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| Hilo Rojo (Nick&____) | |
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Autor | Mensaje |
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Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 17th 2013, 22:17 | |
| Siguela PORFA | |
| | | It's Licsa! ♥ Amo A Los Jonas Brothers!
Cantidad de envíos : 2833 Edad : 27 Localización : De paseo por la sede de Intrepidez. Fecha de inscripción : 20/08/2010
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 17th 2013, 22:20 | |
| Aloha, chicas. Perdonen por no haber subido, pero empezaron las clases y ahora si que no tengo tiempo para escribir. Lo siento :/ Pero les tengo capitulo. Uno largo Tengo nueva lectora! ^^ Bienvenida, Dayi. Me alegro de que te guste la nove! Y gracias por pasarte! Disfruten el capitulo chicas. Las quiero. Se cuidan. ♥
Advertencia: no soy responsable de ninguna de las que vaya al hospital con altas temperaturas o de las que mueran de calor excesiva. Este capitulo es realmente caliente y no me hago responsable de nada xD Aclarado esto, pueden leer el capitulo ahora:
Capitulo 5: Parte 6
***
Duncan estaciona el auto en el garaje, lo apaga, y luego se baja del auto para abrirme la puerta. Yo me bajo del auto sin siquiera mirarlo y en cambio miro a nuestro alrededor, hacia el espacio vacío del garaje. Nuestro auto es el único estacionado allí, ni siquiera está el de Jared. Me alejo del auto en dirección a la casa y frunzo el ceño mientras camino. Escucho a Duncan cerrar la puerta detrás de mí. Me detengo a mitad de camino, y me giro hacia él. Duncan se detiene frente a mí y me mira con curiosidad, seguramente preguntándose porque me detuve.
-Mi madre y Paul aun no han llegado a casa –digo lo obvio, frunciendo los labios con molestia-. Y supongo que Constance tampoco te llamó. ¿Por qué mentiste?
La expresión en su cara no cambia. Pienso en que él podría ser buen jugador en póker. Me enfurezco aun más al pensar en ello, pero no lo demuestro. No quiero perder el control. Muerdo el interior de mis mejillas. Duncan habla.
-Constance sí me llamó –asiente apenas imperceptiblemente-. Me dijo que tu madre había llamado y que ella quería que estuvieras en casa temprano. Luego, preguntó que si había visto a Nick y yo le dije donde estaba. Y ella me dijo que le pasara el mismo mensaje. Es todo.
-Pero aun no han llegado… no dijiste toda la verdad –digo, a pesar de que mi enojo se está desvaneciendo. Suspiro porque sé que no tengo ningún argumento contra él-. De todos modos… -me interrumpo-. No importa –sacudo la cabeza y frunzo el entrecejo, recordando otra cosa de la cual quiero hablarle-. Pero quiero preguntarte acerca de otra cosa: ¿Por qué Nick estaba tan molesto en la librería?
Duncan alza una ceja y sus ojos brillan con sorpresa.
-¿Escuchaste eso?
-Solo la última parte –sacudo la cabeza nuevamente y me cruzo de brazos-. Te estaba amenazando. ¿Qué pasó cuando yo me marché?
Él desvía su mirada al suelo y, cuando la levanta nuevamente, veo como la máscara de inexpresiva se cae de su rostro hacia sus pies. Él ahora mira hacia mi cara con vergüenza, con indecisión, totalmente vulnerable. No me mira a los ojos, lo cual es algo extraño porque Duncan acostumbra a mirar a las personas a los ojos. Él dice que una mirada puede decirte más de una persona de lo que una palabra jamás podrá.
De repente, Duncan se acerca tanto a mí que su pecho esta a centímetros del mío. Eso me toma totalmente desprevenida. Inclino mi cabeza un poco hacia atrás para poder verlo. Soy alta, pero él me gana por unos cuantos centímetros, así que es inevitable hacerlo. Sus ojos llamean y lanzan chispas.
Pero… yo no siento nada al tenerlo tan cerca.
Es tan extraño, tan diferente a cuando Nick se acerca a mí que me sorprende totalmente. Con Nick me pasan cosas que jamás me habían pasado con nadie. Con Nick me olvido de la realidad y de mi misma, me hace perder la cordura con tan solo sonreírme con esa sonrisa burlona que he comenzado a adorar. Su cercanía es tan embriagante y perturbadora que me comporto como una tonta junto a él, y sin embargo, no me importa hacerlo. Con él me siento diferente, me siento protegida, me siento yo misma de nuevo…
Con Duncan no siento nada, como si él solo fuera un simple conocido más. Y jamás pensé que eso fuera a pasar. Digo, él era a quien quería tener…
-Me estaba amenazando porque le dije lo que siento por ti… lo que ambos sentimos el uno por el otro –dice suavemente, extendiendo su mano para tocar mi cara. Su grande y fría mano recorre mi mejilla-. Él se cabreó y me amenazó con contarle a tu madre y con darme una paliza. Él se cree dueño y señor de todo desde que llegó, incluida tú –frunce el ceño-. Y a pesar de que no eres de su propiedad él…
El chirrido de neumáticos corta su explicación. Duncan levanta la mirada para mirar por sobre mi cabeza y deja caer su mano de mi cara hasta dejarla inmóvil en su costado. Me giro hacia el ruido y veo que el Porsche amarillo acaba de estacionarse en el garaje, al otro extremo de donde estamos nosotros. Nick apaga el auto y se baja de este con la ira flotando a su alrededor. Cierra la puerta de un portazo detrás de él y se dirige hacia nosotros a grandes zancadas, con sus ojos llameantes fijos en Duncan. Yo me coloco frente a Duncan, previendo lo que viene a continuación. Levanto mis manos para colocarlas sobre el pecho de Nick cuando él se acerca a nosotros e intento detenerlo. Fallo. Él es más fuerte que yo.
-¡Nick! ¡Basta! –Entonces grito mientras Nick me hace retroceder-. ¡Basta!
-¡Quiero que te alejes de ella! –Le grita a Duncan, señalándolo con su dedo índice. Su ceño está profundamente fruncido-. ¡Te lo dije! Más te vale que desaparezcas de mi vista ahora o soy capaz de partirte hasta el último hueso de tu asqueroso cuerpo con mis manos desnudas –me empuja hacia al frente a pesar de que yo empujo hacia atrás para mantenerlo lejos de Duncan. Su respiración es fuerte y sus latidos son rápidos contra la palma de mis manos.
Echo una mirada sobre mi hombro hacia Duncan, quien esta unos cuantos metros lejos de nosotros, y le asiento con la cabeza para que se vaya. Nick detiene sus empujones y desiste de intentar llegar a Duncan.
-Vete. Yo lo controlo –le digo a Duncan. Por el rabillo del ojo, veo que él abre la boca para protestar, pero yo lo corto antes de que pueda decir algo-. No, vete ahora. Puedo hacerlo, puedo controlarlo. Solo vete –repito, devolviendo mi mirada hacia Nick.
-¡Eso es! ¡Corre! –Grita Nick cuando Duncan se aleja al fin, después de algunas vacilaciones-. ¡Cobarde!
Lo empujo. Eso lo toma desprevenido; da unos traspiés y frunce el ceño, ahora con sus ojos sobre mí. Yo me quedo viéndolo durante algunos segundos. Sus fosas nasales están dilatadas, su cara roja de rabia, su pecho sube y baja rápidamente y sus ojos despiden odio. Pero, oh, yo estoy más enfurecida que él. ¡Ahora que Duncan casi se declara, él viene y me arruina la declaración! ¡Y además lo amenaza!
-¿Qué demonios te pasa? –grito, furiosa. Le fulmino con la mirada y agito mis brazos sobre mi cabeza. Ni siquiera pienso las palabras que estoy diciendo. Las palabras soeces salen como un torrente por mi boca antes de que pueda detenerlas-. ¡Eres un imbécil! ¡Un inepto! ¡Eres jodidamente insufrible!
Gruño de frustración y salgo del garaje a zancadas. Nick me sigue.
-¡_____! –grita detrás de mí. Lo ignoro.
Entro en la casa como un ciclón que está a punto de arrasar con todo a su paso, y gracias a Dios, nadie se cruza en mi camino. Subo las escaleras de dos en dos directamente a mi habitación. Nick prácticamente me pisa los talones. Intento cerrarle la puerta en la cara cuando logro entrar en mi habitación, pero él pone su pie en medio para que no se cierre y luego se auto-invita dentro de la habitación. Le lanzo un cuaderno que esta sobre la cómoda, y luego le lanzo una figura de vidrio. Él atrapa la figura en el último momento y el cuaderno cae a su lado con un ruido de hojas estrellándose contra el suelo de madera.
-Relájate –dice Nick, caminando hacia mi-. Él que se supone que este molesto y con ganas de lanzar cosas soy yo. Oh, y lo estoy. Pero eso no quiere decir que te voy a lanzar cosas de vidrio, _____ –y para enfatizar su punto, levanta la mano en la que tiene la figurita.
-Vete –grito, ignorando todo lo que dice. Agito mi brazo hacia la puerta-. Quiero que te vayas ahora –suelto un gruñido cuando él también ignora lo que digo-. ¿Cómo puedes amenazar a Duncan? ¿Cómo puedes ser tan odioso? ¡Te odio! ¡Vete!
Eso parece dolerle. Hace una mueca y luego deja la figura de vidrio sobre la cama, que está a nuestro lado derecho. Levanta sus ojos hacia mí y tensa sus labios en una fina línea.
