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| Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] | |
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+8Wenn FerJonas12 Beautiful-NO-Tamed. darley BETTY DE JONAS nikifriky MaleeJonas IrennIsDreaMy 12 participantes | |
Autor | Mensaje |
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caripe Casada Con
Cantidad de envíos : 1413 Edad : 31 Localización : Jupiter !! :D Fecha de inscripción : 15/06/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 21st 2012, 09:05 | |
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| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 21st 2012, 11:04 | |
| me encantoo el maraton...siguela y suerte con tu examen | |
| | | FerJonas12 Novia De..
Cantidad de envíos : 645 Localización : Ave. Fastlife LA. California Fecha de inscripción : 03/02/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 21st 2012, 21:15 | |
| Aquí Fer reportandose! Jajaja ok no Ame ame los capis gracias por subirlos Demi! Por cierto que lindo nombre tienes! Esta RE-LINDO! Y su me han gustado los testamentos jaja! Esque Eres muy sociable y divertida >< jajaja a ti te dio risa Y a mi me dio pena por no leer los coments! Jajaja Prometo leer todo desde ahra! Me encanta como va la nove Tienes que subir! Un abrazo 😊 | |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 22nd 2012, 01:42 | |
| Primero que nada que mala onda que _______ no pueda confiar en Joe... Aunque si Joe sigue creyendo que ella es una delincuente es obvio que el peor error que cometería sería confiar en ella... pero se trata de algo serio....querían matarla!!!!!! Pero espero que pronto se dé cuenta de lo que sucede para que la proteja... Por otro lado pobre de Bobby... ahora sí que lo dejaron como paleta de verano lo bueno es que está vivo pero lo malo es que perdió la memoria verdad???? Entendí bien esa parte???? Plis tienes que seguirla... Espero ansiosa el capitulo nuevo!!! P.D. Que bueno que te gusten mis comentarios... yo también soy tu fan(Aunque suene raro) XD Me muero por saber cómo termina... pero tendré paciencia por que no quiero que se acabe tan pronto... aunque la nove es tan buena que la leeré una y otra vez...!!!! | |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 23rd 2012, 20:12 | |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 23rd 2012, 20:16 | |
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| | | Invitado Invitado
| | | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 23rd 2012, 20:29 | |
| - FerJonas12 escribió:
- Aquí Fer reportandose! Jajaja ok no
Ame ame los capis gracias por subirlos Demi! Por cierto que lindo nombre tienes! Esta RE-LINDO! Y su me han gustado los testamentos jaja! Esque Eres muy sociable y divertida >< jajaja a ti te dio risa Y a mi me dio pena por no leer los coments! Jajaja Prometo leer todo desde ahra! Me encanta como va la nove Tienes que subir! Un abrazo 😊 OOOO!! Fer !!! ¿Como tú por aquí? Jajajá, Me encanta "verte" por aquí. Enserio¿?, Jajajá, creo que hize bien al subir la nove ¿no crees? Nah, mentira Oh, mi nombre,(sé que no suena muy modesto pero) adoro mi nombre! no sé realmente por que me lo pusieron, creo que a mis padres les gustaba Demi Moore y nací yo y ya sabes la historia xD Awss, soy divertida?,really? Jajajá gracias, y tu eres D-i-v-i-n-a por decirlo, y por comentar, me encantan tus coments, son tan asdffg !!! =) (lo de divina me hizo recordar a Patito Feo ) Soy rara En fin, sí, yo te recomiendo que leas los coments jaajá, pero relax, un despiste lo tiene cualquiera Te lo dice la reina de los despistes xD Bueno, ahora mismo sigo la nove... =) |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 23rd 2012, 20:40 | |
| - BETTY DE JONAS escribió:
- Primero que nada que mala onda que _______ no pueda confiar en Joe...
Aunque si Joe sigue creyendo que ella es una delincuente es obvio que el peor error que cometería sería confiar en ella... pero se trata de algo serio....querían matarla!!!!!! Pero espero que pronto se dé cuenta de lo que sucede para que la proteja... Por otro lado pobre de Bobby... ahora sí que lo dejaron como paleta de verano lo bueno es que está vivo pero lo malo es que perdió la memoria verdad???? Entendí bien esa parte???? Plis tienes que seguirla... Espero ansiosa el capitulo nuevo!!!
P.D. Que bueno que te gusten mis comentarios... yo también soy tu fan(Aunque suene raro) XD Me muero por saber cómo termina... pero tendré paciencia por que no quiero que se acabe tan pronto... aunque la nove es tan buena que la leeré una y otra vez...!!!! Hoooola Betty! Awss, sí, a todo, La nove está que arde , por cierto, estuve editando la nove y llegué al cap hot, lo amo y no es porque sea una pervertida xD, pero esque es tan ASDFG en Mayúscula H-e-r-m-o-s-o , por cierto Ya se acerca Jajajá. Y sí, entendistes bien , A mi lo que me puso bien triste fue lo de Booby, es tan asdf en mala onda, después de todo lo que hizo Kaylee, y Bum pasa esto Pero en fin.. Ahora mismo la sigo.
Pd: Jajajá, da igual, somos "raras, por lo menos yo" aww enserio?, jajajá, tan bella =), Por cierto, dime fecha y hora para un día conectarnos por facebook!!, ya estoy libre, de vacaciones!!! , y así poder hablar ¿Si? =) |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 23rd 2012, 21:02 | |
| Hi Chicas!! I'm Here!, Por fin , y con gran éxito volví de mis súper exámenes Y dejénme decirles que se pasaron eh!! Gracias por sus coments ,( realmente me subieron el ánimo, estaba así como triste, porque tuve qu ecancelar mi otra noove Antes y después de odiarte, por falta de lectoras, pero en fin ) con ánimos por mis exámenes (Por cierto, salieron muy bien) y por la nove. Son tan H-e-r-m-o-s-a-s y bellas., pero supongo que eso ya lo saben Y opss!,perodonenme por desaparecer, pero me arrastraron a un viaje inesperado y fue Horrible!Ahí estan sus caps merecidos. =) Capítulo 15 El autobús salió de la autopista para hacer una parada en un mirador. Había dejado atrás la gran cuenca central, y empezaba a subir por un terreno más montañoso. —Quince minutos, amigos —avisó el conductor por los altavoces—. Aprovechen para estirar un poco las piernas y disfrutar de las vistas. ______ bajó del autobús, inquieta y en estado de alerta. No hacía más que mirar alrededor, esperando ver aparecer en cualquier momento a Jimmy Cadenas blandiendo su pistola. Joe la agarraba con firmeza del brazo, y por una vez _______ agradeció su falta de confianza. Ni siquiera le importaba que se hubiera comportado como un cerdo en el restaurante. Lo único que deseaba era estar cerca de él, y así lo hizo incluso cuando él relajó la presa y por fin le soltó el brazo. Con cada momento que pasaba sus nervios se iban relajando. El mirador era poco más que dos carriles que se apartaban de la autopista interestatal. Uno hacía las veces de aparcamiento, y el único vehículo estacionado allí, aparte del autobús, era una furgoneta de la que estaba saliendo una familia de cinco miembros. A la derecha había un retrete público y una pequeña cabaña al lado del carril de aparcamiento, que hacía de sala de espera para los pasajeros que aguardaran el autobús. A esa altura, todavía hacía calor, pero una brisa fresca coqueteaba de forma intermitente con la idea de ofrecer un poco de alivio. Aquello era tranquilo y silencioso, y ________ se fue sosegando y relajó un poco la tensión. Se apartó de Joe y echó a andar entre la multitud hacia el mirador. Se quedó un rato admirando la vista de las montañas hacia el sur, pero luego comenzó a agobiarse por la aglomeración de gente y se marchó. Volvió hacia el autobús, tomándose su tiempo y disfrutando de la libertad de no tener nadie a su lado, aunque solo fuera por unos instantes. El coche salió de la nada. _______ estaba sola en la carretera, dirigiéndose hacia el autobús, y en un segundo apareció un sedán proveniente de la autopista, que iba lanzado hacia ella a toda velocidad. ________ se quedó paralizada, mientras la tonelada de acero se le echaba encima. Pero, de pronto, una mano cubierta de manchas de vejez y atravesada por un entramado de suaves y nudosas venas la agarró de la muñeca y la apartó de un tirón. El coche pasó zumbando sin detenerse. No la había atropellado por milímetros. _______ se quedó allí parada, respirando con dificultad, mirando sin ver en dirección al coche que desaparecía. Luego se volvió para mirar a la anciana pequeña y de pelo blanco, más de diez centímetros más baja que ella, y tan delgada que daba la impresión de que una ráfaga de viento se la podía llevar volando. —Malditos adolescentes. —La anciana soltó la muñeca de ______ y sacudió la mano para dispersar el polvo que había levantado el coche a su paso—. Deberían quitarles el carnet por conducir así. —¡Dios mío! Muchas gracias —logró decir por fin _______, cuando recuperó el resuello—. Me ha salvado la vida. —Entonces se dio cuenta de lo que había dicho la mujer—. ¿Era un adolescente? ¿Le vio usted? —Ella no había visto nada. —Bueno, no, pero ¿quién si no puede conducir de esa manera? Joe llegó a la carrera, se detuvo bruscamente junto a ________ y la agarró por los hombros. —¿Estás bien? Madre mía, vuelvo la cabeza un minuto y cuando me doy cuenta casi te atropellan. Me han dicho que te has salvado por un pelo. ______ se arrojó en sus brazos y Joe la estrechó con fuerza. El estómago le dio un desagradable brinco. —Malditos adolescentes —repitió la anciana. Joe la miró por encima de la cabeza de ______. —¿No se habrá fijado usted en la matrícula? —Pues no. Fue todo demasiado rápido. —Me ha salvado la vida, Joe —masculló _______, pegada contra su pecho—. De no ser por ella, estaría hecha pedazos en la carretera. —Se lo agradezco muchísimo, señora. —Qué