Me sobra el mundo si te tengo a Ti... (Nick y Tú)

Hola! Escribí esta nove hace un tiempo y quiero compartirla. Espero que os guste.

Así empieza:


Tú: ______ (TN) María Pierce

Corrías. Corrías como si te fuera la vida en ello. De hecho, así era. Debías correr si no querías que te alcanzaran. Estabas en el bosque, no había una sola luz y llovía. Llovía muchísimo. De repente, viste algo. Era un niño. Un niño pequeño acurrucado bajo un árbol que lo resguardaba un poco de la lluvia. Te acercaste, te quitaste la fina rebeca que llevabas encima del vestido de verano con el que habías conseguido huir, y la colocaste sobre él. Estaba dormido, tendría unos ocho años.
Fue entonces, cuando oíste unas voces gritando:

X1: Franckie! Franckie!!!

oh PRIEMRRAAAA LECTORA!!
SIGURLAAA

Hey! Me encanta! Mi primera lectoraa!! Hahaha

Ahí te dejo el primer cap!

Tú: ________ María Pierce

Corrías. Corrías como si te fuera la vida en ello. De hecho, así era. Debías correr si no querías que te alcanzaran. Estabas en el bosque, no había una sola luz y llovía. Llovía muchísimo. De repente, viste algo. Era un niño. Un niño pequeño acurrucado bajo un árbol que lo resguardaba un poco de la lluvia. Te acercaste, te quitaste la fina rebeca que llevabas encima del vestido de verano con el que habías conseguido huir, y la colocaste sobre él. Estaba dormido, tendría unos ocho años.
Fue entonces, cuando oíste unas voces gritando:

X1: ¡Franckie! ¡¡¡Franckie!!!

Supusiste que alguien buscaba al niño. De entre los árboles apareció un matrimonio con una linterna.

Tú: Señora... ¡Aquí!
X2: ¡Oh, Dios mío! ¡Lo has encontrado!
Tú: Está dormido.

La lluvia empezaba a parar. El hombre cogió al niño en brazos y ambos te miraron.

X1: Gracias por ayudarnos.
Tú: No hay de qué, señor. Pero tienen que irse. Deben irse de aquí.

Sabías que él aún te estaría siguiendo. Entonces, se oyó un disparo. Fue muy fuerte y sonó muy cerca. Aquel matrimonio te miró preocupado, porque estabas totalmente empapada, sola en el bosque en mitad de la noche y tu vestido azul marino, casi negro, se había manchado de barro. Era uno de esos vestidos no muy arreglados, de los se ponen para pasear por el parque, a ti te encantaba usar vestidos. También llevabas un par de guantes puestos.
Tú siempre estabas fría, estabas helada, porque tenías la presión sanguínea más baja de lo normal, por lo que tu temperatura corporal también estaba más baja de lo normal (Es algo que me pasa a mí, se llama hipotensión). A tu tío le molestaba cuando te rozaba sin querer porque decía que parecía que estabas muerta, por eso te obligaba a llevar guantes, para que no lo tocaras con las manos.
Miraste al matrimonio con una suplica en tus ojos de que por favor se fueran cuanto antes.

X3: ¡¡_______!! ¡¡_______!! (Gritaba)

Aquel hombre salió de entre los árboles y tú miraste hacia abajo rendida. Te había encontrado. El hombre iba armado, llevaba su escopeta de caza en la mano. El matrimonio, al verlo, se asustó.

X3: ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen en mis tierras? (Dijo con una voz grave y ronca)

El señor del matrimonio se armó de valor y dijo mirándote:

X1: ¿Quién es este hombre?

Tú sabías que si intentabas decir la verdad para huir de él, él no solo te haría daño a ti, si no que también dañaría a aquel matrimonio.

X3: Yo soy su tío, ¿algún problema?