-Bueno, yo no soy el imbécil que está tratando de acostarse con una menor –gruñe-. Yo velo por ti, _____. Yo si me preocupo por ti. Ese imbécil solo quiere usarte, él…
-¡No hables así de Duncan! –Grito, lo empujo con ambas manos-. No lo conoces. Él es mejor de lo que crees. Mucho mejor de lo que piensas.
Nick da dos grandes pasos, pegándose mucho a mí. Está más cerca que antes. Nuestras caras están muy cerca; casi puedo ver la hoguera de furia tras sus ojos. Pero su cercanía no me afecta demasiado porque estoy muy, muy enfurecida.
-¡Se quién es ese estúpido! –Me grita en respuesta. Sus fosas nasales están dilatadas nuevamente-. Y no es nada bueno. Conozco sus malditas intenciones contigo, _____. Y no voy a permitir que pase –gruñe al mismo tiempo en que su brazo rodea mi cintura, aplastando su cuerpo contra el mío-. No quiero que pase.
-¿Por qué? ¿Qué te importa eso a ti? –replico, frunciendo el ceño. Pongo mis manos sobre su pecho, esperando el momento perfecto para empujarlo lejos de mí. Aunque estoy vacilando mucho; se siente muy bien estar entre sus brazos.
-Porque soy celoso, tengo mal temperamento y te deseo –nos estamos mirando fijamente-. Te quiero solo para mí, _____. Quiero que seas mía. Solo mía.
Él acorta la poca distancia que hay entre su boca y la mía, y me besa fieramente. Sus dedos se entierran en mi cabello al tiempo en que invade salvajemente mi boca con su lengua. Yo llevo mis brazos hacia su nuca y asemejo su agarre de mi cabello con el suyo, apretando fuertemente dos mechones. Gimo contra sus labios cuando sus manos se elevan por la parte posterior de mis muslos hacia la parte baja de mi trasero. Me insta a levantar las piernas y termino enrollándolas en sus caderas. Gimo nuevamente cuando siento su erección contra mi sexo. Ya no pienso en nada más. Ni siquiera sé que ha pasado antes de este beso.
Nick se mueve, aun cargándome y sin soltar mis labios ni un solo segundo. Camina torpemente hasta que se topa con mi cómoda. Afortunadamente, yo mantengo la superficie de ésta limpia y libre de objetos, así que Nick puede bajarme sobre ella sin problemas. Aun no para de besarme, y yo no quiero que lo haga, así que aprieto más fuerte sus rulos para mantener su boca contra la mía.
Siento sus fríos dedos acariciar el bordillo de mi blusa y rápidamente me doy cuenta de que está tratando de averiguar cómo quitarla. Bajo las manos de su nuca y lo ayudo, quitando los botones de la blusa uno a uno. Él la arranca por mis brazos con brusquedad y la lanza al suelo. Aun nos estamos besando cuando escucho el típico ruido de una correa siendo removida. Eso me hace lanzar un gemido involuntario. Cada vez estoy más caliente. Se me hace increíble pensar que alguna vez desearía tanto a Nick. Pero es imposible dejarlo ir, es demasiado excitante, demasiado sexy.
Él muerde mi labio inferior fuertemente y yo lanzo otro gemido. Nick se ríe mientras se aleja de mí para poder quitarse la camiseta por la cabeza y lanzarla al suelo. Su pecho desnudo es tal y como lo recuerdo de anoche: fornido y velludo. Tal vez esta vez sí pueda llegar a saber dónde termina su caminito de la felicidad. El botón de su pantalón está abierto y la cremallera también, lo cual me da una gran idea de dónde termina. Y quiero explorarlo.
-Coloca tus manos sobre la cómoda y apoya tu peso en ellas cuando yo te diga –me dice Nick, inclinándose para agarrar uno de mis tobillos. Me quita una de las sandalias y luego la otra, rápidamente y sin problemas. Me pregunto cuantas veces ha hecho esto antes.
-Hazlo ahora –ordena.
Le hago caso. Nick desabotona mi jean y baja la cremallera antes de agarrar la pieza de ropa por el dobladillo y bajarla por mis piernas fácilmente gracias a mi posición. Cuando el jean ya está en el suelo, Nick envuelve mi cintura con sus brazos, me pega a él y vuelve a besarme con dureza. Yo quedo sentada casi en el borde de la cómoda, con las piernas envueltas alrededor de su cintura y mis brazos alrededor de su cuello. Sus traviesas manos suben por mi espalda y eficazmente desabrochan mi sostén, y gracias a que no tiene tiritas, éste simplemente cae sobre mi regazo. Nick lo empuja al suelo también, sin dejar de besarme. Sus manos aprietan mis costados, recorren mi abdomen y luego se elevan hacia mis senos, los cuales aprieta fuertemente. Yo interrumpo el beso para chillar un poco.
-No hagas eso –dice Nick, sonriendo. Sus ojos ahora están sobre mis senos, mientras los masajea y aprieta. Yo cierro los ojos y gimo-. Podrían oírnos.
-Entonces no hagas eso –digo entre gemidos. Me muerdo el labio y suspiro.
-No grites –gruñe sexymente, provocando que mi braga se humedezca más de lo que esta.
Él pellizca mis senos y, esta vez, muerdo fuertemente el interior de mis mejillas para no gritar. Me retuerzo y arqueo la espalda con placer. Él continúa haciendo eso un rato más y luego vuelve a masajear y apretar. Es una dulce tortura. Yo evito los gritos lo más que puedo, pero es casi imposible. Me estoy muriendo por gritar, gemir y chillar como loca para hacerle saber que me encanta lo que está haciendo y que jamás quiero que pare...
Nick abandona la dulce tortura de mis senos de un momento a otro y yo abro los ojos, sorprendida, buscando una razón en su cara por la que quisiera parar. No encuentro nada, pero noto que sus ojos ahora están decididos, salvajes y llameantes. No llameantes como antes, por furia, si no por la lujuria. Me encanta esa visión de él.
Nick me agarra por las caderas y me baja de la cómoda con brusquedad, poniéndome en mis pies rápidamente. Me besa una vez antes de agarrar mis manos para dirigirlas hacia su pantalón. Ambos ahora miramos hacia su paquete. Me muerdo el labio. Aún oculto dentro de su pantalón y bóxer, puedo ver que es grande. Realmente grande… y que está muy duro.
-Quítamelo –dice Nick en voz ronca-. Desnúdame.
Le sonrío sensualmente, encantada con la petición. Una bola de fuego explota en mi interior y no sé si es posible, pero lo deseo aun más.
-Un placer -murmuro.
Antes de que yo ponga las manos sobre el pantalón, él se deshace de sus zapatos y medias, dejándolos tirados a un lado en el suelo. Sin vacilar, agarro las presillas del pantalón y lo jalo hacia abajo, bajándome sensualmente con él, pero sin quitar la mirada de Nick. Él esta inmóvil mirándome. Cuando el pantalón llega a sus pies, Nick lo patea fuera y lejos de él. Repito mis movimientos con el bóxer, y rápidamente me doy cuenta de que estoy en lo correcto acerca del tamaño de su miembro. Es enorme. Nick se deshace del bóxer también. Yo me elevo hasta estar a la altura de su miembro y paso la lengua por la punta. Nick suelta un gemido.
-No –dice; su voz es un poco irregular-. Déjalo en agenda para otro día, ______. Ahora me muero por estar dentro de ti.
Yo me elevo a mi estatura normal y deslizo por mis piernas la última pieza de ropa que tengo encima y la pateo lejos, como él hizo con su ropa. Ahora estamos realmente desnudos. Nick me voltea de manera que quedo de espaldas a él. Me hace inclinar mi cuerpo hacia la cómoda mientras presiona su mano en mi espalda. Con la otra, me da una nalgada. Gimo.
-Recuerda no gritar, ______ –dice-. No podemos arriesgarnos, ¿vale?
-Ah, lo sé –gimo-. Vamos, ¡otra! –le pido, mordiéndome el labio inferior.
Me da otra nalgada. Suelto un sonido que se puede considerar mitad risa, mitad gemido. Nick rápidamente se posiciona en mi entrada y luego se empuja fuertemente dentro de mí. Muerdo más fuerte mi labio para evitar gritar. Nick también gime un poco.
-¡Mierda! –Exclama unos instantes después, saliendo de mi interior y moviendo su mano lejos de mi espalda. Yo resoplo, frustrada, preguntándome porque lo hace-. No tengo protección. ¿De casualidad no tienes alguno por aquí?
-¿Ahora te acuerdas de esto, Nick? ¿En serio? –echó un vistazo incrédulo sobre mi hombro. Suspiro.
-Hey, tú tampoco te acordaste –replica. Se inclina sobre mí y besa mi nuca-. ¿Tienes o no?
Con otro resoplido, estiro mi brazo y abro una de las gavetas de la cómoda. Saco un condón y se lo paso.
-Mejor tarde que nunca –bromea, agarrando el paquete.
Segundos más tarde escucho cuando él abre el paquetito. Espero otros segundos adicionales y luego Nick me penetra bruscamente. Casi suelto un grito, pero Nick tapa mi boca con su mano a tiempo. Me chista antes de poner su otra mano sobre mi espalda nuevamente. Aparta su mano de mi boca y yo gimo mientras él me penetra brusca y duramente. Me da una nalgada y luego otra y yo termino cerrando los ojos, deleitándome con el placer que Nick me brinda. Se siente tan bien, tan excitante, tan delicioso.
