Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XIV

“Round II – Sentimientos parte I”

La mirada de mi madre estaba llena de ira mientras me estudiaba –dejémonos de rodeos, ya hable con mi abuela, quiero saber quién te dio autorización para que apartaras a Nick de mi lado– la mirada de mi madre se entrecerró – ¿Qué te dijo mi madre?–
–Quiero saber que dirás tu, escúchame claramente si lo que quieres es alejarme de ti lo estas logrando, nunca, óyeme claramente, nunca voy a dejar a Nick, así tenga que olvidarme de tu existencia–
–No se trata de que te olvides de mi existencia, se trata de que te olvides todo, quiero que me entiendas–
–No hay nada que entender mamá, no puedo entender cómo es que arriesgas la felicidad de tu propia hija, tú más que nadie sabes todo lo que sufrí cuando se fue–
–No voy a permitir que arruines tu futuro por un amor momentáneo, no tienes idea de cómo quedaras cuando todos se enteren de que has estado con dos hombres de una misma familia paralelamente, porque ni siquiera tiempo dejaste entre las relaciones, sé que es muy atractivo pero, búscate un modelo italiano, hay hombre más hermosos–
–No eres quien para criticarme, si yo lo quiero a él no va a existir persona más hermosa ante mis ojos, pero ahora no voy a juzgar la mala manera en que nos criaste, lo único que quiero que te quede bien claro es que tienes dos opciones, o te mantienes al margen o te olvidas de mí–
–Nunca me voy a mantener al margen, no voy a permitir que esa relación trascienda, no eres la única que ha vivido un amor de ese estilo, solo te dañara–
– ¡No puedo creer lo que dices, por favor deja de decir tantas estupideces, ya es hora de que pienses antes de hablar!–
–Tu relación no progresara ya verás y menos si te ganaste a tu abuela de enemiga, créeme es mas mala de lo que aparenta– dijo mi madre mientras se preparaba un trago de escocés puro, pude ver como su mirada se llenaba de añoranza, en ese momento entendí que mi madre era víctima de su propio resentimiento –me das lastima, no sé como apoyas a mi abuela sabiendo todo el mal que te hizo, simplemente no puedo creerlo, hasta aquí llego nuestra conversación, no quiero saber de ti–
–Yo nunca te hare daño, no podría hacerlo, pero mi madre no se detendrá y yo tampoco lo hare hasta que te alejes de Nick, desde el momento que cruces esa puerta quedan revocados todos tus derechos sobre la fortuna de la familia–
–Me da tristeza encontrarme con que eres un ser completamente vacío, no tiene comparación el amor que siento por Nick con el amor por las compras y los restaurantes lujosos, te dejo triste y sola con tu dinero –espero tu padre reciba el mismo trato, ya me imagino al pobre Frankie– ese era el nombre que esperaba, me moría de las ganas de enfrentarlo, pero con él debía ser más drástica, mi madre y mi abuela salieron de la manera fácil pero a él quería verlo sufrir, debía ingeniarme un castigo perfecto, me sentí aliviada cuando a mi teléfono entro un mensaje de mi hermana avisándome su llegada a la ciudad la semana siguiente, ella era una de las que me apoyaba, viéndolo de cierta forma el panorama no estaba tan mal, de mi lado estaban Joe, Alicia y Patricia, con ellos y el amor de Nick me eran suficientes, le pedí a Carlos que me llevara a almorzar a un restaurante cercano a la casa de mi madre, mientras almorzaba pensaba en todo lo que había sucedido, ahora sentía como las heridas de mi mano palpitaban por el dolor, un increíble dolor de cabeza me invadía –señorita la tarjeta está bloqueada, nos han pedido que eliminemos la tarjeta– me causo gracia ver lo rápido que mis queridos familiares tomaban cartas en el asunto, al revisar mi bolso noté que solo traía tarjetas pagadas por mi madre por lo que me vi en la obligación de pedirle prestado a Carlos, en otro momento me hubiese avergonzado inmensamente pero esto era algo que me esperaba –señora ese restaurante es carísimo, con trescientos dólares compro la comida de dos semanas en mi casa, ustedes los ricos tiran el dinero– dijo Carlos con diversión –tienes razón, no apreciamos lo que tenemos, el asistente de mi padre ya te deposito en la cuenta– le dije al recibir el mensaje de confirmación, le había pedido que le depositaran un poco más de lo que me había prestado –gracias señorita, no era necesario que lo hiciera tan rápido–
–No te preocupes– a los ojos de mi padre se me habían extraviado las tarjetas, aun no podía decirle nada de lo que sucedía, todo debía ser de manera personal, un mensaje me alegro el día, Nick me escribía desde su casa para saber cómo me encontraba, aunque el trato era no vernos hasta resolver nuestros asuntos hoy le daría una sorpresa –llévame al edificio de Nicholas Jonas por favor– le pedí a Carlos mientras que una chispa de alegría aprecia en mi interior, él era mi sol, definitivamente no podía vivir sin su sonrisa, imaginar su rostro me ayudaba a encontrar las fuerzas que necesitaba para enfrentar a todos los que estuvieran en contra de nuestra relación, entré sin ningún problema a la recepción del edificio pero me vi obligada a intentar salir corriendo cuando vi que el ascensor se abría y dejaba salir a Kevin junto a un hombre, maldije para mis adentros por olvidar el hecho de que Kevin aun vivía en el edificio –¡tn______!– grito impidiendo que pudiera escapar, había pasado tanto tiempo sin verlo que casi había olvidado su estilo y elegancia masculina, por un momento me sentí atraída por sus ojos verdes al tenerlo lo suficientemente cerca como para admirarlos, los recuerdos aparecieron por en mi cabeza como destellos, todos de un solo golpe, me sentí contenta en ese momento y descubrí que había logrado perdonarlo, ya nada de lo que me había hecho aquella noche en la clínica seguía presente –Me alegra verte Kevin ¿Cómo has estado?– Kevin soltó una carcajada al escucharme –eso no lo crees ni tú misma– dijo aun riéndose, sentí algo extraño recorrer mi cuerpo cuando recordé todos los momentos en que me había dedicado esa sonrisa –no soy mentirosa y tú lo sabes, debo reconocer que pensé en huir, pero ahora que te veo de frente me di cuenta de que te aprecio mucho–
–Me gustaría llevarte a comer algo–
–Ahora estoy ocupada pero te escribiré para confirmar una cita–
– ¿Qué haces por acá?– me pregunto dejándome helada, era una pregunta obvia para la que no estaba preparada –La madre de Alicia compro aquí y me pido que viniera a conocer el apartamento– fue lo único que se me ocurrió decir
–Creí que todos estaban ocupados ¿En qué piso compró?–
–No lo sé, la estoy esperando, pero eso no importa, no nos aburramos con eso, ve pensando a dónde iremos a cenar, por cierto el señor que te acompaña te está esperando– no sabía cómo desviar la conversación, tal vez le estaba enviando señales erróneas a Kevin pero no sabía qué hacer –cierto, espero verte pronto– me dijo antes de darme un pequeño beso en la mejilla –yo también, cuídate– me sentí extraña al recordar la sensación del beso mientras lo veía perderse en la entrada del edificio poco transitado, no sabía lo que sentía lo que única que sabía era que me emocionaba pensar que Nick me esperaba sin saberlo en su casa