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| Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] | |
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+8Wenn FerJonas12 Beautiful-NO-Tamed. darley BETTY DE JONAS nikifriky MaleeJonas IrennIsDreaMy 12 participantes | |
Autor | Mensaje |
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Invitado Invitado
| Tema: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 1st 2012, 11:57 | |
| ¡Hola Chicas! Me llamo Demi y soy relativamente "nueva" en el foro, además vengo a traerles una novela que me encantó cuando la leí. Es simplemente perfecta. No es mía, es una adaptación, todos los méritos son para la escritora, Susan Andersen. Es una novela de género romántico y hot.
Bueno, primero que nada, quiero decir que es mi primera adaptación, así que si ven algún error o algo que no entiendan me lo dicen y yo se los resolveré. No me queda más por decir , así que ,¡ahí va el argumento! Espero les guste
Soy toda Tuya La ternura de él y la fogosidad de ella: un cóctel explosivo.
El último lugar en el que _______ MacPherson imaginaba encontrarse era sentada en un autobús, esposada a un malhumorado cazarrecompensas. Justo dos horas antes, ese pedazo de hombre se presentó de improviso en su casa, la confundió con su errática hermana, una showgirl de Miami, y se la llevó en volandas en sus enormes brazos. Y no importa lo sexy que sea él: ¡_______ está furiosa! Pero a Joseph Jonas nadie le engaña con el viejo truco de las hermanas gemelas. Al fin tiene consigo a la guapísima pelirroja y no va a permitir que se le escape. El problema es que la chica resulta ser mucho más dulce y elegante de lo que parece, y que los besos de ambos son de tan alto voltaje que alguien puede llegar a quemarse...¡Ahí está! Espero que les guste, si veo algún comentario, pondré el Prólogo. Antes de irme quiero decirles que si esta novela continúa , yo la seguiré y no la abandonaré si en el caso contrario, no tiene lectoras, la cancelaré ya que no tendría caso seguirla. Bueno chicas, cuídense , espero les guste. Un beso, bye =)
Última edición por Hahaha* el Agosto 21st 2012, 15:56, editado 2 veces |
| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 1st 2012, 13:53 | |
| se ve buenaa siguelaaaa (: | |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 12:10 | |
| ¡Bienvenida! IrennIsDreaMy, eres mi primera lectora. Me emocioné Jajajaá. En fin , como eres la primera en comentar así que este Prólogo y el primer capítulo van dedicados para ti. Y te lo digo de antemano, esta nove es muy buena, a mí me encantó. Espero te gusten. Y a ver si así,alguien más se anima a comentar. Prólogo Tras la carrera por el aeropuerto, Joseph Jonas llegó a la zona de embarque justo a tiempo de ver cómo se alejaba el vuelo 437. Se detuvo con un patinazo.
—¡Mie*rda! —exclamó, dando un puñetazo al aire.
Se dio la vuelta con brusquedad y alzó los brazos para pasarse los diez dedos por el pelo, mirando ceñudo a lo lejos, ajeno a la gente que al pasar daba un amplio rodeo para no acercarse a él.
Tenía ganas de golpear algo. ¡Se moría de ganas de liarse a golpes! Se le acababa de presentar una oportunidad de oro... y se le había esfumado sin que él pudiera echarle el guante.
Intentó calmarse, haciendo un esfuerzo por ver el lado positivo. Qué demonios, había sido pura casualidad ver a Kaylee MacPherson. Joseph volvía de una reunión con los banqueros de Carolina del Norte que financiaban el refugio de pesca que quería comprar, y la última persona a la que esperaba ver en el aeropuerto era a una clienta del agente de fianzas. Pero allí estaba, y mientras él se frenaba en seco para quedarse mirándola perplejo, ella había recorrido la explanada con aquel paso suyo tan provocativo, el maletín rebotando en su bien formada pantorrilla.
Incapaz de dar crédito a sus ojos, Joseph había tardado en reaccionar. Pero era imposible confundirla: esa misma mañana Joe había estado en la oficina, recogiendo un cheque, mientras el garante que le empleaba hacía las gestiones necesarias para acudir a la comparecencia de Kaylee ante el juez y depositar la fianza convenida. Y era más que seguro que en Miami no había dos mujeres con aquel color de cabello ni un cuerpo así. Y Joseph sabía muy bien que al salir de la zona, Kaylee estaba violando los términos de su libertad bajo fianza.
«¡Dios, Dios!», pensó; estaba claro que Dios existía. La recompensa por detener a Kaylee le proporcionaría los fondos que necesitaba para el refugio. Por fin podría decir adiós a la escoria de la sociedad, a la humedad, a las calles polvorientas, para recibir con los brazos abiertos la serenidad de las mañanas frescas y brumosas. Más fácil imposible.
Lo cual demostraba lo que puede suceder cuando uno subestima la tarea que tiene por delante. Aquello le daba un nuevo significado al término «bocazas». ¿Por qué c*oño había imaginado que atrapar a MacPherson iba a ser pan comido?
Ella había sido tan tonta que ni siquiera había intentado disimular o modificar su apariencia, y mucho menos viajar bajo un nombre falso. Qué demonios, si al mirarla, uno podía oír el ritmo sensual del meneo de aquellas caderas redondeadas embutidas en licra. Por no mencionar esa exuberante melena de pelo rojizo que llameaba resplandeciente. Vamos, era como si llevara sobre la cabeza una hilera de flechas de neón señalando el camino. Para no perderla de vista solo hacía falta seguir el camino indicado por las cabezas masculinas que se volvían a su paso.
Claro que a Joe no le había servido de nada.
No había contado con la empleada nueva que lo había retenido en el control de facturación. Y la culpa había sido solo suya. Ahora no tenía más remedio que comprar un billete para Seattle e intentar encontrar un rastro que sin duda estaría ya helado para cuando llegara. Jod*er, se moría de ganas de encender un cigarrillo. Qué momento más gilipo*llas para dejar de fumar.
Llamó a la oficina para informarles de adonde se dirigía, para que le enviaran el contrato de fianza de la fugitiva y para conseguir toda la información posible sobre MacPherson. Luego fue al mostrador, donde por fin tuvo suerte, aunque se encontró con el tópico de «una buena noticia y otra mala». La buena noticia era que había un vuelo que le dejaría en Seattle menos de una hora después que MacPherson. La mala era que aquello le dejaba sin presupuesto para nada más. Bueno, qué se le iba a hacer.
Ya encontraría la forma de economizar en el trayecto de vuelta a Miami. Al pensarlo, soltó un resoplido de risa, aunque no le hacía ninguna gracia. Aquello iba a ser un desafío de narices, teniendo en cuenta que la mujer a la que perseguía no era precisamente de gustos baratos. |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 12:15 | |
| Capítulo 1 (Parte 1) El primer impulso de ___________ MacPherson al oír el timbre de la puerta fue no responder. No se sentía precisamente sociable.
Por otra parte, la autocompasión era un rasgo muy poco atractivo, que además le provocaba mala conciencia, a pesar de que se había concedido un día entero para regodearse en su desgracia. El timbre volvió a sonar, incesante, insistente, y al final ganaron los años de autodisciplina. Contestó la llamada.
La última persona que esperaba ver a la puerta de su casa era a su gemela.
—Kaylee —dijo, aturdida, y se quedó allí parada, mirando perpleja a su hermana.
—¡Sorpresa! —exclamó Kaylee con su voz ronca de contralto que había perfeccionado cuando tenía quince años.
Y sin más entró en el recibidor, con un bamboleo de pechos, el asa del bolso cayendo por su brazo y la enorme maleta chocando contra el marco de la puerta. Soltó el equipaje y el bolso y se echó en brazos de _________, envolviéndola en un exuberante y fragante abrazo.
