Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| Tema: Re: *Memories* ~Joe y Tu~ Mayo 11th 2013, 13:12 | |
| HEY NENAS AQUÍ LES TRAIGO UN CAP.. QUIZAS LES GUSTE MUCHO JAJAJA QUIZAS EL SIGUIENTE LES GUSTE MÁS, O QUIZAS ESE QUE ACABO DE MENCIONAR SEA LA CAUSA DE MI MUERTE JAJAJAJA LAS ADORO.
Cap Anterior
-Tú idiota, si llevas a la ruina mi negocio por coquetear le digo a Leonel que te lance al estanque de Maxi – amenazó.
-Sí, si lo que digas, pero suéltame – le estaba halando muy duro el cabello.
-¡Gian!
-Lo prometo, no coqueteare con otra clienta, pero suéltame (Tn)______ – pronto quedaría calvo si ella seguía halándolo.
-Buen chico – lo soltó y siguió en sus tareas, gracias a dios pronto se irían y cerrarían la tienda.
Continuación...
-Adiós chicos, nos vemos mañana en la mañana – Rose se despidió con la mano y abriendo su sombrilla salió a la lluviosa calle.
-Ya son la seis y media Gian – informó mirando como su empleada se iba.
-Tranquila, me quedare un rato más contigo, además está lloviendo – cerró la puerta y volteó el letrero a “Closed”.
-Es raro que este lloviendo, el día había amanecido tan soleado – comento y tomo su celular para enviarle un mensaje a su esposo.
-Sí, pero estos climas de hoy en día son impredecibles – su amigo se sentó cómodamente en la silla de recepción y subió los pies al mesón.
-Baja los pies – lo regaño.
Gianluke era como un niño grande.
-¡Está bien jefa! – replicó.
» Hola amor. ¿Cómo están ustedes? ¿Lograron comer en el Acuario? (Tn)______ Lobos. «
» Hola cariño, estamos muy bien los dos, acabamos de llegar a casa. Y sí, comimos irónicamente un poco de Sushi. Ángela cada vez come más pescado. Bien por nosotros Leonel Lobos. «
» Gracias a dios ambos están bien, está lloviendo muy fuerte y estaba preocupada por si manejabas con la niña en este clima. ¡Aleluya! Muy bien que la pequeña esté aceptando comer pescado. Gian se quedará un rato más conmigo. Estaré escribiéndote cualquier cosa. (Tn)______ Lobos. «
» Me parece bien que el holgazán ese te acompañe un rato más. Cuídate mi vida. Te Amo ♥ Leonel Lobos. «
» No seas malo. Es tu amigo por más holgazán que sea. Jajajaja. Cuídense también. Yo los amo más. Un beso para ambos y dios los bendiga. (Tn)_____ Lobos. «
-¿Oye por qué te ríes sola, están hablando de mi? – Gian sospechaba que era de él de quien hablaban.
-Nada. Y no, hablamos de un holgazán – siguió carcajeándose.
-¡Oye! Yo se que así me llama Leo a veces, lo voy a ahorcar – puso su cara típica calculadora, pero sabía que no podía hacer nada en contra de su mejor amigo. Era casi su hermano.
-No puedes hacerle nada, terminan llorando lo dos – se burlo.
-Sí, el pega muy duro – se toco el brazo y recordó aquella vez en la que Leonel lo golpeó ahí, el hematoma le duró tres días.
Star City Hotel – Pyrmont.
-¡Vamos Kevin demuéstrale a ese enano lo que es tocar la guitarra! – A Nick lo había poseído el espíritu competitivo, estaba emocionado viendo a sus hermanos jugar Guitar Hero: Pop Legends III.
Lo peor del caso es que era su propia canción la que tocaba.
S.O.S
-No vas a poder contra mí, soy quien toca esa canción en la vida real, y soy el mejor jugador de Guitar Hero.
-Menos bla, bla, bla y más acción – fueron las únicas palabras de Franklin.
Joe por su parte estaba mirando sin ver a la nada, desde hace ya varios años que odiaba el juego. Sí, y todo gracias a que su adorada pero fallecida esposa le encantaba jugar GH. Nada peor que recordar como Kevin y ella solían competir sobre quien toca mejor y más rápido. Kevin solía perder solo para darle el gusto.
A veces la extrañaba tanto, justo como hoy, cuando los recuerdos lo inundaban. Recordaba su encantadora sonrisa triunfante cuando le ganaba a su hermano mayor, como corría a sus brazos para besarlo y celebrar su victoria.
-(Tn)_____ –un suspiro largo hizo acto de presencia –, ¿Cuánto tiempo más podré aguantar?
Deberías ser paciente Joseph – se dijo mentalmente –, la muerte puede llegar cuando menos lo esperas.
