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| Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) | |
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Brigitte! Casada Con
Cantidad de envíos : 1062 Localización : Everywhere! Normally in Valencia- Edo. Carabobo Fecha de inscripción : 26/10/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 7th 2011, 10:43 | |
| Vamos luu!!! sube capi... estoy esperando el maraton... | |
| | | Miley_Princess Forista!
Cantidad de envíos : 85 Edad : 30 Localización : Manhattan,NY Fecha de inscripción : 12/02/2011
| | | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 9th 2011, 06:06 | |
| MARATÓN DENTRO DE UNAAS HORAAS | |
| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 9th 2011, 10:17 | |
| Maratón 1/4;CAPÍTULO 27 ________ Se había pasado los últimos quince años de su vida yendo demasiado arreglada a todas partes. Y ahora el demonio la metía en un elegante restaurante vestida con vaqueros. Mientras esperaban a que les trajeran la comida, se preguntó qué habría pedido para ella. ¿Una lata de guisantes? ¿Un zumo de frutas? Dado que estaban en una marisquería, no descartaba terminar cenando una lata de atún. —Mira lo que he comprado —dijo Nick inclinándose sobre una de sus bolsas. Se había quitado el sombrero y se había atusado el pelo para tapar los cuernos. Estaba irresistible. Le dio dos paquetes. —Te he comprado un reloj. Tú solías llevar uno muy bonito. ¿Se había fijado incluso en ese pequeño detalle? —También he comprado uno para mí —añadió. Oh, sí, porque antes había pulverizado el suyo de un fuerte puñetazo. —No serán iguales, ¿no? —______, sólo soy un demonio, no un idiota. —Claro, por supuesto. —Aceptó la cajita y, al ver la marca, enarcó las cejas: Cartier. Ella siempre se mantenía alejada de los escaparates de esa joyería porque sus relojes estaban repletos de diamantes, lo que resultaba muy peligroso para ______, que se quedaba embobada mirándolos. Al abrir el paquete casi sonrió. No había ni un diamante a la vista. Platino, simple pero elegante. ¿Por qué era tan... delicado? —Es precioso, Nicholas, pero es demasiado. No puedo permitir que... —Lo pasaré como gastos. Cierra el pico y abre el otro regalo. Ella se quejó, pero obedeció. Dentro estaban... sus gafas Modelo Gatita seductora. Lo miró atónita. —¿Me estás regalando mis propias gafas? —He hecho que te cambien los cristales. Dijiste que no podías concentrarte sin ellas, pero te estaban dando dolor de cabeza. ______ se las puso, todavía embobada. ¿Quién la apoyaba más? ¿Tim, que le daba ánimos de boquilla, o Nicholas, que hacía todo lo posible para que ella pudiera trabajar? «¡Deja de compararlos!» Tim no entra en un bar y se acuesta con diablesas insaciables. —Son perfectas. Pero Nicholas, volveré a ser como antes. Mi vista volverá a empeorar. —Pues cuando llegue ese momento, vuelves a cambiar los cristales. Pero ahora tienes trabajo que hacer —dijo, y añadió con seriedad: —______, el código no se escribirá solo. —Le dio otra bolsa. —A ver si te gusta el abrigo que te he comprado. Ella metió la mano y sacó un pequeño y confortable anorak de esquí. —Es rojo. —En efecto. No tienes nada de este color. —De nuevo, el demonio había observado ese detalle. Estaba sorprendida de su buen gusto. —No parece muy pesado —comentó. —Tecnología punta, princesa. Te mantendrá abrigada incluso a veinte bajo cero. Confía en mí. Además, ahora ya no tienes tanto frío como antes, ¿a que no? —No, supongo que no. El camarero apareció con sus bebidas: una cerveza para él, y para ella una botella de agua Perrier bien fría y sin abrir, por petición expresa de Nicholas. —¿Por qué te preocupa tanto que coma? —preguntó ______ cuando el hombre se retiró. Nick soltó aire, odiando tener que ocultarle la verdad. «Porque no soy una buena persona, y estoy a punto de traicionarte del peor modo imaginable...» Tenía la sensación de que cada momento de felicidad que podía disfrutar con su compañera iba acompañado de una mentira, haciendo que así se hundiera más y más en su agujero, asegurándose así de que ella jamás lo perdonara. «No pienses en eso.» —No sé. Quizá podamos aminorar la velocidad de tu transformación si sigues comportándote como una humana. —Cada vez tengo menos hambre —suspiró ella. —La verdad es que podría dejar de comer del todo. —El cambio ya se ha asentado en tu interior. No creo que seas consciente de la fuerza y la velocidad que has adquirido. ______ se quedó pensativa durante mucho rato, doblando y desdoblando la servilleta con sus delicados y diestros dedos. Los mismos con que había sujetado su erección hacía sólo unas pocas horas. Se removió incómodo en la silla. —Nicholas... —¿Qué te preocupa? —Me estaba preguntando... ¿cómo es vivir para siempre? «Agotador.» Sin pareja ni familia, era condenadamente agotador. Pero optó por responder otra cosa: —La vida eterna tiene sus ventajas. Como no morir, por ejemplo. ¿Estás pensando en suscribirte al club de los inmortales? —No sé qué contestar. Lo de ser una valquiria parece una buena cosa, pero no quiero ser la Vestal. No quiero que mi futuro sea procrear o morir. Y no sé cómo conciliar mi vida actual con la nueva. ¿Y si los alumnos de mi clase ven mis nuevas orejas? —Te sorprendería saber cuántos miembros de la Tradición viven entre los humanos y nadie se ha fijado nunca en ellos. Ella ladeó la cabeza. —La verdad es que no sé si quiero vivir para siempre... —Se interrumpió al ver que el camarero regresaba con su cena. A Nick le trajo el entrecot de la casa. A ella, plátanos sin pelar y huevos hervidos con la cáscara intacta, acompañados de unos cubiertos de plástico todavía en su envoltorio. ______, con mirada triste, desvió la vista de su comida hacia la de Nick. —Te apetece probar mi entrecot, ¿a que sí? Ella negó con fuerza, dejando bien claro que se moría de ganas de hincarle el diente a aquel pedazo de carne. —Aún tengo... problemas con la comida. —Lo sé. Lo sé. Quieres cosas que no haya tocado nadie y envasadas. ______ frunció el cejo al ver que el camarero volvía con otro plato para ella; una langosta con la cola y las pinzas intactas. —Damas y caballeros —dijo Nick cuando volvieron a quedarse a solas, —pasen y vean lo último en comida envasada. Puedes romper el caparazón tú misma, sin que haya ninguna transferencia, y luego comerte la carne con el tenedor de plástico. Ella se quedó mirándolo. —¿Sabes cuánto tiempo hace que no como marisco fresco? —Y esbozó una sonrisa. «Otro punto para el demonio.» —Soy un buen novio, ¿a que sí? —Si no fueras tan modesto... —respondió ella, ya fuera del restaurante. La verdad era que sí, Nicholas era un buen novio; creativo a la hora de enfrentarse a sus fobias. Y durante la cena se lo había pasado fenomenal. El demonio se encaminó hasta la basura, donde tiró las cajas de los relojes. Desde allí, lanzó algo hacia ella. —¡Cógelo, rápido! —le dijo. Era algo brillante. ¡Un anillo de diamantes! Sin apartar la vista de la joya, ______ levantó la mano y la cazó al vuelo. Abrió la palma y se estremeció de la impresión. —¿A qué viene esto? —preguntó fascinada. —Entrenamiento. Ahora tienes que apartar la mirada del anillo —le dijo junto al oído. ¿Cuándo se había acercado tanto a ella? «Deja de mirarlo. » ______ negó furiosa con la cabeza. El se lo había dado, ¿y ahora esperaba que apartara los ojos de aquella preciosidad? —Deja de mirar el anillo o lanzaré tu portátil a esa basura. Imagínate cuántos gérmenes puede haber ahí. ¿Crees que el disco duro sería recuperable? ______ tembló por el esfuerzo que hizo por apartar la vista. —¡No... no lo hagas... por favor! Él le tapó la mano y cogió el anillo de entre sus dedos, que trataban de aferrarlo. Roto el estado de trance, ______ miró a Nick. —¡No ha tenido gracia! —No pretendía que la tuviera. Tienes que practicar, diez veces al día si es necesario. Tienes un punto débil, princesa, y debes superarlo. A pesar de que sus técnicas eran algo bruscas y agresivas, el demonio parecía estar preocupado por ella de verdad. ______ se mordió el labio inferior. —El diamante es de verdad, de lo contrario no lo habría cogido. —Al ver que él se lo confirmaba, le preguntó: — ¿Cuánto gana un mercenario como tú hoy en día? —Tengo una fortuna en oro. Ah, ¿ha sido un destello eso que ha brillado en el fondo de tus ojos? ¿Te gusto más ahora que sabes que soy rico? —Le colocó un dedo bajo la barbilla. —Porque si es así, me parece bien. Nicholas le dio un beso en los labios. — ¡Deja de hacer eso! El demonio seguía robándole besos, tratándola como si fuera su novia. Y eso la ponía nerviosa y no le gustaba. Qué va. —Y ahora, prepárate —le dijo él. —Ha llegado el momento de que conduzcas un coche rápido de verdad.
