Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XXXV

“Deseo”

La mirada de Nick no se separó en ningún momento de la carretera, fue hasta que llegamos al apartamento cuando pronunció palabra alguna –Ya hablé con Joe, te traerá una maleta de ropa, luego buscaremos las demás– dijo aun con ese tono fúnebre que intentaba disimular con gestos ligeros –no es necesario que me quedé aquí, si quieres puedes pasar tiempo a solas, lo entendería– Nick soltó un bufido antes de bajar del coche –el día en que yo no quiera estar contigo, será el día en que deje de existir– susurró mientras envolvía mi mano con una de las suyas para ayudarme a bajar del coche, aunque aparentara estar bien yo sabía que se sentía mal, la pena y el sufrimiento salían por sus poros como sudor en el día más caliente del verano –ese debe ser Joe– dijo al escuchar que llamaban a la puerta –¿Cómo estás hermosa?– preguntó Joe al entrar –bien, gracias– Joe me dedicó una esplendida sonrisa –los dejare solos para que hablen– dije mientras caminaba hacia la recamara, estaba tentada a oír el tema de su conversación pero no quería parecer curiosa e imprudente, si ellos hubiesen querido que estuviera enterada me habrían detenido pero no lo hicieron, decidí darme un ducha para despejar mi mente, el agua tibia rozaba mi cuerpo mientras mis músculos se relajaban, cerré el grifo al escuchar como la puerta del cuarto de baño se abría –tranquila, soy yo– dijo Nick mientras abría el grifo del lava manos, sentí una punzada de deseo aflorar en mis entrañas, cada milímetro de cuerpo lo solicitaba –si quieres puedes acompañarme– las palabras salieron de mi boca como un reflejo, sabía que el sexo no era el remedio para lo que Nick sentía, pero tal vez lo ayudaría a despejar su mente temporalmente, él siempre había sido bastante activo en lo que a eso se refiere –estoy muy cansado preciosa– las palabras entraron a mi cerebro lentamente, no podía creer lo que estaba oyendo, Nicholas Jonas acababa de negarse a tenerme en sus brazos, un nudo se formó en mi estomago mientras la duda inundaba mi cuerpo, abrí la ducha nuevamente “¿le habrá hecho caso a la señora? ¿Se sentiría culpable?” me dije mientras terminaba de ducharme, abrí el agua fría para controlar las emociones de mi cuerpo, ahora sentía vergüenza, no quería ver su rostro directamente, me sentía egoísta, no podía creer que hubiera pensado en eso el mismo día de la muerte de su hijo, pero ¿Qué más podía hacer? No creí que fuera negarse, nunca lo había hecho, tarde más de lo debido en el tocador, probé cada uno de los productos, examiné cada milímetro de mi cuerpo, peine mi cabello unas cuatro veces, no tenía ganas de salir y encontrarme con Nick, abrí la puerta cuando entendí que mi comportamiento era infantil y claramente estúpido, el cuerpo de Nick estaba estirado en la cama, por primera vez sus ronquidos eran claramente perceptibles, sus largos y fuertes brazos se estiraban a su ancho mientras su moldeado pecho desnudo demostraba el ritmo de su respiración, el televisor aun estaba encendido, rodeé la cama haciendo el menor ruido posible, me coloqué una de las pijamas que había traído Joe en mi equipaje, me llené de furia al ver que una era más provocativa que otra, sin duda Alicia había arreglado mi valija, ella había pensado de la misma forma que yo y también se había equivocado, luego de elegir el más completo de los conjuntos me coloqué en una de las esquinas de la cama intentado no chocar el cuerpo de Nick para evitar despertarlo, al acomodarme sentí como el cuerpo de Nick se movía “¡Maldición!” dije llena de reproche hacia mi misma por haberlo despertado, pero mi cuerpo se congelo de una manera cálida al percibir el roce de la piel ardiente de Nick con la mía, su brazo me envolvió mientras su pecho rozaba mi espalda y sus labios se posicionaban en mi oreja –creí que no dormirías conmigo, lamento no poder complacerte