Placeres Prohibidos (Joe, Nick y tu) HOT Adaptada TERMINADA

Ayyyyy xd estuvieron impresionantes esos capis!!
Siguelaaaaaaa

Espero que todos tus problemas se solucionen y
te pongas bien, cuentas con nosotras y tmb las kiero
como mis amigas, son geniales...

ohh!! increible!! siguela y gracias por subir

CAPITULO 86


La mirada de ______ voló hacia el arma, y la de Wes la siguió. Le vio la intención en el rostro el instante en que ella dio el salto. Estaba más cerca. Tenía una oportunidad. Oh, Dios, lo único que necesitaba era una oportunidad. La frase «todo sucedió como en cámara lenta» y el cliché de que la vida de uno le pasa por delante de los ojos en un segundo en momentos como ese siempre le habían parecido un poco traídos de los pelos. Pero ahora, no. Ahora veía a Joe y a Nick, las expresiones arrugadas por el deseo y el embeleso mientras le hacían el amor. Vio sus propias emociones, los sintió abrumarla, llenarla, darle una fuerza que no sabía que podía encontrar. Porque le temblaban tanto las rodillas y el corazón le latía con tanta fuerza, que debería haberlo debilitado cuando saltó hacia el arma.

El seguro estaba puesto. Recordó el detalle cuando la mano cayó sobre el arma y sintió la respiración de Wes en la nuca. El pulgar cayó en posición, lo quitó al tiempo que levantaba la pistola.
El cuchillo brilló sobre su cabeza cuando oyó sus propios gritos y el sonido y la sensación del arma disparando, lanzándole la mano hacia arriba incluso al tambalearse para salirse de camino del entrenador.
Y lo vio caer. Lentamente. La sorpresa le redondeó los ojos, le abrió los labios finos. Fue una maldición lo que salió de la boca con voz ronca al tiempo que el cuchillo caía a suelo milisegundos antes que lo hiciera su cuerpo.
Y luego, vio la sangre...

—¡______! Despierta, ¡despierta ahora!

Nick y Joe le estaban gritando mientras recias manos la zarandeaban para traerla de la pesadilla a la realidad de un tirón.
______ levantó la vista hacia Nick, luchando por respirar, viendo las emociones que le inundaron el rostro, el momento en que vio que estaba despierta. Los sentimientos a la vista eran desgarradores. Temor. Remordimiento. Amor. La amaba, con tanta ferocidad, con tanta posesión, como la amaba Joe.

—Dios, vas a darme un ataque al corazón a este ritmo. —La atrajo hacia sus brazos; el poderoso y desnudo cuerpo se estremeció cuando la abrazó un poco más fuerte por un instante.

—Estoy bien. —Estaba temblando, sacudiéndose por las secuelas de una pesadilla que seguía soñando dos días después del ataque.

El día anterior había estado lleno de preguntas: del FBI, del sheriff local, y de los reporteros que se habían enterado de la historia.
No había creído que la casa volvería a estar sin gente otra vez. Finalmente, había colapsado de agotamiento a la medianoche mientras Nick y Joe aún estaban compilando información sobre Wes Bridges, alias tantas variaciones diferentes de nombre que había perdido la cuenta.

—¿Está bien? —Joe estaba de pie en el umbral de la puerta, ya duchado y vestido, con la mirada preocupada al dirigirse hacia la cama donde Nick la abrazaba.

—Podrías haberme preguntado directamente a mí, ¿sabes? —Se alejó de Nick, llevándose la temblorosa mano a la cabellera al tiempo que tragaba los residuos de temor.

—¿Estás bien, _____ ? —Se sentó a su lado, extendiendo el brazo para quitar una lágrima de la mejilla de su mujer mientras Nick se desmoronaba hacia atrás sobre el cojín.

—Estúpida pesadilla. —Negó con un movimiento de cabeza—. Estoy bien.

La observó cuidadosamente durante un largo rato antes de asentir.

—Si ustedes quieren darse una ducha, yo prepararé el desayuno. Tenemos que ir a Washington esta tarde para prestar declaración y terminar con un poco de papeleo.

—Fantástico —dijo ella entre dientes al mirar a Nick—. ¿Por qué está aún en la cama? Creí que se levantaba con el primer canto del gallo.

Joe echó una mirada a Nick con una sonrisa.