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| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 9th 2011, 10:20 | |
| Maratón 1/4;CAPÍTULO 28 —Es ideal para nuestros propósitos —comentó Nick, mirando la línea de la autopista. Estaba desierta, como una pista de aterrizaje en medio del bosque, y al fondo podían verse las montañas. Quedaban restos de nieve sucia en los arcenes, pero la carretera estaba limpia y seca. —¿De verdad vas a dejar que conduzca? —¿De quién es este coche? —Nuestro no —respondió ella. —Buena chica. Mientras Nick paraba el coche, ______ observó el paisaje. El bosque estaba iluminado por la luz de la luna, el cielo estaba despejado. —No puedo creer que estemos en el norte de Michigan y todavía no hayamos visto nevar. —Ya, pero quizá tengamos suerte y podamos ver las luces del norte. —¡En serio! ¿Dónde? No las veo, ¿hacia dónde están? El señaló a la izquierda, justo por encima de las copas de los árboles. —Ahí tienes a tu aurora boreal. ______ siguió su mano con la vista y se quedó boquiabierta. Unas luces violeta parpadeaban en mitad del cielo negro. Al danzar se iban oscureciendo, para luego iluminar la luna y las estrellas. Al ver ese espectáculo de la naturaleza a ______ le dio un vuelco el corazón. —Es precioso —murmuró. —La leyenda dice que unas valquirias la crearon. —Cuéntamela. —La gente del norte cree que cuando las valquirias bajaron del Valhalla para escoger a las mejores guerreras para regalarles la vida eterna, sus armaduras proyectaron una luz extraña en el cielo. —¿Sí? —Tras verlo asentir, añadió: —Sabes muchas cosas. —¿Eso crees? —preguntó él como quitándole importancia, pero ______ pudo ver que le gustaba que se lo hubiese dicho. Tenía ganas de ser amable con él. Todavía recordaba lo bien que lo había pasado durante la cena, y estaba impaciente por conducir el coche. —¿Estás lista? —Nick giró una manecilla que había a la izquierda del asiento del conductor. ______ sintió cómo el coche se bajaba un poquito más y oyó un zumbido a su espalda. —El spoiler de atrás... —Se retrae dentro del propio coche. Igual que los flaps delanteros. Y otra cosa más que te gustará saber: con estos cambios, el coeficiente de arrastre se reduce un 0,5 por ciento. Ella enarcó las cejas. El demonio estaba hablando su idioma. Intercambiaron sus puestos, y, una vez sentada en el asiento del conductor, ______ ajustó los espejos. —Sabes conducir un coche con marchas, ¿no? —Hice las prácticas para el carnet en un Carrera. —Genial. Ponte el cinturón. Se abrochó el arnés. —Tú también. —Al ver que la miraba burlón, añadió: —Por favor. —Vale, de acuerdo —contestó él, sorprendiéndola al acceder con tanta facilidad. —Ahora arranca muy, muy despacio. A pesar de que Nicholas nunca había conducido a poca velocidad, ella le hizo caso y metió la primera para incorporarse despacio a la carretera. —Ahora acelera hasta el límite de velocidad permitido. Pisando el acelerador con seguridad, ______ cambió a segunda, luego a tercera. —Eso es. Lo estás haciendo bien. Muy bien. ¿Qué te parece? Para cuando puso la quinta, ya estaba convencida de que aquel cambio de marchas era el mejor que había sobre la faz de la Tierra, y el acelerador el más sensible. Era el mejor coche que hubiera conducido jamás. —Increíble. Se lleva con mucha facilidad. Se pega al asfalto igual que una bala sobre una superficie magnetizada. —Te lo creas o no, este coche pesa tanto como un tanque. Dos toneladas. —Imposible. —Si tan fácil te parece conducirlo, a ver si realmente eres capaz de sacarle partido. ______ empezó a acelerar, y sintió una emoción especial al rebasar el límite de velocidad. —Más rápido, princesa. Enséñame lo que sabes hacer. —Tú lo has querido. Pisó el acelerador a fondo, y el vehículo salió disparado hacia adelante, pegándolos a ambos al respaldo del asiento. Ciento noventa kilómetros por hora. Una pequeña corrección en el volante y ajustó la dirección. Doscientos veinticinco. La potencia, el zumbido del motor, tener el control, era abrumador. La carretera era de verdad una vía de escape. Y ______ se sentía como si fuera otra persona; una de esas que llevan botas carísimas, que comen marisco y conducen coches de un millón de dólares. Volvió a echar un vistazo al cuentakilómetros, iban a doscientos noventa. Se le aceleró el corazón, la adrenalina corría por sus venas. También sintió algo que nunca había imaginado. Estaba muy excitada. Cuando llegó a los trescientos kilómetros por hora ya no podía fingir que no se había dado cuenta. Tenía la respiración entrecortada, y no sabía cómo sentarse. «Esto va de mal en peor.» Trescientos diez. Se atrevió a mirar a Nicholas. Este tenía los ojos, negros e inescrutables, fijos en ella. —Para el coche —le dijo. —¿Qué? ¿He hecho algo mal? —Sólo para el coche. Tan pronto como aparcó y puso punto muerto, él le cogió la cara entre las manos y le dio un beso demoledor. ______ respondió con un gemido, apresando los labios del demonio con los suyos, acariciándolo con la lengua. Su mano buscó la erección de Nicholas. Quería tocarlo como antes, pero no pudo alcanzarla. El deslizó la suya por entre las piernas de ______, pero por culpa del volante y del salpicadero, no podía separárselas lo suficiente. —A la mierda —gimió el demonio, arrancándose el cinturón y saliendo del coche. Justo cuando ______ empezaba a sentirse decepcionada, Nick abrió la puerta del conductor y la liberó también del cinturón de seguridad, la cogió en brazos y la sacó fuera del coche. — ¿Nicholas? —Al notar que él le bajaba la cremallera, exclamó: — ¡Alguien puede vernos! —Nadie pasa por aquí. Cuando le bajó los téjanos y las braguitas hasta las rodillas, ella insistió: — ¿Y si...? No tuvo tiempo de decir nada más antes de que él la sentara sobre el capó del coche, separándole las piernas y dejando su sexo al descubierto. — ¿Qué estás haciendo? —Voy a enseñarte algo nuevo. —Le acarició el muslo con la mejilla, raspándole la piel con la incipiente barba. Ella podía sentir su cálido aliento... De repente comprendió qué era lo que pretendía, y no encontró motivos para detenerlo. Por el momento, todo lo que él le había enseñado había sido maravilloso. ¿Por qué iba aquello a ser...? —Oh... Dios... mío —exclamó ______ cuando Nicholas le lamió el clítoris con la lengua. Se desplomó sobre el coche, abrumada, separando todavía más las piernas para darle la bienvenida. Un placer inimaginable la estaba asaltando, y no pudo evitar que se le escapara un gemido. Él le separó el sexo con dos dedos, lamiéndola, devorándola. —Levántate el jersey por encima de los pechos. —Me congelaré... —No te congelarás. —¿Por qué no...? —Yo tengo las dos manos ocupadas. Hazlo, o me pararé. ¿Dónde tenía la otra mano? Una imagen mental se lo aclaró todo. «Oh.» La idea de que el demonio estuviera masturbándose mientras la besaba de aquel modo la hizo estremecer. Tragó saliva y se levantó el jersey y el sujetador, tal como él había hecho en el hotel. Antes no había notado la brisa del bosque, pero en aquel instante le acariciaba los pechos haciendo que se excitara todavía más. Volvió a gemir. Nicholas levantó la mano y cogió las de ______ para colocárselas encima de los pechos. —Acaríciate —le dijo, antes de que sus labios regresaran a donde estaban. Ella empezó a tocarse los pechos, y, con los párpados pesados de deseo, miró al cielo. Encima de ellos titilaban las estrellas, la aurora boreal hacía que pasaran del violeta al rojo intenso, aumentando al mismo tiempo su intensidad. Era como un sueño. El placer estaba a punto de engullirla. —Los pezones —dijo él con voz ahogada. —Pellízcatelos. Nicholas retomó lo que hacía y ella obedeció, asombrándose de lo erótico de la escena, arqueando la espalda. Más brisa, más estrellas, más caricias de la lengua de Nick. — ¿Estás a punto? — ¡Sí! —Yo también —farfulló él, y luego le atrapó el clítoris con los labios. ______ gritó, y tensó la espalda al sentir que el orgasmo la atravesaba. Nicholas la estaba lamiendo, gimiendo, utilizando sus labios, la lengua, los dientes para darle todavía más placer. Cuando el demonio gimió contra su sexo, ella supo que también estaba a punto de alcanzar el clímax. Incluso cuando ______ hubo terminado, Nicholas siguió besándola, como si eso le proporcionara un increíble placer. Al fin saciado, apoyó la cabeza en el muslo de ella, y trató de recuperar el aliento. ______ tardó un poco más, pero al final se incorporó apoyándose en los codos. Después de mirarle los pechos desnudos con el ceño fruncido, el demonio la miró a los ojos y preguntó: — ¿Cada ochocientos kilómetros? ______ negó con la cabeza. —Cada seiscientos.
