"Secreto de matrimonio" (Joe&Tú) Terminada

"Secreto de Matrimonio" (Joe&Tú)

Nombre: Secreto de matrimonio
Autor: LaliisSmile
Adaptación: Si.
Género: De todo un poco
Advertencias: ------------
Otras Páginas: No.


Introducción:
Después de tres años de matrimonio, _____ Lynch seguía locamente enamorada de su marido, el magnate de los ordenadores Joe jonas, a pesar de que este era un adicto al trabajo. La única espina en el matrimonio era que trabajase tantas horas con su ex mujer, Maeve, la madre de su hijo. Además, en opinión de _____, era demasiado misterioso sobre su relación con ella. Y el colmo de los colmos fue que pensaba darle una gran noticia durante su cena de aniversario, pero aquella noche Joe tenía que trabajar de nuevo con Maeve.

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

NUEVA LECTORA!!!!!
AIII SIGELA!!!!!!!
de verdad!!!! owwww no agunato por ver el primer cap!!!!!

HOLAAA...
NUEVA LECTORAAA....

siguelaaaaaaaaaaaaaa....
esta buenisimaaaa.... me gusto muchisimoooo
vamosss alsa capiii.....

kiss..y cuidateee

"Secreto de matrimonio" (Joe&Tú)

Capitulo 1

— ¿Puedo ayudarla?
La delgada figura vestida con un abrigo hasta los pies no pareció oír al guardia de seguridad.
El joven, recién incorporado a la empresa Jonas, se aclaró la garganta.
—Perdone, señorita. ¡Señorita...! —la llamó, levantando la voz.
En ese momento la diminuta figura se detuvo en seco. Cuando se volvió, la hermosa melena pelirroja rozó su pálida, casi hermosa cara.
—Señora —lo corrigió ella.
______ respiró profundamente. No podía culpar al pobre guardia de seguridad por no conocer su estatus marital cuando su propio marido lo olvidaba cuando le resultaba conveniente... y cada día parecía convenirle más a menudo, pensó con tristeza.
—Señora, necesito ver su identificación.
—Soy la señora Jonas —dijo _____. Pero eso no pareció impresionar al guardia—. La esposa de Joe jonas.
“Tu jefe”, le habría gustado añadir. El genio, como lo llamaban en las revistas de economía; un hombre que, en diez años, había convertido aquella pequeña empresa de informática en una multinacional.
—Voy a ver a mi marido. No se preocupe, está esperándome... —siguió diciendo entonces. Era una mentira pero pensaba que tenía derecho a mentir, dadas las circunstancias.
¡Y las circunstancias eran que su marido era un mentiroso y un falso!
La expresión del joven guardia de seguridad se endureció.
—Tendrá que inventarse algo mejor. El señor Jonas está arriba, pero la señora Jonas está con él... lleva toda la noche con él —dijo, con aire de triunfo.
Otra vez la misma historia, pensó _____, desesperada.
Su marido había olvidado que iban a cenar juntos para celebrar su tercer aniversario, pero estaba tan eufórica que hubiera podido perdonarle casi todo... casi todo.
En los tres años de convivencia se había acostumbrado al inusual concepto del tiempo que tenía Joe y, aunque llegaba tarde, consiguió mantener una sonrisa en los labios, anticipando su expresión de alegría cuando le diera la noticia.
Pero tres horas después, cuando la cena que había preparado con todo su amor estaba helada, el rencor se clavó en su corazón como un cuchillo.
____ había llamado a su despacho, pero no contestó Joe. Contestó Maeve, su ex mujer.
Y su refinado tono de voz convirtió el rencor en auténtica cólera.
—Lo siento, pero debo pedirle que se marche —anunció el guardia de seguridad, interrumpiendo sus pensamientos.
—Señora Jonas... ¿cómo está?
Al volverse, _____ vio otra figura uniformada. Afortunadamente, era alguien conocido.
—Muy bien, Alec. Iba a subir al despacho de mi marido —suspiró, ante la sorprendida mirada del joven guardia—. Le he traído algo de comer —añadió, mostrando una bolsa donde había guardado los restos de la cena que nunca iba a celebrarse.
—Ah, muy bien —sonrió Alec, pulsando el botón del ascensor—. Buen provecho.
_____ respiró profundamente, preparándose mentalmente para lo que iba a encontrar en el despacho.
Y había hecho bien.
Porque sentados en el sofá, Joe y su ex mujer, Maeve, estaban brindando con champán. No la oyeron entrar, tan embelesados estaban el uno con el otro.
—Feliz aniversario, cariño —dijo ella entonces, vaciando el contenido de la bolsa encima de su marido.

