The Number One II (Nick)

−¿Nick? ¿Puedes bajar un segundo?−llamó su madre desde la planta baja.
Nick suspiró, dejó su guitarra a un lado y bajó corriendo las escaleras.
−¿Qué pasa, Sunny?−preguntó.
De vez en cuando la llamaba mamá. Sus padres ya se habían acostumbrado a que Nick los tratara así, aunque no les gustaba, no podían cambiarlo y no pensaban hacerlo tampoco: sabían lo difícil que resultaba para su hijo mayor tener dos padres famosos. Nada fácil.
Sunny se sintió mal, como siempre le ocurría cuando él la llamaba así, pero de todos modos lo miró e intentó sonreír.
−Tu padre y yo tenemos que salir por unos días, ¿podrías cuidar la casa?
−¿A dónde van?
No, no otra vez. Seguro desaparecerían por meses y él tendría que soportar mantener la casa en su estado, solo. O más bien con sus "adorables" hermanitos.

En serio detestaba la vida de sus padres. No podía entender cómo les gustaba viajar de aquí para allá sin problema. Y dejando a toda su familia en casa.
−Iremos por una semana a New York. Nada raro, no te preocupes. No filmaremos ni nada, es simplemente una reunión con unos viejos amigos. De hecho tus tíos también irán, al igual que Miley y Liam.
−¿Se supone que nos quedamos solos, entonces?
−No todos. De hecho, te quedas tú solo.
−¿¡Qué!?−Nick abrió los ojos de par en par.
¿Solo? Eso significaba… ¿solo? ¿Sin Will, Jack, Zac, Beth, Amy ni Claire?
−No, no te asustes. Me refiero a que de nosotros tú eres el único que se queda. Tus hermanos vienen con nosotros.
−¿Por qué ellos van y yo no?−preguntó, pero en realidad no le molestaba tener que quedarse.
−Porque son demasiado pequeños. Además, no creo que quieras lidiar con ellos durante una semana ¿o sí?
Nick lo pensó durante un segundo. Los pañales sucios de Jerry, los gritos de Adam jugando en su cuarto, y los molestos amiguitos de Paul.
Hizo una mueca de espanto y automáticamente comenzó a negar con la cabeza. Su madre rió.
−¿Lo ves? Nada agradable.
−¿De qué hablan?−preguntó su padre entrando a la sala.
Nick observó cómo él abrazaba por la espalda a Sunny y le daba un cálido beso en la mejilla. Tragó saliva, tenso, como cada vez que observaba escenas como esas. Extrañaba tener a alguien a quien mimar como lo hacía su padre con su madre, pero por otro lado, no quería separarse de su libertad.
Eso le recordó instantáneamente a Courtney.
Y a ____.
−Le estaba dando a Nick las instrucciones para cuando se quede solo la próxima semana.
−Oh, si, claro. Recuerda, hijo: nada de fiestas excéntricas en casa−le dijo su padre mirándolo fijamente.
−Claro. Como tú digas.
Sí, claro. Estaba solo durante una semana. Sin tíos ni conocidos cerca que lo delataran. ¿Por qué motivo no habría de hacer fiestas en su ausencia? Además, estaba seguro de que no era el único que lo había pensado. De hecho, Will ya estaría comprando la bebida y Jack de seguro estaba contratando a un DJ…
−Y recuerda, si necesitas algo o si ocurre algún problema, llamas a tu tío Franklin.
Franklin. ¡Rayos, se había olvidado de él! Lo bueno era que el tío Frank era como un adolescente más. A pesar de que se llevaban al menos quince años, él siempre lo entendía. Era el único de la familia que no era demasiado conocido y él lo admiraba por eso.
−Y si es muy grave, nos llamas a nosotros y nos tomamos el primer avión a Los Ángeles ¿de acuerdo?
−Claro, lo tengo.
−Bien, entonces… Eso es todo. Confiamos en ti.
−Bien. Gracias−sonrió− ¿Puedo irme ya?
Sunny miró a Nicholas y después a su hijo nuevamente.
−Sí, ve.
Él volvió a subir las escaleras y tomó su guitarra una vez más. Comenzó a tocar la canción que le había enseñado su padre cuando era más chico: “Heaven”. No tenía idea de por qué le gustaba tanto a él y a su madre, jamás le habían contado y él tampoco se había mostrado interesado en saber. Pero lo cierto era que le encantaba esa canción y no podía evitarlo.
Siguió tocando mientras comenzaba a armar en su cabeza el itinerario para la semana entrante. Estaba seguro de que serían los mejores siete días de su vida y quería aprovecharlo. No iba a desperdiciar ni un minuto.

Dos días después se estaba despidiendo del resto de su familia.
−No es justo, ¿por qué Nicholas se queda y yo no?−preguntó Paul haciendo puchero y cruzándose de brazos.
Adam lo miró y de inmediato se puso a hacer puchero y cruzarse de brazos como su hermano mayor. Nick estaba seguro de que no tenía idea de por qué se enojaba Paul, pero siempre le había gustado imitarlo.
Rodeó los ojos y se agachó hasta quedar a la altura de sus dos hermanos.
−Me quedo porque soy mucho más grande que ustedes y soy un adulto.
−¡Yo también soy grande! Pronto cumpliré siete, lo que me hace aún más grande−se quejó Paul.
Nick rió.
−Paul, algún día tendrás mi edad y podrás quedarte solo en casa.
−No si yo lo permito−se quejó Adam−. Cuando tú tengas la edad de Nick, yo voy a tener…
El pequeño se tocó el mentón y entrecerró los ojos, haciendo un cálculo mental. Nick no podía evitar reír a cada momento cuando estaba con sus hermanos pequeños. Eran realmente divertidos. Adam adoraba las matemáticas, mientras que Paul estaba encantado con los caballos. Y el pequeño Jerry estaba enamorado del micrófono, tal y como su padre. Nick rezó en su interior para que su tan adorado Jerry no terminara siendo acosado por la prensa como su padre.
−¡Diecidéis!−anunció Adam.
−¿Quieres decir diecisés?−preguntó Nick.
−Sí, eso. Yo tendré dieciséis y tú tendrás dieciot… dieciot…
−¿Dieciocho?
−Eso. Y ya no podrás quedarte solo sin mí.
Nick rodeó los ojos una vez más y abrazo a sus hermanitos, tomando a uno con cada brazo.
−Los extrañaré, pequeños demonios.
−No mientas. No lo harás, Nicholas−dijo Paul.
Para evitar seguir riendo con ellos se levantó, sacudió sus cabellos y tras oír las quejas de Paul y Adam caminó hacia Jerry, sentado en su sillita en el asiento trasero del auto.
−Te voy a extrañar, pequeño−le dijo.
Era consciente de que Jerry no le respondería, pero aún así le gustaba hablarle. Sus hermanos eran los únicos seres con los que era algo cariñoso y tierno. Bueno, también con ____ y sus primas pero ellas no contaban porque eran mujeres.
El pequeño sonrió alegremente y levantó sus bracitos para alcanzar a su hermano mayor. Nick sonrió y lo abrazó para luego dejarlo en su asiento una vez más.
−Adiós, Nick−saludó su madre dándole un abrazo−. Cuídate, ¿sí?
Notó el brillo de preocupación en los ojos de Sunny. Sonrió.
