Lies In a World With No Fear (Nick & Tu)

maldicion! pero que unoportunos!
malditos inferums!
ayyno y Nick! :3
que lindisimo ayy me encanta tu nove, siguela please!

NO LA PUEDES DEJAR ASI COMO VAN A INTERRUMPIR ESE MOMENTO

NICK LO AMO ESTAN HERMOSO ♥

S~I~G~U~E~L~A
S~I~G~U~E~L~A
S~I~G~U~E~L~A
S~I~G~U~E~L~A

Capitulo 33:
Me asuste cuando sus voces empezaron a escucharse por encima de mi hombro. Susurraban mi nombre. Cerré los ojos y escondí la cabeza en el pecho de Nick, aterrada. No quería volver a verlos, no quería revivir los recuerdos. No, no, y no. Nick me aferro a su cuerpo tenso y me susurro palabras de aliento en el oído con la esperanza de tranquilizarme un poco. Tenía miedo. Los Inferums me estaban enloqueciendo.

-Lorem Jonas –susurro uno-. Princeps, princeps volo.

No entendí un demonio de lo que dijo, pero al parecer, Nick sí. Me aferro a su cuerpo con más fuerza. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No quería enfrentarlos. No, cuando tenía el miedo a flor de piel. Me sentía demasiado vulnerable ante sus ojos, sus colmillos y sus voces. Esas cosas eran atemorizantes. Los odiaba. Además, el olor –por lo que dijo Nick- salía de ellos, y era una añadidura a lo que, de por sí, era malo.

-No –dijo Nick-. Por encima de mi cadáver.

Los Inferums susurraron más cosas entre sí haciéndome temblar bajo el abrazo de Nick. Sus palabras me atemorizaron aun más. Yo no quería que él muriera por salvarme. No lo soportaría. No importaba si era mi guardián o no. Yo no quería que él se sacrificara por mí. Era demasiado. Me aferre más a él con el deseo que abriera los ojos y me despertara del sueño temporal. Mantenía la esperanza.

-Nick –susurre.

-Sssh –articulo él-. Escúchame –dijo, sin mirarme. Sus ojos estaban posados en algo (Inferums) por encima de mi cabeza-. Cuando te diga corre, corres. Si te doy una orden, cúmplela. No importa cuál sea, ¿de acuerdo?

Su mirada choco con la mía, poniéndome los pelos de punta. Hablaba en serio. Muy en serio. No me gustaba su actitud para nada. Era como diciéndome: no admito replicas. Obedeces si o si. Y no me gustaba. Trague saliva al tiempo en que un estremecimiento me recorría la espalda. Nada bueno –ni bonito- se aproximaba. Lo veía en su mirada de piedra.

Asentí con la cabeza sin decir nada. No podía articular palabra. No encontraba como.

-Que cursi, Jonas –susurro un Inferum-. ¿Recuerdas la estricta política de Guardianes y Realeza? –pregunto. Su voz era un susurro infernal. Espantosa.

Nick elevo la mirada hacia encima de mi cabeza y frunció el ceño. A pesar de que tenía la tentación de darme la vuelta y ver hacia los Inferums, me retuve. Me daba miedo enfrentarme a ellos. De verdad tenía miedo a ellos; a enfrentarme a su mirada de sangre y sus colmillos afilados y blancuzcos.

-Lo recuerdo –dijo Nick, con una voz tensa y furiosa-. No te metas, imbécil.

-Diligenter quod dicere Caeli –advirtió el primer Inferum-. Te mori.

El tono de su voz amenazante me hizo estremecer. No estaba contento. Y eso era una gran amenaza para ambos. Los Inferums sin enojar eran bastante violentos, imagina tener a uno de frente que no está contento. No es lindo.

Nick volvió a mirarme. Me mordí el labio inferior al tiempo que descifraba su mirada y sus gestos: quería libertad de moverse. Se lo concedí, pero mantuve los ojos cerrados. Sentí cuando él me coloco detrás de él en un gesto de precaución. Mejor para mí porque me negaba a ver a los Inferums frente a frente.

-Exacto –dijo Nick-. Moriré antes de que logren llevarse a la princesa.

-Y eso es lo que queremos.

Di un respingo y abrí los ojos. Cientos de ojos rojos se posaron en mi tan pronto como me di la vuelta. Nick tenía una pose amenazante frente a los Inferums, tratando de verse agresivo y dispuesto a todo, pero de nada serviría. Su poder no funcionaba debajo de la lluvia y él era solo uno en contra de muchos Inferums. Estaba superado por mucho y eso era grave. Sin poderes, con superación en número y sin luz, estábamos acabados.

