Mi amigo sexual (nick y tu) (solo para mayores) very hot CAPI FINAL

–No le voy a decir a nadie, solo váyanse–
–No sabes todo los problemas que me causaste, si tan solo hubieras querido estar conmigo–
–Pero no quise y no quiero, solo quiero que me des a Sofía– a estas alturas Sofía no paraba de llorar, Jacob hacia lo imposible para intentar silenciarla pero ni podía, eso me preocupaba más que la situación con mi agresor
–Yo siempre te ame y tu solo me recompensaste con abrazos y apoyo ¿Qué hago yo con el apoyo?–
–Ok, ok podemos solucionar esto, yo no le diré a nadie sobre esto inclusive te ofrezco un mensualidad a cambio de que me dejes ir junto a mi hija– le dije intentando tranquilizarlo, su mirada estaba clavada en mi y en cada segundo cambiaba de posición el revolver
– ¡No quiero!–
–Y no puede hacerlo porque me ama a mí– dijo Madelene quien estaba entrando a la habitación
–Podemos irnos, ya es suficiente– dijo Jacob desesperado
–Primero mi hermana y yo debemos arreglar unas cuentas pendientes…–
–Eso puede esperar, vámonos–
–Mira muchachito mas te vale que te calles o te mato a ti también– al escuchar a Madelene todo se me volvió gris, de verdad pensaban matarme, pero que sería de mi hija si me llegaran a matar, quedaría aquí sola o tal vez se la llevarían no podía permitirlo, por ella debía seguir en pie, algo debía ingeniarme para poder salir de aquí, poder escaparme de estos locos –Entonces el jefe es él– le dije señalándolo, Jacob y Madelene lo vieron mientras se dirigían una mirada –entonces si es el jefe– afirme luego
–No hay jefes, solo estamos como socios– dijo Jacob
– ¿Por eso es que te manda a callar tanto?– le pregunte intentado provocarlo
–Cállate mujerzuela– me dijo Amdelene antes de volver a darme una bofetada, esta vez pude saborear la sangre que brotaba de mi labio, antes de poder reponerme sentí otro golpe en mi espalda que me dejo inconsciente, al despertarme me encontraba amarrada en un cuarto aun mas oscuro, me dolía toda la cara, Jacob era quien me vigilaba – ¿Dónde está Sofía?– le pregunte
–Ella está a salvo–
–No puede estar a salvo con ustedes–
–No quería que esto sucediera así, pero es que tu hermana es tan testaruda, te odia demasiado–
–Jacob nosotros podemos llegar a un acuerdo, solo si me suelas–
–Madelene es muy peligrosa– ya no tenía fuerzas para nada, todo el cuerpo me dolía, inclusive el rostro cada vez que hablaba –Sal– le ordeno a Jacob al entrar, este obedeció inmediatamente mientras que el otro se me acercaba –ahora no eres tan bonita– me susurro mientras pegaba su lengua de mi mejilla –aun mi propuesta sigue en pie–
–Eso no es lo que me interesa preciosa–
–Entonces podemos solucionarlo de otra forma si me sueltas– lo pensó un poco antes de responderme –No te creo, tratarías de huir–
–Tú eres quien tiene el arma– lo pensó nuevamente pero su deseo influyo mas en el, se acerco a mí y desamarro la soga que me sostenía, me dio un beso tan asqueroso que hubiese preferido estar muerta, sus manos comenzaron a tocarme pero al sentir como se me acercaba aun mas le propicie un rodillazo en la entrepierna, se encorvo al sentirlo pero no me dio chance de salir de la habitación antes de sentir su manos halando mi cabello –así lo disfruto más– me dijo mientras me pegaba nuevamente a su cuerpo, al recostarme de la mesa tome un bastón que se encontraba a un lado y le di con todas mis fuerzas en la cabeza –¡Maldición!– grito antes de caer al suelo, no me detuve a verlo solo salí corriendo en busca de Sofía, Jacob me miro sorprendido al verme frente a él –Dámela por favor– le rogué, sin mucho que hacer me dio a la bebé, intente salir rápidamente pero se me paralizaron las piernas al escuchar un estruendo a mis espaldas al voltearme Jacob estaba tirado desangrándose en mis pies –detente– me dijo Madelene mientras me apuntaba con el revólver, ahora veía la situación, Jacob no había sido más que utilizado para el beneficio de ellos, solo había sido una marioneta, nadie podía merecer morir de esa manera, aun con Sofía en brazos Madelene seguía apuntándome pero algo me hizo tener más miedo aun
– ¡tn________! ¡¿Dónde estás?!– escuche a lo lejos dentro del galpón, y no se trataba de ninguno de mis agresores