−Sí, mamá.
−Confío en ti, hijo−dijo Nicholas dándole una palmada en la espalda.
−Claro−dijo él con una sonrisa algo forzada.
Ya estaba harto de escuchar esa frase ¡la había repetido toda la semana!
Tras saludar a todos marcharse en el auto, entró a su casa.
−Solo−murmuró− ¡Solo!
Lo primero que hizo fue llamar a ____.
−Nick−le dijo ella cuando respondió el teléfono.
−¿Qué tal, ____? ¿Sabías que estoy alone [inglés]?
−¿Qué?
−Sono solo [italiano]
−No te entiendo…
−Je suis seul [francés]
−¿Desde cuándo hablas francés?
−Lo siento, es la emoción del momento. Quiero decir que mis padres se fueron. Estoy solo durante una semana.
−Oh, ya entiendo.
−¿No es genial?
−Claro que sí, pero ¿qué hay de tus hermanos?
−Se fueron con ellos.
−Vaya, entonces supongo que vas a tener una semana agitada…
−Así es. Y voy a comenzarla de la mejor manera.
−¿Cómo?
−Dando una fiesta de disfraces esta noche ¿vienes?
−¿Tienes permiso para hacer una fiesta?
−¡Por supuesto que no!
____ rió.
−Tengo que alquilar un disfraz… ¡Gracias por avisar con tanta anticipación, Nick! ¡Eres un gran amigo!
−Lo sé−rió−. Tengo que hablar con mis primos. Ellos también están solos.
−¿Harán fiestas toda la semana?
−Eso espero.
−Genial, no se olviden de invitarme. Te veo a eso de las diez.
−De acuerdo, voy a hablar con un par de amigos.
−¿Para decirles que inviten a más amigos?
Él sonrió con satisfacción.
−Exactamente.

La fiesta acababa de comenzar pero ya estaba llena de gente. Disfraces de colores, brillos y extravagantes trajes por todos lados.
Y Nick se sentía un tonto.
−¿Se puede saber qué haces con el traje del Príncipe Azul?−le preguntó Jack.
−No es el traje del Príncipe Azul, es sólo… un traje algo… poco convencional−se defendió él.
Por alguna extraña razón, la señora de la tienda había leído “Príncipe Azul” en vez de “Hombre Araña” ¿¡Cómo diablos se había confundido esas cuatro palabras!? De acuerdo, su caligrafía no era la mejor, pero…
−¡No puedes ponerte eso! ¡Es como que yo me ponga…!
−¿Pollera?−preguntó Zac señalando el disfraz de su primo.
Todos estallaron en risas.
−¿Y qué se supone que eres tú, Zachary?−le preguntó a su primo con el ceño fruncido.
−¡Una estrella de rock!−respondió él con una pose extraña.
−Sí, claro. ¿Le robaste a mi madre la peluca de su personaje Hannah Montana?−preguntó Will.
Todos rieron menos Zac.
−Muy gracioso, linda abejita.
−¡Oye, mi disfraz es súper original! ¡No pueden decirme nada!
−Hey, Mr. Original, allí hay una abeja que perdió su colmena al igual que tú−señaló Jack−. Y creo conocerla de algún lado…
−¡Es Amy!−gritó Will.
De repente el rostro del chico empalideció.
−De acuerdo, Will−dijo Nick dándole una palmada en el hombro−. Ésta es tu oportunidad. Sólo ve allí y háblale, ¿entendido?
−Alto ahí ¿te gusta mi hermana?−preguntó Zac.
Jack, Nick y Will se miraron asustados. Habían olvidado el pequeño detalle llamado hermano Zac… Pero sorpresivamente éste se encogió de hombros.
−De acuerdo, no hay problema. Eres el tonto perfecto para ella−dijo.
Los tres suspiraron aliviados y tras unas palabras de aliento a Will, se despidieron de él para que fuera a hablar con Amy.
−¡Hola a todo el mundo!−saludó Beth con una gran sonrisa.
Los tres voltearon y se encontraron con una gran zanahoria.
−¿Beth?−preguntó Jack aterrado− ¿Qué es eso?
−¡Una zanahoria!−sonrió feliz− ¿Saben? Creo que esta fiesta es ideal para concientizar a todos de comer más verduras…
−¡Beth!−la interrumpió su hermano− ¿¡Olvidas que soy alérgico a las zanahorias!?
−Oh, Jack, estás exagerando. De todos modos, no te preocupes, porque si te ocurre algo, tenemos a la enfermera Jonas a tu servicio−dijo Beth dejando pasar a Claire a su lado.
−No tengo idea de quién fue el cerebro de esta fiesta sin permiso−miró a Nick−, pero sólo quiero recordarles que soy la adulta responsable de todos ustedes esta noche, ya que el tío Franklin lamentablemente no pudo asistir. Si me llego a enterar que alguno de ustedes tres…−señaló con el dedo a los hombres y luego frunció el ceño− Un momento, solían ser cuatro hasta hace unos minutos ¿qué le pasó al cuarto?
−¿Te refieres a Will? Intenta enamorar a la abeja reina−dijo Nick señalando los dos puntos amarillos que se dirigían al patio trasero.
Todos observaron a la feliz pareja por unos segundos.
−Como sea−dijo Claire−. Más les vale a los tres que no hagan nada imprudente, innecesario o ilegal ¿de acuerdo?
−¡Oye! ¿Por qué me señalaste a mí cuando dijiste “ilegal”?−se quejó Zac.
−Sólo quiero recordarte que eres menor de edad−dijo Claire y tras una reverencia desapareció de allí mientras tres de los Jonas restantes se burlaban de Zac.
−Oye, Nicholas…−lo llamó Jack mirando hacia un punto, boquiabierto.
Él se giró hacia donde él miraba.
−¿Qué ocu…?−comenzó.
Pero no pudo continuar. Allí a lo lejos, entrando por la puerta principal, la vio. Era como una pequeña luz en el medio de la oscuridad de la fiesta y sintió que la música ya no estaba tan fuerte. ____ lucía hermosa. No tenía idea de qué era su disfraz exactamente, pero de todos modos lo cautivó. Se quedó en silencio observando cómo sonreía tímidamente a los que la reconocían y se acercaba lentamente a la cocina, donde servían los tragos.
−Creo que voy a…−murmuró mientras comenzaba a alejarse− Ya vuelvo.
Caminó siguiendo el lila que la cubría y cuando estuvo a su lado sonrió. Estaba aún más linda de cerca. Vio que comenzaba a dar los primeros pasos por las escaleras.
−____−la llamó suavemente.
Ella volteó rápidamente y sonrió al verlo.
−Nicholas.
Él subió los dos primeros escalones, quedando uno abajo del que estaba ella. Se miraron durante segundos sin decir nada, sonriendo.
−¿Qué se supone que traes puesto?−le dijo ella.
−Digamos que soy algo así como el Príncipe Azul.
−Lo noté.
−¿Y tú qué eres? ¿La princesa?
−Podría serlo…
Él sonrió dulcemente.
En ese preciso instante, una voz irritante sonó detrás de él.
−¡Nick!
Él cerró los ojos un instante y giró para encontrarse con…
−¡Courtney!−la saludó con entusiasmo actuado.
−¿Te gusta mi traje?−preguntó posando.
