Final Dance [One-Shot de 1 capitulo]

Final Dance (One-Shot)

Estaba cruzando esas puertas de nuevo, eran innumerables las veces que había visitado aquel tétrico lugar.

Pero ahora no iba solamente por una simple revisión, me quedaría internada allí, ya que el cáncer dentro de mí había llegado a una etapa terminal en donde tan solo un milagro era capaz de salvarme.

Di un lento suspiro al verme por fin dentro de las cuatro paredes que me albergarían hasta el día en que mi corazón dejara de latir.

[Dos días después]

Todo transcurría normal en la clínica, habían pasado ya 4 horas desde que el sol había salido y yo aún me encontraba en mi cama sin ganas de levantarme.

-Vamos debes levantarte- me dijo la enfermera luego de abrir bruscamente la puerta, sin importarle si yo aún dormía o no

-No tengo ganas- respondí aún cono los ojos cerrados

-Pues quieras o no irás hoy al salón de baile, así que levántate y vístete- ordenó, para después retirarse

Me sentí y derrotada y tuve que acceder. De un salto salí de la cama para ir a bañarme; al terminar me puse una solera color azul cielo junto con un par de blue-jeans, y por último me coloqué el elemento indispensable en mí, el que me había pasar de “fenómeno” a persona normal: mi peluca, ya que las quimioterapias habían acabado por completo con mi negra cabellera.

Salí de mi cuarto fastidiada, ¿para qué rayos quería que fuera al salón de baile?, nunca pasaba nada interesante allí.

Abrí la puerta y el salón estaba repleto de personas junto con una agradable música, vals si es que no me fallaba el oído.

Pocos se percataron de mi presencia al momento de entrar y tomar asiento. En frente mío se encontraba un muchacho de espaldas haciendo bailar a una señora ya de edad mayor; sonreí al ver aquella tierna imagen.

-Ok Caroline eso estuvo muy bien, ahora ve a sentarte- le dijo el joven a la anciana y luego dio media vuelta en dirección hacia donde yo me encontraba

Era bastante apuesto, tez blanca, ojos marrón intenso junto con el cabello rizado y una sonrisa encantadora debo admitir.

-Bienvenida- se dirigió hacia mí esbozando una sonrisa y extendiendo su mano para que la tomara

-No sé bailar- le respondí mirando su mano tendida

-Eso no importa, deja que la música te guié- sonreí y tomé su mano, él me levantó y empezamos a bailar el hermoso vals

-¿Cómo te llamas?- susurró en mi oído mientras bailábamos

-Mel- dije con la sonrisa que desde el momento en que lo vi no se había quitado de mi rostro, podría haberme quedado con él así para siempre

-Mel, que lindo nombre-

-Gracias- me sonrojé un poco - ¿el tuyo?-

-Nicholas-

-El tuyo también es muy lindo-

-Gracias, debo decir que no lo haces nada mal Mel-

-Si pero soy un poco torpe para esto- ahora sí me sentía idiota, por lo que acababa de decir, empecé a sentir vergüenza y agaché mi cabeza

-Que tal si salimos- me dijo levantando mi barbilla

-No puedo, tengo que estar aquí-

-Pues entonces ¿que tal en el invernadero a las 9?-

-Hecho- y al instante la música terminó al igual que mi tiempo con él
Fui a sentarme y después ya no pude quitar la sonrisa de mi rostro, la sonrisa de ambos estuvo presente el resto de la clase cada vez que nos mirábamos a los ojos.


[8:30 p.m.]

Había vaciado completamente mi armario, no sabía que ponerme, nada me gustaba y ver que el reloj avanzaba me ponía más nerviosa aún. Al final opté por una blusa de tirantes blanca y unas bermudas negras; ya eran casi las 9 así que no me quedaba alguna otra opción.

Entré al invernadero y ahí estaba él, tan perfecto como siempre, al verme me dedicó la sonrisa que me encantaba y me dio una rosa que portaba en la mano.
Aquella noche fue perfecta, cenamos, bailamos, algo que al él le encantaba y hacía que a mi también.

Pero no pude ser más feliz cuando luego de platicar me diera el beso que tanto anhelaba, el más dulce y hermoso beso que había tenido en toda mi vida.


Hace ya más de un mes que Nick y yo éramos novios, nos veíamos en el invernadero todas las noches y ahora estábamos a punto de hacer pública nuestra relación al asistir al baile de caridad que realizaba el hospital, presentándonos como pareja.

-Hoy te ves increíblemente hermosa- dijo Nick antes de que entráramos al salón juntos.

Él estaba con un magnífico traje negro y creo que no podía verse aún más perfecto.
Nuevamente nos encontrábamos bailando, ahora amaba bailar, Nick había hecho que ame el baile en especial el vals, ya que eso fue lo que ambos bailamos cuando nos conocimos.

Mi amor por él no tenía forma de medirse, yo estaba dispuesta a entregarme completamente a él, y así lo hice, aquella fue la noche más feliz de mi vida, juntos nos convertimos en uno sólo, nos pertenecimos el uno al otro.

-Te Amo- le dije recostando mi cabeza en su pecho

-Yo también te amo, nunca lo olvides- me dijo acariciando mi mejilla y luego besó mi frente


(Nick’s POV)

Me extrañé mucho al no ver a Mel en clase hoy, incluso me hizo dudar y pensar en si la decisión de anoche fue algo precipitada.

Al terminar fui corriendo hasta su habitación para tratar de hablar con ella, pero no la encontré, busqué por toda la clínica hasta toparme con la respuesta que más temía, Mel había muerto.

Sabía que ese día llegaría, pero nunca estuve preparado para afrontarlo, la noticia resultó como un millón de puñaladas para mí. Yo sabía que ella poseía aquella horrorosa y devastadora enfermedad, aunque ella nunca tuvo el valor de decírmelo. Mi mente decía que nada terminaría bien, pero el amor que nació en mí desde la primera vez que la vi allí sentada en el salón, me hizo tomar el riesgo que presentaba amarla.


Muestro esta historia a todo aquel que ha perdido a alguien que ama, para mostrarle que no esta solo.

No me siento triste, puesto que sé que con tan sólo el hecho de haberla conocido y de que formará parte de mi vida, me mantendrá feliz el resto de mis días sin importar lo que pase. Aún más porque sé que yo hice feliz los últimos días de la suya.

Su recuerdo vivirá en mí por siempre, hasta el día en el que nos volvamos a encontrar para estar juntos toda la eternidad. Siempre tendré presente desde el día en que la conocí, hasta el día en que fui el hombre más feliz del mundo y no por lo que sucedió entre nosotros, sino porque ese día me dijo las 2 palabras más hermosas de este mundo: TE AMO, nunca olvidaré aquel día, el día de nuestro baile final.

FIN.