Placeres Prohibidos (Joe, Nick y tu) HOT Adaptada TERMINADA

CAPITULO 81


Joe se reclinó sobre la silla al tiempo que varias de las otras parejas siguieron a _____ y Nick dejándolo en la mesa con Liam, su esposa Maxine, y la hermana y el cuñado.

—Viaje de damas al cuarto de baño —anunció Maxine al tomar a su hermana del brazo—. Vamos, Fayrene.
La hermana puso los bonitos ojos castaños en blanco antes de darle al marido un fugaz beso en la mejilla y marcharse tras Maxine.

—No ha cerrado la boca desde que esa maldita fotografía llegó a su bandeja de entrada —suspiró Joseph, observando a su pequeña esposa encaminarse por el medio del salón hacia los baños—. Tuve que quitarle el auricular de las manos antes de que llamara a la misma Delia Grey.

—Delia no vive en paz —Chase Sinclair, el marido de Fayrene, le dijo sombríamente—. Hablé hoy con el marido, Robert. Está furioso, Joe . Tenía intenciones de telefonearte él mismo, pero Victoria le pidió que esperase.

Joe asintió con un movimiento de cabeza. No había esperado que Victoria se pusiese de su lado en esto. Tenía sus opiniones sobre las cosas, sus creencias. Había más probabilidades de que sacara a _____ del comité de caridad de patitas a la calle a que no lo hiciera. Si sentía que ______ había deshonrado las reglas de decencia bajo las cuales ella vivía, entonces le volvería la espalda hasta que las ranas criaran pelo. Y lo mismo iba para Joe. No tenía duda de que las ranas se anduvieran peinando antes de que ella le extendiera la mano en amistad otra vez
Vivían bajo sus propias reglas, las mantenía. No era una mujer cruel, pero sí podía ser estricta.

—Robert me llamó al banco hoy y quitó el nombre de Delia de la cuenta y le canceló las tarjetas —dijo Liam entre dientes.

—Escuché que los ordenadores de todo el condado se estropearon —comentó Chase—. Todo aquel que reenvió ese correo que conozco se encontró con el pesado costo de tener que reemplazarlos. Los discos duros quedaron totalmente inservibles.
Los labios de Joe se arquearon. Gladsteen era carismática, tenía que admitirlo.

—Tengo que admitirlo. Me preocupé cuando Maxine comenzó a gritar como una posesa esta mañana —dijo Liam—. Se debatía entre reír de sorpresa por ti y el amante de _____ y llorar de furia por lo que Delia había hecho. Está preocupada por ustedes tres también.
La mirada de Joe viró hacia Chase.

—Vi el helicóptero aterrizar en tu granja, Joe. No soy tonto. No sé cuáles son vuestros problemas, pero apuesto que no son nada fáciles. Si nos necesitan —indicó hacia Joseph con un movimiento de cabeza—, aquí estamos.

—Le iría mejor si tuviese la información —dijo Liam entre dientes—. Chase es muy útil en una pelea, Joe.

Entonces, le explicó rápidamente a Chase acerca del acosador, manteniendo la voz baja, la mirada en las mesas alrededor para asegurarse que nadie los oyera. Cuando acabó, los ojos azulgrisáceos de Chase se entrecerraron peligrosamente.
El guardián estaba en casa con licencia médica por una herida de bala en la pierna, en acción. Los rumores decían que nunca regresaría a su unidad, pero eso no lo descartaba para la pelea.

—¿Tienes la casa bajo control? —Chase preguntó cuando terminó el relato.

—Cuento con ayuda. —Joe asintió con un movimiento de cabeza—. Lo atraparemos. Ahora, preferiría mantenerlos a ti y a Joe fuera del alcance de la vista. No quiero darle a otra persona para que la use de blanco.

—Lo atraparemos aquí, y nunca tendrá a nadie más para usar de blanco —Joe sugirió suavemente, bajó el tono de voz y no hizo nada para disimular la furia.

Liam Bright no había sido siempre un banquero. Había sido policía primero, herido en la línea del deber justo después de la boda con Maxine. Fue entonces cuando le permitió a su padre convencerlo de trabajar con él en el banco. Era el mejor presidente de banco que Joe había conocido jamás.

—Si los necesito, no dudaré en llamarlos —los tranquilizó Joe—. Ahora, prefiero mantener esto en la granja.

