Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XXXVIII

“Amor y Odio”

Su mano encontró mi cadera desnuda mientras sus labios besaban mi cuello y aunque su oferta era muy tentadora ya había tomado una decisión –es increíble que no puedas respetar mi decisión ¿podrías solo dormir a mi lado? Si no te crees capaz de hacerlo deberás dormir en el suelo– le dije un tanto irritada, al escucharme soltó una carcajada –tenía que intentarlo– dijo con diversión después de darme un corto beso, acomodó mi cuerpo en sus brazos y en unos minutos ya se podían escuchar los pequeños ronroneos de su pecho, extrañaba tanto esos ronquitos que servían de sedantes para mi cuerpo, al despertarme Nick estaba a mi lado boca abajo admiré por un minuto su cuerpo pero el calor me obligaba a salir de la pequeña habitación, acomodé como pude la ropa que llevaba puesta y salí de la casa, la tibia brisa refrescaba mi cuerpo mientras me refugiaba del ferviente sol en el pequeño pórtico de la casita, todos los habitantes del pequeño pueblo pasaban frente a la casa sin disimular la sorpresa que sentían al verme, los murmullos eran evidentes y las miradas indiscretas de las mujeres eran un tanto intimidantes –buenos días señorita– dijo una chica que no debía superar mi edad mientras se acercaba con cautela pero audacia, sin pedir permiso se sentó a mi lado en el crujiente piso de madera –mucho gusto, me llamo Ihana– dijo la joven de belleza particular, sus labios eran carnosos y su piel era de un tono tostado muy claro pero rojizo, sus ojos eran de un negro tan intenso que brillaban como el ónix, sus manos eran delicadas y su cabello lacio y negro eran envidiables para cualquier mujer, la única mujer hermosa que había visto en este pueblo hasta ahora –tn____ ta_____ – le respondí con mucha educación fascinada ante la delicadeza que empleaba al hablar –entiendo porque odia este lugar, pero debe aprender a entendernos, nuestro mundo no es como el suyo, estoy segura de que si lo intenta podrá gustarle– dijo luego mientras perdía su vista en los sembradíos –no quiero sonar grosera, pero no pertenezco a este sitio, simplemente no es mi mundo, imagínate viviendo en otro lugar– la joven pensó un poco en su respuesta –entiendo señorita pero usted tiene un factor que yo no, y ese factor tiene nombre y apellido y la ama con todo su corazón, se le nota en los ojos cada vez que la ve, tal vez por él deba adaptarse–
–Mi relación es más complicada de lo que crees, a veces el amor no basta para unir a dos personas y en dado caso él sabe que nuestro destino no está aquí, aun debo descubrir porque me ha traído hasta acá–
–Tal vez quiere que se aleje de ese mundo superficial en donde vive– al escucharla me indigne ante lo igualada que se había tornado la chica –mi mundo no es superficial, si lo fuera no estuviera enamorada o no tuviera amistades, aun no conoces mi historia como para que des una opinión tan exacta como esa– lo que más me enfurecía es que mi respuesta no era suficiente y que mientras decía esas palabras notaba que la chica tenía razón, mi mundo era superficial, eras lo que tenias no lo que sentías –puede que tenga razón pero debo corregirla en algo, si conozco su historia, en un par de revista la nombraron como una de las solteras más codiciadas, también como una de las más hermosas y adineradas, en la televisión han hecho especiales de gente como usted en las que la he visto, se cuanto heredara y cuanto tiene pero no se qué siente o piensa, aquí nos medimos bajo otros estándares– replicó la joven dejándome muda por primera vez en mi vida no tenía nada que decir –entiendo lo que siente cuando la miden por su belleza porque como podrá ver las mujeres normales no son como usted o como yo, admitó que usted es mucho más hermosa que yo pero para este pueblo yo soy la más bella, mi padre me ha comprometido con un hombre de la ciudad al que solo he visto una sola vez, aquí las mujeres no tiene los medios para cuidarse o para operarse al igual que la mayoría de las mujeres del mundo no tiene los recursos para durar una semana en un spa de belleza, además que la genética la favorece mi madre era muy hermosa por eso es que yo también lo soy pero cometió el error de casarse con una persona fea como mi padre–
