró a su acompañante de reojo—. Es importante que esté tranquilo y creo que estaba un poco preocupado esperándolo. Me alegro de que haya llegado, así podrá descansar. —Yo también me siento aliviado, signare —dijo Kevin en tono educado, pero que sonó distante. Al director de la clínica le habían dicho que el señor Kevin imponía mucho, y estuvo de acuerdo. Kevin había imaginado que la habitación de su padre estaría llena de asesores y asistentes, y que Guillermo Santangeli estaría sedado y lleno de cables, pero su padre estaba solo, llevaba puesto su pijama de seda marrón y estaba leyendo una revista de economía internacional. En vez de máquinas, había en la habitación un enorme centro de flores. Kevin observó la habitación sorprendido desde la puerta. Guillermo levantó la cabeza y lo miró por encima de las gafas. —Ah —dijo—. Por fin —hizo una pausa—. No ha sido fácil encontrarte, hijo. Preocupado, Kevin se acercó muy despacio a la cama, sonriendo. —Bueno, pues ya estoy aquí, papá. Y, por suerte, tú también. Me han dicho que has tenido un infarto. —Ha sido lo que llaman «un episodio» —contestó su padre encogiéndose de hombros—, alarmante, pero, al mismo tiempo, fácil de tratar. Tendré que quedarme aquí descansando un par de días —suspiró—. Y tendré que tomar medicación y dejar los puros y el coñac, al menos por un tiempo. —Me alegro de lo de los puros —bromeó él mientras tomaba la mano de su padre y le daba un beso. Guillermo hizo una mueca. —Lo mismo opina Ottavia. Acaba de marcharse. Tengo que darle las gracias por el pijama y las flores, y por haberme traído tan pronto. Acabábamos de terminar de cenar cuando me sentí mal. —En ese caso, yo también me siento agradecido —tomó una silla—. Espero que la señora Alesconi no se haya marchado porque venía yo. —Es una mujer con mucho tacto —dijo su padre—. Y sabía que querríamos hablar en privado. Le he asegurado que ya no ves nuestra relación como una traición a la memoria de tu madre. —Grazie. Tienes razón al haberle dicho eso —dudó—. ¿Voy a tener una nueva madrastra? —No. Los dos valoramos nuestra independencia demasiado y estamos contentos con la situación actual —se quitó las gafas y las dejó con cuidado en la mesilla—. Y hablando de matrimonios, ¿dónde está tu esposa? Kevin se maldijo por haber sacado aquel tema de conversación. —En Inglaterra, papá, ya lo sabes. —Ah, sí. Es verdad, se fue poco después de vuestra luna de miel, y creo recordar que no ha vuelto. Kevin apretó los labios. —Pensé que... un periodo de adaptación sería de gran ayuda. —Es una decisión curiosa, teniendo en cuenta los motivos de tu matrimonio. Eres el último en la línea de sucesión, y dado que te estabas acercando a la treintena y no parecías tener interés en abandonar la vida de soltero, hubo que recordarte que tenías la obligación de dar un heredero legítimo que continuase con el apellido Santangeli, tanto en lo personal, como en lo profesional.
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:02, editado 1 vez | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 16:20 | |
| Hizo una pausa antes de continuar. —Y pensé que lo habías aceptado. Como no tenías otra candidata en mente, accediste además a casarte con la chica que siempre le había gustado a tu madre, su querida ahijada ____ Brendon. Espero que mi avanzada edad no haya dañado mi memoria. —Sí. Tienes razón, por supuesto. —Pues ya han pasado ocho meses y todavía no he recibido ninguna buena nueva. Y dados los acontecimientos de esta noche, necesito oír lo antes posible que la siguiente generación Santangeli está en camino. Me han dicho que tengo que cuidarme más. Moderar mi estilo de vida. Es decir, darme cuenta de que soy mortal. Y tengo que confesarte que me gustaría tener a mi primer nieto en brazos antes de morirme. —Papá, todavía te quedan muchos años. Los dos lo sabemos. —Eso espero, pero ésa no es la cuestión. La cuestión es que tu esposa no podrá darte un heredero, figlio mió, si no compartís el mismo techo, y la misma cama. ¿O acaso vas a verla a Londres para cumplir con tus obligaciones maritales? Kevin se puso en pie y fue hacia la ventana. La imagen de una muchacha de rostro pálido apareció en su mente, sus ojos secos, sin lágrimas. Se le hizo un nudo en el estómago. —No, no voy a verla. —¿Por qué no? ¿Cuál es el problema? Sé que fue un matrimonio concertado, pero el mío, también, y tu madre y yo pronto aprendimos a querernos. A ti te han dado una chica joven, encantadora e inocente, a la que conocías de toda la vida. Si no era de tu agrado, debías haberlo dicho. Kevin se volvió y lo miró con ironía. —¿No se te ha ocurrido pensar, papá, que tal vez sea ____ la que no me quiera a mí? —¡Che sciocchezze! —exclamó Guillermo—. Qué tontería. Cuando venía a casa de pequeña, todo el mundo era consciente de que te adoraba. —Por desgracia, ha crecido y ya no piensa igual. En especial, en todo lo referente a la realidad del matrimonio. Guillermo apretó los labios, irritado. —¿Qué estás diciendo? No me digas que un hombre que tiene tanta experiencia con las mujeres como tú, no es capaz de seducir a su propia mujer. Tenías que haber convertido la obligación en un placer, hijo mío, y haber aprovechado la luna de miel para que se enamorase de ti de nuevo. Al fin y al cabo, nadie la obligó a casarse. —Los dos sabemos que eso no es verdad. Cuando se enteró por la bruja de su prima de lo mucho que nos debía, no tuvo elección. —¿No le explicaste que fue su madrina, tu madre, la que en su lecho de muerte nos dijo que deseaba que continuásemos apoyándola económicamente? —Lo intenté, pero fue en vano. Ella sabía que mamá quería que nos casásemos. Y para ella, todo formaba parte de la misma transacción —hizo una pausa—. Y su prima le contó que cuando le pedí que se casase conmigo, tenía una amante. Después de aquello, la luna de miel no podía salir demasiado bien. —Esa mujer tiene gran parte de la culpa, hijo, pero tú tenías que haber arreglado las cosas con la bella Lucia mucho antes de la boda. —No sólo fui estúpido, sino también cruel. Y nunca podré perdonarme por ello. —Ya veo. Lo que tienes que hacer es preguntarte si puedes convencer a tu esposa de que te perdone. —¿Quién sabe? Yo pensé que nos vendría bien un poco de espacio, y de tiempo. Y al principio, le escribí de manera regular, la llamé por teléfono y le dejé mensajes, pero nunca respondió. Las semanas fueron pasando y mis esperanzas, evaporándose —hizo una pausa antes de añadir—. Y me dije que, como comprenderás, tampoco iba a rogarle. Guillermo estudió a su hijo con la mirada. —Un divorcio no sería aceptable —dijo por fin—, pero, por lo que me dices, tal vez podamos conseguir la anulación. —No. No te equivoques. El matrimonio... es real. Y ____ es mi esposa. Y no hay nada que pueda cambiar eso. —Tal vez sí. Tu abuela vino a verme ayer y me informó de que tu relación con Doria Venucci está en boca de todo el mundo. —La abuela Teresa —dijo Kevin —. Veo que se interesa mucho por los detalles de mi vida, en especial, con los menos limpios. ¿Cómo pudo una mujer así tener una hija tan adorable como mi madre? —Yo también me lo he preguntado siempre —admitió Guillermo—, pero tu abuela tiene razón al pensar que Antonio Venucci acabará enterándose de que su esposa ha estado divirtiéndose contigo mientras él estaba en Viena. Kevin arqueó las cejas y asintió. —Eso podría cambiarlo todo, para ti, y para tu esposa ausente, porque el escándalo arruinaría cualquier posibilidad de reconciliación con ella. Si es eso lo que quieres, por supuesto. —Es lo que tiene que ocurrir —respondió él—. No puedo permitir que esta situación se alargue. Para empezar, me estoy quedando sin excusas para explicar su ausencia. Y, luego, porque debemos alcanzar el objetivo de nuestro matrimonio lo antes posible. —Dio mio —dijo Guillermo—. Espero que tengas más tacto con tu esposa. Si no, hijo mío, fracasarás. —No — Kevin sonrió—. Esta vez no fracasaré. Te lo prometo.