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| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 9th 2011, 10:25 | |
| Maratón 3/4;CAPÍTULO 29 Fuente de la Dama Sonriente, río Sangriento, Michigan.
—Éste es el lugar. Aparca en el arcén. —Nicholas le hizo una señal para que se acercara a una roca, justo delante del puente. ______ puso el coche en punto muerto, echó el freno de mano, y miró a su alrededor. Y ella que creía que el Sandbar estaba en medio de la nada... Las últimas horas, el Veyron había recorrido enrevesadas carreteras, a través de bosques envueltos en niebla, mientras bajaban hacia el lecho del río Sangriento. La zona era montañosa y las carreteras parecían talladas con cincel. Nicholas y ella habían hablado poco. El demonio había permanecido en silencio, absorto en sus pensamientos. ______ todavía estaba alterada por lo que habían hecho. Y lo que quizá harían en los próximos kilómetros. El se miró el nuevo reloj de pulsera. —Faltan veinte minutos para la medianoche. Hemos llegado pronto. —Realmente da miedo —comentó ella. La bruma cubría el río, atrapada entre las majestuosas paredes de ambos lados del mismo. Era tan espesa, que no se podía ver a través del puente, que parecía que llevase directo a la nada. A pesar de todo, ______ estaba más emocionada que inquieta. Aquél podía ser realmente un puente encantado. —Supongo que no sirve de nada que te pida que te quedes aquí, ¿no? —preguntó él. —¡Efectivamente! —contestó, mientras salía del coche. —Pareces contenta. —Llevo ropa nueva, botas nuevas, una chaqueta nueva. —Estaba alegre, y se sentía más joven. —¿De verdad crees que es la ropa lo que te hace sentir así, no serán los tres orgasmos que has tenido durante el día? Claro, también estaba eso. Se tocó la barbilla como si estuviera sopesando la pregunta. —No cabe duda de que es por la ropa —contestó, consiguiendo que él frunciese el cejo. Se dirigieron hacia el puente. La Dama Sonriente había sido un puente cubierto, pero en la actualidad partes del techo y de los laterales de madera estaban podridos, dejando a la vista el esqueleto de los puntales que había debajo. El hierro oxidado crujía a cada soplo de la brisa. Cuando ______ se fijó en el río, se le erizó el vello de la nuca. Bajo la niebla y a la luz de luna, parecía realmente sangre. Después de atravesar la carretera, empezaron a cruzar el puente, esquivando los agujeros que había entre las tablas del suelo. Cuando ya habían avanzado unos metros, era imposible distinguir dónde estaba el coche. —Quédate cerca de mí, ______. —Ella se pegó a él. —El puente... ¿se balancea? —Sí, tiene un poco de oscilación, para que no se rompa. Cógete de mi mano. Enarcó las cejas. —Estoy notando una vibración de grado ocho. ¿Te llevas a la chica a un lugar escalofriante para que se refugie en ti y luego te besuquee agradecida? ¿Lo he adivinado? Esbozó una simulada sonrisa. —Después de lo que hemos hecho en el capó del coche, lo de besuquearse me parece una tontería, ¿no crees? Además, tú quieres cogerme la mano. —Le atrapó la mano con la suya. —Reconócelo. «Demonio arrogante.» —No... no quiero. —Se soltó. —Que hayamos intimado no quiere decir que quiera tener sentimientos hacia ti. —Necesitaba mantener cierta distancia entre ellos. Por lo que sabía hasta el momento, el próximo punto de encuentro podía ser otro bar, con otra diablesa... Y ______ tuvo que admitir para sí misma que pillarlo con la preciosa Imatra le había... dolido. A menudo tenía que esforzarse para expulsar esa imagen de su cabeza. Aunque Nicholas era a veces atento, ella sabía que en el fondo era un canalla. —Lo que hemos hecho no cambia nada —dijo. —Yo todavía tengo novio, y tú todavía tienes a tus ligues de una noche, o como sea que consideres a tus conquistas. Al parecer, ese comentario puso furioso al demonio. —¿Y tú eres una de ellas? —Volvió a cogerle la mano. —¿Y por qué no? —Intentó zafarse, pero la tenía bien sujeta. Masculló: —¡Suéltame! Nicholas tenía un peligroso brillo en los ojos. —O te cojo de la mano, o te vuelves al coche. —Que te follen. No me hables como a una niña. —______ ______ ha dicho «que te follen» sin que hubiera nadie delante para oírlo —se burló él. —Te dejaré ir cuando admitas que lo que hay entre nosotros es algo más que sexo. —Fuiste tú quien sugirió que te utilizara para satisfacer mi curiosidad, diciéndome que me tomara este par de semanas como unas vacaciones, que me diera todos los caprichos. Y cuando voy y lo hago, no estás dispuesto a dejarlo estar hasta que reconozca que siento algo que en realidad no siento. —¿Crees que sólo me utilizarás y que no sentirás nada después? —¿Y por qué no? ¡Como si tú no lo hubieras hecho nunca! —¡Siempre he hecho eso mismo! —replicó alzando la voz, que reverberó en el maltrecho puente. De repente, se oyó una espeluznante risa femenina que no provenía de ningún lugar concreto. Nicholas tiró de ______ y la colocó detrás de él, esforzándose por ver entre la espesa niebla. —Nos vamos. Ahora mismo. —¿Son los fantasmas? El cuerpo del demonio se separó del de ella elevándose bruscamente en el aire. Mientras ______ gritaba, una fuerza invisible lo lanzó hacia los puntales, haciendo balancear todo el puente con la fuerza del impacto. La espalda de Nicholas dobló el trozo de hierro sobre el que fue a parar, y uno de sus cuernos se clavó en él. Con un grito de dolor, movió la cabeza hacia adelante para liberarlo y conseguir ponerse de pie. Se oyeron más risas. —Nicholas. —Eran los fantasmas. Debían de ser ellos. —Oh, Dios, son de verdad. —¡Mantente agachada! —soltó él. Se agachó, pero a ella no la habían tocado. ¿Por qué? Cuando él intentaba acercársele, recibía unos golpes dados por manos invisibles que lo desplazaban por toda la longitud del puente. Probó a avanzar de nuevo, furioso. Cada vez que intentaba llegar a ______, lo apartaban. —¡Vete al coche! ¡Y sal pitando! Cuando lo volvieron a atacar trató de devolver los golpes, pero no pudo. Su enemigo no era de carne y hueso. De repente ______ cayó en la cuenta. Se puso de pie, y entró en la niebla en su busca. Los ojos de Nicholas se abrieron como platos al ver que ella se acercaba. —¡______, no! Vete de una puta vez. —¡No! —le gritó. —A mí no me está haciendo daño. Finalmente, la fuerza soltó a Nicholas y lo dejó caer al suelo. ______ se arrodilló a su lado, ayudándolo a sentarse. Notó que los tenían acorralados, la amenaza se agitaba a su alrededor. —¡El está conmigo! —Le cogió la mano y se la llevó a la mejilla. El la ahuecó con delicadeza, tal como ______ sabía que haría. El ataque cesó al instante. —¿Qué coño está pasando? —preguntó el demonio entre dientes, pasándose la manga por el labio que le sangraba. Tenía un profundo corte en la mejilla, y la camisa hecha jirones. —Creo que piensan que me estás haciendo daño, o forzándome a atravesar el puente —contestó. —Seguramente están muy sensibilizados a la visión de un macho agresivo arrastrando a una hembra por aquí. Miró a su alrededor con cautela. —Gracias por echarme un cable, princesa —dijo Nick. Cuando intentó ponerse en pie, apretó los dientes de dolor, y se llevó una mano a las costillas. —Y con ese gran cerebro que tienes, ¿no podrías haberte dado cuenta antes? A poder ser, ¿antes de que me rompieran las costillas? —¡Ohhh! ¡Creo que debería haber dejado a las fantasmas que te zurraran un poco más! Una flecha se clavó entre ellos, vibrando con un alto zumbido. Volvieron la cabeza en dirección al coche, pero no pudieron ver quién la había disparado. —¡Vamos! ¡Entremos en la niebla! —En un abrir y cerrar de ojos, Nicholas la empujó corriendo en dirección opuesta, colocándose entre el enemigo y ella. —¡Pensaba que habría más facciones que querrían reproducirse conmigo! —gritó mientras corría. —¿Dónde están, eh, Nicholas? ¡Porque me parece que la mayoría me quieren muerta! —Si te quisieran muerta, no habrían fallado. —Un torrente de flechas voló a su alrededor. Dos se le clavaron a él en la espalda. —¡Nicholas! —¡Sigue corriendo! Antes de llegar al otro lado del puente, dos más lo alcanzaron. La colocó detrás de una roca que había junto a la carretera, y se agachó a su lado. Le dio la espalda. —¡Arráncamelas! —¡Santo Dios! Estaban muy clavadas. Cogió una lo más abajo que