Placeres Prohibidos (Joe, Nick y tu) HOT Adaptada TERMINADA

SiGUELA

CAPITULO 77


Mientras le lavaba el cabello y le limpiaba después el terso cuerpo, no pudo evitar acariciarla con el paño de baño. Adorarla allí como ella lo había hecho en la maldita cama. No pudo evitar desear darle cualquier cosa, todo lo que pudiese querer.
Y ahora entendía el infierno que Joe debía de haber tenido que soportar antes de renunciar a la Agencia. Recordó ver los ojos de su amigo el último día en el club, el arrepentimiento, el amor, y los miedos que lo colmaban.
Un hombre podía darle a una mujer más placer del que ella alguna vez creyó posible. Sin embargo, dos que se conocieran tan bien como él y Joe podían darle a una mujer tanto placer que ella brillaría de adentro hacia afuera.
_____ brillaba. Tenía los ojos más verdes que color almendra, el cuerpo saciado y relajado bajo sus brazos. No había un centímetro de ese cuerpo que no hubiera sido besado, acariciado, amado.
El la enjuagó con gentileza, luego se puso de pie y la observó, con las manos enmarcándole el rostro.

—Te amo —susurró él.

-- Te amo —suspiró ella, aún incómoda. El pudo darse cuenta, con el hecho de amar a dos hombres—. Pero ustedes dos me volverán loca con esto, lo sé.

—Nadie se ha vuelto loco nunca por amar mucho, amorcito. —Sonrió socarronamente.

—No, se han vuelto locos por intentar controlar tanta testosterona —le dijo ella, tranquilizándolo con la mirada, mostrándole que claramente se estaba mofando de él.

—Pues bien, cálmate. Deja que la testosterona te controle. Así, no hay peligro.

—Oh, oh. Veremos cómo resulta eso para ti. Pregúntale a Joe. Te dirá qué fácil es.
Nick se inclinó hacia adelante y le sonrió con desenfado.

—Ya me lo ha dicho. En particular, me agrada la historia de aquella vez que lo perseguiste por la casa con su propio bate en la mano.

______ se sonrojó. Nick recordó el disgusto divertido de Joe en esa ocasión.
La celosa exigencia de que no tomara un empleo local porque el dueño de la empresa era un conocido conquistador. La discusión había durado tres días. El día de la entrevista, Joe había robado las llaves del bolso y _____ lo había atrapado. Para cuando salió para la entrevista, un Joe, muy poco feliz había estado nutriendo el orgullo herido. No le hubiera pegado por ella, sino porque él no había tenido la certeza de que no lo golpearía. _____ se había llevado el bate consigo y él la había esperado en la casa. Porque, como había dicho ella, si la seguía era porque no confiaba en ella. Y ningún matrimonio podía sobrevivir sin esa confianza.

—Joe exagera de más a veces. —Ella se aclaró la garganta, obviamente estaba reprimiendo una risotada.

—Creo que debería exagerar más —dijo entonces—. Joe dijo que estabas tan hermosa como un hada enfurecida. Apuesto a que eras digna de ver, más bonita.

—¿Alguna vez has visto un hada, machotes? —espetó de repente—. No hay comparación. Pueden ser feas. Demacradas. Pueden tener verrugas en partes privadas del cuerpo. Podrían estar insultándome.

Nick la tomó de la cintura al tiempo que ella empujó de sus hombros mientras el agua caía a cántaros alrededor de ellos y la risa de ______ le iluminaba el rostro.

—No. Veo un hada cada minuto que te veo a ti. Delicada y reluciente. Tan inocente que haces que hombres adultos lloren por volverte traviesa y tan sensual que los harías aullar para poseerte. Eres pura, ______ . Nunca dejes que nadie te diga lo contrario.

Ella hizo una pausa, en ese momento, devolviéndole la mirada con los ojos entrecerrados.

—Lo que sucedió con esa fotografía no es culpa tuya ni de Joe.

—No te hemos protegido.

—¡Que Dios me ayude! —espetó ella—. Sal de mi ducha, Nick Ve a echarle una mano a Joe.

—_____ . No les permitiré que te lastimen así.

—¡He dicho basta! —Elevó la voz, se volvió más firme—. He hecho esta elección. Ni tú ni Joe me han forzado a esto. Ni tú ni Joe han tomado esas fotografías y ni tú ni Joe son culpables. Y la próxima vez que tenga que amenazar a un hombre con un bate, voy a utilizarlo.

La cortina de la ducha se abrió y Joe apareció de pie allí, con una ceja enarcada y el cuerpo desnudo, relajado

—Si ustedes dos van a discutir, entonces permítanme usar el agua caliente. — Se acurrucó detrás de _____ empujándole contra el pecho de Nick antes de que ella propinara una maldición y de que él pudiese detenerla, salió de la ducha.

—He tenido suficiente. Quiero vestirme y comer. Luego, ustedes dos necesitan ver las cosas en perspectiva con esa maldita porquería de las hadas que se empeñan con meterme en la cabeza. Cualquier hada digna ya los habría convertido en sapos a ambos.

—Eso lo hacen las brujas.
«Es obvio que Joe tiene la necesidad de azuzarle el humor», pensó Nick con un estremecimiento al salir de la ducha.

