Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo III

“Historias”

Un hermoso salón nos recibió, los muebles mostraban la antigüedad de la casa de una manera muy sutil, un estilo barroco reinaba pero se dejaba influenciar por los detalles minimalistas de nuestros tiempos, cada una de las paredes estaban decoradas con cuadros antiguos muy elegantes que combinaban con el parqué en tono caoba que forraba el suelo, unas amplias escaleras en cola de sirena dividían los ambientes de la casa por la mitad –el segundo piso no existía, te mostrare donde dormía con Frankie– me dijo mientras me guiaba por uno de los corredores de la casa aun tomando mi mano –esto era lo único que estaba construido hace doce años– Nick señalaba tres habitaciones y la cocina –era un lugar muy pequeño amor– le dije un poco sorprendida, no podía imaginar una casa tan majestuosamente hermosa de una manera diferente, al salir de mis pensamientos note que Nick me dedicaba una sonrisa llena de entusiasmo, encontré mi mirada con la suya llena de vida –¿Qué sucede?– le pregunte intimidada mientras sentía como mis mejillas se ruborizaban, uno de sus dedos acaricio la zona sonrojada de mi mejilla con cierto gesto de añoranza –acabas de decirme “mi amor”, sabes muy bien que me encanta que me digas así– dijo luego haciéndome sonrojar aun mas, su sonrisa se agrando como reacción –no tiene por qué darte vergüenza preciosa– en ese momento Nick me apretó contra su cuerpo –te amo– me dijo mientras pegaba sus labios de mi frente –yo también te amo–
–Lo sé preciosa…–
–Me encanta lo que hicieron con la casa– le dije, nuevamente intentaba desviar la conversación, aun no habíamos aclaro lo nuestro y aunque me dijera mil veces lo mucho que me ama yo seguía siendo la segunda
–La casa tiene un lago increíble preciosa, aunque no teníamos dinero éramos muy felices, hubo una época en la que siempre después de llegar del colegio me iba a nadar yo solo, me ayudaba a despejarme, todos nos pusimos de cierta forma tristes cuando nos mudamos de acá, antes veníamos todos los veranos pero luego cada uno fue tomando su rumbo–
–Todas las personas deben evolucionar, tú tuviste la oportunidad de progresar y eso es muy bueno–
–Lo sé, nunca he dicho lo contrario, solo que a veces extraño esos momentos, ahora ya te he dicho parte de lo que hacía en mi infancia ahora te toca decirme algo de ti–
–No había nada interesante, todo era igual que ahora, solo que no conocía a mi padre porque mi mamá no lo permitió y cuando necesitaba estar sola alquilaba una habitación en el place o el Waldorf cuando vivía en Londres, mi primer tarjeta de crédito la recibí a los trece años, imagínate eso una niña de trece años con una tarjeta, un poco loco pero así era mi madre–
–Muchos hubiesen deseado tener lo que tú–
–Al igual que yo hubiese deseado lo que tenían muchos, una familia normal–
–Bueno, ahora te mostrare la segunda planta de la casa, son las habitaciones– la última palabra la pronuncio con un tono oscuro que reflejaba completamente sus intensiones –No creo que sea el momento para conocer las habitaciones, me gustaría visitar ese lago del que tanto hablas– le dije un tanto nerviosa por el ambiente que nos envolvía, Nick soltó una carcajada al escucharme –no puedo negarte nada– dijo aun manteniendo su sonrisa delirante, esa que me hacia querer tenerlo envuelto con mis brazos, en ocasiones sentía tanto deseo por él que me dolía, claro en un sentido figurado, mi cuerpo lo demandaba demasiado, Nick me tomo de la mano y me guío hacia la parte posterior de la casa donde se abría paso un camino de cemento rodeado por un pasto debidamente cuidado acompañado de los faroles del mismo estilo parisino que alumbraban la noche junto a la luna, me aferre mas al cuerpo de Nick al sentir un poco de frio y él respondió rodeando mi cintura con su brazo, todo era tan perfectamente hermoso que si entre nosotros todo estuviera bien le pediría pasar una temporada aquí –mi primer beso fue bajo ese árbol– me dijo con una sonrisa de añoranza dibujada en su rostro mientras señalaba un frondoso sauce –En ese prado jugábamos beisbol mis hermanos y yo, todos nuestros amigos venían los miércoles en las tardes a jugar, éramos más de cincuenta– me dijo luego mientras paseábamos en una de los costados del prado rodeado de hermosos pinos –todo es muy hermoso, me hubiese encantado conocerte en esa época– le dije con plena sinceridad pues lo imaginaba muy como todo un galancito de trece años –no creo que me hubieses querido conocer, siempre estaba sudado o lleno de tierra, está inscrito en todos los deportes de mi escuela, además no era tan bello como ahora sin nombrar que al verte me hubiera acobardado, debías ser toda una princesita, aunque puedes estar segura de que igual me hubiera enamorado de ti–
–Todos los niños sudan amor, además no has cambiado mucho porque aun sigues practicando muchos deportes sin contar que sudas mucho y sin dudarlo te amo, si te hubieses acobardado yo iría detrás de ti– Nick volvió a sonreír mientras pegaba sus labios del inicio izquierdo de los míos –llegamos preciosa– gire mi rostro y me encontré con una hermoso lago perfectamente redondo en cuyas aguas calmadas se reflejaba claramente la luna –es precioso– Nick no me respondió y sentí como se separaba de mi al verlo me quede impactada, Nick se despojaba de los abrigos que lo protegían, rápidamente pude ver su pecho descubierto y sus fuertes brazos desnudos – ¡¿Qué haces? Te vas a congelar!– le grite cuando pude concentrarme –tranquila si lo necesito tu me darás calor– para ese momento ya sus pantalones estaban a un lado y el corría velozmente hacia el agua, lo seguí con la mirada sorprendida, los músculos definidos de Nick se movían de una manera hermosa, sus tornadas y gruesas piernas trabajan para poner su hermoso cuerpo en movimiento, pero de repente se detuvo antes de tocar el agua –¡¿Qué sucede?!– le pregunte preocupada de que se sintiera mal – ¡esto me estorba!– me respondió mientras sonreía y se despojaba de su ropa interior, Nick estiro su cuerpo para formar un clavado perfecto e introducirse en el agua –¡Acompáñame!– gritó con su tono de voz irresistible, para ese momento sentía como mi cuerpo y corazón actuaban por si mismos olvidándose de la existencia de mi conciencia y sin notar cómo, empecé a despojarme de mi ropa, tal vez esto era un error pero no podía resistirme.