________ le devolvió el abrazo de manera automática, pero no pudo acallar la vocecilla en su mente que susurraba: «Oh, oh. Se avecinan problemas en River City».
Se apartó dándole a Kaylee unos golpecitos en el hombro y retrocedió un paso.
Kaylee echó un vistazo al recibidor, se asomó al salón y volvió a mirar a _______ alzando una ceja con gesto irónico.
—Ya veo que sigues siendo una maruja —comentó divertida—. Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio.
Fue como si le metieran brutalmente un dedo en una llaga.
—En realidad la casa está más ordenada de lo habitual —replicó ______, tensa—. Iba a marcharme a Europa anoche, pero cuando llegué al aeropuerto me enteré de que mi agencia de viajes estaba en bancarrota y se había quedado con todo mi dinero.
—¡Vaya!
—Me he pasado la vida ahorrando para ese viaje, Kaylee. —A ________ le tembló un instante el mentón, pero hizo acopio de fuerzas y apretó los dientes hasta recuperar el dominio de sí misma.
—Sí, qué mala suerte —se compadeció Kaylee. Luego se encogió de hombros y añadió alegremente—: Pero tú lo solucionarás, hermanita. Como siempre. —Cogió una frágil escultura de la mesita del recibidor, se la quedó mirando con indiferencia un instante y se volvió de nuevo hacia su hermana—. El caso es —volvió a dejar la figura con cuidado en su sitio— que yo sí que tengo problemas.
«Vaya, eso sí que es una novedad», pensó ________, aunque sabía que ese sarcasmo decía muy poco de su carácter, pero no conseguía arrepentirse del todo. No era una casualidad que viviese lo más alejada posible de su hermana sin tener que salir de Estados Unidos.
Desde que ________ podía recordar, siempre había tenido que hacerse cargo de los problemas familiares. Lo que no recordaba era cómo había recaído sobre ella esa responsabilidad, aunque seguramente se debía a un hecho evidente: para lograr algo, era necesario que alguien estuviera dispuesto a hacerlo. Y en su familia nunca se ofreció nadie más. Su padre se pasaba la vida detrás de múltiples proyectos con la intención de hacerse rico de forma inmediata, y que luego viniera Rita (y todos los demás) a cargar con las consecuencias. Su madre era sorda y estaba inmersa en su grupo de la iglesia fundamentalista, del que solo salía el tiempo suficiente para advertir a _______ y a Kaylee de los peligros que suponía mostrar sus cuerpos pecadores. Este tipo de advertencias habían llegado con soporífera regularidad, pero los problemas cotidianos se habían ignorado. Tuvo que ser _________ la que se encargara de que se pagaran las facturas, de que hubiera comida en la mesa. Dependió de ella también sacar a Kaylee de los diversos líos en los que se había metido.
Durante su adolescencia, _______ deseó muchas cosas, pero lo que más ansiaba era que su madre dejara de predicar tanto sobre sus cuerpos pecadores. Aquello le hacía sentirse algo avergonzada del suyo, sin embargo a Kaylee la impulsaba a mostrar del suyo tanto como estuviera legalmente permitido. Por lo visto, el lema de su hermana había sido: «Si dicen que no, hazlo. Y si te gusta, hazlo hasta no poder más».Espero te guste, mi primera lectora. Un beso. También, espero que más lectoras se animen a leer y comentar. Bye =) |
| | | MaleeJonas Forista!
Cantidad de envíos : 59 Edad : 30 Localización : Puerto Ordaz Fecha de inscripción : 23/02/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 12:22 | |
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| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 12:28 | |
| ¡Wiii! Tengo segunda lectora ¡Bienvenida! MaleeJonas Me pusistes de buen humor Jajajá , así que te pondré la siguiente parte del capítulo. Espero te guste. Capítulo 1 (Segunda parte) _________ se cansaba solo de pensarlo. Durante una época, solucionar los excesos de Kaylee le había requerido toda su energía, porque su hermana rara vez pensaba antes de actuar. _______ no tenía ni que cerrar los ojos para que le pasara por la mente a una velocidad vertiginosa toda una serie de incidentes.
La paciencia de _________ ya no era la misma de antes, pero aquello no negaba el hecho de que, al igual que los perros de Pavlov, había sido condicionada para reaccionar ante un conjunto dado de estímulos. En su caso, si se encontraba ante un dilema, reaccionaba al instante en busca de soluciones. Sintiendo aquella vieja e incómoda mezcla de amor, rabia y desesperación, _________ ahogó un suspiro y se agachó para recoger la maleta de su hermana.
—Ven a la cocina —la invitó con cansancio—, y me lo cuentas.
—¿Que oíste qué? —preguntó incrédula unos momentos más tarde, dándose la vuelta para mirar a su hermana.
—Que planeaban un asesinato.
—¡Por Dios, Kaylee! Eso me había parecido oír. —________ volvió a la cocina para poner la tetera al fuego. Debido a la impresión recibida, los dedos se le habían debilitado y la tetera chocó con estrépito contra el fogón. Las tazas que llevó a la mesa traqueteaban en los platos, y el sol que se filtraba por las persianas parecía de pronto chillón y extraño—. ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién?
Kaylee miró inexpresiva la primorosa taza de flores que su hermana le había puesto delante, luego se volvió hacia la cara pálida de su gemela.
—¿Un té? —preguntó incrédula—. Te digo que he oído cómo preparaban un asesinato, ¿y tú me das una taza de té? Jo*der, ______*. ¿No tienes nada un pelín más fuerte? Un whisky, un coñac... lo que sea.
«Jod*er, ____*.» __________ oyó la voz de su padre, vio su rostro, con su sonrisa siempre a punto y sus mejillas rubicundas. «Joder, ____*, tienes que aprender a animarte un poco. Seguro que te las apañas para preparar una buena cena. ¡Vamos, ni que me hubiera gastado todo el dinero de la compra!»
Se abstuvo de señalar que era un poco temprano para beber alcohol. Se levantó en silencio y fue hasta el armario donde guardaba el medio litro de whisky que quedó de la Navidad. Se lo ofreció a Kaylee y la miró mientras su hermana abría la botella y se echaba un generoso chorro en la taza. Luego volvió a sentarse frente a ella.
Kaylee bebió un largo trago y tosió con delicadeza. Miró a _________, y como si la viera por primera vez torció la boca hacia un lado con gesto irónico y movió la cabeza.
—Por Dios, ____*, vistes como una monja. Mamá estaría orgullosísima.
________ se miró. Era cierto que la blusa blanca era un poco amplia, pero no quería que los pechos se le delinearan bajo la ropa porque llamaban demasiado la atención. Sus pantalones de ciclista, sin embargo, eran de licra y se le pegaban como una segunda piel. Miró a continuación a su hermana, que llevaba licra del escote hasta el muslo, y zapatos de tacón de aguja de ocho centímetros frente a las Keds deportivas de ________. Tuvo que reconocer, que comparada con Kaylee, era cierto que tenía un aspecto bastante parroquial.
—¿De verdad quieres hablar de mi vestuario?
—No, supongo que no. ¿Por dónde íbamos? —Kaylee desechó la cuestión con un gesto de sus dedos esbeltos de uñas pintadas—. Da igual, empezaré por el principio. Hace tres días me quedé plantada en el club sin coche, por culpa de una bruja que... bueno, eso es otra historia, y además es una chorrada comparada con el lío en que me he metido ahora.
_________ sabía que el club era el Tropicana Lounge, donde Kaylee trabajaba de gogó. Por lo que ella sabía, aquello significaba que Kaylee danzaba sobre un escenario junto con otras chicas, vestidas con mucha parafernalia en la cabeza y muy poca tela. Su madre siempre decía que Kaylee era bailarina, porque le parecía que la palabra tenía connotaciones menos desagradables. Bajo su punto de vista, gogó venía a significar stripper. Pero así era su madre.
