BONJOUR!!!!
espero que esten bien, bueno me disculpo por estar tanto tiempo ausente. a y les advierto que en esta semana no podre subir capitulos lo siento, pero no tendre tiempo, lo intentare pero lo veo dificil.
yaaaaaa no las aburro mas a qui le va un capitulooooooooo
adiosiiinnnnnnnnnCapitulo 11
Ya habían pasado dos semanas, desde que Nicholas y yo éramos novios.
Nunca pensé que ser novia de Nick me hiciera sentir tan completa. Se sentía bien que al llegar al trabajo te recibieran con un abrazo fuerte y un beso que emanaba amor y dulzura, era una felicidad infinita.
En tres días me cambiaria al apartamento que habíamos ido a ver con Nick. Ya era legalmente independiente, y eso me ponía muy contenta, era lo que quería desde hacia tiempo, aunque estaba un poco nerviosa de sobrevivir sola, tenia que saber llevar mi vida de la manera mas favorable para mi. Faltaba un año para que terminara la escuela, en la cual me iba bastante bien, por ello recibí una beca para estudiar pedagogía en historia, materia que me apasionaba. Eso era lo que quería para mi futuro, tener mi titulo de profesora, tener un hogar en donde poder disfrutar de mi familia, en la cual incluía a mi Nick. Quería tener hijos con Nicholas, nietos, bisnietos, una familia de verdad. Era mi deseo mas profundo.
– ¿por que tardaste tanto? Pensé que te había pasado algo–me dijo Nick, cuando entre al restaurante.
– Hubo un accidente, y no nos dejaban pasar– tome mi delantal y lo ate en mi cintura.
– ¿Estas bien?– se acerco rápidamente a mi, y comenzó a verificar si tenia alguna herida– no te duele nada, estas entera…
– Nick… estoy bien. El accidente fue como a las 6:30 y son las 8:00, a esa hora todavía no salía del orfanato– le explique.
– Me asuste, eso es todo…– dijo avergonzado ante su exageración.
– Me encanta que me protejas…– susurre acercando mi rostro al suyo. Nick tomo mi cintura y me apego a su cuerpo.
– ¿A si?– su frente estaba pegada a la mía. Podía sentir su aliento mentolado.
– Si…– comencé a jugar con el botón de la camisa a cuadros que llevaba encima de una camiseta blanca.
– Dime cuanto te gusta– esbozó muy cerca de mis labios.
– Lo amo…– bese sus labios, solo una caricia. Nuestro beso solo era rose de labios, no paso a mas.
Aun me tenía aferrada de la cintura, y yo seguí jugando con el botón, lo sacaba y metía en su ojal. Era muy cursi, pero me gustaba eso.
– Por favor dejen sus cursilerías para otro momento y trabajen…– a pesar que Marie estaba feliz que ‘sentáramos cabeza’ en relación a nuestro noviazgo, no era muy partidaria que en el trabajo fuéramos dos locos enamorados.
–pero si estoy trabajando…– le alego Nick a Marie– trabajo en enamorar cada día mas a esta hermosura– al terminar piñizcó mi trasero.
-¡eh!–le pegue con mi puño en el hombro. Carcajeo y me beso rápido los labios.
–Te amo…– dicho eso se alejo y comenzó a trabajar. A veces hacia que mi cuerpo reaccionara de una forma diferente.
El día estuvo normal, aunque el abuelo de Nick se tuvo que quedar en casa ya que tenía un resfriado leve, pero si no lo cuidaba se podía convertir en una gripe aguda.
Me preocupaba, me daba miedo que en cualquier momento el abuelo se fuera, yo me había encariñado con el anciano, pero era Nick el que me preocupaba mayormente. El amaba a su abuelo, él no estaba con sus padres porque no quería dejar a su abuelo solo, era como su padre, le destrozaría el corazón perder a su abuelo.
– ¿Llamaste a tu abuelo para saber como sigue?– le pregunté a Nick mientras mirábamos algunas cosas para mi departamento.
– ese viejo es como un roble, nada lo detiene.
– ja, me alegro.
– y…¿Estas nerviosa?– me pregunto distraído.
– No– dije cortante. Me miro arqueando las cejas.
– bueno, si un poco… esta bien mucho. Pero que le voy a hacer, mi decisión esta tomada, y ni los peores nervios del mundo me harán cambiar de opinión.
– te acostumbraras, a parte no estarás sola, iré todos los días.
– Será como tu tercer hogar– murmure soñadora.
– oh si…
– mira esa cama, es precisa para mi cuarto ¿no te parece?– la mire pensando en como se vería con un edredón de color blanco y almohadas del mismo color. Me estaba gustando la idea de tener mi propio lugar en donde vivir.
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Había llegado el día de mi mudanza. Más que nerviosa, ahora estaba ansiosa, muy ansiosa. Lo único que quería era instalarme y terminar con eso de una vez por toda, ya no quería imaginar como seria llegar a mi casa del trabajo, quería vivirlo.
Quería sentir esa sensación de independencia total.
– ya esta todo en la camioneta– dijo Nicholas entrando en la que era mi habitación.
– si… me podrías esperar allí ¿si?– murmure con la voz quebrada.