Los otros dos hombres asintieron con sendos movimientos de cabeza antes de desviar las miradas hacia la pista de baile, luego de regreso a Joe. Era bien sabido que ningún otro hombre jamás había bailado lento con su esposa. Sin embargo, allí estaba él sentado, relajado, en calma, y en la pista Nicholas Miller estaba envolviendo a _____ como una frazada de invierno.

—Me sorprendes —le dijo Liam sin censura—. Él se parece mucho a ti cuando apenas regresaste al pueblo. Cauteloso. Un poco oscuro. Ella te compuso.

—Y ella lo compondrá a él. —Joe asintió con la cabeza.
Sin embargo, la pregunta que Liam no quería hacer estaba en sus ojos y los de Chase. Eran sus mejores amigos, sus únicos amigos verdaderos de la época anterior a irse del pueblo. Dos de unos pocos hombres que sabían la verdad sobre la vida que había vivido antes de la muerte de su madre.

—Tú sabes por qué, Liam —dijo él, finalmente—. Yo nunca fui como el resto de la gente. Esto es solo una parte de eso.
Liam rió socarronamente como respuesta.

—_____ está viviendo la fantasía sexual de cualquier mujer, tú lo sabes, ¿verdad? Al resto de nosotros se nos viene un infierno ahora.
Joe lo miró con sorpresa.

—No bromeo —se quejó Chase—. Fayrene ya se está preguntando por qué demonios ninguno de mis compañeros de la armada puede visitarnos este verano. Tienes a las mujeres echando espuma por la boca por las fantasías. Hombre, esa sola es razón suficiente para matarte.

Joe miró a la pista de baile. Nick estaba efectivamente envuelto alrededor de _____ como un edredón, bailando lento y relajado, con la cabeza inclinada hacia la de ella, y apoyada allí. De la misma manera que Joe bailaba con ella. Y no había celos, solo una sensación de confort
Siempre habría alguien para protegerla, y Nick se compondría. Las oscuras sombras del pasado se irían, y bajo la influencia de _____ y su amor, él se ablandaría.
Ella tenía ese efecto en la gente. Su amor tenía ese efecto en los hombres. No esperaba que fuese fácil. Nick había sido rechazado del infierno y regresado durante su infancia. Llevaría un tiempo. Un año. Quizás dos. Pero se daría cuenta de que estaba donde debía estar. Los tres. Estaban exactamente donde debían estar.

Pao que divina eres, a mi tmb me encanta mas q
nada el foro y sobre todo tu nove y mas las amigas q
he hecho como tu y otras mas, eso es lo mejor...
Gracias xq siempre nos valoras tanto, siempre sere tu fiel
lectora y gracias x estar siempre....

Te kiero muchisimo y te deceo todo lo mejor, sabes q cuentas conmigo
para lo que sea, o por mensajes privados tambien si quieres hablar de lo que sea!!
Espero estes bien y no lo olvides tkm, besos!!

yo tambien las quiero a todas aunque aveces me desaparesca y tu pau tan buena que sube los cap tan rapidos las quiero chicas

CAPITULO 82


—Vamos, amorcito. —Nick tomó a _____ con suavidad de los brazos de Joe al abrir la puerta, con cuidado de mantener el cuerpo de la mujer protegido con su propio cuerpo mientras el amigo guardaba el arma detrás de la espalda y salía del vehículo.
Ella notó que le cubrieron las espaldas desde el instante que salió de la camioneta hasta que ingresaron a la casa. ______ luchó por reprimir la aprehensión, al entrar a la casa detrás de Joe; odiaba el hecho de que él tuviera que colocarse frente a ella, que tuviera que ser protegida, que no fuera capaz de cuidar de sí misma.

—Cuando esto acabe, hablaremos de mi entrenamiento. Han estado desatendiéndome —le siseó al esposo cuando ingresaban al vestíbulo y se encaminaban a la planta alta hacia la habitación de Nick, donde sabía que la esconderían hasta que hubiesen asegurado toda la casa.

Escuchó el resoplido divertido y sintió la mano de Nick acariciarle el trasero con advertencia al llegar al pasillo y encaminarse a la habitación del amigo.
_____ realmente deseaba estar de regreso en su habitación. La cama cómoda, los ambientes familiares.
Nick ingresó a la habitación mientras sostenía el arma con confianza en las manos al cruzar la estancia. Revisó el cuarto de baño, el armario y detrás de las cortinas. Unos segundos después, les indicaba con un gesto que podían ingresar y Joe retiraba su arma de respaldo de la funda en el extremo superior de la bota y la colocó en la mano de ______

—Conoces el procedimiento —le dijo—. Ponle llave a la puerta cuando nos vamos y no la abras hasta que lo diga.

