Holaa! Bienvenidas las nuevas lectoras *w*
Aqui esta la segunda parte! _________________________________
Capitulo 4 (Parte 2)—¿Me disculpa? —preguntó ______ cansada de mantener la compostura con su futuro marido.
Ante la atenta mirada de su madre había hecho lo correcto: fingir que le agrada la conversación, mostrarse interesada y no salir escopetada y refugiarse en su habitación a hacer algo mucho más gratificante como leer. Estaba tan hastiada de todo aquel paripé que hasta una revista de moda de esas que su madre tenía por casa le parecería interesante.
—Por supuesto —dijo Nick padre sonriéndole—, pero…antes me gustaría, si no es mucha molestia, que accediera a bailar con…—tosió suavemente— alguien especial.
—Le seré sincera, no soy muy buena en estas cosas. —Estaba dispuesta a dejarle claro que no esperase mucha colaboración. No era buena porque no quería estar allí, ahora bien, la educación proporcionada por su madre la cualificaba para asistir a actos públicos y actuar correctamente.
—No se inquiete por eso. —Tendió el brazo a ______—. ¿Me acompaña?
Estaba claro que no podía negarse, su padre la vigilaba como un halcón, invitados varios la observaban disimuladamente pero sin perder detalle y, bueno…si aceptando bailar se libraba de su prometido…
Nick la condujo hasta donde estaban su hijo y Vivian; iba a divertirse de lo lindo. Puede que la dama se enfadara con toda esta charada, pero a su edad cualquier distracción de esta índole resultaba, además de inofensiva, estimulante. Cualquier distracción es buena.
—¿Serías tan amable de sacar a la dama a bailar? —preguntó a su hijo—. No tengo edad para estas cosas.
Éste, en respuesta, miró a su padre sin comprender qué juego se traía entre manos. ¿Por qué no hacía una simple y formal presentación?
—Cómo no. —Ofreció su brazo a ______, la cual se mantuvo en silencio. Bueno, por lo menos iba a bailar con alguien que no le doblaba la edad.
—Cuando se entere de tu charada seguramente se enfadará.
—Ay, querida Vivian, no me estropees este momento.
—Solo hago una observación. Esa chica no parece una tímida mujercita. Si las miradas matasen tú estarías ahora mismo muerto y yo llorando desconsoladamente.
—El negro te sienta estupendamente, querida mía. Yo no me preocuparía por eso. Hacen buena pareja, ¿verdad?
—Prueba este champán. Buenísimo.
Sentirse observada o ser el centro de atención no era plato de buen gusto para ______. Mientras bailaba con ese desconocido todos los allí presentes no les quitaban los ojos de encima. Seguramente estaban murmurando, panda de cotillas ociosos…Pero pensándolo bien, sentaba de maravilla que vieran a una mujer a punto de casarse bailando con otro.
Estaba tentada de sonreír. Se abstuvo más que nada para evitar el dolor de cabeza posterior al tener que soportar la reprimenda de sus padres.
El desconocido con el que bailaba se mantenía serio, imperturbable, sin mostrar el más mínimo interés en iniciar una conversación con ella. Bueno, podía tentar un poco a la suerte.
—Y, dígame, ¿usted es de los que piensan que las mujeres no deberíamos participar en las decisiones políticas?
Ese, sin duda, era un tema que no debía tocar bajo ningún concepto. Él la miró con una expresión a medio camino entre la sorpresa y la conmoción. Se tomó su tiempo para responder.
—Creo que, por desgracia, muchas mujeres no tienen la preparación necesaria para tomar ese tipo de decisiones.
Diplomático, sin duda estaba bailando con un diplomático. Ni afirma ni desmiente. No se compromete, queda bien oiga quien oiga su comentario y evita ser cuestionado. Podía respetarle por eso. Muchos hombres, de entrada, hubieran negado categóricamente que una mujer tiene derecho a opinar.
Cuando finalizó la pieza, ______ se limitó a saludarla con un gesto amable y dejarla allí en medio sin ni siquiera despedirse o intentar alargar la conversación. Vaya…estaba claro que a ese hombre no le gustaba perder el tiempo con charlas banales e insulsas de sociedad. Había bailado con ella por compromiso y punto.
______ le observó volver junto a su prometido y de nuevo se quedó de piedra al ver cómo el hombre coqueteaba descaradamente con la mujer que, por cierto, parecía encantada porque no se separaba de él. Menudo pájaro.
—Enhorabuena, querida ______. —Una de las amigas de su madre se acercó para saludarla. Y de paso sonsacar algo.
—Gracias.
—Hacéis una pareja estupenda. —La mujer insistía—. Al principio nos pilló un poco por sorpresa pero tu madre nos ha explicado el afecto mutuo que os tenéis.
Intereses económicos, querrá decir.
—Sí, es increíble.
—Bueno, querida, te dejo, estoy segura de que a tu prometido no le hará mucha gracia que te monopolicemos.
Eso si pasamos por alto su coqueteo con mujeres mayores.