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:02, editado 1 vez | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 16:21 | |
| No obstante, Kevin volvió a casa pensativo. Poseía el piso más alto de un antiguo palazzo que había pertenecido a una familia noble que no había tenido la necesidad de trabajar para vivir hasta que había sido demasiado tarde. Aunque le gustaba su gracia y su elegancia, sólo lo utilizaba como base en Roma. Porque su verdadero hogar era la antigua e imponente casa de campo de La Toscana en la que había nacido, y donde había planeado iniciar su vida de casado. Recordó que le había enseñado a ____ la zona que había reformado para ellos y le había preguntado si tenía alguna idea o quería algo en especial, pero ella había balbuceado que todo le parecía muy agradable, sin más. No había dicho nada de las habitaciones adyacentes, y comunicadas por una puerta, que ocuparían después de la boda. Y si tenía sus reservas acerca de compartir la casa con su futuro suegro, tampoco las había comentado. Más bien al contrario, siempre había parecido gustarle Zio Guillermo, como le habían dicho que lo llamase. Frunció el ceño al pensar que hasta entonces no se había dado cuenta de que, aparte de acceder a ser su esposa en voz baja, casi no había dicho nada más. Estaba acostumbrado a que no hablase si no era necesario. De pequeña, había sido muy callada, igual que de adolescente, cuando lo avergonzaba mirándolo con adoración, como si fuese un héroe. Ni siquiera había llorado el día de su bautismo, al que él había asistido con diez años, y en el que ____ Santangeli había sido la madrina. Su madre había conocido a Lisa Cornell en el internado de Roma en el que ambas habían estado, y habían forjado una amistad que había permanecido imperturbable a lo largo de los años a pesar de la distancia. Maria se había casado nada más terminar el colegio y había sido madre al año siguiente, mientras que Lisa había tenido mucho éxito trabajando de periodista en una revista antes de conocer a Alec Brendon, un conocido productor de documentales para la televisión. Al nacer su hija, Lisa había querido que Maria fuese su madrina, y le había puesto el nombre de ____, la forma abreviada de Maria Lisa. Kevin sabía que, a pesar de que sus padres le habían querido mucho, siempre les había entristecido no haber tenido más hijos con los que llenar el resto de habitaciones infantiles de Villa Proserpina. Y la ahijada de Maria había ocupado el lugar de la tan deseada niña en el corazón de su madre. No sabía en qué momento habían empezado su madre y Lisa Brendon a planear el matrimonio entre sus hijos, pero el tema había salido a la luz seis años antes, cuando los padres de ____ habían fallecido en un accidente de tráfico. Tras su muerte, se había descubierto que la pareja siempre había vivido por encima de sus posibilidades y que no le habían dejado nada a su hija. Al principio, Maria había querido que la niña, de catorce años, fuese a vivir con ellos a Italia, pero Guillermo le había hecho ver que, si quería que se casase con su hijo, sería mejor que la muchacha continuase con su educación en Inglaterra, para que Lorenzo no la viese, con el paso del tiempo, como a una hermana pequeña. Maria había accedido a regañadientes, y Kevin había conseguido olvidarse de la ridícula idea de que ____ se convirtiese en su futura esposa y se había concentrado en su trabajo para llegar a merecerse el puesto de director del Banco Santangeli, en el que sucedería a su padre llegado el momento. La vida le había ido bien. Había tenido un trabajo interesante, con el que viajaba mucho. Y había disfrutado mucho de las mujeres, sin decir a ninguna que la quería. Después, tres años antes, la repentina enfermedad de su madre le había sacado de aquel estado de autocomplacencia. Le habían diagnosticado un cáncer que se la había llevado en tan sólo seis semanas. — Kevin, carissimo mio —le había dicho—. Prométeme que la pequeña ____ será tu esposa. Y él, roto por el dolor, le había dado su palabra. Oyó sonar el teléfono y no fue a contestar. Si fuese de la clínica, le habrían llamado al móvil, cuyo número no tenía Doria Venucci. Si quería salvar su matrimonio, no podía seguir viéndola. No obstante, por educación, tenía que decirle en persona que su relación se había terminado. Aunque no pensaba que ella fuese a protestar. Una cosa era una aventura secreta. Y otra, un vulgar escándalo que podía poner en riesgo su propio matrimonio. Cruzó su enorme dormitorio para entrar en el baño, quitándose la ropa por el camino, y se permitió recordar por un momento el cuerpo lujurioso e insaciable que había dejado en la cama unas horas antes, y del que no volvería a disfrutar. Pero todo había cambiado. Y, de todos modos, sabía que no debía haber tenido nada con Doria Venucci, sobre todo, porque su comportamiento se había debido únicamente a otro exasperante encontronazo con el contestador de ____. Harto del celibato impuesto por su marcha, había decidido buscarse a otra. Y no le había costado demasiado encontrarla. Esa misma noche, en una fiesta, había conocido a Doria y la había invitado a comer en un lugar público al día siguiente. Después, se habían visto de manera privada en la suite de un carísimo hotel. No obstante, la condesa Venucci no había conseguido sanar su orgullo herido. Se metió en la ducha y abrió el grifo a tope con la intención de limpiar la tensión y la confusión de emociones que lo asaltaban. No podía negar que, en los últimos tiempos, y fuera de las horas de trabajo, no había tratado demasiado con su padre. Siempre había atribuido este hecho a que desaprobaba a la que hacía años era pareja de su padre, Ottavia Alesconi. Para su gusto, aquella relación había empezado demasiado pronto después de la muerte de su madre. Aunque, en realidad, no tenía derecho a oponerse al deseo de su padre de volver a encontrar la felicidad. La signora era una mujer encantadora y cultivada, una viuda sin hijos que dirigía la empresa de relaciones públicas que había fundado con su marido, y a la que le gustaba disfrutar con Guillermo, pero que no tenía la ambición de convertirse en marquesa. Imaginó que, dada la vitalidad de su padre, el infarto de esa noche debía de haber sido muy desagradable para ella, y decidió llamarla para agradecerle que hubiese actuado con tanta prontitud, salvando así la vida de su padre. De ese modo tal vez quedase claro que ya no se oponía a su relación. Además, teniendo en cuenta su propia vida personal, no pensaba ser quién para juzgar la de los demás. Empezó a secarse y se dijo que tenía que pasar página en muchos aspectos de su vida. Tenía que abandonar su vida de soltero y aplicarse para convertirse en marido, y, a su debido tiempo, en padre. Eso, si conseguía hacer cooperar a su esposa, algo que no había conseguido hasta el momento. Tenía que reconocer que nunca había tenido que esforzarse demasiado con las mujeres. No estaba orgulloso de ello, pero era un hecho indiscutible. Y era una terrible ironía que su mujer fuese la única que recibiese