–No deberías hablar de la belleza de esa forma, hay diferentes tipos de hermosura, he conocido personas muy bellas pero son el peor ser humano de este mundo lo que hace que se marchite esa atrayente belleza, debes mejorar esos estándares– le corregí al notar lo mal formado que estaba su concepto –si usted cree eso ¿Por qué eligió al señor Jonas? Es un hombre muy guapo, digno de las películas, cualquier mujer daría todo por vivir una noche a su lado, muchas se conformarían solo con una noche y usted tiene la opción de tenerlo a su lado siempre, estoy segura que a usted no la atrajo su belleza interna ¿Cómo pasaría eso si no lo conocía?–
–Muy buena observación, pero debo aclararte que no fue su rostro y cuerpo lo que me atrajo y aunque sí tuvo algo que ver fue muy poco, su comportamiento y la forma en que me conquisto en el proceso de conocernos fue lo que me engancho por así decirlo, la manera en que me demostró sus sentimiento hizo que me enamora de él–
–Por eso dejo a su hermano– cuando dijo eso la boca me llegó al piso, era una atrevida –las mas lindas son las más traviesas– continuó sorprendiéndome aun mas, cuando planeaba colocarla en su sitio la puerta sonó –se termino al conversación, no eres nadie para hablar con mi mujer y menos decirle eso, anda a hacer tus cosas y no vuelvas a aparecerte por acá– dijo Nicholas con irritación evidente, la chica le dedicó una mirada entrecerrada y llena de rencor luego se alejo de nosotros, Nick me dio la mano para levantarme –eres un imbécil, dime ¿Cuándo te acostaste con ella?– los ojos de Nick se abrieron como platos –es que no es posible que siempre haya algo que arruine todo Nick, creo que es el momento de dejarnos ir– le dije mientras me daba la vuelta para ir hacia lo que era el comedor de todos, rápidamente lo tenía a mi lado, Nick caminaba mientras se colocaba la camisa –es bastante grave lo que me acabas de decir– decía aceleradamente mientras se ponía a la par con mi caminar –es la verdad, nunca me engañe a mí misma, siempre supe que deben existir cientos de mujeres antes que yo pero es muy diferente cuando una de estas se me acerca y lo peor es que no creo que la conozcas antes que a mí–
–Pues te equivocas, no he tenido nada con ella, si te detienes puedo explicarte– dijo mientras tomaba mi mano pero para mi mala suerte ya nos encontrábamos en el comedor, la vergüenza me volvió a inundar al pensar que había acusado a Nick de algo que no había sucedido y lo peor es que no había dejado que se explicara, me había dejado envenenar por el bicho de los celos, ese que siempre perseguía Nick –pero sabes creo que ahora puedes pensar lo que quieras– dijo con la misma irritación con la que se dirigió hacia la chica, se acerco a la cocinera tomó su porción y se sentó en el mismo lugar del día anterior –señorita espero hoy le guste el desayuno– dijo la señora mientras me entregaba mi plato, le dediqué una sonrisa y me encamine hacia Nick –lamento haber actuado de esa forma– le dije mientras me sentaba en la silla que me correspondía –me dieron celos– Nick sonrió mientras tomaba mi mano y la llevaba hasta sus labios –sé lo que sientes pero debemos aprender a confiar en nosotros, yo aprendí a confiar en ti de la peor forma, no quiero que sufras lo que yo sufrí en ese momento– le dedique una sonrisa –pero no puedo perdonarte tan fácilmente, debes comerte todo para que se me olvide lo que acaba de pasar, es bastante justo tomando en cuenta que tu aun no me has perdonado, aunque debo admitir que me gusta que sientas celos– dijo con la mirada entrecerrada –si me lo pones así de fácil está bien, por cierto debemos hablar Nick– le dije –hablaremos después de comer– olvidé el sabor de la comida mientras me apresuraba en terminar para así poder platicar –si comes así de rápido te ahogaras, te lo digo por experiencia propia– dijo mientras se levantaba para pedir otra ración de comida –siéntate aquí– le dije mientras me levantaba de la silla –no hace falta– replicó –no me agrada verte en el suelo–