Los Inferums me querían a mí, no a Nick, era claro. Y si podían tenerme sin necesidad de hacerle daño a Nick, aun mejor. Sería fácil. Pero Nick no permitiría que me atraparan sin antes pasar sobre él. Su convicción me asustaba. Lograría que lo mataran por mi culpa. Y no me gustaba la idea por mucho que le diera la vuelta.

-Nick –susurre, colocando mi mano sobre su hombro al ver como los Inferums se acercaban a nosotros-. Nick, vámonos.

-No –dijo-. Escúchame bien. Cuando te diga corre, corres lo más lejos que puedas. Encuentra a alguien, un refugio con muchas personas y luz, y un teléfono. Llama a Anne. Ella sabrá que hacer.

-No –ahora me negué yo con la voz entrecortada-. No me iré sin ti.

Olvide la promesa que le había hecho con anterioridad y me aferre al hecho que no podía dejarlo solo, debajo de la lluvia y rodeado de Inferums. Las lágrimas abordaron mis ojos. No, me negaba a abandonarlo a su suerte al acecho de Inferums. Me dolía el alma de tan solo pensar en separarme de él en esos momentos. No.

-Tienes que irte, ____ –dijo firme, sin mirarme-. Seré una distracción mientras tú buscas refugio. Estaré bien. Solo prométeme que harás lo que te digo.

Las lágrimas se mezclaron con las gotas de lluvia sobre mi rostro. Mi cerebro grito un “¡no!” instantáneo, pero no pude decirlo en voz alta, aunque quisiera. El corazón me dolía. No podía abandonarlo. Él era demasiado importante para mí. Su vida valía más que todos los diamantes del mundo. No podía, ni quería, dejarlo solo.

-Promételo, ____, hazlo –urgió, con la mirada puesta en los Inferums acercándose-. ¡Vamos, corre!

Se distrajo un momento del objetivo y me miro. Sus ojos reflejaban dolor y angustia. El corazón se me fue a los pies. Él quería que me fuera. Me quería viva… igual que yo a él. Pero su convicción era demasiado fuerte. No permitiría que me quedara aunque se le fuera la vida en ello.

-¡Corre! –dijo con los ojos cristalizados-. Vete –susurro.

Con el corazón en la boca, obedecí. Pero antes de echarme a correr, mire por ultima vez al grupo de Inferums que ya se había acercado lo suficiente a nosotros como para poder olernos mutuamente. Era asqueroso el olor a Inferum, Dios.

Me puse en marcha y corrí lo más rápido que pude. Bueno, lo más rápido que podías correr en tacones. El pecho se me hundió con el fuerte impacto de dejar atrás a Nick. Sabía que él estaba decidido a quedarse, sería una distracción, como dijo, pero me sentía muy mal al dejarlo a su suerte. Me dolía en lo más profundo. Pero corrí con todas mis fuerzas; no dejaría que el sacrificio de Nick fuera en vano.

-Princesa –llamo uno de los Inferums detrás de mi-, no podrás escaparte de nosotros para siempre.

Me perseguían unos cuantos, para mi desgracia. Pero los ignore. Me fije por donde pisaba y por los lugares que pasaba intentando visualizar algún lugar con personas y luz. Pero nada se apareció en mi campo visual. Todo parecía desierto. Genial. Perfecto. ¿Dónde estaba todo el mundo cuando se le necesitaba?

Continúe corriendo a pesar de la frustración que comenzaba a sentir. Y los Inferums estaban casi pisando mis talones. Me resistí a mirar atrás por miedo a tropezarme y ser atrapada como en las películas. Era estúpido que eso siempre pasara en los momentos de mayor tensión. Y eso no me pasaría. Aunque los tacones me estaban matando y casi no podía correr con ellos, no permitiría que me atraparan. Me negaba a ser una víctima mas.

Comencé a jadear tiempo después mientras aun escuchaba las susurrantes voces de los Inferums detrás de mí. Los mechones de cabello mojados se pegaban a ambos lados de mi cara; al igual que el vestido a mi cuerpo. Estaba muy empapada, sudorosa y jadeante. No creía poder soportar más. Los pies me dolían, me sentía pegajosa y me estaba cansando mucho. Pero tenía miedo a ser atrapada por los Inferums, de modo que no me detuve, y continúe corriendo lo mas fuerte que podía.

Pronto llegue a una calle iluminada, y para mi beneficio llena de personas. Parecía que había pasado una eternidad desde que había visto luz y personas, y era como si estuviera en la gloria. Corrí aun mas rápido tratando de deshacerme de los Inferums detrás de mí y llegar pronto con la civilización. Anhelaba un teléfono.

-Dampnare, Caeli –susurro un Inferum tan pronto como entre a la luz de los postes-. Damnant.

Suspire aliviada tan pronto como me deshice de sus voces y presencias. Volvía a estar dentro de la civilización. Estupendo. Era todo lo que quería de momento. Después vería sobre el teléfono.