—Se quedó despierto hasta más tarde anoche.
______ observó a Nick con desconfianza.

—¿Por qué?
Una arruga se plantó en el entrecejo de Nick al abrir los ojos.

—Tenía cosas que hacer.

Desvió la vista hacia su esposo, apenas captando la preocupación en la mirada antes de que cerrase los ojos.

—A la ducha. Prepararé el desayuno mientras ustedes beben el café. —Se levantó de la cama antes de inclinarse y besar a ______ en los labios con suavidad—. Te veré abajo.

Era evidente que alguien había decidido que debía lidiar con el mal humor matutino de Nick.
Giró y lo miró en silencio.
El tenía la vista clavada en el cielo raso, evitando mirarla, con el musculoso cuerpo en tensión, como si se preparara para la batalla.

—¿Vas a regresar a casa cuando hayamos acabado en Washington? — finalmente preguntó, aterrada por la respuesta.

La mirada de Nick se posó un segundo sobre ella antes de volver a desviarse.

—¿Debería hacerlo? —suspiró al final, las gruesas pestañas negras le protegían los ojos.

—¿Qué significa eso?

Ella se cubrió los senos con las sábanas y lo miró con aprehensión. Los labios del hombre se afinaron; la quijada se tensó como si estuviera reprimiendo lo que quería decir, lo que quería sentir.

—Entonces, ¿simplemente te vas a marchar?

—Eso es lo que un tercero hace, _____ Se marcha.

Ohhhhhhh que Nick se kede!!!!
Rayita debe decirle que lo quiere tanto como a
Joe....

Siguela Pao, quiero saber que pasara ahora!!!
Morire de desesperacion si no subes, please!!!

Siguelaaaaaaaa Paoooo por favor

Other page!!!!! Yes!
SiGUELA

noooononononon no quiero que se valla nick
siguela paou espero que estes mejor

Sigueeelllllaaaaaaa Paooo estoy que muero de los nervios....

Ok, Ok, chicas, amo sus comentarios, asi que les subo la nove ahora, y ya se esta acabando, puede que hoy se termine depende de ustedes.

CAPITULO 87


—Tú no eres un tercero —dijo ella con dolor—. Sabes que no eres un tercero. Eres parte de nosotros. Te has hecho una parte de mí, me has hecho creer que te quedarías, ¿y ahora crees que te puedes marchar y que todo estará bien?

—Estará bien. Tienes a Joe...

—Maldito cobarde. —No elevó la voz. No era una acusación. Era una declaración.

La mirada se dirigió rápidamente hacia ella, los ojos azules brillaban con ira.

—¿Qué demonios has dicho?

—Dije que eres un cobarde, Nick—repitió sin piedad—. Estás demasiado asustado como para quedarte y ser parte de mí.

Esto no tiene nada que ver con quién es mi marido o sentirse un tercero. Tiene que ver con tus temores.

—Estupideces.

—¡Sí, claro! —Quitó las sábanas de sobre su cuerpo de un tirón, parpadeó para reprimir las lágrimas y salió de la cama de un salto—. Pues bien. Escápate. Ve a jugar a ser el malito agente y recuerda lo que nunca podrás volver a tener si me dejas.

Porque, ¡una mierda que te daré otra oportunidad en mi corazón!

—A Joe le agradan los tríos,_____ . —La tomó en la puerta del cuarto de baño, obligándola a girar para enfrentarla mientras la aprisionaba contra el muro—. Habrá otro tercero, y cuando ese se haya ido, otro...
L
a mano de ella hizo un movimiento rápido y conectó sonoramente contra la mejilla de Nick mientras él la observaba con sorpresa.

—¡Cállate! —le gritó furiosa, con lágrimas llenándole los ojos—. A Joe no le gustan los tríos simplemente, estúpido. ¿Crees que él me compartiría con cualquiera? ¿Crees que se lo permitiría?

—Compartir no es amor.

—Tampoco lo es la cobardía —espetó ella—. Te aterra comprometerte de esa manera, ¿no es verdad, Nick? Es por eso por lo que siempre has dejado que Joe escoja a la mujer y tú simplemente te quedabas a un lado. Así no tendrías la responsabilidad.

—No sabes lo que estás diciendo —contestó con un gruñido.