−Sí, claro, si supiera qué es exactamente…
La chica rió y se abalanzó sobre sus brazos. Definitivamente ya había pasado por la cocina…
−Court, ¿tomaste algo?−le preguntó separándose de ella.
−No, ¿por qué lo dices?−preguntó ella con una gran sonrisa.
Fue entonces cuando quiso apoyar su brazo sobre la baranda de la escalera… que desafortunadamente estaba unos cuantos centímetros más allá de donde ella había dirigido su mano. Nick la atrapó en el momento justo para evitar que se rompiera algo.
−Es un simple presentimiento…−le respondió.
−Creo que ya me voy, Beth me está llamando−dijo ____ pasando por al lado de ellos.
Nick intentó detenerla, pero no tenía ningún brazo libre. Pero Courtney la vio.
−Oye, tú eres ____ ¿cierto?
Ella volteó y sonrió falsamente.
−Así es, soy yo. Buenas noches, Courtney.
−Ay, no te hagas la buena conmigo. Sé que me odias y me quieres hacer la vida imposible porque salgo con Nick, ¡eres una egoísta!−miró a Nick e hizo puchero−. Dile algo, Nick.
Él miró a ____ quien lo observaba enfurecida con la chica. No lo decía su rostro, pero sí sus ojos.
−Anda, dime algo, Nick−dijo ella entonces, adoptando un tono casi tan chillón como el de la porrista.
Nick tragó saliva y sin quitarle los ojos de encima le dijo:
−Estás muy linda.
Ella se movió incómoda y miró hacia los costados, en un intento de evitar que notara su rubor. Pero él ya lo había notado y ya estaba sonriendo. ____ le dirigió una pequeña sonrisa y después se alejó, con la mirada de Nick puesta en ella hasta que la perdió de vista.

−Entonces le dije: “oye, ____, déjame a Nick por una vez” y ella sólo hizo eso que suele hacer siempre… bufar y se fue ¡se fue!−repitió Courtney por quinta vez en lo que llevaba la noche.
Dios santo, ya comenzaba a sentirse sofocado. Y cansado.
Estaba harto de aquella chica y no habían pasado ni horas. Por lo menos ahora sabía lo peligroso que era que se acercara a una botella. O varias.
−Nick ¿me estás escuchando?
−Claro que sí, Courtney.
Ella lo abrazó una vez más por el cuello.
−Eso es bueno.
En ese momento la música cambió de repente. Courtney se separó de él rápidamente y comenzó a saltar en el lugar.
−¡Adoro esta canción! ¡Ven, Nick, vamos a bailar!
−No lo creo, Court. Tengo que hablar con varias personas por ahora ¿sí?
−¿Vienes luego?
−Sí.
−¿Lo prometes?
No otra vez, por favor…
“Tan simple como: NO” recordó que le había dicho ____. Bien, no iba a ser tan duro esta vez, pero…
−Después vemos.
Y se alejó de ella lo más rápido posible.
Comenzó a caminar entre la muchedumbre, buscando algo en especial. Hacía mucho que no veía cierto bulto lila por allí y comenzaba a preguntarse dónde diablos estaría.
−Hey, Beth ¿has visto a ____?
−Sí, se fue arriba hace unos minutos. Dijo algo acerca de la música que estaba demasiado fuerte.
De repente el cantante gritó tan fuerte que Nick y Beth tuvieron que taparse los oídos.
−Sí, también lo noté−dijo él−. ¿Qué hay de Amy?
−Vi pasar a dos abejitas bastante enamoradas hace unos minutos…
Nick sonrió.
−De acuerdo, gracias Beth.
Se dirigió hacia las escaleras y comenzó a subirlas, esquivando las parejas que se besaban en los escalones y a los borrachos que gritaban e intentaban no caer. En ese momento se arrepintió de haber hecho aquella fiesta. Podría haber invitado a sus amigos únicamente y no a todo el barrio, pero…
Llegó a su cuarto y vio que la puerta estaba cerrada. Recordaba haber puesto las llaves dentro de uno de los jarrones de la mesa de al lado. Lo tomó y lo volteó para ver caer en su palma la llave. Divisó una botella sobre la mesa y tras encogerse de hombros, le dio un trago y la volvió a dejar en su lugar. Entonces abrió la puerta y volvió a colocar la llave dentro del jarrón.
Pero al entrar notó que no estaba solo.
−¿____? ¿Cómo entraste aquí?
Ella levantó la mirada y sonrió.
−Siempre dejas la llave en el mismo lugar.
Él rió y se acercó a su mejor amiga, sentada sobre la cama.
−¿Qué ocurre?−le preguntó− ¿No te estás divirtiendo?
−Claro que sí, es sólo que la música estaba algo fuerte. Necesitaba paz por unos minutos. Y como esta es la única habitación que sé dónde está la llave…
−Ya veo…
Se produjo un minuto de silencio, sólo se escuchaba el ruido de la fiesta detrás de la puerta que los separaba del resto.
−Oye, ¿no se supone que debes estar con Courtney?
−La dejé un rato para que bailara tranquila.
−No creo que baile “tranquila” exactamente.
Él rió.
−Y tampoco creo que pueda vivir sin ti.
Nick la miró y suspiró.
−No es tan mala. Sólo es algo… pesada. Pero en el fondo es una chica buena.
−Sí, lo imagino−dijo ella con ironía.
Nick sabía que hacía su mejor intento por no despreciarla, pero lo cierto era que ____ no la soportaba y tenía todo el derecho a no hacerlo, según la escena que había visto él algunas horas atrás.
−¿Y qué hay de ti? ¿No estuviste hablando con nadie?
Ella dudó un segundo.
−Alguien llamado Justin se acercó a mí.
−¿Justin? Mmm… no conozco a ningún Justin.
−Debe ser uno de esos amigos que trajeron tus amigos.
Él rió y al darle un vistazo rápido a su habitación, descubrió su guitarra.
−¿Sabes? He estado practicando una canción que me enseñó mi padre…
−¿De veras?−preguntó ella entusiasmada.
−¿Quieres escucharla?
−¡Claro que sí!
Él sonrió y tomó su guitarra, se sentó a su lado y comenzó a tocar:
[HEAVEN - BRYAN ADAMS - dejavú(?) ♥]
Ella sólo sonreía mientras él le cantaba mirándola a los ojos. Amaba esa canción y cuando Nick la cantaba sonaba aún más hermosa. Parecía que eran sólo ellos alrededor, ya no había música fuerte afuera ni los gritos descontrolados de los cientos de adolescentes que cantaban a todo volumen. Sólo eran Nick y ____.
Cuando terminó le sonrió. Y ella sólo pudo responder igual.
−Es hermosa, Nick ¡no sabía que tocabas tan bien!
−Vaya, gracias−él se sonrojó−. Supongo que es un pequeño secreto familiar. Ya sabes, viene con el pack Jonas−rodeó sus ojos.
Ella rió y lo abrazó.
−No eres un Jonas como los demás. Tú eres especial.
−¿Lo que me hace especial es tenerte de amiga?
−¡Por supuesto!
Rieron una vez más.
−Lo digo en serio, eres diferente−dijo ella.
−Debo ser el único de la familia que odia llamar la atención.
−Bueno, si tomamos en cuenta los trajes de tus primos...
Él rió a carcajadas.