– ¿En dónde te sentaras?–
–En tus piernas– los labios de Nick formaron una sonrisa torcida que me desarmo completamente mientras se sentaba –entonces ven a mis piernas mi vida– dijo con orgullo mientras daba un par de palmadas en sus muslos ajustados por la presión de la sentada a sus vaqueros, al sentarme rodeó mi cuerpo con sus brazos mientras fruncía los labios pidiéndome un beso, después de la sonrisa que me había dedicado ya estaba completamente desarmada así que me rendí ante él respondiéndole sus peticiones –me encanta tenerte en mis brazos– me susurró mientras nuestras narices aun rozaban –a mi me encanta estar en los tuyos– Nick retomó su plato de comida ahora apoyado en mis piernas mientras comía, de repente sentí algo golpear mis caderas no pude evitar reírme y al voltear hacia Nick noté como sus mejillas se coloraban –lo siento, recordé un par de cosas– dijo mientras hundía su mirada en el plato, la intensidad no bajaba mientras sus mejillas se tornaban cada vez mas rojas –mi amor no funciona que estés sobre mi– sin poderlo evitar solté una carcajada –creo que hoy en la noche podría ayudarte con eso– Nick empezó a respirar con calma y profundidad, levanté el sombrero de su cabeza y deslicé mi mano por su cabello con suavidad –sería mejor que no me tocaras en este momento– murmuró lleno de vergüenza con los ojos cerrados, inmediatamente retiré la mano, parecía estar sufriendo –no entiendo porque tienes cara de sufrimiento– sus ojos se abrieron con lentitud al escucharme hasta quedar entrecerrados –sufro por no poder colocarme sobre ti en el suelo y hacerte mía como deseo en este preciso momento, ver como tus ojos se tornan blancos mientras te lleno de todo el placer posible– su mirada no se desviaba de mi rostro en espera de una respuesta –¡Señor Jonas ya es hora!– gritó un hombre salvándome desde el otro lado del comedor –te están llamando–
–Puede esperar– replicó mientras apretaba su labio inferior con sus dientes entonces fue cuando entendí a lo que se refería, Nick ya no se preocupaba por controlarse ahora estaba liberando su potencial –hay personas viéndonos– le susurré con diversión, a lo que respondió apretándome más a su cuerpo permitiendo el roce de su rostro con mis senos –no lo verán si te quedas donde estas– dijo mientras acariciaba con su aliento el comienzo de mi garganta – ¡Señor Jonas nos dejaran!– volvió a gritar –mi amor levántate con suavidad por favor– pido con frustración evidente, aun sentado estiraba sus piernas para calmarse –iré a arrear ganado, volveré a mediados de la noche no me esperes despierta preciosa– dijo mientras tomaba mis manos al estar ya de pie y rozaba mi frente con su barba de un par de días –siempre te esperare–
–Eso es lo que me obliga a volver mi amor– tomó mi rostro con ambas manos para chocar nuestros labios en un suave y largo beso en el que me dejo sentir con pasión su lengua juguetear con delicadeza y lentitud junto a la mía, al terminar el beso haló uno de mis labios con sus dientes suavemente –nos vemos esta noche mi amor–
–Cuídate por favor– le pedí mientras cruzaba el comedor hacia su destino, era increíble la intensidad como la que amaba a ese hombre y lo peor es que estaba consciente de lo mucho que lo odiaba y mas al darme cuenta de que nuevamente se valió de todo para evitar que tuviéramos la plática que deseaba.