su acercamiento con indiferencia en los mejores momentos, y con hostilidad en los peores. Ya se había dado cuenta de que podía resultar un hueso duro de roer la primera vez que había ido a verla a casa de su prima, en Londres, para invitarla a La Toscana, para una fiesta que su padre planeaba celebrar con motivo del decimonoveno cumpleaños de ésta. Julia Gratton lo había recibido sola y lo había recorrido con su dura mirada de manera crítica. —Así que por fin ha venido a cortejarla, signore —le había dicho, riendo como una hiena—. Había empezado a pensar que nunca ocurriría. Le he dicho a ____ que subiera a cambiarse, mientras tanto, permita que le sirva un café. Cuando la puerta del salón se abrió por fin, Kevin dejó a un lado la taza y se levantó. La sonrisa murió al verla. Seguía siendo una muchacha tímida, que miraba hacia la moqueta en vez de a él, y seguía teniendo las pestañas largas, pero todo lo demás había cambiado. Y de qué manera. Su figura era esbelta en vez de desgarbada, y su rostro era más redondo. No tenía los pechos grandes, pero parecían tener la forma perfecta. Tenía la cintura estrecha, las caderas curvilíneas. Y unas piernas interminables que podía imaginarse alrededor de su cintura, desnudas, hasta con aquellos vaqueros que llevaba puestos. Kevin había intentado centrarse en ser educado. Había dado un paso al frente, sonriendo. —Buongiorno, ____ —había dicho, utilizando el nombre con el que le había tomado el pelo de niña—. Come stai? En ese momento, ella había levantado los ojos azules y lo había mirado con un destello de desprecio que lo había dejado helado. Pero como un momento después había contestado en voz baja a su saludo y hasta le había permitido darle la mano, Kevin había pensado que todo había sido imaginación suya. Porque aquello era lo que su ego quería pensar, que para aquella muchacha era un honor haber sido elegida para convertirse en su esposa y que, si él no ponía ninguna objeción, sobre todo después de haber vuelto a verla, ella tampoco lo haría. Animada por su prima, ____ había aceptado la invitación a la fiesta y había accedido a que Kevin volviese al día siguiente para discutir los pormenores. Y aunque sabía, era evidente que se lo habían dicho, que el verdadero motivo de su visita era pedirle de manera formal que se convirtiese en su esposa, no dio ninguna muestra de alegría ni de consternación al respecto. Kevin se dijo que aquello debía haberle servido de advertencia, pero él había atribuido la falta de expresividad a los nervios. En el pasado, no había elegido a sus compañeras sexuales por su inexperiencia, pero la inocencia era un requisito imprescindible para la futura madre de su heredero. Así pues, había decidido tranquilizarla acerca de cómo transcurriría su relación durante los primeros días, y noches. Por eso, había resuelto prometerle que su luna de miel sería la oportunidad de conocerse mejor, de hacerse incluso amigos, y que estaría dispuesto a esperar a que ella estuviese preparada para consumar el matrimonio. Y se lo había dicho con toda sinceridad. Ella lo había escuchado en silencio, ligeramente ruborizada. Kevin había esperado alguna reacción por su parte, algo que le diese pie a tomarla entre sus brazos y besarla para sellar su compromiso, pero dicha reacción no había llegado. ____ ni siquiera había hecho nada que sugiriese que quería que la tocase, así que, sin querer, él había caído en su propia trampa. El tiempo había ido pasando. A punto de llegar el día de su boda, él seguía incómodo en su presencia, incapaz de realizar cualquier acercamiento, algo que nunca le había sucedido hasta entonces. No obstante, con lo que no había contado era con que perdería los nervios, algo de lo que todavía se arrepentía. Suspiró con brusquedad mientras se enrollaba la toalla alrededor de las caderas. No merecía la pena seguir torturándose con aquello. Lo mejor sería irse a la cama e intentar dormir Salió del baño, pero en vez de quedarse en la cama, fue hacia el salón. Allí, se acercó a un enorme escritorio que había pertenecido a su abuelo, sacó una carpeta de un cajón y, después de servirse una generosa copa de coñac, se tumbó en uno de los sofás a leer su contenido, que había sido actualizado el día anterior
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:03, editado 1 vez | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 16:22 | |
| Casi se atragantó al leer la información del detective privado que había contratado para proteger a su esposa ausente: Estamos en la obligación de advertirte que, después del último informe, la señora Santangeli, utilizando su nombre de soltera, ha empezado a trabajar en una galería de arte privada en Carstairs Place. Durante los últimos quince días, ha comido dos veces en compañía del dueño de la galería, el señor Corín Langford. Ya no lleva la alianza, tal y como muestra la prueba fotográfica.
Bueno yo creo k ya es bastante mañna les pongo el resto del cap comentan diganme si les gusta o no plisss
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:03, editado 1 vez | |
| | | K2Mrpresidentedanger Casada Con
Cantidad de envíos : 1289 Localización : ConMi Sepsi! novio Kevo y mis cuñadithos Nicky y Joe ;) :baba: Fecha de inscripción : 28/06/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 16:22 | |
| siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguelaa siguela siguela siguela siguela siquela siguela siguela siguela siguela siguela
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| | | *_JOnasFan_*♥ Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 857 Edad : 29 Localización : In my World (: Fecha de inscripción : 04/07/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 11th 2010, 16:50 | |
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| | | mia_sad Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 436 Edad : 34 Localización : en internet pasando el rato xD Fecha de inscripción : 16/02/2010
| | | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 12th 2010, 04:38 | |
| Gracias x comentar aora pongo el cap | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 12th 2010, 04:39 | |
| Kevin arrugó la hoja de papel y la tiró al otro lado de la habitación mientras juraba en voz alta. Luego, se levantó del sofá y empezó a pasear con nerviosismo. No necesitaba fotografías. Muchas de sus aventuras habían comenzado con una comida, así que sabía bien lo que era compartir comida y vino, los cruces de miradas, el roce de los dedos. Aunque no se imaginaba a ____ en aquella situación, sonriendo, charlando, riendo, con los ojos brillantes. Con él nunca se había comportado así. Ni siquiera lo había mirado a los ojos, ni había sonreído. Pero no estaba celoso. Sólo estaba más enfadado que nunca. Pues bien, si su esposa pensaba que podía engañarlo con otro, estaba muy equivocada. Al día siguiente, la obligaría a volver a casa, y no dejaría que volviese a marcharse. Se aseguraría de que, en adelante, sólo pensase en él. De que fuese sólo suya. Hasta ahi esl primer cap luego pongo el segundo gracias.