pudo, tragó saliva y tiró de ella hasta que la sacó. Brotó sangre de la herida y, por un instante, creyó ver que era de un color azulado. Parpadeó un instante, y el color desapareció. —¿Quiénes son? —Duendes arqueros. —Pensaba que eran de los buenos —comentó, arrancando la siguiente flecha. —Y lo son. —Miró un momento por encima de la roca y volvió a agachar la cabeza justo cuando una flecha pasó casi rozándolo. —Creen que nosotros somos los malos. No sé si te acuerdas, pero tú puedes ser la madre de un gran malvado, y yo soy un demonio mercenario. ______ rodeó la tercera flecha con el puño y tiró. Nada. —Nicholas.. —Está clavada en el hueso. Tira más fuerte. Echando una mirada alrededor, el demonio murmuró: —¿Cómo coño nos han encontrado? —Giró la cabeza por encima del hombro, y con los ojos entrecerrados miró a ______. —Te has sacado las perlas, ¿verdad? —No soy idiota. Finalmente, consiguió arrancar la flecha, y la sangre volvió a fluir. Con la mandíbula tensa por el dolor, Nicholas añadió: —No estoy diciendo que seas idiota, pero ¿cómo si no nos han encontrado? Nadie nos ha seguido. Las flechas empezaron a acertar en la roca, algunas rebotando y otras clavándose en la sólida piedra. —Confiésalo. Ha sido un error. A veces pasa. Incluso a los mejores. Pero necesito saber si te has... —¡No me he sacado las jodidas perlas! —Entonces has llamado al bueno de tu novio para decirle adónde íbamos —dijo, con una mirada todavía más oscura si cabía. ______ sujetó la última flecha. —Si le hubiese dicho eso a Tim, se lo habría dicho en nuestro código. —¿Tenéis un código? —preguntó él dolorido. —Quizá tu hembra, Imatra, nos ha tendido una trampa, ¿no? —¡Imatra no es mi hembra! —Hmmm... Pareces muy seguro. Aunque me dijiste que no podías estarlo al cien por cien si no te acostabas con ella. ¡Por fin la verdad sale a la luz! —¡Yo no he hecho nada con Imatra! ¡Por fin estás celosa! ______ tiró de la flecha y no pasó nada. —No estoy celosa. Estoy harta de que me mientas constantemente. ¿Y qué otra cosa podías estar haciendo allí dentro durante más de una hora? —Maldición, ______, me desesperas. ¡Ella puede ralentizar el tiempo! —gritó tan alto que incluso las flechas dejaron de caer por un momento antes de continuar. Sus colmillos empezaron a extenderse, y los ojos se le oscurecieron. —¡Pues qué oportuno! Reconócelo. —Cuando al fin consiguió arrancar la última flecha, se llevó un trozo de piel con ella, haciendo que Nick aullara de dolor. —Estás tan convencido porque lo has hecho con ella... —¡Sé que Imatra no es mi jodida compañera... porque lo eres tú! —Se volvió hacia ella. —Oh, como si yo... —Y se calló de golpe al verle la cara. El ataque continuaba. Se oía las cuerdas de los arcos silbar en la distancia. La niebla hizo un remolino, pero ellos dos seguían mirándose el uno al otro fijamente. —¿Nicholas? —El semblante de él era serio. —¿Cuándo... cómo... lo has sabido? Exhaló y miró a otra parte. —Desde el día en que te vi por primera vez. Te he estado vigilando desde entonces. De repente, la última pieza del rompecabezas encajó perfectamente, y fue entonces cuando, en su mente, ______ lo vio todo con claridad. El era la presencia tan reconfortante que había notado durante todo ese tiempo. Estaba celoso de Tim desde el principio. La primera noche, cuando la había salvado de los demonios, sus grandes dedos le tocaron suavemente la cara reconfortándola, como si la estuviese curando. —Chss, cariño —dijo él. —No sé qué decir. «¿Este guerrero inmortal me ha querido durante todo un año?» No se lo podía creer. Y no había estado con Imatra. Una flecha llegó por arriba, clavándose en el suelo entre los dos. —Prepárate. Van a llover más como éstas. —Sus ojos y cuernos se oscurecieron, y sus colmillos se extendieron del todo. —Escúchame. Sígueme pegada a mí. Voy a hacer retroceder a los arqueros para que puedas llegar al coche, sube a él y sal a toda velocidad. —¿Y qué vas a hacer tú? Se puso en pie, tenía un aspecto brutal, como un demonio acorralado. —Voy a proteger a mi compañera.
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| | | Luu_Nick_16 Casada Con
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| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 9th 2011, 10:32 | |
| Maratón 4/4;CAPÍTULO 30 Nicholas saltó en medio de la espesa bruma y colocó a ______ detrás de él. Ella no pudo evitar hacer una mueca de dolor cada vez que una de las flechas se clavaba en el demonio. Una tras otra, él se las arrancaba y las lanzaba contra los árboles. A cada segundo que pasaba, Nicholas se volvía más demoníaco, y los músculos del cuello se le hacían más y más grandes. A pesar de que estaba herido, seguía utilizando su propio cuerpo como escudo para protegerla, igual que aquella primera noche. No lo hacía por dinero. Lo hacía porque creía que ella era suya. Finalmente, le hizo una señal para que se apartara y corriera hacia el coche. Ella lo pondría en marcha, pero ni muerta iba a irse de allí sin él. Con un grito estremecedor, Nicholas se volvió hacia los arqueros. Justo cuando iba a abalanzarse sobre el cobertizo donde estaban los duendes, ______ oyó una voz femenina que decía: —¿Nick? Éste se detuvo en seco, y una hembra salió de debajo, preguntándole al instante: —¿Se puede saber qué estás haciendo con la Vestal? Tenía el pelo largo y de color castaño, las orejas puntiagudas y una figura perfecta. Era etérea, y su rostro irradiaba luz. Y se conocían. Para variar, una hembra extremadamente hermosa conocía a Nicholas. Nix, Imatra, bueno, Imatra no... «¿Por qué todas las hembras a las que conoce son tan guapas?» —¿Por qué diablos me estabas disparando? —preguntó él furioso. —¡Después de todo lo que pasamos juntos, esperaba otra cosa de ti! —¡No sabía que eras tú! Habían pasado por algo juntos. Qué bonito. Nick fulminó a Miley con la mirada, y ella irguió la barbilla sin inmutarse. —¿Quién es? —preguntó ______ desde atrás. Sin apartar los ojos de Miley, que seguía con el arco listo para disparar, Nick respondió: —Miley, de los nobles duendes. En la última Búsqueda del Talismán le salvé la vida una docena de veces como mínimo. La duende enarcó las cejas. —Creo que yo también te cubrí la espalda, demonio. —¿Participaste en la Búsqueda del Talismán? —preguntó ______ con admiración, haciendo que Nicholas echará los hombros hacia atrás, orgulloso. Miley se dio cuenta de ello. —¿Cómo es que estabais aquí? —preguntó Nick, sintiendo que empezaba a marearse, pero ignorándolo de momento. —Me sentiría más cómoda si supiera cuáles son tus intenciones con ella —dijo Miley. —Utiliza el demoníaco —la interrumpió Nick ya en ese idioma. Miley hablaba todas las lenguas, y le respondió al instante: —Estás yendo con la Vestal hacia el escondite de un hechicero maléfico, Nick. Tarde o temprano las facciones iban a darse cuenta. —¿Vas a matarme para apoderarte de ella? —preguntó él entrecerrando los ojos. —¿Qué significa ella para ti? —Es... mía. Miley abrió los ojos sorprendida. —¡Te dije que no perdieras el tiempo con aquella bruja!, ¿a que sí? —Sí, sí —asintió él, preguntándose por qué sentía la lengua tan seca. La duende observó a ______. —Hum, ella te pega muchísimo más. Bueno, supongo que guardas un as en la manga; es imposible que estés dispuesto a entregársela a Groot. Eso parecía. ¿Por qué estaban todas aquellas hembras tan seguras de que sería incapaz de renunciar a ______? Nix, Imatra y ahora Miley. Porque no sabían lo profundo que era el hoyo en el que estaba metido. En vez de responder a su pregunta, Nick se limitó a decir: —He esperado novecientos años para encontrarla, Miley. —Lo sé —contestó ella. —Y me alegro mucho de que se haya terminado la espera. ¿Es posible que tu compañera ya lleve a tu bebé en su seno? Esas palabras lo dejaron petrificado, y el corazón retumbó en su pecho. Su compañera embarazada de su bebé. —Podría ser —mintió. La duende relajó visiblemente los hombros e hizo una señal a sus hombres para que se alejaran. —Entonces el guerrero será de los buenos. —¿De verdad lo crees así? —no pudo evitar preguntar Nick. —Algunas de las cosas que has hecho son... cuestionables, y a veces puedes ser amenazador y violento, pero no eres malvado. ¿Cuál es tu plan? —No puedo divulgarlo. No