Continuara..

siguelaaaaaaaaaaaa...
NO LA DEJES AHIII.....
que me dejas con los nervios de puntaa...siguelaaaaaaa

ya quiero sabeeeer....
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaa...


kiss...y cuidate

¡Tienes que seguirlaaaaa!
¡PLEASEEE!
En serio,llore con el final!
Enserio sube tan seguido como subias en la anterior!
¡SUBE!
Cdt,Bye!

"Secreto de matrimonio" (Joe&Tú)

Capitulo 2

Cuando Joe se levantó de un salto, los trozos de comida cayeron sobre sus zapatos.
____ sonrió, encantada.
La única pena era que los zapatos que llevaba aquel día no fueran los carísimos italianos que solía usar, sino unos mocasines. Normalmente vestía con traje de chaqueta y corbata, pero aquel día iba en vaqueros... para relajarse con Maeve, seguramente.
Con un metro noventa de estatura y un cuerpo de atleta, Joe estaba guapísimo de cualquier forma. La genética había sido amable con él; además de las largas pestañas y los increíbles ojos cafes que había heredado de su madre irlandesa, tenía el perfil italiano y la piel morena de su abuelo.
— ¿Qué es esto? —exclamó, sorprendido.
Una enorme antipatía nació en el pecho de _____ al mirarlo a los ojos.
—Ostras, pato a la naranja, espárragos, patatas francesas y... ah, sí, profiteroles. Tú cena favorita.
Maeve, que creía una mosquita muerta a la esposa de su ex, contuvo una exclamación.
Joe estaba por encima de esas cosas, pero aquello era una auténtica provocación. Sin embargo, en lugar de parecer furioso tenía los ojos clavados en la abertura del abrigo, que permitía ver el muslo desnudo de su mujer.
—Gracias, pero ya he cenado.
— ¿Ah, sí? Qué considerado por tu parte llamarme para decir que no cenarías en casa.
—Es que ha sido algo de última hora.
Para Joe, aquella era una explicación muy elaborada.
—Ya veo —sonrió _____, mirando con declarada animosidad a su ex mujer.
— ¡_____, por favor!
Maeve se levantó. Alta, esbelta, elegante y muy atractiva.
—Será mejor que me marche...
—No te vayas, por favor —le rogó Joe.
Pero ella ya estaba poniéndose un abrigo de piel.
El corazón de ____ se encogió. Joe nunca le había rogado nada. Él exigía y ella, como una tonta enamorada que era, le daba y le daba y le daba...
—Si no se va, me iré yo —dijo entonces, intentando contener las lágrimas.
Murmurando una disculpa, su ex mujer salió de la oficina.
—Has puesto a Maeve en una posición muy desagradable —la censuró Joe cuando la puerta se cerró.
—Y tú a mí al seguir trabajando con tu ex mujer después de casarte conmigo. No espero que no la veas nunca más... —empezó a decir ____—. Tenéis un hijo y...
— ¡No, otra vez no! —exclamó él—. ¿Cuántas veces vamos a hablar de esto? No importa que tú y yo no podamos tener hijos.
Era la oportunidad de decírselo, pensó ella. ____ abrió la boca para darle la noticia, pero lo que dijo fue
— ¿Te acuestas con Maeve, Joe?

Continuara....

Nueva Lectora......

Please siguela!!!

¡Tienes que seguirlaaaaaa!
¿Que noticia sera?
Y tu,¿La seguiras?
¡LO TIENES QUE HACER!
Pleaseeeee siguela cuano antes!
¿Si?...Espero que si
¡SIGUE!
,Cdt,Bye!