−¿Sabes que realmente eres la única persona que puede alegrarme tanto el día?−preguntó Nick entonces, dulcemente mirándola fijamente.
Ella se sonrojó.
−El sentimiento es mutuo−le guiñó un ojo.
Él sonrió y volvió a abrazarla, esta vez con más ternura que antes. Como un verdadero amigo abraza a una verdadera amiga...

Fue un momento completamente extraño. De repente se separaron y se quedaron mirando a los ojos. Inconscientemente, a Nick se le pasaron mil cosas por la cabeza que jamás había pensado antes. ______ estaba frente a él y en lo único que podía pensar era… en lo realmente hermosa que era.
−_____...−murmuró.
En ese instante la puerta se abrió de golpe y él notó que estaba acercándose a _____. Al darse cuenta, se separó bruscamente de ella y se levantó de la cama.
−¡Nick!−gritó esa voz chillona, dando la puerta contra la pared− Ups… Aquí estás.
Courtney. ¿Cuándo se había sentido tan feliz de verla?
−Sí, aquí estamos−respondió él tranquilamente.
−Te he estado buscando…. ¿qué hacías aquí?
Parecía que ya se le había ido el efecto de las bebidas de la cocina y lo agradecía. Era realmente insoportable si tomaba.
−Le mostraba a _____ una canción.
−¿Canción? ¿Compones?−sus ojos se iluminaron de repente− ¿Como tus padres?
−No, no es mía. Es sólo una canción que aprendí a tocar con la guitarra.
−¿De veras? ¿Me la enseñas?−preguntó entusiasmada, poniendo su mejor carita de perro triste.
Aquí vamos de nuevo.
Nick miró a _____, que permanecía en el borde de la cama, sentada y sin decir nada. Parecía incómoda y al mismo tiempo, harta de la pequeña visita.
−No creo que _____ quiera oírla de nuevo ¿qué tal otro día?
−Oh, no te preocupes−dijo ella interrumpiéndolo, mientras se levantaba de un salto de la cama−. Ya me iba, debo hablar con… alguien.
Dicho esto comenzó a caminar hacia la puerta, y cuando Nick quiso detenerla supo que era demasiado tarde, ya había escuchado el sonoro portazo. Perfecto, estaba enojada.
−Estamos solos−dijo Courtney con una sonrisa que a Nick no le gustó para nada−. ¿Podrías cantarla ahora, Nick?
Él la miró y suspiró mientras asentía. Se dejó caer sobre la cama y tomó la guitarra que minutos atrás había dejado a un lado. Courtney dio unos cuantos saltitos antes de sentarse a su lado y mirarlo con mucho interés, esperando ansiosa que comenzara. Nick suspiró una vez más y comenzó a tocar.
Bien, tendría que hablar con _____ más tarde.

Pero jamás imaginó que “más tarde” significaría “otro día”.
−¿Cómo que ya se fue?−preguntó atónito.
−Sí, estuvo hablando con alguien hace un rato y después salió por la puerta−dijo Amy muy tranquila.
Nick dudó un minuto. Lo más probable era que Amy estuviera demasiado embobada con Will y hubiera visto a otra persona que no era ____ y ahora estuviera confundiéndolas, pero… eso le parecía realmente estúpido. Amy no le estaba mintiendo.
−Entonces, se fue−repitió.
−Ya te lo dije cinco veces, Nicholas. Me haces repetirlo una vez más y…
−De acuerdo, de acuerdo−la interrumpió riendo−. Hablaré con ella mañana.
−Sí−dijo su prima bostezando− ¿Sabes? Esto de quedarme hasta que terminara la fiesta para ayudarte a ordenar no me parece una buena idea…
−Te guste o no, la cumplirás. Hicimos una promesa ¿lo recuerdas?
−No es justo, no estamos todos.
−¿Quién falta?−preguntó él mirando alrededor.
Si alguno de sus primos se había hecho el gracioso y se había marchado, vaya que tendría un problema si él se llegara a enterar. Pero vio a Beth y Claire limpiando la cocina, a Will ordenando la sala y a Jack y Zac recogiendo las botellas vacías esparcidas por el parque.
−_____−bufó ella.
Él la miró y le hizo una mueca.
−Si no hubieses estado tan ocupada con William, la podrías haber detenido−le dijo−. Además, ella no era parte del contrato.
Amy se ruborizó ante la mención de Will.
−Claro que sí, es como una prima para todos.
Nick miró a la nada durante un segundo. Por alguna razón, no le gustaba la idea de tener a ____ de prima, y no exactamente porque fuera molesta…
−No para mí−murmuró hundido en sus pensamientos.
Amy frunció el ceño y se lo quedó mirando, atónita.
Pero luego de un segundo, una sonrisa fue apareciendo en su rostro. Estaba comenzando a comprender qué ocurría con Nicholas y le gustaba. Le gustaba mucho.
−Ya veo−respondió−. Como sea, creo que mejor nos ponemos a trabajar si queremos acabar de una vez por todas con esta tarea tan aburrida.
Nick sacudió la cabeza y miró de nuevo al parque. A través de los grandes ventanales, pudo ver a Jack y Zac haciendo un extraño baile con las botellas vacías. Era realmente gracioso, Jack caminaba divertido de un lado para el otro tocando la gaita de su traje y sosteniendo al menos cuatro botellas vacías. Detrás de él, Zac le cantaba a las botellas que llegaba en sus manos mientras daba saltos y gritos que podrían haber despertado a todo el vecindario. Nick y Amy comenzaron a reír, al igual que Will, Beth y Claire.
−¿Sabes? No creo que sea tan aburrido después de todo−dijo Amy alejándose de Nick.
Él sonrió, pero estaba demasiado preocupado por algo más. Le preocupaba pensar que _____ se había vuelto a enojar, ella no merecía que él la dejara de lado por Courtney y comenzaba a sentir que lo hacía a cada momento. Y, además, comenzaba a sentirse extrañado por la forma en que la había mirado horas atrás.
−Ya, debe ser el efecto de la hora−dijo mirando al reloj de pared que señalaba las seis en punto.
Vaya fiesta.

Nick se levantó temprano al otro día. No importaba que hubiera dormido tan pocas horas, sentía que necesitaba con urgencia ver y hablar con _____.
Desayunó en pocos minutos y salió de la cocina dispuesto a marcharse, pero algo llamó su atención.
Unos pasos lentos y pesados se acercaban a él bajando por las escaleras. Nick cerró los ojos y volteó.
−Will, estás despierto.
−Sí, eso creo−dijo él, dormido−. Tuve un extraño sueño en el que _____ me decía que saldría con un amigo de Tom ¿lo recuerdas? Un amigo de la Universidad, vino anoche. Entonces, ella salía con este chico y tú…−rió− tú te ponías furioso.
Nick se puso tenso.
−¿Por qué me pondría furioso?
Will se encogió de hombros.
−Qué se yo, es sólo un sueño, Jonas. Tranquilo.
−Estoy tranquilo−masculló.
Su primo no le respondió.
−¿Vas a algún lado tan deprisa?
−Sí, iba a ver a…
−_____, lo sé. Ya imaginaba que no podías estar lejos de ella por más de tres horas.
−Déjate de tonterías, William−le dijo molesto.
−Y por supuesto que te habías olvidado de que yo estaba aquí.