demonios. —La anciana se encogió de hombros—. Cualquiera habría hecho lo mismo. —Puede, pero no ha sido cualquiera. —Joe se fijó en ella. Era evidente que su aspecto frágil era más que engañoso—. Debe usted de ser más fuerte de lo que parece —dijo sonriendo—. Mi amiga es mucha mujer para que alguien como usted tenga que ir apartándola a tirones de las carreteras. La mujer dobló un brazo, haciendo saltar un bíceps sorprendentemente robusto. —Toda la vida cuidando de un rancho, cincuenta años practicando esquí de fondo y tres días a la semana en el gimnasio desde que vendimos la tierra. —Y yo estoy fervientemente agradecido por cada uno de ellos. ______ se apartó del calor del abrazo de Joe para volverse hacia la mujer que la había salvado. —Muchísimas gracias —dijo, cogiéndole las manos—. No sé cómo podría pagárselo. —No tienes que pagarme nada, cariño. Me alegro de haber podido ayudarte. —Es hora de marcharse —gritó el conductor del autobús. Una vez en marcha, ________ pensó en lo cerca que había estado de perder la vida. Era muy probable que la anciana tuviera razón al creer que había sido un adolescente, alguien joven e inexperto que se había dejado llevar por el pánico al ver que casi había atropellado a alguien. Pero ______ no creía mucho en las casualidades. Y haber estado dos veces al borde de la muerte en una sola hora se le antojaba una casualidad de las gordas. Cuando llegaron a la siguiente parada, lo había pensado largo y tendido, y había llegado a la conclusión de que el hombre que le había hecho señas en la cafetería tenía que ser Bobby LaBon. Por lo menos encajaba con la descripción de Kaylee. Pero debía averiguar si lo enviaba de verdad su traicionera hermana o si formaba parte del escuadrón de asalto junto con Jimmy Cadenas. Esto último no le convencía demasiado. No podía pasar por alto que había visto a los dos hombres juntos, pero la hipótesis de la conspiración resultaba más probable si Bobby hubiera quedado con ella para encontrarse en algún sitio, porque desde luego habría hecho todo lo posible por acudir. De manera que si Bobby no estaba con el Cadenas y le había enviado Kaylee, ¿significaba aquello que su hermana andaba cerca? ¿Habría ido a rescatarla? Pero no le beneficiaba hacerse ilusiones. Su hermana, a quien conocía y a quien quería, jamás se había molestado demasiado en ayudar a nadie. Aunque, a pesar de todo, sintió el calor de un diminuto atisbo de esperanza. Sin embargo, no era capaz de conservar ninguna emoción durante mucho tiempo. Todo un torbellino de emociones se agitaba en su interior, y parecían luchar entre ellas para conseguir su atención. La más persistente era la culpa. _______ sabía que debía informar a Joe sobre el ataque del Cadenas. Desde que salieron de Arabesque llevaba dándole vueltas y vueltas al tema, como un cachorro con una madeja, y el incidente con el coche no había hecho más que reforzar su certeza. Podía seguir mordisqueando la madeja y jugando con ella y buscar en vano algún cabo suelto que pusiera de manifiesto, por arte de magia, alguna otra opción. Pero el asunto estaba muy claro. No tenía más remedio que contárselo todo, sobre todo sabiendo que en cualquier sitio, en cualquier momento, podría sufrir un ataque similar. Pero le producía escalofríos hablar del tema con Joe. Había vuelto a encerrarse en su mutismo, lo cual indicaba sin duda alguna que su preocupación por lo ocurrido en el mirador no había sido tanto por ella como por su deseo de mantener intacta su inversión. Y se había formado un concepto de ella al que se aferraba con tanta obstinación, tan ciegamente que sabía que sería toda una batalla lograr que la creyera. Sin embargo, concluyó con un hondo suspiro, cuanto antes mejor. Eso creía al menos. Joe advirtió que _______ se volvía hacia él. Llevaba removiéndose en el asiento desde que subieron al autobús, y tanta agitación le estaba mareando. Sin abrir los ojos, le inmovilizó la mano contra el muslo para que se estuviera quieta. —¿Quieres parar de una vez? —¿Parar de qué? —replicó ella mordaz—. ¿De respirar? —Por mí, perfecto. —Fue una respuesta refleja, pero Joe no pretendía iniciar una discusión. Solo quería que dejara de moverse. Un sudor frío le perlaba la frente, se encharcaba en su pecho y en sus axilas, y una nueva oleada de náuseas le subió por la garganta—. Deja de moverte, maldita sea. —Tengo algo que decirte. —Le apartó los dedos que le inmovilizaban la mano contra el muslo desnudo. Joe retiró el brazo. Por una vez ni siquiera fue consciente del tacto de su piel. _______ le dio un codazo impaciente y Joe tuvo que respirar hondo para combatir nuevas náuseas. —Jonas, ¿quieres escucharme? Tengo algo que contarte. —Y yo estoy seguro de que cada palabra que salga de tus labios será una valiosísima perla —replicó él entre dientes—. Pero te voy a pedir un favor. Ahórratelo. —Empezaba a tener la espantosa sensación de que comerse aquel pollo durante el almuerzo no había sido la mejor idea del día. —Te aseguro que nada me gustaría más —saltó ella—. Pero como el tiempo es fundamental... —¡Te he dicho que no! —Joe abrió los ojos y todo le pareció demasiado brillante, los colores demasiado vivos. ¿Cuándo demonios se había vuelto el vestido de la pelirroja de ese nauseabundo color rosa chillón? Tragó saliva y la miró ceñudo—. No estoy de humor, ¿de acuerdo? Ella replicó a aquella advertencia con una dosis de su habitual buen talante. —Pues mala suerte, tío, pero yo no estoy de humor para que me asesinen porque me hayan confundido con mi hermana. Él entornó los ojos. —¿De qué demonios estás hablando? —Jimmy Cadenas, el tipo del que te hablé, ese que había matado a la mujer en Miami... La razón por la cual, a lo mejor te acuerdas, Kaylee violó su fianza e hizo que tú y yo acabáramos juntos. Bueno, pues el tal Cadenas estaba hoy en Arabesque. —¡Por Dios santo! —A Joe no le hacía falta toda esa mierda con lo mal que se encontraba—. Y ahora esperas que yo me lo trague, supongo. Ahora que estamos a ciento cincuenta kilómetros y no tengo manera de confirmar la historia. No, si ahora me dirás además que era el que conducía el coche que casi te atropella. —Eso mismo me preguntaba yo. Joe la miró con disgusto. —Joder, crees que soy idiota, ¿verdad? —Yo nunca he dicho que fueras idiota. Bueno, Joe se lo había buscado él sólito. Se enjugó el sudor de la frente y preguntó con sarcasmo: —¿Y dónde demonios apareció por arte de magia ese Jimmy Cárdenas? —¡Cadenas! Jimmy Cadenas. —Cadenas. —Joe tuvo que tragar saliva, sacudido por otra violenta oleada de náuseas que avivó su ira. No estaba de humor para sus juegecitos—. ¿Y qué hacía en Arabesque? ¿Estaba comiendo en la mesa de al lado? —No, estaba... —Y supongo que solo lo viste tú, claro. —Pues la verdad es que todo un grupo de... —Y vamos a suponer que soy tan crédulo que me trago todas esas chorradas —la interrumpió él de nuevo; no quería enredarse en las madejas de realidad y ficción que la pelirroja tejería con su labia habitual a la más mínima oportunidad—. ¿Por qué crees que quiere matarte? ¿No nos estamos poniendo un poco melodramáticos? ________ se irguió muy tensa de un brinco furioso, y Joe estuvo a punto de echar todo el almuerzo. —Pues no lo sé —replicó ella—. ¿Estamos melodramáticos? A mí no me parece muy melodramático creer que pueden matarme cuando alguien me pone una pistola en las narices. Pero claro, esa soy yo. Tal vez para un cazarrecompensas tan duro y valiente como tú es el pan nuestro de cada día. En la mente de Joe, ese rincón que todavía funcionaba con cierta lógica intentaba decirle que en aquella conversación había algunos puntos importantes y que debería concentrar sus menguantes recursos en ellos, pero su reacción instintiva, sin embargo, se enredó en el desprecio con que ella había pronunciado las palabras «cazarrecompensas». Qué demonios, era como si le hubiera llamado pederasta. Acercó su cara a la de ella con un gesto agresivo, sin hacer caso de la oleada de sudor que el movimiento le produjo. —¿Tú crees que a mí me gusta ser un agente de fugitivos? —le espetó—. ¿Tú crees que me gusta pasarme la vida en compañía de ladrones y gentuza? —Pues sí, creo que te encanta. ¡Y mi hermana no es gentuza! Ni una ladrona tampoco. Joe se apartó lo suficiente para que la mirada de insolencia que le clavó fuera mucho más efectiva. —No, tu hermana parece una ciudadana ejemplar y productiva. Tú, por otra parte... —¡Ya! ¡Tú eres un cretino! —______ sacudió los hombros, indignada. El hecho de que el movimiento no hiciera más que bambolear a Joe en su asiento, aumentó su rabia y su exasperación—. Bueno, pongamos que por un momento te sigo la corriente en tu fantasía de que soy Kaylee MacPherson. ¿Quién demonios te da derecho a meterte en lo que ella hace para ganarse la vi...? Pero se encontró hablando sola. Con un ahogado juramento, Joe se había levantado de pronto y había echado a correr por el pasillo hasta el fondo del autobús. _______ se quedó con la boca abierta. Echándose sobre la silla de Joe, se asomó al pasillo para ver qué demonios hacía. Jonas abrió la puerta del servicio con tal ímpetu que estuvo a punto de arrancarla, y desapareció en el interior. Con un resoplido de exasperación _______ se volvió de nuevo al frente. Por Dios bendito. Típico de él ser tan grosero. Nada de pedir perdón para levantarse. Si tenía que ir al baño, se levantaba sin más dejándola con la palabra en la boca. Tampoco se hubiera muerto por decir algo. Pero tal vez era justo eso. ______ había hablado con razón, y en lugar de admitirlo Joe se había largado. _______ volvió a su asiento con un aspaviento y cogió su libro. Era muy entretenido, de manera que apenas alzó la vista cuando un hombre se acercó por el pasillo