—Las hadas son mucho más dulces.
______ miró a su marido con un aire de superioridad.

—Vives en un mundo de fantasía Joe en verdad necesitas visitar la realidad de vez en cuando.
Si la mirada que les echó a ambos cuando rieron entre dientes significaba algo: el bate no tardaría mucho en llegar.

—Necesito vestirme. —Simplemente negó con un movimiento de cabeza, pero Nick vio la alegría brillándole en los ojos.

Estaba feliz. Maldición, era feliz cuando llegó a la casa pero podía ver que esa felicidad se incrementó. La de él había incrementado. Crecido hasta el punto que estaba considerando seriamente en aceptar la propuesta de Joe acerca de la granja.

Les subo recien porque hoy no estuve en casa y luego me puse a ver los TCA, Mañana la sigo, Gracias por todos sus comentarios Las Quiero.

Jajajajaj yo tmb vi los TCA!! Gracias x q siempre subes los capis
Y te acuerddas de nosotras, ahora mismo lo leeo, seguro estara genial!!
Espero que la sigas y tmb te super kiero!!

Estuvo hermoso el capi!! Que dulces cuando Nick y Rayita se
dijeron q se amaban, aww estuvo super!!

Sigueeeeeeeeeellllllllllllllllllllllaaaaaaaaaaaaa

Siguelaaaa C'mon girl!!!!!!!!!!

Esperen un momento, prendo la compu y les subo el capitulo ma?anero. Gracias por sus comentarios, las quiero, seguro estan hartas de tantas veces que les "las quiero" jaja ok, ya enseguida subo :-)

Jajjajajajaja... Que bueno que volviste hoy!!
Creo q no nos cansa q nos digas cosas lindas, ademas ya se
q lo eres xq siempre estas atenta a nuestros comentarios, eres muy
linda y tmb te kiero...

Oye estaba teniendo una loca idea de que podrias poner
una super Maraton, mmmm... solo digo no, se me pasaba x la
cabeza talvez, no si se te parezca bien la idea, creo que a mi me
FAZCINARIA, jajajjaja......

CAPITULO 78


La granja lindera a la de Joe estaba a la venta. Nick tenía ahorros suficientes como para comprarla y agregarla a la que su amigo ya tenía. La cría de caballos era la actividad principal de la propiedad en ese momento, pero con una conducción prudente y manos extras, el ganado podría volverse cada vez más próspero. Nick sabía de ganado. Joe no era el único que tenía un poco de experiencia en el trabajo con la tierra.
«Podría valer la pena considerarlo», pensó mientras ayudaba a _____ a secarse. O, en realidad, acariciaba el agua en ella mientras le daba pequeñas palmadas en las manos y la echaba del lugar entre risas.

—Necesito el camisón y la bata —le dijo al dirigirse a la alcoba sin más que con la toalla para cubrirse.

—Aquí. Mira a ver si sirve. —Le arrojó una de sus camisas de la gaveta antes de tomar un par de pantalones y ponérselos sobre las piernas. La camisa sirvió bastante bien. Casi le llegaba a las rodillas y la hacía ver más pequeña, más delicada que nunca. Maldición, lo único que le faltaba eran las alas.

—No es mi camisón —suspiró ella—. Pero sirve. Uno de estos días, ustedes van a tener que reponer la puerta de mi habitación. Me agrada mi dormitorio. Me agrada dormir en mi cama, si no les es molestia.

—¿Qué hay de malo con mi cama?

—No es la mía. —Ella puso los ojos en blanco—. No te preocupes, Nick me agrada estar en el medio, como Joe podrá decirte. Tú puedes dormir del otro lado.

—No era una pregunta —le informó él—. Esta habitación es más fácil de defender.

—Esta no es mi habitación. —Una arruga copó el entrecejo de _____—. Escucha, Nick hay algunas reglas grabadas a fuego en esta casa. Número uno: _____ duerme en la habitación que quiere. —Contaba con los dedos a medida que continuaba—. Número dos: a _____ le agrada su habitación y su baño, y eso no cambia simplemente porque ahora lo comparte Nick. ¿Entendemos las reglas?

El miró fijamente a los delicados dedos.

—¿Son esas todas las reglas?

—Por supuesto que no. Te informaré sobre ellas a medida que vayan surgiendo. Joe se ha adecuado bastante bien, así que estoy segura de que tú también lo harás.

Joe eligió ese momento para salir del cuarto de baño y apoyó la mano en el trasero de _____ con la suficiente fuerza como para hacerla saltar de la sorpresa.

—La regla número tres es: si a _____ se le va la mano con las reglas, recibe un azote —rió él.

—¿Desde cuándo? —Ella entrecerró los ojos.

—Desde que lo digo yo. —Sonrió socarronamente—. Y Nick estuvo de acuerdo conmigo.

Un mohín trepó a los labios de ella.

—¿Dónde está mi bate?

—En tu coche. —Posó la mirada brevemente en ella mientras se ponía los vaqueros, con una sonrisa dibujada en los labios—. ¿Quieres ir a buscarlo otra vez?

