Placeres Prohibidos (Joe, Nick y tu) HOT Adaptada TERMINADA

CAPITULO 70


No había forma de engañar a Joe o a Nick, cuando se encaminó hacia los hombres, éstos entrecerraron los ojos y sus cuerpos se irguieron con tensión. Cada uno de ellos demostró, a su manera, que notaba las volátiles emociones de ______ . Las manos de Joe se flexionaron como si estuviera intentando evitar que los dedos se cerraran en un puño. Los bíceps de Nick parecieron ensancharse debajo de la camisa de mangas cortas que llevaba, elevarse, preparándose para la batalla.
Eran como guerreros, instintivos, agresivos, ante las perspectivas de una amenaza. Y ella no podía mencionar esa amenaza. Aún no. No hasta que lograra controlarla ella misma y a su propia repentina agresividad.

Esa relación la había cambiado. Dos semanas atrás, la habría invadido el pánico, horrorizada de que cualquiera pudiera vislumbrar algo tan intensamente privado.
Alguien había invadido su hogar. Había tomado fotografías. Había compartido la evidencia de que ______ había disfrutado no solo de las caricias de su esposo, sino de las caricias de su mejor amigo.
Y lo había disfrutado. _______ había visto el placer en su propio rostro. En el de Joe En el de Nick. La intensa intimidad, las emociones que comenzaban a envolverlos. Todo había estado allí, en la fotografía, ante los ojos de cualquiera que hubiera querido mirar más de cerca. Para notar cómo Nick la cubría por detrás, con los labios sobre su hombro, la expresión arrugada no solo de placer, sino de una tortuosa emoción que brotaba desde las profundidades de la mirada. Y Joe, debajo de ella, con una mano enmarcándole el rostro, mirándola a los ojos, con la expresión contorsionada en una mueca de éxtasis.
Observó a los dos hombres, en ese momento, consciente de que exigirían saber qué la tenía tan enfadada; que si se enteraban, entonces ambos marcharían directamente hacia la mansión Grey y mandarían a la mierda a todas las mujeres allí.

Y no podía soportar eso. Aún no. Quizás la próxima vez. Por el momento, tenía que descubrir sola cómo se sentía respecto a eso y cómo iba a manejar las complicaciones que surgirían.
No había forma de mantener esas fotografías escondidas. Si no habían circulado ya por todo el condado, entonces lo harían esa misma noche.

—¿Qué ha sucedido? —La voz de Joe fue un gruñido grave, una advertencia de la inminente furia lista para salir a la superficie.

—Te lo dije: deberías habértela follado y habrías acabado con este asunto quince años atrás —le dijo con una sonrisa tensa—. Ella sería un poco descortés ahora.

—¿Te ha hecho una escena? —le espetó.
Que Dios ayude a Delia, claro que sí, porque ______ no podía mentirle al respecto.

—No hizo una escena, simplemente mostró la hilacha frente a sus amigas. —Se encogió de hombros. Básicamente, era la verdad—. Y bien, ¿ese pequeño aparatito tan versátil mostró a alguien en la casa?
Tensó los labios.

—Aún no.

—Pues entonces vayamos a cenar —dictaminó ella—. Estoy de humor para ir al restaurante de Casey. ¿Y ustedes dos?
Notó las miradas sagaces que recibía de ambos hombres cuando abrió la puerta de la camioneta.

—Creí que querías ir a casa —señaló Joe.

—No quiero cocinar, y no quiero limpiar el desorden de nadie —les dijo a ambos, a sabiendas de que la sonrisa burlona no lograba engañar a nadie—. Necesito un trago y una comida caliente, y quiero bailar. Hace mucho tiempo que no vamos a bailar, Joe.

—¿Quiere ir a bailar? —Nick le propinó a Joe una mirada de sospecha. ______ la notó, sabía que las preguntas vendrían después; pero, con suerte, la dejarían en paz por ahora.

—¿______ ? —Joe la cogió del brazo, haciéndola girar para enfrentarla. Tenía los ojos irritados, el color gris cambiando y moviéndose con un patrón tormentoso—. ¿Qué hizo?

—Como he dicho, ha quedado como una tonta. —______ inspiró profundamente y le miró, implorándole—. Hablaremos de esto luego, lo prometo.

Luego. Cuando pudiera enfrentarse con el hecho de que había tomado una decisión que debía de haber involucrado a ambos. Le dijo a Delia que se metiera la fotografía en un lugar nada cortés y se había marchado, sabiendo lo que sucedería.
Antes de que la noche llegara a su fin, estaría en cada archivo adjunto de cada correo electrónico del condado. Si no lo estaba ya.

--Definitivamente, luego —le informó él, con la voz recia—. Pero si has dejado que Delia se me escapara cuando podría haberle retorcido ese condenado flacucho pescuezo, te daré de nalgadas en el trasero.

La oleada de calor que la poseyó fue sorprendente. Le retorció el estómago, le provocó espasmos en la entrepierna al tiempo que un sedoso calor húmedo se le derramó en las bragas.

—Promesas, simples promesas —susurró ella, pero sabía que la aspereza en la voz se debía tanto a la excitación como a las lágrimas que le cerraban la garganta—. ¿Están listos para partir?

Trepó al asiento delantero, moviéndose hasta el espacio en el medio que se había negado a utilizar anteriormente al tiempo que bajó la consola acolchada y miró a Nick con intención.

—Los asientos traseros son buenos para una sola cosa —le dijo—. Y los tres no cabemos allí.

Los ojos se le oscurecieron de inmediato, mientras que los tonos de gris tormentoso de los de Joe de repente se aquietaron. Las ansias sexuales golpearon en los rostros y la expectativa les encendió las expresiones.
¿Podían sentir la necesidad creciente en ella? Casi dos días habían pasado sin satisfacción, con caricias provocativas y desesperación cercana, siempre interrumpidos antes de poder hallar un momento y un lugar para aliviar las ansias que brotaban de todos ellos.
______ no se estaba resistiendo. El tiempo de luchar había acabado. Se acabó el instante en que desafió a Joe a que trajera a Nick a su hogar. Había terminado el día en que contrajo matrimonio, sabiendo que ese día llegaría.

Estaba enamorada de dos hombres. El potencial de sufrir por una pena de amor de repente se duplicó, el riesgo al corazón era mayor, pero como le había dicho a Nick anteriormente, a veces una persona tenía que arriesgarse en la vida.
Le observó entrar en la camioneta, aglomerando el cuerpo junto a ella, al tiempo que Joe se dirigió al asiento del conductor y ocupó su lugar. Estaba entre ellos, rodeada por su calor, por su excitación. Protegida por su fuerza.