desde la parte delantera del autobús. Pero la conversación que tuvo lugar sí le llamó la atención. —Si va al baño —oyó que alguien decía detrás de ella—, más vale que se ahorre el viaje. Hay un tío que lleva ahí dentro casi media hora. —Pues habrá que hablar con el conductor —terció otra voz—. Me parece que hay un par de damas ahí detrás que ya no aguantan más. ________ miró a un lado y se dio cuenta sobresaltada de que Joe no había vuelto. Dejando la novela de mala gana, volvió a ponerse en el asiento de él para asomarse al pasillo. Lo primero que vio fue la cola que se había formado a la puerta del servicio. Joe no estaba allí. No se paró a cuestionar la súbita preocupación que sintió por él, se limitó a actuar en consecuencia. En un instante había salido al pasillo. —Oiga, ¿me puede decir qué pasa? —preguntó al último de la cola. —Que ahí dentro hay alguien echando hasta la primera papilla —contestó un joven. _______ advirtió que era el mismo que esa mañana había intentado que la ayudara, antes de que Joe arruinara sus planes. Disculpándose una y otra vez, se abrió paso por la cola y llamó a la puerta del servicio. —¿Joe? ¿Estás ahí? —Vete, pelirroja. —Un instante de silencio siguió a tan desalentadoras palabras. Luego se oyó el ruido inconfundible de violentos vómitos. —¡Ay, Joe! —susurró _____—. Debe de haber sido el pollo del almuerzo —explicó a los de la cola—. Ya me parecía a mí que no olía bien. La gente se mostró comprensiva, pero todo el mundo tenía sus propios problemas, el más urgente de los cuales era la acuciante necesidad de utilizar el servicio. ______ se volvió de nuevo hacia la puerta. —¿Joe? Aquí hay mucha gente esperando para entrar. Joe se olvidó de su sufrimiento el tiempo suficiente para mascullar una sugerencia realmente ofensiva sobre lo que la gente podía hacer. —No lo dice en serio —aseguró ______ a los que estaban bastante cerca para haberlo oído. Pero vio que con unas cuantas palabras Joe había acabado con la compasión de la gente, que empezaba a perder la paciencia. Algunas personas más allá de la cola parecían al borde del motín. —Me parece que voy a hablar con el conductor. Veinte minutos más tarde, el autobús se había parado delante de un taller medio abandonado y el conductor aporreaba la puerta del servicio. —¡Oiga! Abra, por favor. Tiene usted que dejar libre el servicio. Es el único que tenemos y lleva usted ahí tanto tiempo que la gente ya no puede más. Joe alzó la cabeza de la puerta, donde la tenía apoyada. —Muy bien —accedió débilmente—. Pero voy a vomitar por todo el autobús. —Le hemos buscado un motel para pasar la noche. Su mujer se ha llevado el equipaje y le espera en la habitación. ¿Su mujer? Joe se levantó tembloroso y se enjugó la boca en el pequeño lavabo. ¿De qué coño estaba hablando aquel idiota? Pero de pronto lo comprendió todo y lanzó un juramento. Aquel imbécil debía de referirse a la pelirroja. Abrió la puerta y salió trastabillando. —¿Dónde está? —Una pregunta estúpida. Seguramente a esas alturas andaría a varios kilómetros de allí. —En la habitación. Venga. —Un brazo fornido se ofreció a guiarle—. Le echo una mano. —Mi mujer... —Está bien. No habrá comido lo mismo que usted. Es una mujer encantadora y comprensiva. Tiene usted suerte. Vaya, que muchas habrían armado un jaleo si las hubieran bajado del autobús. Sobre todo en un sitio como este. Cuidado con el escalón. Pero su esposa me dijo que no me preocupara, que no pasaba nada. Joe habría hecho una mueca de haber tenido fuerzas. Seguro que la pelirroja habría estado de acuerdo con todo... justo antes de salir disparada. —El precio... —masculló, pero lo cierto es que en esos momentos no le importaba un comino. Las náuseas que se le habían calmado temporalmente resurgían de nuevo. —La compañía Greyhound se hará cargo de todo. No se preocupe. Aquí hay un escalón. Y otro. Ya estamos. —El baño —murmuró Joe—. Deprisa. —Por aquí, Joe. Jonas alzó la cabeza bruscamente al oír su voz. En aquellos enormes ojos verdes brillaba la preocupación, pero Joe no se engañó pensando que sería por él. Sencillamente estaría actuando para el conductor. Era evidente que la mujer no se iba a marchar mientras hubiera público. Debería haberlo sabido. Esperaría a que desapareciera el autobús. Pero unas violentas náuseas volvieron a asaltarle, de manera que tuvo que dirigirse a trompicones al servicio. _______ dio las gracias al conductor y cerró la puerta cuando se marchó. En la diminuta habitación hacía un calor sofocante y el viejísimo aparato de aire acondicionado que había en la ventana era más eficiente haciendo ruido que enfriando el aire. Apenas logró oír por encima del estruendo al autobús que se marchaba. ______ se enjugó la frente con el brazo y rebuscó en su maleta hasta encontrar unos pantalones cortos y una camiseta también muy corta. Se cambió deprisa y fue a ayudar a Joe. Se lo encontró sentado en el suelo, de espaldas a la puerta, con las largas piernas en torno al retrete y los brazos cruzados encima de la taza. Aquel corpachón ocupaba casi todo el espacio del diminuto cuarto de baño, pero _______ logró meterse también. Vio que la camisa se transparentaba a su espalda, empapada en sudor, de manera que cogió una toalla con una mano mientras abría el grifo con la otra. La empapó de agua fría y la escurrió. —Espera —dijo, arrodillándose detrás de él para ponérsela en el cuello—. Con esto te sentirás mejor. —Y tendiendo el brazo se puso a desabrocharle la camisa. Él se irguió de un respingo, un movimiento que debido al confinado espacio le hizo presionar la espalda contra el estómago de _______. —¿Qué coño estás haciendo aquí? —preguntó con auténtica sorpresa—. Pensaba que te habrías largado hace ya rato. Joe se dio cuenta con desagradable sobresalto de que ni siquiera se le había ocurrido marcharse y dejarlo allí abandonado. Se sintió asqueada de su propio sentimentalismo y de la preocupación que inspiraba un hombre que había hecho todo lo posible por amargarle la vida. A pesar de todo, volvió a mojar la toalla para ponérsela en la frente. —Hay tiempo para todo, Jonas —replicó en un tono ácido. Él dejó caer la cabeza hacia atrás, contra sus pechos exuberantes y tiernos. En el momento en que ______ acababa de quitarle la camisa, Joe sintió una nueva oleada de náuseas, y durante media hora los músculos de su espalda saltaron violentamente bajo su piel mientras él hundía la cabeza en el retrete. Cada arcada iba seguida de otra más fuerte con muy cortos intervalos, y ________ le estuvo viendo vomitar hasta que no le quedó nada más en el estómago. Cuando por fin remitió el último paroxismo, Joe volvió a desplomarse contra ella. _______ le limpió una vez más con la toalla fresca. —Debería llevarte al hospital. —No. —Joe movió la cabeza de un lado a otro—. No puedo permitirme un hospital. —¿Y puedes permitirte morir? Una débil sonrisa le torció un lado de la boca. —No voy a morirme. —Echó atrás la cabeza, hundiéndola más entre sus pechos, y alzó la vista hacia ella—. Además, seguro que así te alegraba el día. —Sí, claro —replicó ella con sarcasmo—. Me entusiasma la idea de explicar a las autoridades la presencia de tu cadáver. —Fue a darle una sacudida, pero al oír su gemido de angustia y ver que el poco color que había logrado retener abandonaba su rostro, _________ dejó caer las manos sintiéndose culpable—. No es momento de tacañerías, Joe. —Tengo que ser tacaño —masculló él—. Es la única forma de conseguir ese refugio para Gary. ________ arrugó el entrecejo. —¿Qué refugio? ¿Y quién demonios es Gary? Y.. Fin del capi, ahía está chicas, su cap completito. Que piensan ,pobrecito ¿Joe verdad? Le cayó mal el pollo. Y tan bella la rayis por cuidarlo, pero, tranquilas girls, él la recompensará con algo mmm,, como decirlo,HOT xD
Espero les gusten y recuerden, comentar es gratis. =) Un besote Atte: Demi |
| | | Wenn Casada Con
Cantidad de envíos : 1547 Edad : 29 Fecha de inscripción : 01/04/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 24th 2012, 06:47 | |
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| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 24th 2012, 11:13 | |
| no la puedes dejar asii pobre Joe se nos puso pachucho ):...y me dio mucha pena que hayas cancelado la otra nove a mi se me hacia muy interesante. | |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 24th 2012, 15:21 | |
| POR DIOS!!!!! Que capítullo tan emocionante... Tienes razón pobre de Joe... yo con gusto lo cuidaba hasta que se recuperara!!!! Así que apoyo a la pelirroja!!!!!! Espero que el echo de que ________ no se haya ido y se haya quedado a cuidarlo le diga a Joe que ella no es la delincuente que busca no???? Por otro lado Joe se portó muy mal cuando ella intentó decirle lo del asesino que la busca...(Confundiéndola con su hermana claro). Joe debió escucharla... aunque lo entiendo él cree que ella es una delincuente... Pero lo está volviéndo loco!!!! Muero por leer que hará cuando se dé cuenta que se equivocó de persona... Se meterá de monje como prometió???? Tienes que seguirla!!!!! Muero por saber cómo la va a recompensar Joe...ya tengo la primera pista será algo hot!!!! qué pervertida soy... pero por los Jonas vale la pena no??? P.D. Yo por lo general me conecto por las noches... te parece el martes a las 8:00??? o si no tú avisame a qué horas puedes va??? | |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 24th 2012, 16:08 | |
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| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 24th 2012, 16:13 | |
| - IrennIsDreaMy escribió:
- no la puedes dejar asii pobre Joe se nos puso pachucho ):...y me dio mucha pena que hayas cancelado la otra nove a mi se me hacia muy interesante.