—El Trop está muy bien —prosiguió Kaylee—. Pero el vestuario de las bailarinas está pegado al servicio de caballeros, y te aseguro que la pared es muy fina. Hay ciertas funciones corporales que preferiría no haber tenido que escuchar. —Kaylee se encogió de hombros—. En fin, el caso es que estaba descansando un poco, esperando a que Maria terminara de coquetear con un tío en el vestíbulo y me llevara a casa, cuando oí a Hector Sanchez, el dueño del garito, al otro lado de la pared. Estaba hablando con el Cadenas de Alice Mayberry, con la que tiene una tórrida historia, como todo el mundo sabe. Pues nada, que yo me lo estaba pasando pipa allí escuchando, esperando enterarme de algo jugoso, cuando Hector le encargó el trabajito.
—El trabajito —repitió _______ con un hilo de voz.
—Un encargo, _________, una ejecución. Ordenada por mi jefe... y llevada a cabo por Jimmy Cadenas Slovak. Es el jefe de seguridad del Trop. Y, esto... —Kaylee carraspeó, mirando a su hermana con recelo—, el jefe de mi novio Bobby LaBon.
________- se atragantó con el té y se apresuró a dejar la taza sobre la mesa.
—¿Tu novio? ¿Tu novio trabaja para un asesino a sueldo?
—Bobby es un gorila, _____*. Y desde luego yo no sabía que el Cadenas era un asesino. Jod*er, no lo es. Por lo menos no lo era hasta ahora, que yo sepa.
________ no escuchaba. Miraba horrorizada a su hermana.
—¿Y se te ha ocurrido venir aquí? Pero ¿tú estás loca? Este es el primer sitio donde esa gente te buscará.
—Qué va. —Kaylee entornó los ojos—. ¿Y a qué te refieres al decir «esa gente»? Hablas como mamá, ______.
—No. Lo que pasa es que me pongo un poco nerviosa cuando me traes a casa a asesinos a sueldo.
- Jod*er, cálmate. Sanchez y Jimmy Cadenas no saben nada de ti.
—¿Ah, no? ¿Y tu novio, Kaylee? Dices que trabaja para ese tal Cadenas, ese asesino a sueldo, y perdona que insista en el tema. Tu novio seguro que sabe de mí.
—No, no sabe nada.
________ notó que disminuía parte de la tensión en su espalda.
—Ah —asintió con la cabeza—. Es un novio nuevo, ¿no?
Kaylee parpadeó con sus grandes ojos verdes.
—Qué va, _____*. Es mi amante desde hace tiempo. Llevamos saliendo al menos cuatro meses.
«Cuatro meses. Increíble.»
—Y en todo ese tiempo, ¿ni una sola vez se te ocurrió mencionarle que tienes una hermana gemela? —replicó _______, intentando que su tono no fuera belicoso.
Kaylee se encogió de hombros,
—Pues no, la verdad. Cuando estamos juntos, nuestra prioridad no es precisamente hablar, no sé si me entiendes.
Sí que lo entendía. Era precisamente esa sexualidad a veces desenfrenada de Kaylee la que había acortado las riendas a la suya, en las pocas ocasiones en que amenazó con desbocarse. ¿Y si se dejaba ir y se convertía en su hermana? La idea le producía pavor, y eso la había mantenido si no exactamente pura, por lo menos cautelosa.
Kaylee rebuscó en su bolso y sacó un espejo. Mientras estudiaba con ojo crítico su reflejo, debió de ver algo en la expresión de su hermana, porque se apresuró a tranquilizarla:
—Bueno, tampoco es que no hablemos nunca. Hemos hablado de muchas cosas. Por ejemplo, sé que él tiene un par de hermanos y él sabe que tengo una hermana. Lo que pasa es que todavía no hemos tenido ocasión de intercambiar los pequeños detalles de nuestro árbol genealógico. Ni nuestras agendas. —Y le dio un golpecito al abultado bolso que tenía sobre el regazo—. Y yo me he asegurado de traerme la mía. —Era evidente que se enorgullecía de su previsión.
________ intentó no rechinar los dientes, pero lo logró a duras penas. Se pasó los dedos por el cabello para apartárselo de la frente, apoyó el codo sobre la mesa de la cocina y miró fijamente a su hermana. |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 12:32 | |
| Bueeno, les pongo este de regalo Jajajá... Capítulo 1 (Parte 3) - Vas a tener que rebobinar —sugirió en un tono neutro—. Estoy algo perdida.
—Muy bien. Bobby vio mi número en el Tropicana mi primera noche y fue como si surgiera entre nosotros una química instantánea, ¿sabes? ¡Ay, ojalá lo hubieras visto, hermanita! —comentó entusiasmada—. ¡Es un dios! Mide por lo menos uno noventa, con el pelo más negro que te puedas imaginar, y unos hombros así, y unos ojos para morirse, son tan...
—¡Kaylee! No me interesan los atributos de tu novio. Cuéntame lo de Alice Mayberry.
—Ah, claro, claro. ¿Por dónde iba? —Kaylee intentó retomar el desflecado hilo de sus pensamientos—. Ah, sí. Pues nada, que cuando oí que Hector ofrecía al Cadenas dinero por cargarse a Alice, me imaginé que se trataba de un chiste malo. Vamos, que Hector y Alice estaban de tortolitos total, así que pensé que era una broma del tipo «la maté porque era mía».
—¿Y qué dijo Sanchez exactamente?
—Dijo que Alice le estaba dando problemas, y le ofrecía al Cadenas diez mil dólares por solucionar el tema. Y también le dijo dónde enterrar el cadáver una vez liquidado el asunto.
—¿Y pensaste que era una broma?
- Bueno... sí. ¿Quién se lo iba a tomar en serio? Esas cosas no pasan.
—¿Y qué hiciste?
—Pues irme a casa.
________ lanzó un gemido y se levantó para lavar su taza. No obedecía a un deseo de limpieza, sino intentaba evitar sacudir a su hermana. ¿Cómo podía Kaylee oír una cosa así y marcharse sin más? Costaba creer que las dos hubieran compartido el mismo óvulo. _______- dudaba de que fuera posible encontrar dos personalidades más distintas en el mundo entero.
—________--, ¿de verdad crees que me habría ido tranquilamente a casa de haber pensado que hablaban en serio?
_______ respiró hondo para calmarse, dejó la taza limpia en el escurridor y se volvió hacia su hermana, que la miraba con gesto acusador.
—No, claro que no. —Y se sintió algo avergonzada, porque por un momento había creído eso. La responsabilidad no era uno de los puntos fuertes de Kaylee—. Y de todas formas, a lo mejor tienes razón. Quizá el asesinato no llegó a ejecutarse. —Dio un respingo ante sus propias palabras, y supo que en cierto modo se estaba engañando. Kaylee no había llegado hasta allí por nada.
—Eso también esperaba yo. Pero debo haber llamado más de diez veces, y no me han contestado. Y Alice no ha vuelto al trabajo, ___*. Y sé que es porque está muerta.
_______ se desplomó contra el mostrador, intentando pensar.
—¿Y qué razón podía tener Sanchez para matarla? Tiene que haber algún motivo, porque si no esto es absurdo.
—Le he dado muchísimas vueltas, y tengo el terrible presentimiento de que Alice amenazó con ir a contárselo todo a la señora Sanchez.
—¿Y por qué iba a hacer una cosa así? Se arriesgaba a perder su trabajo, como mínimo, ¿no?
—Sí, pero Alice era ambiciosa. Aspiraba a algo más que andar pavoneándose sobre un escenario.