CAPITULO 71


Cuando Joe arrancó el vehículo, ______ volvió la mirada hacia la mansión Grey. Allí, Delia Grey estaba de pie en la entrada al aire libre, con los penetrantes ojos dirigidos a la camioneta. Los celos y el odio se reflejaron en la expresión de la mujer cuando _____ la miró a los ojos. Y la venganza. La mujer haría cualquier cosa para destruirla, y ______ lo sabía.

—Me encargaré de esto —masculló Joe cuando tomaron el camino circular y se dirigieron a la carretera principal.

—No necesito que te encargues de esto. No puedes luchar mis batallas por mí, Joe. Tengo que hacerlo por mí misma.

—¿Esperas que me quede sentado de brazos cruzados mientras te hace la vida imposible? —gruñó él, girando la cabeza hacia ella con un movimiento rápido para fulminarla con la mirada antes de regresar los ojos al camino.

—Eso es exactamente lo que espero que hagas. Tengo que lidiar con esto yo misma. —Hasta cierto punto, al menos.
Tomó conciencia de Nick sentado a su lado. Él se movió, luego se oyó el sonido de un papel arrugado. ______ sintió que el estómago se le cayó a los pies cuando giró la vista. La fotografía que había guardado doblada se había caído del bolso hacia el piso de la camioneta. Nick se estaba estirando para alcanzarla, rozándola con los dedos.

—Lo tengo. —______ saltó, se inclinó rápidamente, luchando por quitarle los dedos de Nick de un golpe para tomar el comprometedor documento, cuando de repente él se lo quitó de la mano.

—Dame eso. —Ella dio un tirón con la mano, intentando robarle la fotografía, al tiempo que sintió que la camioneta se detenía rotundamente en el arcén de la carretera.
Un segundo después, Joe la tenía, la sostenía con facilidad fuera de su alcance al tiempo que ______ se hundió en el asiento, quieta y en silencio al mirar a Nick con un terror furioso.

—¿Quién... tomó... esto? —El control en la voz de Joe era aterrador.

—No lo sé.

—¿Dónde la obtuviste?
______ entrelazó los dedos y clavó la vista al frente.

—¿Dónde obtuviste la maldita fotografía ______ ?—gritó él.
Ella se estremeció al escuchar la ira en la voz de su marido. La misma ira que le había colmado el cuerpo a ella misma, que la había quemado como una fría llama insaciable en el centro de las entrañas. Maldición, aún le quemaba.

—No importa de dónde provino —contestó ella, finalmente—. Sin embargo, diría que es una apuesta segura decir que todo el mundo en el condado tiene una copia a estas alturas. ¿No lo crees así?

—Hija de perra. —Las manos golpearon el volante antes de aferrarse a él con violencia, con la ira inundando el interior de la camioneta

—. ¿Por qué no me lo has dicho? ¿Cuándo la obtuviste?

—La obtuvo en la reunión —dijo Nick con aire cómplice—. Creo que ambos sabemos cuándo la obtuvo. Podemos adivinar quién se la dio. Solo me pregunto qué creyó que obtendría a cambio por mostrarle a ______ que la tenía.

—¿Delia hizo esto? —gritó Joe.
______ se arriesgó a mirar a su marido y después volvió la vista al frente con un movimiento brusco. Luchó contra el temblor en el labio superior, luchó contra el dolor que le crecía en el pecho.

—Lo lamento —susurró.
El silencio llenó la camioneta.

—¿Qué has dicho? —Controlado, heladamente furioso. Se estremeció una vez más ante el tono de la voz de Joe.

—Lo lamento —repitió, entrelazando las manos sobre el regazo—. No sé cómo obtuvieron la fotografía. —Tragó con dificultad, sintiendo el pánico gestándose en su interior. Negra, opresiva, la culpa comenzaba de repente a ahorcarla—. No sé aún cómo solucionar esto. No iba a decírselos. —Luchó contra el temblor en la voz—. En realidad, lo iba a hacer, pero primero tenía que decidir cómo iba a actuar.

—¿Quieres decir que tenías que decidir cómo ibas a evitar que asesinase a esa perra vengativa? —le preguntó, con una calma sorprendente.
______ se humedeció los labios y volvió a mirarlo. La voz podría haber estado tranquila, pero la expresión y los ojos no tenían nada de calma.

—No dije que haya sido Delia. —Necesitó todas sus fuerzas de control para mantener la voz firme, para retraer el temor, para recordarse a sí misma que ya no era una muchacha de diecisiete años. Era una mujer adulta. Una mujer fuerte. Una mujer capaz de aceptar las consecuencias de sus actos.

—Vas a restregarles esto bajo sus malditas narices —Nick dijo arrastrando las palabras, con incredulidad—. Es por eso que querías ir a bailar.
______ se arriesgó a echarle una mirada solo para volver a fijar los ojos en el parabrisas. ¡Así era su suerte! Ambos hombres parecían volcanes a punto de estallar. No había posibilidad de que pudiera mostrar a ninguno de los dos en público esa noche.

—Eso sería poco prudente. —Finalmente, se aclaró la garganta sintiéndose incómoda—. Quizás ir a casa sea lo mejor, después de todo.

Le llevó un segundo darse cuenta de que restregarles eso bajo las narices era exactamente lo que tenía intenciones de hacer. Para cuando llegase la mañana, esa fotografía estaría en boca de todos, y ¡maldita sea! no iba a mostrar vergüenza. Había querido golpear primero.
Notó ambos pares de ojos sobre ella, especialmente los de Joe. Juró que podía sentirlo observándola, la mirada rozándola con incredulidad.

—¿_____? ¿Puedes mirarme, por favor? —La voz era mortalmente calmada.

Chicas les subi 2 capitulos porque mañana recien en la tarde voy a subirles la nove, es que salgo de la facultad a las 13:00 hs y llego en casa como a las 15:00hs dependiendo si vengo en Bus o mi papá me trae en el coche. ah y como mi bro pasa los fines de semana en casa, usa la compu como si fuera de él, mientras que me peleo con él quien sabe a que hora les suba. Bue suficiente, espero que mañana me vaya bien en los examenes estoy algo nerviosa, a primera hora tengo el parcial y luego la exposicion :S si sobrevivo a esos examenes, estare aqui mañana jaja ok, espero que les haya gustado los capitulos de hoy, yo los ame Gracias por leerla y comentar, las quiero a toooooodaaas, Hola fantasmita Esther

Que buenos capis!! Me encanto cuando Joe le dijo a
Delia " perra vengativa" jajjajajajaja estuvo genial..
Espero que te vaya genial en los examenes , suerte!!