Nick rió. Era cierto, apenas recordaba que Will se había quedado a dormir con él.
−De acuerdo, de todos modos no pienso ir contigo−dijo−. Estoy tan cansado que siento que aún sigo soñando.
Comenzó a subir las escaleras lentamente, tal y como las había bajado.
−Suerte con ____, mándale saludos de mi parte y dile que no se junte con los amigos de Tom.
Nick rodeó los ojos y salió de su casa en su Mustang, apurándose por llegar rápido a casa de ____. Pero cuando estuvo en la puerta y tocó el timbre, una extraña sensación de ansiedad le recorrió el cuerpo y, esperanzado de que ____ le abriera la puerta, se llevó una gran desilusión al ver a su madre.
−Oh, hola señora _____(a)−sonrió amablemente.
−Hola, Nick ¿cómo estás?
−Bien, por suerte. ¿Usted?
−Muy bien−sonrió la mujer, agradecida−. ¿Buscas a ____?
Él asintió y sintió que la sonrisa aparecía en sus labios. Qué tonto que estaba siendo.
Pero la señora _____(a) no parecía tan contenta.
−Lo lamento, Nick. Ella salió esta mañana con un chico… creo que su nombre era Justin. Supuse que te lo había contado, ya sabes, ustedes se cuentan todo−rió−. Pero no volverá hasta al menos las dos, ¿quieres que le diga que has venido y que te llame cuando llegue?
Nick sintió que le clavaban una navaja en el pecho. ¿Justin? ¿No era ese tal Justin el mismo que se le había acercado a hablar la noche anterior? Un momento ¿había salido con ese chico? Otro momento ¿no dijo Will que había soñado con algo similar? La situación comenzaba a asustarlo… y a ponerlo furioso.
−No, no se preocupe. Volveré a eso de las dos y media−sonrió.
−Bien, te esperamos entonces−rió.
−Gracias, señora _____(a), que tenga un buen día.
Salió de allí no sólo furioso, sino decepcionado. Su madre tenía razón, _____ jamás le ocultaba nada y eso era algo bastante importante como para no decirle nada al respecto. Se sintió engañado y triste al mismo tiempo.
−¡Will!−lo llamó de un grito cuando llegó a su casa.
Pero en vez de bajar por las escaleras dormido, como él esperaba, su primo apareció cambiado y bañado por la cocina. Él lo miró con el ceño fruncido.
−No me dejaste seguir durmiendo−lo acusó−. Me vengaré, Nicholas, lo juro.
Nick rió.
−Escucha ¿cómo dices que se llamaba el amigo de Tom de tus sueños?
−Eso no suena bien… No me trates de gay, hermano.
Nick rodeó los ojos fastidiado.
−Como sea, el amigo de Tom que salía con ____ en tu sueño.
−Mmm… no lo sé… tal vez Jake, Julian, Josh…
−¿Justin?
−¡Ese! Espera un minuto ¿cómo lo sabes?
−¿Sonaría extraño si te dijera que no fue un sueño y que en realidad salieron esta mañana?
Will se quedó boquiabierto.
−¡Asombroso! ¡Veo el futuro!
Nick negó con la cabeza evitando lanzar una carcajada.
−No lo creo, más bien me parece que los viste hablar anoche y tu mente comenzó a vagar…
Will lo miró durante un minuto y se quedó en silencio, analizando sus palabras. Sí, tenía sentido.
−Cállate, veo el futuro−le dijo.

Horas más tarde, Nick sintió que lo comían los nervios. El reloj estaba a punto de dar las dos y veinte y no podía pensar en otra cosa que no fuera ir a casa de ____. Puso pausa a la Play Station y se levantó del sofá, dejando a Will completamente asombrado.
−Oye ¿qué haces? ¿Por qué lo detienes?
−Debo irme, sigue tú. Vuelvo en un rato−dijo caminando hacia la puerta mientras jugaba con las llaves del auto.
−¿En qué andas, Jonas?−lo miró con los ojos entrecerrados.
−En nada−abrió la puerta−. Adiós.
Condujo tan rápido como pudo y cuando estuvo frente a la casa de _____ comenzó a preguntarse qué diablos le estaba sucediendo últimamente con los nervios. Parecía que no sabía controlarlos y que se abalanzaban sobre él a cada instante en que pensaba en _____. Qué extraño.
Esta vez, cuando tocó el timbre, no fue su madre la que le abrió la puerta, sino la misma _____.
−Nick−exclamó sorprendida−. No te esperaba.
−No, yo tampoco esperaba no encontrarte esta mañana…−dijo él, más molesto de lo que pretendía parecer.
Ella lo miró, confundida. Y a los dos segundos, agachó la mirada.
−No sé de qué…
−_____−le dijo con voz firme−. Vamos a dar una vuelta. Tú y yo tenemos que hablar.

−¿Qué hiciste después de que me fui?−preguntó _____.
Nick agradecía a los cielos que no hubiese comenzado a hablar del tema en ese instante. Realmente no sabía qué iba a decirle.
−Estuve con Courtney un rato y después se fueron todos y ordenamos con mis primos.
−Lamento no haberme quedado, la próxima lo haré−sonrió ella.
−No te preocupes−le dijo él.
Se produjo un silencio incómodo mientras caminaban por el barrio.. Nick sabía que la bomba se acercaba…
−Bien, ¿de qué quieres hablar?−preguntó ella tranquilamente.
Él la observó en silencio, con el ceño fruncido. ¿Era un chiste? No, claro que no. Ella no tenía ni idea de por qué él la había ido a buscar tan desesperado y… molesto.
Ni siquiera él mismo lo entendía.
−¿Dónde estuviste toda la mañana?−soltó Nick de repente.
_____ se detuvo y lo miró.
−Creía que lo sabías…
−¿Por qué habría de saberlo?−levantó una ceja.
−Cuando me dijiste que no pensabas que…
−Oh, cierto que nos contamos todo. Lo siento, lo había olvidado−dijo con sorna.
_____ lo miró, confundida.
−No te entiendo, realmente.
−No tienes que entenderme−dijo él bruscamente mientras volvía a caminar.
Ella lo seguía y caminaba detrás de él, pero no comprendía su extraña reacción ¿Acaso no sabía que había salido con Justin?
−Te estás comportando como un idiota ¿lo sabes?
_____ supo que no debería haber dicho eso en el instante en que él giró, furioso y se acercó a ella.
−¡Un idiota! ¡Claro que soy un idiota! ¡Soy un idiota por confiar en ti!
−¿De qué hablas?−preguntó ella, enojada también.
−¡Creí que éramos amigos, _____! ¡Creí que me decías todo y yo lo hacía contigo! ¿Qué pasa contigo?
−¡Alto ahí!−se quejó ella− Primero que nada, no eres mi dueño. Soy libre de decirte lo que quiero y lo que no cuando quiero. Así que no me vengas con estos planteos tontos.
Nick abrió la boca en una gran O, en señal de frustración, sorpresa y decepción.
−¿Me lo estás diciendo en serio? ¿Qué pasa contigo? ¡Diablos, _____! ¡Nos contábamos todo y tú me saltas con esto!
Ella miró hacia otro lado.
−Hay algo que me estás ocultando…−dijo él más tranquilo, mirándola con ojos entrecerrados.
−Por favor−bufó ella−. No hay nada importante que tenga que decirte.