—Bailando —la corrigió ________ de manera automática, y Kaylee le dirigió una súbita y cálida sonrisa.
—¡Anda que mamá no te ha lavado el cerebro! —Kaylee apenas tuvo tiempo de ver la mueca con la que su hermana le dio de mala gana la razón—. A lo mejor Alice pensó que así obligaría a Sanchez a dejar a su esposa para casarse con ella.
________ se aferró al mostrador a su espalda.
—Muy bien, pero sigo pensando que no es una razón para matarla.
- La señora Sanchez es la que maneja el dinero en la familia, ___*.
—Ah. Mie*rda.
—Eso digo yo.
Por último les aviso que en la próxima parte empieza la acción. Osea, aparece nuestro sexy Joe, Jajajá... Ahora si me voy, cuídense y un beso. Bye =) |
| | | nikifriky Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 28 Localización : Haciendo maldades con mi befo ::) Fecha de inscripción : 24/04/2010
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 12:35 | |
| Cool... Pero aveces me siento algo perdida xd Bueno siguela me gusto | |
| | | MaleeJonas Forista!
Cantidad de envíos : 59 Edad : 30 Localización : Puerto Ordaz Fecha de inscripción : 23/02/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 12:44 | |
| Me encanta tu nove SIGUELAAA | |
| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 13:23 | |
| ME ENCANTOOOOOOOOOOOO siguela por que esta genial (: | |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 2nd 2012, 21:27 | |
| [b] NUEVA LECTORA!!!!!! Por los capítulos que leí parece que va a ser una nove muy interesante... Espero que la sigas pronto.... Me encantaron los capitulos y el argumento... SIGUELA PLISSS!!!! | |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 3rd 2012, 13:12 | |
| - nikifriky escribió:
- Cool... Pero aveces me siento algo perdida xd
Bueno siguela me gusto ¡Bienvenida! Tranquila, dime en ¿que sentido te sientes perdida? Puedes preguntarme y yo te resolveré la duda Jajajá, al principio a mi también me pasó... Suceden tantas cosas. Eso , sí , estoy aquí para cualquiera de tus dudas ¿Ok? Ahora la sigo =) |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 3rd 2012, 13:16 | |
| - BETTY DE JONAS escribió:
- NUEVA LECTORA!!!!!!
Por los capítulos que leí parece que va a ser una nove muy interesante... Espero que la sigas pronto.... Me encantaron los capitulos y el argumento... SIGUELA PLISSS!!!! Jajajá ¡Bienvenida! Betty de Jonas Y sí, te aseguro que es interesante, yo la amé Y espero que tu también, sobre todo ahora que está a punto de aparacer Joe Jajajá , espero te gusten los caps. Ya la subo, cuñidate =) |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 3rd 2012, 13:18 | |
| - IrennIsDreaMy escribió:
- ME ENCANTOOOOOOOOOOOO
siguela por que esta genial (: Jajajá Y a mí me encanta que te encante... Ok , eso sonó raro.... Jaja, ahora mismo la subo... Un beso =) |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 3rd 2012, 13:23 | |
| Soy toda Tuya [/b]
—Ah. Mie*rda.
—Eso digo yo.
Capítulo 1 (Parte final)
[b]—Bueno, pues tenemos un posible móvil. Pero ¿por qué iban ellos a sospechar que tú habías oído algo?
—Porque luego me encontré con Jimmy Cadenas en el pasillo. —Al ver la expresión de ________, Kaylee se apresuró a defenderse—: ¡Creía que se habían ido! Los oí marcharse, pero al Cadenas se le debió de olvidar hacer pis o algo. Es muy típico de él: si todo su cerebro fuera cocaína de primera, no habría suficiente para comprar una barra de labios en un todo a cien. En fin, el caso es que cuando salí del vestuario para ir a buscar a Maria y largarme de allí de una vez, él venía por el pasillo.
—Si no es muy inteligente, a lo mejor no sacó conclusiones.
—Seguramente él no —convino Kaylee—. Pero le encanta hablar, y me muero de miedo al pensar que puede mencionárselo a Hector. Porque si eso pasa, _____, estoy tan muerta como Alice. —Kaylee miró a su hermana—. Y no exagero. Hector dijo a Jimmy Cadenas dónde enterrar el cadáver. Y sin cadáver, no hay crimen. Si se encuentra el cadáver, y a eso se suma un testimonio que lo relacione con Hector, seguramente irá a la cárcel. Le dejé un montón de mensajes a Alice en el contestador para que me llamara. Si Hector los oye, y si llega a sospechar que oí sus planes, estoy muerta del todo.
______ se apartó del mostrador.
—Tienes que ir a la policía, Kaylee.
—Bueno... es que... en fin... —Kaylee evitaba mirarla a los ojos.
—¡Oh, no! —_______ se enderezó—. ¿Qué? ¿Qué pasa ahora?
—Pues que... bueno, más o menos me detuvieron esta semana.
—¿Qué?
—Que me detuvieron. No fue culpa mía, ____*.
—No, claro que no. Nunca es culpa tuya, ¿verdad? —______ apretó los dientes. ¿Cuántas veces había oído esas palabras en su vida? Era la razón por la que había cogido al vuelo el trabajo en Briarwood School que le habían ofrecido cuatro años atrás. Seattle se le antojaba maravillosamente lejos de Miami—. Mira, antes de llegar a viejas, sería fantástico que por una vez, aunque fuera una sola, aceptaras la responsabilidad de tus propios actos.
Dios. Veinticinco minutos en compañía de su hermana, y ya era como si nunca se hubiera marchado. No debería ser así.
No siempre había sido así.
—¡Ay, déjate de sermones, ________! —le espetó Kaylee—. ¿Desde cuándo eres tan estirada?
—¿Cuándo demonios he tenido la posibilidad de no serlo? —______ se dejó caer en la silla y miró ceñuda a su hermana—. Siempre he estado demasiado ocupada solucionando tus problemas.
—Vale, vale, puede que no siempre haya sido muy responsable. Pero eso era antes. Y esta vez no ha sido culpa mía, te lo estoy diciendo. La detención fue un error. Verás, Bobby tenía que salir de la ciudad, y me dejó su coche nuevo. Pero al final resultó que no era suyo, y a mí me acusaron de haberlo robado por la declaración de una idiot*a que tenía los papeles del coche y muy mala leche.
—Entonces, ¿cómo...?
—Ah, nada, me soltaron bajo fianza. Pero ese es el problema, ____*. Que según los términos de la fianza, no puedo salir de Florida. Pero claro, en cuanto me di cuenta de que el contrato para matar a Alice no era un chiste malo, saqué todo lo que tenía en el banco y me vine hacia aquí. —Tendió el brazo sobre la mesa y apretó los dedos de su hermana—. Venga, _____*, por favor. Esto es muy serio, y de verdad que necesito tu ayuda.- En la calle se oyó la puerta de un coche al cerrarse. ______ miró por la ventana. Había un sedán aparcado a medio camino entre su casa y la de los vecinos, y un hombre inclinado sobre él, cerrando la puerta del conductor. Seguramente habría ido a ver la casa de al lado, que estaba en venta.
—Haré lo que pueda por solucionar esto, claro —accedió con cansancio—. Pero, a pesar de todo, tendrás que entregarte.
Kaylee soltó los dedos de _____.
—¡Joder, _______! Te estoy diciendo que eso es imposible.
—No, me estás diciendo que la situación es complicada. Pero el caso es que oíste que alguien planeaba un asesinato. Un asesinato, Kaylee, que sospechas que ya se ha cometido. Y según tus propias palabras, eres la única que sabe dónde está enterrado el cadáver. Esta vez estás metida en un lío de los gordos.