Siguela pronto please!!!!

Hola chicas, sobrevivi a mis examenes, me fue muy bien dentro de 15 dias presento los 2 ultimos de esta materia, bue ahora les subo la nove Gracias por el aguante de siempre.

CAPITULO 71


Giró hacia él con lentitud.

—No me avergüenzo de mi vida —le dijo ella, con ferocidad—. No me avergüenzo de lo que hago en la vida privada de mi propia casa. Si quieren hacerlo público, ¡a la mierda con ellos!

—¿A la mierda con ellos? —Parpadeó, completamente sorprendido.
______ inspiró profundo, cruzó los brazos sobre el pecho, y lo fulminó con la mirada.

—Eso fue lo que dije —contestó, mordaz.

—¿Dónde está mi esposa? —le preguntó entonces, con un aire de un hombre que de repente se enfrenta a un extraño en el cuerpo de alguien a quien cree conocer. Ella entrecerró los ojos.

—A la mierda con ellos —repitió él—. ______ , no creo haberte escuchado decir eso jamás.

—No me ves sino hasta horas después de estas reuniones —le recordó—. Y después de mucha bebida.
Las fosas nasales de Joe se abrieron como si súbitamente se diera cuenta de la ira de hace unos momentos en lugar de la sorpresa que su esposa le estaba dando.
Bajó la mirada hasta la fotografía que tenía en las manos, y _____ no pudo hacer otra cosa que observarla también. Quienquiera que la hubiese tomado, había sabido cómo hacerlo. El ángulo perfecto, la toma perfecta. Podía ver las gotitas de sudor sobre los tres cuerpos, las contorsionadas expresiones de placer, las piernas sobre las de Joe, Nick tras ella, sujetándose, los músculos del cuerpo poderosamente definidos, los costados tensos, rígidos a medida que se zambullía por detrás mientras Joe la sostenía por debajo.
Ella lo vio todo

—No estoy avergonzada —susurró ella, estirando la mano hasta tocar la curva de la espalda de Nick antes de que la punta del dedo recorriera el punto donde los labios de Joe la besaban—. Pero esto era privado. Era nuestro. —Parpadeó la iracunda humedad en los ojos antes de inspirar profundamente—. Y quiero ir a bailar.

Nick la observó. Su puño se cerró junto al costado de la pierna. Obligó a los dedos de la otra mano a quedarse relajados, estirados sobre el muslo de ______ , con la seda del vestido entre ellos. Sintió su dolor, su ira. Ella no estaba avergonzada; estaba herida, violada.
Se encontró con la mirada de Joe por encima de la cabeza de______ y supo que ninguno de ellos permitiría que eso quedase impune. Otros verían la fotografía, no cabía duda de eso, no había forma de detenerlo, pero pagarían por ello. Y él sabía por dónde comenzar.

—Iremos a bailar —le dijo Joe, en voz baja, pero Nick escuchó las corrientes subyacentes de ira, la violencia contenida con fuerza que pronosticaba el dolor que alguien iría a sentir.
Se reclinó contra la puerta de la camioneta, observando a Joe inclinar la cabeza, con los labios rozando los de ______ , conteniéndola, susurrándole palabras que él no podía escuchar, pero que le hacían eco en el corazón.
Quería abrazarla. Quería besar sus suaves labios, sentir la pasión y la promesa, la dedicación y la excitante calidez que solo había sentido con ella.

—Es mi turno. —La separó de los brazos de Joe, ignorando el gritito ahogado que emitió ella y la risa de Joe.
Maldición; le había facilitado las tretas a su amigo desde el momento en que se habían conocido. No iba a luchar más en su contra.

Tiró de ella y la colocó sobre su regazo, justo allí, aparcados frente a Dios y a cualquiera que pudiera pasar por allí, y le dio el beso que deseaba con dolor.
Nick sintió la sorpresa en _____ , la conmoción, luego la poderosa y acalorada promesa de los labios abriéndose para él, la lengua acariciándole la propia, y los brazos entrelazados alrededor del cuello.
En los brazos de Nick. Unos brazos que se contraían alrededor de ella, que la sujetaban contra su pecho, que seguían el voto que el corazón tomaba.
La protegerían. Él y Joe. De todo, incluso de las lenguas de un condado que no tenía idea del infierno que podía llevar sobre sus habitantes.

—¡Qué condenado lugar has elegido para decidirte a marcarle, Nick! —gruñó Joe mientras miraba a su amigo consumir el beso de _____ .

Verlo, escuchar el placer de su esposa, los susurrados gemidos, lo estaba volviendo loco. El pene estaba lo suficientemente duro como para clavar un clavo, y cada músculo en su cuerpo estaba tenso por la necesidad de encontrar alivio en el suave cuerpo que se contorsionaba contra el pecho de Nick.
Y ella deseaba ir a bailar. ¡Que Dios los ayudase a ambos! Porque él sabía cómo bailaba ______ . Cómo el sensual cuerpo se balanceaba al compás de la música, cómo lo tentaba con la mirada y la sonrisa y ponía a hombres maduros a llorar pidiendo por sus madres.
Con la mano, le acarició la pierna descubierta, las rodillas, dirigiéndose a la suntuosidad entre esos esbeltos muslos, cuando de repente dio una sacudida, volviendo a la realidad.
La cogió de la cadera, en cambio, la arrastró lejos de los brazos de Nick y la colocó en el medio del asiento.

—Maldita sea, nos van a arrestar por exposición pública —les informó a ambos

—Fue culpa suya —_____ respiraba con dificultad. Los ojos de color almendra brillaban con tonos verdes y las mejillas estaban rosadas por la necesidad—. No quiero ir a bailar, después de todo. Quiero ir a casa.

—Llevémosla a casa, Joe—gruñó Nick—. Iremos a bailar mañana, si aun así lo desea.
Joe escuchó el mensaje oculto. Estaba enfadada en ese momento, herida, y cualquier cosa que hiciese en público esa noche, podría perseguirla luego. Y Joe lo sabía también.
Puso la primera en la camioneta, regresó a la carretera y condujo hacia la casa. Estaba cayendo la noche, cubriendo las montañas de sombras y convirtiendo el interior de la camioneta en un oasis íntimo de oscuridad. Mientras Joe conducía, la mano libre subía por el muslo de _____ , unos centímetros más arriba, debajo del vestido, hasta que los dedos rozaron otra mano que estaba buscando los mismos secretos por los que él iba.

