Hola, chicas. Una disculpa por la tardanza del capítulo, lo que pasa es que la mugre escuela. >:c Pero bueno, el domingo subiré un maratón de unos 5 o 6 capítulos, ya los tengo hechos.
Aquí les dejo uno algo largo para recompensarlas.
¡Gracias por sus comentarios!
CAPÍTULO 19: ____.
El frío se colaba por la ventana de mi habitación, eso me despertó eran poco más de las 4:30 a.m. del domingo, había pasado ya una semana desde la cena que tuve el "placer" de conocer al verdadero Nick, aquél que cena con una chica diferente cada noche, y que por desgracia veo casi a diario. Nicholas Jerry Jonas era, como todos los hombres guapos y con dinero, un mujeriego de alta categoria, un hombre que saldría de mi corazón cuanto antes. No quería tenerlo cerca en ningún momento.
Me había alejado de él durante toda la semana e ignoraba cuando me hablaba, siempre que llamaba a mi celular, le desviaba la llamada. La mejor manera de olvidarme de un mujeriego como Nicholas Jonas, era ignorándolo. Mi madre decía que no había peor dolor que el ser ignorado.
Era demasiado temprano, pero no podía dormir más, así que decidí bajar a la sala y ver un poco de televisión. Cuando bajé, me dirigí hacia la cocina y coloqué la cafetera, no podía vivir sin un café por las mañanas, o mejor dicho madrugadas. Pasé los canales hasta que me encontré con una película de terror llamada "Jeepers Creepers".
Durante toda la estúpida película, me la pasé muerta de miedo, de un momento a otro, mi teléfono empezo a sonar y yo dí un brinco del sillón al cielo, nunca me había asustado tanto, me gustaban las películas de terror, pero verlas sola a las 6:00 a.m. no era lo mejor del mundo. Miré la hora y noté que eran las 6:20, ¿Quién llamaría a ésta hora? Me acerqué a mi teléfono y contesté al ver que decía "Número Privado".
*Llamada*
-¿Hola?-Dije con un pequeño tono de desconfianza.
-¿Señorita _____?-Dijo una voz sumamente mayor.-Soy el abogado de la familia Jonas, Michael Jacobs. Le hablo por la custodia de su hijo.-Mi mente se congeló a escuchar eso, ¿Matt? ¿Matt volvería a mi al fin?
-Si, dígame.-Dije conteniendo las lágrimas.
-Me alegra informarle que tenemos al niño en nuestra custodia, conseguimos dar con ciertos fraudes que el señor Jordan O'Donell hizo para conseguir la custodia del infante. Espero venga cuanto antes a mi oficina, sé que es algo temprano, pero yo nunca duermo. Sólo necesito que firme los papeles de la custodia y, bueno, se lo lleve a casa con usted.-Dijo Jacobs, comencé a llorar de felicidad, nunca había llorado así en mi vida, al fin tendría a Matt a mi lado.
-Claro que si, ¿Me permite ir ahora?-Dije ansiosa.
-Sí usted gusta, adelante.-Me proporcionó la dirección en ese instante.
-¿Podría presentarse en una dos horas? Tengo que ir por su hijo al Centro en donde se encuentra bajo la custodia del Estado.
-Si, si, perfecto, yo me presento en su despacho en dos horas. ¡Gracias! No sabe cuanto se lo agradezco.-Volví a llorar, ¡Dios! Matt estaría conmigo, nada ni nadie me lo quitaría de nuevo de los brazos.
-Bien, entonces parto ahora mismo por su hijo y la veré en mi despacho a las 8:30.-Dijo Jacobs con un tono de alegría.
-¡Gracias!-Dije colgando el teléfono.
Corrí al cuarto de Ems, tenía que decirle lo que ocurría.
-¡Ems! Despierta, Emily, abre los ojos.-Dije saltando sobre su cama.
-No molestes, ____.-Dijo cubriéndose con la cobija.
-Recuperé a Matt.-Dije casi gritando y volviendo a saltar sobre la cama.
-¡¿QUÉ?!-Dijo parándose como un rayo.
-Pasaré por el a las 8:30.
-Ven aquí amiga.-Ella me abrazó y comenzó a llorar al compás que yo, bien sabía que ella también había sufrido cuando perdí a Matt.-Hay que arreglarnos, tenemos poco tiempo.
-De acuerdo.-Salí de su cuarto y corrí a bañarme, moría por ver a mi hijo.
Dejé que mi cabello se secara, no pensaba acomodarlo mucho, lo que me urgía era tener a Matt en mis brazos. Me acerqué a mi armario y elegí lo que usaría, me pondría algo sencillo y cómodo.
Busqué la sudaderita que le había comprado a Matt hace unos 3 meses, se la había planeado dar en su cumpleaños, pero Jordan no me lo permitió, así que la busqué, hoy sería el día de ponérsela.