—A ver si te enteras, ______. Que cuando salí de Florida violé mi libertad bajo fianza. ¡Que no puedo volver!
—Pues tienes que volver.
Kaylee fue a levantarse de la mesa. Era evidente que no le gustaba lo que estaba oyendo. Pero _______ la agarró de la muñeca y no la soltó hasta que tuvo toda su atención.
- Si no te entregas, no solo estarás huyendo de ese tal Cadenas y Bobby LaBon o quien sea, sino que además serás una fugitiva de la justicia. No puedes huir de todo el mundo. ¡Necesitas a alguien de tu lado!
—Sí, ya lo sé. Para eso te tengo a ti.
—¡Por Dios, Kaylee! ¡Yo soy profesora de alumnos sordos! ¿Qué sé yo de asesinos a sueldo ni de tu situación legal en un asunto tan complicado? Si quieres estar a salvo, necesitas contar con gente que sepa de esto.
_______ miró de nuevo por la ventana y vio que el hombre del coche se había incorporado y miraba la casa de al lado. Era un hombre impactante con su pelo negro, sus cejas oscuras y un cuerpo atlético, vestido con pantalones y una camisa blanca remangada hasta los codos. Emanaba fuerza y energía.
—Ya puedes pensar en otra cosa —insistió Kaylee, llamando de nuevo la atención de ________—. Porque yo no puedo volver.
—No hay otra solución.
—Tiene que haberla. Si vuelvo, nadie me creerá. Sanchez es un hombre de negocios respetado y conocido en la comunidad. —Kaylee se frotó el ceño fruncido—. Jo*der, con lo ilusionada que estaba pensando que por una vez en mi vida había encontrado un trabajo en un club con clase. Pensaba que era mi gran oportunidad. Piensa en otra solución, ___*. Sé que tú puedes. Por eso he venido.
—Por Dios, Kaylee, ¿qué pensabas que iba a hacer yo? ¿Hacerte desaparecer? ¿Eliminar el problema a golpe de varita mágica?
—No necesito tu sarcasmo, ___*. ¡Necesito tu ayuda! Volver no solucionaría nada.
—Lo siento, pero no tienes más remedio. Tú misma lo has dicho: esto es muy serio, y no se puede barrer debajo de la alfombra. —Vio el gesto belicoso del mentón de su gemela, y supo que Kaylee no quería oír lo que tenía que decirle, pero _______ insistió, apretando los dientes—: ¡Tienes que entregarte!
Kaylee, empeñada en evitar su mirada, volvió la vista hacia la ventana. De pronto se levantó de la mesa de un brinco.
—Tengo que ir al servicio. —Agarró el bolso y la maleta y echó a andar precipitadamente por el pasillo con paso patizambo.
_______ hundió la cara en las manos. Tal vez debería llamar a un abogado, después de ponerse en contacto con la policía. ¿Y había que llamar a la policía local o a la de Miami? ¡Un momento!
¿Para qué necesitaba Kaylee la maleta para ir al cuarto de baño?
______ recorrió el pasillo en un instante e irrumpió en el baño justo a tiempo de ver a su hermana saltar por la ventana al patio de ladrillos. Se lanzó hacia ella.
—¡Kaylee!
No le salió del todo la orden imperiosa que pretendía, puesto que su diafragma impactó con fuerza contra el repecho de la ventana. Al mismo tiempo se oyó un estrépito en la parte delantera de la casa y una voz masculina rugió:
—¡Alto!
Dos pares de ojos verdes se miraron con idéntica expresión horrorizada. Hasta que Kaylee salió de su parálisis y recogió a toda prisa la agenda del patio, donde se había desparramado el contenido de su bolso. Volvió a meter dentro el fajo de billetes que se había salido y se puso en pie. Con el puño cerrado trazó un círculo sobre su pecho, el signo de los sordomudos estadounidenses para expresar «lo siento». Vaciló un instante y luego se limitó a repetir: «Lo siento, ___*». Acto seguido dio media vuelta y echó a correr, dejando atrás el bolso y la maleta.
«¡No!» Un grito silencioso surgió en la mente de _______, mientras renovaba sus esfuerzos por salir por la ventana. Casi lo había logrado, deseando poder frenar su caída con algo que no fuera su cabeza, cuando la puerta del cuarto de baño se estrelló contra la pared.
—¡Alto ahí! —Unas manos fuertes se aferraron a su cadera y la introdujeron de nuevo en la habitación.
_______ abrió la boca para gritar, pero advirtió que se le habían bloqueado las cuerdas vocales. De manera que, inspirándose en la única clase de defensa personal que había recibido en su vida, hizo lo mejor que se le ocurrió. Lanzó una patada y experimentó un salvaje estallido de satisfacción al notar que hacía impacto contra la dura espinilla del intruso.
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 3rd 2012, 13:30 | |
| Capítulo 2 —¡Mier*da! —Joseph Jonas estaba hasta las narices.
Pero ¿es que nunca se iba a acabar aquel mald*ito día? Aquella mujer le había partido en dos el hueso de la espinilla.
Joe se inclinó sobre la exuberante pelirroja que tenía atrapada y asomó la cabeza por la ventana de la que acababa de apartarla. Guiñando los ojos debido al sol, vio la maleta y el bolso en el patio y lo tomó como prueba irrefutable de que MacPherson había intentado escapar. Se enderezó de nuevo, apartando el pecho de la espalda de ella, y cerró la ventana.
—Una cosa tengo que admitir, eres de armas tomar.
Joe la empujó contra la pared y, metiendo un pie entre los de ella, se los abrió de una patada.
_____ lanzó una exclamación ahogada al notar que le recorría con las manos los hombros y los costados. Pero cuando aquel hombre rozó con los dedos la curva de sus pechos, guardó silencio y se quedó muy, muy quieta, como si pensara que su inmovilidad le impulsaría a dejar de cachearla.
Joe no sentía mucha compasión. Aquella mujer le había hecho sudar la gota gorda y le había costado una fortuna que no podía permitirse. Le repasó el torso y subió las manos entre los pechos hasta las clavículas, luego las pasó de forma impersonal sobre las generosas pendientes de sus pechos. Deslizó los dedos en torno a la cintura elástica de sus pantalones de ciclista, y un instante después la cacheó desde la cintura hasta la costura de la entrepierna, por delante y por detrás.
—No —gimió ella—. Por favor.
—Calma, pelirroja. Lo único que me interesa es saber si tienes algún arma escondida. —Se agachó para pasarle las manos por las caderas hasta donde los pantalones daban paso a la piel desnuda, y luego trazó el recorrido inverso por la parte interior de las piernas, que eran largas, firmes y tersas. En cuanto su cerebro registró esa impresión, sus manos se apartaron de golpe del cuerpo y Joe se levantó.
—Muy bien, estás limpia. Date la vuelta.
Ella se volvió despacio hasta situarse frente a él. La manera en que se aferraba a la pechera de la blusa como una solterona horrorizada era un detalle astuto, pensó Joe con cinismo. Casi podía creerse que esa mujer no tenía ni idea de por qué estaba él allí.
—Escuche —resolló _______ sin aliento, mirándole con sus enormes ojos verdes—, está cometiendo usted un terrible error.
Joseph se echó a reír sin humor.
—¿Cuántas veces habré oído yo eso? Venga, guapa, vamos a por tus cosas. Luego ya se lo contarás todo al juez de Miami.
¿Al juez? ______ suspiró aliviada. ¡Gracias a Dios! Si pensaba llevarla ante la justicia de Florida, debía de tratarse de un policía, y no de LaBon.
No es que ella fuera a confundir en un millón de años a un simio con un dios, ni nada parecido. Pero se acordaba de la descripción de Kaylee, y teniendo en cuenta la altura y aquellos hombros, más la negrura de su pelo, ella había asumido enseguida que...