Me muerdo el labio y presiono mi cabeza contra la cómoda, para poder ver a Nick sobre mi hombro. Él levanta la mano para darme otra nalgada, sus ojos están centrados en donde nuestros cuerpos se unen y sus labios están firmemente apretados. Gimo y gruño de placer con cada estocada y nalgada. Él definitivamente sabe lo que me gusta.
De repente, Nick agarra un mechón de mi cabello y lo jala para levantarme. Suelto un quejido y mi mirada viaja hacia el espejo, para ver como mi cuerpo rebota con cada penetración. Nick aun sostiene firmemente mi cabello entre sus dedos, y a través del espejo, puedo ver sus ojos soltando chispas. Él ahora mira mi cara. Me sonríe antes de soltar mi cabello y deslizar su mano hacia mi sexo. La frota contra mi clítoris, haciéndome gemir más fuerte. No paro de hacerlo. Su otra mano aparta mi cabello de mi hombro, y luego él se inclina para besar la piel expuesta.
Las penetraciones se detienen bruscamente, pero su mano se mantiene sobre mi clítoris, acariciándolo en movimientos circulares. Me quejo y Nick muerde el lóbulo de mi oreja.
-Hueles delicioso, ______ –respira en mi oreja-. Eres deliciosa.
Me hace voltearme para quedar frente a él y rápidamente me besa. Me empuja un poco para que me siente sobre el borde de la cómoda y abre mis piernas con sus rodillas para volver a penetrarme. Me quejo contra sus labios, pero no rompo el beso. Estas estocadas son menos profundas, pero más excitantes. Una de sus manos tortura mi pezón y la otra frota mi clítoris volviéndome loca con cada estimulación.
Después de lo que parece una eternidad torturantemente deliciosa de estimulación y de arquearme y retorcerme de placer, estoy a punto de llegar al clímax. Las manos de Nick ya resbalan por mi cuerpo sudado y las gotas de sudor de su frente caen sobre la mía. Elevo mis manos hacia su nuca y aprieto su cabello entre mis dedos, sabiendo que estoy a punto de llegar al orgasmo. Nick aprieta ambas manos en mis costados y mantiene sus labios sobre los míos cuando yo exploto. Gimo un poco contra sus labios, conteniendo el grito que verdaderamente quiero liberar. Nick suelta mis labios cuando está seguro de que no voy a gritar y yo jadeo por las secuelas del orgasmo.
Nick llega al orgasmo un poco después que yo, gruñendo y jadeando. Sus dedos están profundamente enterrados en la piel de mis costados, mientras aun se mueve dentro de mí. Sus ojos se detienen donde nuestros cuerpos se unen y se empuja una vez más dentro de mí antes de detenerse. Gimiendo, apoyo la cabeza contra el espejo detrás de mí y Nick se inclina sobre mí, colocando su frente sobre mi hombro. Siento las gotas de sudor de Nick caer sobre mi cuerpo, y las mías rodar por mi piel.
-Vaya –gime Nick-, eso fue…
-Excelente –murmuro.
Nick levanta su cabeza y me mira a los ojos. Alza una ceja y esboza su sonrisa burlona.
-¿De verdad? –pregunta incrédulamente. Yo asiento y él se ríe-. Bien, ese era un cumplido que no esperaba oír de ti.
-Eres excelente haciendo el amor, Nick –digo, acariciando el cabello de su nuca. Sonrío torcidamente-. Y quiero más.
-¿Mas? –Arquea una ceja-. ¿Tienes más condones? Solo así podemos seguir con esta fiesta toda la noche.
-Estoy más que feliz de que así sea –me río, estirándome para agarrar otro condón de mi gaveta.
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| | | Dayi Jonas Nuev@
Cantidad de envíos : 44 Fecha de inscripción : 01/06/2013
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 17th 2013, 22:53 | |
| jsdhsj siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa rapidoooooo siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 17th 2013, 23:14 | |
| ohhhhhh NECESITO OTRO CAPI!!! SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAa SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAaa | |
| | | Lady_Sara_JB Casada Con
Cantidad de envíos : 1582 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 24/03/2013
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 18th 2013, 18:30 | |
| dios mio.... me va a dar algo siguela siguela sta genial y ni modo duncan se perdio su oportunidad ahora le toca a nick aprovecharla siguela q bueno q esten juntos | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 18th 2013, 20:36 | |
| siguela porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | AdriWorsnop Forista!
Cantidad de envíos : 125 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 16/01/2013
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 18th 2013, 21:03 | |
| Añiñí, amo tu novela. ¡Síguela! Soy nueva. Mi nombre es Olin. :3 | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 18th 2013, 21:16 | |
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| | | Manzanitha Nuev@
Cantidad de envíos : 28 Localización : Chile... en un tercer cielo junto a los jonas Fecha de inscripción : 06/11/2012
| | | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 20th 2013, 21:39 | |
| siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 25th 2013, 18:00 | |
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| | | Ines E Casada Con
Cantidad de envíos : 1398 Edad : 30 Localización : naywaelva@hotmail.com Fecha de inscripción : 08/11/2010
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 27th 2013, 21:26 | |
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| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 27th 2013, 21:54 | |
| sube capi porfa!! | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 30th 2013, 21:43 | |
| siguelaaa | |
| | | It's Licsa! ♥ Amo A Los Jonas Brothers!
Cantidad de envíos : 2833 Edad : 27 Localización : De paseo por la sede de Intrepidez. Fecha de inscripción : 20/08/2010
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 31st 2013, 08:33 | |
| Hey, chicas! Estoy de vuelta. Por fin tengo tiempo libre lejos de la escuela y pude terminar el capitulo. Se que es un poco corto, pero estoy trabajando en el otro todavía. De todos modos, gracias por ser tan pacientes. Son las mejores! Bueno, ahora disfruten del capítulo. Las quiero. Se cuidan. ♥
Capitulo 6: Parte 1 Hacemos el amor una, dos, tres veces más antes de caer rendidos en la cama, ambos terriblemente sudados y respirando superficialmente. Nick está acostado de espaldas sobre mi almohada y yo estoy sobre él con mis rodillas a ambos costados de su cadera, mi cabeza recostada sobre su pecho y su miembro profundamente enterrado en mí. Tengo los ojos cerrados, tratando de regularizar mi respiración y acompasar mis latidos con los de Nick.
-¿Esto quiere decir que ya no me odias? –susurra Nick, moviendo sus dedos suavemente por mi pelo desparramado sobre su pecho.
Me rio débilmente. Me estoy quedando dormida.
-No –respondo-. No te odio. Es imposible hacerlo -confieso.
Él besa mi cabeza y enrolla sus brazos alrededor de mi cintura nuevamente, apretándome un poco más contra su cuerpo.
-Lo dijiste antes, eso de odiarme, simplemente se me quedó en la cabeza –dice, como si yo le hubiera pedido una explicación. Su voz es suave, casi vacilante-. Necesitaba estar seguro.
-Eres un poco irritante y molesto, pero no eres fácil de odiar –digo, girando un poco mi cabeza para besar su piel-. Eres estupendo.
-¿En qué manera: sexual o como persona? –su voz rápidamente vuelve a ser la de siempre: burlona y atrayente como las luces de neón-. Aunque… ya sé que soy estupendo en la cama, es solo para confirmar –puedo escuchar la sonrisa en su voz.
-Ambas –me rio.
Se escuchan unos golpes en la puerta. Me pongo alerta al instante; abro los ojos y me levanto para mirar sobre mi hombro hacia la puerta, con miedo de que sea mi hermano. El muy imprudente siempre abre la puerta sin permiso después de tocar dos veces. Nick coloca sus manos sobre mis caderas y las aprieta.
-¿Cerraste la puerta con seguro? –le pregunto. Lo miro y él sacude la cabeza, sonriendo. Lo miro con sorpresa-. ¿En serio? –suelto un gruñido. Él se encoge de hombros un poco-. Si nos pillan, es tu culpa.
Él se ríe. Rodea mi cintura con un brazo y se levanta para quedar sentado frente a mí en la cama, aun sin salir de mi interior. Me besa fieramente y lo siento endurecerse nuevamente dentro de mí.
-Ahora no es buen momento para esto –digo, interrumpiendo el beso. Aunque yo realmente no quiero parar. Su boca es adictiva, el sexo con él es adictivo. Todo es adictivo con él.
-Siempre es buen momento contigo, _____ –responde, intentando volver a besarme.
-No –replico, casi a regañadientes.
Me suelto de su agarre y me levanto. Cuando bajo de la cama me siento vacía, extraña. Han sido demasiadas horas de sexo imparable, y ahora al estar sin Nick dentro de mí, me siento anormalmente extraña. Camino hacia la cómoda, incomoda, agarro un camisón de pijama de una de las gavetas inferiores y me lo pongo. Nick silba tras de mí.
-Cállate –susurro. Él se ríe mientras vuelve a recostarse en la cama, tapándose con las sabanas.
Camino hacia la puerta, la cual ahora están tocando irregularmente, y cuando la abro, de un modo que no se vea hacia adentro (específicamente hacia la cama o hacia el montón de ropa tirada sobre el suelo), me encuentro agradecida de que no sea Jared quien esta tras ella. Le sonrío a Constance y ella me sonríe de vuelta. Internamente, me siento aliviada al ver su sonrisa expandirse por su cara. Usualmente, le permito entrar en la habitación gritando un simple “¡pase!” desde adentro, así que esperaba que me frunciera el ceño y me preguntara que pasaba. Pero al parecer, no ha notado nada raro.