Un rubor le subió por las mejillas, y Nick recordó a Joe contando esa historia también. La de cómo salió disparada hacia el coche en busca del bate durante un chubasco de verano. Había acabado doblada sobre el capó mientras Joe la cogía por detrás.
Un sentimiento de ira surgió en él con solo pensarlo. No la tomarían afuera, en el coche, en el jacuzzi ni en la piscina, ni en ningún lugar hasta que el maldito loco acosador fuera atrapado.

—Vayamos a comer. —Nick colocó la pistola enfundada en la parte de atrás de los pantalones antes de colocarse una camisa y deslizar los pies en zapatillas de cuero—. Mientras estamos en eso, tenemos que descubrir cómo atrapar a ese cobarde, rápido. Quiero que se vaya, Joe.

—No más que yo —suspiró Joe con la mirada sostenida en _____ antes de moverse y atraerla bajo su brazo—. No más que yo.

_____ podía sentir que la tensión regresaba ahora, junto con el miedo. Durante un rato se había olvidado del hombre que estaba decidido a destruirles la vida.
Era más que suficiente tener que lidiar con un agregado en el corazón. Había creído que nunca sería posible amar a nadie diferente de Joe, pero estaba aprendiendo que no era así. El ajustarse a la nueva situación no era nada cómodo en algunas ocasiones. El saber que todos los que conocían iban a tener evidencia explícita de eso la estaba volviendo loca.
Con Joe frente a ella y detrás, se encaminaron hacia la planta baja, hacia la cocina, y a una comida rápida de sopa enlatada y emparedados.
Mientras comía, ______ no podía evitar sentir la inminente perdición que crecía en ella. No estaban a salvo y Joe se negaba a dejar la granja, ni siquiera durante unos días.
Podía sentir algo oscuro, algo sofocante agrupándose en el pecho al limpiar los platos y escuchar a Joe y Nick hablar detrás de ella.

—Quiero saber de dónde salió esa fotografía. —La voz de Joe era demasiado fría, demasiado controlada.
______ giró del lavavajillas para enfrentar la mesa, viendo la ira que le iluminaba la mirada.

—El Playboy siempre investiga muy bien a sus víctimas —Nick le recordó—. Habría identificado primero a Delia como una debilidad. A
Apuesto a que él le envió la fotografía.

—Ahora tenemos que contrarrestar el hecho de que, casi con seguridad, la haya enviado a todos sus conocidos —gruñó Joe.

—¿Y si pirateamos su ordenador? —preguntó Nick—. Llegamos a su libreta de contactos y reenviamos la fotografía con un virus adjunto. Apaga el ordenador una vez que descarga el correo y borra el disco duro.
Joe negó con un movimiento de cabeza.

—Has ido demasiado lejos. Tendríamos que utilizar un virus gusano. Uno que se introduzca en las libretas de contactos, se reenvíe a todas las direcciones a las cuales ese adjunto en particular fue enviado, y borre los ordenadores uno por uno a medida que los encuentra. Llevaría tiempo, una semana quizás, pero se encargaría del adjunto.

—¿Y las impresiones? Pueden ser escaneadas y vueltas a enviar. ¿O las copias guardadas en el disco? —______ negó con un movimiento de cabeza—. No vale la pena el esfuerzo ni la preocupación. Tienen una fotografía de nosotros. ¿Y qué pasa? Ustedes tienen unos cuerpos del demonio y me hicieron ver muy bien entre ustedes, maldición. ¿Por qué preocuparse?
Tomó la copa de vino y bebió un trago mientras los miraba a sus ojos pensativos.

—______ —Nick finalmente respondió—. No es cuestión de cómo se ve la fotografía. Es una cuestión territorial. Pero, más aún, es cuestión de los insultos que pueden estar dirigidos a ti. Preferiría no tener que asesinar a nadie por esto. Pero lo haré.
_____ clavó la mirada en Joe, esperando un poco de apoyo

—No me mires a mí. —Negó con un movimiento de cabeza—. Estoy de acuerdo con Nick. Nuestro hogar fue invadido y nuestra privacidad violada. Tu privacidad fue violada. No dejaré pasar esto.

Gracias Andrea, y en la tarde les subo la maraton, es que ahora no me da el tiempo Las re super contra re quiero a todaaaaasss jaja

Ok, no te preocupes!!! Esperare hasta q subas!!!
Gracias, cuidate, beshos..
A leer el capi !!

Perdon chicas, ahora me doy cuenta que no se subio el capitulo. Que shit :-@

CAPITULO 79


—No vivimos en la Edad Media —espetó ella—. No necesito de ninguno de ustedes protegiendo mi honor. ¿Les agradaría saber la gran cantidad de mujeres que, en algún momento, han tenido fotografías publicadas por algún bastardo de mala muerte? Y ni siquiera hablemos de las mujeres que publican fotografías de sí mismas. ¿Realmente creen que el hecho de que nuestra imagen esté online será otra cosa que escandalillo de tres días?