—¡Mierda!

La risa de _____ le colmó la mente antes de volverse un grito ahogado. El sonido le dio la pauta de que Nick había encontrado el paraíso primero.
Desesperado, aferró ambas manos al volante y clavó la mirada en la carretera frente a él.
No podía observar, pero podía oír. Podía sentirla inclinada contra él mientras Nick la hacía girar, ubicando las piernas de _____ de manera que un pie descansara en el piso y el otro, sobre el asiento detrás de la espalda de su amigo.
_____ se arqueaba, los gemidos atragantados lo destruían al tiempo que levantó el brazo para que ella reposara contra su pecho, obteniendo así una vista completa del cuerpo de su mujer.

—Maldito seas, Nick —dijo él, entre dientes.
Los dedos de Nick bombearon en ella con una larga y poderosa zambullida que la hizo gritar. El vestido se arrugaba en la cintura, las bragas habían sido arrojadas a un lado, y la imagen de los jugos de _____ brillando en los dedos de su amigo al retirarlos casi provoca que Joe acabara en los vaqueros.

Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo XQ LA DEJAS AHi??????
Nos seas mala please, sube mas capitulos, porfa, debes seguirla, o nos dejaras con
la duda de saber como seguira?

Vamos SIGUELA!!!!!

CAPITULO 72

—Está muy ceñida. —La voz de Nick era reverente, colmada de ansias—. Solo estoy usando dos dedos, Joe.
Él sabía exactamente lo ceñida que estaba ella, lo caliente y dulce. Cómo el coño se aferraba alrededor de los dedos y su pene y los apretaba hasta que el placer se volvía éxtasis. Sabía cuan mojada estaba, cómo el calor sedoso se volvía más resbaladizo, más cremoso a medida que la excitación de ______ era empujada más alto.

—Joe —Gimió su nombre al moverse una vez más contra el pecho, con los brazos entrelazados en el cuello mientras él la tenía sujeta junto a su cuerpo con un brazo y conducía con el otro.

—¿Estás caliente, pequeña? —gruñó.

—Muy caliente y traviesa —ronroneó contra el cuello de su marido, sacando la lengua para lamerle la piel como una llamarada viva—. ¡Oh, Dios! —Ella se tensó en los brazos de él.

—¿Qué está haciendo, _____ ? —Tenía que parpadear para quitarse el sudor de los ojos y poder concentrarse en la carretera—. Dime qué te está haciendo, amorcito.
Ella se sacudió y gimoteó.

—Dime, ____ . —Estaba muñéndose. Tenía que saber. Necesitaba saber.

—Oh, Dios. Los dedos, Joe.

—¿Están en tu coño, amor? ¿Acarician la piel más suave?

—Sí. Sí.

—¿Y te estás ciñendo a su alrededor? ¿Quemándolo porque necesitas más?

—Oh, Dios, Joe, necesito más —gimoteó ella, respirando entrecortadamente contra su cuello mientras la cadera se arqueaba una vez más y un grito se le escapaba de los labios.

—Dime, ______—gruñó—. Dime qué está haciendo.

—Estoy demasiado llena —gritó ella, con la cabeza reclinada contra el hombro de Joe mientras luchaba por respirar—. Está en mí en todos lados, Joe. En todos lados.

—¿Tu dulce coño?

—Oh, Dios, sí.

—¿Tu ceñido ano? —Se estaba muriendo. Juró que se moría.

—Sí... —Se le dificultó la respiración; un gemido se escapó cuando escuchó a Nick maldecir y sintió la vibración de la próxima zambullida en su interior al notar Joe finalmente cuan cercanos a la granja estaban.
Maldición, necesitaba solo unos pocos minutos más. Levantó el pie del acelerador, aminorando la marcha mientras los sonidos de los dedos de Nick hundiéndose repetidamente en las líquidas profundidades del coño de _____ lo empujaron hasta el borde del abismo.
Ella estaba canturreando su nombre. El suyo, el de Nick, rogando, exigiendo.
Luego, un grito grave, interminable, le azotó los sentidos al virar en el camino hacia la granja y detener el vehículo.
La rodeó con los brazos al tiempo que el cuerpo de _____ se estremecía por el orgasmo, sacudiéndose y contorsionándose contra él mientras Nick utilizaba los dedos para extender el alivio un poco más, para construir el placer hasta que quedó temblando.
Joe le observó el rostro, las gotas de sudor sobre él, los ojos abiertos de par en par sin ver, el brillo de la pasión y el orgasmo que le daban una apariencia etérea, de otro mundo.

—Entremos en la maldita casa —dijo Nick apretando los dientes cuando ella finalmente se relajaba en sus brazos—. Si no me la follo, me voy a morir aquí mismo.
La risa de Joe se oyó oxidada, ahogada, al tiempo que ayudaba a Nick a volverla a colocar en el asiento.

—Controla la alarma de seguridad. —Volvió a poner la primera en la camioneta—. Primero, controlaremos la casa.
La pasión era suficiente para enceguecer a un hombre, pero él no podía olvidar sus prioridades. La seguridad de _____ . Nada importaba, solo mantenerla segura.

—La casa y los alrededores no muestran movimientos —le dijo Nick cuando la casa apareció a la vista. Las luces exteriores iluminaban la alquería, los establos y graneros.
Los alrededores se veían con claridad, sin mucho más que una u otra sombra. Todo se veía sereno, pacífico.

—Después del tiroteo de hoy es probable que elija mantener un perfil bajo. — Nick aún respiraba con dificultad. «Pero, ¡maldición! Él también», pensó Joe. Y no tenía nada que ver con el maldito acosador.

—Winston está acostado en la puerta principal donde lo dejamos. —Nick indicó hacia el animal con un movimiento de la cabeza cuando este se irguió, moviendo la cola al ver el vehículo acercarse.

—Entremos —gruñó Joe—. Antes de que ambos acabemos en nuestros vaqueros.

OMG debes seguirla, que traviesa la Rayita eh!!

Siguela, estuvo buenisimo el capitulo!!!

SIGUELA .

CAPITULO 73


Nick y Joe escoltaron a _____ hasta la habitación que estaba utilizando el amigo. Un control exhaustivo determinó que nada ni nadie había estado allí. La dejaron en ese lugar, con un arma en la mano y órdenes estrictas de cerrar la puerta con llave cuando ellos se hubiesen marchado, y salieron de la habitación para controlar el resto de la casa y reprogramar todas las alarmas.
Casi una hora después, los golpes de Joe sonaron en la puerta.