"Secreto de matrimonio" (Joe&Tú)

Capitulo 3

¿Había dicho eso?
Con la boca seca y el corazón acelerado, pero con gesto desafiante, _____ miró a Joe a los ojos.
—Estoy emocionado por esa muestra de confianza —dijo él.
Ella se puso colorada bajo la irónica mirada del hombre, pero seguía manteniendo la cabeza bien alta.
—Esa no es una respuesta, es una técnica de distracción.
La gente evita dar una respuesta directa cuando tiene algo que esconder, pensó.
—No, _____, era un comentario desilusionado.
— ¿Y qué quieres que piense?
—Que los votos que hice el día que nos casamos los hice de corazón.
—También le hiciste esos votos a Maeve —señaló ella.
La expresión de Joe se ensombreció.
—Eso es diferente.
— ¿Por qué es diferente?
— ¡Porque lo es! —exclamó su marido, apartando la mirada.
Para _____ aquello era una evasiva, suficiente para condenarlo. Aunque, en realidad, hasta aquella noche no había pensado que estuviera acostándose con Maeve.
— ¡No puedes negar que la ves más que a mí! —exclamó.
Estaba portándose como una cría, pensó. Debía intentar controlarse.
—Además de ser la madre de Adam, es mi directora de marketing, por supuesto que paso más tiempo con ella. Tú sabías eso cuando nos casamos.
—Sí, claro, porque tú pones las reglas —replicó ella, beligerante.
—Vale, muy bien. Quizá disfruto más de la compañía de Maeve —dijo Joe, apretando los dientes.
— ¡Y quizá yo me he cansado de hacer el papel de esposa fiel para un marido tan egoísta!
—Disfruto de su compañía porque Maeve no espera que le diga dónde estoy o lo que hago todo el tiempo.
La injusticia de aquel comentario dejó a ____ sin respiración. En su opinión, ella había mostrado la paciencia de una santa durante aquellos tres años.
—Interesarte por lo que hace tú pareja no son celos.
—Acabas de preguntarme si me acuesto con mi ex mujer —le recordó él—. ¿Cómo le llamas a eso? Maeve no es el problema, el problema es que no confías en mí.
— ¿Y cómo voy a confiar si te pillo tomando champán con ella cuando deberías estar celebrando nuestro aniversario? ¿Qué haces...?
_____ se quedó boquiabierta cuando vio que su marido empezaba a desabrocharse la cremallera de los vaqueros.
— ¿Tú qué crees? —murmuró él, quitándose los manchados mocasines.
_____ lo miró, con la boca seca, mientras se bajaba los pantalones. Y una parte de ella que no debería empezó a calentarse. A pesar de su rabia, el cuerpo atlético de Joe siempre podía hacer que se derritiera. Sin decir nada lo vio quitarse la camisa y sacar ropa limpia del armario que tenía en el despacho.
Entonces, solo con los calzoncillos, se volvió. _____ miró hacia abajo y vio que la tensión sexual no era solo por su parte.
— ¿Qué llevas debajo del abrigo? —preguntó él, con voz ronca.

Capitulo 4

_____ apartó la mirada, pero Joe había visto el brillo sensual en sus ojos castaños. Entonces sonrió.
— ¡Crees que el sexo lo resuelve todo! —exclamó ella.
Una persona sincera y honesta, _____ debía aceptar que su propia actitud había contribuido. El problema era que, por muy poco razonable que fuera su marido y cómo eso la enfadase, cuando la tocaba estaba perdida.
Joe había aparecido en su vida con su sonrisa matadora y sus perversos ojos cafes y un lado sensual de su naturaleza que desconocía hasta ese momento había despertado de una forma feroz.
—Es una forma de resolver los problemas tan buena como otra cualquiera —sonrió él.
— ¿Qué clase de idiota insensible pensaría en hacer el amor en un momento como este?
—La clase de idiota insensible con el que te casaste. Y si yo, que soy el insultado, estoy dispuesto a olvidar y perdonar...
—Tu generosidad me abruma —replicó ella.
Joe sonrió, divertido por el sarcasmo.
Había sido una delicia descubrir que la seria y modosita maestra de escuela de la que se había enamorado a primera vista poseía un ingenio rápido y una naturaleza apasionada. No solo no se asustaba de sus apasionados avances como había temido, sino que respondía con un entusiasmo y una falta de inhibición que lo volvieron loco. Y seguía siendo así.
—Supongo que mucha gente encuentra atractiva tu arrogancia.
—Al menos, tú —sonrió él, levantando su barbilla con un dedo.
Cerrar los ojos era la única defensa de _____. Y no era muy buena, desde luego.
—No hagas eso —murmuró, cuando él empezó a desabrochar los botones del abrigo.
— ¿Por qué? Estás caliente... sé que estás caliente.
La voz ronca del hombre hizo que la temperatura de _____ se pusiera por las nubes y, por fin, abrió los ojos. Pero en ese momento el abrigo caía al suelo.
— ¿Te has puesto eso para mí?
Sus roncas palabras despertaron de nuevo la ilusión que había sentido mientras se arreglaba para él aquella noche. Y también despertó de nuevo la tristeza que sintió viendo pasar las horas sin que apareciese.
—Sí, me lo había puesto para ti. Me lo puse pensando que, por una vez, llegarías a casa a la hora que habíamos quedado.
—No he olvidado que es nuestro aniversario, _____.
— ¡Pues entonces es peor!
—Hay una explicación...
—No quiero explicaciones. Solo quiero saber una cosa. Si te pido que despidas a Maeve, ¿lo harías?