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:04, editado 1 vez | |
| | | Fini Casada Con
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| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 12th 2010, 11:44 | |
| Capítulo 2 —¿____? Dios mío, eres tú. No puedo creerlo. Ella, que estaba mirando un escaparate, se volvió y separó los labios, sorprendida, al descubrir al joven alto, de pelo rubio, que estaba detrás de ella. —Alan… ¿Qué estás haciendo aquí? —Eso debería preguntártelo yo. ¿Cómo es que no estás tomándote un capuchino en la Via Veneto? Buena pregunta. —Porque después de un tiempo, puede llegar a resultar aburrido —contestó con naturalidad—. Y me apetecía tomar una taza de té en su lugar. —Ah. ¿Y qué piensa Kevin el Magnífico de eso? ____ se dio cuenta de la nota de amargura que había en su voz. —Alan, no... —Lo siento —miró el escaparate de la tienda, llenó de ropa de bebé—. Supongo que tengo que darte la enhorabuena. —No, por Dios —dijo ella con demasiado ímpetu, y se ruborizó al ver la sorpresa en el rostro de él—. Quiero decir, que no es para mí, sino para una amiga del colegio, Dinah Newman, que está esperando su primer hijo. —Pues creo que has venido al lugar apropiado —dijo Alan, mirando los precios de la ropa—. Aunque hay que estar casada con un banquero millonario para poder comprar aquí —sonrió—. Supongo que es una muy buena amiga. —Digamos que se lo debo —contestó ella. Se lo debía por haberla recomendado a Corin Langford, y por haber hecho que consiguiese no depender completamente de Kevin Santangeli. Y por no haberle hecho demasiadas preguntas al verla aparecer de vuelta en Londres ella sola. —¿Te apetece que comamos juntos? No podía decirle que tenía que volver enseguida al trabajo. De manera instintiva, había metido la mano en la que debía haber estado su alianza en el bolsillo de la chaqueta. A ella también le había sorprendido encontrarse a Alan, pero tenía tantas cosas que ocultar, que la situación le parecía complicada. —Lo siento, pero tengo que estar en un sitio dentro de cinco minutos. —Claro, estarás a la entera disposición de tu marido. Ella dudó. —La verdad es que Kevin... no está en estos momentos. —¿Ya te ha dejado sola, tan pronto? —Bueno, no somos siameses —dijo, intentando bromear. —No, supongo que no —Alan hizo una pausa—. ¿Y a qué te dedicas? ¿A contar las horas hasta que vuelve tú marido? —Nada de eso —replicó ella—. Tengo mi propia vida. Voy a sitios, veo a gente. —Si eso es cierto, tal vez podamos volver a vernos en algún momento. ____, si no puedes comer conmigo, quedemos para cenar ¿Nos vemos a las ocho en Chez Dominique? ¿Por los viejos tiempos? Ella quiso decirle que los viejos tiempos habían quedado atrás el día que él había decidido no luchar por ella contra un hombre tan poderoso que podía arruinarle la carrera. Aunque la culpa no había sido sólo de él. Su relación era demasiado incipiente para pedirle la lealtad y el compromiso que ella necesitaba. Sólo habían intercambiado un par de besos. Y había sido uno de esos besos lo que había terminado con su relación, cuando su prima Julia había sorprendido a Alan dándole las buenas noches. Esa noche, ____ se había enterado de lo que le iba a deparar el futuro. Después, había pensado que, si Alan hubiese sido su amante, Kevin no habría querido casarse con ella. Pero cuando se había dado cuenta ya era demasiado tarde, y Alan se había marchado. —Alan… No sé... Tengo que irme. —Reservaré una mesa —dijo él—. Y te esperaré. Todo lo demás, depende de ti. Ella sonrió con timidez. —En cualquier caso, me alegro de haberte visto —y se alejó a toda prisa. Llegó a tiempo a la galería, pero Corin estaba nervioso, tenía una reunión con sus abogados. Dinah le había contado a ____ que estaba pasando por un divorcio muy difícil, ya que seguía enamorado de su mujer, mientras que ésta sólo quería su dinero. Ella había pensado que tal vez podría aprender algo de la situación, aunque lo único que quería ella de Kevin Santangeli era recuperar su libertad. —Será mejor que me marche —le dijo Corin, deteniéndose en la puerta—. Si llama la señora Brooke con respecto a la acuarela... —El precio sigue siendo el mismo —comentó ____ sonriéndole—. No te preocupes. Vete, o llegarás tarde. —Sí. ____ se había enterado de que la señora Langford no sólo quería la casa marital, sino también una parte de la galería, argumentando que su padre también había contribuido a su financiación. Dinah le había explicado que su padre y el de ella habían sido amigos, y que el padre de Janine se habría levantado de su tumba si hubiese sabido lo que se proponía Janine: cenar la galería. —Pero si tiene mucho éxito —le había dicho ella—. Y Corin es magnífico para los negocios. Es evidente que sus clientes confían mucho en él. —Ya, pero a ella sólo le importa el dinero. ____ pensó que la vida era injusta, muchas veces eran los cretinos como Kevin Santangeli los que ocupaban la primera posición. De repente, se sintió nerviosa y fue hacia su escritorio, se sentó y decidió ocuparse de un par de cosas que Corin le había dejado pendientes. No parecía mucho, pero sería suficiente para que su mente no se ocupase de otros asuntos. No tuvo demasiado trabajo aquella tarde, pero realizó varias ventas muy buenas. Un señor mayor decidió comprar un paisaje de Lake District, para el cumpleaños de su esposa. —Estuvimos allí en nuestra luna de miel —le explicó a ____ mientras pagaba—. Aunque tengo que admitir que el cuadro de la costa italiana también me ha encantado —dijo suspirando—. Hemos pasado varias vacaciones cerca de Amalfi, y nos traería muy buenos recuerdos —hizo una pausa—. ¿Conoce la zona? ____ se quedó inmóvil un momento, pero se obligó a concentrarse y sonreír. —Sí, estuve una vez. Es... un lugar increíblemente bello. «Y ojalá se hubiese llevado usted ese cuadro, para no tener que seguir viéndolo yo». Luego, lo acompañó hasta la puerta. Volvió a su escritorio, pero no pudo evitar mirar el cuadro del paisaje italiano, que le recordaba el lugar en el que se había escondido durante las interminables y angustiosas semanas que había durado su luna de miel. El lugar al que había ido todas las mañanas, sabiendo que nadie la buscaría, ni la encontraría, y donde había descubierto que estar sola no significaba sentirse sola. Todas las tardes, antes de la puesta de sol, había dejado aquel lugar para volver al frío silencio de Villa Santa Caterina, y a la compañía del hombre con el que se había casado, para cenar con él en una mesa adornada con candelabros, en la terraza, donde el aire olía a flores e, irónicamente, parecía cargado de sexualidad. Después de cenar, le había dado las buenas noches y había ido a tumbarse a la enorme cama de sábanas inmaculadas en la que había dormido sola, rezando por que la puerta no se abriese y apareciese él movido por el aburrimiento o la impaciencia. Aunque, por suerte, eso no había ocurrido y en esos momentos estaban separados. Lo más probable era que Kevin hubiese entendido la indirecta y estuviese haciendo lo necesario para poner fin a aquel matrimonio. ____ se dijo que jamás debía haber aceptado casarse con él, pero que no podía dejar a su prima Julia sin casa, sobre todo con un marido enfermo, a pesar de lo que pensase de ella. Se había sentido avergonzada cuando su prima la había sorprendido en los brazos de Alan y lo había echado de allí. —¿Cómo te has atrevido? —le había preguntado ella—. Ya no soy una niña, y puedo ver a quien me plazca. —Siento llevarte la contraria, querida —había respondido Julia—. Tu futuro marido no quiere que ningún otro hombre se acerque a ti, así que haremos como si lo que he visto no hubiese ocurrido nunca, ¿de acuerdo? Será lo mejor para las dos. —¿Lo mejor para las dos? ¿De qué estás hablando? Yo no tengo ningún futuro marido. —No seas tan ingenua. Sabes tan bien como yo que se espera que te cases con Kevin Santangeli. —¿Casarme? ¿Con Kevin? Pero si no era más que el típico comentario tonto que hace la gente. —Nada de eso, era muy serio. El glamuroso señor Santangeli ha estado esperando a que alcances una edad razonable para casarse contigo. A ____ se le había hecho un nudo en la garganta. —No me lo puedo creer —No sé si habrá pensado en ti en algún momento, si acaba de acordarse de ti o si alguien le ha refrescado la memoria, pero lo cierto es que va a venir la semana que viene a visitarnos. Es rico, guapo, y tiene fama de buen amante. Enhorabuena, cielo. Te ha tocado el gordo. —No me ha tocado nada —había replicado ella, con el corazón latiéndole a toda velocidad—, porque no voy a casarme. Ni siquiera me gusta. —Bueno, él tampoco parece estar locamente enamorado de ti —le había dicho Julia Gratton—. Es un matrimonio concertado, tonta. La familia Santangeli necesita una muchacha joven y sana, que pueda darles herederos, y te ha elegido a ti. —Pues tendrán que buscarse a otra, porque yo no estoy a la venta. —Hace años que te compraron, cariño. ¿Cómo crees que