Asintió bruscamente con la cabeza a medida que la preocupación crecía en ella. Intentó contagiarse un poco de la confianza que sentía que ambos hombres irradiaban y armarse de valor para ser fuerte.
Cuando todo esto hubiera acabado, Joe y Nick iban a entrenarla para que ella los ayude. Tomó esa decisión al mirar a su esposo, luego a su amante. Nunca más les dificultaría los movimientos si el peligro los alcanzaba.

—Enseguida regresamos. —Joe le dio un fugaz beso, los labios tomándole la boca, atrapándola en un beso de acalorada promesa y deseo antes de marcharse.

Nick se encaminó hacia ella, la atrapó y le plantó un beso en la frente.

—Sé buena —le gruñó con una sensual advertencia—. O no te daré nalgadas luego.

—Maldición, qué incentivo. —Le tembló la respiración—. Dense prisa. Me siento sola muy rápidamente.

—Hada consentida. —La voz del hombre era provocativa.

—Recuérdalo —le ordenó cuando se alejó.

Salieron de la habitación y cerraron la puerta tras ellos. Con el arma en una mano, _____ puso llave a la puerta con la otra y apoyó el rostro allí con la respiración entrecortada.
«De diez a quince minutos y eso será todo», se tranquilizó a sí misma. El dispositivo de seguridad que llevaban, que funcionaba con las alarmas con sensores de movimiento, no había detectado disturbios en la casa. No había nadie allí. Estaban a salvo por esa noche.
¿No era verdad?

Chicas les tengo una buena y una mala noticia, empezamos con la mala.... la nove esta por terminar solo faltan como 7 u 8 capitulos y la buena es que..... VOY A SUBIR OTRA NOVEEEE!!!!!!! Espero que tambien la lean, estoy segura que les va a gustar, cuento con ustedes verdad?

Noooooo xq terminara???? La extrañare vivo pendiente todos los dias de esta nove......
Por supuesto, dalo x hecho que leere la proxima nove que subas!!
Seguro estara increible!!!!


Estuvo genial el capitulo pero presiento que ese hijo de perra esta alli, pobre Rayita que le hara ahora q esta sola hasta que Nick y Joe regresen!!

SIGUELA!!!!!

NOOOOOOOOOOOO NO QUIERO QUE ACAE ,
SIMEPRE CUENTAS CONMIGO PAO

Hola Paooo!!!!
Como estas?? Espero q bien,
Yo genial xq ustedes me ponen
contenta, las quiero chicas....

Aunque se q pronto terminara no quiero
pedir capis, pero quiero saber como seguira, se
hace dificil xq no quiero que acabe
Pero bue, siguelaaaaa

siguela paou porfavor

Donde estas Pao???????
Hoy te extrañe muchisimoooooooo!!!
Espero que estes bien, y regreses!!

Siguelaaaaaa

Hola Chicas, mil disculpas por no publicar estos dias, en serio lo siento mucho, ya enseguida les subo la nove.

CAPITULO 83


Giró y miró la habitación. La pequeña lámpara que Nick había encendido derramaba un círculo de luz dorada sobre el borde de la cama, pero dejaba el resto de la alcoba en sombras. Sombras largas y siniestras que le provocaron un escalofrío por toda la espalda.
Deseaba poder encender la luz del techo que iluminaba más, pero Joe se lo había prohibido varias noches atrás. Las luces más potentes permitían que las sombras se reflejaran en las cortinas, y a pesar de ser gruesas, había aún posibilidad de mostrarlos como un blanco.
«La luz baja es mejor», le había dicho él. No había suficiente resplandor para penetrar las pesadas cortinas o proyectar sombras. Solo la luz suficiente para ver. Pero no era suficiente para quitarle la sensación de peligro opresivo que la rodeaba.
Contrólate, ____ . Colocó el arma sobre el tocador junto a la puerta y frotó las manos sobre el abrigo que llevaba. Tenía frío. Miedo.
Tres minutos. Dios, solo habían transcurrido tres minutos. El reloj sobre el estante de la cama lo confirmó, pero se sentían como tres horas.