cuando eso podría poner en peligro a mi hembra. —Está bien —contestó Miley. —¿Necesitas nuestra ayuda? —Sí, haz saber a todos los de nuestro bando que no ataquen a ______. —Lo haré gustosa. —Y dime cómo supiste que debías venir aquí. —Teníamos un informante en el bar de Imatra —respondió. —¿Es posible que otros tuvieran acceso a la misma información que tú? —Es probable. Nuestro contacto no era un duende. Prestaba su lealtad a don dinero. Nick se pasó la mano por la frente, y le extrañó notársela empapada de sudor. —Tengo que sacar a ______ de aquí. —Ya regresaría solo al día siguiente a medianoche. —Vamos, princesa —dijo de nuevo en inglés. —Nos vamos. Con cautela, ______ se acercó a ellos. Dirigiéndose tanto a ______ como a Nick, Miley volvió a hablar: —Nuestros caminos se separan aquí, y confío en que la paz siga reinando entre nosotros. El demonio se encogió de hombros. —¿Qué son unas cuantas flechas entre amigos? —Ah, sobre lo de las flechas, Nick —dijo la duende haciendo una mueca. —Estaban envenenadas. —¡Envenenadas! —gritó Nick. —Joder, Miley! —¿Con qué veneno? —preguntó ______ preocupada. —¿Te han envenenado? El se volvió hacia ella. —No, me pondré bien. Pero me duele como... De repente, unas ráfagas de fuego cayeron sobre el demonio como cohetes. Las llamas lo envolvieron y el impacto lo lanzó por los aires. —¡Nicholas! —gritó ______ asustada, justo en el mismo instante en que uno de los arqueros gritaba: —¡Demonios de fuego en los acantilados! La carga que golpeó a Nicholas había sido disparada por uno de ellos. Su cuerpo seguía ardiendo al caer al suelo, envuelto en llamas. ______ corrió hacia él quitándose el abrigo. —¡Escudos arriba! ¡Disparad a matar! —ordenó Miley con su delicada voz a pleno pulmón, uniendo su arco al resto. Mientras ______ corría, se atrevió a mirar hacia el acantilado que había encima del puente. A través de la niebla, pudo ver a cuatro demonios con fuego líquido en las manos. Cuando llegó a donde estaba Nicholas, lo cubrió con el abrigo y golpeó las llamas para apagarlas. Cuando lo consiguió, retiró la prenda y se quedó mirando horrorizada las heridas en el torso del demonio. Sus manos habían... desaparecido, se habían fundido al apartarla a ella del fuego. Se le había quemado el pelo de la parte derecha de la cabeza, y tenía la cara completamente destrozada. Le faltaba un ojo, y aquello que veía seguro que era el hueso. —¡Largaos de aquí! —gritó Miley. Una lluvia de flechas cayó sobre los demonios, lanzadas por los duendes con su velocidad sobrehumana. —Nosotros los entretendremos. ______ asintió, a pesar de que no tenía ni idea de cómo meter a Nicholas en el coche. Se agachó para hacer que se apoyara en su hombro, como había visto hacer en la tele, y lo ayudó a levantarse. «Pero ¿qué...?» Lo consiguió sin ningún esfuerzo. —No me toques —gimió nicholas. O eso creyó entender ella. —¿Qué? —Veneno. —¡Ya hablaremos de esto luego! —______ había oído lo que había dicho Miley, y suponía que eso le supondría algunos problemas más tarde, pero ¡en aquellos momentos no podía pensar en ello! Al llegar al coche, metió al demonio en el asiento del copiloto, le colocó bien las piernas, y trató de no ponerse nerviosa al ver lo herido que estaba. Abrió la puerta del conductor y vio el vehículo de los duendes aparcado en la curva, bloqueando el paso entre las rocas. Giró la cabeza en la otra dirección. Una valla endeble, un puente poco estable, y un acantilado lleno de demonios. ¿Razonamiento lógico? «Este coche puede volar. Atravesar la carretera, ganar velocidad sobre el puente, y luego saltar por encima de los demonios...» Si el puente aguantaba. ¿Acaso no le había dicho Nicholas que el coche pesaba como un tanque? «No dudes... sigue tu instinto.» Se sentó al volante y le dio al start. «Necesito más distancia para romper la valla. Oh, Dios, oh, Dios...» Puso la marcha atrás y apretó el acelerador. —Voy a sacarte de aquí, Nicholas. Vamos a salir de ésta. Otra bola de fuego cayó justo detrás de ellos. Los demonios huían de las flechas de los duendes, pero seguían disparando desde las alturas. ______ pisó el freno, derrapando justo a centímetros de la columna de llamas. Nicholas salió propulsado hacia adelante, y se dio un golpe en la frente contra el salpicadero; eso pareció despertarlo un poco. —Joder! ¿Qué estás haciendo? —gritó. —¡Tratando de salir de aquí! —______ metió primera y volvió a pisar el acelerador. Los neumáticos chirriaron y el coche salió disparado. Sin apartar los ojos de la carretera, gritó: —¡Sujétate! —¡Cuidado con la valla! El parachoques delantero la rompió y la madera salió torpedeada hacia todos lados. Cayeron varios trozos, grandes como bates de béisbol, encima del parabrisas. Un segundo más tarde, el vehículo cruzaba el puente, cuya estructura tembló peligrosamente. Otro demonio lanzó una descarga al puente. Ríos de fuego corrieron por entre las tablas, elevándose y desplomándose luego... ______ sujetó bien el volante y enderezó el coche. «Casi estamos fuera, casi hemos llegado a donde están los demonios. ¡Puedo hacerlo!» El coche se caló. Atónita, vio cómo se detenían en medio del puente, a menos de treinta metros del final del mismo. —¡No, no, no! —Puso punto muerto y volvió a darle al start. Nada. —Nos hemos quedado sin batería... —gimió Nick. —¿Por qué? —gritó. —No lo sé. ¡Corre, ______! Ve hacia el bosque... sigue el río de vuelta. —No pienso dejarte. —¿Por qué no? —La miró con el ojo que le quedaba. —¡Porque... porque no! Así que dime cómo poner esta cosa en marcha. Otra explosión sonó por encima de sus cabezas. El fuego había devorado casi todo el techo de madera, dejando sólo el esqueleto que lo apuntalaba. ______ miró hacia el agua y supo lo que tenía que hacer. El estómago se le movía igual que la corriente que corría por debajo de ellos. —Nicholas, el río es nuestra única oportunidad... Se detuvo al ver que unos números iban apareciendo en el cristal empañado del parabrisas. ¡Uno de los fantasmas se estaba comunicando con ella! ______ tragó saliva. —nicholas —le susurró, —¿lo estás viendo? —Todavía... tengo un ojo. —¿Números? Parecen una latitud y una longitud. —¡Tenían la dirección del siguiente punto de encuentro! Lo memorizó con rapidez y le preguntó a Nick: —¿Estás listo para nadar? —Nunca lo conseguiremos —farfulló él, señalando con la barbilla el final del puente, donde había aparecido un demonio con la mano en llamas alzada, listo para disparar. ______ miró por el retrovisor y vio que otro demonio les bloqueaba la salida. No había escapatoria, no podían huir... De repente, la cabeza de uno de los demonios giró hacia un lado con un movimiento brusco, y éste cayó desnucado al suelo, con la mano apagada. El otro que tenían detrás sufrió el mismo desuno. ¡Los fantasmas! —¡Muchas gracias! —gritó ______ a los entes invisibles, y luego volvió a tratar de poner el motor en marcha. Nada. La madera de debajo del coche empezó a crujir, incapaz de soportar tanto peso. Una viga se rompió, luego otra. La estructura en llamas tembló y rugió a su alrededor. Esta vez, en el cristal aparecieron letras escritas con rapidez y pulso inseguro: «Exorcismo. Libéranos». —Oh, por supuesto —dijo Nick, asintiendo con todas sus fuerzas. —Traeré a quien pueda hacerlo tan pronto como me sea posible —les aseguró. Y, de repente, el coche se puso en marcha. Ella abrió mucho los ojos. Más letras en el cristal empañado: «Mete la marcha. Aprieta el acelerador». —¡Sujétate, Nicholas! No se movieron ni un centímetro. ______ miró por el retrovisor de su lado. La rueda trasera estaba girando sobre una viga de acero. Por el otro retrovisor vio que la otra rueda giraba a toda velocidad... sobre el aire. —Pisa a fondo —gimió Nick. —¡Dijiste que tenía tracción en las cuatro ruedas! —Pisó de nuevo el acelerador hasta el fondo. Las ruedas delanteras echaron humo. —Por eso... no hemos terminado en el agua. Los dos se quedaron pegados al respaldo de sus asientos cuando el vehículo salió disparado hacia adelante, rompiendo todas las tablas a su paso. Un muro de llamas apareció de repente a la salida del puente. —Oh, Dios, oh, Dios —murmuró ______, aferrándose al volante. —Hazlo. —Nicholas, si eres de los que rezan —dijo, —ahora es buen momento para hacerlo.