—El niño que fue rechazado, echado y empujado por un sistema frío y sin
sentimientos —susurró ella—. Eras un huérfano y tan salvaje, tan lleno de aventura que fuiste arrojado de un hogar sustituto sin amor al otro, ¿no es así, Nick?

La miró sombríamente.

—A ti te importaban, y ellos te rechazaban. Hasta que dejaste de importarte por ellos. Hasta que comenzaste a marcharte siempre primero

—Eso no tiene nada que ver con esto.

—Tiene todo que ver con esto. —Los labios le temblaban al tiempo que una lágrima se escapó de su control—. Nos estás castigando a Joe y a mí por tu pasado. Tú me amas. Y en ese incomprensible misterio de amistad masculina, amas a Joe.

Somos una familia. Somos lo que siempre quisiste y parecía que no podías tener. Tú me lo has dicho. Entonces, vas a marcharte. Vas a rechazarnos antes de que te rechacemos nosotros. Dios, Nick, ¿no conoces a Joe mejor que eso a estas alturas? ¿No me conoces a mí mejor que eso?
Algo en su interior se estaba quebrando. Lo miró a los ojos, llenos de sombras y viejos dolores, y sintió pena por el niño sin hogar, por el hombre sin amor.

—Te amo. —Ella apretó los labios y obligó a las lágrimas a replegarse—. Con el tiempo, te amaré con la misma intensidad que amo a Joe. Te amaré al punto que me destrozará si te marchas. Entonces, si vas a hacerlo, quizás es mejor que lo hagas ahora. Solo me romperás el corazón ahora. Luego, podrías romperme el alma y la de Joe. Prefiero arrepentirme a quedar herida de esa manera.

Las fosas nasales de Nick se abrieron y la mandíbula se le tensó al punto de casi quebrarse.

—¿Y cuando te canses de compartir la cama con dos hombres en lugar de uno? ¿Cuando te des cuenta de que soy más duro que Joe? ¿Que no soy ningún maldito caballero en una brillante armadura que nunca te dará una palabra malhumorada ni un mal momento?

—¿Crees que Joe es perfecto? —dijo picada, con incredulidad—. ¿Crees que bromea con el tema del bate de béisbol? ¿O dormir en el sofá? ¿Crees que nunca discutimos, Nick? ¿Que tú y yo nunca pelearemos? Eso es parte del amor. Solo porque no estés de acuerdo no significa que no ames. O que no hieras. —Extendió el brazo y le acarició la mejilla con dedos temblorosos, luego los labios—. Ambos tienen sus lados de chiquillos, es parte de quienes son. Y yo puedo ser una bruja, pero eso no significa que no podamos amar.

La mano tomó la de ella, presionando la palma contra la áspera mejilla, girando los labios hacia allí al tiempo que le quemó la piel con un beso.

—Me aterrorizas —rechinó él—. Siempre lo has hecho.

—¿Yo? —Lo miró sorprendida—. ¿Cómo te aterrorizo, Nick?

—Porque estoy acostumbrado al rechazo —le dijo con voz ronca—. Pero si tú te marchas, no sé si podría sobrevivir, _____ . Eres como una luz donde no había luz antes. Si me acostumbro a ti, entonces volveré a la oscuridad. —Tragó con esfuerzo.

—Dolería —dijo ella suavemente—. Y el dolor es una putada, ¿no es verdad, Nick?

—El dolor me vuelve loco, ______ —gruñó, mientras el brazo se deslizaba por la espalda y la atraía hacia él—. ¿Me comprendes? Si luego decides que no es amor, estaré peor que el maldito acosador que tenías tras tu culo.

Negó con un movimiento de cabeza mientras una lágrima se liberó.

—No nos dejes, Nick . Se me enfría la espalda por la noche. Necesito que me den calor allí, también. Y mi corazón no estará completo sin ti ahora, ¿no lo sabes?
Inspiró profunda y entrecortadamente, con la mirada volviéndose feroz, dominante.

—No puedo respirar sin tu aroma, sin desearte. Esperé tres malditos años, ______ , y en una semana me has encadenado el alma a la tuya. En tres años, no podría dejarte ir.

—Entonces, no me dejes ir. —Presionó más cerca, llevando los endurecidos pezones sobre el pecho de él, sintiendo el calor y el poder controlado de la excitación cuando el pene le rozó el vientre.