Capítulo IXL

“consecuencias”

Nick se perdió entre la estructura de lo que parecía ser un establo mientras yo pensaba que hacer todo el día, por experiencia sabía que era mejor encerrarme en la casa, di media vuelta, mientras caminaba hacia la casucha contemplaba el bello paisaje del campo, parecía un campamento vacacional, los grandes árboles, las casas hechas con materiales del bosque solo que este lugar era más caluroso y no habían bosques, incluso podría perder toda la tarde viendo el paisaje pero entonces se me ocurrió algo que podría hacer “Buscare mi teléfono” pensé con astucia al darme media vuelta para determinar a quién podría sacarle información me encontré con un grupo de ocho mujeres siguiéndome, todas pusieron cara de sorpresa hasta que una la que claramente era la más osada se dirigió hacia mi –buenos días señorita la seguimos porque queremos indicarle sus tareas– dijo la chica con ínfulas de superioridad mientras las otras esperaban mi respuesta –no entiendo– le respondí aunque ya con sus gestos había determinado lo que sucedía –aquí todas debemos ganarnos el pan de cada día y usted no será la excepción–
–No tengo problema, díganme cuales son mis tareas– todas se quedaron sorprendidas mientras yo me reía por dentro de la ignorancia del grupo, era evidente que esperaban que me negara para tornarse agresivas, generalmente se cree que el clasismo solo es de parte de los aristócratas hacia el proletariado pero las estadísticas comprueban que es de ambos lugares de la sociedad y eso era algo que yo sabía manejar y ellas por falta de educación no –bueno ven conmigo– dijo la que parecía ser la líder, la seguí hasta un edificio en forma de gallinero –te toca limpiar esto– al abrir la puerta del lugar la podredumbre era insoportable, escuche a mi espalda carcajadas ahogadas que me enfurecieron, todo era un plan para burlarse de mí y hasta aprovecharse y eso no lo permitiría, si algo había aprendido de mi madre era no dejar que nadie me pisoteara, yo era una ta_____ a nosotros nadie nos ordenaba que hacer –no voy a limpiar eso, ese es un trabajo para ti no para mí– le dije sin quitarle la mirada de encima, los ojos de la campesina se llenaron de duda –¡no puedes dejar que una ricachona te hable así!– gritó Ihana desde el grupo de mujeres las cuales le hicieron coro, luego al escucharla me enfurecí y giré el rostro para verla –si tienes algún problema puedes limpiarlo tú, te quedaría perfecto– le dije a la campesina que le tenía ganas a Nick pero en ese momento entendí el error que había cometido y cuando intentaba darme la vuelta ya era demasiado tarde, sentí una presión increíble que halaba mi cabeza hacia atrás, en cuestión de segundos mi cabeza se movía hacia todos lados, solo escuchaba los gritos y risas eufóricas de las campesinas hasta que una voz masculina se escucho –¡suéltala!– gritó un hombre al que no le reconocía la voz, la chica obedeció inmediatamente – ¿se encuentra bien señorita?– preguntó lleno de preocupación mientras me recogía del piso con ambas manos – ¡el señor Jonas te matara al enterarse!– gritó mientras yo aun estaba aturdida –no tiene porque enterarse– dijo la chica –en eso te equivocas campesina, en cuanto llegue Nicholas se va a enterar, no sé quién te crees para colocar tus manos sobre mi cabello, te queda demasiado grande siquiera hablarme, no sé por qué todos le temen a Nick pero si alguna vez lo viste molesto es nada en comparación a lo que sentirá cuando sepa que me golpeaste a mí y su hija, te recomiendo que te desaparezcas– le dije aun sin abrir los ojos, estaba tan molesta que no me importaba lo que dijera quería