FIN DE MARATÓN. | |
| | | Miley_Princess Forista!
Cantidad de envíos : 85 Edad : 30 Localización : Manhattan,NY Fecha de inscripción : 12/02/2011
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 9th 2011, 15:31 | |
| dios juro que AMO esta novela, esta buenisima AME el maraton jajaja maldito nicholas me encanto en que quedo con un ojo mivi, dios ya se hacerca el momento en que traicione a la rayis :/ sigue porfa! | |
| | | Brigitte! Casada Con
Cantidad de envíos : 1062 Localización : Everywhere! Normally in Valencia- Edo. Carabobo Fecha de inscripción : 26/10/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 9th 2011, 16:02 | |
| Oh Dios mio!!!! AME LOS CAPITULOS... la nove definitivamente esta genial... no puedo esperar para que pongas otro capi!!! por cierto gracias por el maraton... P.D: SIGUELA!!!* | |
| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 10th 2011, 11:09 | |
| Esta novela es brtal, ahora hay entrenamiento de fútbol. Voy a verleees. Besitooos! | |
| | | Brigitte! Casada Con
Cantidad de envíos : 1062 Localización : Everywhere! Normally in Valencia- Edo. Carabobo Fecha de inscripción : 26/10/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 10th 2011, 15:50 | |
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| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 11th 2011, 19:28 | |
| ay me encantoo el marartooon ame a los fantsmitas | |
| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 12th 2011, 10:21 | |
| Quiereeen más. Comeenten mucho y varias personas. Entonces subiré. | |
| | | Brigitte! Casada Con
Cantidad de envíos : 1062 Localización : Everywhere! Normally in Valencia- Edo. Carabobo Fecha de inscripción : 26/10/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 12th 2011, 11:45 | |
| come on!!! siguela... que tengo que hacer tarea y estudiar... y asi puedo leer el capi y estudiar tranquilar despues!!! | |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 12th 2011, 13:20 | |
| siguelaaaa okis te comentaran solo que no hay muchas activas | |
| | | Miley_Princess Forista!
Cantidad de envíos : 85 Edad : 30 Localización : Manhattan,NY Fecha de inscripción : 12/02/2011
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 12th 2011, 17:21 | |
| sigueee!, no nos dejes asi, todas adictas a esta nove y tu no subes! jajajaja sigue! | |
| | | michelle_love_nick Nuev@
Cantidad de envíos : 7 Edad : 30 Localización : Venezuela Fecha de inscripción : 30/12/2010
| | | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 12th 2011, 19:39 | |
| sisisi siguelaa michelle si te recomiendo que cierres secion y borres el historial... yo lo hago cuando uso la de mi padre porque me quitaron la mia | |
| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 13th 2011, 09:49 | |
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| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 13th 2011, 10:53 | |
| CAPÍTULO 31 ____ El fuego envolvió el coche y rugió por encima de ____ y Nick. Y, antes de que les cayeran encima dos bolas más de fuego, durante un segundo pudieron ver el brillo de la noche. ____ esquivó la primera, y la segunda la atravesó con el coche, derrapando hasta frenar en la curva. Se atrevió a mirar a Nick, pero al instante deseó no haberlo hecho. El pánico la invadió. Tenía quemada casi la totalidad de la parte superior del cuerpo. Algunas heridas eran muy graves. No se parecía en nada a la criatura que había sido antes. Era como si se le hubiera fundido la piel. Pasó un minuto. —No nos siguen. —Otro minuto. —Debían de tener el coche aparcado en el otro lado del puente. O tal vez los duendes han conseguido eliminarlos. Notó un extraño y molesto olor, como de goma quemada. ¿Estaba saliendo humo de las ruedas traseras? Con tanta niebla, no era capaz de discernirlo. Pasaron cuatro minutos. — ¡Lo hemos conseguido, Nicholas! —dijo, resuelta a seguir hablando con él. — ¡Dios mío, eso ha sido una salvajada! ¿Has notado cómo temblaba el puente? Se ha desplomado detrás de nosotros igual que un castillo de naipes. Unos faros brillaron a lo lejos. — ¡Ahí vienen otra vez! ¿Por qué no se mueren? —Déjalos atrás... Puedes hacerlo... — ¡Cuenta con ello! —____ quitó la tracción para poder correr más. —Veamos de lo que es capaz esta preciosidad. Oyeron una explosión. El coche se balanceó. — ¿Qué ha sido eso? —Un pinchazo. Ahora... ¡haz el puto favor de abandonarme! Dejar a Nicholas era algo que ni siquiera iba a plantearse. Mantuvo el pie en el acelerador, luchando por controlar el volante, por seguir ganando metros... ¡Todos aquellos delincuentes de la tele aguantaban durante horas una persecución con una rueda reventada! « ¡Piensa, ____, piensa!» Hasta el momento, la carretera había sido bastante recta, pero ahora una curva muy cerrada aparecía en el horizonte. La autopista estaba flanqueada por colinas a ambos lados. Una idea empezó a formarse en su mente. —Nicholas, ¿de quién es este coche? —Nuestro... no —consiguió decir él. —Sólo quería asegurarme.
Desde su posición, apoyado contra un abedul en lo alto de la colina, Nick observó cómo ____ sacaba todas sus cosas del coche, concluyendo los últimos detalles de su trampa. Era imposible que aquello pudiera funcionar. Pero tenía que hacerlo... La vida de su compañera dependía de ello. Porque, por algún motivo, ____ se había negado a abandonarlo, y él no podía hacer nada para protegerla. El veneno de las flechas lo estaba devorando por dentro, y cuando su cuerpo trataba de expulsarlo, las sustancias químicas actuaban como ácido sobre sus quemaduras, evitando así que pudiera curarse. El mareo era constante. Veía puntos negros y tenía que hacer verdaderos esfuerzos para seguir consciente. Cada segundo le resultaba increíblemente doloroso. ____ corrió a su lado, y lo dejó todo en el suelo excepto la espada, que desenvainó. De cuclillas junto a él, se colocó el arma sobre las rodillas, lista para atacar. ¿De verdad sería capaz de matar a un demonio, o incluso más? ¿Podría tomar conscientemente la decisión de arrebatar una vida? — ¿Qué probabilidades tenemos? —preguntó ____. —Una entre quince —farfulló él. —Yo no sé si me arriesgaría. —Lo harías si no te quedara más remedio. El todo-terreno apareció zumbando por la carretera, los faros subían y bajaban según el vehículo avanzaba hacia ellos. Los neumáticos chirriaban en las curvas para luego volver a quedarse en silencio al llegar a la recta; entonces el conductor pisó a fondo el acelerador. —Ahí viene —murmuró ____. —Cinco... cuatro... tres... dos... uno. El conductor pisó el freno al ver el Veyron atravesado en su camino. Demasiado tarde. Sin ningún sitio hacia donde poder girar, el todo-terreno se empotró contra el carísimo coche, y el único demonio que lo ocupaba atravesó el parabrisas y salió volando por los aires. Al aterrizar contra el suelo, pudieron oír el crujir de todos sus huesos, tras lo cual, el cuerpo se deslizó por el asfalto, quemándose la piel. Terminó por detenerse, inconsciente, en mitad de la autopista. —Por esto es por lo que los inmortales también deberían ponerse el cinturón. —Mientras los rayos caían por todo el valle, ____ se levantó y blandió la espada de Nick. El oyó que le decía: —Quédate aquí. En seguida vuelvo.