-¿Estaba durmiendo, señorita? –pregunta ella rápidamente, dándose cuenta de mi aspecto. Yo asiento, fingiendo un bostezo-. Lo siento, no quería despertarla. Es solo que su madre y Paul han llegado. Me mandaron a buscarlos a ti y a Nick. ¿De casualidad no sabes donde esta él? Lo busqué en su habitación y no está ahí –arruga su nariz un poco.
Sacudo la cabeza y bostezo nuevamente, a medias porque de verdad tengo sueño y a medias porque quiero que Constance crea la mentira que ella misma creó para mi beneficio.
-Debe estar en la casa porque vi su auto en el garaje cuando llegué –digo, encogiéndome de un hombro. Ella asiente-. Le enviaré un mensaje de texto para que salga de su escondite.
Ella asiente nuevamente y me sonríe-. Gracias, _____.
Es mi turno de asentir y sonreír-. De nada.
Ella no dice nada más. Se da media vuelta para marcharse y yo la observo bajar los peldaños superiores de las escaleras hasta que desaparece. Poco después cierro la puerta y, esta vez, le pongo seguro. Me apoyo en ella y cierro los ojos, suspirando de alivio. Gracias a Dios Constance no notó nada extraño o por lo menos si se dio cuenta de algo no lo dio a notar. Y realmente espero que no se haya dado cuenta de nada. Prefiero mantener este pequeño secreto entre Nick y yo solamente.
Cuando vuelvo a abrir los ojos, veo que Nick esta poniéndose los pantalones, de espaldas a mí. Tan pronto mis ojos se posan sobre él, todos mis pensamientos y preocupaciones desaparecen. Sonrío mientras los recuerdos de las últimas horas atraviesan mi cabeza. Apoyo las palmas de mis manos en la puerta y me impulso lejos de ella para encaminarme hacia Nick. Envuelvo mis brazos alrededor su cintura desnuda. Nick coloca una mano sobre las mías, deteniendo sus movimientos.
-¿A dónde vas? –le pregunto-. No he dicho que puedas irte aun –beso la piel sobre los omóplatos y luego apoyo mi barbilla sobre su espalda, apretando mi agarre en él.
-Lo siento, pero no puedo quedarme. En mi agenda dice que a esta hora tengo un regaño programado –dice sarcásticamente, girándose entre mis brazos para poder estar frente a mí. Coloca ambas manos sobre mi cara y besa mis labios. Me rio-. Y me parece que tú también tienes uno.
Mi sonrisa desaparece.
-En realidad no tengo ni idea de para que mi madre me está buscando. Y no creo que sea para regañarme… –digo, mirándolo a los ojos. Suspiro. Sé exactamente para que mi madre me busca: para repetirme el mismo discurso que siempre y tratar de hacer las paces conmigo.
-Estaba realmente feliz antes de que Constance llegara a decir esta horrorosa noticia –continúo, haciendo sonreír a Nick. Frunzo la nariz con molestia-. ¿Sabes que podemos hacer? Quedarnos aquí toda la noche e ignorarlos a ambos –giro mi cabeza de modo que ahora está apoyada en la mano derecha de Nick mientras lo miro directamente a los ojos. Él sonríe burlonamente y yo lo imito-. Tienes que admitir que es una buena idea –digo, esperando a que me apoye en mi loca idea para evitar a mi madre.
-Es una estupenda idea, diablilla –está de acuerdo, mas ahí hay un pero, lo sé. Se inclina un poco para besar superficialmente mis labios nuevamente y luego habla-: Pero no podemos ignorarlos –chasquea su lengua y besa mi frente. Frunzo el ceño-. Al terminar de recibir el discurso, vendré directamente para acá, ¿de acuerdo? –Él me está mirando a los ojos, esperando una respuesta. Haciendo una mueca de disgusto, asiento. Una sonrisa tuerce sus labios-. Y luego podemos quejarnos juntos de lo idiotas que son nuestros padres.
Eso me hace reír.
-Totalmente de acuerdo, entonces –digo-. Puedes venir.
Nick baja sus manos y las coloca a ambos lados de mi cadera. Besa mis labios y yo le correspondo, deseando no tener que separarme de él. Realmente prefiero pasar el tiempo con él haciéndome bromas y sonriendo burlonamente a tener que enfrentarme a mi madre.
***
Nick y yo salimos de la habitación después de lograr poder separarnos para vestirnos correctamente. En el pasillo no nos encontramos a nadie así que hacemos nuestro camino hacia abajo tranquilamente. En el vestíbulo tampoco encontramos a nadie así que yo rápidamente supongo que mi madre está en su despacho. Miro a Nick y le hago señas hacia el pasillo que está detrás de las escaleras. Le digo hacia donde voy y él insiste en ir conmigo.
-No sé donde esta papá –dice-. Es probable que este con Camille o que ella sepa donde esta.
Tiene un punto. Le digo que me siga. Caminamos a través del pasillo, pasando de largo el umbral del comedor y varias otras puertas cerradas. Justo antes de llegar a la puerta corrediza de cristal que nos dirige al patio, doblamos a la izquierda y nos metemos en un segundo pasillo pequeño. La puerta doble del despacho de mi madre está en el final del pequeño pasillo, pasando las puertas de la lavandería y varias habitaciones de los empleados.
Respiro profundamente cuando estoy frente a las puertas de madera italiana y me tomo un momento vacilante antes de empujar una de las puertas para abrirla. El despacho, el cual usualmente está ordenado y perfecto, hoy es un caos. El sofá de cuero que está posicionado junto a la pared de la derecha está lleno de cajas de cartón, algunas de ellas están abiertas y sus cubiertas están tiradas en el suelo junto a otros papeles adicionales adornando el piso de baldosas blancas. Las sillas frente al escritorio están ocupadas por otras dos cajas y los archiveros junto a la pared izquierda tienen varias gavetas abiertas; algunos folders que están dentro de ellos se asoman por entre las ranuras. Mamá, totalmente absorta en un papel que está leyendo frente a ella, se sienta detrás de un escritorio de caoba, el cual está repleto de más papeles desparramados y libros abiertos. Con este desastre es obvio que mamá tiene un caso importante y enorme que atender. Lo que no entiendo es porque me manda a buscar si interrumpo su valioso tiempo para con el trabajo que tiene que atender.
Nick entra en el despacho detrás de mí y cierra la puerta. Nos posicionamos uno al lado del otro (a una distancia considerable para no levantar sospechas) con nuestros ojos puestos en mi madre. Me cruzo de brazos, esperando por alguna reacción de parte de ella. El aire está tenso, se siente. Ni Nick ni yo confiamos en ella, es obvio.
Mamá nos mira por encima de sus pestañas y sus gafas cuando se percata de nuestras presencias y nos sonríe, dejando de lado el papel que tiene en mano. Cruza sus manos sobre el escritorio y nos mira a ambos por entre sus gafas. Su espalda esta recta contra el espaldar de su asiento, sus ojos fríos y calculadores se sienten como si ella quisiera taladrar tu pecho con ellos hasta encontrar tu alma y apropiarse de ella. La típica aura de calma realmente irritante esta rodeándola, como siempre, irritándome. Mi estado de felicidad y tranquilidad ha cambiado por uno de odio y molestia.
Me pongo un chaleco mental de cautela como medida de precaución para estar preparada contra cualquier veneno que mamá vaya a soltar por su boca de víbora. Siempre hay que estar preparado si te enfrentas a Camille Cavanaugh.
-Paul está en el patio, Nick –le informa ella tranquilamente-. Le dije que no fuera tan duro contigo en el regaño. No vale la pena malgastar saliva en algo que no tiene importancia –sacude la cabeza casi imperceptiblemente y le sonríe hipócritamente a Nick-. Me gusta saber todo lo que ustedes piensan. La mente adolescente es muy interesante. Ustedes tienen tantas ocurrencias dignas de ser oídas que me parece un desperdicio que se las guarden para ustedes.
-Es un honor saber que soy un experimento para ti, Camille –replica Nick, mirándola fijamente. Su sonrisa burlona está en sus labios, pero se puede apreciar un poco de hostilidad en su voz, disfrazada con el sarcasmo. Lo más interesante de todo es que él está desafiando a mi madre sin vacilación-. Sé que soy totalmente interesante y estoy totalmente seguro de que si pudieras entrar en mi cabeza, amarías todo lo que pienso con respecto a ti. La próxima vez procuraré no guardarme nada para así ayudarte con el experimento.
Mamá se ríe. Su risa es suave e hipócrita y sé que detrás de ella, muy en el fondo de su pensamiento, mamá quiere ahorcar a Nick.
-Eres interesante, sí –dice ella, mirando directamente hacia él, con una sonrisa encantadoramente fingida-. Ahora ve con tu padre, no le hagas perder tiempo –sacude su mano hacia la puerta.
-Claro, su majestad –Nick hace una reverencia-. Tampoco le hare perder más su preciado tiempo.
Mamá asiente mientras Nick se da la vuelta y sale del despacho. Yo hago lo posible por no reír. Esto es muy divertido. Nadie jamás ha desafiado a mi madre además de mí, o por lo menos, no bajo su techo. Y que Nick se atreva a hacerlo es un signo de lo imprudente y maleducado que es.