podemos vivir en esta casa? ¿De dónde crees que salió el dinero para pagar tu colegio? ¿Quién crees que nos da de comer a todos, te compra la ropa, te paga las vacaciones y otros caprichos? —Yo pensaba que tú... —No seas ingenua. Harry edita libros de texto, y con la esclerosis múltiple, no creo que pueda seguir trabajando durante mucho tiempo. —Conseguiré un trabajo. Les devolveré todo el dinero —había dicho ella. —¿Cómo? Aparte del curso de Bellas Artes que estás haciendo, no has sido preparada para otra cosa que no sea casarte con un multimillonario y ser la madre de sus hijos. —No puedo creerlo. No es posible que Kevin esté de acuerdo. El... tampoco me quiere. Estoy segura. Julia había reído con cinismo. —Es un hombre, cariño, y tú una muchacha atractiva y en edad casadera. No te preocupes, Renzo sabrá cumplir con sus obligaciones, y disfrutar de ellas también. —Eso es... obsceno. —Así es la vida —había comentado Julia encogiéndose de hombros—. Y tu vida como marquesa Santangeli tendrá sus compensaciones. Cuando le hayas dado un heredero a Kevin, no creo que vuelvas a verlo demasiado. Él continuará divirtiéndose, como hace ahora, pero de manera mucho más discreta, y tú podrás hacer lo que quieras. —¿Quieres decir que está con alguien? ¿Tiene... una novia? —le había preguntado ella. —Bueno, tiene algo más que eso. Una bella veneciana, llamada Lucia Gallo, que trabaja en televisión. Parece ser que, desde hace unos meses, se han hecho inseparables. —Ya veo —el instinto le había dicho a ____ que su prima estaba disfrutando mucho de aquello, así que intentó sonar despreocupada—. Entonces, ¿por qué no se casa con ella? —Porque está divorciada, y no es la mujer adecuada en muchos aspectos. Pensé que ya te había dicho que las futuras mujeres Santangeli deben llegar vírgenes al matrimonio. —Supongo que esa regla no se aplica también a los hombres. Julia se había reído. —No, y te alegrarás de ello cuando llegue el momento —su tono se había vuelto mucho más conciliador—. Piénsalo, ____. No será tan malo. Siempre has dicho que querías viajar. Pues lo harás, y en primera clase. Y estarás muy cerca de Florencia, donde siempre podrás volver a sumergirte en el mundo del arte. Crear tu propia vida. —¿Y se supone que por eso tiene que merecer la pena? —había cuestionado ella con incredulidad—. ¿Permito que me... utilicen, a cambio de visitar Florencia? No lo haré. —Sí lo harás. Porque todos dependemos económicamente de los Santangeli. Les debemos el nivel de vida que llevamos. Y cuando te hayas casado con Kevin, Harry y yo continuaremos llevándolo, porque han accedido a que nos traslademos a las afueras de Londres, a una casa de una planta adaptada para la silla de ruedas de Harry, y a que contratemos a una cuidadora a tiempo completo cuando lo necesite —
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:04, editado 1 vez | |
| | | Fini Casada Con
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| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 12th 2010, 11:46 | |
| le tembló la voz—. Algo que jamás podríamos permitirnos en circunstancias normales. Hizo una pausa. —Si te echas atrás, perderemos esta casa —añadió—. Todo. Y no quiero poner el futuro de mi marido en peligro porque una niña mimada decide que el precio es demasiado alto para su delicada sensibilidad. Recuerda que muchas chicas matarían por estar en tu lugar Así que, por lo menos, aprende a ser civilizada con él por el día, coopera por las noches, y no hagas preguntas cuando no esté. Hasta tú deberías ser capaz de conseguirlo. Pero ____ pensó que no lo había conseguido. Suspiró. Había intentado evitar la boda. Y había intentando contactar con Alan, pero no lo había conseguido. Cuando una semana más tarde por fin había dado con él, se había enterado de que le habían ofrecido trabajo en Hong Kong. Después de aquello, le había resultado difícil seguir peleando, al darse cuenta de que no tenía a quién acudir, ni adónde in ir. Pero si había terminado cediendo, había sido por Harry, un hombre callado y bueno, que había hecho que su vida en casa de Julia fuese mucho más llevadera, y que iba a necesitar la ayuda de los Santangeli muy pronto. No obstante, si Kevin Santangeli creía que iba a postrarse a sus pies, agradecida, se iba a llevar una sorpresa.
Era una postura que había mantenido durante el supuesto cortejo. Cuanto menos viera a Kevin, mejor aunque lo cierto era que la única vez que habían estado a solas antes de la boda, pensó mientras miraba el salvapantallas del ordenador, había sido cuando él le había pedido en matrimonio y le había explicado que quería hacer las cosas lo más fáciles posible para ella, y que no la forzaría a tener relaciones íntimas hasta que no se sintiese acostumbrada a las nuevas circunstancias y estuviese preparada a ser su esposa en todos los sentidos de la palabra. Sin duda, Kevin debía de haber pensado que no tendría que esperar demasiado, que aunque fuese sólo por curiosidad, ____ acabaría acercándose a él Pero durante la luna de miel, ella le había dejado bien claro lo contrario. Y su separación al final de la misma había sido un alivio para ambos. A pesar de que él, consciente de sus deberes, había hecho varios intentos de mantener un contacto mínimo con ella después de que se hubiese ido a Londres, no parecía haber visto la necesidad de ir a verla en persona. Aun así, ____ no lo habría permitido. En esos momentos, Kevin parecía haber admitido que su matrimonio estaba acabado. Y pronto sería libre de escoger a otra mujer para ocupar su cama, probablemente, alguna mujer italiana con talento para la maternidad. Eso complacería a la bruja de su abuela, que siempre había visto con desaprobación la elección de ella como su esposa. Se había preguntado en algunas ocasiones si todo el mundo se daba cuenta de que Kevin casi no la tocaba. Y que nunca la había besado. Salvo una vez... Había sido durante la cena que había organizado el padre de éste para celebrar su decimonoveno cumpleaños en La Toscana. Ella se había puesto para la ocasión un vestido color crema de manga larga y discreto escote, la personificación de la prometida recatada, con un bonito collar de perlas que él le había regalado colgado del cuello, para que todo el mundo pudiese verlo y admirarlo. Los habían sentado juntos. —Las perlas significan pureza —había comentado Julia con acidez—. Y ésas cuestan una fortuna. Es evidente que espera cobrárselas bien en la noche de bodas. ____ se había preguntado entonces si era ése el mensaje que Kevin quería dar a todo el mundo. Le habían dado ganas de devolver el collar a su caja, pero al final se había armado de valor y se lo había puesto, junto con el anillo de compromiso: un enorme rubí rodeado de diamantes. No podía criticar su generosidad. De hecho, se había quedado de piedra al enterarse del dinero que se le asignaría cuando estuvieran casados, no tenía ni idea de en qué iba a gastárselo. Pero entonces se había recordado a sí misma que no quería más que comprar su voluntad y, tal y como le había recordado Julia, también su cuerpo. Y ésa era una idea que había ido poniéndola nerviosa según se había acercado el día de la boda. Porque, a pesar de que él le había prometido respetarla, llegaría una noche en la que tendría que someterse a él. Y eso le daba miedo. Él le daba miedo... Durante aquella cena, lo había estudiado de reojo, mientras hablaba con las personas que había al otro lado de la mesa, riendo, y había pensado que, si lo hubiese conocido aquella noche, tal vez le hubiese parecido inquietantemente atractivo. El esmoquin resaltaba su cuerpo delgado y fuerte. Aunque siempre vestía bien, tuvo que reconocer ella. Y eso, por desgracia, le había llevado a pensar que pronto sabría también cómo era Kevin sin ropa. Se había quedado casi sin aliento y había sentido una ola de calor que había hecho que le ardiese la cara. Él, como si se hubiese dado cuenta de su estado de confusión, se había vuelto hacia ella y había estudiado su rostro. Y. por un momento, había dado la sensación de que estaban los dos solos en la habitación, sus miradas se habían cruzado y él había parecido descifrar, divertido, sus pensamientos. Kevin se había inclinado entonces, le había tomado la mano y la había rozado con sus labios antes de darle la vuelta y darle un beso en la palma. Ella se había ruborizado todavía más y había oído un murmullo de aprobación del resto de la mesa. Entonces, dándose cuenta de que aquello había sido culpa suya, había retirado la mano con la poca dignidad que le quedaba. También había imaginado que al resto de los invitados les gustaría aquel gesto, teniendo en cuenta que la consideraban una chica ingenua y tímida, cuando en realidad ella hubiese preferido agarrar la botella más cercana y rompérsela a Kevin en la cabeza. Después de la cena, se había sentido aliviada al ver que Kevin, por educación, tenía que atender a los invitados, y había podido escaparse sin hablar con él.