Sí, nuestro Joe se va a morir ... Jajajá Ok, No, creo y solo creo, que exageré xD Ahora mismo la sigo =)
Pd: En cuanto a la otra nove, pues tranquila, yo sé que da mucha pena cuando se cancelan las noves pero, en fin, me encantaría terminarla, no me gusta dejar las cosas incompletas ... Por eso, y como sé que eres una fiel lectora, voy a seguir con esa nove, por ti. Gracias por comentar Un abrazo Ire. |
| | | caripe Casada Con
Cantidad de envíos : 1413 Edad : 31 Localización : Jupiter !! :D Fecha de inscripción : 15/06/2012
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 24th 2012, 20:33 | |
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| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 24th 2012, 23:54 | |
| - BETTY DE JONAS escribió:
- POR DIOS!!!!!
Que capítullo tan emocionante... Tienes razón pobre de Joe... yo con gusto lo cuidaba hasta que se recuperara!!!! Así que apoyo a la pelirroja!!!!!! Espero que el echo de que ________ no se haya ido y se haya quedado a cuidarlo le diga a Joe que ella no es la delincuente que busca no???? Por otro lado Joe se portó muy mal cuando ella intentó decirle lo del asesino que la busca...(Confundiéndola con su hermana claro). Joe debió escucharla... aunque lo entiendo él cree que ella es una delincuente... Pero lo está volviéndo loco!!!! Muero por leer que hará cuando se dé cuenta que se equivocó de persona... Se meterá de monje como prometió???? Tienes que seguirla!!!!! Muero por saber cómo la va a recompensar Joe...ya tengo la primera pista será algo hot!!!! qué pervertida soy... pero por los Jonas vale la pena no???
P.D. Yo por lo general me conecto por las noches... te parece el martes a las 8:00??? o si no tú avisame a qué horas puedes va??? Jajajá, Sí, como ya dije ,la nove está que arde, y más que va arder cuando Jimmy Cadenas co... Ups, casi se me escapa. Jajajá, Nooo , OMG Joe monje??¿¿ , la verdad , cuando Joe se da cuenta de su error, es mmm...es muy "bonito", bastante romántico Jajajá, sí, será algo Hot ... o no? Muahahaha!
Pd: Jajajá, yo también , pues claro, que sea a as 8:00, estamos en el mismo horario no?, No sé Pero así quedamos dale? |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 00:09 | |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 00:19 | |
| Ahí va cap, chicas, Gracias por comentar Capitulo 16 Joe se apoyó contra ella. —Un amigo. Estábamos juntos en la PM. _______ alzó las cejas. —¿PM? ¿La policía militar? ¿En el ejército de Estados Unidos? —Sí. —Joseph Jonas, ¿tenías un trabajo de verdad y renunciaste a él para hacerte cazarrecompensas? —No tuve más remedio. —Joe se desplomó pesadamente sobre ella al perder los últimos restos de fuerzas—. Gary recibió un tiro que era para mí. Se quedó parapléjico. Alguien tenía que cuidar de... —De pronto se interrumpió con una maldición. Un ataque de náuseas le hizo incorporarse para inclinarse de nuevo sobre la taza, sacudido por convulsiones que acabaron en nada. _______vio la culata de su pistola en el cinto y el bulto de la cartera en el bolsillo trasero. Le sacó ambas cosas, y él estaba tan inmerso en su propio sufrimiento que no se dio ni cuenta. Luego se levantó para volver a mojar la toalla. Unos momentos después, Joe se desplomaba de nuevo contra ella, como si fuera su butaca privada. ________ le humedeció la frente, el cuello y los hombros. —¿Y por qué dices que el tiro que recibió tu amigo era para ti? ¿Es que te habías creado algún enemigo? —No le resultaba difícil imaginárselo. —No. Era el suboficial al mando. Debería haber controlado la situación. ______ esperó, pero Joe no siguió hablando. —¿Y eso es todo? Deberías haber controlado la situación y no lo hiciste, y por lo tanto la bala que dejó paralítico a tu amigo deberías haberla recibido tú. ¿Es eso? —Sí. —¿No es que cabrearas a alguien y esa persona disparó a tu amigo creyendo que te disparaba a ti? —Joder, pelirroja. —Su voz estaba impregnada de asco—. No. —Pero sin embargo es culpa tuya que tu amigo resultara herido. —¡Sí! Notando su agitación, ________ volvió a mojar la toalla para frotarle los hombros y las anchas clavículas. —No lo entiendo. ¿Por qué no me explicas lo que pasó? —Verás, un especial cuatro, ciego perdido, había atravesado con un Jeep las puertas de la base... —Un momento, un momento —le interrumpió ella—. ¿Qué es un especial cuatro? —Un especialista de cuarta clase. Es un grado militar, pelirroja: más que soldado raso, menos que sargento. —Y con eso de «ciego perdido» quieres decir... —Borracho como una cuba. Además, luego averiguamos que también se había metido cocaína. Pero en aquel momento lo único que sabíamos era que se había saltado el control de la puerta y los marines que estaban de guardia llamaron a la policía militar, es decir, a Gary y a mí. Seguimos al soldado hasta la plaza de armas, donde había dejado el Jeep. El tío andaba dando trompicones por todo el césped, chillando y pegando tiros con una pistola que no hubiera debido tener. Joe cerró los ojos, viendo la escena como si hubiera sucedido ayer. La noche húmeda, la luna llena que de vez en cuando asomaba entre las nubes. El Jeep aparcado de cualquier manera, con el motor en marcha, las luces puestas y la puerta del conductor abierta de par en par. El silencio, cuando las cigarras dejaron de cantar ante la perturbación de los hombres. —Me puse a hablar con él, para intentar calmarle. Y al mismo tiempo comenzamos una maniobra de despliegue. —La cabeza de Joe rodó cuando _______ aspiró aire de pronto alzando el pecho, y él casi pudo sentir la pregunta antes de que se formara. Con un amago de sonrisa en la comisura de la boca, contestó antes de que ella hablara siquiera—. Es decir, un elemento, yo por ejemplo, se mueve a un lado centrando en él la atención de la presa, mientras que su compañero se mueve al otro lado. De esa manera la presa tiene un objetivo más pequeño al que apuntar, o por lo menos un objetivo dividido, con lo cual los agentes tienen más opciones para desarmarle. —¿Y Gary se vio obligado a seguir esta maniobra de despliegue en contra de su voluntad? —No. Es el procedimiento habitual. Suele ser muy efectivo. —Solo que esta vez... —Solo que esta vez la cagué. Perdí la atención del soldado. Se movía de un lado a otro, tratando de cubrirnos a los dos a la vez, pero era a mí a quien tenía que prestar atención, y yo pensaba que estaba consiguiendo calmarle un poco. Casi lo tenía ya convencido de que entregara el arma. Pero entonces hice algo mal, o dije algo, porque de pronto se volvió loco y se puso a aullar y a disparar sin ton ni son. Yo me tiré al suelo y saqué la pistola. —Joe respiraba pesadamente, bajo el peso de su propio fracaso—. Y lo abatí, es verdad, solo que demasiado tarde. Ya había alcanzado a Gary. Se produjo un momento de silencio. —Y entonces, ¿por qué fue culpa tuya? —preguntó por fin _______. —¡Porque yo era el sargento primero, joder! _______ notó su agitación en la tensión de sus músculos. —¿Y Gary era...? —Sargento segundo. —Un grado muy bajo, ya veo. —Yo era el responsable de controlar la situación, y no supe hacerlo. El resultado es que un hombre que no solo estaba bajo mi mando, sino que también es mi mejor amigo, no volverá a caminar. ________ creyó comprender. —¿Y Gary te echó la culpa? Joe lanzó una carcajada breve, explosiva y sombría. ______ se sorprendió por su propio deseo de consolarle, de envolverle en sus