Capítulo 8: ¿Dónde Están las Malditas Niñas Exploradoras Cuando las Necesitas?Selena enterró su rostro en el sofá después de colgar el teléfono. Salir con Sean aún se sentía como un sueño. Antes cuando Selena era regordeta y patética, ella había adorado cuán alto y atlético era él, cómo siempre era muy agradable con los profesores y los chicos que eran menos geniales, y lo bien que vestía, no como un vagabundo daltoniano. A ella nunca dejó de gustarle él aún después de que se quitara los obstinados kilos de más y descubriera los productos para el cuidado del cabello. Habían sido pareja por siete meses y Selena se sentía más enamorada de él que nunca. Después de salir del colegio, Sean y Selena arregaron las cosas, y seguían siendo novios.
Para ella, lo de la promesa de virginidad de él no tenía sentido. No era como si los padres de Sean fueran demasiado religiosos, algunas veces se preguntaba si Sean era gay -él tenía un montón de ropa bonita- o si le tenía miedo a las vaginas.
Su madre se dirigió hacia la sala, aún con su traje hecho a medida y sandalias color café con tacón Kitten.
Sra. Gomez: Aquí está el sushi.
Selena: -La miró- ¿Rollos Toro?
Sra. Gomez: No lo sé. Traje un montón de cosas. -Selena se dirigió a la cocina, tomando el portátil de su madre y el LG zumbó-
Sra. Gomez: ¿Ahora qué? -ladró en el teléfono-
Después de buscar en la bolsa, ella sacó un pedazo de sashimi amarillo, un rollo de anguila, y una pequeña taza de sopa miso. Selena hundió delicadamente su rollo amarillo en alguna clase de salsa de soya y despreocupadamente lo pasó sobre un catálogo de J. Crew. Su mamá era la segunda al mando en la empresa de publicidad de Filadelfia, McManus & Tate, y su meta era ser la primer mujer presidente de la firma. Además de ser extremadamente exitosa y ambiciosa, la Sra. Gomez era lo que los chicos en Rosewood Day podían llamar una MILF -ella tenía cabello largo rojodorado, piel suave, y un increíble y flexible cuerpo gracias a su ritual diario de yoga- La Sra. Gomez masculló en su teléfono cerrado y puso sus ojos verde esmeralda sobre Selena.
Sra. Gomez: ¿Esos son tus zapatos de regreso-a-la-escuela?
Selena: -Paró de masticar- Sí.
Sra. Gomez: ¿Recibiste muchos cumplidos?
Selena: Sí, los recibí.
El timbre de la puerta sonó. Su madre ni siquiera retrocedió. Dot -su perrito- empezó a ladrar y su madre se puso de pie para cogerlo.
Sra. Gomez: Probablemente son niñas exploradoras otra vez.
Las Niñas Exploradoras habían venido tres días seguidos, tratando de venderles algunas galletas para la hora de cenar. Ellas eran fanáticas en ese vecindario. En cuestión de segundos, volvió a la cocina con un oficial de policía joven, con cabello castaño y ojos azules detrás de ella.
Sra. Gomez: Este caballero dice que quiere hablar contigo. -en el broche dorado del bolsillo de su uniforme, sobre su pecho, se leía DARREN WILDEN-
Selena: ¿Yo? -se señaló a sí misma-
Darren: ¿Eres Selena Gomez? -preguntó. El walkie-talkie en su cinturón hizo un ruido-
Sra. Gomez: ¿Qué es todo esto? -preguntó, mirando largamente a su móvil- ¿Por qué está interrumpiendo nuestra cena?
Darren: Recibimos una llamada de Tiffany’s. Ellos te tienen en una grabación donde hurtas algunas cosas de su tienda. Las grabaciones de varias cámaras de seguridad del centro comercial te descubrieron fuera del centro comercial en tu auto. Seguimos la placa de licencia. -Selena empezó a pellizcar el lado interior de su palma con sus uñas, algo que ella hacía cuando se sentía fuera de control-
Sra. Gomez: Selena no haría eso. ¿Lo harías, Selena?
Selena abrió su boca para responder pero no salieron palabras. Su corazón estaba golpeando contra sus costillas.
Darren: Mira. -cruzó sus manos sobre su pecho. Selena notó el arma en su cinturón. Parecía como un juguete- Sólo necesito que vengas a la estación. Quizás no es nada.
Sra. Gomez: ¡Estoy segura de que no es nada! -dijo. Entonces sacó su cartera Fendi de un bolso a juego- ¿Qué hace falta para que nos deje en paz para tener nuestra cena?
Darren: Señora. -sonó exasperado- Debería venir conmigo, ¿bien? No tomará toda la noche. Lo prometo.
Sra. Gomez: Bueno. -dijo. Ella y Wilden se miraron por un largo momento- Déjeme tomar mi bolso.
La estación de policía olía como a café quemado y madera muy vieja, porque, como la mayoría de los edificios municipales de Rosewood, era una antigüa vía férrea a la mansión de un barón. La Sra. Gomez se sentó muy rígida al lado de ella.
Sra. Gomez: ¿Qué fue lo que tomaste? -preguntó tranquila- ¿Ese brazalete que estás usando?