Joe la arrastró de mala manera por el pasillo hasta el recibidor, donde cerró con llave la puerta de la casa. Luego la llevó de vuelta por el pasillo, a través de la cocina, hasta la puerta trasera. Ella trotaba dócilmente tras él, de momento. Aquello no era tan espantoso como ella había temido. Todo saldría bien. No era la situación ideal, claro. La situación ideal habría sido que su hermana se entregara voluntariamente. Pero por lo menos tenía que lidiar con el lado bueno de la ley. Y eso, desde luego, suponía un alivio.
—Escuche, comete usted un error —repitió cuando Joe se detuvo en el patio. Él la agarró de la muñeca con mano dura y se agachó para recoger con la otra mano los contenidos del bolso de Kaylee—. Yo no soy la que busca. Me llamo _______ MacPherson. Soy la hermana gemela de Kaylee.
Él se quedó quieto un instante. Luego se enderezó despacio, y su imponente altura se impuso sobre ella. _______ tuvo tiempo de advertir que sus ojos eran de un castaño dorado, más penetrantes que los de un águila cazando. Joseph tendió la mano libre, le dio un golpecito paternalista en la mejilla con sus dedos callosos y convino secamente:
—Seguro que sí.
—Escúcheme. Estoy más que dispuesta a colaborar con usted, pero soy _______ MacPherson. Soy profesora en la escuela de sordos Briarwood, y esto —y con el gesto abarcó el patio soleado y la parte trasera de la casa— es mi casa.
—¿Tengo yo pinta de haber nacido ayer? —la interrumpió él impaciente—. Lo primero que he hecho es pasarme por la escuela Briarwood. ¿Y sabes qué, pelirroja? Tu hermana salió ayer hacia Europa, en un viaje que llevaba años planeando.
>—¡Me robaron! —exclamó _______ con amargura—. Y no me llamo pelirroja. Me llamo _________ MacPherson. Señorita MacPherson, para usted. ¡Oh Sí! Ya empezó lo bueno Jajajá... Si quieren que les diga la verdad, en la nove Joe es casi tan testarudo como una mula... Aunque yo lo amé, en toda la nove , de principo a fin... Espero les guste. Por cierto, no sé si mañana pueda subir otra parte. Es que tengo examen de Matemáticas... La odio Ojalá no existieran Jajajá En fin , cuídense, un besote Bye =)
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Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 4th 2012, 07:21 | |
| me encantooooo siguelaaaa | |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 4th 2012, 14:12 | |
| OH! Gracias por comentar IrennIsDreaMy Por eso, te voy a poner el capítulo 2 Completo.. Esta parte va dedicada para ti... _______ abrió la boca para gritar, pero advirtió que se le habían bloqueado las cuerdas vocales. De manera que, inspirándose en la única clase de defensa personal que había recibido en su vida, hizo lo mejor que se le ocurrió. Lanzó una patada y experimentó un salvaje estallido de satisfacción al notar que hacía impacto contra la dura espinilla del intruso. Capítulo 2 Joseph abrió la cartera que había recogido del suelo y le pegó a las narices la parte que contenía el carnet de identidad.
—Aquí pone que tu nombre es Kaylee MacPherson. —Cerró bruscamente la cartera pero siguió blandiéndola delante de su cara—. Y Kaylee MacPherson es una gogó del Tropicana en Miami.
________ apartó la cartera de un manotazo.
—Bailarina —corrigió automáticamente. Y luego deseó haberse mordido la lengua hasta sangrar. Su madre había estado negando la realidad hasta el día de su muerte, y su repetida y terca insistencia había hecho que _______ dijera aquello sin pensarlo. Sin embargo, haberlo soltado así en aquella situación, había sonado como si se estuviera defendiendo—. Y, de todas formas, eso no lo pone en el carnet de conducir —añadió, y entonces hizo una mueca. «Mal, _______. Muy mal. Estás empeorando las cosas.»
Intentó soltarse tirando de la muñeca, pero Joe la retuvo y se acercó un paso más, lo cual la puso muy nerviosa.
—Mire —se desesperó ella—, vamos a mi casa y le enseño mi carnet de conducir. Le puedo enseñar toda una serie de... Pero ¿qué se cree que está haciendo?
Joseph se había sentado de pronto en el suelo con las piernas cruzadas y había tirado de ella hasta tenerla tumbada boca abajo sobre su regazo. Agarrándola con una mano fuerte, llevó la otra a la cintura de los pantalones de ciclista, y en un solo movimiento se los bajó.
—Según mi expediente, señorita MacPherson, tiene usted un tatuaje de unos labios rojos... —Uno de sus dedos se deslizó bajo el encaje de las bragas—. Más o menos... —Y apartó la frágil tela dejando al descubierto una nalga redondeada—. ¡Aquí! —Y su pulgar calloso frotó el lugar.
_______ se quedó helada. Era un loco. Luego su cuerpo se convirtió en un frenesí de movimientos. Tendió el brazo hacia atrás y le arañó la mano, se la apartó de golpe y se levantó. Intentó colocarse bien las bragas y los pantalones y se volvió hacia él, sabiendo que tenía las mejillas encendidas.
—¡Dios mío! —resolló—. Pero ¿qué clase de persona es usted? ¡Y pensar que tengo todo un programa para enseñar a mis niños que la policía es nuestra amiga! No puedo creerme que haya hecho algo tan... Dios mío... algo tan... sórdido...
—Vamos, cálmate, pelirroja. Tú sabes quién soy, yo sé quién eres, así que dejémonos de historias, ¿eh? Coge tu bolso. Ya hemos perdido bastante tiempo. —Le puso el bolso en las manos y se agachó para recoger la maleta. Luego la agarró de la mano y la arrastró hasta el lateral de la casa—. Tengo que cumplir con mi agenda.
Joseph apartó una rama de un manotazo y rodeó la casa hasta salir al jardín frontal, arrastrando a su prisionera tras él. Pero ¿por quién demonios le había tomado?, se preguntaba sombrío. ¿Por un completo imbécil? Aquella mujer había visto demasiados culebrones.
La madre de Joseph era aficionada a los culebrones. Denisse Jonas, en su casa, un cuarto piso sin ascensor, se pasaba las horas pegada al pequeño televisor viendo aquellos programas. Con una madre que prefería con mucho soñar fantasías antes que enfrentarse a la realidad, Joe conocía al dedillo la vieja historia de la gemela mala y la buena. Ya de pequeño no se la creía, y mucho menos ahora.
Pero ¿es que MacPherson pensaba que se acababa de caer de un guindo? Jo*der, él no era precisamente el tonto de la película, aunque aquella mujer pensase que podía cambiar de aspecto con solo quitarse el maquillaje y peinarse hasta dejarse el pelo liso y brillante en lugar de abultado y esponjoso. Era cierto que había intentado mostrarse menos exuberante y llamar menos la atención, con el propósito de integrarse en el entorno de clase media de su hermana. ¡Pero vamos! Aunque su modesta blusa hacía todo lo posible, todavía no se había inventado un atuendo lo bastante conservador para disfrazar un cuerpazo como el suyo.
—Tiene que escucharme —protestaba ahora, tirando de la muñeca que él seguía agarrándole—. Kaylee está metida en un buen lío. Oyó cómo planeaban el asesinato de una mujer, desde entonces ha desaparecido, y si entierran el cuerpo donde ella sabe que lo harán, podrá hacer que condenen tanto al hombre que cometió el asesinato como al que lo encargó. Y eso significa que mi hermana corre un serio peligro.
¡Por todos los santos! Joe la arrastró hasta el coche aparcado en la acera y abrió la puerta del pasajero.