brazos y mecerle como a un niño. —Durante unos seis u ocho meses, Gary estuvo furioso con el mundo. Culpaba al especialista, a los marines que no lo detuvieron en la puerta, al ejército de Estados Unidos en general. Qué demonios, le echaba la culpa a Dios. Pero por alguna estúpida razón, nunca me echó la culpa a mí. —Parecía que eso le atormentara. —A lo mejor es porque consideraba aquello como lo que era: un trágico accidente. —No, porque es mejor amigo de lo que yo merezco —declaró en un tono seco, poniendo así punto final a la conversación. Luego se movió—. Creo que por fin he dejado de vomitar. —Estaba débil como un cachorro, y sentía el frío en los huesos, lo cual, teniendo en cuenta el calor acumulado en aquel cuarto, le indicó que se estaba deshidratando. De todas formas se zafó del cálido refugio del cuerpo de la pelirroja. Era peligrosamente cómodo, y no estaba dispuesto a permitirlo—. Y el suelo no es lugar para estar sentados. Vámonos de aquí. Joe se levantó con dificultad. _______, preguntándose qué tendría que ver el refugio de pesca con todo aquello, cogió distraída la cartera y la pistola y salió detrás de él. Joe estaba rebuscando algo en su bolsa, de espaldas a ella, y hasta que se volvió ______ no advirtió de qué se trataba: eran las esposas. —Lo siento, pelirroja, pero estoy demasiado débil para perseguirte. Tengo que atarte. —¡No! —______ sintió la traición como un cuchillo en el corazón, y sin pensárselo se puso a darle puñetazos en el pecho con todas sus fuerzas. Joe cayó como un árbol cortado sobre la cama. ______ temblaba mientras lo miraba, tirado en el colchón. —¡Traidor asqueroso! ¿Me quedo contigo para cuidarte, y ahora quieres atarme como un perro a una cadena? —No había llorado ni una sola vez desde que Joe la sacara a rastras de su casa, pero ahora se le agolpaban las lágrimas en los ojos. Se las enjugó con rabia. No pensaba permitir que él la viera así, ¡de ninguna de las maneras! Joe se incorporó sobre un codo, sintiéndose tembloroso y frágil. Frotándose el pecho donde había recibido los puñetazos, la miró a la cara, con sus mejillas arreboladas y unos ojos verdes furiosos que las lágrimas contenidas agrandaban. Joder, ¿con qué le había pegado, con un martillo? —Deja esa pistola, pelirroja. —¿Qué? —Que dejes la pistola. Joe miró el arma que tenía en la mano como si fuera la primera vez que la veía. Fue tan grande el susto que se llevó que faltó muy poco para que se le cayera. Dios, pero si hasta se le había olvidado que la había cogido. Se la sacó a Joe del cinto con la intención de que él estuviera cómodo, nada más. Pero en vista de su traición, respiró hondo y sujetó el arma con más firmeza. Pesaba más de lo que parecía, y cuando la alzó para apuntarle, oscilaba marcando un trémulo ocho en el aire. _____ quiso agarrarla con la otra mano y entonces se dio cuenta de que todavía tenía la cartera de Joe. Se la metió temblando en el escote. —Quédate dónde estás, Jonas. —Avanzó despacio y cogió su maleta de la cama. Luego volvió a retroceder. Joe tenía clavados en ella sus ojos dorados y, aunque estaba muy pálido y no había hecho ademán de moverse, _________ tenía miedo de que se levantara de pronto y la detuviera—. No deberías haber sacado las esposas —dijo con voz trémula—. Todo habría ido bien, si las hubieras dejado donde estaban. Retrocedió hasta donde había puesto su bolso, y se agachó manteniendo sobre él tanto la vista como la pistola mientras con una mano rebuscaba a sus espaldas hasta dar con la correa del bolso. Se lo echó al hombro de un tirón, se sacó la cartera de Joe del escote y se la tiró encima. A continuación volvió a coger la maleta y retrocedió hacia la puerta. —Voy a ser más considerada que tú, y voy a dejarte libre. Por si vuelves a ponerte malo. ______ abrió la puerta y salió de espaldas, luego vaciló un momento. Joe estaba muy pálido, pero la taladraba con los ojos, y su pecho desnudo, sus brazos y sus hombros irradiaban una fuerza que no era de subestimar. —Siento lo de tu amigo —susurró _______—. Y no creo que fuera culpa tuya. Con estas palabras se metió la pistola en el bolso y salió bajo la ardiente luz del sol. _________ «¡Mierda!» Si hubiera expresado su frustración con toda su intensidad, habría rugido como un león. Pero la palabra surgió de la garganta de Joe como poco más que un graznido. Intentó incorporarse, pero cuando llegó a un lado de la cama tuvo que reconocer que sus fuerzas estaban seriamente mermadas. Era imposible salir tras ella, al menos de momento. De manera que estalló en una retahíla de maldiciones. Luego logró levantarse. No era imposible, maldita sea. Y más le valía mover el culo cuanto antes, si no quería que se le escapara. Su oportunidad para conseguir el refugio acababa de largarse por la puerta, y no contribuía en nada a su vanidad saber que lo que más lamentaba era que ya no tendría ocasión de utilizar ni uno solo de los condones que había ido reuniendo en los últimos dos días, sacándolos de las máquinas expendedoras de los servicios. Era un tipo muy profundo, sí, un auténtico profesional.
Temblando, sacó una camisa limpia de la bolsa y se la puso. Luego se sentó en la cama para hacer acopio de fuerzas. Sabía que debería estar tomando líquidos (había dejado de sudar hacía un tiempo, y debido sobre todo a la deshidratación se sentía más débil que un potrillo recién nacido). Pero cuando abrió el grifo del lavabo para echar un trago, el olor ligeramente mineral provocó en su estómago una voltereta de rebeldía, de manera que dejó el vaso sin probar el agua. Se lavó los dientes y lo intentó de nuevo. Le dieron arcadas. «¡A la mierda! Me largo y ya está.» Con un gesto automático se echó la mano atrás para comprobar que llevaba la pistola. Y lanzó una maldición al acordarse de dónde estaba la última vez que la vio: bamboleándose inestable en manos de la pelirroja. Mierda. Tenía unas ganas locas de fumar. Soltó una carcajada carente de humor. Desde luego una cosa había que reconocer: aquella mujer era de armas tomar. Le había tenido tan pendiente de ella los últimos días que era la primera vez en mucho tiempo que ni siquiera se acordaba del tabaco. Pero qué demonios, eso no era nada. Hacerle olvidar el mono de nicotina no era nada comparado con el hecho de que le había contado lo de Gary con pelos y señales, para que luego ella se largase alegremente por la puerta, llevándose tras ella jirones de sus entrañas. Le acechaba el recuerdo de la expresión en sus ojos cuando le vio sacar las esposas. Había sido una mirada indefinida, pero no de alegría. Joe desechó enfadado ese pensamiento. ¿Y qué? Ya sabía que era toda una actriz. Sin embargo, no le resultaba tan fácil apartar de su mente sus últimas palabras. Cuando le dijo, justo antes de tomar las de Villadiego, que lo de Gary no había sido culpa suya, Joe se había quedado de piedra. Ahora se apoyó contra la pared para recuperar el aliento. ¿Por qué le había dicho eso? En ese momento y a pesar de que la pistola le temblara tanto en la mano, la pelirroja tenía la sartén por el mango, de manera que con aquello no tenía nada que ganar. ¿Por qué, entonces, lo había dicho? Joder, no la entendía, no entendía nada. Pero fuera como fuese, pensaba conseguir para Gary aquel maldito refugio. Y para eso, la necesitaba. Así pues, movería el culo e iría a por ella. En unos minutos. En cuanto recobrara algo de fuerza.
