Compañeros de Trabajo.
Capítulo trece. Último Capítulo.
Dedicado a todas las lectoras.Incluso con el pánico que le atenazó el pecho, ______ empujó a Dawn a su espalda para protegerla.
La pantera rugió, alzó una garra y le lanzó un zarpazo con las uñas extendidas.
Las puntas finas como agujas penetraron la tela de la blusa y le rozaron la piel. Logró contener un grito. Se agachó y extrajo el cuchillo que Joseph le había arrebatado al guarda.
Pero el animal no volvió a moverse. Una orden imperativa lo frenó en seco.
Solo entonces ______ comprendió que la pantera no andaba suelta. Que tenia la correa puesta. Y que Oliver Reynard sujetaba el otro extremo. Como en la noche de la fiesta.
—Quieta —ordenó. La pantera obedeció. Se echó en el suelo con un gruñido bajo, sin apartar los ojos de ______. En la mano libre Reynard sostenía una pistola y dos guardas con ametralladoras lo flanqueaban—.Suelte el cuchillo —le dijo a ______.
Ella obedeció y a su espalda captó un sollozo de Dawn.
—No pasa nada —la tranquilizó.
Uno de los guardas se adelantó a recoger el cuchillo.
—No intente nada —indicó Reynard con sonrisa de triunfo.
—No lo haré. Reconozco cuando he sido derrotada.
—Muy astuta —miró en derredor del patio—. ¿Dónde está su compañero, Joseph Connors? Tengo entendido que ese es su verdadero nombre.
—Preparando el transporte —respondió.
— ¿Dónde?
—No compartió esa información conmigo. Él está al mando de la operación. Yo trabajo para él.
—Miente —bufó Reynard—. Usted es la jefa de seguridad de Industrias Winston. Lo trajo para que la ayudara a recuperar a la hija de Stan Winston —ella se encogió de hombros—. Obtendré la información que quiero de usted. Quizá le dé otra dosis de esa droga que acaba de disfrutar... la ate y deje que se retuerza hasta que me cuente lo que quiero saber.
______ se esforzó por mantener el rostro sereno. La idea de estar en las garras de Reynard le provocaba escalofríos, pero logró no revelar la reacción.
—Mantengamos eso en la reserva —dijo la voz de otro hombre.
______ se quedó boquiabierta al verlo. Era Ted Burnes, el mismo que le había advertido que tuviera cuidado con Joseph. Lo miró confundida. Trabajaba para ella. ¿Qué hacía con Reynard? No creía que hubiera ido a rescatarla.
—Lo siento, encanto —explicó él al ver su expresión—. Estoy en el otro bando.
—Pero tú me ayudaste a escapar de la mansión —indicó Dawn—. Eras mi amigo.
A ______ le costó asimilar esa información.
— ¿Ted? —preguntó.
—Sí, yo ayudé a Dawn a escapar de ti —rió.
—Canalla. En todo momento estuviste metido en esto. ¿Por qué traicionaste a Stan? Ha sido bueno contigo.
—Bueno, quiero tu puesto desde hace tiempo. Y también sabes que quiero tu cuerpo. Parece que Oliver y yo vamos a disfrutarte en la isla. Luego, regresaré con la triste noticia de que fallaste en tu misión. Que no has podido volver. Lo cual me dejará en una posición inmejorable para mantener a Oliver al tanto de lo que ocurre en Industrias Winston. Solo se trata de negocios, ______. Y de lujuria... de ti y de poder. Quiero estar en la cima de la cadena.
—No te has ganado esa posición —espetó ella.
—Quizá no según tus patrones. Pero creo que últimamente he hecho un buen trabajo.
—Sí. Ted ha sido una fuente muy valiosa —corroboró Reynard—. Es una pena que no pudiera enviarme un mensaje antes. He estado tratando de conseguir información sobre Connors. Pero no pasa nada. Ya está aquí. Y usted y el ex agente de la CÍA no escaparán. La retendré corno rehén. Y por lo que he visto de su conducta, él no la abandonará.
______ vio que alteraba la dirección de la mirada hacia su espalda.
— ¿Dónde diablos estabas? —preguntó Reynard con voz cortante—. Se supone que tienes que vigilar este sitio.
Sabía que el único hombre que había detrás de ella era Joseph... vestido con uniforme de guarda y al parecer con la cara escondida por la gorra.
El cuerpo se le puso tenso mientras esperaba para ver qué iba a hacer... aunque creía saberlo.
—Connors me golpeó en la cabeza —respondió... con buen acento isleño.
—Recibirás un castigo por permitir que se te acercara tanto.
—Sí, señor —acató Joseph con docilidad.
Pudo sentirlo avanzar despacio y el cuerpo se preparó para la acción.