Caminó por la habitación a los pies de la cama, desde la puerta del cuarto de baño hasta la ventana en el otro extremo de la habitación y vuelta a empezar. Se frotaba los brazos, contaba los pasos que daba, y rezaba.
Echó una mirada al reloj dos minutos después. Cuatro minutos después Negó con un movimiento de cabeza, se pasó los dedos por el cabello y volvió a caminar hasta la ventana. Donde se quedó helada al oír un suave frufrú, un sonido de algo deslizándose que no encajaba con los latidos de su corazón.
Giró, clavando la mirada en el otro extremo de la habitación en la sombra que comenzaba a alargarse debajo de la suave luz, luego oscurecerse y materializarse.
Con los ojos abiertos de par en par, totalmente conmocionada, observó cómo la figura se elevaba desde el costado de la cama, con una maligna sonrisa en el rostro,
los ojos castaños brillando con un regocijo triunfal al erguirse junto a la cama.

—Nunca nadie piensa en revisar bajo la cama como corresponde —canturreó Wes Bridges con diabólica petulancia—. Revisarán todo lo demás. Se inclinarán y controlarán el suelo bajo la cama. Pero ni una vez miran hacia arriba cuando están ahí abajo.

—¿Wes? ¿Qué estás haciendo?

—Demostrándoles cuan incompetentes son —se mofó—. Y tú eres el premio. Si me hubieran atrapado, habrías sobrevivido. Pero no lo hicieron, _____, así que es mi turno de matarte. Simplemente dejarlos ir ya no es divertido. Tiene que haber intereses personales en cualquier juego, ¿no lo crees?

—¿Juego? ¿Qué juego? —El terror le hacía temblar todo el cuerpo, robándole la fuerza cuando él tomó perversamente un largo cuchillo desde atrás de la espalda.

—Gato y ratón —dijo con aire despectivo—. Yo podría haber sido un excelente agente. Pero no me permitieron ingresar. Hicieron todos los exámenes más difíciles para mí. Yo era más inteligente y astuto que todos los demás y no pudieron aceptar eso, entonces hicieron todo más difícil. Tenían que asegurarse de que fracasara.

—¿Quién?

—Esos cobardes en el maldito centro de entrenamiento del FBI. No notaron mi genialidad. Pues bien, se la estoy demostrando ahora, ¿no? —Sonrió con deleite—. Les he estado demostrando durante años lo ineptos que son. Y, ¿sabes, ____ , que ninguno de esos estúpidos agentes piensan en mirar en la parte de abajo del cajón de resortes de la cama o prestar atención al hecho de que las tablillas están un poco fuera de lugar?

—¿Cómo lo sabes? —Tenía que mantenerlo hablando solo un poco más. Joe y Nick regresarían en cualquier momento. «En solo unos momentos», rezó ella.

—Winston —dijo él triunfante.

—¿El perro? ¿El perro de Joe?

—Mi perro —espetó él, arrugando el entrecejo con furia—. Es mi perro. Lo entrené. Le hice el collar. Le inserté los remaches con un dispositivo de escucha remota y una cámara miniatura. Vi todo. Escuché todo. Y supe que no revisarían debajo de la cama enseguida. Se agachan y miran el suelo —rió socarronamente—. Nunca revisan los cajones de resortes.

—Joe sabrá que eras tú —susurró ella—. Te matará.

—Él nunca lo sabrá —canturreó—. No dejo testigos. Y estoy cansado de ocultarme cuando doy el último paso. Voy a cortarte en pedacitos, _____ . —Echó una mirada al reloj, luego a ella—. Puedo cortar mucho en cinco minutos. Y tú sangrarás mucho. Luego, simplemente me voy por la ventana y vendré a trabajar mañana como siempre. Nunca lo sabrá. Nunca jamás.

—Lo sabrá. —El terror le cerró la garganta, volviéndole la voz áspera, rasgada— . Te encontrará, Wes.

El hombre negó con un movimiento de cabeza.

—Pobre ______ . Simplemente eres un bonito títere, y todos los títeres deben ser sacrificados. —Levantó el cuchillo en el aire.

La mirada de ella voló hacia el arma. La de él la siguió. Y ambos se zambulleron hacia ella al mismo tiempo.