El hombre del matrimonio seguía mirándote a ti en busca de una respuesta:

X1: ¿Es eso cierto? (Te dijo preocupado)

Miraste al niño en brazos de la señora, aún dormía. Tú no querías que les hicieran daño.

Tú: Sí... Es cierto. (Susurraste mirando al suelo)

De hecho, sí que era cierto. Aquel hombre era tu tío Vernon. Era el viudo de la hermana de tu madre, un hombre de estatura media, delgado y sin mucha corpulencia. Tu tía, la hermana de tu madre, había muerto hacía unos tres años.

Tu tío: Bueno, están en una propiedad privada, así que ¡váyanse! (Gritó) Y tú... Vuelve a la casa. (Te dijo con una mirada asesina)

***Volviste al viejo rancho de tu tío. Él nunca te había hecho daño, nunca te había golpeado, pero no podías aguantar vivir más con él. Eras su esclava, hacías todo el trabajo y apenas te daba de comer. Vivía con su madre, una vieja gorda llamada Margaret a la que le encantaba darte pellizcos y latigazos con la correa que se usaba con el ganado. Él se había ido a vivir con ella al rancho después de que tu tía muriera, para no estar solo, pues no habían tenido hijos. Tú, pensando lo mismo, decidiste pasar una temporada con él, para que superara lo de tu tía. Pero entre él y su madre te hicieron la vida imposible desde entonces.
Era mediados de Agosto, llevabas con ellos desde el inicio del verano. Tus padres y tú fuisteis de vacaciones a E.E.U.U., un sitio al que siempre habías querido ir. Pero tus padres tenían que viajar a otros países por el trabajo de tu madre, que era decoradora de hogares. Muchos famosos habían pedido sus servicios y ella pensaba aprovechar el verano para llevar a cabo su trabajo. Te dijo que no podrías ir con ellos porque estarían trabajando casi siempre, fue entonces cuando decidiste quedarte con tu tío. Para desgracia tuya, tus padres habían desaparecido en uno de los viajes que hicieron. No había forma de saber si estaban vivos, ni forma de contactaras con ellos si así era. Tu tío aprovechó la situación para atraparte. No denunció la desaparición y no te permitía contactar con las autoridades para que buscaran a tu familia. Él se encargaba todos los días de recordarte que ahí fuera, no tenías a nadie, que estabas sola y que era inútil que escaparas. Te lo había repetido tantas veces que te lo habías empezado a creer... Hasta que te hartaste y empezaste a idear planes de huída.

***Un par de días después, lo volviste a intentar. Escapaste otra vez, pero, en vez de hacerlo en mitad de la noche, lo hiciste por la tarde. Aunque para cuando llegaste a los límites del bosque y encontraste la carrtera, ya era de noche.
Empezaste a caminar por la orilla de la carretera, en la dirección que te llevaría al pueblo. Llevabas el mismo vestido de la otra noche, ya que por tu intento fallido de huida, te habían encerrado en el desván con solo una pieza de pan y no te habían dejado salir. Habías escapado por la pequeña ventana, apilando unos muebles para alcanzarla, cuando sabías que tu tío Vernon y la gorda de su madre estarían durmiendo la siesta, y habías ido por los bordes del piso de arriba, arriesgándote a caer, caminado con la puntita de tus pies.
De repente un coche se detuvo a tu lado. Sentiste miedo y alivio a la vez. Podía ser alguien que intentara hacerte daño o alguien que te salvara. Te sorprendiste enormemente al ver que la persona que se bajaba del coche era la señora que habías visto la otra noche, la madre del niño que encontraste.

X: ¡Hola! (Dijo sorprendida)
Tú: Hola... (Susurraste con la voz ronca)
X: ¡Venía con la esperanza de encontrarte! Te traigo la rebeca que le pusiste a mi hijo y...