Pero lo miró fijamente y Nick supo a qué se refería.
Todo era una simple venganza por lo que él le había hecho con Courtney. Por supuesto, ¿cómo no se había dado cuenta antes?
−No puedo creer que hagas esto−murmuró.
−No sé de qué hablas.
−Sí lo sabes−dijo mirándola−. No puedo creer que estés intentando vengarte.
−¿Vengarme? ¿De qué hablas?−lo miró confundida.
−¡No hagas como si no estuvieras enterada! ¡Deja de hacerme esto, me estás poniendo nervioso!−él se puso las manos en la cabeza.
La realidad era que le molestaba demasiado –casi tanto que no creía que fuera cierto− que _____ hubiera salido con alguien y no le hubiera dicho. Pero le molestaba que hubiera salido con Justin equis y no le hubiera dicho. De seguro era un gran idiota…
−¿Quién es?−preguntó cansado.
−¿Quién es quién?
−¿Quién es él?
−¿Quién?
−¡Ya!
Ella sonrió, divertida.
−Te estás burlando de mí−la acusó Nick.
−No es cierto.
−Cielos, _____. En serio no te tomas esto en serio ¿verdad?
Definitivamente, él estaba enojado y no para bromas. _____ se puso seria al instante.
−Su nombre es Justin y no lo conoces−sonrió cínicamente−. Y realmente no me interesa lo que opines al respecto ¿de acuerdo?
−¿Por qué estás a la defensiva? ¡No te dije nada!−levantó los brazos al cielo.
−¡Sé que no te gusta!
−¡Ni siquiera lo conozco!
−¡Yo tampoco conocía a Courtney! Y oh, ahora que lo recuerdo, tú no me dijiste nada cuando ibas a salir con ella, así que estoy en todo mi derecho de no decírtelo−soltó.
−Lo sabía, sabía que era por eso.
−¿Qué es por eso?
−¡Haces esto para vengarte! Por Dios, ¡es una estupidez!
−¡Lo dices porque estás del otro lado! Claro, tú puedes hacer lo que quieras con nuestra amistad y yo no puedo ir y hacer lo mismo ¿verdad?−preguntó irónicamente.
−Deja de decir tonterías, estás actuando como una niña.
−¡Tú también! ¡Jamás te había visto tan insistente con algo! ¿Qué pasa contigo, Nicholas? ¿Por qué te molesta tanto que haya salido con Justin?
Él advirtió su furia al oírla decir “Nicholas”, era la señal perfecta para indicarle que estaba molesta.
Pero no la miró a los ojos y prefirió no continuar con la discusión, porque la verdad era que sí estaba poniéndose algo extraño… y comenzaba a preocuparse.
−No me molesta, ¿sí? Haz lo que quieras con él, qué más da.
−Bien, haré lo que quiera. Te cantaré una canción y te haré sentir especial para luego ir y cantársela a Justin−sonrió.
De acuerdo, ¿¡QUÉ!? ¿Qué rayos ocurría con esta mujer? ¿Por qué estaba tan molesta? ¿Y por qué diablos él estaba tan molesto? ¡Sólo habían comenzado a salir con alguien, por el amor de Dios! ¡Como si eso fuese la gran cosa!
Algo muy extraño estaba pasando allí y él lo sabía bien. Y necesitaba descubrirlo con urgencia.
−Bien, hazlo, qué me importa−dio media vuelta y comenzó a marcharse.
Pero a los pocos metros se detuvo y se volvió para mirarla:
−¡Y sólo para que lo sepas, no le canté Heaven a Courtney!−le gritó− ¡Le canté el feliz cumpleaños y no te imaginas lo emocionada que salió de allí!−agregó con ironía.
Luego de eso, sonrió cínicamente y volvió a girar para emprender camino a casa. Muy enojado. Muy confundido.
¿Por qué tenía una extraña sensación en el estómago desde que había escuchado que la canción la había hecho sentirse especial? ¿Y por qué sentía que realmente había sido ese su propósito?
Diablos, estaba comenzando a enloquecer.

−Nick…−repitió su padre en la línea telefónica− ¿Estás seguro de que no hay nada que quieras comentarme?
Nick suspiró. Perfecto. Sólo faltaba que su padre se hubiera enterado de la “pequeña” fiesta para que su día fuese oficialmente un desastre.
−Papá…
−Mira, Nick−lo interrumpió−. No tienes que decírmelo si no estás listo aún, pero puedes confiar en mí siempre. Yo también tuve tu edad, hijo, y pasé por las mismas cosas, créeme−dije en un tono comprensivo−. Llámame cuando estés preparado para hablar del tema ¿sí?
Dicho eso, cortó.
Nick se quedó con el teléfono en la mano, confundido. Aquello no sonaba como un regaño por haber hecho una fiesta, más bien… realmente parecía que intentaba entenderlo o algo.
Dos minutos después estaba marcando el número de su padre. La intriga lo mataba.
−No esperaba que estuvieras listo tan pronto.
−De acuerdo, suéltalo. ¿Qué sabes?
Nicholas suspiró.
−No seas ridículo, Nick, yo no…
−Papá, no se te da bien mentir. Suéltalo, ahora−insistió.
Se produjo una pausa en la que Nick rezaba para que su padre no estuviera hablando de la fiesta.
−Tú nunca lees OceanUp o JustJared ¿verdad?−le preguntó su padre.
De acuerdo, eso era inesperado. Y absolutamente aterrador.
Paparazzis. Estaba perdido.
−No en realidad, ¿por qué?
Nick escuchó la leve risa de su padre al otro lado del teléfono.
−No sé si estás enterado, ero publican noticias de ti. De hecho, creo que hasta ya te han hecho un link. Entras a la página, y a la derecha, entre Zac Efron y Justin Bieber, aparece un tal “Nick Jonas II”.
−¿¡Qué!? ¿Quién diablos son ellos para hacer eso?−se quejó.
−Nadie, realmente no son nadie.
−¿Entonces? ¡La gente tiene vida privada! ¡No es justo! ¡No soy famoso!
−Nick, ya hablamos de esto. Aquí lo importante es lo que dicen…
Nick tragó saliva.
Prepárate a morir, Jonas.
−¿Qué dice?−murmuró, intentando mantener la voz calmada.
Uno. Dos. Tres. Cuatro.
Los cuatro segundos más tétricos de su vida.
−Según este reportero, cuyas imágenes lamento informarte que son bastante claras, estuviste discutiendo con cierta chica morocha esta tarde en el parque del barrio. Ellos se preguntan quién será ella, pero yo ya la conozco−se detuvo−. Bien, ¿hay algo que quieras contarme ahora, Nick?
No lo podía creer. Primero que nada, había estado a punto de perder el aliento y todo había sido una estúpida falsa alarma.
Y segundo, jamás había esperado que un estúpido paparazzi lo descubriera discutiendo con _____.
−Nada importante, discutimos.
−Aquí pareciera como si hubiesen estado peleando… Una pelea algo fuerte.
−¿Qué insinúas?
Nicholas suspiró.
−No insinúo, hijo. Sólo quiero saber qué ocurre entre tú y _____.
−Nada.
Pero tan pronto como soltó la palabra, supo que no era verdad.
−Había estado pensando en ella desde que la había dejado en el parque y se preguntaba una y otra vez qué rayos ocurría. Era como si… como si…
−Estás enamorado de ella, ¿verdad?−preguntó su padre.
