Chicas lo siento por no haber subido ayer es que me quede estudiando fisica y ya no me dio tiempo de subirles pero ya aqui esta el capitulo esperado , Las amo y comeenteeen!!Capitulo 1O
Nicholas se rio de mi. El bastardo sólo sonrió perezosamente y perversamente.
—Pero, ________ [tn] no quiero sólo cogerte —dijo él, divertido. —Quiero que sepas quién controla tu cuerpo, tus lujurias. Quiero que sepas, en el fondo de tu alma, quién pose esa feminidad tan bonita, ese trasero tan tentador y tu boca caliente. Quiero que admitas que son míos, sólo para cogerte cuando yo quiera.
*Maldición, sabía que Nicholas era retorcido, ¿pero violación?
— Nicholas —.luchaba para que mi voz sonara razonable. —Esta no es forma de conseguir una mujer. Realmente. Ya sabes, flores, noviazgo, ese es el camino al corazón de una mujer.
— ¿De verdad? —se reía ahora de mi sin disimulo. —Te envié flores, querida.
—Ah sí, con una tarjeta que me decía de qué tamaño tenía que comprar el invasor anal, para así poder coger mi trasero —apreté los dientes cuando tire de las cuerdas que ataban mis tobillos. —Verdaderamente romántico, Nicholas.
Recordaba con un sentimiento de horror, el entusiasmo y la vergüenza que sentí cuando leí la tarjeta. Había tirado las flores a la basura, pero me había guardado la tarjeta. Del por qué, no estaba muy segura.
Él se encogió de hombros indiferente.
—Práctico —me dijo. —Te deseaba preparada. Pero como no aceptaste prepararte tu misma, entonces tendrás que aceptar el dolor.
¿Dolor? No, no, nada de dolor.-pensaba
—Mira, Nicholas —le advertiste razonablemente. —Mi padre realmente se enfadará contigo. Y sabes que se lo contaré.
—Primero pedí permiso a tu padre, _______ [tn] —me dijo él suavemente, ahora con una expresión paciente. — ¿Por qué piensas que tu madre abandonó finalmente a tu padre? Ella rechazaba los caprichos sexuales de tu padre. No cometeré el mismo error contigo. Tu conocerás y aceptaras tu alma, tus necesidades y las mías. No huirás de mí. Tu padre lo entiende y me da el tiempo que necesito para ayudarte a comprender.
Mire hacía arriba a Nicholas, con la furia estallando dentro de mi mientras sacudía mis brazos estirando las cuerdas que me sujetaban. ¡Condenado!!, no estaban apretadas, pero no había ninguna posibilidad de que pudiera golpearlo para borrarle la expresión de triunfo de su cara.
—Estás mintiendo —lo acuse. —Mi padre nunca dejaría que me hicieras daño.
—Pregúntaselo por la mañana —se encogió de hombros tranquilamente, —estarás libre para entonces.
Un sentimiento de impotencia me embargó. Maldición, pensé que él tenía todas las malditas respuestas y todos los malditos proyectos. Yo no era un juguete para que él jugara y se lo demostrare.
—Hare que te metan preso —prometí —Lo juro, aunque sea la última cosa que haga, te encerraré.
Durante unos largos momentos él se mostró tranquilo, sus ojos brillaban con lujuria, con un sereno conocimiento.
—Yo no lo haría si estuviera en tu situación. Piensa que mañana por la mañana, quizás hayas cambiado de opinión.-afirmo él mirándome directamente a mis finos ojos
Aspire con fuerza, mirándolo con miedo y odiando el recuerdo que esto me trajo.
— ¿De que me hablas? —le dije rechinando los dientes.
La mano de Nicholas cesó de acariciar lánguidamente su miembro, moviéndose a mi estómago. Mis músculos se contrajeron involuntariamente con el calor y la aspereza del masaje en mi carne.
—Esta noche, te daré una muestra del placer del que puedes disfrutar —me prometió él. —Aprenderás, ________ [tn], quién es tu maestro, lentamente. Un paso a la vez. Nada demasiado fuerte, dulzura, lo prometo.