Pero ese era el problema, él la estaba esperando, con ansias, y solo dios decide cuando es el tiempo adecuado.
Wolf Pet Shop – Sydney.
-¿Estás segura de quedarte sola? – Gian estaba tomando su chaqueta para salir a la oscura noche.
-Sí, Sí. Tu tranquilo que aquí nada va a pasar. Además es tarde, tú tienes que cenar y dormir, mañana serán solo Rose y tu – lo fue empujando hasta la puerta para que se fuera de una buena vez.
-Está bien – dijo a regañadientes abriendo la puerta –, no sé cómo Leonel te soporta, señora mandona.
-Porque me ama, simple – replicó sacándole la lengua.
-Jajajaja. El amor es ciego, sordo y mudo – se burlo.
-Tú lo has dicho – le siguió la broma.
El Ferranti le dio un abrazo y un beso en la frente.
-Adiós, buenas noches – corrió y se subió a su auto.
-Gracias a dios se fue – miró su reloj – un cuarto de hora para las diez. Va a ser una larga noche.
Star City Hotel – Pyrmont.
-Niña ya es muy tarde, cierra bien las puertas de las mascotas y ve a dormir, mañana en la mañana regresas temprano – ordenó su supervisor al verla quedándose dormida sentada.
-Gracias señor – asintió estrujándose los ojos para ver un poco mejor, pero los parpados le pesaban.
Caminó por el pasillo y vio que todo estaba cerrado, fue al patio y vio todo tranquilo, regreso a la entrada y cerró la reja con candado. Nadie podría meterse con los perros, todo estaría bien.
-¡Cama allá voy! – el cansancio la estaba derrumbando.
Mientras que Sydney seguía ladrando, estaba emocionada, había percibido el olor de su dueña en la mañana, luego de tantos años la pobre perrita se moría por volver a ser tocada por (Tn)_____.
Pero primero tenía que salir de ese lugar. La pregunta era ¿cómo?
Ella estaba en una habitación y el manojo de la puerta solo podía abrirlo un humano, o quizás… no.
Se acercó a la puerta y comenzó a rasguñarla… no servía.
Los humanos con sus manos bajaban la manija para abrir la puerta, pero los perros no tienen manos así que ¿qué puede usar?
Probó con sus patas. Nada, solo rasguñaba la puerta. Probó con su boca, metiendo en ella la manija y dejándose caer sobre sus cuatro patas. ¡BINGO! Se abrió.
Sydney salió y se encontró en un pasillo largo, con otras puertas a los lados.
¡Qué fastidio! ¿Ahora cual de todas será la salida?
Primero corrió hacia el extremo de atrás, podría encontrar una salida quizás. Al llegar notó que solo era el patio donde los dejaban jugar. Volvió a la casa. Olfateó bajo cada puerta, pero solo encontró el olor de perros y gatos. Llegó hasta el otro extremo del pasillo y se encontró con la recepción.
No había nadie, ni guardias ni cuidadores. Pero sí una puerta que no tenía manijas. ¿Cómo se abre una puerta que no tiene manijas? Entraría en desesperación si n lograba llegar donde su dueña.
Quizás eran puertas como las de los lugares donde está la comida, su dueña siempre entraba ahí sin tocar ninguna manija o pulsador, y salía con bolsas y bolsas de comida de la misma manera.
La perrita se acercó a la puerta, caminó cerca de ella pero nada pasó.
¡Maldición!
Comenzó a ladrar por el estrés.
Algo tenía que haber por ahí que abriera esa cosa. Entonces lo vio.
¡AHÍ ESTÁ! Un pulsador como el que abría las puertas de su casa, donde vivía su dueño, solo que ésta estaba muy alta y era más pequeño.
El animal se paró sobre sus dos patas traseras y afincó las delanteras en la pared. No llegaba. Le faltaba un poco. ¿Cómo haría? Sus patas no podrían estirarse.
Volvió a sus cuatro patas y se sentó observando el pulsador.
Ella tenía una misión en su cabeza y era encontrar a su dueña, la extrañaba y sabia que su dueño también, desde la última vez que la vio él ha estado llorando mucho y ella como fiel mascota ha tenido que consolarlo.
Saltó, y por un segundo tuvo el pulsador frente a su hocico. ¡Mierda! Eso estuvo cerca. Tenía que hacer algo para llegar.
Esta vez se paró en dos patas y comenzó a saltar moviendo las delanteras para rasguñar el pulsador.
Hubo un clic y la puerta se abrió.
¡Yeah! Ahora era libre. O eso creía.
Al salir de la casa se encontró con una reja, de metal y para más colmo con candado. Eso no podía abrirlo ella.