—Al suelo, ______ —gritó Josep.
Ella arrastró a Dawn y cayó sobre el suelo de cemento, cubriendo el cuerpo de la muchacha con el suyo mientras las balas silbaban sobre sus cabezas.
Sorprendidos, tos guardas no tuvieron posibilidad de disparar. Cayeron como bolos, junto con Ted, Reynard y el felino que había sido su mascota.
Al cesar los disparos, reinó un silencio sobrenatural en la selva. ______ se sentó. A su lado, Dawn había empezado a llorar.
—Ya ha pasado —murmuró, apoyando la cabeza de la joven en su hombro para que no pudiera ver la carnicería—.Ya ha pasado todo. Nos vamos de aquí.
Joseph se acercó.
— ¿Te encuentras bien?
—Sí.
Él miró en todas direcciones.
—Si tenemos suerte, nadie habrá oído los disparos.
—Y si no, darán por hecho que los hicieron los hombres de Reynard.
—Exacto —convino Joseph, acercándose a los cuerpos para comprobar algún signo de vida. Luego, se volvió hacia ella y sus ojos se encontraron.
Estaban muertos. Pero ______ sabía que no estarían a salvo hasta que salieran de Isla Orquídea.
Justo en ese momento alguien habló desde la selva.
—Hazme un favor y no vuelvas a disparar. Soy yo, Alex. Me alegra haber estado detrás de un árbol. No esperaba una andanada de balas en esta dirección.
Joseph alzó la cabeza.
— ¿Alex Shane?
—Sí.
Apareció un hombre alto, de pelo oscuro, que estrechó la mano de Joseph.
—Encantado de conocerte, amigo. Lamento que estuvieras en la línea de fuego.
—No sabía que estabas detrás de las mujeres. Pensaba esperar hasta que aparecieras, pero al ver a otro guarda salir de la torre, supuse que las probabilidades habían empeorado... hasta que descubrí que eras tú.
Joseph asintió y se volvió hacia ______ y Dawn.
—Os presento a Alex Shane, antes del departamento de policía del Condado de Howard, Maryland. Ahora trabaja para Randolph Security. Cam Randolph y yo tenemos un acuerdo de compartir información y personal. ¿Cómo supiste dónde encontrarnos?
—Tuvimos suficiente tiempo para estudiar tus notas y los mapas de la isla. Y disponemos de más información actualizada... cortesía del señor Burnes.
— ¿Qué? —preguntó ______.
—El motivo por el que no pudo ponerse en contacto con Reynard es que se había visto restringido en sus movimientos... por algunos hombres de Randolph y Connors que en este momento se encuentran en Industrias Winston —Alex miró a Joseph—. Es una pena que no pudiéramos enviarte un mensaje. Después de que te marcharas a la isla, encontramos las huellas de Burnes en el frasco de las gotas que empleó Dawn para poner fuera de combate a ______. Inspeccionamos su apartamento y encontramos escondidos una serie de mensajes entre Reynard y él. Cuando logró esquivar la red de seguridad para venir hasta aquí, supimos que teníamos que entrar en acción. De modo que si no nos hubierais llamado, habríamos venido de todos modos. Y ahora sugiero que nos larguemos de aquí.
—Sí—convino Joseph,
______ ayudó a Dawn a incorporarse.
— ¿La embarcación está en la cala?
Alex asintió. Al dar un paso hacia la selva, Dawn lo agarró del brazo.
—Por favor, no podemos irnos sin Juanita. Ella me ayudó. Le dijo a ______ que me encontraba aquí. No podemos abandonarla. Es de Nueva York. Solía trabajar en la casa de mi padre. Después volvió a Isla Orquídea porque su familia es de aquí.
—Parar para recogerla representa un riesgo añadido para nosotros —indicó Joseph.
—Lo siento —musitó Dawn—. Pero sé lo mucho que ella odia esto.
—Por eso te ayudó —concluyó ______.
—De acuerdo —aceptó Joseph—. Pero tú te irás al barco.
—Gracias —murmuró.
—Vamos —le dijo Alex.
—Deja que me quede con ______.
—Me reuniré contigo en la embarcación — afirmó esta—.Ve con él. Joseph y yo iremos enseguida.
Alex se llevó a un lado a Joseph unos momentos y luego partió en compañía de la joven hacia la cala.
Joseph y ______ se dirigieron hacia los alojamientos de los criados.
—A propósito, ¿qué te dijo Alex hace unos momentos? —preguntó.
—Que si tiene tiempo, piensa volar la oficina de seguridad.
—Bien pensado —rió—. ¿Cuándo?
—En cuanto pueda. Así que será mejor que nos llevemos a Juanita pronto.
