MY LUCKY STRIKE
Capitulo 12 ... Parte 3Caminó lentamente hacia el coche donde él estaba y cuando estuvo al alcance de su brazo, extendió la mano y ella no supo qué hacer, a no ser dejar que la acercase a él. Una mano abrazó sus costillas mientras otra acariciaba suavemente su nuca, cogiendo gentilmente la parte de atrás de su cabeza.
-Tienes una boca maravillosa - dijo y el elogio inesperado la sorprendió tanto que se olvidó de mantener la guardia cuando movió los labios sobre ella.
Sintió su respiración y cerró los ojos. Entonces, Oh Dios, sus labios se tocaron y todo lo que quiso era su gusto. Que la saborease. Sus labios eran calientes, suaves y perfectos, y antes de saber lo que estaba haciendo su lengua estaba en la boca de él y sus manos en su pelo y lo estaba acercando a ella. Quería mucho más que un beso, mucho más.
Chupó la carne sensible de su labio inferior, haciendo que los escalofríos recorriesen su espalda. Sintió su erección en la barriga y se apretó contra ella queriendo más y más.
Aquel simple beso se convirtió en una completa adicción.
De repente, implacablemente, ella apartó la boca, empujando su pecho vacilante.
¿Qué podía decir para hacerle pensar que el beso no había significado tanto para ella como lo había hecho? Tenía que decir algo que no pudiese discutir. En caso contrario tenía el presentimiento de que terminarían discutiéndolo en la cama.
-Tengo una cita esta noche - dijo mientras abría el coche. Felizmente era verdad. Qué vergüenza sería si tuviese que inventar una cita fantasma para parecer que no era una perdedora total.
-Bien - respondió él, pareciendo que había besado mujeres apasionadamente todo el día sin un segundo pensamiento. - lo espero ansiosamente.
Sus llaves no encontraron el arranque por un instante.
-¿Estás loco? ¿Piensas que vas a ir a mi cita? - Entonces se acordó de que le había dicho a Paul que no dejaría que Nick saliese de su vista. - oh Dios, claro que vas.
Él se recostó en el asiento del pasajero.
-Tengo la seguridad que puedo encontrar otro modo de distraerme mientras estás fuera.
Ella encendió el coche.
-Creo que mi cita de esta noche será entretenimiento suficiente - dijo sombría.
~O~
Nick estaba feliz de cambiarse a la pequeña casa de _____ , las dos próximas semanas. Pero ir con ella a una cita era demasiado, especialmente porque iba a querer romperle la cara al tipo.
Descansaba en el sofá y zapeaba por los canales de la televisión. Ella murmuró algo sobre la necesidad de tener algún trabajo hecho y lo amenazó: no intentes abrir siquiera la puerta o te cazaré y te mataré con mis propias manos o tal vez con un cuchillo afilado. Después había desaparecido en su despacho de casa. Había telefoneado a algunos de sus amigos para hacerlos saber que estaría ocupado con negocios por algún tiempo, conversó con su agente sobre el bonito retrato público que iba a crear para Paul y los Giants y después se aburrió.
En solitario.
No podía pensar en la última vez en que había tenido más de quince minutos para sí mismo. Su casa era un paseo constante. La fiesta de la noche anterior continuaba en la piscina al día siguiente en un ciclo infinito. Y, hasta el día anterior, no había bajado a su santuario en meses.
El silencio lo dejó inquieto. Cuando estaba con otras personas podía sentarse y escuchar las conversaciones era fácil estar a la altura de sus expectativas. No era tan fácil comprender lo que eran sus expectativas y entonces dejó de intentarlo. Pero, por alguna razón, le importaba lo que pensase _____. Quería demostrarle que estaba equivocada con él.
Apagó la televisión y se acercó a una estantería. ¿Por qué tenía que importarle que ella pensase que era un ser humano que valía la pena? Él generaba mucho dinero a muchas personas, los Giants, su agente. Y había donado más dinero para caridad de lo que nadie podía imaginar, para amigos con necesidad y para el equipo.
