Hasta El Fin Del Mundo */Joe & Tú/* [DE TODO & UN POCO HOT]

Me decidí a hacerlo con aún mucha más fuerza, pero fue en ese momento en el que todo tembló con mucha más fuerza y sentí como el vidrio de la puerta se quebraba y atravesaba mi pierna.

Cap. 6

Me tiré en el piso, el dolor era inaguantable, el vidrio cortando mi carne, pero no solamente uno, sino cientos.

Mi respiración era ahora más fuerte y las lágrimas no tardaron en salir de las órbitas de mis ojos todo lo que sentía era el dolor, ¡el maldito dolor! Que conforme pasaban los segundos se intensificaba.

Con mi mano fui recorriendo mi pierna hasta encontrarme con un pedazo de vidrio allí incrustado, agarré el vidrio con mi mano muy cuidadosamente para evitar hacerme una herida con este y lo jalé.

Grité, grité con toda la fuerza que mis pulmones permitieron, no me importaba si despertaba a media ciudad con unos de mis gritos, la verdad lo único que quería era ponerme en pie e irme de allí. Continuaba llorando, sollozando a más no poder, junte un poco de fuerzas para seguir con la acción de retirar los cristales de mis extremidades inferiores y aunque sea lo más doloroso, era lo mejor que podía hacer en ese momento.

Nuevamente me topé con otra pieza en mi pierna y con sumo cuidado volví a jalar de ella, pero esta vez dolió mucho más que la primera vez y volví a gritar ahora hasta casi romper las cuerdas vocales de mi garganta.

-¡_____!- escuché decir a alguien a lo lejos

Yo no articulé palabra alguna, tan solo seguía sentada allí, llorando desesperadamente, deseando nunca haber tratado de abrir esa puerta.

-¡____!- gritaron de nuevo

-¿Sí?- alcancé a decir sollozando

-¿Dónde estás?-

-No sé, no veo nada- dije buscando con mi cabeza el origen de aquella voz

-Sigue hablando, te escucho más cerca-

-¿Quién eres?-

-Aquí estás- escuché decir aliviado

-¡Que me digas quién eres!- ordené

-Joe, pero ¿por qué gritas tanto?, se escucha de aquí a un kilómetro- dijo tratando de sonar
gracioso

-Por qué estoy completamente rebanada y duele- tomé un gran respiro y llevé mi mano hacia mi cara para tratar de cubrir el llanto

-Veamos- suspiró y me alumbró con una linterna

-¡Dios mío!- exclamó y llevó su mano derecha para cubrir su boca, acto seguido agarró mis piernas con sumo cuidado y puso su otra mano en mi espalda para levantarme del piso como si estuviese alzando a un bebé recién nacido.

Me sentí en sus brazos y recosté mi cabeza en su pecho, no sé cuánto tiempo más estuve así, pero de un momento para otro ya no sentí más dolor, más desesperación, ya no sentí más nada.



-Creo que ya está abriendo los ojos- escuché decir a Nick a lo lejos, esperen ¿Nick?, ¿en qué momento había vuelto?

-Sí, si ya está despertando- ese era mi papá

Moví mi cabeza y lentamente fui abriendo los ojos para toparme con una intensa luz blanca que me apuntaba directo a los ojos, me encontraba sentada en una cama de hospital, ¿qué había pasado?, lo único que recordaba era estar en los brazos de Joe y la luz se había cortado, ¿cómo llegué hasta aquí?.

-¿Qué pasó?- cerré los ojos frunciendo la cara por la intensa luz que me apuntaba

-Que dormiste, y mucho- me contestó Nick

-No, yo me refiero a que ¿cómo es que llegué aquí?- abrí nuevamente mis ojos y ahora me encontré con una sonrisa muy grande de parte de Nick

-_____, luego de lo que te pasó con la puerta, te desmayaste y Joe te trajo en brazos para luego traerte aquí-

-¿Y la luz? ¿En qué rato volvió?- lo miré con cara de desconcertada

-A la hora después del terremoto-

Me senté en aquella cama para ver mis piernas cubiertas por las sábanas, la verdad era que odiaba los hospitales, tan sólo el hecho de saber que había una gran probabilidad de que alguien haya muerto en la misma habitación donde me encontraba, me ponía los pelos de punta.

Giré mi cuello y divisé a Joe durmiendo en uno de los sillones de la habitación, ¿acaso se había quedado allí toda la noche?.

-¿Por qué Joe está aquí?- pregunté mirándolo, sin evitar sentir un poco de remordimiento al saber que yo fui la causa de que hubiera pasado una mala noche y tal vez en vela

-Estuvo toda la noche, no se quedaría despegar de aquí- contesto mi padre

Una sonrisa se dibujó en mi rostro ante aquel gesto tan tierno de su parte, jamás pensé que alguien, además de mi familia se preocupara tanto por mí, en especial si era prácticamente un desconocido.

-¿Papá será que me puedes dejarme un momento platicar con Nick?-

-Claro- me miró con cara de extrañado y caminó hasta la puerta para luego salir con un pequeño golpe de esta

-¿Qué paso?- me preguntó Nick con el ceño fruncido

-Tengo miedo- dije susurrando y apartando mi mirada de él

-¿De qué?- me miró mas desconcertado aún

-De morir- solté al fin y agaché mi cabeza

-_____, ya hablamos de esto no tienes por qué temer, sé que lo que ves es horrible, pero eso no significa que todo está perdido- colocó su dedo índice sobre mi mentón y lo levantó para que lo mirara directo a los ojos

-Es que ya no veo nada-

-¿Qué?- preguntó incrédulo

-Ya no puedo ver lo que va a pasar con los demás- dije con un hilo de voz

-¿De dónde sacaste eso?-

-Con Joseph no pude- mis ojos se llenaron de lágrimas

-¡_____!, pero eso es increíble ahora ya vas a poder ser como una persona normal- dijo entusiasmado y con una gran sonrisa

-No- respondí seria

-Pero si esto es algo muy bueno-

-No lo es Nicholas, ¿que tal si ya no puedo leer el destino de los demás porque el mío esta a punto de acabarse?- lo miré a los ojos e inmediatamente su expresión de alegría, cambió por una de preocupación

-¿No pudiste leer mi destino _____?- dijo Joe a espaldas de Nick

Mis ojos se abrieron como platos y lo miré horrorizada, había escuchado todo…