—Cuidado con la cabeza —advirtió, poniéndole la mano en la coronilla para protegérsela mientras la hacía entrar en el sedán.
El tacto de su pelo era cálido y resbaladizo entre sus dedos. Joe presionó contra su cabeza para que se moviera. Quería meterla en el coche cuanto antes para poder apartar sus manos de ella. No le gustaban los impulsos que sentía cada vez que la tocaba.
Pero _______ no se movía, negándose a cooperar. De pronto se dio media vuelta para mirarle con expresión furiosa.
—¡Mal*dita sea! ¿Quiere escucharme?
—No, si ya te he escuchado, pelirroja. Eso también se lo puedes contar al juez.
—Quiero ver su identificación. Quiero verla ahora mismo. —Pero por dentro tembló de miedo al ver el súbito gesto sombrío de la boca de Jonas y el ceño en el que se unían sus cejas negras sobre sus entrecerrados ojos ambarinos. Joe la miraba como si estuviera a punto de darle un puñetazo. ______ tragó saliva—. Quiero ver su placa —insistió con decisión, intentando ignorar el calor que emanaba en oleadas del cuerpo de Jonas.
Él masculló entre dientes una maldición, pero apartó la mano de su cabeza para ponerla sobre el techo del coche, inmovilizándola así entre él, el vehículo y la puerta abierta mientras se llevaba la otra mano al bolsillo del pantalón. No se molestó en apartarse y ______ bajó la mirada, concentrándose en su nuez de adán. ¿De verdad hacía falta que se pegara tanto a ella? Podía oler el jabón de lavandería en su camisa de paño y un leve aroma a limpio sudor masculino.
—Aquí está —gruñó él, poniéndole en las narices la cartera abierta.
Ella leyó la identificación. Parpadeó y volvió a leerla con creciente incredulidad.
—¿Agente de recuperación de fugitivos? —Y para su humillación, se le quebró la voz. Respiró hondo y echó atrás la cabeza para mirar los fieros ojos dorados de Jonas—. ¡Pero si ni siquiera eres policía! —le acusó. Su tono de voz subía con cada palabra—. ¡No eres más que un asqueroso cazarrecompensas!
Joe lanzó otra maldición.
—No tengo tiempo para esto —masculló. Y con un rápido movimiento, la apartó de la puerta abierta del coche y la inmovilizó con firmeza bajo el brazo. Cerró la puerta del pasajero, la arrastró hasta el lado del conductor y por allí la introdujo en el coche. Se metió tras ella, cerró la puerta y bloqueó todas las cerraduras pulsando un botón—. Ponte el cinturón —ordenó, mientras metía la llave en el contacto.
A _______ le entró el pánico al oír el ruido del motor.
—¡Déjame salir, Jonas!
La mirada que él le dirigió la hizo encogerse en una esquina.
—He dicho que te pongas el cinturón, pelirroja. ¿O prefieres que lo haga yo?
______ no pensaba por nada del mundo darle la menor oportunidad para que volviera a plantarle encima aquellas manos de palmas anchas y dedos largos, de manera que se puso el cinturón.
—No te saldrás con la tuya, ¿sabes?
Joseph resopló. Mientras ponía en marcha el motor se sacó del bolsillo de la camisa un papel doblado, lo abrió con una sacudida y lo alzó para que ella lo leyera. Era una copia certificada de la fianza de Kaylee.
—Según la ley, esto es prueba suficiente para realizar una detención.
—Puede, si yo fuera Kaylee MacPherson —replicó _______ con los dientes apretados, mientras se alejaban del barrio—. Pero soy ________.
-Maldita sea, pelirroja, ya estoy harto de esa murga. Como no te calles, te amordazo. —No lo haría, por supuesto. Pero conocía a las mujeres y sabía que con esa amenaza bastaría. Lo que más odiaba en el mundo una mujer era que le impidiesen hablar.
_______ guardó silencio. «¡Esto es el colmo!» La rabia hervía en su interior, ahogando todas las células de su cuerpo. «¿Que me va a amordazar? ¿Amordazar? ¡Eso es ya lo último de lo último! ¡Este tío acaba de cruzar la línea!»
Durante toda su vida había respetado las reglas. Y esta era su recompensa: un cretino que no dudaba en ponerle las manazas encima ni en utilizar la fuerza para intimidarla. Y lo peor es que era como su padre, dispuesto a todo por ganar un dólar, pisando a cualquiera que se interpusiera en su camino. Pues bien. Ya estaba harta de intentar convencer a aquel listillo de que no era la mujer que él buscaba. De ahora en adelante haría cualquier cosa que estuviera en su poder para impedir el viaje a Florida. Los detalles específicos para lograrlo eran bastante vagos de momento, pero ya encontraría la manera. En primer lugar, sin embargo... Se volvió hacia él.
—Eres un cerdo —declaró, pronunciando las palabras con gran claridad.
Él apartó un momento la vista de la carretera para mirarla ceñudo, clavándola en el asiento con sus ojos de color whisky. Los músculos del cuello y los hombros se le tensaron, lo que le daba un aspecto todavía más imponente, pero ______ no se amilanó. Arrojó sobre él todo el desprecio del que pudo hacer acopio.
—Has cometido un gran error, Jonas, y de alguna forma haré que lo pagues.
Joe emitió un ruido grosero.
-Sí, ya. Anda que voy a perder yo el sueño con la preocupación. —Cambió de carril y volvió a mirarla—. En cuanto a tus deseos de venganza, pelirroja, ya puedes intentarlo. El día que yo me equivoque con alguien como tú...
_______ se ofendió.
—¿Cómo dices? ¿Alguien como yo?
—Alguien que se gana la vida dando brincos cubierta de lentejuelas.
—Ya, en lugar de ser un ciudadano ejemplar como tú, supongo. ¿Pues sabes, cariño? Odio tener que decirte esto, pero tú no eres precisamente la crême de la crême. No eres más que un asqueroso cazarrecompensas al que le gusta fingir que es un policía de verdad.
Aquello tocó una fibra sensible.
—Yo por lo menos sé reconocer y aceptar la verdad —respondió tenso.
—¡Qué cara más dura! ¡Tú no reconocerías la verdad ni aunque te mordiera el cu*lo!
Joseph notaba el mentón cada vez más tenso.
—Como te decía, pelirroja, el día que yo me equivoque con alguien como tú, me meto a monje. ( )
—Pues prepárate para el monasterio, colega —le espetó _____—. Porque vas a ir de cabeza. (Jajajá morí con esa parte)Espero que te gusten , gracias por comentar Pensaba que tenía que cancelarla por falta de lectoras y comentarios.. En fin , un besote grande, nos vemos.. Cuídate Bye =) |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 4th 2012, 14:33 | |
| me encantoooo, yo me llamo Irene y la verdad es que la nove si que tiene gracia es genial. Gracias por dedicarme el capi | |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 4th 2012, 15:32 | |
| Y un regalito Capítulo 3 (Parte 1) Solo llevaba unas horas con aquel caso, y no pintaba nada bien. «Mamá, qué pena que ya no estés con nosotros», pensó sombrío, intentando por todos los medios ignorar a su malhumorada y escultural pasajera y concentrándose en el tráfico pesado del centro de la ciudad.
Aquella situación no solo incluía elementos que parecían salidos de los programas favoritos de Denisse Jonas, sino que venía a corroborar la teoría derrotista de su madre de que «nadie escapa del nicho en el que ha nacido».