hoy…no tengo energías para hacerlo como me gusta– me susurró con su aterciopelada voz dejándome percibir su cálido y dulce aliento rozar mi mejilla y labios –no tienes porque disculparte, mi amor– sus labios se pegaron de mi cuello y aun sin separase de mi, su pecho volvía a soltar leves ronquidos, sus piernas se entrelazaron con las mías y sus brazos me apretaban más a su cuerpo, en unos quince minutos yo también estaba entrando sin ninguna dificultad al mundo de los sueños, el atípico trance que su respiración ejercía sobre mi cuerpo volvía a hacer efecto, al despertarme no lo tenía a mi lado, alcé la vista y lo encontré, Nick estaba de pie frente a la ventana de la recamara, se podía sentir la brisa con olor a vegetación impregnar la habitación, esa era una de las ventajas de vivir frente al Central Park, el amanecer traía consigo esos rayos solares suaves a la vista pero suficientemente claros y brillantes para dejarnos percibir las moléculas de polvo en el ambiente, en todas las noches que había pasado en esta cama nunca había visto esa ventana abierta, coloqué mis pies en el cálido suelo forrado con parqué, me estremecí un poco al sentir la brisa directa en mi cuerpo, pero no me detuve, mis manos se pegaron de la espalda desnuda de Nick mientras de deslizaban hasta su pecho para rodearlo con mi cuerpo, su piel frontal estaba fría por la brisa, una de sus manos tomó una de la mías para llevársela hasta los labios –no quería despertarte– me susurró mientras deslizaba mi mano hacia su mejilla –no me despertaste, yo decidí acompañarte, además no podría dormir sin tenerte a mi lado– le dije mientras mis labios se pegaban su espalda, la cual tenía una temperatura opuesta a la de su pecho, estaba cálida y deliciosa, sentí como en mi cuerpo aparecía ese ardor de deseo, mis piernas comenzaron a debilitarse, pero recordé lo que había pasado la noche anterior, sentí como mis mejillas se ruborizaban al instante –quiero pedirte disculpas– continuo Nick ahora jugando con mis manos –¡No!– le dije ahogadamente al sospechar lo que diría –quiero pedirte disculpas… – no lo deje terminar cuando coloqué mi cuerpo frente al suyo y le di un beso en los labios, una cosa era recordarlo y otra que él me lo dijera nuevamente, me daba vergüenza, los labios de Nick formaron una sonrisa sin separarse de los míos –no evitaras que lo diga, en algún momento dejaras de besarme– encogí los hombros sin detener mi beso que no era más que un roce de labios, hasta que las manos de Nick se posaron en mis caderas pegándome mas a su cuerpo, inmediatamente su lengua reclamo la mía “¿A qué se debía este cambio de planes? ¿Se sentiría presionado?” una de las manos de Nick se deslizó por mi espalda debajo del camisón logrando que mi cuerpo entrara en llamas al instante, mi mente comenzó a nublarse mientras me perdía en sus labios, si lo que sentía contra mi vientre era puro compromiso, el hombre que estaba besándome era muy responsable, pero igual me sentía culpable – ¿Qué sucede?– me pregunto mientras desviaba sus labios hacia mi cuello para permitirnos respirar, me costó un poco llenar de aire mis pulmones pero lo logré –no quiero que te sientas presionado– dije entre jadeos al sentir como sus manos exploraban mi cuerpo y sus labios bajaban hacia mi pecho –esto no es compromiso…él no trabaja bajo presión– dijo mientras me pegaba aun mas a su cuerpo haciéndome sentir de manera más directa el choque de su emoción contra mi piel –pero… – Nick subió su rostro rápidamente silenciándome con su mirada – ¿te estás vengando?– me preguntó con la mirada entrecerrada –nunca me vengaría de ti y menos en estas circunstancias– la sonrisa de Nick se torció y pego sus labios nuevamente de los míos, sus dedos rodearon el borde de mi braga, en ese momento perdí todo juicio y mi cuerpo de manera arbitraria se preparó para recibir lo que le habían negado la noche anterior.