Joe y Nick revisaron primero la planta alta, cada habitación, una por una. Los armarios, los cuartos de baño, las dos habitaciones libres, y el mueble trastero antes de ir a la planta baja.
Recorrieron la casa desde el fondo hacia el frente, revisando primero las oficinas, y continuando el camino hacia la sala y la puerta principal mientras controlaban cada una de las alarmas activadas por movimiento en los marcos de las puertas. No encontraron ningún problema hasta que llegaron a la alarma en la amplia arcada entre la sala y el vestíbulo.

—Está manipulado —murmuró Nick al pasar el dedo sobre él, quitando una lámina de plata que había mantenido la alarma activada mientras enviaba una señal clara.

Joe cruzó la habitación, con el arma lista en mano mientras recorría el área antes de ir a la ventana en el otro extremo.

—¿Cómo ingresó? —gruñó Joe.

Nick levantó la vista de la alarma que estaba controlando con el dispositivo de monitoreo en la mano. Ingresó los comandos y comenzó a correr un diagnóstico de todas las alarmas, rastreando cualquier anormalidad que no hubiese mostrado de otra manera.
Finalmente, levantó la mirada, con el horror reflejado en la expresión.

—La alarma de la habitación fue desactivada y luego restaurada sin disparar el monitor.

—¿Cómo?
Nick no tuvo tiempo de contestar. El grito de _____ rasgó el silencio de la casa, seguido por la aguda y explosiva réplica de un arma.

—¡______ ! —gritaron al unísono al correr hacia las escaleras, subiendo los escalones de dos en dos y en tres y corriendo hacia la habitación.

IrennIsDreaMy escribió:

no la dejes asiii me tenias con las ganas por que no subias y ahora me dejas en lo mas bueno
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOo
siguelaaaa

Perdon, es que tuve algunos problemas personales, solo por eso no me conectaba, ni subia la nove, pero ahora ya subire con frecuencia nuevamente. Gracias por esperar.

Hola Pao!!!!!! Que bueno que volviste,
me tenias preocupada, espero que estes bien..
Se te extraño muchisimo....

Como la dejas ahi???? espero que no le pase nada a
Rayita, que hijo de perr***a West, que Joe y Nick hagan alggo para
salvarla.. Please que no le pase nada !!!!!!

Siguela

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa siguelaaaaaaaaaaaaa siguelaaaaaaaaaaa
paou espero que estes bien besos a todas

CAPITULO 84


Joe llegó a la puerta primero. Agarró el picaporte y arrojó el peso de su cuerpo contra el panel, ingresando a la habitación de sopetón un centímetro antes que Nick, donde ambos hombres se detuvieron conmocionados rotundamente.
______ giró la cabeza con un movimiento brusco, el arma sujeta con ambas manos, blanca como un papel, los ojos demasiado oscuros y abiertos en el rostro, con las manos temblando.
La mirada de la mujer regresó al hombre que yacía en el suelo, con sangre brotando desde debajo del cuerpo, luego de regreso a Joe.

El arma cayó de las manos, y antes de que pudieran atraparla, corrió hacia el baño, deslizándose al suelo al tiempo que Joe la atrapó en el inodoro, donde la violencia y el miedo comenzaron a corcovearse con fuerza en el cuerpo.
Nick se arrodilló junto al cuerpo caído, chequeó el pulso en el cuello, y sonrió.
La sonrisa era de expectativa y placer.
Tomó los brazos extendidos, los movió hasta la espalda del Playboy y fue recompensado con un grito fracturado.

—Oh, vas a vivir, ¿no es verdad, amigo mío? —le preguntó al entrenador con creciente triunfo—. Vas a vivir y vas a pagar. Y pagar. Y pagar.

—¿Nick? —Joe lo llamó desde el cuarto de baño.

—Está vivo —respondió Nick cuando el sonido de alguien ingresando a la fuerza por la puerta principal le provocó un gesto de dolor—. Fletcher acaba de sacar la puerta de lugar.

Nick maldijo cuando los sollozos de _____ lo alcanzaron. Volvió a torcer el hombro del acosador, sintiendo una oleada de placer furioso ante el dolor del maldito que le recorrió el cuerpo.
Un segundo después, Judd y Fletcher ingresaron a la habitación corriendo, armas en mano, para clavar la mirada en Nick, sorprendidos.