Y me encanta.
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| | | Lady_Sara_JB Casada Con
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 31st 2013, 15:43 | |
| me encanta nick esa forma de... resongar... uju yo haria lo mismo siguela | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Agosto 31st 2013, 22:03 | |
| WOW AMO A NICK ES TAN PERFECTO QUIERO SABER QUE ES LO QUE TIENEN QUE DECIRLES PRONTO PORFA SII? SIGUELA!!! | |
| | | MaIsaJB Comprometida Con...
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 1st 2013, 19:04 | |
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| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 1st 2013, 19:51 | |
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| | | It's Licsa! ♥ Amo A Los Jonas Brothers!
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 1st 2013, 23:27 | |
| Capitulo 6: Parte 2 -Ahora me arrepiento de haberle dicho a Paul que fuera más suave con él –dice ella, sacudiendo la cabeza con horror. Su sonrisa ha desaparecido-. Ese chico merece una seria reprimenda.
Me cruzo de brazos y bufo. Estoy a punto de replicarle, pero ella me interrumpe levantando su mano para hacerme callar.
-Antes de que vayas a defenderlo o a decir alguna cosa grosera, quiero decirte que no quiero discutir contigo hoy, _____ –dice, levantándose de su asiento. Le da la vuelta al escritorio y pronto está frente a mí, lo suficientemente retirada como para no incomodarme o hacerme enojar. Une sus manos frente a ella-. Solo quiero aclarar las cosas contigo, cielo. No me gusta ver esa mirada que tienes ahora y en especial si soy yo quien la provoca. Quiero hacer las paces.
Muerdo mis mejillas mientras clavo mis ojos en ella, escrutando su rostro. Está lleno de suplica y calidez… fingida. No creo en ella, jamás lo he hecho y jamás lo haré. Sus intentos de ser agradable y tener una buena relación conmigo nunca han dado frutos. Y no es porque yo no quiera llevarme mejor con mi madre, no. Si no porque ella jamás ha demostrado que realmente quiere llevarse bien conmigo. Ni siquiera se preocupa de mí más allá de lo físico. No le importan mis emociones y sentimientos o lo que piense, ella simplemente quiere dar la buena impresión de que somos una familia unida y feliz a pesar de que mi padre haya fallecido. Ella siempre lo ha intentado. Y yo siempre he machacado sus planes. No vale la pena engañarnos a nosotros mismos. Ella es superficial y yo no la soporto. Punto final.
-Quiero que seamos como antes: unidas –yo suelto una seca carcajada. Por Dios, ella se ha pasado la vida metida en su trabajo. Ella no sabe quien soy o como soy. Frunce el ceño, provocando que un nido de arrugas se agrupe en su frente-. No es broma, _____. Me duele que me trates así, que des la impresión de que me odias. No fue mi culpa que tu padre muriera. No es mi culpa nada de lo que ha pasado desde entonces.
-Oh, no me hagas hablar mamá –replico, escupiendo las palabras con odio.
-¡Quiero que hables! –ella exclama, rompiendo su compostura. Agita sus brazos y sus ojos se fijan en mí con desesperación-. ¡Quiero que hables conmigo! Quiero que seas amable, quiero que te comportes como mi hija. Extraño a la _____ que venía a abrazarme y darme besos y me decía “te quiero” –sus ojos ahora están brillantes por las lágrimas. Una de sus largas y elegantes manos se eleva hacia su cara para quitarse las gafas. Las deja sobre su escritorio sin dejar de mirarme-. Quiero a mi pequeña _____ de vuelta.
-Tengo 16 años, mamá –le recuerdo, sin inmutarme por sus falsas lágrimas-. No soy la niña de cinco años que esperaba a que dejaras tu trabajo de lado para que fueras a jugar con ella. Soy _____, la chica que está cansada de tus desplantes y estúpidos discursos. Papá era el único que se preocupaba por mí, jugaba conmigo y me hacia reír. Tú jamás me hiciste caso. Tu vida era y siempre será tu trabajo –hago un ademán, señalando el caos en su despacho-. Y espero que tu trabajo te dé el amor que estás solicitando de mí ahora.
Ella se sobresalta un poco, como si le hubiera dado una bofetada. Se queda en silencio, mirándome. Yo suspiro y desvío la mirada al suelo.
-¿Necesitas algo más de mí? –pregunto, pasando una de mis manos por mi frente con cansancio-. Estoy cansada y ya no quiero escucharte. Me quiero ir a dormir.
-Eres mi hija, _____ –ella dice débilmente, ignorando mis palabras. Yo alzo los ojos y la miro. Su cara se ve llena de dolor-. Te amo, ¿de acuerdo? Lamento si antes no te había hecho caso del todo. Apenas estaba empezando en mi profesión y tenía que estar de lleno en todos mis casos. Jamás pensé que eso iba a costarme el amor de mi hija.
-Bueno, esa excusa es la que tienes para lo que ocurría antes, pero ahora ¿Qué excusa tienes para estar más pendiente a tus casos que a nosotros? –Digo, volviéndome a cruzar de brazos-. Porque al parecer tu trabajo es más importante que tus propios hijos –frunzo el entrecejo y los labios, irritada.
-El salario de mi trabajo es quien te paga la ropa de diseñador que traes puesta, malagradecida –replica con voz hostil y enojada. Se ha cansado de jugar al papel de la madre dolida-. Tengo que estar al pendiente de mis casos porque de otro modo puedo perder mi trabajo. Y si lo pierdo luego no voy a poder cumplir con tus exigencias de niña mimada.
Abro mi boca con sorpresa y entrecierro los ojos mientras la miro. ¿Niña mimada? ¿Yo? Oh, ella ha excedido mi límite de tolerancia.
-Mejor vete de aquí, _____ –dice al ver mi expresión-. Vete antes de que diga alguna cosa de la cual me pueda arrepentir más tarde –se da la vuelta y comienza a recoger varios papeles sobre su escritorio, ignorándome completamente. Pero oh, yo no voy a permitir ser humillada de esta forma. No.
-Tú eres quien me compra esta estúpida ropa –exclamo, llena de cólera-. Es por las apariencias, dices. No soy una estúpida niña mimada. Tú eres una mala madre. Una farsante y una mujer superficial. No puedo ver que Paul ve real en ti. Porque hasta tu cuerpo está lleno de falsedad por todas partes.
Ella se da la vuelta, con sus ojos abiertos de par en par, sorprendida. Y mucho antes de que pueda verlo venir, su mano azota mi mejilla con fuerza y furia. Mi cara se gira dolorosamente hacia mi derecha, escociendo en el área del impacto. Mi boca se abre por la indignación y la sorpresa, así también por la ira y el odio. Me llevo la mano a la mejilla y me giro para verla. Su mirada es dura sobre la mía y su mandíbula está tensa. Nada en ella indica arrepentimiento.
-Eso es para que aprendas a respetarme –dice, su voz es firme-. Se acabaron los intentos de ser amable contigo. Y los estúpidos discursos, como dices. Se acabo todo para ti. Estás castigada hasta nuevo aviso.
-De acuerdo –digo y mi voz suena extrañamente fuerte y ruda. No tengo ganas de llorar, no siento nada. Me enderezo hasta estar a la par de su postura altanera y desafiante. Bajo la mano de mi mejilla y frunzo el ceño-. Pero esto no se va a quedar así. Me has declarado la guerra, Camille. Y no voy a darme por vencida.
-Vete de aquí ahora –dice, extendiendo su mano para señalarme la puerta sin apartar sus ojos de los míos-. Y ve directamente a tu habitación. No quiero que vayas a donde Jared en busca de refugio tampoco.
Yo me giro orgullosamente hacia la puerta. Salgo del despacho, azotando la puerta tras mi salida. Camino a través del pasillo envuelta en un mar de furia y odio. No, definitivamente esto no se va a quedar así. Esta vez ella fue demasiado lejos. Mi visión está borrosa por la rabia y mis pensamientos corren aceleradamente tras mis ojos. Estoy furiosa, tan furiosa como lo estaba cuando discutí con Nick. Pero esta vez es diferente, en esta ocasión si odio a la persona con la que estoy enojada. Sí, odio a mi madre.
Una mano se cierra alrededor de mi brazo, haciéndome detener, y yo, con ganas de descargar mi ira con alguien, me giro para atizarle a quien sea que me haya agarrado. La persona suelta un grito grave y sostiene mi otro brazo para evitar que le golpee otra vez. Nick tiene el ceño fruncido mientras me mira, sus ojos curiosos. Me suelto bruscamente de su agarre. No estoy de humor para él en estos momentos.
-¿Qué demonios te pasa? –pregunta él, su voz derramando molestia e impaciencia. Sus ojos se entrecierran cuando mira directamente hacia mi cara-. ¿Qué le pasó a tu mejilla? –Extiende su brazo hasta que su mano roza mi mejilla lastimada-. ¿Tu madre te pegó?
Yo estoy mirando directamente a su camiseta, con el ceño fruncido y mis ojos entrecerrados. Mis manos están fuertemente cerradas a mis costados.
-No me hables de esa bruja –escupo-. No me hables en lo absoluto.
Me giro y nuevamente emprendo mi camino hacia las escaleras. Nick me detiene al agarrar mi brazo de nuevo. Esta vez, no le golpeo. Mantengo mi mirada clavada en su rostro y puedo ver que el suyo es un reflejo del mío: ceño fruncido, mandíbula tensa y ojos entrecerrados y llameantes por la ira.