Jimmy Cadenas se hundió en el asiento de su coche de alquiler, mordisqueando distraídamente un palillo de dientes que se pasaba de un lado a otro de la boca. Contemplaba a los pasajeros que iban bajando del autobús, esperando que apareciera Kaylee. Ya era hora de acabar con el trabajito y volver a casa. De pronto se irguió de un respingo y escupió el palillo. Ya debían de haber bajado todos los pasajeros porque el conductor estaba cerrando las puertas. «¿Esto qué coño es?» Salió del coche y se dirigió hacia el conductor, que en ese momento se disponía a ir al restaurante. —Eh —le llamó—. Tenía que encontrarme aquí con mi hermana. Me ha dicho que venía en el autobús. Es pelirroja, guapa, con un cuerpo que quita el hipo. ¿La ha visto? —¿Eh? —El conductor se quedó mirando sin comprender a aquel hombre, que había salido de la nada. Con una sacudida se recobró de la sorpresa. —Ah, la pelirroja. Sí. Su marido se puso muy malo. Algo que le sentó mal. Tuve que dejarlos en el motel. —Y comenzó a alejarse de nuevo. ¿El cazarrecompensas estaba enfermo? El Cadenas se frotó mentalmente las manos. Aquello era perfecto. Su trabajo sería mucho más fácil. —¡Un momento! —Dio un par de zancadas para alcanzar al conductor—. ¿En qué motel? ¿Dónde? —Lo siento, caballero, pero no estoy autorizado para dar esa información. —¡Es mi hermana, coño! El conductor le miró con disgusto. —Si usted lo dice —replicó muy tieso, y se lo quedó mirando como buscando el parecido—. Lo siento —replicó con poca sinceridad—. Son las normas. El Cadenas pensó en sacarle la información a golpes, pero era un lugar demasiado público, y el jefe había dicho que no debía llamar la atención. Qué hijo de puta. ¿Y ahora qué podía hacer? Bueno, tenía que comer, así que ya que estaba allí iría al restaurante. Ya se le ocurriría algo mientras llenaba el estómago. Al fin y al cabo era un tipo listo. Kaylee lo había dicho. Pero no se le encendió ninguna luz mientras se zampaba un filete de pollo con patatas. Se estrujó el cerebro hasta que le dolió la cabeza, pero seguía en blanco mientras daba cuenta de un pastel de manzana y un café. Mientras la camarera le servía un segundo café, oyó la conversación de la mesa de al lado. Apenas había reparado en la adolescente que se había detenido en esa mesa, donde se sentaba un chico tal vez dos o tres años mayor que ella. Era evidente que la jovencita se moría de ganas de que el muchacho le hiciera caso. Al Cadenas el amor le importaba un comino, pero alzó las orejas cuando la chica comenzó a hablar. —Oye —preguntó tímidamente—. ¿Qué pasaba con la pareja que se bajó del autobús? Yo soy Belinda. —Esbozó una sonrisa y se encogió de hombros—. Me imaginé que lo sabrías, porque como te vi hablando con ella antes... —Joel. —El chico también se alzó de hombros—. Yo no los conocía, pero sé que el tío estaba echando las tripas en el retrete y no dejaba entrar a nadie. Por eso los bajaron para que pasaran la noche en un motel. El Cadenas se echó hacia atrás en la silla, sobresaltando a los adolescentes con su súbita interrupción en la conversación. —¿Cómo se llamaba el pueblo donde se bajaron? —preguntó—. Se trata de mi hermana, y teníamos que encontrarnos aquí. Al chico pareció molestarle que interrumpieran su coqueteo, pero contestó de buena gana. —No sé, tío. Estaba tan desesperado por ir al baño que no me fijé mucho. —Yo tampoco lo vi —apuntó la chica—. Pero quedaba a unas dos horas de aquí. —Qué va. Más bien una hora y cuarto —la corrigió él. La joven se volvió hacia él, más que dispuesta a darle la razón. —¿Tú crees? —Sí. Una hora y cuarto, seguro. Bueno, bien. El Cadenas se levantó, dejando una propina en la mesa. —Gracias, chico. —Tendió la mano hacia la cuenta que yacía boca abajo en la mesa del muchacho—. Anda, déjame que te invite. —Eh, gracias, colega. —El joven miró sonriendo a la chica—. ¿Te apetece un postre? Te invito, ahora que tengo unas monedas de más. El Cadenas cogió otro palillo de dientes en la barra mientras pagaba las dos cuentas. Se lo metió en la comisura de la boca y salió sonriendo hacia su coche. Kaylee tenía razón. Era un tipo listo. ______ «¿Cómo se puede ser tan estúpida?» ______ caminaba por el arcén de la autopista, aferrando con rabia contra su estómago una bolsa de supermercado. No se lo podía creer. No podía creer que estuviera volviendo a ese motel. Se estaba metiendo por voluntad propia en las traicioneras garras de Joseph Jonas. Podía haberse escapado. Había hablado con el propietario de un taller de coches, que estaba dispuesto a alquilarle uno. Tenía el dinero de Joe para pagarlo y podía haber recuperado su vida de orden y seguridad. Eso es lo que habría hecho cualquiera con dos dedos de frente: meterse en el coche y volver a casa. Pero no podía olvidar la espantosa palidez de Joe ni su boca seca y agrietada. Era una redomada idiota por preocuparse por él, y ella misma se lo había repetido varias veces. Pero ¿acaso eso la había ayudado a recobrar la sensatez, o había centrado su atención en sus propios problemas? Pues no. Vamos, que era una completa idiota. La verdad, por mucho que la fastidiara, era que Joseph Jonas ejercía sobre ella una fascinación que no podía evitar. Así que allí estaba, con una bolsa llena de Gatorade y una caja de galletas saladas, volviendo para hacerle de enfermera a un tipo que probablemente la esposaría al mueble más cercano antes de que ella tuviera tiempo siquiera de decir hola. Menuda imbécil. Se lo encontró sentado en el suelo, dormido contra la pared. Dejó la bolsa, se agachó y le sacudió con suavidad el hombro.
—Vamos, Joe —murmuró—. Vamos, cariño. Este no es el mejor sitio para recuperarte. Ven a la cama. —Mmm. —Joe abrió los ojos y se frotó el rasposo mentón. Intentó humedecerse los labios, pero tenía la lengua tan seca como el resto de la boca. La pelirroja le ayudó a levantarse, pero los esfuerzos que Joe hacía eran torpes e ineficientes. Se dejó caer débilmente sobre el colchón, y una vez allí tumbado la miró parpadeando. —Eh. He soñado que te largabas. —¿Ah, sí? —______ le quitó los zapatos y los calcetines y lo dejó allí. Joe la oyó ir al servicio, pero volvió enseguida y se oyó un rumor de papel, el chasquido del cristal contra cristal. Unos minutos después, _________ estaba sentada a su lado y le pasaba el brazo por los hombros para incorporarle. —Toma. Bebe. El líquido se deslizó por su garganta, frío y refrescante. Joe bebió con ansia, hasta que ella apartó el vaso. —Con calma —murmuró—. No vaya a ser que lo eches otra vez. —Volvió a ponerle el vaso en los labios y le obligó a beber con sorbos pequeños e insatisfactorios hasta vaciarlo. —Qué bueno. —Joe la miró—. Más. Le hicieron falta tres vasos para calmar la sed, aunque ella solo le dejaba beber muy poco a poco. Por fin se dejó caer de nuevo sobre la almohada. Lo último que oyó fue su voz, murmurando algo sobre galletas. Luego cayó de cabeza en un oscuro pozo sin fondo. ________ se lo quedó mirando, preguntándose si debía llamar a un médico. La pregunta era más bien retórica puesto que dudaba de que pudiera encontrar ninguno allí en mitad de la nada. De todas formas eso no impedía que se preocupara por él. Joe se despertaba cada hora con una sed terrible. ________ le daba más Gatorade y a continuación él volvía a caer en un profundo sueño, como un hombre que cayera del borde del mundo al espacio profundo. Un momento estaba despierto, y al siguiente comatoso. No era normal. Y cuando despertaba se quejaba de tener frío, lo cual, con aquel calor, definitivamente no era normal. Poco a poco, sin embargo, fue mejorando su color y los labios perdieron la sequedad extrema de antes. La piel seguía seca y Joe no dejaba de tiritar, de manera que ________ lo envolvió en mantas. Hacia las nueve, sintió un gran alivio al ver que Joe empezaba a sudar y se despertaba el tiempo suficiente para maldecir agitadamente por las mantas apiladas sobre él, tirándolas al suelo. ________ le convenció para que comiera unas cuantas galletas, y cuando volvió a dormirse, pareció caer en un estado de inconsciencia más tranquilizador. Sentada en la cama a su lado, _______apoyó la cabeza contra la pared. Por primera vez en horas le pareció que Joe iba a recuperarse. Debería ponerse en marcha. Pero la idea de coger el bolso y la maleta y trazar un plan de acción se le antojaba un esfuerzo enorme. Y la verdad es que no quería hacerlo. Por alguna razón, su vida de orden y seguridad en Seattle ya no tenía el mismo atractivo de antes. Por más que lo intentara, no tenía ningunas ganas de volver a ella. Además, estaba segura de que se despertaría antes que Joe por la mañana, de manera que también podía descansar un poco y ver cómo se sentía con la luz del día. Ya pensaría algo entonces. —Ay, Dios. —Su voz era débil y teñida con una cierta histeria. Se golpeó la cabeza con la pared una, dos, tres veces. Estaba metida en un buen lío si no le quedaba otra defensa que la de Escarlata O'Hara. «Bah, Rhett. Ya lo pensaré mañana.» Maldición. Era una mujer independiente. No necesitaba las justificaciones y racionalizaciones de una dama del sur de antes de la guerra. Ella sabía tomar decisiones bien meditadas y actuar en consecuencia. Ella... «Bah, a la mierda.» Se tumbó en la cama junto a Joe. Estaba demasiado cansada. Sí, ya pensaría en algo al día siguiente. En menos de un minuto dormía como un tronco.Ahí está su cap, espero les guste. Ojalá se recupere nuestro Joe y no se nos muera Jajajá. Nos vemos =) |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 01:15 | |