Capitulo 5

En dos segundos, Joe cambió por completo de expresión.
—No me gustan los chantajes. Y tampoco voy a soportar tus inseguridades —le espetó, con frialdad—. Maeve siempre ha sido una empleada leal y un miembro importante de mi equipo.
Por no decir su primer amor y la madre de su hijo, pensó _____.
— ¿Eso es un no?
— ¿Por qué te sientes tan amenazada?
_____ lo miró, atónita. ¿Lo preguntaba en serio?
— ¿Además de por qué te he visto brindando con ella el día de nuestro aniversario? No sé, déjame ver... —murmuró, adoptando una actitud de seria concentración—. ¿Porque soy un ser irracional?
—Por favor...
— ¿No será más bien porque no te separas de una mujer que es guapísima, elegantísima, que fue tu esposa y es la madre de tu hijo? ¿No te parece razonable que esté celosa?
Mascullando una maldición, Joe la apretó contra su pecho.
—No me casé contigo para que me dieras hijos —dijo, deslizando la mano hasta su pelvis.
El cabello rojo de _____ le rozó la barbilla cuando ella apoyó la cabeza sobre su pecho. Joe respiró el delicado y excitante aroma, metiendo la mano por debajo de la falda corta del vestido. La sintió temblar al acariciar el interior de su muslo.
— ¡Suéltame! —exclamó ella, apartándose de un salto.
— ¿Qué?
— ¡No te hagas el inocente! Sabes que no puedo pensar cuando... —el crudo deseo que había en los ojos del hombre hizo que se le encogiera del estómago—. Y ponte algo de ropa. No estamos hablando de tener hijos. Bueno, no del todo —dijo entonces, con su habitual sinceridad—. La verdad es que...
— ¿Qué?
_____ movió la cabeza. No se puede usar un hijo para arreglar los problemas de un matrimonio.
—Nuestro problema son las cosas más básicas.
— ¿Básicas? No te entiendo.
—Por ejemplo, que me dejes compartir cosas contigo.
—Yo comparto cosas contigo.
—No, Joe. Quien las comparte es Maeve. Yo soy _____, la tonta pelirroja que tienes en casa.
—Sí, claro, te tengo atada a la pata de la cama. Ese es mi estilo.
— ¡No seas frívolo! Quiero estar involucrada en tu vida. Quiero saber lo que te preocupa...
—Tú me preocupas cuando hablas así.
—A veces me tratas más como a una amante que como a tu mujer —lo acusó ella.
— ¿Y eso es malo?
— ¡No estoy de broma!
Joe observó su expresión colérica con los dientes apretados.
—Sé que el asunto de los niños te importa mucho, _____. Si quieres, iré contigo para hacernos pruebas.
Ella no sabía si reír o llorar. Se sentía emocionada por lo que para él era, evidentemente, un sacrificio, pero frustrada por su incapacidad de entenderla.
—No has oído nada de lo que he dicho —exclamó, angustiada—. Y no te preocupes, no hace falta que te hagas ninguna prueba porque... porque estoy embarazada.

Ahi estan 3 Cap para ti LeydiMiller Pero no mueras D:

Hahahaha,¡Gracias!
¡Mil Gracias!
En serio,al menos sobrevivo para mañana!
Hahaha,ojala que subas mañana.Es que en verdad ¡AMO esta nove!
Eres muy buena para subir este tipo de noves!
Esta y la otra que terminastes ¡Estan Hermosas!
Espero que subas pronto!
Y nuevamente ¡Gracias por los tres capitulos!
¡Gracias !
Cuidate,Bye!

No se si la dejaste asi para que
En definitiva, nos muramos TODAS!

Si decides morirte, LeidyMiller, te acompaño........

Hahaha Martha es que esta nove es para morirse!
Es tan hermosa que cuando queda en algo en algo queda en algo "Emocionante" no se que hacer!
Asi que me puedes acompañar si me muero!

