The Force of Destiny carries me to you Romántica-Hot (Joe y Tn___)

Cap. 33 Parte 1/2 “Lluvia”

-¡Tomémonos una foto juntos! –propuso Joe, yo asentí y sacó su teléfono. -1, 2,3. –Tomó la foto. – ¡Listo! –Su sonrisa cada vez se me hace más bonita. – ¡Mira salimos bien en la foto! –Su comentario sonó un poco infantil.
Estuvimos así por minutos tomándonos fotos como locos, y ese tiempo sentí algo nuevo, algo así como ¿Mariposas quizás? No estoy my segura pero es cómo un cosquilleo que nunca había sentido antes. ¿Pero qué dices Tn____? debo estar loca, bien loca para pensar en “Maripositas y cosquilleos en tu estómago” ¡No, esto no me puede pasar! ¿Será que de verdad me enamoré de mi esposo? ¿Podré haberme enamorado de alguien que no conozco lo suficiente? ¡Esto me confunde! ¡Quiero postre!
-¿Y el postre? –Pregunté.
-El postre… bueno el postre no hay. –Dijo él con su cara triste.
-¿No hay postre? –Negó varias veces.
-Pero vayamos a la casa… ahí nos comemos el postre. –Lo que dijo sonó con doble sentido ¿O seré yo la que tiene la mente tan cochina cómo para pensar en otras cosas cómo sexo?
-Está bien vamos. -dejé la servilleta en la mesa y me paré y él hizo lo mismo.
-¿Lista? –Dijo estirándose, yo asentí. –Vayámonos pues… -Caminó hasta mí. –Hay un exquisito postre que nos espera. –Me abrazó y besó mi mejilla.
No montamos en el auto.
-¿Vas a dejar esa mesa ahí? –me entró la curiosidad.
-No te preocupes, ya se encargaran de ella… -Tocó mi mano y echó a andar el auto.
En el camino sólo hablamos y sonreímos. Cuando de repente empezó a llover muy fuerte.
-Lo que nos faltaba, que lloviera. –Se quejó Joe.
-La carretera no se ve casi… ¿Qué hacemos Joe? –Me preocupé.
-No sé… si sigo manejando no creo que lleguemos con vida a casa. –Dijo entre risas, pero no le vi lo gracioso.
-Enserio Joe, ¿Cómo hacemos? –Pregunté de nuevo, con un tono sobrio.
-A unos metros de aquí hay un pequeño motel, podemos parar ahí hasta que deje de llover, porque no nos podemos quedar orillados en la carretera… hay muchos ladrones. –Es una solución… pero ¿Un Motel?
-Está bien vamos… pero sólo hasta que escampe, luego nos vamos. –Le advertí.
Él puso en marcha el auto y en dos minutos llegamos al motelito… un lugar pequeño, no tiene buen aspecto, o sea lo digo porque no se ve muy lujoso… pero sólo serán unas horas mientras deja de llover.
-¡Llegamos! –Me miró y me sonrió.
-¿Cómo sabes que existes este motel? –Lo miré con perspicacia.
-Emmm, bueno… es que… yo… yo… -Arqueé mi ceja y sus nervioso se hicieron a notar más. –Es que… -Lo interrumpí.
-¿No vas a responderme? –Lo miré retadora.
-Mejor entremos… está lloviendo mucho. –Cambió de tema.
-¿Por qué evades mi pregunta? –En cualquier momento me enojaré.
-¡Está bien te diré! Yo… bueno… yo vine antes aquí. –Suspiró.
-¿Así? ¿Con quién? – ¡Ups! No debí preguntar eso… pensará que estoy celosa.
-¿Celosa? –Lo miré ofendida.
-¿Celosa yo? ¿De ti? –Resoplé. –Ni que estuvieras tan bueno. -¿Qué digo? Si este hombre está como quiere, y sí estoy celosa.
-¡Estás celosa! ¡Estás celosa! –Repetía una y otra vez como niño de cinco años.
-¡Olvidemos el tema! Hagamos cómo que no pasó ¿Ok? –Esto me pasa a mí por ser tan celosa.
-Está bien aquí no ha pasado nada… -Volteó su cara hacia los asientos traseros del auto.
-¿Qué buscas? –Pregunté curiosa.
-Mi bolso. Siempre tengo un bolso con ropa en el auto, por cualquier emergencia, ya sabes como dicen por ahí… hombre precavido vale por dos. –Tomó el bolso.
-¿Para qué lo sacas si estaremos sólo unas horas hasta que deje de llover? -¿Será que él piensa quedarse aquí?
-Tranquila, es sólo por si la lluvia no cesa. –Guiñó el ojo.
-¡Bobo! –Le saqué la lengua.
Salimos del auto con dificultad por la fuerte lluvia, agradezco encarecidamente que Joe tenga un paraguas en su auto, gracias al mismo mi ropa no se mojó del todo… pero él se empapó por completo pues no pudimos cubrirnos los dos con el paraguas. Entramos al recinto, muy humilde por dentro, lo que se supone que es el “Lobby” del motel es un poco humilde, las paredes pintadas de un color azul rey a mano derecha la “Recepción” una mujer que no sobrepasa los 60 años estaba ahí revisando un libro.
-Buenas noches. –Dijo cerrando el libro y guardándolo. -¿En qué les puedo ayudar? –Masculló la señora con amabilidad.
-Buenas noches señora. –Logramos decir al unísono Joe y yo. Todos reímos por tal coincidencia.
-Necesitamos una habitación… la mejor habitación. –Exigió Joe con una sonrisa y estrechando sus manos para tomar más calor.
-¡Oh, claro que sí! ¡Pero mírate muchacho estás todo empapado! –Empezó a buscar algo en un estante. –Tome, para que se seque… así puede agarrar un resfriado. –La señora le dio una toalla para secarse.
-¡Gracias! –Ayudé a Joe para secarse.
-Disculpe, pero nos podría asignar una habitación. –Traté de ser lo más amable posible, pues me estaba desesperando.
-Claro que sí, aquí está la habitación 60. –Me entregó las llaves. –Vaya por aquel pasillo de mano izquierda, la segunda puerta a la derecha está la habitación. Son 500$ dólares. –Extendió la mano la señora. Joe buscó el dinero de su cartera y le canceló a la señora. -¡Qué tenga una feliz noche jóvenes! –Su tono de voz sonó con un toque de picardía. Mis mejillas tomaron un color rojizo, mientras Joe sólo reía discretamente.