Selena: ¿Huh? -bajó la mirada. Perfecto. Ella había olvidado quitárselo; el brazalete estaba girando en su muñeca a la vista. Ella lo empujó debajo de su manga. Sintió en sus orejas los pendientes; sip, los había tomado también hoy. ¡Hablando de estupidez!-
Sra. Gomez: Dámelos. -susurró, extendiendo su mano- Puedo encargarme de esto.
De mala gana, Selena permitió que su madre desabrochara el brazalete de su muñeca. Entonces extendió las manos y se quitó los pendientes y los entregó también. La chica rubia de Tiffany’s que había ayudado a Selena con el precioso brazalete caminó por la sala. Tan pronto como vio a Selena, sentada y abatida en el banco con las esposas aún en sus manos, ella asintió.
Sí, es ella; dijo la señorita. Darren miró a Selena, y su mamá se levantó. La Sra. Gomez llevó la mano a su bolso y sacó el botín.
Sra. Gomez: Esto fue todo por culpa mía. No de Selena. -se giró hacia Darren- Selena y yo tuvimos una pelea sobre estas cosas. Yo le dije que no podía tenerlas. La llevé a esto. Ella nunca haría esto de nuevo. Yo me aseguraré de eso.
Darren: -Sacudió su cabeza- Señora, creo que su hija deberá realizar algo de servicio comunitario. Esa es usualmente la multa.
Sra. Gomez: ¿No podemos dejar que esto corra? ¿Por favor?
Darren: -La miró por un largo momento, una esquina de su boca se curvó casi diabólicamente- Siéntese. -dijo finalmente- Permítame ver qué puedo hacer.
Selena miró a todas partes, menos en la dirección de su mamá. Darren se encorvó sobre su escritorio. Él lamió su índice para girar las páginas de papel que estaba llenando. Selena retrocedió. ¿Qué clase de papeles estaban allí? ¿No sería el periódico local de reporte de crímenes? Eso era malo. Muy malo. Selena movió su pie nerviosamente, teniendo una repentina urgencia por algo de Junior Mints. Incluso la Slim Jims (snacks de carne o salchicha seca) sobre el escritorio de Darren serviría.
Ella podía verlo: Todos lo averiguarían, y ella instantáneamente estaría sin amigos. A partir de ahí, habría retrocedido de nuevo a la estúpida Selena de séptimo grado en evolución hacia atrás. Ella despertaría y su cabello estaría asqueroso, sucio y marrón de nuevo. Entonces sus dientes estarían torcidos y ella tendría aparatos de nuevo. No le entraría ninguno de sus jeans. El resto sucedería espontáneamente. Ella pasaría su vida como gordita, fea, miserable, y pasada por alto, como solía ser.
Suspirando, sacó su BlackBerry. Era difícil porque sus manos estaban esposadas, pero ella quería convencer a Sean de que lo amaba. De repente ella realmente quería saber lo que él quería. Mientras ella miraba fijamente la pantalla, un mensaje apareció en su bandeja de entrada. Ella lo abrió.
Ya que la comida de prisión te hace engordar, ¿Te llevó el cepillo de dientes KATE? -AFlash Back:
Cuando estaba en Annapolis, después de que su padre le dijo a Selena que era, en esencia, un cerdo, salio corriendo hacia el baño, se metió, cerró la puerta, y se sentó en el inodoro. Ella respiró hondo, tratando de calmarse. ¿Por qué no podía ser bella y graciosa y perfecta como Miley o Kate? ¿Por qué tenía que ser quien era, rechoncha, torpe y un caso perdido? Y ella no estaba segura de con quién estaba más enojada con su padre, Kate, ella misma, o... Miley. Selena se inclinó sobre el inodoro, no pasó nada. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. Se dio cuenta de un cepillo de dientes verde colocado en una taza de porcelana. Tuvo una idea. Tardó diez minutos en obtener el valor suficiente para ponerlo en su garganta, pero cuando lo hizo, se sintió mal -pero también mejor- Empezó a llorar aún más difícil, pero también quería hacerlo otra vez. A medida que disminuyó el cepillo de dientes atrás en su boca, la puerta del baño se abrió. Era Miley. Sus ojos recorrieron a Selena arrodillada en el suelo, el cepillo de dientes en la mano.
Miley: Whoa.
Selena: Por favor, vete. -dijo en voz baja-
Miley: -Dio un paso en el baño- ¿Quieres hablar de ello?
Selena: -La miró con desesperación- ¡Por lo menos cierra la puerta!
Miley: -Cerró la puerta y se sentó en el borde de la bañera- ¿Cuánto tiempo has estado haciendo esto?
Selena: -Sus labios temblaban- ¿Haciendo qué?
Miley: Uhm. -hizo una pausa, mirando al cepillo de dientes. Sus ojos se abrieron. Selena lo miró también. Ella no lo había visto antes, pero en la superficie en letras blancas estaba impreso el nombre Kate-
Fin del Flash Back.
Ella estaba tan asustada que se paró, pensando en alguien que debería estar en la sala, mirándola. Pero allí no había nadie. Cerró sus ojos, solo Miley sabía sobre Kate.
¿Tal vez la “A” era en realidad una “M”?Sra. Gomez: Selena. -murmuró- Nadie necesita saber de esto.
Selena: -Parpadeó- Oh. Sí. Estoy de acuerdo.
Sra. Gomez: Bien.
Selena tragó con fuerza. Excepto porque... alguien lo sabía.
___________________________________________