—Quita la llave. Todo está en orden.

______ colocó la pistola sobre la mesa auxiliar, se levantó de la silla donde estaba sentada, y fue a quitarle la llave a la puerta. Sabía lo que se venía. Sabía que el tiempo que habían pasado alejados de ella poco había hecho por menguar la lujuria rugiendo en los dos hombres. Habría crecido; la amenaza del peligro mezclada con las ansias les pondría los cuerpos duros y listos para ella.
Tan rígidos para ella como ella estaba de suave y húmeda para ellos. Quitó llave a la puerta lentamente, dando unos pasos hacia atrás cuando se abrió para revelar una tentación tan prohibida que ______ se preguntaba si alguno de ellos sobreviviría.
______ se replegó. Una pesada ola de necesidad le golpeó el vientre, retorciéndolo con tal fuerza que sintió el abdomen ondear, atrayendo la mirada de Joe cuando ambos hombres ingresaron a la habitación.

La puerta se cerró de un golpe tras ellos. El cerrojo fue colocado en su sitio con un chasquido.
Las velas que había encendido sobre el tocador producían sombras temblorosas sobre los hombres al tiempo que, simultáneamente, comenzaron a desvestirse.
—Quédate quieta —ordenó Nick cuando los dedos de ______ se dirigieron hacia los botones del vestido—. Desenvolver el obsequio es tan placentero como jugar con él.
Se estremeció ante el oscuro matiz en la voz. Los senos se le volvieron inmediatamente más sensibles, los pezones endurecidos y presionando con fuerza debajo del sujetador de encaje y la tela del vestido. Podía sentir la expectativa latiendo en su torrente sanguíneo ahora, azotándola con tanta fuerza que le cortó la respiración cuando ambos hombres arrojaron sendas camisas al suelo.
Había hecho eso antes. Intentó tranquilizarse y pensar que sería muy fácil sobrevivir con la cordura intacta. Solo sentiría como si estuviese perdiendo la cabeza. Se humedeció los labios con la lengua al tiempo que botas, calcetines, vaqueros y ropa interior fueron despojadas en cuestión de minutos, dejándolos a ambos desnudos, furiosamente excitados, y poderosamente dominantes.

—¡Qué bonita! —El canturreo de Nick fue un oscurecido sonido de ansias mientras la observaba, con los dedos de una mano enroscados en la gruesa extensión de su miembro.

Volvió a dar unos pasos hacia atrás, observando arder los ojos de los hombres, mirando la dominancia en sus expresiones asestando más alto.
Los labios de Joe se enarcaron en una sonrisa de complicidad al tiempo que la respiración de ella se aceleró.

—Ven aquí. —Entrecerrados e intensos, los ojos grises se veían negros en las tenues sombras de la habitación.

—En tus sueños. Si lo quieres, tómalo.

Tómalo. Era el desafío final, y ella lo sabía. Un desafío que ningún hombre rechazaría. Vio los músculos flexionarse en los cuerpos al tiempo que ella se alejaba unos pasos más, sonriéndoles con una mezcla de tentación y expectativa.

—Joe —Nick gruñó como en una advertencia.
La sonrisa de Joe era confiada.

—Le agrada luchar a veces —murmuró él—. ¿No es verdad, amorcito ?

—Quizás tenga que aprender el error de sus modos, entonces. —Nick sonrió y ellos se movieron.

La atraparon con facilidad, incluso cuando ella intentó agacharse y rodearlos. Hubo una posibilidad de escarparse entre ellos si hubiera hecho el movimiento correcto.
Pero Joe había jugado ese juego con ella antes, y estaba listo. Y ______ había olvidado con cuánta facilidad él y Nick parecían trabajar juntos.

Los brazos de Joe la rodearon por detrás, sosteniéndola con firmeza mientras Nick comenzó a desabrocharle el vestido. Y se tomó su tiempo para hacerlo. _____ se estremeció cuando los dientes de Joe le rasparon la nuca, plantándole acalorados besos que le quemaban las terminaciones nerviosas mientras Nick lamía cada centímetro de la piel recién revelada con la traviesa lengua.

Nueva lectora..!!
Síguela pronto que esta buenísima..

CAPITULO 74


______ tenía los brazos sujetos por detrás de la espalda, empujando los pechos hacia adelante al tiempo que la tela se derramó de ellos. Nick se deshizo del sujetador con un rápido chasquido de los dedos dejando los senos expuestos y los labios de él le cubrieron un erguido y acalorado pezón.
Un fuego le sajó la entrepierna, se tensó alrededor del clítoris, y le golpeó con fuerza en la vagina al tiempo que el violento placer le puso todo el cuerpo rígido. Él no mamó del pezón suavemente: se lo comió. Se lo llevó a la boca, le raspó la punta sensible con la lengua, y lo succionó con una presión constante mientras que Joe le quitaba el vestido y el sujetador de los brazos.
Ella permaneció de pie frente a Nick, vestida con nada más que unas bragas de encaje negro ya húmedas por los jugos que se derramaban por su entrepierna. Estaba caliente. Dolorida. Ardía por unas caricias; sin embargo, hasta la ausencia de caricias era suficiente.
El salvajismo que siempre había intentado mantener atrapado en su interior estaba ganando su libertad. Le arqueaba la espalda y acercaba los senos mientras Joe la sujetaba de las muñecas con una mano y se colocaba ante ella. Le tomó un pecho, mirándola a los ojos antes de separar los labios sobre el pezón olvidado.

La sorpresa resonó en _____ . No podía saber qué brazo era de quién en su espalda, sosteniéndola de pie, manteniéndola erguida mientras observaba a los dos hombres atormentándola, torturándole los erguidos pezones. A la vez.
Dos pares de labios, dos lenguas, dos bocas calientes, succionando y lamiendo, mordisqueando y devorándole las puntas. No esperaba el estrepitoso orgasmo que le desgarró el vientre. El cuerpo se le inclinó, los dedos se cerraron en puños al sentir las dolorosas explosiones de sensación que la partían en dos con una fuerza exquisita.

—¡Joe! —gritó ella su nombre—. Oh, Dios. ¡Nick!

No se detuvieron. A medida que el placer llegaba a su pico máximo, ellos succionaron de las puntas con más energía, azotando y lamiendo con las lenguas mientras intentaba contorsionarse, luchaba por corcovearse contra ellos, para acercarse. Necesitaba estar más cerca.