—¿Realmente crees que deseo que cualquiera pueda ver mi trasero desnudo y a ti hecha un emparedado entre Joe y yo? —dijo Nick mordido—. Discúlpame un minuto aquí, ______ , pero puedo decir con seguridad que no hay fotografías de mi culo desnudo en ningún sitio de Internet.
Oh, Dios. Ese no sería un buen momento para indicar que ella sabía más. Inclinó la cabeza, clavando la mirada en los pies desnudos con intención, en lugar de mirar a Nick o a Joe. Porque definitivamente era la primera vez que una fotografía de su desnudez había sido expuesta en algún lado. Pero esos dos... eran otra historia.
Maldición, uno pensaría que siendo ellos del FBI, habrían controlado esas cosas. ¡Tonto! Despiértate. Era una de las primeras cosas que había controlado la noche que conoció a Joe. Maldición, aún tenía esas fotografías en uno de los discos de seguridad.
Solo que se había olvidado de ellas. Quizás debería habérselo dicho a Joe cuando ella comenzó, años atrás. Ella simplemente asumió que como él estaba en el FBI y como era su trasero desnudo y todo el rollo, lo habría controlado él mismo. Grave error.

—No me agrada la expresión en tu rostro, _____ —gruñó Joe repentinamente.

—¿Qué expresión? —De un tirón, lo miró, con los ojos bien abiertos, y un atroz intento de falsa inocencia.

—¿Has encontrado fotografías nuestras? —El abyecto horror en la mirada habría sido divertido en otras circunstancias.

—Pues... en vuestra defensa, las fotografías no están bajo sus nombres. Lo juro.

—¿Nombres? ¿Fotografías? —Nick gruñó—. No de mí.
Eran divertidos, tenía que darles crédito. Por desgracia, quizás tenía que aguardar un poco para reírse. Se aclaró la garganta, en cambio.

—Despedida de soltero. Chet Waterson. En verdad, tuve que ingresar muchas palabras claves para encontrar esas fotografías. Lo juro.

—¿Dónde está Chet ahora? —preguntó Joe, oscuramente.

—En Texas.

—Cuando esto acabe, voy a matarlo.
______ supo por la mirada en el rostro del marido que sabía qué había en las fotografías.

—Era, en verdad, una rubia bonita, Joe —______ le propinó una mirada
graciosa—. Creo que ella estaba realmente orgullosa de esa fotografía, también Estuvo en su página web durante varios meses antes de quitarla. Pero, para ese momento, ya se había dispersado como un virus. Ustedes dos fueron muy populares durante un tiempo.

—Dios santo, ella disfruta esto. —Nick la miraba fijamente como si no tuviera idea de que ella tenía sentido del humor.

—Creí que lo habrían sabido, para ser honesta. —Les devolvió una mirada de confusión—. Eran bastante salvajes en esa época. ¿No se les ocurrió que quizás alguien pudiera haber tomado fotografías? ¿Un vídeo? ¿Algo? Era evidente que no.

—Mira, esto no me agrada más que a ti. Mi culo desnudo quizás no se vea allí, pero alguien tiene una fotografía de mí disfrutando muchísimo de tener mi culo desnudo cubierto. Seamos realistas respecto a esto. No hay ni una condenada cosa que podamos hacer para detenerlo. Eso no significa que tengamos que avergonzarnos.

—Tú eres la muchacha que se muere de vergüenza con solo pensar en alguien rumoreando acerca de nosotros, ¿verdad? —espetó Joe al tiempo que se puso de pie de un tirón y caminó hacia el refrigerador. Ella sabía exactamente qué buscaba. Dos cervezas. Le dio una a Nick antes de girar la tapa de la propia con un furioso movimiento de muñeca.

—Rumores perjudiciales. Mentiras. Sí —corrigió ella—. Pero, ¿realmente crees que somos los únicos que juegan juegos de alcoba en este condado? —se mofó—. ¿O los únicos que vivirán abiertamente en una relación de tres? Eres más inteligente que esto,Joe.
El orgullo de Joe comenzaba a resentirse, y ella lo sabía.

—Esa no es la cuestión —le replicó con furia.

—No, la cuestión es que alguien nos robó y no hay manera de que podamos recuperarlo —supuso ella—. No puedes controlarlo, por lo que tendrás que luchar. Si lo haces, entonces el chismorreo se volverá peor. Salimos, mantenemos la mirada alta, y les demostramos que no nos importa un comino, y se volverá noticia antigua.

—Excepto los pervertidos habladores que se masturbarán pensando en ti siendo follada doblemente por nosotros. —El tono de voz se elevó, enfadado.
—Sí. ¿Qué hay con las mujeres pervertidas que se autocomplacerán pensando en estar entre Nick y tú? Solo piensa en los perritos calientes que venderemos en el festival el mes que viene.
______ juraría que ellos habían palidecido. Ambos.

—Llama a Gladsteen del departamento de cibercontrol ahora. —Joe se giró hacia Nick—. Ahora. Consigue la dirección de correo electrónico de Delia. Está en mi carpeta de contactos. Quiero que sea nuestro blanco. Quiero cada ordenador al que se haya enviado el adjunto, reenviado, o visto, aniquilado

—Gladsteen te cobrará un ojo de la cara.

—¡Le pagaré con mi maldita lengua! —espetó Joe—. No me importa un carajo. Hazlo.

—Le telefonearé a ella.

—¿A ella? —_____ arrugó el entrecejo—. ¿Gladsteen es una mujer?

Nick la ignoró. Se marchó de la cocina mientras los pasos retumbaban por las escaleras.