Joseph tenía una orientación excelente y apenas tardaron quince minutos en llegar hasta donde se alojaban los criados.
Desde el borde de la selva estudiaron el entorno. Parecía bastante apacible, pero ya habían descubierto que en la isla las apariencias podían ser engañosas.
Después de bajarse la gorra, Joseph le tomó la mano. Juntos salieron de detrás de los árboles. A esa hora de la noche, había poca gente. Recorrieron el camino de tierra y se dirigieron hacia la puerta de una de las casas pequeñas.
Joseph llamó con suavidad. Luego, otra vez.
— ¿Quién es? —preguntó la voz de una mujer.
—Amigos —respondió ______.
Pasaron unos segundos. Y la puerta se abrió unos centímetros.
Juanita contuvo el aliento.
—Déjanos pasar —pidió Joseph—. No podemos hablar aquí.
Sin darle otra oportunidad, entró. ______ lo siguió y estudió la habitación severa, combinación de salón y dormitorio. Juanita, vestida con una vieja bata blanca de algodón, retrocedía hacia la cocina con expresión de horror.
—No pueden estar aquí, Reynard nos matará a todos —susurró.
—No es factible —la informó Joseph—. Está muerto.
— ¿Me está engañando?
—No —respondió ______—. Gracias a la información que nos diste, fuimos a la Torre Oscura a rescatar a Dawn. Reynard nos sorprendió y Joseph lo mató.
Las facciones de la mujer seguían tensas, como si no pudiera asimilar lo que oía.
—Anoche estaba vigilando cuando le llevaste la comida a Dawn —dijo Joseph—.Ahora mismo va camino de la embarcación que nos sacará de la isla. Ella nos pidió que viniéramos a buscarte. Si quieres marcharte con nosotros, te llevaremos. Pero debes darte prisa. Va a producirse una explosión en el puesto de guardia de un momento a otro.
Juanita parecía aturdida. Pero luego sus facciones mostraron firmeza:
—Sí. De acuerdo —convino—Dejen que me vista.
Momentos más tarde, salió de un pequeño cuarto de baño con una camiseta, unos pantalones de algodón y unas zapatillas.
—Vamos.
Joseph abrió la puerta. Al salir, el sonido agudo de una sirena quebró la tranquilidad de la noche.
Joseph maldijo.
Por todas partes se abrían puertas.
— ¿Qué significa esa alarma? —inquirió él.
—Es la alarma de que nos atacan. Aunque no he oído ninguna explosión.
—Alguien tiene que haber descubierto que nos largamos de aquí.
Se movieron con la máxima celeridad posible por la vegetación, hasta que salieron a la playa y siguieron la línea costera que llevaba a la cala.
A su espalda, una explosión sacudió el suelo y la ola de sonido llegó hasta ellos.
Rodearon un promontorio y llegaron a la zona donde las olas eran más pequeñas. Con la vista clavada en el agua, ______ divisó un yate anclado a unos cien metros de la costa.
Alex Shane corrió a su encuentro.
—Vamos —instó—. Parece que el lugar está dominado por los disturbios. Me pregunto qué va a ser de los otros invitados de Reynard.
—Supongo que será «sálvese quien pueda» — aventuró Joseph.
Alex tenía una lancha en la arena. Volvió a empujaría al agua y la sostuvo mientras las mujeres subían a bordo. Luego, con la ayuda de Joseph, la sacó por completo al mar.
Minutos más tarde, se alejaban de la isla.
______ realizó un recorrido rápido por el yate. Era pequeño, con camarotes diminutos abajo. No había espacio para puertas. Unas cortinas aportaban un poco de intimidad. Y el único mobiliario en cada camarote eran unos camastros.
Después de que Dawn y ______ llevaran a solas una hora en un camarote, con la joven confesándose, Joseph bajó y llamó a la pared junto a la entrada.
—Adelante —invitó ______.
Apartó la cortina, pero con las dos mujeres dentro, no había espacio para él, por lo que permaneció en el pasillo.
— ¿Cómo te encuentras? —le preguntó a Dawn.
—Asustada.
—Ya ha terminado todo —le aseguró—. Puedes relajarte. Es probable que quieras darte una ducha y disfrutar de una comida decente.
—Quizá se haya terminado la parte de la isla —indicó ella—. Pero no la de enfrentarme a mi padre.
—Créeme... se alegrará tanto de verte, que ni siquiera alzará la voz.
______ contuvo unas lágrimas al observar la reunión de Stan Winston con su hija en el aeropuerto JFK.
Winston dio a Dawn un abrazo de oso y le dijo que lamentaba haber limitado tanto su vida. Pero que después de perder a su esposa, había tenido pavor de perderla también a ella.