—Colóquenle las esposas a este cobarde y léanle sus derechos. —Entregó el gimiente entrenador a Fletcher mientras tiraba de las esposas del bolsillo trasero de los vaqueros—. Este es nuestro Playboy, caballeros. Les presento a Wes Bridges, alias lo que sea que podamos encontrarle.
Bridges volvió a gemir cuando Fletcher le sujetó y Judd telefoneó pidiendo refuerzos por radio.

—¿Cómo lo han atrapado? —Fletcher respiraba con dificultad—. ¿Cómo demonios entró aquí?

Nick no tuvo opción que reír al echar una mirada hacia el cuarto de baño. Maldición, no tenía idea de qué había sucedido, pero la próxima vez que ____ exigiera que se hospedaran en un hotel, tenía el presentimiento de que Joe y él le prestarían más atención.

—Llévenlo de aquí. Les daremos un informe más tarde —exhaló ruidosamente—. Llamen al director y comuníquenle que tenemos al acosador. Quiero que la agencia en Washington D. C. se encargue de esto. Mantengan el asunto fuera de las manos de los locales, si no es molestia.

—Tenemos que informarles, Nick—le recordó Fletcher con firmeza.

—Infórmales entonces, pero llama al director y dile que consiga jurisdicción para este caso. Lo quiero en Washington. —

Los puños de Nick se cerraron con fuerza al tiempo que apretaba los dientes para frenar la necesidad que tenía de matar a golpes al cuerpo ensangrentado a sus pies—. Joe y yo tenemos este caso. Va a casa donde pueda interrogarlo. Ahora, fuera de aquí, maldición.
Giró y caminó hacia el cuarto de baño con paso fuerte, cerrando la puerta de un golpe antes de deslizarse al suelo detrás de _____ , donde estaba segura entre los brazos de Joe. Le acarició el cabello, el cuello, permitió que sus manos la tomaran de la cintura por debajo de los brazos de Joe y se inclinó hacia ella, plantándole un beso en el cuello y susurrando una plegaria de agradecimiento.

Ella sollozaba entrecortadamente con las manos aferradas a los hombros de Joe, pero cuando él la rozó, una mano se movió, le tomó la suya y la colocó a su alrededor, entre su cuerpo y el de Joe, apretándola entre los pechos.

—Te tenemos, amorcito —murmuró Joe con voz áspera, con las mejillas húmedas por la sensación de impotencia que le inundaba el cuerpo.
El mismo sentimiento bañaba a Nick. La habían dejado sola. Habían permitido que ese gallina se acercara a ella. ¿Cómo demonios había llegado a ____ ?

—¿Cómo? —le susurró contra la cabellera—. ¿Cómo entró?

—Estaba bajo la maldita cama —espetó Joe—. Debajo de la condenada cama, Nick, donde se las había ingeniado para introducirse en el cajón de los resortes.

El horror de ese error de cálculo inundó a Nick. Habían revisado bajo la cama. Recordaba haberse agachado, buscado un cuerpo allí, y no ver nada. Porque el cuerpo no había estado en el suelo, porque de algún modo, estuvo separado del suelo.
Debido a ese error, ella podría haber acabado muerta. El cuerpo yaciendo en el suelo de la habitación habría sido el de _____ en lugar del herido cuerpo de Bridges.

—Dijo... dijo que nunca nadie revisa los cajones de resortes—dijo _____ hipando—. Se lo dijo a todas las mujeres, se escondía bajo las camas de esa manera y nadie revisaba. Nadie revisa ahí debajo.

No cuando las habitaciones estaban monitorizadas y supuestamente aseguradas. Nick sabía que él mismo rara vez revisaba bajo la cama porque era condenadamente obvio. Muy obvio. Y esa arrogancia casi le había costado la vida a _____ .

Andrea-JB-Nick Jonas escribió:

Hola Pao!!!!!! Que bueno que volviste,
me tenias preocupada, espero que estes bien..
Se te extraño muchisimo....

Como la dejas ahi???? espero que no le pase nada a
Rayita, que hijo de perr***a West, que Joe y Nick hagan alggo para
salvarla.. Please que no le pase nada !!!!!!

Siguela

Hola Andrea, yo tambien las extrañe, se acumularon muchos problemas y en un momento ya no pude con todos y estuve algo depre, pero ya estoy de regreso. Gracias por siempre estar ahi

caripe escribió:

Pao ¿Como estas?
Sabes que cuentas con nosotras ! Te queremos y ten seguro que las cosas saldran mejor


Ayyy el Acosador mejor el "playboy" es Wes hombre malo !!