– Claro…– entendió que quería despedirme.
Vi por última vez el lugar que me vio crecer, la cama en la que tuve los mejores sueños, los cuales se estaban haciendo realidad en ese instante. Había muchos recuerdos en ese lugar.
– Bet…– me di vuelta y vi la cara de mi mejor amiga. Corrí a sus brazos.
– ¡oh Natalie!¡te extrañare un montón!– mis ojos ya estaban rebalsados de lágrimas.
– yo también amiga– dijo Natalie en las mismas condiciones mías– no te olvides de mi.
– imposible, nunca lo haría. Pide permiso y te puedes ir a quedar, lo pasaremos bien. – dije enjuagando mis lagrimas.
– si… y tu también ven a verme, acuérdate que somos hermanas.
– Claro que si– le di un fuerte abrazo y me acompaño para despedirme de todos en el orfanato. A pesar de todo extrañaría las madres, ellas habían sido como mi mama, también a mis compañeras, y a las mas niñas, las que eran como mis hermanitas menores. Las extrañaría igualmente.
Al terminar me fui a la camioneta en donde me esperaba Nick sentado en el asiento del piloto con el codo apoyado en la ventana, y su mano sujetando su mentón se veía condenadamente sexy.
– Ya es hora…– dije cuando subí a la camioneta, y seque las ultimas lagrimas.
– Aquí comienza una nueva etapa en tu vida… amor– arranco el motor y nos fuimos a mi nueva casa.
Cuando llegamos había unos niños jugando cerca de la pileta, era muy acogedor.
Nick estaba bajando las maletas con mi ropa, ya que era lo único que tenia, obviamente a parte de las cosas de la escuela. Ya habíamos llevado la cama que me había encantado, fue una suerte encontrarla, era usada pero estaba como nueva y el precio fue razonable para mi presupuesto, también había comprado un sofá; en el mismo lugar; el cual estaba un poco desgastado, pero con la manta tejida de colores vivos que compre, se veía de lujo. Decore con cosas que había comprado en ese lugar fantástico y quedo realmente bien en mi departamento. La mesita de desayuno y la cocina ya tenía sus muebles, un gasto menos. Pero todavía me faltaba comprar cosas, no muy necesarias, pero útiles en la vida diaria; eso lo vería con el tiempo.
–quedo bien…– comento exhausto mi novio, dejándose caer al sofá.
– Si…– me acomodé a su lado, apoyando mi cabeza en su torso.
– ¿Quieres que me quede contigo esta noche?–pregunto Nick acariciando mi cabello. Por mi mente pasaron muchas cosas. Me gustaba la idea de dormir acurrucada a Nick, pero al vez me atemorizaba lo que pudiera llegar a pasar si hacíamos eso.
– yo… no se…quizás…– ¿Por qué nunca podía ocultar lo que sentía?
– Bet… yo no hare nada que tú no quieras– dijo tranquilo. En ese instante se me vino a la mente la pregunta del millón. ¿Nick era virgen?
- Nick…
–Si… todavía soy virgen– dijo seguro de si mismo.
– ¿acaso les mentes?– pregunte impresionada.
– Tu expresión lo decía todo– imitó mi cara de estar concentrada en algo.
– Ya te he dicho que tus imitaciones son malas…– espete entre risas.
– aunque me lo digas lo voy a seguir haciendo.
– ¡ashhh! Me encantas…– le tome la cara entre mis manos y le devore los labios. Poco a poco fui quedando a ahorcadas sobre él. Nicholas recorría mi espalda, de una manera que me encantaba, hacia que se me pusiera la piel de gallina. Su lengua recorría toda mi boca, la sentía en mi paladar y también chocaba con la mía.
Mis manos ya no se encontraban en su rostro, si no que en la cremallera de su poleron, quería tocar la piel de su abdomen. Lentamente fui bajando el carro de la cremallera, mientras que Nicholas descendía con sus besos a mi cuello.
Definitivamente ese era mi punto débil. Deje escapar un gemido, por lo cual mordí mi labio inferior para reprimir los que querían salir. Sentir la lengua de Nick en mi cuello, me hizo desfallecer. Era tan intenso, dejo mi cuello para ir de nuevo a mis labios. Logre abrir el poleron de Nick, metí mis manos debajo de la prenda y la tire hacia atrás para sacarla, Nicholas me ayudo un poca hasta que esta cayo al suelo.
Su camiseta negra me tentaba a retirarla, lleve mis manos al borde de esta y comencé a acariciar la piel desnuda de Nick. Era como el paraíso, estaba tan bien formado, su torso era de dioses. Sus manos también comenzaron a adentrarse entre mi musculosa y mi piel, estaban calientes y me provocaban un montón de sensaciones. De apoco la fue subiendo, hasta que llego a mis pechos, masajeaba mi abdomen, de una manera muy placentera.
– te deseo… Elizabeth– gimió agitado.
Mi mente quedó paralizada, ¿yo también lo deseaba? Claro que lo deseaba, yo quería perder mi virginidad con Nicholas, con el amor de mi vida.
– Nick… hazme el amor.
ciaooooooo espero que les haya gustado byeeeee