Me quite los tacones mojados y los cargue en mi mano. Descalza, camine por la deliciosa acera fría y húmeda. Aunque sabía que era de mala educación hacer eso, tenia cosas más importantes en las que preocuparme. Trate de conseguir a alguien que me hablara… o al menos se me acercase, pero fue una odisea. Nadie quería hablar con una chica empapada, desorientada y desaliñada. Los entendía: yo tampoco lo haría.

Cruce los brazos sobre el pecho tratando de calentar mi cuerpo. Tenía frio. Estaba empapada y traía un vestido corto, necesitaba más abrigo para esa noche fría, pero no tenía nada. Suspire, tratando de detener el castañeo de mis dientes cuando me acerque a un mesero vestido de negro y blanco en un restaurante con un nombre desconocido.

-Di-di-disculpe –le dije, tartamudeante debido al castañeo-. ¿Po-podría prestarme su-su teléfono?

Él me miro de arriba hacia abajo y frunció el ceño. Cambio el peso de un pie a otro y me miro fijamente. La bandeja que mantenía equilibrada con una mano se meció un poco cuando ladeo la cabeza sin parar de mirarme. Estuve a punto de girarme y buscar otra persona. Su actitud me estaba sacando de quicio. Pero habló.

-¿Qué le paso, señorita? –pregunto-. ¿Se encuentra bien? Debe tener frio. ¿Quiere pasar? Hablare con el jefe.

Sacudí la cabeza.

-So-solo quiero hacer u-una lla-llamada –me encogí de hombros-. Lo de-demás no importa.

-Si, claro que si importa –insistió-. Sígame, la llevare a la oficina del jefe.

Volví a sacudir la cabeza.

-Solo nece-cesito hacer una-a llamada-da –repetí, intentando que lo entendiera y dejara de insistir-. De-de verdad n-no neces-sito nad-da más.

-Pero yo insisto –dijo, extendiendo su mano hacia mí-. Necesita entrar en calor, señorita –dijo cuando alcanzo mi mano y halo de ella-. Esta muy fría.

-Pe-pero… -intente protestar.

-No más peros. Hágame caso, señorita –dijo con firmeza-. O podría enfermarse.

No quise discutirle su punto porque era razonable. Además, nada malo sucedería si conseguía un poco de calor y un teléfono. Al contrario, sería fantástico. Porque si lo necesitaba.

Oh Dios.
¿¡Que pasó con Nick!?
Ya quiero saber Licsa, necesito saber que pasó con Nick.
¡No queria que se quedara ahi!
Mujer, tienes que seguirla ya. Necesito leer cuanto antes, ¿Si?
¿La sigues?
Ojala que si, eh. Sigue. Bye.

Ay dios mio, estoy a punto de morir por un ataque de nervios, gran acto de valentia que hizo nick al proteger a rayita:'( ojala no le pase nada, ojala esos inferums no le hagan el daño suficiente como para dejarlo sin vida..:/ morire dios mio, esto es demasiado! Tienes que seguirla lo mas pronto posible, necesito saber como esta nick y rayita como estara con toda esta situacion!!!!

Ay dios mio, estoy a punto de morir por un ataque de nervios, gran acto de valentia que hizo nick al proteger a rayita:'( ojala no le pase nada, ojala esos inferums no le hagan el daño suficiente como para dejarlo sin vida..:/ morire dios mio, esto es demasiado! Tienes que seguirla lo mas pronto posible, necesito saber como esta nick y rayita como estara con toda esta situacion!!!!

NOOOOOOOO siguela
que paso con nick?
me prestaran el telefono?
ese mesero si es necio! ...
AHHHHHHH SIGUELA PLIS ANDA no sea maluca....

omj! siguela please
y nick?
waaa siguela please!

oh Dios, q l¡paso con Nick...y ese mesero...no sera malo? espero q no
ya quiero saber q pasara...
S~I~G~U~E~L~A

new reader desde bayamon puerto rico,de q pueblo eres?

Nuev@ Cantidad de envíos : 32 Fecha de inscripción : 06/03/2012

Oooohhhhh por Dios!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Ese mesero... por que tan insistente???? Hay que confiar en el???
Siiiiiiiiiguela que me ENCANTA..!!