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:05, editado 1 vez | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 12th 2010, 11:47 | |
| Después de la cena, se había sentido aliviada al ver que Kevin, por educación, tenía que atender a los invitados, y había podido escaparse sin hablar con él. Era consciente de que esa noche había perdido terreno, pero ya encontraría el modo de recuperarlo.
«Y lo hice», pensó en ese momento, «aunque las consecuencias hayan sido amargas». Tuvo que salir de sus pensamientos al ver entrar a Corin en la galería, parecía angustiado. —Quiere su mitad de la galería —anunció sin más preámbulos—. Dice que soy demasiado tradicional, y que quiere que se tengan en cuenta sus ideas, lo que significa que vamos a tener que trabajar juntos todos los días, como si no hubiese pasado nada. No podría soportarlo. Se dejó caer en su sillón. —Además —continuó—, ya sé cuáles son sus ideas y no funcionarían aquí, pero no puedo permitirme comprar su parte —suspiró—. Así que tendré que dejar esto y empezar de nuevo, tal vez en otra zona donde los locales no sean tan caros. ____ le llevó un café bien cargado. —¿No podrías buscar a alguien que invirtiese en la galería, para que pudieses comprarle su parte a tu mujer? —Ojalá —contestó él haciendo una mueca—, pero no es un buen momento, y las cosas van a ir todavía a peor, así que no creo que sea fácil que alguien quiera arriesgarse —le dio un trago a su café—. Creo que hoy voy a cerrar antes. ¿Te apetece cenar conmigo? «Lo siento, Corin, pero no estoy de humor para ser el paño de lágrimas de nadie, ni para ninguna otra cosa. Eres un buen hombre, pero nada más. Tengo mis propios problemas que resolver», pensó. —Lo siento —dijo en voz alta—, pero ya he quedado. No había pensado en quedar con Alan, pero, de repente, le pareció mejor que pasar la noche sola, dándole vueltas a su pasado. «Tengo que mirar hacia el futuro, hacia mi libertad».
Bueno aki esta el cap dos entero mañana o pasado la sigo gracias x sus comentarios.
Última edición por Fini el Julio 14th 2010, 15:05, editado 1 vez | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 13th 2010, 12:55 | |
| No les gusta? diganme y la kito | |
| | | mia_sad Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 436 Edad : 34 Localización : en internet pasando el rato xD Fecha de inscripción : 16/02/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 13th 2010, 15:35 | |
| KLARO Q E GUSTA SOLO PUEDES PONER LA LETRA UN POKO + GRAND....SQ TARD UN RATO EN LEERLA JAJA ASI Q PLIS...SQ E KUESTA LEERLA JAJAJAJAJA PERO KLARO Q SEGUILAAAAAAAAAA Y PRONTO QUIERO SABER Q A SER KEIN?...Y UOOOO E INTRIGA SU PERSONALIDAD SERA BUENO O NO?...JAJAJA BUENO UAS DUDAS LAS UALES DEES D RESPONDER Y PRONTO ASI Q... SEGUI SEGUI SEGUI SEGUI SEGUI SEGUI SEGUI SEGUI SEGUI SEGUI BYE | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 14th 2010, 05:08 | |
| Ok gracias mas tarde pongo cap | |
| | | aBii Amo A Los Jonas Brothers!
Cantidad de envíos : 2856 Edad : 34 Localización : Mexico Fecha de inscripción : 01/06/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 14th 2010, 11:13 | |
| esta buenisima la nove me encnataaaa solo que como dijo "deprimida" la letra esta un poco chica y se dificulta leerla
siguelaaa!!! | |
| | | Fini Casada Con
Cantidad de envíos : 1181 Localización : España Fecha de inscripción : 10/03/2010
| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 14th 2010, 12:48 | |
| Capítulo 3 Mientras se vestía para ir a cenar con Alan, ____ seguía sin estar segura de si estaba haciendo lo correcto. Había pasado poco más de un año desde que había considerado la idea de escaparse con él y, aunque en esos momentos el corazón ya no se le aceleraba ante la idea de volver a verlo, le parecía mejor que quedarse sola en su piso. Vivía en un piso pequeño, de una sola habitación, pero muy luminoso y alegre, bien amueblado y que estaba en una buena zona de Londres. Y lo mejor era que, al vivir sola, no tenía que rendirle cuentas a nadie. El único inconveniente era que tenía que aceptar que su independencia tenía unos límites, ya que no era ella quien pagaba el alquiler, sino una firma de abogados que actuaba en nombre de su marido. Cuando se divorciasen, no podría seguir permitiéndose vivir en un sitio así. Y su vida sufriría más cambios, no todos negativos. Por ejemplo, podría intentar seguir estudiando. Pero lo que tenía que hacer aquella noche era pensar en su futuro inmediato, y estar alerta. No quería que Alan pensase que era una esposa solitaria que necesitaba consuelo. Porque no era así. Escogió la ropa con cuidado: una falda azul clara y una camisa de seda blanca. Y se puso un poco de maquillaje. Para terminar, y muy a su pesar, recuperó su alianza de la caja en la que estaba guardada, en la mesilla, y se la puso. Eso recordaría a su acompañante que no estaba en el mercado. Dos horas más tarde, descubrió que Alan no había cambiado demasiado durante su ausencia y que, a pesar del ambiente romántico que reinaba en Chez Dominique, la noche estaba siendo bastante aburrida. Aunque, al mismo tiempo, también estaba siendo desconcertante, ya que Alan había escogido hablar de su relación pasada con añoranza, como si hubiese sido mucho más profunda e importante de lo que ella recordaba. «No te lo tomes tan a pecho», pensó ella. «No éramos más que dos niños, aunque tú seas algo mayor que yo. Yo todavía era virgen, y sospecho que tú también, aunque eso haya cambiado para ambos». Alan parecía más seguro de sí mismo, iba vestido con un traje claro y una camisa azul que realzaba el color de sus ojos. Y se había arreglado los dientes. Era un buen tipo, pero nada más. Lo que sí seguía siendo excelente era la comida de Chez Dominique, y la conversación se volvió mucho más interesante cuando consiguió que Alan le hablase de su vida en Hong Kong. Le alegró saber que le iba bien. No obstante, todavía parecía estar un poco resentido por haber tenido que marcharse por obligación. Cuando el camarero les llevó el postre. Alan le preguntó: —¿Te alojas en casa de tu prima? —Oh, no —respondió ella sin pensarlo—. Julia vive ahora cerca de Tonbridge Wells. —¿Y te dejan estar sola, sin guardaespaldas? Me sorprende. —¿Por qué? Tal vez... Kevin —tartamudeó un poco al decir su nombre— confía en mí. «O no le importa lo que haga». —Supongo que tendrás una suite en el Ritz, o en cualquier otro hotel de cinco estrellas. —Nada de eso. En realidad, me han prestado un piso —que era lo más cercano a la verdad y que le recordó las ganas que tenía de volver allí