—¿Gladsteen es una mujer? —Giró hacia Joe

—Voy a mi oficina. —Joe terminó la cerveza—. Ven aquí y duerme en el sofá mientras meto información en ese programa que has hecho para mí. Nos vamos a encargar de esta mierda.

Esta super, que lindo Joseph cuan do se enoja, xd
me mata, es tan ajsajskskllddsalkw, waaoo..
Y Nick ni hablar!!
Que le den su merecido a la bitch de Delia, yes!!

SIGUELA esta genial!!!!!

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa perdon por no comentar esque me fui de vacaciones y hasta ahurita pude ponerme al tanto de la novela siguela por favor paola

MARATON !!!! CAPITULO 80 Parte 1


Se puso de pie con un gran esfuerzo que deseaba poder imitar.

—¿Quién es Gladsteen? —No iba a dejarle pasar eso—. No has dicho nada acerca de pagarle a una mujer cuando quiera que se la requiera. Y si eso de la lengua es un truco sexual, me voy a enojar.
Caminó tras él, notando a Winston acercándose, rozándole las piernas, al tiempo que iban a la oficina.

—Es una manera de hablar. Deja de preocuparte. Como mucho, pedirá una caja de doce botellas de whisky escocés para su esposo adepto al trago.

—Oh, bien. No está demasiado mal, entonces, ¿no es verdad? —La miró fijamente cuando la llevó al sofá y se arrodilló ante ella en el suelo.

—No está mal en absoluto —suspiró él, extendiendo el brazo para acariciarle la mejilla, luego los labios—. Quiero que duermas, ¿está bien?

—Dormiría mejor en nuestra cama —se lamentó—. El sofá no es lo suficientemente cálido.

—Pero el sofá está en esta habitación conmigo. Sabré que estás a salvo.
______ sonrió.

—Quise decir que la cama es más cálida cuando tú estás conmigo en ella. No quiero dormir sin ti Joe

—Solo por esta vez —susurró él, llevándole los hombros hacia abajo mientras le acomodaba el pequeño cojín de brazo debajo de la cabeza y tiraba del cubrecama acolchado de la espalda
La arropó con la manta, luego le besó los labios. Gentilmente. Una unión de piel mientras se miraban a los ojos. Y, como siempre, para ______ , era como regresar a casa. Como estar en una neblina de calidez y seguridad.

—No estoy avergonzada —lo volvió a tranquilizar—. La fotografía no me importa.

—Sí importa, _____ . —La mano se tensó sobre el brazo de ella—. Puedo verlo en tu rostro.

—No lo suficiente para que me hiera. —Le sonrió—. No permitiré que esto nos hiera. No lo permitas tú, Joe
Joe rozó los dedos sobre los párpados de su mujer, observándolos cerrarse.

—Duérmete, mi pequeña hada —susurró, mirando la sonrisa que le cruzó fugaz por los labios antes de que _____ se enterrara en el cojín y suspirara profundamente.

Ella necesitaba dormir y él trabajar. Se puso de pie, caminó hasta el escritorio y abrió el programa que aún se ejecutaba en el ordenador portátil. La gran cantidad de información que se cargaba era casi suficiente para dejarlo atónito. Gracias a Dios, la segunda fase del programa clasificaría las entradas.
Abrió la celda de entrada y comenzó a meter los nombres de sus empleados, pasados y actuales. Algo que solo se le había ocurrido hacía un rato. Llevaría mucho trabajo descubrir la posición perfecta para apostarse en línea con un arma desde la base de la colina frente a la casa. Se necesitaría alguien familiarizado con él y su hogar para tomar una fotografía así. Posicionamiento perfecto, quizás una cámara escondida. Solo porque hubiera dejado la Agencia no significaba que aún no fuera un paranoico hijo de perra. Porque sí lo era. Había dispuesto los establos, graneros, y el terreno alrededor de la casa de una manera muy precisa. Se necesitaría a alguien que conociera cada ángulo, y lo hubiera trabajado.
Eso significaba alguien que él conocía, porque no permitía extraños en su tierra y él no tenía un horario que permitiese una invasión fácil a su propiedad. Sin mencionar las alarmas en la casa y los animales alrededor.

La posición de los pastos y las construcciones alrededor del casco de la granja aseguraban que los animales se verían molestados por cualquiera que se moviese en la propiedad. Alguien podría hacerlo sin ser detectado, pero no le sería fácil.
Los disparos podía entenderlos. Las cámaras en la casa eran otro tema. Al terminar, cambió a su ordenador de escritorio, lo encendió, y abrió el sitio Google. Media hora después, continuaba sentado allí, con la mejilla apoyada en la mano, mirando varias fotografías que habían sido tomadas años atrás. Estaba desnudo y pasándolo muy bien, maldición. Borracho como una cuba y sonriéndole a la cámara. La otra ventana tenía una variedad de fotografías de Nick en un estado similar.
¡Maldición! Habían sido salvajes en esa época. Habían pasado quince años, y les dio una cierta madurez. Quizás. Al menos la suficiente para saber que no debían cometer ciertas travesuras como en aquel entonces. Una tercera ventana estaba aún trabajando, buscando información de _______ que no incluyera imágenes en artículos de periódicos relacionadas con la malversación de fondos de su padre o la muerte de sus progenitores. La muerte del padre, el suicidio de la madre.
A la edad de dieciocho años, _____ había estado sola, enfrentada a una montaña de deudas que no tenía esperanza de pagar, y la condena de un pueblo que no tenía a nadie más a quien castigar.
Cerró el ordenador y giró cuando Nick ingresó en silencio a la oficina, mirando inmediatamente hacia donde _____ yacía durmiendo en el sofá.