Después, se volvió hacia ______ y Joseph, de pie ante la limusina que los llevaría a todos a la ciudad.
—No hay modo de que pueda agradeceros de forma adecuada que hayáis traído a mi hija a casa. Habéis arriesgado vuestra vida para salvarla —cuando llegaron a la suite lujosa donde habían planeado por primera vez el ataque a Isla Orquídea, Stan Winston los estudió a ambos—. Sé que el dinero es una manera fría de expresar mi agradecimiento, pero he transferido un millón de dólares a la cuenta de cada uno.
______ sintió que se le abría la boca.
—Se...señor —tartamudeó—. No puedo aceptar ese dinero por realizar mi trabajo.
A su lado, Joseph emitía una protesta similar.
— ¿Trabajo? —bufó Winston—. Los dos podríais haber rechazado cumplir esta misión si lo hubierais querido. La aceptasteis sabiendo que teníais todo en contra. No rechacéis mi recompensa por una tarea bien hecha. Y ______, no descartes mi oferta de unas vacaciones. Te las mereces. Si deseas un par de meses, no dudes en tomártelos.
Charlaron durante unos minutos más, pero ______ pudo ver que Winston estaba ansioso por llevarse a su hija a casa.
— ¿Por qué no se marchan? — instó—. Redactaré un informe oficial y se lo dejaré sobre la mesa dentro de una semana. Necesito plasmarlo todo mientras aún está fresco.
El industrial inclinó la cabeza hacia Joseph.
—Dejaré que redacte el informe. Luego, cuento contigo para que la obligues a relajarse.
—Sí, señor —acató Joseph.
Momentos más tarde, se quedaban solos en el salón de la suite.
Ella lo vio tragar saliva y pasarse las manos por los costados. Se dio cuenta de que estaba nervioso.
—Joseph —comenzó—, no me debes nada. ¿De acuerdo?
—______, deja que diga lo que tengo que decir, ¿de acuerdo?
Sintió un nudo en el pecho, convencida de que allí se terminaría todo.
—Muy bien —logró decir.
—Me disculpo por forzarte a acostarte conmigo al comienzo de la misión, pero hacer el amor contigo en aquel momento me alteró por completo. Y cada vez ha hecho que te desee más —se pasó una mano por el pelo—. No es solo un sexo increíble lo que quiero de ti. Anhelo mucho más. Siempre he sabido que estabas casada con tu trabajo. Pero no creo que pueda soportar estar sin ti. Te quiero en mi vida, del modo que sea.
— ¿Te refieres a una aventura? —tenía la boca tan seca, que apenas podía hablar.
—Si es lo único que puedes darme. Quiero decir, sé lo importante que es tu carrera para ti.
—Mi padre me enseñó a dar lo mejor —asintió—. Pero al estar contigo me di cuenta de que hay otros objetivos en la vida. Como construir algo importante con el hombre al que amo. Me refiero a ti, por si no he sido lo bastante clara. — ¿Me amas? —preguntó atónito. —Joseph, te quiero desde hace años. Y la primera vez que hicimos el amor, comprendí que lo que me inspirabas no era solo lujuria.
—Gracias a Dios —susurró y le dio un beso prolongado y embriagador—. ______, te quiero tanto... Si te pidiera que te casaras conmigo, ¿qué contestarías? —Que sí.
—Gracias a Dios —repitió—. ¿Qué te parece si me permites compensar mi arrogancia? — ¿En qué pensabas?
—Me preguntaba qué dirías por un cambio de trabajo.
Ella lo miró con curiosidad. — ¿Cuál?
—Convertirte en socia de Seguridad Connors.
—Me... me encantaría —aceptó de inmediato—. Pero me sentiría fatal dejando en la estacada a Stan Winston.
—No tienes por qué. Cuando estés preparada para el cambio, podemos ofrecerle encargarnos de la seguridad de su empresa... con un contrato. Ya sabe que formamos un gran equipo.
—Sí —sonrió.
—Y si lo quisieras, podrías trabajar a tiempo parcial. Después de las vacaciones que nos tomemos... que serán nuestra luna de miel.
—Tu oferta de tiempo parcial... ¿será mientras criemos a nuestros hijos?
—Pensaba que sería un gran plan.
______ ladeó la cabeza y lo miró con seriedad.
—Tengo un pobre gato que me espera en casa. ¿Puedes hacer espacio para él también?
—Sí. Cualquier gato tuyo es mi gato —le sonrió—.Y con la bonificación que nos ha dado Stan Winston, no vamos a necesitar matarnos para cuadrar el presupuesto.
Ella río entre dientes.
—Creo que hay formas más gratificantes de matarse, compañero.
—Sí —acordó, acercándola a él para demostrarle lo mucho que la amaba—. Las hay...
Fin