Su corazón se detuvo de repente. ¿Enamorado? ¿De ____?
−¡No!
¡Sí!
Diablos, no iba a aceptarlo. Si lo aceptaba, estaba perdido.
−Nick, no niegues el amor, créeme. Será peor a la larga.
¿Acaso ser padre venía con algún tipo de don para leer mentes?
−No estoy enamorado de ella.
Mentira. Lo sabía.
Pero no, no iba a aceptarlo.
−¿Seguro? ¿No se te detiene el mundo cuando la miras? ¿No te hundes en sus ojos? ¿No te quita el aliento su sonrisa? ¿Su fragancia no te afecta todos los sentidos? ¿El corazón no se te acelera cuando le rozas la piel?
Demonios. Su padre no estaba ayudándolo mucho que digamos.
No, no iba a…
−¿No sientes que sin ella… tu vida no tiene sentido?−continuó Nicholas.
Rayos. Definitivamente, lo había aceptado.
−¿Tú… cómo…?−preguntó, aún aterrado con la idea.
−Soy hombre, Nick−respondió simplemente−. Yo también pasé por eso. En el mismo momento que tú. Créeme que sé lo que se siente.
−¿Quién era ella?−se interesó.
Nicholas suspiró y su hijo sintió la sonrisa que se formaba en sus labios desde Nueva York.
−Tu madre.
Desastre. Catástrofe.
En el instante en que lo había escuchado, su mente había comenzado a vagar: _____ a su lado, vestida de novia. _____ a su lado, embarazada. _____ a su lado, con sus hijos.
Cerró los ojos y pensó en otra cosa tan rápido como pudo. Pero el sentimiento ya se había instalado para no marcharse.
Realmente estaba enamorado de su mejor amiga. Realmente…
−No es tan malo como parece, hijo.
−¡No me digas! ¿Es tan fácil como que ella va a querer venir a mi lado y besarme? Sí, claro−dijo de mal humor.
Nicholas rió.
−Nick, créeme. Para amar a veces es necesario sufrir.
−No es un gran alivio precisamente.
−No, pero es la realidad. Y tras las nubes, el cielo siempre es azul.
Se produjo un minuto de silencio.
−¿Qué hago?−preguntó Nick, desorientado.
−Sólo acéptalo. Y deja que fluya. No lo intentes amarrar ni acelerar. Sólo déjalo ser. Sabrás cuándo hacer el movimiento indicado, créeme.
−Me parece que te estoy creyendo demasiado.
La risa de Nicholas resonó en el teléfono.
−Ay, Nick, Nick. Si pudieras verme a mí hace veintisiete años…
−Eso me recuerda, ¿cómo diablos llegaste a esa conclusión a través de una foto en la que _____ y yo discutíamos?
−Lo entenderás cuando seas padre.
Más que nunca, comenzaba a sospechar que cuando eras padre te concedían el poder de leer mentes.

Nick entró cuidadosamente en la casa de su gran amigo Will. Sabía que estaba llegando bastante tarde y pretendía hacer de cuenta que llevaba allí horas y Will no lo había encontrado. Pero en el momento en que su mejor amigo se abrió paso entre la gente gritando su nombre, supo que no lo había logrado.
−¡Nicholas! ¿Por qué demonios llegas tan tarde? ¡La fiesta comenzó hace horas!
−Linda bienvenida, Will, gracias−sonrió amargado.
−¿Ocurre algo?
Nick no lo miró. En lugar de eso, dirigió sus ojos hacia la multitud que se movía al compás de la música. Intentaba localizar a alguien entre la gente… y ahora había descubierto por qué.
Le aterraba la idea, era cierto. Y rápidamente se dio cuenta de que hacía meses que se sentía extraño cada vez que miraba a _____ a los ojos. Ya no era la misma mirada y él ya no la veía de la misma manera. De hecho, el que _____ hubiera salido con ese tal Justin había sido sólo una simple pista para descubrir el gran misterio. Los celos que sentía por aquel chico, el extraño sentimiento en su pecho… ¿Cómo no se había dado cuenta antes? ¿Por qué había necesitado de la ayuda de su padre, que –sin ni siquiera mirarlo− lo había descubierto antes que él?
−Will, hay algo que debo decirte−murmuró.
Su amigo frunció el ceño.
−¿Te sientes bien?
−Sí, me siento bien. Pero es importante y me gustaría hablar contigo… en privado.
Will asintió y comenzó a caminar hacia una habitación alejada de todos. Él y Nick solían ir allí cuando eran pequeños, era una especie de altillo escondido, donde solían pasar horas y horas jugando hasta que Miley les avisaba que la cena estaba lista. Aquel era el lugar donde siempre podían estar sin ser interrumpidos.
Tal y como sospechaban, apenas llegaron no tuvieron ningún problema para pedirle a nadie que se fuera: el lugar estaba vacío. Entraron y Will prendió las luces para luego cerrar la puerta con llave.
Cuando se giró a Nick, dejó el vaso que tenía en la mano en una mesa, y se puso las manos en las caderas.
−Bien, soy todo tuyo.
Nick rió.
−Estoy…−tragó saliva.
La última vez que había hecho esa confesión, había sido a Hilary. Y ella había roto su corazón. No estaba seguro de cómo saldrían las cosas esta vez, pero sí sabía que tendría que enfrentarlo. Ya no era el mismo ingenuo que era antes.
El miedo le invadió todos los sentidos. Hacía mucho que no se sentía de esa manera y no estaba seguro de ser lo suficientemente fuerte como para soportar que le rompieran el corazón una vez más. Por fuera podía parecer inquebrantable y duro, pero por dentro no era más que frágil y débil. Lo sabía muy bien.
Además, se había jurado a sí mismo no volver a amar nunca más. No quería que sucediera lo mismo una vez más… Pero si su historia terminaba como la de sus padres, entonces.
Cerró los ojos ante la idea. Definitivamente, sabía que no iban a terminar así. El amor que se tenían sus padres era algo que no se podía comparar a nada. Él no tendría tanta suerte de encontrar el amor que Sunny y Nicholas habían encontrado. Estaba seguro de que jamás sería amado de aquella forma.
−Estoy…−repitió.
−¿Estás…?−preguntó Will, preocupado−. Nick, ¿qué ocurre?
Nick lo miró a los ojos. Su amigo lo entendería, estaba seguro.
−Estoy enamorado−soltó al fin.
Will se quedó mudo y no reaccionó.
−¿Estás… enamorado?−preguntó lentamente mientras se señalaba el pecho− ¿No estarás diciendo que…?
−¡William, por Dios, no!−rió− ¡No estoy enamorado de ti, idiota!
Will suspiró aliviado y Nick no pudo reprimir la sonrisa. Era el mejor amigo que habría podido desear.
−Entonces, ¿quién es ella? ¿Es Courtney?−preguntó boquiabierto− Por todos los Cielos, Nicholas. Dime que no estás enamorado de Courtney Fox.
−Will, por favor. ¿Quién diablos podría enamorarse de esa chica? ¡Sería un completo idiota!
−No sería una noticia.
Nick lo miró con la cabeza inclinada.
−Como sea, no es ella.