Tenía la seguridad de que ella ya sabía todo aquello y no se había impresionado. No creía que fuese capaz de ser un caballero.
Dejó de pensar cuando encontró una copia en tapa dura del Gran Gatsby, uno de sus libros favoritos. Después se sentó en el sofá con las piernas extendidas. Los sofás femeninos y los jugadores de futbol raramente se ajustaban bien, aunque aquel era bastante confortable, aunque podía ser algo más grande.
Estaba entrando en el clímax de la historia algunas horas más tarde cuando miró hacia arriba y vio a _____ de pie en la entrada. La verdad, ella miraba fijamente el libro en su mano. Probablemente no pensó que pudiese leer y que los libros de su habitación subterránea eran meros adornos.
No consiguió indignarse. No cuando ella tenía tan buen aspecto.
-¿Eso es lo que te vas a poner?
Ella desvió la mirada del libro, pasó los dedos por las suaves ondas de su cabello y empujó los hombros hacia atrás.
-No, esto lo uso para hacer un sándwich. Me vestiré para mi cita más tarde.
Nick estaba muy ocupado mirándola para prestar atención a su sarcástica observación.
¡Joder! Era magnífica. Esa cosa roja, y pequeña que vestía era..... Era el tipo de vestido que los hombres mirarían insistentemente toda la noche para ver si podían, tal vez, solo tal vez, ver algo que no debían.
Sin embargo ella no parecía desdeñable ni mucho menos. _____ no podía ser una perra aunque alguien pusiese una pistola en su cabeza. En ella, el vestido rojo que caía por su cuerpo y los zapatos de tacón alto eran sexys y elegantes.
-Estás hermosa.
Sus grandes ojos brillaron de sorpresa y Nick percibió que le gustaba sorprenderla. Mucho. Finalmente había hecho algo que la hacía sentirse bien en vez de enfadada e irritada con él.
-Espero que ese tipo valga la pena.
Era mucho por el momento, pensó mientras ella giraba y entraba en la cocina. La siguió y abrió el frigorífico.
-Coge lo que quieras - dijo ella llena de sarcasmo nuevamente.
-Podría - dijo él mientras movía las botellas de zumo orgánico.
-¿Tienes algo aquí que podría hacerme sentir como un idiota de patio?
-No bebo - dijo ella actuando como una monja.
Una nueva fantasía estalló en la cabeza de él. Una vez que consiguiese meterla en su cama tal vez pudiese convencerla de jugar al altamente excitante papel de monja que decide comportarse de manera indecente, con zapatos de tacón y sexy vestido rojo. Era una imagen agradable. Bastante agradable.
-Tú no debieras tampoco. - dijo ella y su polla se puso más dura bajo la cremallera de los vaqueros por lo que le llevó varios segundos comprender de qué estaba hablando. - ya que tu cuerpo es tu trabajo, no puedo entender como el alcohol puede ayudar.
El cogió una botella de zumo de zanahoria orgánica y la abrió, bebiendo directamente de ella. Una mirada de disgusto cruzó el rostro de ella. Era realmente predecible.
Llevó el recipiente ahora vacío al fregadero y lo lavó
-Estoy de acuerdo contigo.
Eso la hizo calmarse.
-¿Entonces por qué bebes?
-No bebo.
Ah, allí estaba la sorpresa nuevamente.
-¿Realmente esperas que crea que vas a clubs de strippers sobrio? - Movió la cabeza - Estás loco
Ella no necesitaba saber que había dejado de beber diez años atrás. La mañana en que ella se fue y nunca volvió.
-Mi padre era un borracho.
Ella movió la cabeza.
-Lo sé, pero pensé...
Sonó el timbre y todas las cosas que Nick quería decir se quedaron perdidas en la súbita ira hacia el cretino del otro lado de la puerta que podría tocarla.
Las próximas dos semanas _____ estaba fuera de circulación.
Para todos excepto para él.