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Siguelaaaaaaaaaaaaa<3

Hey, girls. Voy a subir capitulo : )
Be happy; the life is short. ♥
Whatever : P
Hahaha'
Uhmmm. GloryRadioRebel, Hoooola. Que tal? Yo soy de Santa Isabel. Estamos muuuuuuy lejos xD
Pero me alegro de saber que ahí una Jonatica por aquí, cerca, en lo que cabe. Hehe.
Espero poder conocernos pronto, eh. ^^
Buuuueno, ya voy a editar el capitulo. Subo otro mañana.
Las quiero. Se cuidan ♥

Capitulo 34:
Me deje guiar entre las hileras de mesa dentro del restaurante lleno de personas ricas y poderosas. Sus vestimentas hacían relucir todo el dinero que poseían. Sus miradas frías y sin tacto al mirarme me demostraban que estaban asqueados con mi presencia. Y no es que me importara mucho más que ver mier*a en el suelo, pero me daban lastima. Sus corazones fríos jamás sentirían lo que yo estaba sintiendo en aquellos momentos. Me estaba muriendo en vida.

Seguí al mesero a un pasillo lleno de puertas como en el apartamento de Anne, pero este era diferente. Estaba completamente revestido de ébano y había dos puertas señaladas como baño de mujeres y otro de hombres. Las demás puertas no tenían nada sobre ellas. Así que no sabría decir que se escondía tras ellas.

Los tacones chocaban contra mi abdomen con cada paso que daba. Aun mantenía los brazos sobre el pecho y los pies descalzos. No volvería a ponerme esos tacones porque aun me dolían los pies. A pesar de que el cuerpo comenzaba a entrarme en calor, y me sentía mejor físicamente. Aunque no lo estaba emocional. Suspire tratando de apartar las imágenes de todo lo que había pasado con anterioridad. Me dolía en el corazón recordarlas. Y aunque estaban grabadas y reproducidas una y otra vez en mi cabeza, intente olvidarlas. O por lo menos hasta que llegara Anne y me derrumbara en sus brazos.

El mesero abrió la última puerta del pasillo y me hizo señas para que entrara. Entre vacilante, pero entre. Mire a mí alrededor. Las paredes y el suelo eran iguales a las del pasillo: de ébano; y la decoración en marrón. Nada de ventanas ni puertas alternativas ni conductos de aire. Guao. Además, no se veía ni un toque femenino por el lugar. El lugar –en mi opinión- era totalmente varonil e informal. Aburrido.

En el escritorio de ébano de en medio había un hombre de algunos treinta años con el pelo negro sin una cana, los ojos del mismo color y una sonrisa amable. Me pareció amistoso y sonreí a medias. Bien. El hombre se levanto del asiento y rodeo el escritorio para colocarse frente al mesero y a mí. Vestía un lindo esmoquin que debía costar un dineral y se veía como todo ejecutivo, imponente e intimidante. Y era un galanazo, a pesar de su aparente edad.

-¿Quién es esta jovencita, Ted? –pregunto hacia el chico a mi lado.

-No lo sé –se encogió de hombros-. Se detuvo frente a mí pidiendo un teléfono. Se la traje a usted dado a que se ve medio desorientada y confusa. Tal vez podría ayudarla en algo.

-Si –desvió su mirada hacia mí-. ¿Cómo te llamas?

-__-____ –tartamudee debido al castañeo de mis dientes.

-¿Por qué estas tan desaliñada, ____? –Deslizo su mirada por mi cuerpo-. ¿Qué paso?

-So-solo necesito u-un teléfono –repetí. Parecía una grabadora-. Ya lo dije.

-Pero necesito saber que paso –insistió-. ¿De dónde vienes? ¿Tenias acompañante?

Me debatí entre contestarle la última pregunta o no. Me golpeo como una daga en el corazón recordar a Nick y como lo había dejado a su suerte. Respire hondo, cerrando los ojos. Me abrace a mi misma y luche contra las lágrimas. No lloraría frente a dos desconocidos.

-¿____? –Llamo el hombre-. ¿Estás bien?

-Deme un teléfono –mi voz sonó suplicante, pero al menos firme.

Abrí los ojos de golpe y lo mire.

-Por favor.

-De acuerdo –dijo él-. Pero, ¿me contaras que paso, cierto?

Asentí con la cabeza. Estaba decidido a saber qué demonios había pasado de todos modos. Y yo necesitaba el maldito teléfono. ¿Por qué no decirle una mentira? Se la creería mientras yo ya había avisado a Anne. Simple.

Metió una mano en su bolsillo y saco un I-phone. Me lo entrego y yo me aleje un poco marcando el número de Anne. Me lo tuve que aprender por si ocurría alguna emergencia esta noche. Ella había insistido. Y había acertado. Ted se marcho poco después del primer timbrazo y su jefe me concedió privacidad alejándose lo más posible en la oficina. Lo vi sirviéndose licor en un vaso de cristal antes de girarme para hablar con Anne.

-Hola, ¿Quién me habla? –contesto ella.

-¡Anne! –Exclame con alivio-. Sucedió algo.

-¿Qué? –Se altero-. ¿Qué paso, ____? ¿Están bien?

