MY LUCKY STRIKE
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Capitulo 30Jack dio una patada a una piedra de la acera.
- ¿Quieres que revisemos cuidadosamente lo que vamos a decirle a mi padre, para que no se enfade mucho?
Nick se centró en las caras deportivas de Jack. Solamente el mejor equipamiento para el chico, lo mereciera o no. Por desgracia, si él no le decía unas duras verdades directamente a Jack, nadie lo haría jamás. Todos los demás tenían mucho que ganar con el eventual éxito del chico.
-Te pareces mucho a mí cuando era pequeño.
- ¿De verdad? Genial.
-Mi padre estaba metido en problemas la mayor parte del tiempo. En verdad todavía lo está.
- ¿Se volvía loco cuando te lesionabas?
-Claro que sí. Todo lo que le importaba era si podría jugar en el próximo partido, o si la lesión afectaría a mi futuro. Actuaba como si no tuviese dolor, aunque lo tenía.
Se detuvo pensativo.
- ¿Todavía te duele el brazo?
Jack asintió con la cabeza.
-Un poco -tragó saliva- En realidad mucho, pero no quiero que mi padre lo sepa.
Nick tenía la sensación de que todo se estaba estropeando. ¡Genial!
- ¿Tienes alguna afición? ¿Algo aparte del fútbol?
- ¿Te refieres a algo como el Xbox 360?
Nick sonrió.
-No exactamente. ¿Solo me preguntaba si te gusta leer o construir cosas?
-Mi papá dice que tengo que centrarme en el fútbol, dice que nos hará ricos.
A Nick le iba a costar todo su autocontrol evitar partirle la cara al padre de Jack.
-Tal vez. O tal vez no. Hacerse rico con el fútbol depende de muchas cosas.
Jack hizo una mueca, probablemente porque era la primera vez que alguien le decía que la fama y la fortuna no estaban aseguradas.
- ¿Cómo qué? Yo tengo talento.
-Lo tienes, pero pueden pasar cosas. Puede contratarte algún equipo ganador de la Super Bowl.
Jack sonrió maliciosamente como si ya supiera que eso iba a suceder.
-O puedes lesionarte, como algunos tipos con talento que conocí en el instituto y la universidad y sería el fin de tu carrera -Hizo chasquear los dedos- Así de sencillo.
Jack bajó la barbilla.
-Pero eso no te ha pasado a ti; eres una súper estrella.
-Soy uno de los afortunados -dijo Nick, preguntándose a sí mismo si realmente lo era - En cada partido me preocupaba lesionarme y tener que ser retirado en camilla.
Cuando era más joven se creía completamente invencible, nunca se había preocupado por el final de su carrera. Pero ahora, los tipos que habían jugado con él en sus tiempos de novato, estaban empezando a retirarse. A los que tenían un buen plan de jubilación les iba bien. Pero aquellos que solo se habían preocupado del fútbol simplemente se venían abajo.
- ¿Tú no tienes el dinero suficiente para hacer lo que quieras?
-Por supuesto -concedió Nick- Pero el dinero no lo es todo.
Hasta que _____ había regresado a su vida, no se ocupaba de nada más que del fútbol. Ahora tenía nuevas metas. Había comenzado a pensar que quizás un día pudiera abrir su propio campamento de verano, tal vez para niños como él, que no tenían dinero para zapatos caros y fondos de previsión. Jugarían al fútbol, pero también aprenderían otras cosas, como pescar o como encender una hoguera. Quería correr a contar su idea a _____ , saber su opinión.
-Tu vida tiene que ser algo más que el fútbol, muchacho. -Dijo decidiendo que era hora de ir al grano.- No importa si todo el mundo te trata como a un Dios, un día alguien se acercará a ti y te demostrará lo equivocado que realmente estás, y no serás capaz de solucionar el problema porque lo único que sabes hacer es jugar al fútbol.
Jack no dijo nada, ya no le miraba a los ojos.
-No estoy tratando de hacerte sentir mal -dijo Nick- Voy a hablar con tu padre, pero quiero que pienses en lo que te estoy diciendo.
Jack se levantó del banco de un salto.
- ¡Voy a ser el mejor jugador de fútbol de la historia! ¡Y te voy a dejar en el polvo, no sabes nada!
_____ corrió afuera.
- ¿Qué pasa? ¿Te duele el brazo, Jack? ¿Necesitas ir al médico?
Nick nunca había visto un rostro tan duro en un crío tan pequeño. Excepto tal vez en su propio espejo.
-Quiero irme a casa -se quejó Jack.
_____ movió la cabeza y le dio las llaves.
-Ve hacia el coche, necesito hablar con Nick un momento.
_____ se giró hacia él.
- ¿Qué le has dicho? Parecía que estaba a punto de echarse a llorar.
Nick quería hacerle comprender.
-Confía en mí, era algo que necesitaba escuchar.
-Apenas es un niño, Nick. Has herido sus sentimientos.
-Tenía mis razones para lo que le dije al chico.
