Sweet Love & Hate – Second Season.
Capitulo Veintiséis.
Sonreí a Macie mientras ella terminaba de colocar unas piezas de Lego sobre una superficie especial para ellas. Ella rió y acarició su estomago al terminar, aplaudí riendo y ella caminó torpemente hasta mi, la cargué y besé su frente. Miré a mi alrededor, los chicos estaban en la Preparatoria, Nick en su trabajo, y Dara, a ella le habían entregado un Temario en Juliard, y se suponía que debía estar leyéndolo.
Macie tocó mi rostro y atrapé sus dedos con mis labios, luego la dejé en el suelo nuevamente y ella siguió jugando, me dediqué a observarla, crecía demasiado rápido, aún era pequeña de edad, pero de estatura, sospechaba que sería más alta que Dara. Tampoco era un bebé gigante, pero sobrepasaba pocos centímetros el límite natural a esa edad.
Pero Macie era realmente hermosa… Tomé una pieza y le mostré como colocarlas bien sobre las otras, ella gritó para que no tocara sus cosas, era muy delicada en ese aspecto. Reí y la dejé tranquila…
- Hey… Macie, linda, mírame… -ella me miró seria- ¿Vamos a buscar a Dara?
- ¿Da? –susurró-
- Si, Da, vamos a buscarla…
Ella asintió, me levanté y le mostré mi mano, ella soltó las piezas y tomó mi mano, salimos de la habitación y comenzamos a caminar por los pasillos de esa enorme casa. Llegamos a las escaleras, dejé a la pequeña para que subiese sola, mientras yo iba tras ella. Subía lento, pero siempre llegaba arriba. Al llegar, se puso de pie y comenzó a caminar.
Siempre se andaba descalza por toda la casa, o con calcetines. El pediatra había dicho que era muy pronto para colocarle zapatillas, y mejor le obedecía. Toqué la puerta de la habitación de Dara, y no contestó. Negué y cargué a la pequeña. Abrí lentamente la puerta y sonreí al verla concentrada, escuchando música y viendo algo en su MacBook.
Macie la señaló sonriente, la dejé en el suelo y la pequeña corrió a ella. Dara al vernos, dejó todo a un lado y cargó a su hermana para luego llenar su cara a besos, reí y me senté a un lado en su enorme cama. La miré y noté que ella tenía ojeras, negué y miré a Macie, la cual reía entre sus brazos…
- ¿Qué hacías Dara? –le pregunté luego de un rato-
- Nada… Solo revisando mí correo. Nada más.
- Okay… -asentí- ¿Te sientes bien?
- Si, ¿Por qué lo dices?
- Tienes ojeras y estás… Un poco pálida.
- Oh, no es nada mamá. Es solo que no he tenido mucha hambre, y no he comido mucho.
- ¿Segura?
- Si mamá. Muy segura.
- Okay… No dudes en confiar en mí si algo pasa. Sabes que te oiré y luego, pues opinaré.
- Lo sé mamá –dijo riendo- No te preocupes. Es nada.
- Bien Dara… Porque no quiero que algo malo te pase, ¿Lo entiendes?
- Si mamá…
Ella sonrió y volvió a jugar con Macie. Sonreí mientras seguía observándola. Algo le pasaba, y no quería decirlo.
Corrí mi cara cuando Nick trató de besarme. Los chicos rieron mientras el luchaba para darme un tan solo beso. Llevaba ya varios minutos haciendo lo mismo, y para los chicos, eso era como ver una comedia. Por último, me levanté huyendo de Nick, Macie gritó emocionada mientras Rain solo nos observaba sonriendo.
- ¡Ya déjame! –grité-
- No, ven acá… Eres tan mala, que ni siquiera me saludaste.
- ¡Tu hija acaba de despertar, no te quejes!
- No me quejo, yo solo reclamo mi beso de bienvenida.
- ¿Quién te ha dicho a ti que hay beso de bienvenida? –dije riendo mientras huía de él-
- Yo lo digo… Y si yo lo digo, ¡Se cumple!
- No mi General –me burlé-
- Ven acá…
- ¡No! –el logró tomar mi brazo, me jaló a él y me abrazó, solo opté por dejarme caer en sus brazos, a lo que me dejó en el suelo-
- ¡______! Levántate de ahí… Vamos.
- No –reí- Tú quieres besarme y yo no quiero hacerlo.
- Si quieres, masoquista.
- Ya, Okay… Basta, voy a levantarme, te besaré y luego me iré a sentar.
- Perfecto.
Me levanté lentamente, me acerqué a él, pero rodeó mi cintura y besó mis labios de una manera tan ardiente, reí y me separé de él, pero no me soltó, volvió a besarme y sonrió.
- Hoy te llevo…
- ¡No Nicholas! –Grité cuando me llevaba fuera del comedor-
- No, ya… Era broma. Sentémonos.
- ¡Gracias a Dios! –exclamé y él me soltó-
Nos sentamos, los chicos seguían riendo, Rain ‘hablaba’ con Macie y Nick y yo los observábamos a todos. Poco después, cenamos tranquilos y a gusto hablando entre todos. Esas cenas así, valían más que cualquier cosa.
…Suspiré mientras salía del baño colocándome el pequeño camisón de seda color crema. Amarré mi cabello en una coleta y me senté en la cama, mientras veía mi teléfono, alguien entró a la habitación, supe que era Dara, por sus pasos, ella se colocó frente a mí y me hizo mirarla.