Llevó las manos hacia el cabello de él, se enroscó entre los mechones, y lo empujó hacia adelante.

—Ámame, Nick —le susurró sobre los labios—. Simplemente, ámame.

Oh noooo La puta madreeeeee!!!!!!!!!!!! Mori con ese capitulo, fue
INCREIBLE, que lindooooooo todas las cosas que se dijeron y el
al final


Ya me entro como cosita quiero saber q pasara pero no quiero q
termineeee

SiGUELA PAOOooooooooo.

C'mon Pao!!!!!!!! Siguelaaaaa!!!!!!

CAPITULO 88


Un brazo le rodeó la cadera con fuerza, levantándola hacia él al tiempo que la mano le apretaba el muslo y guiaba la pierna alrededor de su cintura. Este no era el suave y experimentado amante que ella conocía. Cuando los labios descendieron sobre su boca, la erección se encajó entre los muslos, la encontró resbaladiza y húmeda y se dirigió a casa.
Las sensaciones explotaron en ella. El repentino ardiente placer le desgarró un grito de la garganta y le aceleró el pulso con una sobrecarga de gozo. A medida que el pene se enterraba hasta la empuñadura, la lengua se zambullía en la boca, los labios, jugueteaba con los de ella y lamía la repentina pasión que le quemaba el cuerpo.

Los colores explotaron ante los ojos cerrados de _____ cuando él comenzó a penetrarla. Empujándola contra el muro, las manos se aferraron en las nalgas del trasero y comenzaba a introducirse en ella. Arremetidas profundas y desesperadas que le quitaban el aire de los pulmones y la realidad de la mente.
Se sujetó con fuerza y dejó que el placer la poseyese. Dejó que Nick la tomase. La dura penetración del pene, los labios conquistándole la boca antes de moverse al cuello, a los redondeados extremos de los pechos.

La respiración de Nick era áspera, entrecortada, igual a la de ella al tiempo que ______ se ceñía sobre él, sintiendo que el placer le cubría el cuerpo, la atravesaba.

—Amo cómo te siento —gruñó él cuando le enterró los labios al costado del cuello—. Tu aroma. Tu dulce sabor.

—No te detengas —rogó ella, los brazos aferrándose con más fuerza alrededor de los hombros al tiempo que él movía la cadera con más energía, llevando la erección más profundo—. Oh, Dios, no te detengas, Nick. Nunca.

—Nunca. —Le mordisqueó el cuello, la penetró con más fuerza, más velocidad, estirándola, quemándola, hasta que la conflagración de sensaciones comenzó a ondearse en círculos cada vez más grandes, retorciéndole el vientre, el clítoris, dirigiéndose hacia el alma hasta que gritó con feroces explosiones que la recorrieron por completo.

Un áspero gruñido masculino se derramó de sus labios cuando dos poderosas caricias enviaron a Nick al orgasmo, el semen bombeando con fuerza en ella, marcándola, haciéndola suya y uniéndola a él para siempre.
Cuando hubo acabado todo, ella se desplomó flacida sobre el pecho de él, intentando recobrar la respiración al tiempo que abrió los ojos.

Y allí, debajo del umbral de la puerta, estaba Joe, con los grises ojos brillando de ansias cuando le guiñó un ojo a su esposa con maliciosa lujuria y ardiente amor.

—Será mejor que se den una ducha —dijo con voz ronca—. Me enteré que Victoria y Robert están de camino hacia aquí. Sabes que la vieja muchacha odia que la dejen esperando.

Nick la soltó lentamente, con los labios presionando sobre los de ______ cuando abrió los ojos azules brillando con amor y risa en lugar de con sombras oscuras y dolor.

—Creo que necesitaremos más tierra —dijo entonces—. Si Joe y yo trabajamos lo suficientemente arduo, quizás no lleguemos al punto de agotarte.

—¿Te quedas? —gritó ella, mirándolo fijamente al tiempo que el apretado nudo en el pecho comenzaba a desatarse.

—Creo que será lo mejor. —Negó con un movimiento de cabeza con tristeza burlona— Joe te malcría peor que a un chucho como regalo de Navidad. Alguien aquí tiene que poner orden.

—Dame una semana más, y tú me estarás malcriando también. —_____ le rodeó el cuello con los brazos, aunque llevó los ojos a Joe otra vez, y vio la calidez, la aprobación. Maldición, vio alegría.