hacerla sentir más dolor del que yo sentía en este momento, todas callaron al pensar en lo que yo les había dicho, definitivamente no habían pensado en las consecuencias que tendría el hecho de que se hubiesen enfrascado en fastidiarme –déjeme llevarla hasta su casa– me dijo el hombre mientras utilizaba sus manos para ayudar a mi cuerpo a estar equilibrado –gracias– respondí mientras caminaba –no entiendo que hago aquí– dije con frustración al entrar a la casa –señora debe calmarse tómese este vaso de agua– dijo el joven, aun no había visto su rostro y sabía que estaba nervioso por su tono de voz –yo estaré sentado en el pórtico señora– dijo mientras caminaba con rapidez hacia la salida –gracias, no sé que me habrían hecho si no hubieses llegado a tiempo–
–No son malas chicas, solo están un poco celosas, todos las hombres hablan de lo hermosa que es usted– dijo con timidez –gracias por el alago casi te lo creo, si te necesito te llamo– le dije con una sonrisa –estaré a un solo grito– respondió antes de salir, el dolor de cabeza era insoportable por lo que decidí tomarme el doble de la dosis de calmantes, me recosté en la cama y sin saber cuándo me quede dormida; nuevamente estaba en esa habitación inmediatamente identifique el sueño que se había hecho muy común ya que era el único que podía recordar al despertarme, los cuatro Jonas y Denisse estaban en la habitación pero ahora variaba un poco, Nick tomaba mi mano mientras mi mano desocupada reposaba sobre mi vientre abultado, estaba más confuso aun sabiendo que ninguno podría aceptar nuestra relación mas allá de Joe, intenté acercarme pero algo me distrajo, no hice esfuerzo alguno para mantenerme en el sueño porque ya sabía lo que sucedería, la voz de Nick se oía cada vez más cerca mientras la imagen se desvanecía –dime qué sucedió– le decía Nick sin disimular su furia a otra persona mientras me despertaba –¿Cómo te sientes?– me preguntó con suavidad mientras se sentaba a mi lado, su mano ligeramente áspera se deslizo desde mi mejilla hasta mi cabello –¡Ah!– me queje un poco al sentir dolo cuando me tocó, los ojos de Nick se cerraron y sus labios se tensaron –¿te duele?– me preguntó con el mismo tono suave y comprensivo –un poco– respondí mientras intentaba sentarme, pero el dolor no me lo permitió, comenzaba desde el cuello hasta el final de mi columna, me molestaba estar tan débil pero yo había aceptado estarlo cuando decidí tener a mi bebé, intenté moverme nuevamente pero el pánico me inundo cuando me quede sin aire, un jadeo salió desde mi pecho –¡¿Qué sucede?!– Preguntó alarmado – ¡no…puedo… moverme!– dije entre los sollozos, los ojos de Nick amenazaron con salirse de su órbita –tranquila, respira que estas muy nerviosa– dijo mientras respiraba pausadamente para que lo imitara – ¡no quiero respirar quiero que no me duela!–
–Lo sé mi vida pero debes calmarte– Nick colocó una de sus manos en mi espalda y la otra en mi cuello con mucha delicadeza me acomodó sobre las almohadas –arreglare esto de una vez– dijo mientras intentaba levantarse pero se lo impedí enredando mi mano con la suya –quédate conmigo– le pedí –no voy a permitir que se salga con la suya–
–Nick olvídate de esa campesina, es el momento de que hablemos ya no lo dilataremos mas, si esto me está pasando con un simple tirón de cabellos no se que pasara el día que dé a luz, no hay tiempo que perder, quiero vivir feliz los que posiblemente sean los últimos días de mi vida– sus ojos se cristalizaron mientras asentaba con la cabeza –déjanos solos– le dijo al joven que me había ayudado, ya no había nada que esperar, ya ninguno podría escapar.