- ¿Pasó algo Dara?
- Si… Quiero hablar contigo.
- Está bien… Siéntate acá –señalé a mi lado pero ella negó-
- No, ahí no… Vamos a mi habitación, ¿Si?
- Pero…
- Es que papá puede venir, y sé que se molestará, y mucho.
- ¿Es algo grave Dara? –Me levanté y ella tomó mi mano-
- No lo sé mamá, enserio, no lo sé.
- Dios, Dara…
Ella me sacó de esa habitación, entramos a la de ella y colocó el pestillo, me senté en su cama y comencé a observar a mí alrededor. Luego la miré y le sonreí, ella solo vestía una camiseta gigante de los Mets y su cabello iba sujeto en un moño. Caminó y se sentó a mi lado cruzando sus piernas como una niña pequeña. Solo tenía diecisiete.
- ¿Vas a decirme Dara?
- Es que mamá… Yo no sé –sus ojos se llenaron de lagrimas-
- Oh mi vida… Tranquila, no pasa nada –la abrasé y ella me abrasó rápidamente-
- No sé exactamente eso… No sé que hice mamá. No sé si estuvo bien o mal.
- ¿Qué has hecho linda?
- Sabes que… Franco y yo, buen, somos muy buenos amigos.
- ¿Son algo más? –Pregunté frunciendo mi ceño-
- Está bien, si… Desde hace tres semanas, desde la noche de la cena.
- Oh ya –asentí recordando-
- Y bueno… -sollozó- Todo iba bien… Hasta ayer.
- ¿Te hizo algo? Porque si es así…
- No mamá, no hizo nada… Mejor dicho, hicimos… Ayer, yo fui a su apartamento, todo estaba bien y eso… Luego nos besamos, y sucedió eso…
- Oh Dios Mío… Cariño, ¿Por qué? –Mis ojos se atestaron de lágrimas inmediatamente-
- No lo sé mamá –comenzó a llorar- No sé en qué momento ocurrió, no se… Enserio, no sé… Ayer por la tarde vine a casa, no cene y hoy no desayuné, porque no puedo dejar de pensar en eso…
- Cariño, eso… -suspiré controlando mis lagrimas- Eso es algo que no debiste hacer cariño. Yo sé que no tenías planeado hacerlo ni nada por el estilo… ¿Qué pasó por tu mente en ese momento?
- Que lo amaba…
- Oh mi vida… Dios. Esto… Yo no puedo creerlo cariño. No puedo creer que tú hayas caído en esto.
- Lo sé mamá…
- ¿El te dijo algo después?
- Solo que… Solo que quería pasar la eternidad conmigo, estaba muy deprimida como para hacerle caso alguno.
- Mira mi vida… Esto, esto es algo que marcara tu vida, para siempre, el resto de tus días lo recordaras, pero antes… ¿Lo hiciste por amor?
- Si –asintió-
- Bien, no puedo hacer nada regañándote, gritándote y esas cosas, pero te puedo aconsejar, ¿Okay? A partir de hoy, recuérdalo como algo lindo, algo que entregaste con amor, ¿Entiendes?
- Si.
- Perfecto, piensa así, hermosa. Cuando seas muy grande recordarás este momento y dirás, ese día, yo lo hice por cariño y amor, no me obligaron ni me amenazaron, ¿O Franco lo hizo?
- No, solo sucedió.
- Bien… Solo, ten presente esto… Esto que hiciste, primero, fue por amor y nada más por amor, segundo, fue porque tú estuviste de acuerdo y supongo que en su momento, fue maravilloso…
Ella rió y la acompañé.
- Ahora, no te pediré que dejes de hacerlo, y tampoco te digo que vayas y lo hagas como si fueses una conejita… Solo te pido, con todas mis fuerzas, que si vuelven a repetir esto… Estén protegidos… Mañana te llevaré al médico, es un chequeo normal y esas cosas…
- ¿Algo básico?
- Si hermosa, algo básico, ¿Okay? No te sientas mal, ¿Si? Yo estaré aquí para ti siempre, siempre hermosa… Pero, ahora que hiciste esto, solo ten más cuidado, ¿Si?
- Si mamá…
- Y de esto, solo sabremos tú y yo… Nadie más, si tu padre o tus hermanos se enteran, ten por seguro que Franco amanecerá clavado en la Antorcha de la Estatua de la Libertad, ¿Entendido?
- Si mamá…
- Bien, eso me gusta… Hablaremos más mañana, ¿Si? Ahora debo irme o comenzaran a buscarme como locos –me levanté-
- Si.
- Y no te preocupes linda, no tienes por qué preocuparte, ahora solo enfócate en hacer las cosas bien, que no vaya a surgir algún imprevisto ni nada. ¿Entendido?
- Entendido mamá.
Besé su frente y la abrasé, luego salí de la habitación y caminé hasta la mía, sonreí al ver a Nick y Macie saltar en la cama. Sentía que hacía muy poco tiempo, era Dara la que estaba ahí. Reí suavemente y negué mientras entraba, ellos se sorprendieron al verme, abrasé a Macie y la mantuve junto a mí, pensando en su futuro, en que lo que había pasado Dara, le serviría a ella como ejemplo a abstenerse de cualquier situación parecida…
Parecía que solo a mí, me ocurrían esas cosas. A veces la presión, era demasiada, pero amaba ser la madre de esos chicos y la esposa de un gran hombre.