-Yo si –se me formo un nudo en la garganta-. Pero de Nick no estoy muy segura.

-¿Qué paso, ____? –pregunto por segunda vez.

-Nos atacaron los Inferum –solté en un susurro. Aguante la respiración con la esperanza de que también se aguantaran las lagrimas. Al contrario, se derramaron por mis mejillas-. No sé qué paso con Nick –solloce-. Lo deje solo.

-Espera, calma, ____ –dijo ella, en una voz dulce-. ¿Cómo que atacados? ¿Y Nick? ¿Solo?

-Sí, él insistió en que no permitiría que me atraparan –los sollozos se hicieron más notables y las lágrimas bajaban como si nada-. Corrí alejándome de él y de los Inferum. Distracción fue su palabra –balbucee. Me reí sin humor-. ¡Lo deje solo!

-Cálmate, ____ –volvió a decir-. ¿Dónde estás? ¿De dónde llamas?

-No lo sé –solloce, limpiando las lagrimas con el dorso de mi mano-. No preste atención.

-¿Alguna dirección? ¿Algo con lo que pueda encontrarte? –escuche desesperación en su voz, pero muy poca-. ¿Puedes decirme algo, linda?

-No. No sé donde estoy.

-____, debes saber algo. Un poco al menos. ¡Necesito encontrarte! –exclamo.

-¿Puedo ayudar? –Escuche la voz del hombre jefe detrás de mí-. Podría darle la dirección a tu madre.

Me gire a verlo, sorprendida. Ni siquiera me moleste en corregir si era mi madre o no. Solo quería que ella llegara y me sacara de todo esto. Quería que mi vida volviera a la normalidad.

Le entregue el teléfono al hombre después de que él hubiera el vaso lleno de licor sobre la mesa y se hubiera secado las manos en su pantalón. Poco después comenzó a hablar con Anne cosas que mi cerebro no pudo descifrar muy bien. Me abrace a mi misma pegando mi espalda contra la pared alejada de la oficina. Me deje caer por ella con distracción. Las lágrimas aun caían por mis mejillas a medida que rememoraba lo que había pasado en la calle. Lo había abandonado y eso me atormentaba. ¿Qué pasaba si terminaba muerto? ¿Qué, si no volvía a verlo? ¿Qué, si todo su sacrificio hubiera sido en vano y terminaba siendo atrapada? No podría vivir con la culpa, era seguro.

-____ –escuche la voz suave del hombre a mi lado-. Tu madre viene en camino.

Asentí, cerrando los ojos.

-Voy a conseguirte una manta y chocolate caliente, ¿sí? –sonrió-. Necesitas calentarte un poco más. No te ves bien.

-Solo quiero irme a casa –susurre.

-Pronto –dijo antes de levantarse y marcharse.

Poco después, apareció con una manta y otro mesero con una bandeja detrás de él. Me colocó la manta sobre los hombros, cubriéndome todo el cuerpo y, haciéndome entrar en calor. Me moví debajo de él, con satisfacción. Sonreí un poco, medio cerrando los ojos a mi vez.

-Deberías tomar un poco de chocolate, ____ –dijo él, sentándose a mi lado-. Lo necesitas.

-Aun no se tu nombre –lo evadí.

-John –dijo-. ¿Vas a tomarlo o no?

-No quiero por ahora. Estoy bien.

-Sobre todo –bufo el mesero.

John le dedico una mirada atemorizante y el chico volvió a verse regio y serio. Casi reí con eso. John volvió a mirarme y asintió antes de levantarse del suelo. Me pregunte porque lo hacía. Yo solo era una chica desconocida y él estaba ensuciando su costoso traje al sentarse a mi lado. Eso me demostró que no era como otros ricos. Él tenía corazón.

-Te levantare del suelo, ¿de acuerdo? –Dijo antes de colocar su brazo debajo de mis rodillas y otro por mi espalda-. Te veo incomoda ahí.

Escuche el ruido que provocaron los tacones al caer al suelo de madera cuando él me levanto del suelo. Un insignificante detalle. Me deposito en otro lugar más suave y mucho más cálido que el suelo. Suspire acomodándome en el sofá. Cerré los ojos sin realmente quererlo y poco después me quede dormida en el sofá soñando con los momentos en los que se aparecían los Inferums y apartaban a Nick de mí. Una y mil veces pasaron esas imágenes por mi cabeza por mas que no lo deseara. Era horrible... y deseaba que desaparecieran.

Nick.

Demonios. Sentí como mi pecho se comprimía y se retorcía violentamente. Quería llorar hasta que se me secaran los ojos. El dolor era insoportable.