-¿Qué te hizo? –Exige saber-. ¿Qué pasó después de que me marchara? Más vale que me lo digas o iré a buscar respuestas con tu madre –amenaza, mirándome directamente a los ojos-. Y no será nada lindo.
-Me pegó, me humilló y barrió el suelo conmigo –digo, soltando el aire que ni siquiera sabía que estaba reteniendo. Siento mis ojos llenarse de lágrimas. Suspiro-. Solo déjame ir –le pido, mi voz temblando-. Quiero irme a dormir. No quiero hablar de lo que pasó. Por favor, déjame ir.
La máscara de ira en su cara vacila y su agarre se afloja un poco, pero no me suelta.
-Es que… -comienza, pero no logra terminar. Suspira-. No puedo creerlo. Se atrevió a pegarte –incredulidad e indignación se oye en su voz. Vuelve a elevar su mano y roza mi mejilla suavemente. Cierro los ojos-. ¿Qué clase de madre hace eso?
No digo nada.
-¿Quieres que vaya contigo? –pregunta suavemente, después de una pausa. Abro los ojos y me encuentro con los suyos, los cuales muestran calidez y ternura. Y puedo decir que lo que veo en su mirada es real, no como en la de mi madre que es todo es falso-. Que te acompañe a tu habitación, quiero decir. No creo que sea buena idea dejarte sola.
-Puedo manejármelas sola –respondo con firmeza, pero mi voz suena débil y frágil-. No es necesario que…
Él rodea mi cintura con sus brazos y besa mis labios tiernamente. Una de sus manos se posiciona sobre mi oreja y sostiene mi cabello y cabeza en su lugar mientras su boca trabaja sobre la mía. Yo coloco mi mano sobre sus costados y aprieto un puñado de su camiseta entre mis dedos, sintiendo como el enojo abandona mi cuerpo tal cual agua resbalando por una pared. Mis pensamientos se asientan y la tormenta dentro de mi sede. Ahora puedo sentir paz, calma y seguridad dentro de mí. Se siente bien.
-Yo pienso que si –contradice Nick cuando suelta mis labios. Su voz se escucha baja y ronca. Una de sus manos acaricia mi cabello-. Y no acepto un no por respuesta.
Sonrío, aún con los ojos cerrados. Luego sacudo la cabeza.
-Estoy perfectamente –musito, abriendo los ojos para verle-. No necesito que me lleves a la cama. Hablaremos mañana, ¿de acuerdo?
Nick me mira directamente y puedo ver en sus ojos que está vacilando. Sonrío y me acerco a su boca para besarlo superficialmente.
-Estoy bien –sonrío un poco y me deshago de su agarre en mí-. Buenas noches.
-De acuerdo –suspira, metiéndose las manos dentro de los bolsillos traseros de su pantalón-. Descansa, _____.
-Tu igual –respondo.
Esta vez puedo escabullirme hacia mi habitación sin ser detenida.
Cuando entro en mi habitación, cierro la puerta detrás de mí, me recuesto en ella y resbalo hasta llegar al suelo. Tapo mi boca con una mano para intentar detener los sollozos que se crean en mi garganta y, sin poder ayudarme, las lágrimas corren veloces por mis mejillas. Pego las rodillas a mi pecho y coloco mi frente sobre ellas, sollozando sin cesar.
Lloro. Lloro porque odio a mi madre… Camille, me corrijo, de ahora en adelante se llama simplemente Camille para mí. Lloro porque no puedo evitarlo. Lloro porque extraño a papá. Lloro porque desearía que en mi vida hubiera alguien como él, que me entendiera, que me amara y que diera todo por mí como él lo hizo. Lloro de rabia y de dolor porque soy débil y estúpida. Lloro, lloro, lloro por mil razones y a la vez por nada.
Hace mucho tiempo que no me sentía tan vulnerable como me siento ahora, pensando incoherencias. Pero estoy harta de ser fuerte. Estoy harta de Camille y sus reglas, discursos y su postura inextricable. Harta de que cuando hablo con ella, siempre tiene que salir una conversación involucrando a papá y terminamos discutiendo. Estoy harta de todo y de todos. ¡Harta!
Tocan a la puerta. Yo me quedo en silencio, petrificada en mi lugar. Los sollozos cesan, las lágrimas corren por mi rostro y cuello hasta desaparecer dentro de mi blusa. Mi respiración ha cesado.
-_____, soy Jared. Ábreme la puerta, preciosa –dice, su voz amortiguada a través de la madera. Toca un par de veces más antes de hablar nuevamente-. Sé que estas ahí. Ábreme.
Tomo una bocanada de aire y me levanto del suelo, sabiendo que abrirle la puerta es la mejor decisión que puedo tomar. Me limpio la nariz y las mejillas con el dorso de la mano y luego abro la puerta. Al otro lado, Jared detiene su mano, con la cual estaba a punto de tocar la puerta una vez más, en el aire. Su mandíbula se tensa.
-¿Qué le pasó a tu mejilla? –sus ojos están clavados en ella. Su voz es feroz-. ¿Quién te pegó, _____?
Me encojo de hombros, incapaz de hablar. Siento la garganta inflamada, como si mil abejas me hubieran picado allí, impidiéndome hasta tragar saliva. Sacudo la cabeza y aparto la mirada de él, sintiéndome como si tuviera siete años de nuevo. Recuerdo que él miró de esa manera un moretón que Camille había dejado en mi brazo tras zarandearlo y apretarlo con rabia porque yo supuestamente había hecho desaparecer varios papeles importantes de un caso. Papá no estaba en casa para defenderme así que yo tuve que enfrentarme a su ira por mí misma, sin Jared para defenderme tampoco. Pero luego, al ver el feo moretón azulado, se volvió una fiera. Era apenas un niño de ocho años en ese entonces, pero para él yo siempre he sido su pequeña y frágil hermanita a la que siempre debe defender y proteger.
Aunque Jared no se atrevió a desafiar a Camille (nunca ha sido así de valiente), recuerdo que me dio un gran abrazo de oso y me susurró Let It Be al oído para tranquilizarme, porque sabía que papá solía cantarme esa canción con el mismo propósito.
Esta vez, a pesar de que han pasado nueve años, Jared me rodea con sus brazos en un abrazo de oso, protector y cálido, como el que me dio a los siete años. Aprieto los brazos alrededor de él y comienzo a llorar, mojando la camisa a cuadros negros, grises y blancos de mi hermano mayor. Él pega sus labios a mi oído y comienza a susurrar la canción de The Beatles, muy bajo y afinado. En eso se parece mucho a papá: tiene un arte para calmar a las personas y puede cantar. Aun y cuando no lo admite, su voz se parece mucho a la de papá: es hermosa, melodiosa y rítmica. Es maravillosa.
En poco tiempo dejo de llorar. Ahora me estoy riendo.
-¿De que ríes, preciosa? –pregunta él, interrumpiendo la canción.
-Cantas precioso –digo, sorbiendo por la nariz. Recuesto mi cabeza sobre su hombro-. Escucharte cantar es como si estuviera escuchando cantar a papá de nuevo.
Jared besa mi cabello.
-¿Qué pasó antes? –pregunta, evitando el tema que yo misma traje a colación. A él le gusta tanto como a mi hablar de papá. Y a pesar de que él lo oculta mejor que yo, sé que su herida aun está abierta. Papá sigue totalmente presente para Jared tanto como para mí-. ¿Por qué lloras?
Me alejo de él para mirarlo a los ojos. Mi sonrisa ha desaparecido. Suspiro y luego agarro su muñeca para jalarlo dentro de la habitación. Cierro la puerta con seguro detrás de nosotros, siendo precavida en cuestión de la amenaza de Camille. No quiero que Jared tenga problemas por mi culpa.
Arrastro a mi hermano hacia la cama y ambos nos sentamos en ella. Yo seco las lágrimas de mis mejillas con mis manos y sorbo por la nariz v_____s veces mientras le relato a Jared el problema con nuestra madre. Él me escucha con atención y paciencia, y espera hasta que yo termine de hablar antes de decir cualquier cosa.
-Bueno, no puedo discutir que tú estabas fuera de lugar –le lanzo una mirada incrédula-, pero mamá se ha pasado de la raya –añade a toda prisa al ver mi expresión-. Ya no vale la pena hablar con ella de nada o de cualquier modo se estresa y se vuelve insoportable. Aun cuando intenta mantener su compostura, va a haber algo que digas que va a hacer que explote –bufa, apartando su mirada hacia sus manos-. Créeme, ya lo he experimentado.
-Creo que le va llegando la menopausia –replico con molestia y Jared ríe un poco. Hago una mueca-. Antes la soportaba más.
Jared asiente y suspira.
-No quiero que sigas discutiendo con ella, _____ –me mira; nuestras miradas se entrelazan-. Te hace daño estar todo el tiempo enojada con tu propia madre. Y eso me preocupa. No quiero volver al principio…
-Estoy bien –le interrumpo, levantándome de la cama para darle la espalda. Cierro los ojos y me cruzo de brazos-. No hay nada de qué preocuparse.
-Bien –dice, aunque sé que no está convencido. Sin embargo, cambia de tema. Cuando habla, yo casi prefiero que sigamos hablando del tema anterior-. Te vi hace rato –y puedo escuchar la sonrisa en su voz-. Con Nick, en el pasillo.