Comenzó a ladrar de nuevo, pero esta vez de frustración. ¡Quería salir! ¿Era tan difícil complacerla?
¿Cómo abriría la reja? ¿Cómo saldría? ¿Cómo llegaría hasta donde está (Tn)_____?
Entonces su respuesta llegó como un rayo de luz. Algo que jamás había hecho, algo que solo los perros callejeros disfrutan hacer, algo a lo que todos los perro de buena familia le tienen asco.
Rasgar en la tierra y escavar.
Todo lo que tiene que hacer para lograr su objetivo.
No le quedó más de otra. Así que comience la excavación.
Sus uñas se llenaron de grama y tierra, su pelaje en el pecho y la barriga comenzó a llenarse de tierra. Se estaba ensuciando toda y la habían bañado esa semana.
¡Qué Desgracia!
Pero lo logró. Logró abrir un gran hueco por donde salir y así traspasar la reja.
¡Era libre! Completamente libre y ahora iría por su dueña.
Corrió, lo más rápido que pudieron sus patas. Atravesó el camino hasta llegar al hotel y pasó el lobby como un rayo dorado con manchas marrones, pasó la puerta giratoria y aspiró el aire de la calle.
Nada podría detenerla ahora. Solo faltaba llegar al lugar donde están los que curan.
Sus patas se movieron rápidamente a través del cemento, esquivando las pocas personas que habían en la calle esa noche, sintiendo el aire volar sus orejas y su lengua hacia atrás. Siguió el rastro de olor que había dejado su dueño Joe y los demás en la mañana, cuando se devolvieron caminando. Aunque el olor era débil seguía en el ambiente y no lo perdería.
Pasó dos cuadras, el olor a tierra mojada era más fuerte pero no se dejaría vencer. Corrió y corrió hasta que todo se intensificó.
¡Es aquí!
Olfateo la puerta de vidrió. Sí, era ahí, era exactamente en ese lugar. El aroma salía bajo esa puerta era el de su dueña. Comenzó a ladrar fuertemente mientras rasguñaba la puerta.
¡La encontró! ¡Por fin la encontró!
Wolf Pet Shop – Sydney.
-Vamos pequeños, acérquense a tomar leche con mami – era la hora de comer para los tigres recién nacidos, su madre estaba sedada y los pequeños se arrastraban hasta los pezones de mami.
Un ruido se escuchó en la puerta.
-Eso es chicos – dijo distraídamente, el sonido provenía de la entrada y eso le preocupaba.
« ¡Alguien querrá entrar para robar? »
Tenía un poco de miedo, pues estaba sola y eran más de las once y media. Más sin embargo bajó.
Buscó un palo de escoba, que era lo único que tenía a la mano para golpear y fue a recepción.
Al llegar a la puerta se llevó una sorpresa, era un perro, estaba sucio pero emocionado, movía la cola frenéticamente y no dejaba de ladrar y lamer el vidrió. Y viéndola bien, no era niño sino niña
« ¿Qué hace una perra aquí a estas horas? » Se preguntó pero disperso todas sus dudas y abrió la puerta, no dejaría a esa indefensa amiguita allá afuera, en la fría noche.
Más vale que no lo hubiera hecho, apenas abrió la Golden se le lanzó encima y comenzó a lamerle la cara.
-Ya va, hey amiga calma – dijo tratando de quitarla de encima.
No sirvió de nada, la perrita estaba emocionada, solo la lamia y acaricia con su hocico. Hasta que se acurrucó sobre ella y dejó que su alegría se expresara por medio de su cola, aquella que se meneaba frenéticamente de un lado al otro.
-Oye pequeña, ¿me conoces? – le dijo acariciándola tras las orejas.
Ella en respuesta la lamió.
-Pues parece que sí – sonrió y la acarició más enérgicamente, como si fuera su propia mascota.
La placa de su collar llamó su atención.
-Tienes dueño pequeña – susurró y tomo la placa –, veamos a quien debo llevarte mañana.
(Tn)______ Jonas Los Ángeles – C.A 0654-3598625
Al voltear la placa leyó su nombre “Sydney”.
-Jajaja. Qué casualidad, te llamas como la ciudad donde estamos actualmente – le dijo mientras se sentaba en el suelo, la perra la había tumbado –, (Tn)______ Jonas, doble casualidad, tu dueña se llama igual que yo, exceptuando el apellido, bueno mi nombre es muy común, es fácil encontrarse con una (Tn)_____ en la calle.
Sydney ladró y siguió moviendo la cola.
-Hey Sydney deja de ladrar, aquí hay pacientes que necesitan paz y tranquilidad – le habló con dulzura e impresionantemente la perra se quedó quieta y callada.
« Eso fue extraño. » pensó.