Mientras la buscaba, escuché un ruido similar al timbre, pero no presté atención, cuando al fin encontré la pequeña chamarra, bajé corriendo en busca de Emily.
-Hola.-Escuche la dulce voz masculina que provenía de la sala.
-Nick-Le regalé una sonrisa.-¿Qué haces aquí?
-Ems me llamó, me dijo que Jacobs había logrado lo que le pedí.
-Si, gracias.-Dije acercándome a él y abrazándolo con un toque de desconfianza, aún seguía enojada con él.-Espero puedas darme la cuenta de Jacobs pronto, necesito pagarle sus honorarios.-Dije alejándome de sus brazos.
-No te preocupes por ello, yo ya le he pagado.-Dijo sonriente.
-No tenías por qué hacerlo, gracias.-Dije besando su mejilla.
-No agradezcas nada, me alegra verte feliz. Por cierto, te ves preciosa.-Mis mejillas se tornaron rojas ante su comentario, de nuevo estaba atrapada en las redes de Nicholas Jonas.
-Gracias.
-Deja de agradecer.-Dijo en tono divertido. En ese momento Ems y Joe entraron por la puerta, sonreían como siempre que estaban juntos.
-¡_____! Me alegra que puedas tener contigo a tu hijo de nuevo. ¿Puedo consentirlo? ¿Hacerlo todo un galán?-Dijo Joe acercándose a mi y dándome un gran abrazo que hizo que me levantara del suelo.
-Claro que si.-Dije sonriendo y apretando el cuerpo de Joe al mío.
-Bien, vámonos, ya quiero ver a mi pequeño sobrino en brazos de su madre.-Dijo Ems dirigiéndose a la puerta.
Caminamos hacia la camioneta de Nick y me abrió la puerta del copiloto. Condujo por unos 15 minutos y llegamos a un gran edificio de cristal, eran miles de oficinas, recordé la dirección que Jacobs me había dado, era el piso 32, ¡Mierda! ¿Cuántos pisos tenía esa cosa? Nick abrió mi puerta y me ofreció su mano al bajar.
-Gracias.
-Llevas toda la mañana agradeciéndome.-Dijo Nick con una mirada divertida y jalándome por la mano al adentrarnos a ese gran edificio.
-Estoy tan emocionada.-Dijo Ems.
-Y no te imaginas como estoy yo.-Dije con lágrimas en los ojos de nuevo.
Nos acercamos al elevador y Joe oprimió el número "32". Estaba a unos minutos de ver a mi Matt.
Cuando llegamos al piso 32, me sorprendió el lujo que se encontraba frente a mi, era un gusto totalmente refinado y, obviamente, sumamente caro.
-Señorita ____.-Escuché decir en un susurro a Jacobs.-No hablen muy alto, su hijo está durmiendo en mi sillón.-Siguió susurrando. Me solté de la mano de Nick y me adentré hacia la oficina y lo ví ahí, tendido con unas cuantas maletas a su alrededor y con una cara de paz que recorbaba con claridad. Su cabello dorado había crecido mucho, estaba totalmente enmarañado en su cabeza, su piel blanca y tersa como la mía, resplandecían ante los rayos del sol que entraban en la oficina. Me arrodille a un lado del sillón y acaricié su rosada mejilla con cuidado de no despertarlo. Tenía mucho tiempo de no tenerlo tan cerca. Besé su frente y noté como una pequeña sonrisa se filtraba en su rostro.
Sentí unas manos fuertes apretando mis hombros, era Nick.
-Ven, preciosa, debes firmar los papeles.-Dijo Nick en un susurro. Limpié mis lágrimas y me acerqué al escritorio, ví como Ems se dirigió hacia Matt y besaba sus pequeñas manos, mi hijo estaba totalmente perdido en el sueño, se parecía a mi. Firmé los papeles necesarios y Jacobs me entregó otros, eran los papeles que me otorgaban la custodia total de Matt. Los guardé en mi bolsa y le dí un abrazo a aquel hombre que me los había entregado, sentí la sorpresa que lo rodeó, pero me regresó el abrazo con calurosa confianza, lo solté y abracé con todas mis fuerzas a Nick y a Joe, estaba eternamente agradecida con ellos.
Ví hacia donde estaba Matt y noté como forzaba sus ojos, estaba por despertar, me acerqué a él y lo miré con ternura y amor, ese pequeño ser que se había formado dentro de mi por 9 meses.
-¿Mamá?-Dijo en un tono dificultoso, ¿El sabía quien era yo?
-Soy mamá, mi amor. Soy yo.-Lo levanté de su sueño y lo abracé con todas mis fuerzas, el pequeño me abrazó y comenzó a reír, él me conocía, así que supuse que Jordan no le había ocultado nada de mi. Y que probablemente le hubiera mostrado fotos mías.
Miré los ojos de Matt y noté que Jordan tenía razón, sus ojos eran iguales a los míos, casi negros y profundos, tenían brillo y notaba su sonrisa en todo momento, ¡Era tan risueño!