Abro los ojos y aguanto la respiración. Mi cuerpo se tensa y mi anterior estado de ánimo se desvanece. Hoy he estado cambiando más de humor que de ropa, por lo que parece. Suspiro.
-¿Si? –me giro hacia Jared y pongo una expresión indiferente-. ¿Qué tiene eso de especial? Estábamos hablando.
Jared bufa.
-Por lo que sé no se puede conversar con la lengua de la otra persona metida en tu boca –replica él, frunciendo los labios-. ¿O sí?
-Oh, Dios –exclamo, llevándome una mano a la frente con cansancio-. Esto es culpa de Nick. Solo él podía hacer eso en el pasillo para que todo el mundo nos viera. ¡Lo mataré!
Jared suelta una seca carcajada.
-Relájate –dice-. Fui el único que los vio. Y da gracias a Dios porque no haya sido Paul o mamá o de otro modo estarían en serios problemas, ¿sabes?
Él se levanta de la cama y camina hacia mí. Su mano se mueve hacia mi rostro, acaricia mi mejilla lastimada y luego pone un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Me sonríe.
-Se ven lindos juntos –continua hablando-. Creo que es el único chico con el cual soporto la idea de que tengas novio, _____ –confiesa, mirándome directamente a los ojos-. No lo dejes ir.
Me quedo en silencio. No sé qué decir.
-Ya voy a dejarte dormir, ¿vale? –Coloca ambas manos sobre mis mejillas y se inclina para besar mi frente-. Buenas noches.
Él se marcha y yo me quedo allí, petrificada ante sus palabras. “Se ven lindos juntos”. Oh, por Dios. No puede ser. Él definitivamente no debe estar hablando enserio. Pero nunca antes él había estado tan serio al hablar de un chico que tiene un interés en mí. Ni siquiera con Tom. Pero… a pesar de lo que ha ocurrido hoy, Nick y yo no podemos estar juntos. Es absurdo pensar que seré su novia o algo así.
Yo se lo deje muy claro a Nick en el restaurante: jamás. Y cuando yo digo algo, lo cumplo. | |
| | | Lady_Sara_JB Casada Con
Cantidad de envíos : 1582 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 24/03/2013
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 2nd 2013, 08:41 | |
| jejeje jamas? ja. eso quiero ver si se ve q sta cayendo embobada x el y no se le culpa nd nick es un chico tan lindo siguela me encanta | |
| | | MaIsaJB Comprometida Con...
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 2nd 2013, 15:39 | |
| jjaja me encantó!! estuve apunto de llorar :3 me encanta cuando hablan de su papá Bueno en fin, siguela! | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 2nd 2013, 23:26 | |
| hay pero la decicion de rayita puede vacilar un poquito no? jiji ojalaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que mala es Camille ushh y Nick taaan tierno y Jared ahww quiero un hermano asi SIGUELA PRONTO PORFA!!!!!!!!!! | |
| | | It's Licsa! ♥ Amo A Los Jonas Brothers!
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 5th 2013, 18:00 | |
| Capitulo 6: Parte 3 Me encuentro a Nick recostado contra su lujoso y brillante auto amarillo, el cual está estacionado en el bordillo de la acera a unos metros de distancia de la entrada de la escuela, el mismo lugar donde Duncan suele estacionarse para esperarme. Tiene un cigarrillo en la mano, lo cual instantáneamente me hace rodar los ojos, pero me hace irritar menos que verlo sonreírle o guiñarle a cada chica que pasa por su lado en dirección al estacionamiento escolar para estudiantes. Él está vestido completamente de negro, como es usual, y una boina de lana negra, la misma que le vi el día en que se mudó a casa, está cubriéndole los desgreñados cabellos. Unas gafas oscuras Ray Ban cuelgan del dobladillo redondo del cuello de su camiseta. Entonces recuerdo las palabras de Tracy el primer día: es un chico malo. Es un chico malo sexy, apetecible y arrogante.
Me muerdo el labio inferior y sacudo la cabeza mientras me dirijo hacia él a través de la multitud de estudiantes que se desplazan por la acera. Sus ojos color avellana se posan sobre mí cuando nota mi aproximamiento; sus labios me muestran una sonrisa de medio lado. Arreglo la correa de mi bolso sobre mi hombro y me cruzo de brazos cuando me planto frente a mi hermanastro. Él no se inmuta.
-¿Qué haces aquí? –pregunto, mordaz. Estoy molesta con él.
Nick esboza una sonrisa burlona, notando mi humor.
-Soy un estudiante, tengo derecho de estar en el plantel escolar –responde, dándole una calada a su cigarrillo, el cual está aguantado entre su dedo índice y medio de la mano derecha. Sostengo mi respiración cuando suelta el humo frente a mí-. Justo ahora, se ha acabado el día de estudios y estoy fumando tranquilamente mientras espero a mi hermanastra, quien viene de malhumor con intención de gritarme por alguna desconocida razón para mí y de la cual soy totalmente inocente.
-Sí, voy a gritarte –le digo, asintiendo con la cabeza. Frunzo el ceño-. ¿Por qué te ausentaste a todas las clases hoy? ¿Qué pasa contigo?
Nick entrecierra los ojos y le da otra calada a su cigarrillo. Hace una seña con su barbilla hacia mí. Su sonrisa desaparece.
-Veo que tu casi moretón de ayer no se nota –comenta, luego de soplar el humo justo en mi cara. Me olvido de aguantar la respiración y termino tosiendo-. ¿Debo suponer que es maquillaje?
-Es maquillaje –replico, desviando la mirada mientras tapo mi boca y nariz con una mano, tosiendo. Frunzo el ceño y doy un paso atrás para alejarme de él-. ¿Quieres apagar esa cosa, por favor? –mi voz suena ahogada a través de mis dedos.
Nick le da una última calada al cigarrillo antes de lanzarlo al suelo y pisarlo con su bota de combate negra. Se mete las manos dentro de los bolsillos delanteros de su jean y suspira. Yo aparto mi mano de la boca y vuelvo a cruzarme de brazos.
-Contigo no se puede hacer nada divertido –me mira a los ojos y sonríe pícaramente-. Excepto…
-¿Por qué faltaste a clase hoy? –le interrumpo, antes de que escupa nuestro secreto frente a los demás estudiantes de la escuela.
Se encoge de hombros, cruzándose de brazos también. Desvía la mirada hacia su bota un momento y luego vuelve a mirarme. Su sonrisa se convierte en una mueca curiosa.
-Me quedé dormido –explica-. Cuando me desperté ya era tarde para venir a la escuela. ¿Por qué?
Sacudo la cabeza y suspiro. Pensaba que era un acto de rebeldía de su parte faltar a la escuela hoy. También pensaba que tal vez se había ido con otra chica o que… me detengo a mitad del pensamiento. Es estúpido. Él puede hacer lo que se le venga en gana con su vida y yo no tengo que entrometerme en nada, pero no puedo evitarlo. También me preocupo por él.
Mi enojo de pronto se siente injustificado y se desinfla como un globo que ha sido pinchado con un alfiler.
-Solo quería saber –respondo apresuradamente.
Desvío la mirada hacia la entrada de la escuela, por la cual ahora estaban saliendo los autos de los demás estudiantes y maestros, y por la cual yo no veo a Duncan entrar en el plantel. Devuelvo la mirada hacia Nick.
-¿Podrías decirme porque Duncan no ha llegado aún? –le pregunto-. Es muy raro que aun no haya llegado a recogerme.
-Oh, él llegó –responde, volviendo a esbozar esa sonrisa burlona suya tan… sexy. Y puedo ver un sus ojos un brillo que me dice que está ocultando algo-. Yo lo envié a casa. Le dije que yo te llevaría. Titubeó un poco pero al final se fue –se vuelve a encoger de hombros.
-Estupendo –suspiro.
-Pero no vamos a ir a casa –Nick prosigue. Yo entrecierro los ojos con sospecha, preguntándome que tiene en mente-. En realidad, tengo otro lugar en mente.
-¿A dónde vamos entonces? –doy un paso hacia él y suelto mis brazos a mis costados mientras siento la curiosidad construyéndose dentro de mí.
-Es una sorpresa –susurra, inclinando su cara hacia mí. Sus labios curvados en una brillante sonrisa. Su mano se mueve detrás de él, hacia la manija de la puerta del copiloto. Sus dedos se enganchan en ella y abre la puerta, moviéndose con ella hacia un lado. Mueve su mano como una reverencia para que entre en el auto.
-Vamos, sube –me insta, mirándome. Sus ojos están brillando.
Me quedo mirándole durante algunos segundos antes de ceder.
-Espero que no estés secuestrándome –le digo, subiendo al auto.
-Tranquila. Estoy demasiado ocupado tratando de impresionarte como para ser un secuestrador o un asesino en serie –bromea, moviéndose hacia mí hasta cerrar la puerta de Amber.
Nick le da la vuelta al auto y sube al asiento del copiloto de un salto. Enciende el auto rápidamente y se abre paso a través de los demás autos que intentan salir del lugar. Se escuchan varias bocinas de los demás autos detrás de nosotros mientras Nick maniobra para meterse entre ellos para salir del plantel. Sin mucha demora, nos mete en el tráfico de las 3 de la tarde, hora en la cual todos los padres están recogiendo a sus hijos de la escuela después de salir del trabajo, los empleados salen de sus trabajos cansados e irritados y los estudiantes se escurren como balas entre los autos, demostrándoles a los demás lo intrépidos que son mientras que yo pienso que son estúpidos.
