The Force of Destiny carries me to you Romántica-Hot (Joe y Tn___)

Narra Joseph

Desperté con un cansancio en mi cuerpo terrible, sentía que la cabeza me explotaría en cualquier momento. Tanteé la cama para buscar a Tn____ y no la encontré, entonces recordé todo lo sucedido anoche… Rachel me había besado y ella presenció la escena.
–Tengo que hablar con ella. –Recapacité en voz alta.
Caminé con cansancio hasta el baño, me aseé… Fui hasta el closet, pero el olor de la colonia de ella estaba impregnado por toda la habitación y los momentos junto a ella inundaron mi cabeza por unos segundos… hasta que recordé de nuevo el beso con Rachel.
–Necesito aclarar todo. –Dije seguro en voz alta. Me vestí con un Blue Jean y una camisa negra.
Salí de habitación y me topé con ella. –Buen Día. –Saludé nervioso.
–Hola. –Saludó distante.
Noté sus ojos un poco hinchados y rojos, su cara estaba tan llena de tristeza que la culpa invadió mis sentidos.
– ¿Desayunarás conmigo? –Le pregunté tratando de sacarle conversación.
–Para mi desgracia lo haré. –Comentó alejándose de mí. Me dolió que me tratara tan distante.
– ¡Espera! –Dije sosteniéndole el brazo para que no se fuera.
– ¿Y ahora qué Joseph?
–Hablemos por favor. –Rogué encarecidamente.
–Ok. Pero suéltame. –Ordenó. –Primero desayunaré. –Con largos pasos se alejó de mí.
En el transcurso del desayuno todo estuvo en silencio… para mí fue muy incómodo tenerla cerca y no poder tocarla o besarla. Mil veces traté de sacarle conversación, pero no obtuve ninguna respuesta de ella; su mirada estaba triste y perdida…
–Permiso. –Dijo levantándose de la silla.
–Espera. –Me paré. –Debemos hablar.
–Ok. Hablemos. –Se cruzó de brazos.
–Pero no aquí… subamos a nuestra habitación.
– ¿Nuestra? –Bufó. –Yo no pienso hablar contigo allá. –Aclaró.
– ¿Por qué? –Alcé una ceja incrédulo.
–Porque no me da la gana. Hablemos en la sala. –Habló decidida pero nerviosa, caminó delante de mí.
Llegamos y nos sentamos… los nervios invadieron mi cuerpo… ¿A hora qué le digo?
–Habla… no tengo toda la mañana. –Habló mirándose las uñas.
–Bueno… yo… yo… quiero que… –Interrumpió lo que iba a decir.
–Habla de una vez. –Ordenó irritada.
–Ok. –Suspiré. –Lo que pasó anoche, fue toda una confusión.
– ¿Confusión? ¡Los vi besándose!
–Pero yo jamás le correspondí ese beso. Tn___ por favor esa mujer ya no significa nada para mí. –Insistí.
–No Joseph… no mientas más. A ti te gusta Rachel. –Aclaró firme.
– ¡NO! A mí no me gusta esa mujer. La única que me gusta y a la que amo es a ti ¿No puedes entender?
–Deja de mentir, tú no me amas. –
–Claro que te amo. –Alegué.
–No nos engañemos. Lo nuestro siempre fue una farsa… y por lo visto siempre lo será. –Las lágrimas empezaron a empañar mi vista mientras que las de ella ya se desbordaban por sus mejillas.
–No. Lo nuestro es de verdad, yo te amo y no quiero perderte.
–No nos hagamos daño. Te dije una vez que sólo sería una oportunidad… y pues ya la perdiste. –Aclaró distante.
– ¡¿Por qué?! ¿No puedes entender que te amo? –Espeté enojado.
–Me amas tanto que te besaste con otra –Dijo a la defensiva cruzando los brazos a la altura de su pecho.
–Te dije que yo no la besé. ¿Cómo hago para que me creas?
–Me gustaría decirte que te creo, pero aún estoy muy dolida, y no sólo por ese beso… también verla de nuevo revolvió mis sentimientos de dolor. –Las lágrimas brotaron de sus ojos sin control alguno.
–Tn____ tú y yo nos amamos, lo nuestro no puede terminar por un error tan pequeño como ese.
– ¿Si tú me ves besando a otro hombre, qué harías? –Preguntó. Yo sólo callé. –Ves… ahí tienes… –Se iba ir pero la detuve.
–Tú… una vez lo hiciste… cuando estabas en la clínica, te besaste con ese hombre… y yo los vi. –Mi voz se entrecortó.
–Yo… –Vi la culpa en su mirada. – ¡Está bien! Yo lo besé, pero… cuando lo besé tu y yo no teníamos nada. –Espetó enojada.
–Ok, tienes razón no teníamos nada… pero cuando te vi besarlo me sentí raro y me dieron celos.
– ¿Sabes qué? Es mejor que dejes de sacarme en cara que lo besé. –Me dio la espalda.
–Yo no quiero pelear contigo, por favor, recapacita… lo nuestro es muy fuerte como para que se acabe así de fácil ¿Es que no lo puedes entender?
–Joe… sólo dime algo… ¿Qué sentiste cuando la viste?
–Nada. –Mascullé nervioso.
– ¿Nada? ¿Estás seguro?, yo te noté muy nervioso cuando la viste… –Secó sus lágrimas.
–Sí me puse nervioso pero no es lo que tú piensas. Ella no es nada para mí, te lo eh dicho muchas veces.
–Es mejor que sigamos con esta conversación después… ya debes ir a la oficina y ni siquiera te has vestido. –Se retiró.
¡Qué bien! Menos mal que hablaríamos.
Sonó mi teléfono.
– ¿Qué? –Respondí de mala manera.
– ¿Qué te pasa? ¿Por qué contestas así? –Preguntó Nick.
–No, nada… luego te cuento. ¿Para qué me llamas?
–Necesito que estés en la disquera en menos de 1 hora para terminar hablar sobre la gira.
– ¿Tiene que ser ahora? –Pregunté irritado.
–Sí. ¡APÚRATE! –Gritó y me cortó la llamada.
Tomé mi billetera, las llaves del auto, mi teléfono y salí rumbo a la disquera.