—Despacio, amorcito. —Joe levantó la vista. Sus labios dibujaron un camino hacia arriba, hacia el cuello, al tiempo que los labios de Nick comenzaron a descender.

—Así no —gritó, luchando por zafarse del agarre de Joe—. No puedo soportarlo así.
Era demasiado placer. Joe le mordisqueó el cuello; Nick le lamía el costado.

—No tienes que soportarlo, _____ —Joe le susurró al oído, dándole pequeñas tarascadas allí, con erotismo—. Te sostendremos.

Déjate llevar. Déjanos llevarte.
______ negó con un desesperado movimiento de cabeza, sintiendo el sudor juntársele en la frente y el cuello al tiempo que intentaba respirar. No podía respirar. El placer le daba azotes, le golpeaba las terminaciones nerviosas con un calor feroz y violento deleite.
Perdió las fuerzas de las piernas cuando sintió los dientes de Nick clavarse en el hueso de la cadera y las manos tirar de las bragas hacia los muslos.

—Joe. —Apenas podía susurrar su nombre, no podía encontrar nada para sujetarse ya que tenía las muñecas atrapadas por él.

—Te tenemos, amor.

Nick le separó las piernas; las manos le acariciaron los muslos internos al tiempo que la mejilla le rozó los húmedos rizos entre ellas.

—Tan dulce y caliente —gruñó Nick—. El manjar más jugoso del mundo. — Dio un suave soplido sobre el tenso clítoris, por lo que la cadera de _____ se sacudió de manera involuntaria al tiempo que Joe le cubrió los labios con un beso. Un segundo después, la lengua de Nick se introdujo en la grieta del cono bañada en rocío y comenzó a lamerlo eróticamente.
Las sensaciones colmaron todo su mundo. Cascadas de colores explotaron detrás de los párpados cerrados al tiempo que el placer le desgarró el cuerpo.

¿Cuántas veces habían hecho eso con otras mujeres? Cada caricia, cada beso, tenía una exactitud precisa, con una coreografía que le robó los sentidos con destructiva facilidad.
Nick le levantó una pierna por encima de su hombro, obteniendo así mejor acceso a los jugos que manaban de su cuerpo. El gruñido de él vibró contra la carne un segundo antes de que la lengua se zambullera en su interior.
Podía sentirlo lamiendo, provocándole más placer, dándole más calor a sus labios devoradores. Y Joe , los besos de su marido la estaban destruyendo, volando a través de ella a medida que la lengua bombeaba dentro de la boca con la misma fuerza dominante con la que la lengua de Nick bombeaba en el coño.
Se sentía consumida, y el placer la estaba matando.

—La necesitamos sobre la cama. —Joe arrancó los labios del beso para gruñir la orden a Nick—. Ahora, maldición.

La respuesta del amigo fue un quejido de protesta, pero los labios se alejaron de los dolientes dobleces, dándole una lamida de despedida con la lengua sobre el clítoris que la tenía gritando por el inminente orgasmo que le recorría el cuerpo.
Sin embargo, las muñecas fueron liberadas y al ser depositada sobre la cama, las manos encontraron la embravecida erección más cercana.

—Dios mío. —El cuerpo de Nick se tensó cuando los labios de ______ le cubrieron la latente cabeza del miembro.

Todo él se endureció. La cadera daba sacudidas hacia adelante, mientras que los labios, la lengua y la boca succionaban.
Sabía como la noche. El pene se sentía como hierro recubierto de seda, los cojones apretados por debajo. Y _____ utilizó cada truco que Joe le había enseñado para erosionar su control mientras las manos del marido le acariciaban el tembloroso cuerpo.
Los dedos de una mano tomaron el tenso pene, mientras calmaba los testículos en la palma de la otra, los dedos afanados sobre la dolorida piel de cada porción de su cuerpo.
Lamió debajo de la cabeza, luego le succionó profundamente mientras la lengua paseaba sobre la dolorida carne. La sangre bombeaba, latía, debajo de la piel, volviéndolo duro como el acero, sensible

—Te tiene. —La risa de Joe fue áspera—. Una vez que esa caliente boquita te atrapa, estás perdido.
Las manos de Nick estaban en el cabello de _____ , apretando, tironeando.

—Dale unos azotes. Déjame ver cómo se le ruboriza el trasero.

_____ gimió. Un segundo después, gritó alrededor de la dura carne que aún le llenaba la boca cuando la mano de Joe le aterrizó en el culo.

Hola chicas, mañana la sigo es que ya es un poco tarde, Mañana es el ultimo capitulo de Jonas L.A en Planeta Disney aqui en Paraguay, voy a llorar, es que van a cantar Fellin' alive :') OMJ ojala que empiece de nuevo y no lo saquen. OK Hola JustKeepDreaming~ Gracias por unirte a la nove

CAPITULO 75


Inmediatamente después, el golpecito subió a la entrepierna, un delicado toque en la vagina que le explotó en los sentidos. Otro en el trasero. De nuevo en la entrepierna. Las manos de Nick le tiraban del cabello, y _____ luchaba por mantener la presión en el pene al tiempo que demasiadas sensaciones comenzaban a inundarle el cuerpo.
Estaba tan húmeda que las suaves cachetadas en el cono solo la calentaban más, hacían le hacían querer más. Necesitar más.

—Quiero que esté depilada —Nick jadeaba—. Pronto, Joe. Quiero este coño
depilado.

—¿Sabes cómo se sentiría eso _____ ? —la voz de Joe le susurró en la espalda—. Tu coño desnudo y suave como la seda cuando haga esto. —La mano volvió a aterrizar sobre ella, golpeando contra los húmedos rizos que lo protegían.
Estaría desnuda. Nada que suavizara la pequeña chispa de calor entre la mano de él y la carne. Gimió de solo pensarlo.

—Maldición, déjate ya de jugar, Joe —gruñó Nick—. Distráela antes de que me vuelva loco.
La cabeza del pene dio una sacudida, escupiendo una pequeña cantidad de semen sobre la hambrienta lengua. Detrás de ella, sintió los dedos de Joe separándole las nalgas, y un segundo después un beso tan destructivo que se corcoveó hacia atrás.
El pene de Nick se deslizó fuera de la boca cuando ella intentó soltarse, intentando volver a tomarlo, para alejarlo.

—Ven aquí, amorcito. —Nick la tomó, llevándola a la cama mientras Joe se disponía a lamer la angosta arruga entre las nalgas.