—Tenemos que llevarla a la cama —le dijo Nick suavemente.
Joe asintió con un lento movimiento de cabeza.

—¿Hablaste con Gladsteen?

—Está trabajando en eso. Dijo que te diría el precio luego.

Joe hizo una mueca. Iba a acabar pagando una fortuna por eso y lo sabía. La caja de whisky escocés podría ser una pequeña, muy pequeña porción, pero no había posibilidad de que fuese la paga completa.
Se restregó la mano por el rostro, echó una mirada al reloj, y se estremeció.

—Vayamos a la cama. _____ no duerme bien en el sofá.

Notó la fugaz tensión que cruzó la expresión de Nick y lo miró de manera inquisitiva. No había esperado que fuera fácil, para ninguno de ellos, pero admitió que la mayoría del tiempo la relación iba bien, tomando en cuenta las circunstancias.
¿Se sentía culpable de haber manipulado a su esposa y a su mejor amigo de esa manera? A veces. ¿Lo suficiente como para echarse para atrás? Ni en un millón de años. _____ era su alma y su vida, y su placer, su protección hacía que todo valiera la pena. El hecho de que él disfrutara de observar su placer era secundario. Además, extrañaba a Nick. Trabajaban bien juntos, se entendían. Y ambos amaban a _____ .

CAPITULO 80 Parte 2


—Todo con moderación —murmuró _____ mientras pasaba la mano sobre el top sin mangas que tenía puesto y controlaba el ajuste de los ceñidos vaqueros azules y las elegantes botas.
Los pantalones eran un poco ceñidos. Le abrazaban el trasero y las piernas a la perfección. No eran de cintura tan baja a la cadera como los que llevaba cuando estaba en la casa, pero iba a salir. Eso requería una perspectiva completamente diferente.

—Menos es más —se recordó a ella misma al ajustarse los aretes en las orejas—. No exageres. Te pertenecen. Solo recuerda que no tienes que reclamar tu parte, solo demuestra que los posees. Simple. Fácil. Muy legítimo.

Joe ladeó la cabeza desde el umbral de la puerta, le echó a Nick una mirada de confusión, luego volvió a mirar a su mujer al ella girar, pasarse la mano por el curvilíneo trasero, y controlar el ajuste de los vaqueros.

—No tienes por qué ensuciarte —murmuró ella.
Joe miró alrededor de la habitación. No había nadie más allí, y él estaba completamente seguro de que su esposa no los había visto aún.

—Lo único que tienes que hacer es mantener la frente en alto. Y recuerda: un trío sexual no es lo mismo que una malversación. Los tríos son divertidos. Las malversaciones de fondos son ilegales. No pueden apedrearte.
Palabras de ánimo. Maldición. Nunca antes había escuchado a su mujer darse palabras de ánimo a sí misma.

—Serás la envidia del condado. —Una sonrisita petulante curvó los labios de _____ al mirarse de nuevo al espejo y peinarse el flequillo

—. Esos dos penes duros, ambos son tuyos. Puedes demostrar tu orgullo sin ser malvada.
Él se mordió el labio al tiempo que los hombros de Nick se sacudieron en silencio. Maldición, había vivido con ella durante seis meses, y estuvo casado durante más de tres años y nunca la había oído darse palabras de ánimo. Y estaba completamente seguro de que nunca le vio una incuestionable sonrisa descarada como la que veía ahora al autoproclamarse la orgullosa dueña de los penes de él y de Nick
.
—Cuando hayas acabado de darle aliento, nosotros estamos listos —anunció Joe, conteniendo la risa cuando ella giró de repente. Un rubor rosado débil le subía del cuello al cuero cabelludo.

—Fisgones —espetó ella.

—Los fisgones no oyen nada bueno de ellos mismos —indicó con una sonrisa socarrona—. Lo que oímos fue infinitamente satisfactorio.

______ sintió la risa propia burbujeándole en la garganta. Pues bien, se había oído mal en ella, pero estaba decidida a hacerlo bien. A veces, eso implicaba algunos recordatorios.
Además, era difícil enfadarse con cualquiera de los dos cuando se veían tan condenadamente bien. Vaqueros gastados abrazaban piernas poderosas. Los pies estaban cubiertos con botas. Joe llevaba una camisa blanca de mangas cortas y Nick una negra. Ambos hombres habían metido las camisas dentro de los pantalones y amplios cintos les rodeaban las caderas. Y esos pantalones se abultaban perfectamente. Debía de tener un lado atrevido que no había reconocido hasta ese momento, porque la evidencia de los cuerpos viriles le envió una rápida oleada de orgullo en todo el cuerpo.