Poco después, volví a la consciencia. No conseguí dormir mucho, pero si lo suficiente como para que pasara el tiempo rápido. Al abrir los ojos, Anne estaba en la oficina hablando con John en susurros. Suspire al verla. Me alegraba mucho dado a que era la única persona en todo el mundo -además de los Inferums- que conocía nuestro paradero y sobre nuestro mundo.

Me incorpore lentamente en el asiento, dejando caer la manta sobre mi regazo. Sonreí perezosamente frotándome los ojos. Los susurros se detuvieron. Fije mi mirada sobre John y Anne quienes me miraban con intriga, deseando saber mi próximo paso.

-Hola –dije, con la voz soñolienta.

-Hola, linda –dijo Anne, acercándose al instante. Se arrodillo frente a mí y unió nuestras manos-. ¿Estas… bien?

-Por lo que parece –me encogí de hombros-. ¿Podemos irnos?

Mire a John durante un momento. No quería sonar maleducada, pero ya no soportaba ese lugar. Quería volver al apartamento de Anne con la esperanza de que Nick estuviera allí cuando regresáramos. Todo había sido un malentendido y una mala pasada. Él estaría bien y sonriente como siempre.

-Si –dijo Anne-. Vámonos.

Me incorpore en el sofá, dejando la manta sobre él. Suspire y camine hacia el área donde había dejado los tacones. Los recogí del suelo a pesar de que seguían mojados. Los sacudí un poco sin impórtame el lugar donde me encontraba. Acomode unos mechones detrás de mis orejas y camine hacia Anne. Salimos poco después del lugar con el alivio recorriéndome el cuerpo.

Pero no me duró mucho aunque lo hubiera querido. Había un profundo vacio en mi corazón. Nick ya no estaba conmigo.

Ow, Nick :/
¡Quiero saber que pasó con el!
Por Dios Mujer, debes seguirla cuanto antes. ¡Ya no soporto seguir asi!
Sigue pronto, ¿Ok? Bye.

Apareciiii xD ... uiiii porfabor siguela... quiero saber que paso con Nick .. please please please *-*

Disculpa por no haber estado presente antes, es que tenia que empezar a preparar las cosas para el instituto recien llevo una semana y desde antes tenia que comprar los cuadernos.. los lapices bla bla bla .. y en eso se me fue todo mi tiempo .. pero VOLVI .. He He He esop. excuse me please.

Oh mi dios! Siguela querida! Que gran hombre ese que ayudo a rayita:') espero que nick se encuentre bien<3. Siguelaaaaaaaaaaa:D

q suerte la de rayita por lo menos Anne ya esta con ella...pero y Nick? q paso con el?
no puedo esperar para saber!
S~I~G~U~E~L~A

DIOS MUJER SIGUELA CHICA
NO LA PUEDES DEJAR ASI SIGUELA
Y NICK DONDE ESTA? PORQ NO ESTA CONMIGO? NIIIIICK?
SIGUELA NO LA DEJES ASI

New Lectora!♥

OMG!.Siguelaa!..Estaa De Lo Mejoor! e.e

Saluudos! ☻

Capitulo 35:
Parecía una muerta viviente rondando el apartamento de Anne. No comía y pasaba las noches en vela. Nick no estaba allí, por supuesto. Él… se había ido. Tenía que superarlo, mi vida continuaba… pero dolía. Lo amaba, y mi corazón se negaba a seguir latiendo sin él. Las lágrimas de dolor bajaban por mis mejillas sin detenerse. Debía tener los ojos inyectados en sangre, mas no importaba. Solo quería una cosa para que todo se detuviera: Nick.

Pegue la espalda a la pared de la sala junto al ventanal y me deslice por ella hacia el suelo. Me lleve las rodillas al pecho y las enrolle con mis brazos. Rompí a llorar de nuevo. Vale, sabía que de nada serviría derramar demasiadas lágrimas por alguien que ya se había ido, pero era inevitable. El dolor que lleno su vacio me estaba comiendo viva y lo único que tenía para desahogarme eran las lágrimas.

Bigbright era una ciudad linda, elegante, con personas moviéndose de aquí para allá por el trabajo. Desde mi posición se veían como hormiguitas. Y eso, al menos, me hacia sonreír.

-____ –escuche la suave voz de Anne detrás de mí. Gire la cabeza hacia ella-. Deberías comer.

-No tengo hambre –devolví la vista hacia el ventanal, deseando que se marchara, y nos dejara a mi dolor y a mí, solos. No soportaba ver su cara afligida y llena de compasión. Me provocaba querer pegarle, aunque sabía que ella solo quería ayudarme.

-Ve, come un poco y luego ve a dormir, ¿sí? –insistió-. Te ves fatal.

-Solo quiero estar sola.

-Has estado dos días en ese estado, ____ –se quejo-. No puedes seguir así.