—¡Joe! —El grito fue desgarrador al tiempo que ambos la acostaron sobre la cama, de lado. La mano de Joe le levantó la pierna, sosteniéndola por debajo de la rodilla, abriéndola para él un poco más, y estaba sacando el mayor provecho.

—¡Oh, Dios, Joe! ¿Qué estás haciendo? —Sintió el terror en su propia voz cuando la lengua del marido encontró la pequeña abertura y comenzó a lamer el borde con electrizantes caricias de la lengua un segundo antes de zambullirla dentro.
Intentó echarse para atrás. Llevó la cadera hacia adelante, empujando el clítoris directamente hacia los ansiosos labios de Nick.

—Chúpamelo, _____ . —Tenía la voz tensa—. Hazlo ahora.

_____ negó con un movimiento de cabeza, abrió los ojos, aturdida, casi sin enfocar al sentir la amplia cabeza del pene tocarle los labios, presionar hacia adelante.
Los abrió en otro grito cuando dos dedos acariciaron el interior de la vagina y arrojaron los últimos fragmentos de pensamiento fuera de su mente.
Estaban follándola. Lenguas, dedos, labios succionándole el clítoris. Estaban destruyéndola. Minutos después sintió unos dedos espesamente lubricados ingresar por la húmeda entrada de atrás. Los dientes de Joe le raspaban las curvas del trasero al tiempo que su cuerpo se abría para él, tomando la penetración del primer dedo, luego dos.
Nick estaba lamiendo, chupándole el clítoris. Los dedos empalaban la vagina, deslizándose dentro, ondulándose y acariciando hasta que ella se preguntó si alguna vez podría vivir sin estos dos hombres. Ambos tocándola. Ambos acariciándola.
Tenía la boca llena con la erección de Nick, pero tenía los sentidos tan dispersos que atormentarla quedaba fuera de discusión. Apenas si podía respirar.
Apenas podía gritar de placer.

—¡Maldición! Voy a acabar así. —Nick retiró el pene con un movimiento brusco, los dedos se alejaron de ella al tiempo que Joe se deslizó en el trasero, fuerte y profundo.

—¡No! —Necesitaba a Nick de vuelta. Necesitaba los dedos bombeando en su interior. Estaba muy cerca. Una sensación se unía a la siguiente y amenazaban con explotarle en el cuerpo.

La estaban moviendo. Levantando. Las piernas abiertas cuando un pene duro presionó contra la entrada de la vagina. Un segundo después, se deslizó dentro profundo y con fuerza mientras enérgicas manos sobre la cadera la empujaron hacia abajo.

—Ceñida. ¡Qué condenadamente ceñida! —Nick estaba debajo. El pene la llenaba.
_____ se obligó a abrir los ojos cuando unas manos —las de Joe, las de Nick, no estaba segura— la presionaron contra el pecho.

—Nick—Levantó la vista hacia él, luchando por respirar mientras la mano le retiraba el cabello del rostro y detrás de ella, Joe se afanaba en la fría lubricación del ano.

—Te tenemos, amorcito —gruñó él.

—Nick

—¿Sí, pequeña?
Detrás de ella, sintió a Joe acercarse, sintió la gruesa cresta del pene presionar contra la entrada de su trasero.

—Necesito más —gimoteó ella con desesperación, ciñéndose alrededor del pene que le empalaba la vagina al sentir a Joe abriéndole el ano.

Necesitaba esa caricia de dolor. La necesitaba con unas repentinas ansias que rugían en su interior y le hacían virar los sentidos bruscamente.

—Despacio,_____ —dijo Joe con voz recia cuando ella intentó presionar hacia atrás. Intentó tomar más de lo que él le estaba dando.
Él era demasiado lento. Demasiado suave.

—Ahora. —La estrangulada orden fue más un lamento—. Ahora, Joe

No podía esperar. La necesidad la estaba partiendo en dos, las ansias y la lujuria y el placer prohibido la azotaban como una conflagración corriendo hacia una feroz explosión.
La cabeza del pene la estiraba, la quemaba. Manos fuertes la sujetaban, la controlaban.

—¡Maldición! Está ceñida —gruñó Nick debajo de ella al tiempo que Joe se
introdujo un poco más
Jadeando, ______ se esforzó por quedarse inmóvil entre ellos, esperando.
Esperando. Segundos después, los hombres aflojaron un poco. Detrás de ella, Joe susurró su nombre al tiempo que sintió a Nick echarse hacia atrás. Justo lo suficiente. El pene se retrajo solo lo suficiente como para permitirle un poco de movimiento.
Antes de que pudieran detenerla, antes de que las restrictivas manos pudieran mantenerla inmóvil, ella se echó hacia atrás, la cadera dando sacudidas sobre las dos invasivas erecciones con una fuerza que envió a Nick dentro de la vagina con fuerza y obligó al pene de Joe ingresar más de la mitad.

—¡Oh, Dios! —gritó _____ por todo lo que sentía. Fuego y placer llovían en ella, explotaban, y resonaban con una fuerza que no creía que pudiese soportar.
Voces masculinas maldijeron. Unas manos se aferraron a ella. _____ utilizó los músculos para ceñirse sobre ellos, para atraer a Joe más profundo, para sostener a Nick en su interior, y la mente se le desgarró.

—¡Follenme! —gritó ella, los dedos crispados sobre los hombros de Nick mientras luchaba contra el agarre de los hombres—. Ahora, maldita sea. Ahora.

No podía haberse imaginado más, ni mejor, ni más poderoso. Pero se lo entregaron. El control cuidadosamente restringido que utilizaban cuando la tomaban juntos se desmoronó. Con una fuerte sacudida de la cadera, Joe se zambulló en el ano, enterrando su completa extensión, llenándola, estirándola, quemándola. Nick se retrajo, pero cuando volvió a arremeter en su interior, Joe se replegó, repitiendo, tan a tono con su cuerpo, con los movimientos del otro, que en segundos las penetraciones sincronizadas la mantenían llena, la ponían más ardiente, más caliente, acelerando la mente y los sentidos hasta que explotaron con una fuerza que le convulsionó el cuerpo entero. Interminable. El orgasmo que la poseyó parecía no acabar nunca. Poderosos, violentos espasmos ondularon en su cuerpo, sacudiéndole los músculos y ciñéndole el tierno tejido sobre los empalamientos que la atormentaban.
Los gritos de los hombres se unieron a los de ella, y segundos más tarde, las penetraciones se volvieron más potentes, más profundas; los chorros de semen calientes como lava la llenaron y la provocaron un segundo y más profundo orgasmo dentro de ella al tiempo que las dos voces masculinas rechinaban la devoción en cada oído.

