Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XLI

“Regreso”

Me sentía miserable y rodeada de melancolía en espera de su respuesta, Nick no hacía más que dar vueltas en la pequeña habitación la cual se hacía más fría – ¡deja de llorar por el amor de dios, sabes cuánto me afecta verte llorar!– dijo alarmado mientras yo no podía contener los sollozos, esté era un recuerdo por el que había luchado con todas mis fuerzas para mantenerlo oculto, nunca hubiera podido olvidarlo pero casi había podido anularlo sin embargo no me arrepentía de habérselo dicho, Nick se lo merecía más que nada se lo debía –ya basta– me dijo suavemente mientras acariciaba mi cabello con mucha delicadeza –no puedo parar de llorar al recordarlo, ese chico murió por mi culpa– dije casi en un tono imperceptible ya que las lagrimas y sollozos me habían dejado muda, este era un tema que me descontrolaba completamente –tranquila, no sigas llorando– dijo luego de escucharme con calma, se acercó a mi rodeando mi cuerpo con su brazo –no estoy preparado para decirte nada, solo te acompañare porque veo el estado en que estas y nunca sería capaz de dejarte en una situación parecida, debo pensar en todo lo que me dijiste y luego lo discutiremos– dijo con mucha seriedad pero en un tono que disimulaba superficialmente lo molesto y afectado que estaba, una vez más Nick abofeteaba mi rostro con su hermosa personalidad, claramente había notado lo afectada que estaba por lo que decidió guardarse sus sentimientos solo para acompañarme y yo no pensaba dejarlo ir, no podría soportarlo sola por lo que envolví su cuello con mis brazos y pegué con delicadeza mis labios húmedos por las lagrimas de su aterciopelada mejilla –gracias– le susurré mientras abría los ojos lo más posible para contemplarlo, Nick me dedicó una suave sonrisa y aunque no había logrado engañarme, me era suficiente esta noche que me regalaba, no hice más que observar sus facciones mientras sus ojos se cerraban, me encantaba el brillo que le daba la luz de la luna a su piel, su rostro estaba completamente relajado mientras su fuerte brazo me apretaba contra su pecho, luego de pasar horas viéndolo me dejé vencer por los embriagantes suspiros de descanso que salían de su garganta, sentí como la piel me ardía lo que provocó que me despertara, el sol se dejaba colar por la ventana directamente hacia mi piel, mientras estiraba mi cuerpo deslicé una de mis manos hacia el lugar de la cama que ocupaba Nick pero el nudo de mi garganta reaparecía al percatarse que Nick había dejado la cama ladeé mi cuerpo para observar el tocador para descartar su presencia en la pequeña casa y como lo supuse no estaba, había una muda de ropa en la cama junto a una nota “Nos iremos a la ciudad” decía la nota, al abrir el paquete descubrí uno de mis vestidos, un Dolce de lino hindú color crema con detalles en blanco suaves como las nubes, un sombrero para el día tejido color blanco y unos lentes de sol, los zapatos Ferragamo hacían juego perfectamente, pero no me sentía complacida, no estaba feliz de volver a la ciudad y aunque lo deseaba no esperaba que fuera en una situación así, al estar lista deslicé mi mirada hacia la ducha en la que me había entregado en cuerpo y alma a Nick y ahora me arrepentía de negarme a recibir placer de su parte la noche en que me ofreció un pedazo de ese cielo que solo se consigue en sus brazos, de repente un sonido me sacó de los pensamientos, al finar mi oído escuché a una mujer gritar con mucha euforia –¡No por favor!– gritaba una y otra vez con delirio y suplica rápidamente abrí la puerta principal de la casa, una joven estaba tirada de rodillas recogiendo del suelo arenosos con desesperación lo que parecía ser ropa, luego escuché mas gritos a unas dos casuchas de distancia, una escena muy parecida se repetía –¡¿Qué sucede?!