Pasaron unos minutos en los que sólo escuchaban el ruido del exterior. Nick se impacientó de esperar a que su amigo adivinara, después de todo, no era tan difícil.
−¿Y bien?−preguntó.
−Ya sé quien es−sonrió−. Pero quiero que tú me lo digas.
Nick lo miró molesto.
−No seas…
−Dilo−insistió−. Quiero escuchar que admiras lo que yo hace tanto tiempo predije.
Suspiró. No iba a poder con el genio de Will.
−Tú ganas−dijo−. Estoy enamorado de _____.
−¡Sí!
Will levantó un puño al cielo, en señal de victoria.
−¡Lo sabía! ¡Te lo dije! ¡Te lo dije y no me escuchaste!
−Bien, ya entendí, ya entendí−sonrió avergonzado−. No lo repitas, ¿quieres?
Will lo contempló y luego apoyó su mano sobre el hombro de su mejor amigo.
−Nick, estoy aquí para ti, en cualquier momento. Somos amigos de toda la vida, y lo sabes.
−Los mejores−sonrió él.
−Así es−lo abrazó y le dio una palmada en la espalda, luego se separó−. Ahora, quiero que salgas de aquí y vayas con ella.
Nick empalideció.
−¿Qué? ¿Vino?
−Así es. Y lo primero que hizo fue preguntar por ti−le guiñó un ojo.
Nick asintió lentamente.
Aunque su amigo intentara apoyarlo, sabía que _____ no había preguntado por él por la razón que Will creía. De seguro quería evitarlo, no sería ninguna sorpresa.

Caminó y caminó. La casa de Will era enorme, y eso jamás le había molestado, por lo menos, hasta ese momento. Diablos, jamás encontraría a _____ a menos que contratara a un equipo profesional para ayudarlo en su búsqueda.
Le estaba comenzando a doler la cabeza. Decidió tomar algo y luego de pedir el trago más fuerte en la barra, se dirigió hacia una puerta. Estaba abriendo la puerta mientras tomaba un sorbo de la bebida, cuando escuchó una voz bastante familiar cerca. Demasiado cerca.
−Justin…−murmuró _____.
Se le paró el corazón. No podía ser verdad. El lugar donde menos había imaginado que estaría ella, pero allí estaba. Con su nuevo novio.
Genial. No podía explicarse la suerte que había tenido aquel día. Era como si fuese martes trece. Curioso, tomó su celular y miró la fecha. Evitó lanzar una carcajada de ironía –justamente para evitar que _____ y el otro lo descubrieran escuchando su conversación−, pero definitivamente no era su día. ¿Realmente era martes trece?
−Vamos, _____. Sólo un beso.
Nick sintió un frío escalofrío subirle por la columna, y al mismo tiempo un extraño calor lleno de furia lo invadía. Respiró profundamente una y otra vez, intentando calmarse, mientras tomaba rápidamente sorbos de su bebida.
−Justin, no−dijo ella con la voz tan dulce como sólo ella podía tener.
−¿Qué ocurre, _____?
Nick asomó la cabeza lentamente dentro del cuarto para ver la escena. En el instante en que lo hizo, supo que debería haberse quedado afuera, imaginando la situación en su mente. Pero no, allí estaba, _____ parada de espaldas a la cama, con las piernas pegadas al colchón, Justin frente a ella, mirándola y tomándola por la cintura. No tenía nada que ver con su orgullo, pero podía notar cómo _____ quería zafarse del abrazo.
−En serio, Justin. No me siento bien.
−Nunca te sientes bien−bufó él sin soltarla.
−Y además, me parece que has estado tomando.
No sabía si era el efecto del trago o lo que la voz de _____ producía en él, pero estaba comenzando a sentirse impotente.
De repente, el chico bufó más fuerte y empujó a _____ sobre la cama. Ella dio un pequeño grito de sorpresa e intentó escapar. Demasiado tarde, Justin ya estaba a su lado, tomándola fuertemente de los brazos.
−¿Qué diablos pasa contigo? ¿Por qué te mostrabas tan interesada hoy y no ahora?
−Justin, me estás lastimando, suéltame.
−¡Respóndeme, maldita sea!
Nick quería intervenir. En realidad, quería entrar y romperle la cara al desgraciado de una merecida piña. Pero sabía que no podía interrumpirlos porque sería evidente que había estado escuchando toda la conversación. Y no había necesidad de que _____ se enojara aún más ¿o sí?
−Justin, suéltame o grito.
−¡Cállate!
En el instante en que Nick escuchó la furia en la voz de Justin, supo que no importaba nada más que _____ y abrió la puerta de la habitación tan bruscamente que hasta él mismo se impresionó.
Justin volteó y lo miró confundido. Nick intentó mirar a _____, pero estaba demasiado ocupado pensando las mil maneras de darle un buen merecido al idiota que tenía en frente.
−Vamos a hacer esto por las buenas, ¿entendido?−dijo, con la voz tensa pero firme, autoritaria como él sabía hacerlo− Suéltala.
El chico no respondió.
−¡Ahora!−rugió.
Justin, por puro impulso, soltó las manos de _____ y se levantó para enfrentar a Nick. Cuando lo tuvo adelante, Nick notó que al parecer _____ tenía razón: parecía haber estado tomando y fumando, también. El cuerpo tampoco era un problema, el muy idiota parecía medir al menos cinco centímetros menos y Nick estaba seguro de que una simple cosquilla con una pluma y caería al instante.
−¿Quién te crees que eres, niño?−preguntó Justin, con la voz confusa.
Oh, no. ¡Que no se mareara frente a él! ¡Quería darle una buena paliza sin tener tanta ventaja!
−Sea quien sea, si no te veo salir de esta habitación en este preciso instante, juro que te quedará un lindo recuerdo morado en tu ojo de este niño−sonrió con ironía, hundido en la furia.
No tuvo que pedirlo dos veces, al cabo de un segundo, Justin estaba saliendo de la habitación, murmurando cosas inentendibles, a excepción del “Perra” que soltó al cerrar la puerta tras él.
Nick sintió que el odio le subía por el pecho y cerró los puños con tanta fuerza que sentía que iba a explotar. En el instante en que decidió darse vuelta para ir tras el perfecto tarado, notó que alguien respiraba en la misma habitación que él.
Volteó para verla. Dios santo, jamás había sentido una punzada como aquella. _____ yacía en la cama, abrazando sus piernas con los brazos y la cabeza apoyada en una rodilla. Nick notó sus ojos nublados y sintió que el mundo se detenía un segundo. Jamás la había visto llorar así. No era la primera vez, claro. Pero aquella vez era diferente… porque ahora sabía que lo que sentía por ella iba más allá de cariño.
−_____...−murmuró.
Apenas le salió la voz. Se acercó a ella lentamente y se sentó a su lado. Sin dudarlo ni un instante, la abrazó.
La abrazó con tanto amor que se sintió lleno por primera vez en su vida. Sintió por primera vez que pertenecía a un lugar. Esto no tenía nada que ver con su enamoramiento con Hilary. Iba más allá de todo lo que había vivido antes.
No dejaba de pensar en lo mucho que adoraba a aquella mujer, mientras ella apoyaba su cabeza en su pecho y sólo lloraba mientras él le susurraba palabras de alivio al oído. Jamás se había sentido tan destrozado y al mismo tiempo, tan feliz por haber encontrado finalmente al amor.