| Cómo la dejas ahí????? Quiero saber mas!!!!!!! Que tierno que ________ haya regresado para cuidar a Joe Eso quiere decir que está preocupada por él!!! Que siente algo por él verdad???? Pero lo que más me alegra es que Joe parece reponerse Tienes que seguirla plis!!!!!!! También me gustó la parte en la que Joe le cuenta lo sucedido con su amigo... Aunque ni él mismo sabe por que lo hizo ... Muero por que la sigas y saber que hará Joe cuando despierte y vea a su pelirroja a su lado!!! P.D. De dónde eres???? digo t lo pregunto para saber en que horario conectarme para saber si tenemos el mismo.... | |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 01:28 | |
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| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 01:36 | |
| Capítulo 17 Si Jimmy Cadenas hubiera podido echar el guante al imbécil que le había dicho que Kaylee estaba en un motel a una hora y cuarto al oeste de Laramie, le habría partido por la mitad, le habría roto los dos brazos y le habría hecho tragarse los dientes a patadas. Había buscado villorrio tras villorrio sin encontrar nada, y en el proceso había llegado a entender la causa del mal genio de su padre hacía ya tantos años. Tal vez al viejo no le faltaba razón, al fin y al cabo. Tal vez un adolescente que iba de listillo solo entendiera el lenguaje de los puños. El chico le había tomado el pelo, y el Cadenas odiaba que la gente le tomara por tonto. Muy pocos hombres repetían aquel error, por lo menos en su cara, porque él siempre respondía al instante: con los puños, con los pies, con una botella rota, con un cuchillo o con una pistola. Jamás le había gustado hacer daño a las mujeres, pero accedió a matar a Alice Mayberry cuando Sanchez se lo pidió, pero jamás lo habría hecho solo por dinero. La muy zorra le había llamado grandullón, idiota y feo demasiadas veces. Así que tampoco podía ser muy lista. Ahora bien, Kaylee era harina de otro costal y no le gustaba en absoluto la idea de hacerle daño, aun sabiendo que era necesario. A lo mejor si no hubiera hablado con él tantas veces en el club... Pero siempre que se cruzaba con él le dedicaba una sonrisa amistosa, una réplica ingeniosa o un «¿cómo te va?». Jamás le había hecho sentirse torpe o estúpido, como las otras chicas. Y hoy le había dicho que era inteligente. Eso jamás se lo había dicho nadie. Lo que sí era cierto es que no era el imbécil que todo el mundo parecía creer. Para empezar, nadie que fuera tan idiota como algunos pensaban podría vestir tan bien como él. Y además, cuando se detuvo para echar una meada en aquel mirador y vio a Kaylee justo en mitad de la carretera, delante de él como respuesta a todas sus oraciones, ¿acaso no había pisado a fondo? Y se la habría llevado por delante de no ser por aquella vieja. ¿Quién hubiera pensado que una persona tan pequeña y de aspecto tan frágil pudiera tener aquellos reflejos? El Cadenas se detuvo en el aparcamiento de otro sórdido motel, justo cuando se abrían los cielos y empezaba a caer el diluvio. El caso es que él había sido rápido pensando, como hacía la gente inteligente, y había sabido aprovechar la situación. Qué demonios, a un estúpido no se le habría ocurrido comer en el restaurante donde el autobús había hecho la parada del almuerzo, de manera que no habría podido oír la conversación sobre la mujer que estaba buscando. Jimmy abrió el coche y salió corriendo bajo la lluvia hacia la oscura recepción del motel. Se le subió el calor a la cara y apretó los puños. Vale, probablemente no había sido muy buena idea pensar ahora sobre la conversación del restaurante. Intentó abrir la oficina, y al ver que estaba cerrada llamó a golpes a la puerta. Pensar en eso le había hecho perder los nervios otra vez. Eran casi las dos de la mañana, y todavía no había encontrado el motel que se suponía que estaba a una hora y cuarto de aquel jodido restaurante. Le gustaría echarle el guante al gilipollas del chaval aquel. ¡Y pensar que además le había invitado! Justo cuando estaba a punto de atravesar de un puñetazo el cristal de la puerta para llegar al mostrador, se encendió una luz. Salió un hombre, parpadeando bajo el resplandor, y abrió la puerta haciendo sonar la campanilla que había encima. —Vaya nochecita —saludó. Y bostezando retrocedió hacia el mostrador—. ¿Quiere una habitación? —No, tío. Quiero información. El hombre alzó la cabeza con gesto receloso. El Cadenas estaba cansado y harto, y quería volver a su casa, donde había palmeras en lugar de aquel paisaje asqueroso de película del Oeste. Le parecía que ahora sí era un lugar lo bastante privado para sacar a golpes a aquel tipo la información que necesitaba sin cabrear al jefe. Sus ganas de violencia debieron notarse, porque el hombre abrió el libro de registro sin decir una palabra y lo dejó en el mostrador para que el Cadenas lo leyera. Allí no estaban ni el nombre de Kaylee ni el de el cazarrecompensas, pero el Cadenas era demasiado inteligente para esperar que así fuera. —Una pelirroja con unas tetas de infarto, un tío alto de pelo moreno —dijo—. ¿Los has visto? —No, señor. El Cadenas se inclinó sobre el mostrador. —No me estarás mintiendo, ¿verdad? —No, señor. —El hombre tragó saliva, pero le aguantó la mirada sin vacilar. Jimmy lanzó una maldición. Luego suspiró. —A la mierda. Estoy agotado. Dame una habitación. Dormiría unas horas y ya encontraría a Kaylee por la mañana.
Cuando Joe se despertó, encontró la habitación vacía. Se incorporó de un brinco, quitándose la sábana del regazo. ¿Dónde se había metido la pelirroja? La noche anterior había vuelto, a menos que lo hubiera soñado. ¿Dónde estaba ahora? Pero por encima del martilleo de la lluvia en el tejado, por encima del rugido de la sangre en sus oídos, oyó un ruido apagado y se hundió de nuevo contra la almohada. No se había marchado. Estaba en el baño. El ruido apenas era audible, una especie de sordo chinc chinc chinc, pero definitivamente provenía de allí, y a menos que de la noche a la mañana hubieran aparecido ratones, tenía que ser ella. Su vejiga le apremiaba, lo cual era una buena señal, puesto que significaba que había superado la deshidratación de la noche anterior. Pero solo llegó al borde de la cama. Allí se quedó sentado, con los pies separados plantados en la fina moqueta, dudando si debía levantarse para ir al baño. Tenía entre manos un problema enorme. Empezaba a preguntarse si no se habría llevado a la gemela equivocada. Al pasarse la mano por el mentón, apenas advirtió el áspero ruido de la dura barba, que asomaba por encima del martilleo de su corazón y del súbito fragor de sus emociones. Joder, qué idea más espantosa. Había ciertas... inconsistencias que había pasado por alto. Para empezar, la pelirroja tenía un vocabulario que no cuadraba. ¿Qué había dicho el otro día? Que pensaba decir a todo el mundo que la estaba arrastrando por todo el país con obscenos propósitos. ¿Qué clase de gogó decía «obscenos propósitos», por Dios? Eso por no mencionar que era más inteligente de lo que su primera impresión le había hecho suponer. Mucho más inteligente. Qué demonios, era más rápida que él y sabía aprovecharse de la más mínima oportunidad para volverla a su favor. Además, se había dado cuenta de que, excepto aquella vez, había hecho caso omiso de las nueve décimas partes del maquillaje que llevaba en el bolso. O que se mostraba amable con las mujeres y los niños mientras que hacía caso omiso de cualquier tío que se acercaba a ella babeando... a menos que fuera para reclutar su ayuda para escapar. Y... anoche había vuelto. Aquel era el hecho más desconcertante, el que menos entendía. Cuando se marchó, Joe no estaba en condiciones de ir tras ella. Podía haber cruzado la frontera del estado en cualquier dirección, lo cual le habría proporcionado una ventaja considerable. Sam podía haberla encontrado de nuevo, pero eso no era tan evidente. Y aunque la hubiera encontrado, lo más probable es que hubiera sido demasiado tarde o le hubiera costado demasiado dinero para que valiera la pena el esfuerzo. Así pues, ¿por qué había vuelto? Tal vez porque no tenía nada que perder, puesto que era quien decía ser, lo cual quedaría demostrado con una simple huella dactilar al final del camino. Mierda. Mierda. La sola idea le producía náuseas. Y no se trataba de la pérdida de dinero que eso suponía, ni de la decepción que de nuevo causaría a Gary. Era por el recuerdo de cada una de sus palabras, de cada uno de sus actos. Su comportamiento con ella se había basado en la creencia de que estaba tratando con una estúpida corista. Una gogó estúpida y mentirosa. Y una ladrona de coches. No una respetable profesora de sordos. Se levantó de un brinco de la cama. Bueno, si de algún modo se había equivocado con ella, se disculparía. Pero ¿bastaría con una disculpa? «Lo dudo, amigo, lo dudo muchísimo.» Bueno, la llevaría de vuelta a su casa. La... Lo que vio cuando abrió la puerta del cuarto de baño bloqueó todos los pensamientos en su mente. La pelirroja estaba de espaldas a la puerta, con un pie sobre la taza del