– me pregunté alarmada mientras me acercaba con decisión hacia lo que parecía ser un acto inhumano, la joven hecha un mar de lagrimas recogía todo lo que podía, pero al ver de quien se trataba una alarma apareció en mi cuerpo y por un momento dude si ayudarla o no, se trataba de Ihana –¡discúlpeme señora por favor!– gritó la joven mientras tomaba mis piernas con sus brazos –señorita es mejor que vuelva a su casa– me dijo un joven mientras me tomaba del brazo y no pretendía desobedecerlo ella no era mi problema hasta que vi algo que me desconcertó aun mas y aun sin merecerlo hizo que explotara en mi interior el deseo ferviente de abofetear a ese hombre, con su pie y sin ningún tipo de delicadeza aparto a la joven del camino dándole un patada que la dejo sin aire –¡¿Cómo se atreve a hacer eso?!– le reclamé al instante mientras me desprendía de su agarre –se merece eso y más señora– replicó al instante en su defensa –ninguna mujer se merece un trato semejante, has retrocedido cien años de historia y evolución– dije mientras me agachaba para ayudarla a levantarse pero antes de poder llegar a ella una mano me levantó –este no es tu problema tn_____ – dijo Nick quien me colocaba de pie a su lado –No puedes dejar que la traten así– le susurré –debe aprender a no meterse con la madre de la hija del dueño de esto– me respondió en el mismo tono lleno de disimulo –ya hice suficiente con permitirles vivir acá– agregó luego, dejándome fría lo acompañe mientras mi espíritu femenino me obligaba a volver –aunque seas el dueño no tienes derecho de tratarla así–
–Ese hombre que la bota es su marido pues descubrió que lo había estado engañando además en mis tierras trato a quien yo quiera como yo quiera– no quise profundizar en el tema para evitar una pelea que lo hiciera explotar, aunque ahora descubría que la chica me había mentido ya que en su antigua historia estaba comprometida con un hombre que no conocía, Nick no soltó mi brazo hasta que llegamos a la camioneta que nos esperaba en la entrada de la casita que se nos había asignado, abrió la puerta y al estar acomodada dio la vuelta al coche para colocarse a mi lado –estamos listos– le dijo al chofer mientras perdía su mirada en la ventanilla, no desvié mi mirada se su rostro esperando que me dejara admirar sus gestos pero no lo hizo, ni siquiera intento hacerlo –esa es la casa principal de la finca, es a esa a la que te debí haber traído– dijo mientras señalaba una hermosa mansión colonial de techos tejados, ventanas grandes acompañadas de balcones llenos de flores y paredes blancas y brillantes como la sal, esas fueron sus únicas palabras, al sentirme mareada me quedé dormida para evitar el malestar –ya debes despertarte– me dijo mientras se bajaba del coche, al alzar la vista me tope con nuestra casa, la casa que Nick había comprado para que habitáramos, al entrar noté que todo estaba amoblado, todo parecía estar adornado por mi ya que mis ideas y sugerencias habían sido tomadas en cuenta y el resto lo había elegido considerando mis gustos –está muy linda– dije al atravesar la sala –gracias– fue lo único que dijo mientras se quitaba la camisa que llevaba quedándose solo con una sudadera blanca –por ser domingo no hay empleados, si quieres puedes llamar a quien quieras, tu cartera está en la cocina igual todos estaban enterados de tu paradero, incluso tus padres– dijo mientras subía las escaleras, lo seguí hasta la que era nuestra habitación la cual estaba tal cual la había dejado antes de mudarme –tu ropa esta arreglada en el lado del closet que te corresponde, todo está como lo dejaste, tus nuevas adquisiciones están al inicio– dijo antes de entrar al baño –descansare un rato, todo está donde lo querías si necesitas algo estaré en mi habitación– sus palabras me dejaron helada mientras salía de la recamara dejándome sola ¿Cómo que su habitación? Esta era su habitación, nuestra habitación, Nick cerró la puerta y yo sin saber que hacer o decir me deje caer en la cama impactada ante lo que había acabado de vivir.