Se arrodillo a mi lado, colocando sus manos unidas sobre su regazo. Respire profundo antes de mirarla al tiempo que bajaba una lágrima por mi mejilla. La seque y suspire.

-Sí, sí que puedo –dije-. No quiero seguir aquí cuando Nick ya no está. Él se ha ido, y para siempre –solloce-. Es injusto porque él merecía vivir más que yo. Su sacrificio no valía la pena –más lágrimas-. No, cuando iba a perderlo para siempre.

Anne se mordió el labio inferior tembloroso y los ojos comenzaron a cristalizársele. Estaba a punto de llorar conmigo. Pero se retuvo. Extendió sus brazos hacia mí y yo me deje caer sobre su regazo. Comencé a llorar sin consuelo. ¿Por qué la vida era tan injusta? Había perdido a mis padres y ahora a Nick porque querían salvar mi vida. ¡Mi vida ya no era importante! No los tenía conmigo, y eso me dolía en lo más profundo. ¿Por qué demonios se empeñaban en salvar mi vida, ah? Sin las personas queridas, ¿de qué valía vivir?

Escuche varios sollozos de parte de Anne y supe que estaba llorando conmigo. Aunque quise apagar su pena, su dolor, sabía que no podía; era tanta como la mía. Pero saber que estaba llorando, me partía el alma. No soportaba saber que estaba llorando.

Me incorpore y me quede de rodillas frente a ella. Extendí mis manos hacia sus mejillas bañadas en lágrimas y las seque. Sonreí a medias cuando ella también lo hizo. Baje las manos y las coloque sobre el suelo aun sonriéndole.

-Tu dolor aumenta el mío, princesa –susurro entre sollozos.

-Pues no debería –dije secando mis propias mejillas-. Porque sé que ya es bastante grande.

Ella sonrió a medias y tanteo sobre el suelo hasta encontrar mis manos. Las unió con las suyas y me miro a los ojos. Suspiro y agacho la mirada. Ella estaba buscando algo que decirme, algo importante, note por sus gestos y movimientos. Fruncí un poquito el ceño preguntándome que sería.

Anne levanto la cabeza y me miro.

-Ahora que tocaste este tema –comenzó, ahogando un sollozo-, debo decirte algo.

-¿Qué?

-Tengo contactos en Vita Caellum, bueno, tengo que estar en contacto con Caelis allá así que pregunte sobre algunas novedades que pasaban por allá y… -agarro una bocanada de aire-. Me entere de algo importante.

-Ve directo al grano.

-Nick no está muerto –espeto.

Abrí la boca y la cerré, confundida. Parpadee y sacudí la cabeza riendo sin alegría. ¿Era una broma? Es obvio que cuando los Inferums se llevaron a Nick era porque iban a matarlo… ¿o no? Me enrede.

-¿Qué… como? ¿Nick? ¿Vivo?

-Sí. O eso me dijeron en Vita Caellum –se encogió levemente de hombros-. Supuestamente, unos chicos vieron a un grupo de Inferums recorrer un camino por los suburbios con un cuerpo —un Caeli, por su olor—. Así que podría ser Nick, y puede que esté vivo.

Mi corazón dio un salto por la emoción. Nick y además vivo, era la mejor noticia que me podían dar. Sonreí en grande al solo pensar en la posibilidad de que si estuviera vivo. Era maravilloso, no podía dejar de darle vueltas a la idea. ¡Y nosotras pensando que había muerto! ¡Uf!

Pero una pregunta me quito la felicidad.

-¿Qué hacen los Inferums en Vita Caellum? ¿No se supone que ellos no entren allí?

-Albertodi está allí por alguna razón –resoplo-. Tiene a los reyes en un arresto domiciliario. Esa es otra noticia. No pueden salir del castillo.

-¿Ah? –Hice una mueca-. ¿Y los guardianes Caeli no pueden hacer nada para sacarlos?

-No, solo tú puedes hacer eso. Los guardianes no pueden usar la violencia si no es estrictamente necesaria y los reyes tampoco pueden echar a los Inferums debido a que solo tú tienes el poder para eso –suspiro-. Hasta que no tengas la edad suficiente para tomar el mando de Vita Caellum, los Inferums entraran y saldrán a su parecer.

Estupendo, pensé. Toda una responsabilidad recaía sobre mis hombros. Y, ¿Quién hablo de tomar el mando de Vita Caellum? ¿Anne estaba loca? Yo no iba a ser reina de Vita Caellum. No conocía de tradición, cultura y rituales allá en su mundo. Yo vivía como toda una adolescente normal –hasta cierto punto- en Little Village. ¿Cómo me voy a convertir en una reina Caeli si apenas y sabía que era una princesa Caeli?

-Bien, de acuerdo. Inferums en Vita Caellum, reyes en arresto domiciliario por otro rey y un guardián por salvar –suspire-. Es todo un desastre.