retrete, inclinada sobre la pierna cubierta de espuma por lo que pasaba una afilada cuchilla del tobillo a la rodilla. Se volvió un poco para lavar la maquinilla de afeitar bajo el grifo, la sacudió contra el borde del lavabo con un chinc, chinc, chinc, y volvió a pasársela por la pierna Llevaba de nuevo la camisa de Joe, cuyos faldones se alzaban cada vez que ella se inclinaba, exponiendo y ocultando las bragas. Unas bragas que, por lo que Jonas pudo ver, consistían en un sencillo hilo de satén que corría entre la división de sus redondas y firmes nalgas. Eran de color rojo carmín. Muy apropiado... Porque hacían juego con los pequeños labios fruncidos de su tatuaje. Un tatuaje que sin palabras invitaba a todos a besar aquel trasero exquisito. El tatuaje de una gogó, no de una profesora. Un alivio que no intentó analizar le corrió por las venas. Joder, qué idiota. Sí, vale, tal vez había caído en algún que otro tópico, como que una gogó tiene que ser tonta. Pero no había perdido del todo ni la cabeza ni su instinto. Casi se echó a reír. Luego miró con más detenimiento la cuchilla que ella tenía en la mano, y la intensa oleada de alivio se convirtió en irritación. —¡Eh! —protestó, abriendo más la puerta—. ¡Eso es mío! Ella pegó un grito y dio un respingo. —¡Virgen santísima! —Resolló unas cuantas veces con la mano en el corazón. Luego se volvió para mirarle ceñuda—. ¿Me quieres matar de un susto? ¡Fuera de aquí! —De un tirón se bajó la camisa sobre las nalgas y volvió a concentrarse en afeitarse las piernas, mascullando algo entre dientes sobre hombres desconsiderados que andan husmeando como gatos en un gallinero. —Dame eso. —Joe intentó quitarle la maquinilla, pero ella alzó el codo para impedir que se acercara, sin dejar de pasarse la cuchilla por la espuma de la pierna. Joe se quedó mirando la franja de piel tersa que iba apareciendo a su estela mientras la espuma se iba acumulando en la cuchilla—. Joder, pelirroja, era la última que me quedaba y ahora estará para tirarla. ________ le miró por encima del hombro. —Ya veo que hoy te encuentras mucho mejor. Has recuperado tu encanto habitual. —Afeitaba, aclaraba la cuchilla, la sacudía. Mientras volvía a ponérsela en la pierna, bloqueó otro intento de Joe por arrebatársela—. ¡Que me dejes! ¡Vas a conseguir que me corte! —Mierda. —Joe se enderezó y se la quedó mirando—. Te la has cargado. Ahora más me vale afeitarme con una lata vieja. —Se apartó el pelo de la frente—. Una lata oxidada que se haya abierto con un cuchillo. —Ay, pobrecito. No había oído en mi vida una historia tan triste. Joe salió hecho una furia del cuarto de baño, pero volvió al instante con un objeto blanco en la mano con espirales en un extremo. —Toma —gruñó—. Usa tu propia maquinilla. Ella, sin hacer caso, se volvió para afeitar la última banda de espuma en la pantorrilla. —Eso es una Epilady, Jonas. —¿Sí? ¿Y qué? —Pues que no corta el vello como la maquinilla eléctrica de tu madre, sino que arranca los pelos de raíz. Úsala tú. Yo me niego a sufrir. —Entonces, ¿para qué coño la metiste en la maleta? ________ se volvió para arrojarle a la cara unas cuantas palabras bien escogidas, pero él alzó la mano con gesto imperioso. —Déjalo, más vale que no entremos en eso. —Volvió la cabeza para mirarle la pantorrilla—. ¿Te falta mucho? No puedo aguantarme todo el día, pelirroja. Tengo que ir al baño. —Dios mío. —________ le miró incrédula—. Eres increíble. —¿Por qué? Tengo que ir, qué le voy a hacer. Ella resopló como una cafetera. —Muy bien. —Tiró al lavabo la toalla con la que se había limpiado los restos de espuma y le apartó para salir—. Todo tuyo, desagradecido. Ya estaba en la habitación cuando la voz de él la detuvo. —Pelirroja. —¿Qué? —No se volvió. Maldito Joe. Tenía que haberle dejado cuando tuvo la oportunidad. —Gracias. Por lo de anoche. —Su voz era grave, áspera, y pareció envolverla—. No sé por qué volviste, pero te lo agradezco. Hoy me encuentro bien, y sé que es gracias a ti. —Luego cerró la puerta del baño. Maldición. ________ se quedó mirando sin ver la lluvia que se deslizaba por la ventana. Jonas la estaba volviendo loca. Era tan arrogante, tan exasperante... Demasiado terco para ver más allá de sus ciegos prejuicios. Excitante. «Ah, admítelo.» De todas formas, ya había tomado su decisión, de manera que ¿para qué seguir fingiendo? Pensaba quedarse para ver adónde les llevaba aquel extraño viaje. Durante años había creído que deseaba una vida tranquila. Una vida normal y segura. Pero tal vez se parecía más a Kaylee de lo que jamás había imaginado. Y a lo mejor eso no era tan terrible. Empezaba a darse cuenta de que había estado reprimiendo y negando partes importantes de su personalidad. Soltarse un poco no tenía por qué ser el camino a la perdición. Y reconocer su sexualidad no tenía por qué ser sinónimo de irresponsabilidad. Era evidente que algunos rasgos de Kaylee eran también suyos. Rasgos que en secreto había envidiado. A lo mejor lo que de verdad contaba era lo que una hacía con esos rasgos. Rebuscó despacio en su maleta, pensando en ello. Cuando Joe salió del baño, ________ tenía clara al menos una cosa. —Tenía razón —gruñó Jonas—. Has destrozado la cuchilla. Las piernas femeninas y las caras masculinas no están hechas para compartir la misma maquinilla de afeitar. —Mirando ceñudo las culpables piernas de _______, tocó con un dedo el trocito de papel higiénico pegado con una gota de sangre a su mentón, y luego indicó otras heridas que adornaban su rostro—. ¡Mira! ¡Me van a quedar cicatrices de por vida! —¡Ay, pobrecito! —El corazón comenzó a latirle con fuerza, pero ________ no vaciló. Atravesó la sala para acercarse a él hasta que apenas unos centímetros separaban sus cuerpos. Al ver que Joe la miraba con desafiante recelo, estuvo a punto de echarse atrás. Como aquello no saliera bien, iba a sentirse una idiota redomada. Pero tenía que intentarlo. Con la vista fija en la pequeña herida bajo su hinchado labio inferior, que era su objetivo real, le agarró los hombros y se alzó de puntillas. —Ven. —Al oír el tono grave y sedoso de su propia voz, _________ se humedeció nerviosa el labio con la lengua. Por primera vez sonaba de verdad como Kaylee—. Que te lo voy a curar con un besito. OOOOOOOOOOhh!!La rayis,¡Qué atrevida! Esto está que arde,estoy segura que allí hace mucho calor. xD Bueno, creo que me entendieron. Chicas, ahí les dejo un cap más. Ahora comienza la cuenta atrás, el próximo capítulo es el más HOT y más romántico que hay Quiero muuuchos coments ¿si? Sí. =) |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 01:52 | |
| POR DIOS!!!!!!!! He sido una fiel lectora... hasta cuándo tendré que esperar para leer el resto del capítulo????? Por favor que no sea mucho tiempo o te juro que me va a dar algo... (No sé que me daría ) Plis tienes que continuar.... viene lo hot y lo romántico Qué combinación!!!!! Me encantó la parte en la que Joe comienza a dudar a cerca de si se trajo a la gemela equivocada... ojalá siga abierto a esa posibilidad... Plis sigue!!!!! P.D. Yo estoy en México y de echo ahora son las 2:50 de la madrugada... ves??? Me desvelo por tu nove creo que meresco más no??? Pero igual podríamos conectarnos yo en la tarde de aquí y tú en la noche de Spain o a ti que te parece??? | |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 02:01 | |
| - BETTY DE JONAS escribió:
- POR DIOS!!!!!!!!
He sido una fiel lectora... hasta cuándo tendré que esperar para leer el resto del capítulo????? Por favor que no sea mucho tiempo o te juro que me va a dar algo... (No sé que me daría ) Plis tienes que continuar.... viene lo hot y lo romántico Qué combinación!!!!! Me encantó la parte en la que Joe comienza a dudar a cerca de si se trajo a la gemela equivocada... ojalá siga abierto a esa posibilidad... Plis sigue!!!!!
P.D. Yo estoy en México y de echo ahora son las 2:50 de la madrugada... ves??? Me desvelo por tu nove creo que meresco más no??? Pero igual podríamos conectarnos yo en la tarde de aquí y tú en la noche de Spain o a ti que te parece??? Jajajá , me encantaría ponerte el cap, pero la cosa es que la espera lo hace más interesante y misteriosa... Jooo, bueno, está bien , te pongo un trocito pero chiquitito ,eh! Peor nada más Muhahaha Y sí, Joe, sigue abierto a muchas más posibilidades Oh hermosa, no te desveles, duerme y mañana así como por arte de magia, veras un nuevo capi xD Pd: Jajajá,waoo que tarde es , y sí, obvio que por la tarde, como quedamos, el martes 26 de junio a las 8:00 de la tarde. Peor una pregunta, que hora es en Spain cuando son las 8:00 en México |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] Junio 25th 2012, 02:14 | |
| Podríamos intentarlo así...si mis cálculos no me fallan A la 1 de la tarde en México son las 8 de la noche en Spain... Creo que eso funciona para las dos no???? Entonces yo me conecto a la 1 de la tarde y tú a las 8 de la noche va???? P.D. Gracias por ser tan considerada y apiadarte de mi ... Ando como zombie esperando cap... aunque sea cortito... | |
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| Tema: Re: Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] | |
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| | | | Soy toda Tuya (Joe&__) [TERMINADA] | |
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