La señora se quedó callada mirándote de arriba a abajo. Se había dado cuenta de que llevabas el mismo vestido manchado de la otra noche y que tenías un aspecto cansado. Tú miraste hacia el suelo porque te daba mucha vergüenza admitir que necesitabas ayuda. Siempre habías sido fuerte e independiente, no necesitabas a nadie y podías valerte por ti misma. Por eso, encontrarte en esa situación no era nada fácil para ti.

X: Nena... (Te dijo cariñosamente) ¿Qué te ha pasado?


¿Qué le dirás a la señora?
Descúbrelo en el siguiente cap!

Nueva Lectora
me encanta
la historia es muy diferente
xfa siguela
sube cap

nueva lectora sige escribiedno
esta genial la nove
sube ptro cap

Nuueva lectooraaa.. siiguelaaa

Aaaww!! Me hace mucha ilusión que les gustee!!
Ya tengo cuatro lectoras!! Ahí les dejo el segundo cap!

Cap. 2

X: Nena... (Te dijo cariñosamente) ¿Qué te ha pasado?

Suspiraste y le contaste todo. Le hablaste de tus padres, de su desaparición y de que no tenías dónde ir porque estabas sola. Ella no podía creérselo, pero te ayudó. Te dijo que se llamaba Denisse y que te llevaría a su casa.

Tú: Señora... De verdad, no quiero molestarla. (Dijiste aún sin voz, no te gustaba que se preocuparan por tí)
Denisse: ¡No! De eso ni hablar, no me molestas. Vendrás a mi casa y mañana iremos a la comisaría. (Respondió mientras te arrastraba hacia la puerta del copiloto)

Por el camino fue preguntándote detalles de tu estancia con tu tío. Tú le ibas contando todo pero te fuiste callando al ver la cara de odio que puso cuando le contaste que no te daban de comer. Te miró por un momento y después volvió a concentrarse en la carretera. Te diste cuenta del enorme esfuerzo que hizo para no perder los estribos ante aquello.
Llegásteis a una casa blanca, muy bonita, en un barrio que tenía casas a ambos lados de la calle pero que estaban separadas unas de otras, cada una con su propio jardín. Entrasteis y por dentro, era mucho más bonita. Era tan acogedora que te hizo olvidar el horroroso rancho en el que habías estado.

Denisse: Ven arriba.

Mientras la seguías te diste cuenta de que siempre se dirigía a tí con una sonrisa. Y no estabas acostumbrada a ello, así que te sentiste muy agradecida.

Denisse: Tengo tres hijos más o menos de tu edad, aparte del pequeño, al que viste el otro día, por lo que no tengo ropa de chica, pero puedo prestarte algo mío para que puedas darte un baño.
Tú: Muchas gracias, señora.

Caíste en la cuenta de que debías tener un aspecto horrible y cuando te miraste al espejo del baño, así era. Suspiraste.

Denisse: No me digas señora, por favor. Llámame Denisse.
Tú: Está bien, Denisse.
Denisse: Mira, este vestido mío te estará ancho (Tú eras muy delgada) Pero si te pones este cinturón, podrás ajustarlo.
Tú: Gracias.
Denisse: Tarda lo que quieras. Mi marido ha ido a recoger a mis hijos al aeropuerto. Han estado de viaje.
Tú: De acuerdo.

Intentaste sonreír, pero no pudiste. Lo cierto es que tu nunca sonreías. No porque no quisieras, sino porque simplemente no te quedaban motivos. La gente podía decir: "¡Estás viva! ¿¿No es suficiente??" Pero, ¿para qué?, pensabas. ¿De qué sirve la vida si es una vida como la tuya? Sola, sin nadie a quien le importes... Al igual que nunca sonreías, nunca llorabas. Hacía años que te quedaste sin lágrimas. Tu madre solía decirte que te quedaste como la Mona Lisa, sin llanto y sin sonrisa.
Te diste un baño que te sentó de maravilla, te pusiste el vestido de Denisse y, la verdad es que no quedo tan mal. Era verde oscuro y el cinturón que te dio era dorado y ancho. Cuando terminaste de arreglarlo, el vestido casi parecía hecho para ti.
Bajaste y Denisse estaba en la cocina. Mientras te bañabas te había preparado un par de sandwiches. Al llegar, te mareaste, por no haber comido en mucho timepo. Tu problema de tensión hacía que cuando estabas mucho tiempo sin comer, o mucho tiempo pasando calor, o si te alterabas mucho con una pelea o algo, te marearas y ya te habías desmayado algunas veces antes. Lo peor no era desmayarse, si no la caída que venía después. La última vez que te pasó, te partiste el labio contra el suelo y te llenaste de moratones.
Tuviste que agarrarte del marco de la puerta para no caer.