***

– ¿Estás segura? –Preguntó él.
–Claro que sí Richard, lo más seguro es que se peleen. –Aseguró la rubia.
–Eso es perfecto Rachel, así se me hará más fácil lo que tengo planeado.
– ¿Qué harás? –Preguntó intrigada.
–Eso no es de tu incumbencias… sólo haz que Joseph vuelva a caer cómo lo hizo en la fiesta… el resto lo hago yo. –Le besó los labios.
– ¿Y por qué no fuiste a la fiesta?
–Porque ahí estaba Shirley… y no quería tener un enfrentamiento con ella de ningún tipo.
–Ah… ¿Y qué pasa si Joe y Tn_____ se reconcilia?
–Esa es una posibilidad que no quiero pensar… pero debes actuar rápido, aprovechar que están enojados.
– ¿Y qué sugieres?

*Narra Tn____*

Me sentía tan mal… él se había besado con ella, me dolía mucho ¡Estoy celosa! Eso es lo que pasa… tengo celos, muchos celos de que ella bese a MI esposo, a MI hombre… y él idiota sólo se deja besar ¡Tengo tanta rabia en este momento!
Sonó mi teléfono.
– ¿¡QUÉ!? –grité alterada.
– ¿No tuviste sexo anoche que estás así? –Escuché la voz de Shirley.
–Ah… eres tú… disculpa pero no eh tenido una buena mañana. –Dije mirando mis ojeras.
– ¿Qué pasó anoche que buscabas a Joe?
– ¿Podemos vernos más tarde y te cuento? –Suspiré con melancolía.
–Claro… ¿A la hora del almuerzo? En el restaurant de siempre ¿Vale?
–Sí… es perfecto nos venos. –Colgué.
Eché un vistazo para ver si veía a Joe, pero ni rastros de él… seguro que se fue. Me volví a duchar, me vestí algo semi-formal, me maquillé evitando que las ojeras no se notaran tanto; tomé mis llaves y mi cartera. Salí de la casa directo a mi trabajo.
Las horas pasaron un poco lentas, pero llegó la hora del almuerzo.
Salí de la empresa un poco aturdida y enojada.
Sonó mi teléfono.
– ¿Dónde estás? –Preguntó Joe.
– ¿QUÉ TE IMPORTA? –No pude evitar gritar.
–Ya, no era para que intentaras romper un tímpano.
–Adiós.
– ¡Espera!
– ¿Qué?
–Almorcemos juntos. –Rogó.
–Tengo planes, almuerza con Rachel… seguro que aceptará la oferta sin pensarlo dos veces. –colgué.
– ¿Por qué tan enojada? –Escuché su voz y me exalté.