Avanzó hacia donde estaba el demonio de fuego, inerte como si fuera sólo un montón de carne y huesos. Iba a matar a un ser indefenso, pero no había modo de evitarlo. El demonio estaba ya curándose, y una diminuta llama empezaba a arder en su mano lacerada. Aceleró el paso. Ahora entendía que Nick le hubiera enseñado que debía acabar con sus enemigos sin piedad. En pocos momentos, aquel ser podía amenazarla de nuevo. Se detuvo frente a él y levantó la espada por encima de su cuello. «No dudes.» Gritó y la bajó de golpe arrancando chispas del pavimento al cortarle la cabeza. «Ya está hecho. Tengo que superarlo.» Obligándose a no mirar atrás, corrió hacia el todo-terreno del demonio, rezando para que todavía funcionase. A pesar del humo provocado por la colisión, vio que todavía estaba en marcha. El pesado cabestrante que se localizaba en el parachoques delantero había protegido el motor, cabestrante que había partido el Veyron en dos. Y que ahora mantenía unidos a los dos coches en una especie de nudo de metal. Dejó la espada a un lado y cogió el artilugio para ver si podía desengancharlos. Tiró de él con todas sus fuerzas, atónita al ver que era capaz de levantar el peso del todo-terreno. El torno se soltó de golpe y un dolor le recorrió el brazo. — ¡Maldición! —Miró hacia abajo. Un trozo de metal le había hecho un corte que llegaba hasta el hueso. Se arrancó el dobladillo del jersey y se hizo un torniquete sobre la herida. Seguro que necesitaría puntos, pero por el momento no tenía tiempo de pensar en eso... Regresó junto a Nicholas y vio que estaba inconsciente. Le dio un vuelco el corazón, a pesar de que sabía que él no podía morir de ese modo. ¿O sí podía? ¿Había por ahí algún inmortal al que hubieran envenenado con flechas y quemado las extremidades superiores? Después de conseguir meter al demonio y todas sus cosas en el vehículo, ____ se sentó al volante. Puso la marcha atrás, pisó el acelerador y separó el todo-terreno del coche de un millón de dólares. Sin el apoyo del otro coche, el Veyron se dobló sobre sí mismo, igual que una de las latas de Red Bull de Nick... CAPÍTULO 32
Arrebatarle la cerveza demoníaca a un demonio cuando éste estaba quemado, herido, envenenado y metido desnudo en una bañera era realmente poco aconsejable. — ¡Devuélveme la maldita petaca! —le gritó, haciendo retumbar las paredes del diminuto baño del motel. —Si no tienes dedos con los que sujetarla —contestó ella, pasándole otra toalla húmeda por el torso. Igual que un niño pequeño, Nick le enseñó los dos dedos que había conseguido regenerar. —Está bien —suspiró ____. Cuando le pasó la petaca, él la aferró contra su pecho. —Pero más te vale ir con cuidado —añadió ella, serena. —He oído decir que tarda en hacer efecto. —Vete a la mierda. ____ ignoró el comentario, consciente de que para alguien tan orgulloso como Nicholas debía de resultar muy difícil estar en una situación tan vulnerable como aquélla. —Tendrías que haberme dejado... —Eres la persona de peor genio que he conocido. —Y tú me estás tratando como si me hubiera hecho daño de verdad —replicó él. Un comentario estúpido, teniendo en cuenta que seguía faltándole más de la mitad de la piel de la parte superior del cuerpo. Mientras conducía en busca de un motel discreto en el que poder esconder el vehículo robado, ____ se dio cuenta de que la piel del demonio empezaba a regenerarse. Pero entonces, exudaba parte del veneno que seguía en su organismo y la piel se volvía a ulcerar, para luego sanar otra vez. Después de conseguir una habitación, ____ ignoró las quejas de Nick, le quitó la ropa que le quedaba y lo metió en la bañera. Llenó la cubitera con hielo y agua para poder mojar en ella una toalla, se arrodilló junto a él, y le fue humedeciendo con cuidado la espalda y el torso, la vista apartada de sus partes íntimas casi todo el rato. Casi. El veneno tenía un tono azulado que hacía que se limpiase con facilidad. Lo único que deseaba era que dejara de aparecer. El dolor debía de ser insoportable. — ¿Por qué estás siendo tan... buena conmigo? —preguntó él con timidez, levantando la petaca para beber otro trago. —Porque estás herido, y porque necesitas mi ayuda. — ¿No es por lo que te he dicho antes? —inquirió de nuevo. Bueno, eso también. La confesión de Nick la había dejado desconcertada. Había dado una nueva perspectiva a todo lo que había sucedido entre ellos, y había hecho que aquellos coqueteos tuvieran cierto carácter de permanencia. Nick no se había encariñado con ella por casualidad, porque una misión los hubiera hecho coincidir, sino que la había buscado, y luego se había ofrecido voluntario para protegerla. —No es sólo por eso. —Empapó la toalla y le siguió limpiando el torso. Cuando él hubo vaciado la petaca, su piel ya no tenía rastros de veneno y había empezado a regenerarse a ojos vista. Seguro que al amanecer ya estaría curado. Al acordarse de que ella también estaba herida, ____ se quitó el improvisado vendaje del brazo y se quedó atónita. La piel ya había cicatrizado. «Si elijo seguir siendo una valquiria, podría quedarme con esta habilidad para curarme...» Frunció el ceño. «O unos demonios terminarán por quemarme viva por ser la Vestal.» —Creo que esto ya está —le dijo a Nick. —Será mejor que te meta en la cama. —Lo ayudó a levantarse, y, tratando de que no se cayera, le ató una toalla a la cintura. No porque él manifestara la más mínima vergüenza. Lo único que parecía molestar al demonio era el hecho de estar herido. — ¿Puedes sentarte? —le preguntó al llegar junto a la cama. —Es una de las primeras cosas... que aprendí de cachorro. —De acuerdo, voy a buscarte algo para la cabeza. Pero tan pronto como lo soltó, él se desplomó sobre las quemaduras de su espalda y gimió de dolor. — ¡Nicholas! Tranquilo... —dijo ella, ayudándolo a tumbarse en el colchón, para después cubrirlo con la sábana hasta la cintura. Cuando regresó con una toalla y la cubitera con agua helada, Nick estaba farfullando en demoníaco, como si se hubiera vuelto loco. ¿Estaba delirando a causa de las heridas, o era efecto de la bebida? —Nicholas, ¿estás borracho? —Ma... mareado. ____ se preguntó qué tal le sentaría que ella se aprovechara de su estado de embriaguez. De repente abrió los ojos como platos. ¡Debería hacerlo! Tenía tantas preguntas. Cuanto más pensaba en ello, más cuenta se daba que el demonio apenas había contado nada sobre sí mismo. Y era él quien había empezado con ese juego. «Ahora me toca a mí.» Se sentó a su lado. —Nicholas, ¿puedes oírme? El no abrió los ojos. —No me pasa nada... en las orejas. —Por supuesto que no. —Le colocó el paño empapado en la frente. —Bueno, tú y... Miley parecíais muy amigos. —Hemos pasado por muchas cosas juntas. — ¿Fuisteis novios? El se rió, aunque pareció más un gruñido. —Qué va. — ¿De verdad no te acostaste con Imatra? —Maldita sea, nooooo, no me acosté con ella. Es una lagarta. —Y entonces, ¿por qué la besaste? —continuó. —Para que me diera la dirección... y para saber. — ¿Para saber qué? —Cómo sería estar sin ti. «Muy interesante.» — ¿Y lo descubriste? El se rió con amargura. —Horrible. Será horrible. «Oh, Nicholas.» — ¿Hace un año que sabes que soy tu compañera? ¿Por qué me han elegido a mí? —El destino... elige a la persona que me hará más feliz. — ¿Te has acostado con alguien desde que te enteraste de que era yo? —le preguntó, mordiéndose el labio. —Lo intenté de mala gana con una bruja... pero ella quería a un hombre lobo. No lo podía disimular, ____ estaba celosa de esa bruja. Pero entonces Nicholas añadió: —Y yo te quería a ti. ____ empapó el paño con agua y, con cuidado, volvió a ponérselo en la frente. — ¿Por qué no viniste a verme, o trataste de hablar conmigo antes? —No podía estar con una humana... está prohibido. Las humanas nunca sobreviven a la tentativa. — ¿La tentativa? ¿Te refieres a la primera vez que se mantienen relaciones sexuales? Él asintió. — ¿Qué sucede entonces que es tan peligroso? —Me pongo en plan demoníaco. Te mordería... te sujetaría. Te mantendría inmóvil y te haría el amor. —Oh. —____ no sabía si estaba horrorizada o excitada. Otra vez él le recordaba que era un demonio, una especie distinta a la de ella. —Entonces, ¿no sería mejor para ti que yo me quedara como valquiria? ¿Para así poder sobrevivir a la tentativa? ¿Por qué me estás ayudando a dar marcha atrás al proceso de transformación? Él se quedó inmóvil. —No voy a hacerte mía. Lo tengo asumido. — ¿Por qué lo tienes asumido? —Sólo conseguiré que seas mía en mis sueños. Al ver que no iba a sacarle nada más sobre eso, decidió cambiar de tema. — ¿Tenías celos de mi relación con Tim? —Quería matar a ese imbécil... No es lo bastante bueno para ti. — ¿Y tú sí? —No... Ojala lo fuera —contestó él. —Te mereces algo mucho mejor que un mercenario. —Pero ¿acaso no eres también un príncipe? Nicholas volvió a quedarse inmóvil. —De un reino perdido... —En tono acusatorio, añadió: —Puedo conseguir que cualquier rey recupere su trono, excepto el que lo perdió por mi culpa. — ¿Qué trono