—Los amo a ambos —susurró ella con voz áspera cuando Nick se echó hacia atrás y Joe dio un paso dentro del círculo.

Un brazo alrededor del cuello de él, el otro rodeando a Nick, ambos hombres envolviéndola, el calor de ellos la colmó.
Era egoísta. No quería un tercero, quería todo. Y estaba allí, en sus brazos. Dos hombres y un futuro lleno de promesas.
Victoria ingresó al vestíbulo delante de su hijo Robert, con la expresión demacrada, los ojos oscuros de la tristeza al tiempo que _______ estaba de pie en la entrada de la sala y observaba a Joe dar un paso hacia atrás para permitirles pasar.
Robert era unos años mayor que el esposo. Era más bajo, distinguido en lugar de áspero en los bordes, controlado y metódico. Manejaba el negocio de la familia ahora, una mezcla de empresas desde ordenadores hasta la producción de algodón.
Tenía los hombros amplios, el cabello oscuro cortado bien corto, los ojos verdemar, que ahora se cerraban cuando él y Joe se estrecharon de manos antes de que el esposo le presentara a Nick.

—¿Podemos conversar? —Robert colocó las manos dentro de los bolsillos de los pantalones al observar a Nick y Joe

—Pasa, Robert. Victoria. —______ dio un paso adelante y extendió la mano indicando la sala—. Prepararé café.

—No, querida —dijo Victoria con firmeza—. Esto es algo que también debes oír.
______ echó una mirada a Robert. Este asintió con un abrupto movimiento de cabeza.

—Pasen —dijo Joe entonces.

Nick caminó delante de ellos y quedó de pie junto al sofá e indicó hacia las dos sillas que estaban de otro lado de la baja mesita de café. Una vez que Victoria se hubo sentado, Nick se dirigió hasta un extremo del sofá al tiempo que ______ tomó su lugar junto a él, con Joe del otro lado.
A Victoria no se le pasó por alto tal movimiento. Los observó con atenta expresión, pero los ojos identificaron el matiz de las ubicaciones.

—Quiero disculparme por el comportamiento de Delia, Joe —declaró Robert al mirarlo—. Sé que recibió la fotografía de Wes Bridges. El sheriff encontró el correo electrónico en su ordenador portátil. Ha sido una molestia y tomo la responsabilidad por ello.

—¿Por qué? —preguntó ______ , mirándolo con sorpresa—. ¿Por qué habrías de tomar responsabilidad por ello?

—Porque sabía que estaba rabiosa en lo que respectaba a Joe y contraje matrimonio con ella de todos modos —dijo con frialdad—. No te volverá a molestar más.

—¿Por qué estás tan seguro de eso? —dijo Joe en voz peligrosamente baja.
______ sabía de la ira de su marido por Delia, pero también sabía que temía que la ira de Robert pudiera haberse manifestado en la forma de daño físico hacia ella. Sin importar lo enfadado que estuviese, no le habría perdonado a Robert si la había golpeado.

—Delia se quedará en Pensilvania con su hermana hasta que nuestro divorcio se concrete —declaró Robert—. Dudo que regrese. Sé que la condena contra ella fue fuerte. No le quedaban muchos amigos para entonces.

—Me agradaría unirme a las disculpas, también —suspiró Victoria—. Debería de haberla controlado más de cerca. Había tenido la esperanza de que las amenazas de Robert de que se divorciaría de ella hubieran sido suficientes para mantenerla a raya. Lo lamento mucho.
______ desvió la vista cuando notó que Victoria la observaba.
—No los culpamos ni a usted ni a Robert, Victoria —Joe dijo, entonces—. Pero no toleraré castigos en ______ que provengan de su lado.
—¿De qué manera? —Victoria de repente se irguió imperiosa—. Jovencito, ¿desde cuándo te has vuelto lo suficientemente grande como para dejar los pantalones cortos y darme órdenes a mí?
_______ giró la cabeza cuando Nick rió. Joe tuvo la gentileza de sonrojarse ante la respuesta, pero no iba a replegarse con tanta facilidad.