Ay porque fue el grito ayyyyyyyyy

Síguela !

Eso espero, que todo me salga bien, y muchas gracias, ahora se que cuento con ustedes, no solo como lectoras sino como amigas. las quiero mucho y espero que disfruten del capitulo

CAPITULO 85


—Winston tenía un dispositivo de escucha en el collar —susurró entonces—. Así es como sabía todo. Cuándo dar el golpe cuándo no estábamos en casa. Estaba usando a Winston. Siempre usaba a Winston.

El perro. Joe parpadeó con furia para refrenar la humedad que le inundó los ojos cuando se dio cuenta de con cuánta facilidad Bridges se las había ingeniado para manipularlos a todos.

—Llevémosla a la planta baja y démosle un poco de whisky antes de que entre en conmoción. Antes de que el sheriff llegue.

— Nick se movió hacia atrás, mirando a Joe con los restos del horror que aún le recorría el sistema reflejado en los ojos de su amigo.

—Tú llévala abajo. – Joe la puso de pie y la entregó a Nick.

—Joe. No. —Extendió las manos para alcanzar a su marido, con voz temblorosa—. Harás algo de lo que te arrepentirás. Lo sé.

—Ve con Nick. —Se inclinó hacia adelante, le plantó un beso fugaz en los labios, y se alejó—. Tengo que averiguar quién es, _____ . Vamos. Lo prometo. No lo mataré.
Sin embargo, Wes desearía estar muerto Joe estaba seguro de eso.

—Joe—susurró ella, con la voz colmada de terror—. Si haces algo violento, entonces te lastimaré. Lo digo en serio. En verdad utilizaré ese bate contigo si logras que te metan preso. Lo juro.

Una sonrisa le tocó los labios. Ella lo mantenía en su centro. Al mirarla, encontró el control que necesitaba para aplacar la ira.

—No haré nada que ponga en riesgo nuestras vidas, _____ Lo juro. Nunca más arriesgaré tu vida ni tu felicidad. Nunca.

Los amplios ojos de color almendra le sostuvieron la mirada mientras Nick la rodeaba con el brazo y la llevaba fuera del cuarto de baño.
El perverso se había escondido bajo la maldita cama. Joe se restregó el rostro con la mano y exhaló ruidosamente. Justo ahí, debajo de sus narices, y lo único que tenía que hacer era inclinarse y mirar, y no lo había hecho.
Entró en la habitación, fijando la mirada en el ensangrentado tapete, luego a la cama. Como todas las otras camas de la casa, el marco era más alto de lo normal. Miró debajo, ladeó la cabeza, y se preguntó cómo demonios no había visto nada.

Lo primero que había hecho era mirar alrededor de los bordes de la cama. No se había agachado y revisado debajo porque solo un niño habría cabido allí sin ser visto.
Se agachó, se acostó en el suelo, y miró debajo. Y allí estaba la evidencia de por qué no había visto nada, ni Nick tampoco.
Por qué nadie habría visto nada a menos que se recostaran sobre la espalda y mirado. En algún punto, el cajón de resortes había sido cortado y reforzado. Lo suficiente como para que alguien cupiera allí y, con la fuerza de una pierna y un brazo, pudiera sujetarse fuera del alcance de la vista durante el tiempo que llevaría revisar una habitación.

Se irguió, se aferró de las rodillas con las manos y observó el tapete ensangrentado. Así era cómo el Playboy había sido capaz de llegar tan cerca de sus víctimas. Porque había aprendido de algún modo cómo reforzar los resortes internos después de cortar una parte de ellos y retirarlos y preparar un escondite seguro cuando lo necesitaba.
Hijo de perra. Se rastrilló el cabello con los dedos y exhaló con cansancio. Eso era todo. Cada cama en la maldita casa sería descartada y dormirían en el suelo si era necesario. Nunca sucedería otra vez. Nunca volvería a poner en riesgo a _____ de esa forma.

Se puso de pie, cerró y abrió los puños al escuchar las sirenas en la distancia y negar con un movimiento de cabeza. Al menos, conocía al sheriff. El mismo hombre que una vez había sido un niño y mantuvo la boca cerrada acerca del horror que Joe había vivido de pequeño.
Tobías Blackwood sabía cómo mantener la boca cerrada. Y así lo haría esta vez. Porque Joe tenía intenciones de hacer un pequeño interrogatorio ahora.