—Bien, estoy lista. —Se pulverizó un poco de perfume Poison sobre los hombros y en el pecho antes de frotar las manos sobre la cadera vestida con el tejano y ver que la mirada de Nick fue atraída a sus piernas bronceadas y las botas de vaqueros de tacón bajo.

Las miradas de Joe y Nick brillaron ambas con calentura y expectativa.
Estaba colmada de confianza. Podía hacerlo. Se había estado preparando todo el día. Mientras los hombres habían quitado las otras cámaras de las cortinas de la habitación y trabajado para rastrear la remota conexión que habían encontrado _____ se preparó para esa noche.
Cena y baile en Casey, el club al viejo estilo de salón del lejano oeste, en las afueras del pueblo. Había tomado un largo baño de inmersión con sales, se depiló las cejas con cera, había pasado horas seleccionando las prendas, y telefoneó a Maxine en busca de apoyo moral. Maxine, el esposo, varias de sus hermanas y los esposos, y media docena de mujeres del comité de caridad estarían todos en Casey también.
Apoyo moral, Maxine se había puesto furiosa. La fotografía que Delia le había mostrado a ______ había llegado a sus bandejas de entrada tarde la noche anterior desde la casilla de correo de Delia. Había llegado varias veces más desde las casillas de las amigas de Delia.
Maxine estaba que trinaba. Liam estaba fríamente enfadado con la familia Grey y había exigido hablar con Joe y con Nick. Lo que había sucedido durante la conversación _____ no tenía idea, pero sabía que sus hombres se habían visto particularmente petulantes luego de pasarle el teléfono de vuelta a _____ .

Tenía amigos. _____ había estado aterrada de que las pocas amistades que había hecho le dieran la espalda. Habría odiado eso. Lo habría lamentado. Pero sus amigos se habían lanzado de cabeza, riendo en varios llamadas por conferencia y exigiendo detalles hasta que _____ rechazó con alegría.
Sin embargo, no era que no tuviese un dejo de sensación de vergüenza. O tal vez, mucha vergüenza. Maxine, la desgraciada, había notado la marca de nacimiento de _____ de inmediato, la pequeña frutilla en la cadera, y la molestaba sin piedad. La hermana, Fayrene, había insistido que el marido invitara a su amigo de la armada a pasar el veraneo, lo que resultó en Fayrene colgando el teléfono de prisa entre risas y recordatorios cuasihistéricos al marido que estaba al teléfono.

Sus amigos se estaban conglomerando a su alrededor. El teléfono no había parado de repicar en todo el día. Muchos de los hombres que habían recibido la fotografía estaban llamando a Joe. Eran lo suficientemente inteligentes como para mostrarle su apoyo a los hombres del FBI en lugar de a las brujas con las fotografías.
«Inteligente movimiento», pensó _____ .

CAPITULO 80 Parte 3


—Judd y Fletcher van a cuidar de la casa esta noche —le dijo Joe mientras las puertas de la camioneta se cerraron tras ellos y puso el vehículo en primera—. Captamos una transmisión desde dentro de la casa. Creemos que está utilizando un dispositivo electrónico de activación remota. Esos son más difíciles de detectar. De hecho, tiene que estar activo para que podamos hacerlo. Trabajarán en eso mientras estamos fuera. Si no lo encuentran antes de que regresemos, recuerda, cualquier cosa que digas puede ser escuchada.

—Y, ¿qué hay con la camioneta? —preguntó _____ con nervios.

—Puede esconderlos en la casa porque los cables son más fáciles de disimular. Metí la camioneta en el garaje más temprano y la revisé de punta a punta. No hay nada sobre ni dentro de ella. Es segura. Revisar la casa sería muchísimo más difícil y casi imposible de hacer sin el equipamiento adecuado. El director Kevin Williams enviará los equipos por avión mañana por la tarde. Es la forma más rápida de conseguirlo.
______ inspiró profundamente.

—Pronto acabará todo, _____ —le aseguró Nick al inclinarse hacia atrás contra la puerta y observarla con ojos entrecerrados.

Se había tomado esa costumbre, solo observarla, como si la estuviera arrastrando hacia su interior de algún modo. Era desconcertante ser explorada de esa manera. Era más callado que Joe en muchas formas, aún era el niño malo, pero el salvajismo que le había visto en la mirada cuando llegó a la granja por primera vez ya no estaba allí.

—¿Cuánto falta para que se acabe, Nick? —preguntó, finalmente—. ¿Vas a regresar a Washington D. C. o te quedarás aquí?
¿Podría manejarlo si él regresaba a la Agencia? Había tenido pesadillas cuando Joe aún era agente. El día que le anunció su intención de renunciar, lloró durante una hora por el alivio que le causó.

—Joe y yo lo estamos discutiendo —dijo, al final.

—¿Ah, sí? —Miró a Joe, viendo la pequeña ondulación en los labios de él como respuesta al tono de voz—. Es interesante saber que no pensaban discutirlo conmigo

—Volvió a mirar a Nick con frialdad—. ¿No es de mi incumbencia?

—Es todo de tu incumbencia, preciosa. Sin embargo, algunas cosas deben arreglarse entre hombres primero. Acostúmbrate a eso. Cuando te veas afectada, tengo la sensación de que tendremos mucho que discutir.