No era que ella deseara el mal para nadie, pero nunca había creído que alguien pudiera mejorar la posición social que le había tocado en la vida. Ella se había esforzado mucho, y lo único que logró fue trabajar muchas horas por un salario muy bajo, una liquidación sin bonificación alguna y una pensión de mala muerte. En otras palabras: acabó justo donde había empezado. De manera que se dedicó a planchar, a ver la televisión y a advertir a Joe para que se resignara al hecho de que él también terminaría donde había comenzado. Según Lenore, tal vez podría escapar por un tiempo, pero antes o después la vida le daría una patada y lo mandaría de nuevo al fondo.
Joe no estaba de acuerdo. Había ingresado en el ejército, se convirtió en policía militar, y durante más de doce años desmintió las predicciones de su madre. En un entorno ordenado y estructurado, prosperó. Luego su compañero Gary Proscelli recibió una bala dirigida a Joe y se quedó parapléjico.
Y Joe se preguntó entonces si su madre no tendría razón. Tenía que decidir en ese momento cuál sería su nueva ocupación.
Pero no pensaba rendirse, no pensaba dirigirse hacia el ocaso con el rabo entre las piernas. Dejó el servicio cuando se enteró de que pensaban enviarle a la base militar de Oakland. ¿Quién demonios esperaban que ayudara a Gary si a él le mandaban al otro lado del continente? Había que cumplimentar todo el interminable papeleo para darle de baja en el ejército, y luego más papeleo para conseguir la pensión de invalidez. Por no mencionar que su amigo también necesitaba a alguien que le ayudara a suavizar la transición a su nuevo modo de vida.
Joe se sintió tan culpable viendo a Gary esforzarse por rehacer su vida que la mala conciencia estuvo a punto de acabar con él. Sabía que tenía que hacer algo. Una vez que se hubieron establecido en un pequeño apartamento de Miami, empezó a buscar la manera de hacer realidad un sueño que habían acariciado durante años.
Siempre habían hablado de cumplir sus veinticinco años en el ejército y luego, con el dinero de la jubilación, comprarse un refugio de pesca. Lo cierto es que había sido una ambición que entonces les parecía muy lejana, que pertenecía a un futuro remoto. Pero cuando el plan fue abatido por la misma bala que paralizó a Gary, Joe tuvo que buscar la manera de ganar dinero de forma rápida.
Y no existían muchas perspectivas para un tipo con estudios primarios y muy pocos créditos universitarios. El crimen estaba descartado, y las fuerzas de la ley no ofrecían un sueldo suficiente, no si esperaba cumplir su objetivo en este siglo. Era una lástima, porque le habría gustado ser policía. Desde luego le gustaba ser policía militar. Pero no se trataba de él. Se trataba de asegurar el futuro de Gary. La caza de recompensas parecía la manera más rápida de ganar dinero. El hecho de que Joe no tuviera gana alguna de convertirse en agente de recuperación de fugitivos y que cada día odiara más su trabajo era lo de menos.
Estaba más que harto de estar en contacto permanente con las formas de vida más rastreras de Miami. Pero al cabo de un año y medio empezaba a vislumbrar los beneficios, porque hacía tan solo unas semanas se había puesto en venta el refugio de pesca con el que Gary y él soñaban. Estaba situado en un lugar donde habían pasado algunos de sus mejores momentos, el retiro de vacaciones de Carolina del Norte donde habían ido varios años seguidos. Era un trocito de cielo en la tierra, y jamás habían esperado que lo pusieran en venta.
Joe pensaba comprarlo. La entrada que le pedían era más alta de lo que esperaba, pero disponía de treinta días para reunir la cantidad necesaria antes de perder la opción de compra.
Se fijó en su prisionera, que miraba malhumorada el tráfico por la ventanilla. Por lo menos esta no tenía un historial de violencia, a diferencia de la mayoría de la gentuza a la que entregaba. De hecho, le sorprendía un poco lo alta que había sido su fianza. Había tenido mala suerte con el juez, quien despreciaba el mundo del espectáculo. Pero ese no era su problema. De hecho, desde su punto de vista, cuando más alta fuera una fianza, mejor, puesto que el porcentaje que a él le correspondía tras la entrega del fugitivo era del 10 por ciento.
Pero lo primero era llevar a la pelirroja a Miami sin más tropiezos como los de esa mañana. Joe abrió el mapa de carreteras.
____________ le oyó mascullar para sus adentros y le miró. Cada vez que llegaban a un semáforo en rojo, es decir, cada dos minutos, inclinaba la cabeza sobre el mapa de la consola entre los dos asientos y farfullaba palabrotas de lo más grosero. :___________ se quedó mirando la enorme mano abierta sobre el papel. Tenía los dedos largos y parecía fuerte. Tuvo que volverse apresuradamente hacia la ventana al experimentar una salvaje oleada de satisfacción cuando vio los arañazos rojos en el dorso de la mano. Por Dios. Jamás habría imaginado que algún día se sentiría bien por haber infligido esas heridas a alguien.
Los edificios que se alzaban a ambos lados sumían las calles en una penumbra casi sobrenatural, y por primera vez ___________ advirtió el paisaje que se deslizaba por la ventana. Al salir de la autopista estaba demasiado alterada para fijarse, pero ahora se dio cuenta de que estaban en el centro de Seattle.
¿Para qué? El aeropuerto de SeaTac estaba a más de quince kilómetros al sur.
Varias manzanas más adelante, su captor lanzó un murmullo de satisfacción y se metió en un aparcamiento de coches de alquiler. Al cabo de unos segundos había aparcado y estaba con su bolsa, el equipaje de Kaylee y ________ ante el mostrador de la minúscula agencia. Mientras hablaba con el empleado para devolver el coche, ___________ intentó discretamente zafar la muñeca de los fuertes dedos que la aprisionaban. Joe dejó al instante lo que estaba haciendo y le clavó sus ojos dorados, tapando la vista del empleado con un sutil movimiento de su hombro.
—Podemos hacer esto de dos maneras —la informó en voz baja—. Podemos hacerlo por las buenas, como amigos, o puedo ponerte las esposas y llevarte a rastras delante de todo el mundo. La verdad, pelirroja, tu dignidad me importa un carajo, de manera que la elección es tuya.
________ dejó el brazo yerto. Aunque hervía de rabia, echó a andar obedientemente tras él cuando se marcharon de la agencia un minuto más tarde. Al notar que él echaba el peso de su cuerpo sobre la pierna izquierda, se felicitó por haberle dificultado una parte de su trabajo. Pero aunque Joe cojeara y tuviera una mano arañada, la situación de __________ no había experimentado ninguna mejora. Jonas todavía se la llevaba a... bueno, adonde la estuviera llevando.
En la manzana siguiente, Jonas se detuvo delante de un edificio de mármol en la esquina entre la Ocho y Stewart. Nada más abrir la puerta, ___________- se detuvo en seco y se quedó mirando el cartel azul y blanco que había colgado.
—¿Greyhound? —exclamó incrédula—. ¿Vamos a ir a Miami en autobús?
Y vio sorprendida cómo una oleada de rubor ascendía por el cuello de Joe, sobre su fuerte mentón hasta las mejillas tersas y planas. Él miraba ceñudo hacia un punto lejano más allá de ella, negándose a encontrarse con sus ojos. Su evidente incomodidad dio a ____________ algo que no había poseído desde el momento en que Jonas había irrumpido en su vida: un atisbo de control. Le miró alzando una ceja. |
| | | darley Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 352 Fecha de inscripción : 09/01/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 4th 2012, 18:40 | |
| OWwwwww tienes que segurla. | |
| | | darley Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 352 Fecha de inscripción : 09/01/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 4th 2012, 18:50 | |
| OWwwwww tienes que segurla. | |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 5th 2012, 06:31 | |
| - darley escribió:
- OWwwwww tienes que seguirla.
¡Bienvenida! DarleyOww, gracias por comentar... Espero te guste, Ahora mismo pongo la otra parte.. Un beso, te cuidas... Bye =) |
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