perdiste? —El de Rydstrom —dijo, tras soltar el aire de los pulmones. — ¿Cómo? —____ estaba perpleja. La voz de Nick se volvió más ronca, incluso le cambió el acento al murmurar: —Fue culpa mía. Todo fue culpa mía. — ¿Cómo es posible que fuera culpa tuya? —Cometí un error. Quien controle el castillo... — ¿Qué significa eso? —Murieron todos. — ¿Quiénes, Nicholas? —No recibió respuesta. — ¿Rydstrom te culpa de haber perdido su trono? —Sí... siempre lo ha hecho. Y tiene razón. ____ se puso furiosa. ¿Su hermano mayor, el rey, había amargado la vida de Nick durante novecientos años? — ¿Por qué le diriges la palabra? ¿Por qué vives en su casa? ¿Por qué sigues siendo la otra mitad de los Woede? —Tengo que cuidar al rey. —Sí, sí, pero ¡no tienes que hacerlo para siempre! —... sería más fácil si pudiera odiarlo. La ira de antes dio paso al cariño y la simpatía que Nicholas le despertaba. — ¿Quieres odiarlo? —No lo consigo. — ¿Por qué? —Es mi hermano. Si le hacen daño... yo también lo siento. Es raro. —Trató de encogerse de hombros e hizo una mueca de dolor al tirarle la piel. —¿____? —Estoy aquí. —Me siento orgulloso de ti... Mi compañera es muy valiente —murmuró con la respiración cada vez más profunda. Sí, había sido muy valiente, había demostrado tener agallas, y había conseguido llevar a Nicholas, y a sí misma, a un lugar seguro. Pero eso no implicaba que estuviera dispuesta a volver a hacerlo. Se habían librado por los pelos. Y a lo largo de la batalla había habido muchos momentos en los que podría haber terminado muerta... Nicholas se había quedado dormido. Su poderoso pecho subía y bajaba a un ritmo constante. ____ se mordió el labio inferior y desvió la mirada hacia los cuernos. No pudo resistir la tentación y alargó una mano para acariciar el que tenía más cerca. Era suave, y lo recorrió con los dedos. ¿Cuándo se había convertido el temor hacia esa parte del cuerpo de Nick en fascinación? Le daba un vuelco el estómago cada vez que lo miraba. Lo quería... ¡No! No lo quería. No confiaba en sus sentimientos. Al final, terminó por obligarse a ir a darse una ducha, pero cuando estuvo limpia y con el pijama puesto se dio cuenta de que estaba demasiado despierta como para acostarse, así que empezó a pasear por la habitación. Luego abrió el ordenador para buscar la manera de llegar al siguiente punto de encuentro. Mientras estaba conectada, vio que, a pesar de que en California era ya medianoche, Tim también estaba navegando por Internet. Le sorprendió sentir que tenía ganas de hablar con él, de hacer algo normal. «Necesito un chute de normalidad.» ¿Debería llamarlo aunque fuera tan tarde? Entre duda y duda, pensó en lo afortunada que era de tener a alguien como su novio. Con él nunca tendría que preocuparse de que hubiera otra mujer, o de encontrarlo borracho. Eso era muy reconfortante. A ____ le gustaba la estabilidad. Le gustaba saber que su vida era predecible, los horarios estrictos, las clases en la facultad... Pensar en su antigua vida bastó para tranquilizarla un poco. Por el momento, lo único seguro de la Tradición era que nada era seguro. ¿Por qué iba alguien como ella a aceptar entrar a formar parte de un mundo tan caótico, tan violento? Y lo peor de todo, ¿por qué iba a querer preocuparse sobre si su hijo iba a ser bueno o malvado? ¿O por si iban a atacarla los demonios...? «Necesito una dosis.» Cogió el móvil y llamó a Tim. —¿____? —Respondió él al instante. — ¿Pasa algo? He visto que estabas conectada, y en Memphis son las dos de la madrugada. ¿Va todo bien con tu familia? —Sí. —Mentirosa. Mentirosa. —Todo va bien. ¿Cómo van las conferencias? —Todo iría mejor si tú estuvieras aquí. —Quizá vaya la próxima vez. — ¿Cuán difícil podía ser asistir a una conferencia, comparado con todo lo que había hecho aquella noche? Había esquivado bombas. Había matado... —Me encantaría que estuvieras aquí conmigo —dijo él. — ¿Estarás de vuelta en Nueva Orleáns cuando regrese? Eso dependía de dónde fuera su siguiente punto de encuentro. El que le indicarían las coordenadas dadas por un fantasma. Le entraron ganas de echarse a reír como una histérica, pero en vez de eso, respondió: —No estoy segura. Mañana te lo confirmaré. —Me he dado cuenta de que no has colgado nada nuevo. ¿Estás bloqueada? —Sí —suspiró ella. —Y es horrible. —Lo siento, ____ —dijo Tim. —Estoy aquí, por si quieres contarme algo. —Lo sé. Tú siempre estás a mi lado. —Él era de fiar. —Pareces... distinta. ¿Estás segura de que todo va bien? Te noto preocupada. Pues sí, lo estaba. —Tim, ¿qué te parecería si te dijera que quiero trabajar fuera de la universidad? Después de la graduación podría buscar trabajo en el sector privado. —Ya sabes que te apoyaré en todo lo que quieras hacer. —Dudó unos segundos. —Es sólo que... — ¿Qué? —preguntó ella. —A veces, tú... no se te da bien salir de la universidad. Era un modo muy delicado de decir que en algunas ocasiones le resultaba imposible hacerlo. — ¿Y si pudiera? —Estoy convencido de que puedes hacer cualquier cosa que te propongas. Pero tenía entendido que querías tener hijos. —Bueno, muchas mujeres trabajan en el sector privado y tienen hijos. —Eso es verdad —reconoció él, pero por alguna razón a ____ le sonó falso. — ¿Crees que no deberían? —Por supuesto que no. —Tim suspiró. —____, tengo la sensación de que buscas pelea. ¿He hecho algo mal? Se frotó la frente. Era ella quien había hecho algo mal, la que le había sido infiel sobre el capó de un deportivo, y, a pesar de todo, tenía la sensación de que debía estar enfadada con él. Y aunque ya sabía la respuesta, no pudo evitar preguntarle: — ¿Por qué nunca has insistido en que nos acostáramos? Tim tuvo un ataque de tos al oír la descarada pregunta. —Porque —respondió al fin, —tú estás muy en contra. —Pero ¿tú quieres hacerme el amor? —Por supuesto que sí, nena. Ahí estaba de nuevo esa palabra. ¿Por qué sonaba tan falsa? Nicholas sólo llamaba así a las hembras que no le interesaban. —Eres muy guapa y deseable —prosiguió Tim. «Entonces ¿por qué no me ha convencido para que nos acostáramos?» ¿De dónde salían esos pensamientos? ____ se había comprometido con Tim, y ahora sólo lo estaba cuestionando porque su vida estaba patas arriba. «No decidas nada hasta que todo vuelva a la normalidad. Mantén las constantes intactas.» Tim era un buen hombre. Cualquier chica sería afortunada de tenerlo a su lado. Incluso les había gustado a sus padres. « ¿O tal vez sólo les había gustado saber que tenía novio?» —Lo siento, Tim. No sé lo que me pasa. Te llamaré mañana, ¿vale? —No te preocupes. Todos tenemos días malos. El nunca los tenía. Después de colgar, ____ se quedó absorta, mirando la pantalla del ordenador. Aun en el caso de que decidiera romper con Tim, Nicholas no era la alternativa. Quizá el demonio fuera muy excitante y sexy... y divertido, pero una relación con él jamás funcionaría. Era demasiado impulsivo, sus cambios de humor demasiado radicales. Ella ni siquiera sabía si Nicholas era capaz de sentir amor para siempre. Y ____ quería vivir una historia de amor igual a la que habían vivido sus padres. Siempre había soñado con llegar a sentir algo parecido por Tim. «Entonces, ¿por qué no lo has conseguido en estos dos años? Te aferras a él porque tienes miedo.» « ¡Cállate, lado oscuro!» ____ quería una vida estable y normal. No iba a sucumbir. Lo que significaba que tenía que llegar cuanto antes al escondite de Groot. Centrada de nuevo en su objetivo, fue a la página del Google Earth. Después de determinar que el punto de longitud estaba a la altura de Idaho, empezó a mover el cursor en busca de la latitud. Más, más... Cuando alcanzó su destino, se quedó boquiabierta.
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| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 13th 2011, 10:53 | |
| Comeeeeenten y besitooos. | |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 14th 2011, 00:47 | |
| donde donde?? donde estaaaa para mi que tim le es infiel oalgo tal vez!!!!!!!! si tienes suerte le sera y asi romperan jaajja | |
| | | Luu_Nick_16 Casada Con
Cantidad de envíos : 1151 Edad : 32 Fecha de inscripción : 09/12/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 14th 2011, 03:01 | |
| uuuh. No lo sé. Acabo de volver de fieesta y estooy hipeer cansada. Bueenas nochees! | |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 15th 2011, 15:05 | |
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| | | Kellyana jonas Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 522 Edad : 30 Localización : Barcelona Edo Anzoategui Fecha de inscripción : 08/09/2009
| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) Mayo 15th 2011, 16:01 | |
| Hooolaaa!!! Nuevaaa Lectoraaa muy buena la novee!! siguelaa! | |
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| Tema: Re: Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) | |
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| | | | Deseos al Anochecer (Nick y tú) Hot (Adaptación) | |
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