Temblé. Él no parecía cruel, pero estaba decidido. Su voz era suave, inmensamente suave, pero centrada en el objetivo. Él me tendría ahora y me tendría en sus condiciones.
—Esto no es lo que quiero, Nicholas —le dije, luchando por respirar, por tener el control.
Su mano de Nicholas se movió perezosamente de mi estómago, mis ojos siguieron cada movimiento, sus dedos se deslizaron entre mis muslos hasta que uno corrió entre la espesa, resbaladiza crema que los humedecía, que probaban que mis palabras eran falsas. Temblé, reprimiendo un gemido de placer cuando la gruesa longitud del dedo de Nicholas bajó hasta mi feminidad.
— ¿De verdad que no quieres esto? —me susurró. —Pienso que me mientes, _______ [tn]. No deberías mentirme, nena.
Antes de que yo supiera lo que iba a hacer, su mano se movió, dándome con la palma de la mano un golpe seco sobre la carne desnuda de mi feminidad.
—Eres un perverso de mierda —le grite, sacudiéndome contra las cuerdas, no haciendo caso del latigazo de placer que hizo que mi clítoris se hinchara sobresaliendo. —Le daré una patada a tu trasero cuando salga de aquí.
Nicholas sonrió abiertamente, moviéndose de mi lado para colocarse entre mis muslos extendidos.
— ¡Déjame ir, bastardo! — grite, luchando por no hacer caso del placer vergonzoso y la anticipación que se alzaba en mi interior.
—___________ [tn], traviesa —me susurró él, su mano dejó de lado mi feminidad, deslizándose entre la humedad de los gruesos y pesados labios de mi sexo. —Estás tan apretada, ________ [tn]. ¿Cuánto tiempo no lo haces desde tu último amante?
— ¡Cállate Estúpido! — grite, por la sorpresa cuando su palma golpeó la curva superior de mi feminidad. Luchaba contra las cuerdas, aterrorizada por las espantosas vibraciones de placer que irradiaban de mi clítoris debido al calor del golpe. — ¡Maldito seas!
Mi cuerpo se arqueó cuando su dedo se deslizó dentro de mi feminidad otra vez. Era una estimulación lenta, el dedo suavemente separaba mis músculos, haciendo temblar mi carne con el principio del éxtasis. Luche contra la necesidad de gemir, suplicar por la penetración lenta.
— ¿Cuánto tiempo ________ [tn], que has tenido un amante? —me preguntó otra vez.
—Te odió — gruñe.
Su dedo se paró. A mitad de camino dentro de mí, mis músculos se apretaron desesperadamente por la necesidad y él paró.
—No estás siendo buena, _________ [tn] —susurró él. —Yo podría dejarte atada aquí, caliente y desesperada por aliviarte, o podría darte finalmente lo que necesitas. Ahora contesta a mi pregunta. — ¿Cuánto tiempo?
La amenaza era clara. Su dedo estaba todavía dentro de mi cuando él me miró, su expresión dura ahora, aunque sus ojos retuvieran aquel humor irónico, suave. El contraste era casi espantoso.
—Cuatro años. ¡Estás satisfecho... ….. Oh Dios! —. Mi espalda se arqueó, mi cabeza cayó sobre las almohadas cuando su dedo se deslizó dentro con un poderoso empujón.
Me estremecía, el orgasmo tan cerca que yo podía sentirlo palpitar con desesperación.
—Maldición, que estrecha eres, ________ [tn] —. La yema de su dedo se torció, acariciando las sensibles profundidades mientras yo me estiraba contra mis ataduras. —Tan apretada como una virgen. Apuesto a que tu trasero aún está más apretado.
Me calme, temblando, viendo la lujuria, el entusiasmo que llenaba la cara de Nicholas. Su miembro era enorme, grueso y largo, y yo sabía que estiraría mi feminidad hasta que gritara por alivio. ¿Pero mi trasero? No había modo. Aunque mirando la cara de Nicholas, parecía que él hubiera resuelto el modo de hacerlo, exactamente…
— Nicholas, seamos razonables —jadee, mi sexo apretando sobre el dedo dentro de mi, temblando por las profundas gentiles caricias que la yema de su dededo me proporcionaba. —Tu miembro no cabrá ahí. Deja de intentar asustarme.