—Dios, te amo,_____ . Te amo. —Joe se corcoveó en el interior del ano cuando las palabras brotaron de su boca.

—Maldición, te amo. Maldición, te amo. —La voz de Nick era más áspera, más primitiva, la novedad de ponerle voz a sus emociones se reflejaba en el tono ronco.

Y entre ellos _____ colapso, bañada en sudor, sintiendo los cuerpos duros aún ondulándose con placer, aún llenándola, sujetándola. Necesitándola.

—Los amo a ambos —susurró en el pecho de Nick—. Que Dios me ayude. Los amo a los dos.

CAPITULO 76



Nick la sujetaba, las manos sobre los pechos, los dedos jugueteando con los pezones, mientras miraba los dobleces de la vagina abrirse como una flor para las lentas y medidas zambullidas del pene de Joe en su entrepierna. El clítoris estaba inflamado y dolorido mientras él la mantenía inmóvil, con las manos aferradas a los bíceps y las uñas clavadas allí al tiempo que se corcoveaba debajo de su marido.
El cuerpo de Joe estaba tenso al luchar por contenerse, decidido a guiarla a un nuevo climax antes de ceder él mismo. Nick podía ver la resolución grabada en el rostro de su amigo, la caliente lujuria y la devoción profunda como el alma misma en los ojos al mirar a _____ .
Y él se debería haber sentido como un intruso. Incluso en ese momento, se maravilló de con cuánta facilidad estaban compartiendo a la zorrita. Los celos no les nublaban mente. Nada más que puro placer dulce les recorría el cuerpo, con solo mirarla, abrazarla. La mirada se deslizó hacia el rostro, miró fijamente a los desorbitados ojos al tiempo que las penetraciones de Joe se volvieron más fuertes, más profundas, y le sacudieron el cuerpo hasta que finalmente dispararon el orgasmo que esperaba por ella.
_____ no pudo gritar. Gimoteó, arqueándose en los brazos de él al tiempo que retiró una mano de los senos y se masajeó a sí mismo para un orgasmo rápido mientras el gruñido de Joe indicaba su propio climax. Colapsaron sobre la cama, húmedos, sobrecalentados, luchando por volver a aprender a respirar.

—Tócame y morirás —gruñó ________ cuando Nick se movió a su lado, presionando el brazo contra el de ella antes de girar de lado para mirarla.

Tenía ambos brazos detrás de la cabeza, los ojos cerrados y el delicioso cuerpo desparramado en un saciado, y descuidado abandono. Estaba tan bonita, maldición, que hacía que le dolieran las muelas. Se le cerró el pecho por el temor al recordar la fotografía con la que había salido de la reunión.
Por las ansias propias y las de Joe, por la debilidad de ambos, se estaría enfrentando a una comunidad que sabía, en cierta medida, lo que sucedía en su vida sexual. Y la castigarían por ello. Porque podían hacerlo. Porque contribuía con el excitante chismorreo. Y el solo pensar en que ella pudiera resultar herida de esa manera era suficiente para provocarle ganas de matar.

—Te ves muy enfadado —susurró ella entonces, extendiendo el brazo para acariciarle la mejilla mientras sus ojos veían mucho más allá de lo que él hubiera querido que viese—. ¿Está todo bien?

—Estoy cansado. —Se obligó a dibujar una sonrisa en el rostro—. Me has agotado.
______ resopló por eso. La mirada cayó hasta la media erección entre las piernas.

—Eso no se ve cansado para mí.

—Es una bestia con vida propia —le aseguró—. Nunca se cansa. Yo soy otra historia.

—Oh, oh. Intenta eso con alguien que te crea —se burló ella mientras se estiraba con holganza.

—No hace eso con cualquiera —le advirtió—. Solo con damas muy especiales
Ella puso los ojos en blanco como respuesta antes de volver a cerrarlos.

—Aún no vas a dormir, princesa —rió él, levantándose de la cama antes de llevarla hasta sus brazos—.Joe , arma la cama. La llevaré a la ducha.

—Déjame encontrar mis piernas primero —balbuceó Joe—. Me agotó.
Nick estaba encontrando sus propias piernas. Estaban débiles por el placer que ella les había dado durante la noche.

—Tienes diez minutos —le informó Nick

—No tardo tanto en darme una ducha —dijo _____ en un bostezo—. Cinco minutos.
Ante lo cual, Joe abrió un ojo y gruñó al ver el excitado cuerpo de Nick

—Que sean veinte minutos. Maldición, tengo tiempo para una siesta.

—Y tengo hambre —_____ se quejó de pronto—. Ustedes dos siguen olvidándose de alimentarme. No pedí esto. Estoy consumiendo muchas calorías aquí.
Joe se frotó el estómago.

—Maldición, me muero de hambre.
El estómago de Nick rugió, lo que provocó una burla en _____ hacia él.

—¿Ves? —indicó—. Si tú tienes hambre, imagina lo hambrienta que estaré yo.
Nick echó una mirada al reloj. Maldición, la medianoche era un buen momento para un aperitivo.

—Haré la cama. Ustedes dos dense prisa con esa ducha, que yo veré qué puedo rejuntar en la cocina.

—Sí, la sopa que estaba preparando antes habría sido muy deliciosa. ¡Qué pena que hubiera alguien que no me permitió terminarla!

—Ducha. —Nick la condujo hasta el baño.

—Un baño sería mejor —murmuró ella—. En una gran tina. Cabríamos todos.
La sensual voz de ______ le hizo balancear la erección expresando su aprobación.

—Ducha. —El estómago le rugía demandante—. Te puedes dar un baño mañana.

—Hazme esperar y me daré un baño sola. —Hizo un mohín.
El amor que de pronto lo inundó por la mirada medio provocativa, medio seductora de _____ , casi lo hace caer de rodillas. «No debería amarla tanto», se dijo a sí mismo cuando ajustaba el agua y la metía en la ducha tras él. No debería amarla hasta el punto de que las rodillas se le debilitaran y el pecho se le cerrara por la ferocidad del sentimiento.

Ohh MY GOSH!! Mori con todos esos capitulos!!!!
Perdon x no haber podido pasar antes, esta super genial la nove,
es una adiccion, esperar los capitulos con desesperacion!!

Please debes seguirla!!!!!!!!

Siguelaaaaaaaaaa

Siguela

Siguelaaaaaaa

Siguelaaaaaaaa