Esa parte no era de su agrado. Se mordió el labio mientras consideraba a los dos hombres que le colmaban cada pedacito del corazón y del alma y se preguntó acerca del tema de la mayoría en número.

—Dos hombres contra una indefensa mujer parece que me deja pésimas posibilidades. —Hizo un mohín con los labios expresando desaprobación—. Quizás deba reconsiderar mis propios planes de batalla aquí.
Nick la miró con cautela.
—¿Cómo es eso?

—Eso —susurró mientras se inclinaba hacia él y le plantaba un beso mariposa en los labios—. Es tema mío.

—Y tema de preocupación para ti, Nick. —Joe rió de repente—. Maldición, no me torturarán solo. Al menos tendré un aliado ahora.

—Estás muy equivocado, Joseph Jonas—se bufó ella—. Muy equivocado. Dame un mes, y él estará de mi lado —bromeó ella.
Al escuchar eso, los labios de Nick se inclinaron

—Oh, amorcito, estoy listo para estar de tu lado. Tu espalda. Tu delantera. De cualquier manera en que pueda obtenerte. Te lo prometo con toda sinceridad.

—Pervertido —acusó cuando se le acercó, besándolo sonoramente antes de devolverle la sonrisa con humor diabólico.

El viaje hasta Casey fue completado en la misma línea, pero no logró que los nervios dejaran de crecerle en el estómago. Cuando Joe entró con la camioneta al atiborrado aparcamiento, casi exige regresar a la casa.
Maldición, parecía que todo el pueblo estaba allí. Estaba casi segura de poder decir que nunca había visto el lugar así de repleto.

—Quizás no debería haber telefoneado a Maxine. —Tragó en seco—. Creo que le ha dicho a todo el mundo que yo estaría aquí.
Sentía el estómago hecho un apretado nudo al tiempo que comenzó a colmarla el miedo. El temor de enfrentar la condena, de escuchar cuchicheos por la espalda.

—Ya es muy tarde para echarse atrás, cariño. —La voz de Joe fue firme al abrir la puerta y salir de la camioneta—. Vamos. Vayamos a mostrarles cuan ardiente eres.

Tan ardiente que necesitas nuestros dos penes duros para mantenerte satisfecha. Una oleada de calor le quemó el cuerpo al tiempo que la conmoción le hacía temblar los labios con risa.

—Eres muy malo —lo acusó cuando la levantó en brazos y la bajó de la camioneta, y la risa de Nick se unió a la de Joe —. ¿Qué voy a hacer con ustedes?

—Tengo algunas sugerencias, pero no creo que éste sea el lugar apropiado.

Era un lugar para la hilaridad. Puesto que más de una docena de hombres y mujeres los rodearon a Joe,______ y Nick. Eran los amigos a quienes se habían sentido atraídos cuando llegaron por primera vez al pueblo, parejas con las que se sentían cómodos, cuyos intereses y sentidos del humor parecían alinearse con los de ellos.
Ahora, eran los amigos que se agolpaban a su alrededor para ofrecer su apoyo y les extendían las manos en signo de amistad hacia Nick también. Durante la cena y los tragos, _____ lo observó. Era callado pero amigable, reía con genuina diversión por las payasadas de las mujeres con los maridos pero sin decir nada de más. Como si estuviera buscando enemigos entre los amigos y categorizando debilidades y fortalezas.
A medida que los platos fueron retirados por las camareras y más tragos llegaban, _____ notó la sutil tensión que la invadía. La expresión no había cambiado, pero podía sentirlo, así como a veces lo sentía en Joe.
Sobre el escenario opuesto a ellos, la banda musical estaba preparando, cambiando a una canción de amor lenta y sensual. Era noche de parejas, lo que significaba muchas canciones lentas.
______ giró hacia Nick lentamente, lo miró a los ojos, y le susurró:

—Baila conmigo.

Con los párpados entrecerrados, los profundos ojos azules cautelosos, la observó durante varios segundos antes de empujar la silla hacia atrás y extenderle la mano. Las conversaciones menguaron a sus espaldas; todos los ojos en la mesa giraron hacia ellos cuando la tomó de la mano y permitió que la guiase hasta la pista de baile.

Ayyyyyyyy nooooooooooo como la dejas ahi
Todavia no termino el maraton verdad?????

SiGUELAAAAAAAAA!!!!!!

Genial los capis, que bueno q sus amigos los siguen
apoyando!! Que dirran ahora q va a bailar con Nick y
todos los veran????
Ayyy xd me mata la intriga, morire!!!!!

Me encanta pasar el tiempo en el foro, estos dias han sido algo pesados, y en el twitter como que me aburro y no me siento bien, ustedes son las mejores lectoras, no importa si casi nadie la lee con tal de que ustedes Andrea-JB-Nick Jonas, IrennIsDreaMy, jonasirina, caripe, JustKeepDreaming~ la sigan y pongan un comentario para mi vale muchisimo. Por eso me gusta subirles varios capitulos, porque asi siento que paso mas tiempo con ustedes. Lo se suena muy cursi, pero necesitaba decirles. Gracias por toda la buena onda de siempre en serio la necesito mas que nunca. Enseguida subo por lo menos un capitulo mas. Mil gracias chicas.

Síguela pronto..!!
La amo <3