-Espera un momento – dijo mirándola fijamente –, Jonas. Ese apellido…
Se levantó y fue hasta la sala de espera para luego subir las escaleras, Sydney la seguía muy de cerca. Y eso que ni siquiera la llamó.
-Quédate ahí – le ordenó y la perrita se sentó haciéndole caso.
« Me obedece. Y sin dudarlo. Qué raro. »
Entró al quirófano que había sido transformado en sala de cuidados intensivos, Elvis estaba ahí, tranquilo, durmiendo y recuperándose.
(Tn)_____ tomó su expediente y lo leyó.
Nombre: Elvis Jonas. Raza: Golden Retriver. Ingresado: 30/Junio/2020
-Elvis Jonas, o sea que él tiene el apellido que tiene su dueña, pero él es un perro y ella también… ¡Dios esto es confuso! – exclamó y se estrujó la cabeza.
Revisó también el collar de él.
Nick Jonas New York City – USA. 0654-8756432
Cuando lo volteó leyó “Elvis” en el nombre.
« ¿Por qué Rose habrá colocado en el expediente el apellido del dueño? ¿Será que el dueño le dio ese nombre?
Bueno, lo importante de aquí es que esa (Tn)_____ y ese Nick deben tener alguna relación, quizás sean hermanos, o parientes cercanos.
Apuesto a que el chico vendrá mañana y se dará cuenta que es la perrita de su familia. Lo que sea, por el momento tengo que mantenerla aquí y limpiarla. »
Cuando salió del quirófano Sydney se emocionó.
-¿Por qué habrás venido aquí pequeña? – se agachó frente a ella y la acarició, acto seguido la perrita se tumbo en el suelo y expuso su pancita para que la acariciara –, me haces caso y te encanta que te haga cariños. Eso es raro.
Justo en ese instante se le vino algo a la mente.
-Tú debes conocer a Elvis ¿viniste por él? – le preguntó pero no recibió respuesta alguna. Se levantó y abrió la puerta para que pasara el animal.
Sydney se levantó y al percibir el olor de su pareja corrió dentro.
Lo encontró en una camilla, se paró sobre sus dos patas y lo miró. No se movía ni se alegraba de verla, estaba como dormido y eso la puso triste.
Chilló y comenzó a lamerle la pata que era lo más cerca que tenía.
-Él está bien pequeña, yo lo curé y lo estoy cuidando, pronto estará como nuevo – le reconfortó mientras la acariciaba.
Ella igualmente le movió la pata con el hocico para ver si se despertaba, pero no se movió. Volvió a chillar y a lamerlo.
-No estés triste mi linda, él va a estar muy bien – esta vez la consoló tomando su cara entre sus manos y acariciándola tras de las orejas.
Eso sirvió para calmarla.
-Tengo que ir a ver como sigues los cachorros de Alu – se recordó, por un momento los había olvidado.
Abrió la puerta y se dispuso a salir, pero Sydney no la seguía, aun estaba con Elvis.
« ¿Será su pareja? » Una duda que tendría que aclarar mañana cuando viera al dueño de Elvis.
-Ven Sydney – llamó y la perrita acato –. Eso es, buena chica – estaba recibiendo de su dueña todas las caricias que había estado extrañando durante años.
Al llegar al otro quirófano Sydney se alteró, obviamente había percibido el olor del tigre y su instinto animal le erizó los pelos de la nuca y le hizo desenfundar los colmillos.
-Calma nena, calma – la acarició pero Sydney estaba alerta.
Ambas se acercaron a la camilla donde Alu estaba completamente sedada y dormida. Los cachorros seguían tomando leche de ella.
-Eso es chicos, coman todo lo que puedan – los miró comer y Sydney se sentó aún alerta a su lado.
Cuando los cachorros de tigre se quedaron dormidos (Tn)______ los tomo y los colocó de nuevo en su cesta. Al trasladarlos al consultorio noto que el tigre de bengala blanco estaba despierto y chillando por hambre.
Lo tomo de la cesta y se sentó con él en su regazo.
-¿Qué puedo hacer contigo? – se preguntó, tenía varias posibilidades. Uno: podría llevarlo donde Alu y dejar que haga lo mismo que sus hermanos, dos: también…
Sydney la distrajo.
Cuando le prestó atención se sorprendió por lo que vio. La perrita estaba lamiendo al tigre. Eso era signo de aceptación.
« ¿Pero por qué? ¿Por qué lo acepta?
¡Espera un momento! Gian dijo que mi hija y otros dos niños estuvieron tocando al cachorro, y luego Ang me pidió permiso para ir a ver a Anthony hoy… … eso quiere decir que él tiene el olor del niño Jonas y Sydney debe conocerlo por consiguiente reconoce al cachorro. Wow, debería ser detective, soy buena en esto. »
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