—Cuando la posición de mi esposa en esta comunidad fue puesta en riesgo por las acciones de su nuera —declaró con frialdad—, Delia le exigió que renunciara al comité de caridad, y sus miembros del comité estaban presentes cuando lo hizo. Quiero que me asegure que la posición y su apoyo hacia ella todavía están en pie.
______ se estremeció. Creía que Victoria le arrancaría uno a uno los cabellos de la cabeza por simplemente sugerir que aceptara a _______ de regreso. En cambio, hizo un mohín con los labios

—Será interesante verlos a ustedes dos sirviendo Frankfurts este verano —dijo Victoria arrastrando las palabras—. En cambio mi apoyo permanecerá siempre y cuando tú y Nick se presenten en la barraca de feria. Si tu esposa puede enfrentar a la gente con la gracia y el orgullo que escuché que demostró en Casey, entonces ustedes pueden hacer lo mismo en el festival. ¿Estamos de acuerdo?

siguela paou....... no mejor mañana no quiero que acabe

Ayyyyy que lido. Nick se kedaaaa!!!! Y todos se aman, Nick, Rayita y
Joe!!!
Todo esta sliendo de maravilla, genial...
Pero no quiero que termine.....


Siguelaaaa

Hola Paoooooo!!!!!!!!!!!!!!!

SiGUELA PLEASE!!!!!!!!!!!!!!!

Espero que estes genial, tkm!!!

Vamos Pao Siguelaaaaaaaaa

Por favor siguelaaaaa

CAPITULO FINAL

—Tengo trabajo que... —Nick sonó casi aterrorizado.

—Jovencito, ¿estamos de acuerdo? —exigió Victoria, con la voz helada—. Si vas a ser parte de esta pequeña familia, y si yo voy a dar mi apoyo a una relación así, entonces debo, por supuesto, exigir mi propia satisfacción, la cual es ver las bandadas de mujeres curiosas gastando dinero para comprarles Frankfurts a los dos chicos malos de nuestro bonito condado. Eso no es negociable.

Nick le propinó a Joe una mirada iracunda. Una exigencia para que interviniera.
Joe levantó ambas manos en señal de rendición.

—No luches contra ella, hombre. Es peor que tú.
Robert se reclinó en la silla y rió ante el espectáculo, mirando a ______ a los ojos con un dejo de admiración.

—Felicidades, ______ —le dijo—. Puedo estar seguro al decir que eres la única mujer que conozco que haya sobrevivido a un escándalo tan intacta y con una promesa de mi madre.

—Calla, Robert. —La mirada de Victoria se clavó en él como una señal de advertencia.
Robert torció los labios.

—Todos deberíamos ser así de valientes.

Los ojos de ______ se abrieron de par en par cuando se puso de pie y saludó a Nick y a Joe con un movimiento de cabeza al ponerse ellos de pie también.

—Gracias por permitirme encargarme de Delia antes de tomar tú represalias. Sé de los problemas que podrías haber causado si deseabas hacerlo.

—Robert, te lo dije, Joseph Jonas es sensato. —Victoria se puso de pie también, con un tono reprobatorio al hablarle a su hijo—. Deberías escuchar mi consejo más a menudo.

El suspiró. La mirada en el rostro del hijo demostraba que era una discusión común entre ellos.

—Buenos días,______ —Saludó con un movimiento de cabeza al tiempo que le extendía la mano a Joe una vez más—. Y, otra vez, gracias por la sensatez.

—Gracias por enviarla a Pensilvania. No podía haber mantenido mi sensatez de otro modo. —Joe hizo un gesto.

—Supongo. —Robert inclinó la cabeza—. Nos marcharemos ahora. Sé que tienen planeado un viaje para luego. Si alguna vez necesitan algo... —Dejó la oración por la mitad, quedaba claro lo que quería decir.

—Él sabe a quién acudir —le informó Victoria, con tono ofendido—. De verdad, Robert, Joe siempre ha sabido que podía contar conmigo.

—Sí, madre. —Los labios se torcieron con una mueca de débil tolerancia que demostraba el afecto que sentía por ella.

—Victoria. —Joe dio un paso adelante, las manos se elevaron hasta tomarla de los hombros. Se inclinó y le besó la mejilla con suavidad—. Gracias.

Victoria parpadeó, la expresión se le aflojó, luego se volvió a endurecer con las normales e imperiosas líneas.

—Tú, pagano —masculló con dulzura—. Siempre supe que tenías un lado salvaje. No me has engañado.