Nos quedamos atascados en el tráfico, así que Nick se recuesta en el asiento y me mira.
-¿Qué tal tu día? –pregunta.
-Aburrido –admito-. Créelo o no, extrañé tus molestosas canciones tarareadas, tus comentarios insolentes y tus quejas.
Nick suelta una carcajada.
-Me alegra saber que te encantan mis insolencias –dice-. Sabía que al final te ibas a sentir afortunada de tenerme en casa.
Me rio.
-No totalmente afortunada –replico, señalándolo con mi dedo índice-. Solo un poco.
Él se inclina hacia mí y agarra mi dedo suavemente con sus dientes. Yo me rio mientras él cierra sus labios alrededor del dedo y una mano rodea mi muñeca. Su lengua acaricia mi piel y yo siento un estremecimiento recorrer mi columna vertebral, toda la sana diversión se ha esfumado y ha sido reemplazado por algo caliente y espeso que está fluyendo entre nosotros. Su contacto hace que mi piel arda allí donde él me toca. Sus ojos están fijos en los míos, dejándome ver la intensidad y la lujuria brillando en ellos. Una descarga eléctrica me recorre el dedo y luego se esparce por todo mi cuerpo cuando Nick succiona. Y de repente me pregunto porque el aire acondicionado está apagado. Con las mejillas ardiendo, desvío la mirada hacia el panel. El aire está encendido en su nivel máximo.
Nick suelta mi dedo tras pasar su lengua una última vez por él, provocando que mis rodillas comiencen a temblar. La mano que estaba sujetando mi muñeca ahora está sobre mi oreja, oculta debajo de mi cabello suelto. Se inclina hacia mí y me besa en los labios con insistencia, con fuerza. Sus labios son cálidos y abarcadores, me dominan rápidamente. Le beso de vuelta e intentado comparar su intensidad, profundizo el beso al introducir mi lengua dentro de su boca. Me siento caliente por todas partes. Realmente desearía que no estuviéramos en medio del tráfico o de lo contrario, ya lo habría despojado de su vestimenta.
Muevo mis manos hacia su regazo y las coloco sobre su muslo, muy cerca de su miembro. Deslizo mis dedos un poco más al norte y encuentro el área de la cremallera donde su pene, con el deseo de ser liberado de sus confines de tela, ha formado un bulto. Bajo la cremallera y desabotono el jean antes de que Nick suelte mis labios, jadeando. Muerdo mi labio inferior y abro mis ojos cuando siento la mano que Nick sostiene sobre mi oreja deslizarse hacia abajo. Dirijo mis ojos hacia Nick, quien tiene su espalda pegada al asiento con los ojos cerrados y la boca entreabierta. Sus manos están apretando fuertemente el asiento debajo de él, expectante. Lo tomo como si me estuviera dando luz verde; muevo mi mano dentro de su bóxer. Nick inspira con fuerza cuando yo agarro su pene en mi mano y lo froto. Es duro y firme entre mis dedos deseosos por complacerlo.
-Vas a matarme –murmura Nick, abriendo los ojos para mirar donde mi mano se mueve dentro de su bóxer-. Vas a matarme –repite, volviendo a cerrar los ojos, chocando su cabeza contra el reposacabezas con fuerza.
Una bocina de un auto se escucha detrás de nosotros e, instintivamente, yo desvío la mirada hacia el sonido. Luego la devuelvo al frente y veo que los autos frente a nosotros han avanzado un poco. Sin embargo seguimos atascados en el tráfico.
Nick se obliga a acomodarse, apretando las manos en el volante y avanza el diminuto tramo que el auto de enfrente a avanzado. Yo no he parado de frotarlo ni un segundo, complacida porque lo tengo bajo mi control. Nick deja de apretar las manos en el volante para pasar a hacer lo mismo con el asiento, incrustando sus dedos en el cuero. Un gemido ronco se escapa de entre sus labios cuando aumento la velocidad de mi brazo de improviso y luego vuelvo a disminuirla. Nick está casi retorciéndose de placer en el asiento. Y yo cada vez estoy más mojada y ardiendo. El aire acondicionado no hace nada por azotar lejos este calor.
De pronto una de las grandes y amplias manos de Nick se posa sobre la mía, deteniendo mis movimientos. Yo le miro.
-Un niño está mirando en nuestra dirección –dice, mirando hacia el frente.
Sigo la dirección de su mirada hacia un auto rojo parado a nuestra derecha frente al auto que está a nuestro lado. Un niño de cabello rubio tiene sus bracitos cruzados sobre el reposacabezas del asiento y sus ojos marrones nos miran con inocencia. Un carro de juguete rojo sobresale entre sus regordetes dedos.
Miro a Nick de nuevo.
-No tiene ni idea de lo que estamos haciendo –digo.
Nick me mira y sonríe de medio lado. Sus ojos están brillando y sé que de no ser por el niño jamás me habría dicho que pare. Sin embargo, no aparto mi mano de su miembro.
-No, no lo tiene –está de acuerdo-. Pero me siento raro con tu mano sobre mi pene y un niño mirándonos de esa manera –hace un gesto con la barbilla en dirección del auto rojo-. De haber sido un adulto, ni me hubiera molestado en detenerte.
Me rio. Él se inclina para besarme en los labios y luego sonríe, apartando mi mano de su bulto. Entrelaza su mano con la mía y se la lleva a la boca para besarla.
-Eres una traviesa –dice, colocando nuestras manos entrelazadas entre nosotros, sobre la palanca de cambios. Luego coloca su mano libre sobre el volante y mira hacia el frente. Resopla con disgusto-. Si este tráfico no avanza, creo que terminaré dejando que termines el trabajo –me mira-, con o sin la mirada del niño sobre nosotros.
Sonrío, desviando mi mirada hacia su jean desabotonado aún. Su miembro sobresale por la esquina de su bóxer. Elevo la mirada y miro hacia afuera, deseando poder respirar aire fresco para poder enfriar mi cuerpo y mi mente. En lo único que puedo pensar justo ahora es en sexo. Sexo con Nick aquí en el auto, en el asiento trasero sin importar quién nos vería.
Nick suelta mi mano para poder arreglarse el pantalón. Yo miro hacia el niño del auto rojo, quien aún nos está mirando como si fuéramos una pareja salida de sus dibujos animados favoritos. Sus ojos destellan curiosidad. No encuentro su interés en nosotros. Es un niño muy raro.
-¿Qué pasó anoche con tu madre? –Pregunta Nick después de unos instantes de silencio, en los que lo único que se escuchaba era el frote de sus ropas al ser abotonadas e indilgadas correctamente-. ¿Por qué te pegó?
-Es increíble –respondo, girándome a verlo con una sonrisa burlona bailando en mis labios-, como de rápido puedes pasar a una conversación como esa después de casi te hiciera un hand job.
-Casi –replica, esbozando esa sonrisa burlona que me encanta. No sé cómo pude alguna vez decir que la odiaba; es hermosa y atrayente como lo son las llamas para las polillas. Y como las polillas, sé que voy a quemarme-. Solo estoy tratando de hacer conversación para alejar los pensamientos indebidos sobre cogerte en el asiento trasero -sonrío, divertida por su sinceridad. Él vuelve a entrelazar nuestras manos-. Ahora, dime que pasó.
-Le dije que era falsa y superficial.
Me muerdo el interior del labio. Nick suelta una sonora carcajada.
-Perdió la paciencia y me pegó.
Lo hago sonar como si fuera algo que no me importara. Me encojo de hombros, a pesar de que la rabia comienza a corroer mis pensamientos y a nublar mi visión. Los labios de Nick se aprietan.
-¿Estaban discutiendo sobre…?
-Trivialidades –le corto, suspirando-. Nada importante.
-Tuvo que ser importante –interviene él, serio. Entrecierra los ojos mientras me mira-, o de lo contrario dudo mucho que te hubiera pegado.
-No la conoces –respondo-. No la conoces en lo absoluto.
-Puedo calcular que tan perra es solo por su cara, _____ -alza una de sus cejas como diciéndome que si sabe de lo que habla. Yo ruedo los ojos.
-¿Puedes calcular que tan perra soy también? –pregunto, con la esperanza de hacer que Nick se desvíe de el tema con una broma en respuesta.
Nick vuelve a entrecerrar los ojos y suspira. Fallo en hacer que se desvíe del tema.
-No me vas a decir, ¿no es así? –pregunta, con voz cansada.
-No es como si no quisiera decírtelo, Nick, es como que no quiero hablar de ello con nadie –suspiro y agacho la mirada hacia nuestras manos entrelazadas-. En especial ahora cuando lo único en lo que puedo pensar es en ti y en mi tirados sobre una cama, y no precisamente durmiendo –le guiño.
Él suelta una carcajada, y sé que no va a insistir más en el tema de Camille. | |
| | | Lady_Sara_JB Casada Con
Cantidad de envíos : 1582 Edad : 28 Localización : México Fecha de inscripción : 24/03/2013
| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) Septiembre 5th 2013, 18:32 | |
| dios!!! q ___ mas atrevida jugueteando con nick con un inocente niño viendo siguela quiero imaginarme a donde la llevar : | |
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| Tema: Re: Hilo Rojo (Nick&____) | |
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| | | | Hilo Rojo (Nick&____) | |
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