Me chantajean ¬¬
Jajaja pero lo peor es que me convencen!
No se me mueran :O
Ya les pongo un cap ¬¬
Las quiero! Besos

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

"Secreto de matrimonio" (Joe&Tú)

Capitulo 6

Uno solo puede contener el aliento durante unos segundos, pensaba _____. Pero Joe no había dado saltos de felicidad al conocer la noticia de que estaba embarazada.
De hecho, no había movido un músculo.
—Sé que esto no es nuevo para ti, pero al menos esperaba algún gesto de alegría.
A menos, claro, que él hubiese cambiado de opinión. Ya tenía a Adam. Quizá el niño satisfacía todos sus deseos de paternidad.
Joe parpadeó.
—Estás... —empezó a decir, tragando saliva—. ¿Estás embarazada? ¡Embarazada! —exclamó, tomándola por la cintura.
_____ observó la sonrisa que iluminaba el rostro del hombre con un suspiro de alivio.
—Me he hecho la prueba esta mañana. Bueno, la verdad es que me he hecho tres... para estar segura del todo. Pensaba contártelo durante la cena, pero...
—Yo no aparecí —terminó Joe la frase con expresión culpable—. Siempre me pasa lo mismo con la hora. ¡Dios! Qué maldita coincidencia.
—Entonces, ¿estás contento? —preguntó _____, sintiéndose tontamente tímida.
—Me he quedado sin palabras —dijo él.
¿Qué hombre no se quedaría sin palabras al saber que estaba a punto de ser padre? Aunque pensaba en Adam como su propio hijo y, en su corazón lo era, no es lo mismo saber que uno ha creado una nueva vida con la mujer que se ama.
— ¿Sin palabras... contento?
Joe estrechó a su mujer contra su corazón y la besó en la boca.
—Contento es poco. Estoy fuera de mí, estoy loco de alegría y, por supuesto, aliviado.
— ¿Aliviado?
—Aliviado por no tener que someterme a humillantes pruebas médicas.
—No habrías tenido que hacértelas —sonrió _____—. Tu fertilidad nunca ha estado en cuestión. Tienes a Adam.
Una extraña sombra pasó entonces por los ojos cafes de su marido.
—Sí, claro. Es verdad.
_____ se dio cuenta entonces de que su deseo de tener hijos con él había puesto mucha presión en su matrimonio. Pero todo estaba solucionado. Contenta, le echó los brazos al cuello.
— ¿Qué prefieres, un niño o una niña?
—Sorpréndeme.
Ella soltó una carcajada.
—Antes, cuando has dicho que era una coincidencia... ¿Qué querías decir?
—No eres la única que está embarazada.
— ¿No? ¿Quién más lo está?
Sería estupendo tener a alguien con quien comparar notas, pensó, ilusionada.
—Maeve me ha dicho que Adam va a tener un hermanito, por eso estábamos brindando con champán.
_____ se apartó, incrédula.
— ¿Maeve va a tener un hijo?
No podía ser. Por Dios, no podía ser...
—Eso parece.
— ¿Y quién es el padre?
Joe observó los signos de tensión y hostilidad en el rostro de su mujer.
—No ha querido decírmelo. ¿Qué te pasa?
—¿Cómo has podido hacerme esto, Joe?
— ¿Cómo he podido hacer qué?
Pero no hubo respuesta porque _____ había salido corriendo del despacho.
Cuando Joe salió del ascensor en el vestíbulo, supo cuál era la respuesta.
— ¿Necesita algo, señor Jonas? —preguntó el guardia de seguridad, intentando no mirar los pies descalzos de su jefe.
— ¿Por dónde se ha ido mi mujer?
— ¿Cuál de ellas?
La mirada salvaje del hombre convenció al joven guardia de seguridad de que acababa de perder su trabajo... o incluso los dientes.
Pero dejó escapar un suspiro de alivio cuando la alta figura pasó delante de él sin decir nada más.

Continuara....
LeidyMiller Martha Ahi esta!!

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

hola(: nueva lectora me llamo alejandra
POR DIOS ESTA BUENISIMA LA NOVE!!!!!!1
siguela porfa!(:
me encantaaaaa!
que va a pasar?! :O
siguela porfa!(:

siguela porfa!(:
siguela porfa!(:
siguela porfa!(:
siguela porfa!(:
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me encanta!!!!!!1

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me encanta!!!!!!