—No, señora, no la engañé. —Sonrió—. Y será mejor que me compre un Frankfurt este verano o le enviaré a los hombres de edad. Imagínese las filas en su barraca de feria si hago correr la noticia de que está vendiendo besos.

—Esa amenaza no siempre funcionará. —Sacudió el dedo índice con reprobación—. Ahora, sé un niño bueno. Todos ustedes. Estas travesuras suyas no son nada buenas para mi compostura. Sin mencionar mi teléfono. —Suspiró con expresión—. El teléfono aún repicaba cuando salí esta mañana. Tú y tu joven amigo serán muy populares por un tiempo. Las jovencitas están escandalizadas e intrigadas. No es buen presagio tener que mantenerlas a raya, déjenme decirles.

—No, señora —estuvo de acuerdo él, escondiendo una sonrisa ahora.

—Vamos, hijo. —Victoria levantó la mano y dio unas palmaditas en la mejilla con un gesto maternal que hizo que a ______ se le saltaran las lágrimas—. Extrañé nuestras charlas, ¿sabes?

—Pronto —prometió Joe cuando ella se alejó, siguiendo a su hijo hacia la entrada. Volvió la vista hacia ellos con afecto.

—Muy pronto —le recordó—. Todos ustedes. Muy pronto.

Cuando la puerta se cerró tras ellos, ______ suspiró, satisfecha. Cuando Joe y Nick regresaron a la entrada, sonrió con sensual expectativa. Ambos hombres estaban desabrochándose los cintos con la misma expectativa con la que ella se quitaba las sandalias y los pantalones piratas de la cadera.
En cuestión de segundos, estaban desnudos. En minutos, estaban empapados de sudor, y no mucho después ______ estaba en medio de los hombres que amaba con el alma.
Gritó de placer cuando Nick le presionó con firmeza en el trasero, ciñéndole el coño sobre la erección de Joe que latía furiosamente mientras la comía con los labios. La lengua de ______ lamía la de él, los dientes le mordían el labio y recibían mordiscos como respuesta.
Detrás de ella, los labios de Nick le atacaban el cuello y los hombros, besando, lamiendo, mordisqueando. Juntos le devoraban el cuerpo mientras el cuerpo de ella los devoraba a ellos.

—Joe—gimió con un creciente placer cuando comenzaron a moverse, a zambullirse, a invadir, a penetrarle el cuerpo y el alma

Arqueo la espalda al tiempo que clavó la mirada en el esposo, viendo el amor brillando en las grises profundidades, y la paz aquietándose en él.

—Te amo —gimió ella, delirante de gozo—. Los amo a ambos. Los amo mucho.

—Dios, ______ . —Las manos de Joe estaban aferradas con fuerza a la cadera mientras la mantenía fija, sacudiéndose con más fuerza, zambulléndose más profundamente en ella—. Eres mi alma.

—Mi vida —gruñó Nick, con las manos en los hombros de la mujer, presionándola contra el pecho de Joe mientras el placer de la posesión se mezclaba con el ardiente éxtasis que Joe le provocaba y creaba un infierno que la elevó más alto que nunca, la arrojó a un extenso orgasmo repleto de estrellas que la dejó temblando, y un caleidoscopio emocional de alegría que la dejó embelesada.

Ese era el sueño que creyó nunca tendría. Un placer prohibido que nunca esperó poder tener para siempre. Pero lo tenía allí. O ellos la tenían a ella, llenándola con sus orgasmos, con las ásperas voces colmadas de amor mientras le susurraban su adoración.
Un placer prohibido. Y era todo para ella. Para siempre.

FIN

Bueno chicas, llegamos al final de esta hermosa novela, personalmente ame toda la nove, y me encanto compartirla con ustedes, Gracias a esta nove conoci *literalmente hablando* a hermosas personitas, que me acompañaron con sus comentarios al final de cada capitulo, y esas hermosas personitas son ustedes, mis preciosas lectoras, no me queda mas que decirles GRACIAS por haberse tomado el tiempo de leerla y comentar haciendome saber que les gustaba y pidiendome que la siguiera, cada comentario me sacaba una sonrisa, que para mi es lo mas importante, Mil gracias chicas, con las mejores EVER. las QUIERO UN MONTON, y ahora espero que me sigan acompañando con esta nueva novela.

SEDUCCIÓN SOBRE RUEDAS