-Adelante -habló ella con ojos desafiantes- Dímelas, me muero por escucharlas.
Pero la situación le resultaba demasiado conocida y cercana. No quería hablar de ello ahora, no quería desnudar su alma frente a un restaurante con Jack esperando en el aparcamiento.
-No me presiones -gruñó.
_____ tuvo que alejarse lo suficiente para que él pudiera calmarse.
La expresión de ella pasó de preocupada a confundida durante un segundo.
- ¡Quiero saber! ¡No puedo pensar en que tengas una sola razón para hacer llorar a un niño!
- ¿Ni siquiera una? ¿Eh?
Todo lo que quería hacer era ponerse de rodillas, y explicarle a _____ que las cosas no eran como ella pensaba, pero ya lo había hecho antes y no había surtido el más mínimo efecto. Ella ya tenía su opinión formada y le había declarado culpable de todos los cargos.
_____ se acercó a él con las mejillas rojas y los ojos llenos de rabia.
-He sido una estúpida al pensar que realmente habías cambiado, que podrías ser un hombre al menos por una vez y solo eres el tipo egoísta que siempre fuiste.
Una rabia lenta comenzó a bullir dentro de él, un fuego provocado por cada persona que había dudado que él pudiese ser algo más que un jugador de fútbol, por todos los que habían pensado que podían aprovecharse de un muchacho pobre e idiota como él.
- ¿Quieres saber por qué los tipos con los que sales no están interesados en ti, nena? -vio como la palabra nena la golpeó como si fuera una bofetada, junto con otras que no quería decir, pero que de alguna manera no podía parar de hacerlo. -Porque a los hombres no nos gusta que nos hagan el tercer grado. Tú no puedes tener una relación como si fuera un maldito negocio, ya es hora de que te entre en esa linda cabecita que lo que pasó entre Jack y yo no es asunto tuyo.
Nunca había podido olvidar la mirada de _____ en el yate cuando le dijo te odio. Allí estaba otra vez.
-Tu imagen ya no es mi problema -dijo ella. Dejándole bien claro por si no se había dado cuenta que cortaba sus relaciones tanto profesionales como personales- Enviaré tu material por correo esta tarde.
Nick la miró mientras atravesaba el aparcamiento, entraba en el coche y se marchaba. Apenas hacia unas horas que ella estaba desnuda en sus brazos, y ahora le estaba diciendo lo muy estúpido y despreciable que era. Como si su padre no le hubiera machacado la cabeza con eso durante toda su infancia, cada vez que cometía un error en el campo.
Sonó el teléfono.
- ¿Quién es?
La voz de Joseph resonó por el auricular.
-Tengo algunas cosas que hablar esta bella mañana.
-Date prisa -gruñó Nick.
- ¿Podemos confirmar una relación seria con una hermosa mujer?
-Negativo -aunque aquello le matase, dijo las palabras- Solo nos estábamos divirtiendo. Ya se ha terminado.
-Entiendo -dijo Joseph, cambiando suavemente al segundo asunto de negocios- Parece que una de las grandes firmas del mundo quiere que tu nombre y tu rostro aparezcan en sus productos.
-Lo que sea -Nick no estaba de ánimo para enfrentarse a los negocios ahora- Siempre que haya un buen dinero, estoy dentro.
Joseph se quedó extrañamente silencioso unos momentos.
- ¡Excelente! Les dije que no tendrías ningún problema con el producto.
Una señal de advertencia sonó.
- ¿De qué producto se trata?
-Sé lo que opinas sobre el alcohol, y tú sabes que la Liga no dejará que los jugadores lo anuncien de ningún modo, es una gran mina de oro pero siempre estarás marcado con una X roja por esto. Y ahí viene lo más grande, quieren que seas su hombre.
Hizo una pausa para darle más efecto, y Nick de repente se preguntó por qué no había cambiado de agente hacía mucho tiempo.
- ¡La Buzzed Cola va a pagarte diez millones de dólares por la publicidad en Televisión y el material impreso durante un año!
Nick no necesitaba el dinero y no eran un gran aficionado a la nueva bebida ultra cafeinada que todo el mundo bebía como el agua. Sabía exactamente porque los anunciantes lo querían a bordo. En cuanto los niños le vieran bebiendo Buzzed Cola, harían cola para comprar cajas y más cajas del producto. Diez minutos antes, le hubiera dicho que no sin pensárselo dos veces.
Por otra parte hace diez minutos _____ no lo estaba mirando como si fuera la escoria de la Tierra.
Diez minutos atrás, pensaba que tal vez, solo tal vez ella lo amaba.
Lástima que fuera un idiota. _____ nunca dejaría de pensar que él era un canalla y ahora mismo, no podía pensar en una sola razón para no actuar como tal.
-Lo pensaré -dijo colgando y llamando a una compañía de taxis local.
-Hola, necesito que me lleven de Palo Alto a San Francisco. -Casi dio la dirección de _____ , antes de recordar que ya no era bienvenido. Era hora de regresar a su exagerada parodia de una casa.
Solo.