y no tener que responder a más preguntas. Se miró el reloj y empezó con la retirada. —Dios mío, qué tarde se ha hecho. Debería marcharme. —¿Esperas una llamada de tu marido? —preguntó él. —No. He quedado pronto mañana por la mañana —«entro a trabajar a las nueve». Al mismo tiempo, se dio cuenta de que su comentario había hecho que recordase que había habido una época en la que Kevin la había llamado casi todos los días y le había dejado breves mensajes en el contestador, que ella había borrado inmediatamente, igual que había roto sus cartas sin leerlas. Hasta la noche en que le había dicho: —Mañana, ____, cuando te llame, responde. Tenemos que hablar. Te lo pido por favor. Y la noche siguiente, había tenido que hacer un esfuerzo sobrehumano para no responder al teléfono. Después de aquello, no había vuelto a llamarla, ni volvería a hacerlo. ____ había conseguido, con su intransigencia, la victoria que tanto había deseado, aunque no había logrado comprender por qué su triunfo le resultaba, de repente, estéril. Discutió educadamente con Alan acerca de quién iba a pagar la cuenta y ganó él, luego, salió a la calle y se sintió aliviada. Se volvió para despedirse y vio que Alan acababa de parar un taxi. Le pareció muy amable por su parte, aunque no había imaginado que él se subiría también. —¿Quieres que te deje en alguna parte? —le preguntó con frialdad. —Pensé que ibas a ofrecerme un café, o una copa —contestó él sonriendo. —Es tarde... —Por los viejos tiempos. —Bueno —contestó ella a regañadientes—, un café rápido, pero luego te marchas. Él sonrió, satisfecho. ____ no dudó de su capacidad para mantenerlo a raya, ya lo había hecho con otra persona con mucho éxito, aunque después le hubiese salido el tiro por la culata. Al llegar a su casa bajaron del taxi y tomaron el ascensor hasta el segundo piso. ____ se dio cuenta de que Alan estaba acortando distancias y retrocedió, pero mientras metía la llave en la cerradura, volvió a acercarse tanto que, en cuanto la puerta se abrió, ____ cruzó corriendo el pequeño pasillo para entrar en el salón. La luz estaba encendida. Y en el salón había alguien. Se detuvo con tanta brusquedad al ver, horrorizada, de quién se trataba, que Alan chocó con ella. Kevin Santangeli estaba tumbado en el sofá, se había quitado la chaqueta y la corbata, y se había desabrochado y remangado la camisa. Además, había abierto una botella de vino y servido dos copas. Al verla, dejó a un lado el libro que estaba leyendo y, sonriendo, se puso en pie. —____ —dijo con voz aterciopelada—. Carissima. Por fin has vuelto. Estaba empezando a preocuparme. —Kevin... —consiguió decir ella—. ¿Qué estás haciendo aquí? —Quería darte una sorpresa, cariño. Y veo que lo he conseguido. Se acercó a ella con los pies descalzos, le tomó la mano y se la besó antes de mirar hacia Alan. ____ se fijó en que no se había afeitado. —¿No vas a presentarme a tu acompañante para que le dé las gracias por haberte traído a casa sana y salva? ____ oyó a Alan tragar saliva. —Por supuesto. Este es Alan Denison, un viejo amigo, que está pasando unos días de vacaciones aquí, pero vive en Hong Kong. Por un momento, le pareció ver un atisbo de sorpresa en sus increíbles ojos. —Ah... sí. Ya lo recuerdo. —Nos hemos encontrado por casualidad —dijo Alan—. En la calle. Esta mañana. Y he invitado a su... a la señora Santangeli a cenar. —Qué amable por su parte —respondió Kevin, que seguía agarrándole la mano.
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| | | Fini Casada Con
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| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 14th 2010, 12:49 | |
| gracias x comentar ya les puse la letra mas grande | |
| | | mia_sad Amiga De Los Jobros!
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| | | | Fini Casada Con
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| Tema: Re: Huerfana de amor ----> Kevin y ____ (ADAPTADA) NOVELA TERMINADA!!! Julio 14th 2010, 13:51 | |
| ____ se dijo que era mejor no retirarla en ese momento. De todos modos, lo tenía demasiado cerca para estar cómoda, incluso podía oler su colonia, que evocó recuerdos que le hubiese gustado borrar de su mente. Alan empezó a retroceder hacia la puerta. Si no hubiese estado tan nerviosa, a ____ hasta le habría parecido divertido, pero en esos momentos no quería que se fuese. —Bueno, dado que ya está sana y salva con usted... —lo oyó balbucear... —Es usted muy considerado, signare. Permítame que le desee buenas noches, en mi nombre y en el de mi esposa —contestó Kevin sin moverse de donde estaba, observando cómo el otro hombre murmuraba algo incomprensible y salía por la puerta, cerrándola tras él. Una vez solos, ____ se zafó de Kevin y retrocedió, poniendo distancia entre ambos. El corazón le latía a toda velocidad. —No es lo que piensas —le dijo, mirándolo a los ojos. Él arqueó las cejas. —¿Has aprendido a leer la mente durante nuestra separación, mia cara? —No, pero soy consciente de lo que podrías pensar dada la situación. —Sólo sé que tu amigo parecía decepcionado. Eso es todo lo que me hace falta saber. Y tú eres demasiado joven para decir de él que es un viejo amigo —añadió—. No suena... creíble. Ella respiró profundamente. —Cuando quiera un consejo tuyo, te lo pediré. Y Alan y yo éramos amigos, hasta que te entrometiste. Además, si ha venido aquí esta noche ha sido porque yo le he invitado... a tomar un café. Eso es todo. No pienses que todo el mundo es como tú. Él la miró divertido. —Veo que mi ausencia no ha dulcificado tu lengua, mia bella. —No tienes por qué escucharme —replicó ella—. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo te atreves a entrar y... ponerte cómodo? Kevin decidió sentarse en el sofá, como si estuviese en su casa. —El recibimiento no está siendo muy caluroso, mia cara. Somos marido y mujer así que tu casa es la mía. ¿Dónde iba a ir si no? ____ levantó la barbilla. —¿Cómo has entrado, si puede saberse? —El apartamento está alquilado a mi nombre, así que, como es natural, tengo una llave. —Ya veo. Supongo que debí habérmelo imaginado. Él la observó. ____ seguía cerca de la puerta, con la chaqueta de algodón blanca puesta. —Cualquier diría que estás deseando huir, ____ —comentó—. ¿A dónde piensas ir? —Adonde no puedas encontrarme. —¿Crees que existe ese lugar? —preguntó él sacudiendo la cabeza muy despacio—. A mí me parece que ya es hora de que nos sentemos a hablar como dos personas civilizadas. —Nuestra relación no ha sido así hasta el momento —dijo ella—. Y preferiría que fueses tú quien se marchase —se acercó a la puerta y la abrió de par en par—. Ya te has deshecho de Alan. Te sugiero que lo sigas. —Lo siento, pero no voy a ir a ninguna parte. ¿Por qué no te sientas y te tomas una copa de vino conmigo? —Porque no quiero vino —replicó ella—. Y si tenemos algo de qué hablar, deberíamos hacerlo con nuestros abogados. Ellos se ocuparán de todo. —No te entiendo —dijo él, estirándose con indolencia. —No intentes jugar conmigo. Me refiero a nuestro divorcio, por supuesto. —Nunca ha habido un divorcio en la familia Santangeli —respondió él—. Y él mío no va a ser el primero. Estamos casados, ____, y así es como pretendo que sigamos. La vio palidecer y añadió: —Supongo que no creías que este periodo de separación iba a ser permanente. —Eso esperaba, sí —contestó ella, desafiante. —En ese caso, tendrás que mantener el optimismo hasta que la muerte nos separe, carissima. No ha sido más que un respiro. Te lo dejé claro, pero parece que no quisiste entenderme. En cualquier caso, sigues siendo mi esposa, y siempre lo serás. Ella tenía las manos a ambos lados del cuerpo, le temblaban tanto que se le movía la falda. —¿A eso has venido? ¿A decirme que nunca seré libre, signare? Es ridículo. No podemos seguir viviendo así. Estoy segura de que tú no lo deseas más que yo. —Por una vez, estamos de acuerdo —dijo él—. Tal vez sea un buen augurio. —No cuentes con ello. —Contigo, ____, no cuento con nada. He venido a invitarte a volver a Italia, a mi lado. Ella lo miró fijamente, consternada, y luego exclamó: —¡No! No puedes hacerlo. No iré contigo. Él se sirvió más vino y bebió. —¿Puedo preguntarte por qué no? —Creo que ya conoces la respuesta —contestó ella con la mirada fija en la moqueta. —Ah, quieres decir que todavía no estás preparada para perdonarme por los errores que cometí durante nuestra luna de miel. Aunque tendrás que admitir que no toda la culpa fue mía. —No puedes echarme la culpa a mí. Al fin y al cabo, no te prometí nada. —Desde luego, no me diste nada —replicó él—. Pero no puedes fingir que no conocías las condiciones de nuestro matrimonio. —No, pero no esperaba que fueses a exigirme eso. —Yo tampoco esperaba que fueses a poner a prueba mi paciencia —contestó Renzo—. Tal vez ambos hayamos aprendido algo de aquello. —Sí. Yo he aprendido que no puedo fiarme de ti, por eso no voy a ir contigo a Italia, ni a ninguna otra parte. Quiero poner fin a este matrimonio y nada de lo que hagas o digas podrá hacerme cambiar de opinión. —¿Ni siquiera el hecho de que mi padre esté enfermo y haya preguntado por ti? Ella se sentó en el borde del sillón que había frente al sofá y lo miró fijamente. —Zio Guillermo... ¿Enfermo? —negó con la cabeza—. No te creo. Nunca ha estado enfermo, en toda su vida. —Pues tuvo un infarto hace dos noches. Como podrás imaginar, a todos nos ha pillado por sorpresa. Supongo que a ti también. —Sí. Dios mío. Claro. Ya veo… —dijo con tristeza. Guardó silencio un momento y se humedeció los labios con la punta de la lengua antes de continuar—. Pobre Zio Guillermo. ¿Está… muy mal? —No —contestó él—. Ha tenido mucha suerte. Al menos esta vez. Como ves, estoy siendo sincero contigo —añadió—. En estos momentos, su vida no corre peligro, pero tiene que descansar y evitar el estrés, algo bastante complicado, dado que nuestro matrimonio sigue preocupándole mucho. —Eso es... chantaje. —Si quieres verlo así —dijo Kevin, encogiéndose de hombros—. Por desgracia, también es la verdad. Papá teme que vaya a morir sin conocer a sus nietos —la miró a los ojos—. Y no se merece semejante decepción, ____, de ninguno de nosotros. Por eso creo que ha llegado el momento de que cumplamos con las condiciones de nuestro acuerdo y lo hagamos feliz. —¿Quieres decir que vas a… obligarme a tener un hijo tuyo? —preguntó ella en un murmullo. —No voy a obligarte a hacer nada. Te lo prometí. Te estoy pidiendo que me perdones por lo que pasó y que me des la oportunidad de hacer las paces contigo para que podamos volver a empezar nuestra vida juntos. Para ver si, al menos, somos capaces de ser amigos. —Pero, no obstante, sigues queriendo que haga... eso. —Eso —repitió él—, es como se hacen los niños —hizo una pausa antes de añadir—: Y es también como se hace el amor —Esa palabra no puede aplicarse a nuestra situación —comentó ella en tono helado. Kevin se encogió de hombros. —No hace falta estar enamorada de un hombre para disfrutar con él en la cama. ¿No te lo mencionó nunca tu prima cuando te daba consejos prematrimoniales? —la vio sonrojarse—. Ya veo que sí. —Da la casualidad de que no estoy de acuerdo con ella en ese aspecto. —Por eso esperabas tener un encuentro mucho más romántico esta noche, pero yo lo he estropeado apareciendo aquí, ¿verdad? Mi pobre ____, ti devo delle scuse. Tienes tantas cosas por las que perdonarme. —No por lo de esta noche, que ha sido un error. «Uno de tantos que he cometido», pensó ella. —Me siento aliviado al oír eso. Por cierto, he reservado dos billetes para el vuelo de mañana por la tarde. Espero que te dé tiempo a prepararte. —Todavía no he dicho que vaya a ir contigo. —Es cierto, pero espero que lo consideres detenidamente. Aunque tengas muy mala imagen de mí, mi padre se merece tu gratitud y tu afecto. No habrá nada que le alegre más que tu vuelta a casa. —Podría ir a visitarlo —dudó ella. —No, per sempre. Tienes que quedarte. Debes aprender a ser mi esposa, mia bella. A llevar la casa, a los criados, a tratar a mi padre siempre con respeto, a entretener a mis amigos y a aparecer a mi lado en público. Todo eso llevará tiempo, aunque ya debería salirte de manera tan natural como respirar. Ya he esperado lo suficiente. Además, cuando nos parezca adecuado, también tendrás que empezar a compartir mi cama. Capisci? —Sí, lo entiendo —tomó aire—. Pero no puedo marcharme mañana. Tengo un trabajo. —Tu trabajo en la galería Estrello es temporal —comentó él tranquilamente—. Estoy seguro de que el señor Langford comprenderá la situación. —¿Sabías que estaba trabajando? ¿Lo sabías todo? —levantó la voz—. ¿Quieres decir que has ordenado que me vigilen? —Por supuesto. Eres mi esposa, ____. Tenía que estar seguro de que no te pasaba nada en mi ausencia. —¿Espiándome? Dios mío, qué canallada. —No era más que una precaución. Dado que no contestabas a mis llamadas ni a mis cartas, tenía que mantener el contacto contigo de alguna manera. Ella se apartó un mechón de pelo de la cara con mano temblorosa.
Gracias ahi tienes mas espero k te guste y k les guste a las demas lectoras
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