-Si… -agacho la mirada-. Espera, ¿un guardián por salvar? No estarás pensando en…

-Tenemos que sacar a Nick te allí –replique-. No podemos dejarlo. No puedo dejarlo otra vez.

-Nick lo hizo para salvarte, ____. Si esta allá es para que tú estés bien, y a salvo conmigo. No podemos ir a Vita Caellum como si nada y salvarlo. Los Inferums no lo permitirían.

-Sí, pero yo soy la princesa Caeli ¿recuerdas? –Rodee los ojos-. Puedo hacer eso y mucho más porque tengo el poder.

-No, no puedes –sacudió la cabeza y apretó un poco más mis manos-. Morirías en el intento.

-Pues entonces lo hare –dije, decidida-. La vida de Nick vale mucho.

-¿Y la de los demás Caelis? –Pregunto ella, enojada-. Si tú mueres, los Caelis estarán a merced de Albertodi, ____. ¿Serias tan egoísta como para salvar a una persona y dejar morir a los demás?

-¡No soy egoísta! –proteste-. Pero Nick…

-No es lo que él querría –insistió ella, mirándome furiosamente a los ojos-. Debes ver desde diferentes puntos –soltó mis manos y las sacudió-. Si mueres, los Caelis morirán contigo –movió sus manos de un lugar a otro, especificando; o más o menos-. Si estas a salvo, los Caelis también.

-Pero Nick no se quedara con los Inferums –insistí; tenía que sacarlo de cualquier modo-. Tenemos que sacarlo de allí.

-Lo sé, ____ –suspiro, agachando la mirada-. Pero tú no estarás involucrada en el rescate.

-¿Qué? –pregunte en voz aguda-. ¡No puedes hacer eso! ¡Por mi culpa él está allá!

-Por salvarte –golpeo levemente mi hombro-. Agradécelo.

-Sí, pero… ¡Tengo que participar en el rescate! Tengo que hacerlo, Anne –suplique.

-No –sacudió la cabeza y se incorporo en su estatura-. No lo vas a hacer. Su sacrificio no será en vano, ____. Si te llevo conmigo, serás presa fácil.

Me cruce de brazos y resople. Comenzaría a hacer un berrinche de niña pequeña, pero no me importaba. Yo quería participar en el rescate de algún modo. No era justo que por mi culpa él estuviera con los Inferums y yo no fuera a rescatarlo. Él era importante para mí, muy importante, de modo que tenía que hacer algo para sacarlo de las garras de los Inferums.

Anne suspiro, frustrada y se dio la vuelta para retirarse de mi lado antes de que comenzara a pataletear. Pero no la deje irse. Me levante del suelo con una bombilla brillando sobre mi cabeza. Una maravillosa idea se formaba en mi linda cabecita.

-Anne, espera –la detuve-. ¿Qué harás para salvar a Nick?

-Iré a Vita Caellum –dijo vacilante. Entrecerró los ojos y se cruzo de brazos, desconfiaba de mí-. ¿Qué piensas?

-Sí, se que iras a Vita Caellum, Anne –rodé los ojos-. Pero ¿Qué harás en sí?

-Contactare a varios compañeros y amigos que viven en el castillo. Veré que más puedo hacer dependiendo de lo que pase. ¿Por qué la curiosidad?

-Quiero ir contigo –sonreí, emocionada-. Te prometo –continúe, levantando mi mano derecha, cuando ella abrió la boca para protestar y comenzar a decir cosas-, que me mantendré al margen y lo más alejada del castillo posible –sonreí-. Pero tengo que ayudar al menos en los planes.

Ella abrió y cerró la boca, pensativa. Estaba visualizando mi propuesta. Maravilloso. Iría a Vita Caellum, era seguro. Anne no se resistía a la tierna mirada y a la promesa de una linda princesa Caeli. Era obvio.

-De acuerdo. Pero… -dijo, cuando comencé a chillar-, mas te vale que cumplas lo que prometiste, eh. No quiero saber lo que me dirán por ser tan mala guardiana de una chiquilla.

Chille y grite abalanzándome a abrazarla.

-Gracias, Anne.

Si, gracias. Pero mi plan era uno muy diferente, y ya estaba en marcha.

NICK SIGUE VIVE cheers

SIGUELA PLEASE QUIERO SABER COMO VAN HACER PARA RESCATARLO

¡Ya quiero saber el plan de la Rayis!
¡Waaaaaaaa!
Siguela pronto, mujer, siento que me no soy yo si no leo la novela.
Suena raro, pero asi es. Sube pronto, Bye.

dios ame el cap
siguela plis
y hay voy YO al recaste de mi amor NICK
aww q romantico y arriesgado a la ves
siguela plis...

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