Tras esta mujer siguió un desfile de damas, toooodas tenían grandes deseos, toooodas estaban encantadas, toooodas pensaban que hacían una pareja fabulosa, pero cuando una insinuó que tendrían unos hijos guapísimos, ______ se atragantó. Sí, claro, como que ella iba a "hacerlo" con un vejestorio. Por favor, en el caso de tener hijos, en vez de llamarle padre le llamarían abuelo.
Observó a sus progenitores y, al verles ocupados atendiendo a los invitados, se escabulló un momento de la fiesta para ir al encuentro de Charles. Por supuesto su madre se horrorizó ante la idea de invitar al hijo del carnicero, pero este la estaba esperando junto a la cochera.
—Anímate, ______, estás preciosa.
—Eso es fácil decirlo. No voy a poder, Charles, me dará un ataque o algo. Cuando me quede a solas con él me entrará alguna especie de enfermedad neurótica o algo así. Tienes que ayudarme.
—Ya hemos hablado de eso. —La cogió de la mano y se inclinó para invitarla a bailar—. Tienes que volver dentro, pero antes baila conmigo.
—Con lo fácil que sería todo si tú quisieras…—suspiró ella.
—No te preocupes, todo llegará.
—Estoy segura de que has estado con un montón de mujeres, y a mí me rechazas —se quejó ______.
—Cuando estés casada no te rechazaré —dijo Charles.
—Puede que cuando esté casada se me quiten las ganas de probarlo.
Su amigo se mantuvo firme en su idea de no tocarla. Si lo hacía se jugaba mucho. Era mejor esperar; mientras ya tenía con quién entretenerse. Un baile para que ______ se quedara tranquila y nada más, por ahora.
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—Deberías ser un poco más amable —sugirió Nick padre a su hijo.
—Sí, bueno, esa podría ser una opción. —Dio un sorbo a su copa—. Este vino terminará por provocarme ardor de estómago. Ese tipo despilfarra con cualquier pretexto.
—Disfruta de la velada. ¿Qué te ha parecido tu futura esposa?
—¿Sinceramente? —Su padre asintió—. Creo que la primera impresión no siempre es la correcta.
—Si ya lo sabía yo…
—No es una niñata consentida.
—Mucho mejor, sí, señor.
—Es una niñata aburrida con aspiraciones intelectualoides.
—Hijo mío, algún día deberías relajarte un poco.
—Creo que nos reclaman. ¿De cuántos platos consta la cena? No creo tener estómago.
A ______ le sorprendió que la sentaran junto al desconocido diplomático y a su prometido junto a la mujer mayor. Pero lo que más le llamó la atención es que sus padres no mostraran ninguna oposición. ¿Tan oxidados estaban sus conocimientos sobre etiqueta?
El viejo verde no dejaba de sonreírle, lo cual propició que casi tirase la copa de vino, algo que hubiera dejado un elegante y carísimo lamparón en el mantel blanco. Seguramente sus padres no habían escatimado a la hora de encargar los mejores vinos y licores, cosa que, según su opinión, resultaba una imprudencia. Podían pasar mil cosas antes de la boda e irse todo al traste. Y entonces, ¿cómo iban a pagar todo aquel boato? Tembló solo de pensarlo.
Su madre parecía la reina, en su salsa, encantada con ser el centro de atención, disfrutando del dinero ajeno y sin más preocupación que atender a los invitados. Claro que una buena atención suponía un buen regalo al día siguiente.
Apenas probó bocado, se le atragantaba todo. ¿Qué pensaría la gente que disfrutaba de la comida y bebida si supieran la verdad? Seguramente más de uno estaría al tanto, pero la mayoría solo podría suspirar de envidia de no haber sido ellos los agraciados en el sorteo mensual de hija convertida en novia de buena cuna pero arruinada.
Tras los postres, su padre se levantó de la mesa, llamó a un camarero para que sirviera más champán y pidió silencio. Bien, ya no hay vuelta de hoja.
—Amigos, es para mí un honor poder hacer un brindis por mi muy querida hija y mi futuro yerno. —Miró a su hija instándola a ponerse en pie—. Quiero darle públicamente la bienvenida a mi familia. —Levantó su copa, gesto que todos los presentes emularon mirando a ______ y a su acompañante. ______ mecánicamente se puso en pie y, sin mucho entusiasmo, levantó su copa.
Tardó diez segundos en darse cuenta de algo importante: su prometido no se había levantado y seguía mostrando una sonrisa picara. Nadie parecía notar que ella era la única que estaba de pie con la copa en alto…nadie excepto…
—______, querida hija, mañana será uno de los días más felices de mi vida…
______ no pudo prestar atención a las palabras de su padre; solo una persona estaba de pie, junto a ella, mirando a su padre, con expresión seria y gesto mecánico. Esta vez no pudo evitarlo, la fina copa de cristal tallado cayó estruendosamente en la mesa, chocando contra la cubertería y dejando una mancha en el mantel.
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