Denisse: Pero, por Dios, ¿cuánto tiempo llevas sin comer? (Dije agarrándote preocupada)
Tú: Hace un par de días...
Denisse: Anda, siéntate y come. Después podrás irte a dormir.

Eran casi las once de la noche o así. Cuando terminaste, ya te sentías mucho mejor y acompañaste a Denisse arriba.

Denisse: Aún no he terminado de preparar la habitación de invitados, pero puedes dormir en la de mi hijo mientras.
Tú: ¿Estás segura de que no le importará que duerma aquí?
Denisse: No, para nada. Acuéstate y descansa.

Te metiste en la habitación. Era muy bonita y estaba bastante ordenada. Ni siquiera deshiciste la cama, te acostaste sobre la colcha y te quedaste dormida. Una hora después:

Paul: Denisse, ¡ya estamos aquí! (Dijo entrando por la puerta)
Denisse: ¡Oh, chicos! Mis niños, ¡cuánto os he echado de menos! (Dijo abrazándolos)
Kevin: Y nosotros a ti, mamá.
Joe: ¡Sí! ¡Sobretodo tu comida! Jajaja (Dijo abrazándola)
Nick: Joe, tu siempre piensas con el estómago. (Dijo negando con la cabeza)
Denisse: Bueno, pues entonces ¡vengan a la cocina a comer algo!

Los chicos subieron primero a dejar sus maletas en sus habitaciones. Denisse había olvidado que estabas arriba con la alegría de ver a sus hijos. A ti te sonaba mucho la cara de Denisse, pero no creíste posible que se tratara de ella, Denisse Jonas. Ella no te había dicho que sus hijos eran los Jonas Brothers. Tú eras fan de su música, pero desde hacia un par de años habías renunciado a ella. Antes te pasabas el día escuchando o tocando música: haciendo deberes, estudiando, en el coche con tus padres, incluso cuando te estabas bañando, siempre tenías tu MP4 puesto. Te compraste uno con 8 GB de memoria para poder meter todos tus discos favoritos, tenías millones de canciones. Vivías por y para la música. Pero desde que hace dos años te pasara una cosa terrible, dejaste de oírla. Nunca encendías la radio, si en la poca televisión que veías salía alguna canción, bajabas el volumen y en tu casa, tus padres siempre tenían el móvil en silencio.
Pero seguías llevando siempre tu MP4 encima. No lo usabas nunca pero, había sido muy importante para ti y siempre lo tenías en el bolsillo.

Nick entró a su habitación, soltó la maleta y se dispuso a bajar para ir a comer. Ni siquiera notó que estabas ahí. Pero se detuvo en seco en la puerta y volvió caminando hacia atrás. Y se quedó mirándote. Estaba admirándote. Tú eras hermosa, a pesar de que eras tan pálida que podías confundirte con la nieve, tu pelo era de un dorado oscuro que tenía unos reflejos tan dorados que parecían hilos de oro. Dormías boca arriba, con la cabeza medio daleada y tus manos sobre tu vientre. Una luz entraba por la ventana y alumbraba tus ojos cerrados de manera hermosa. Tu pelo hacia rizos grandes y ondas enmarcando tu cara.
Nick salió sin hacer ruido y fue a la habitación de sus hermanos.

Nick: ¡Hay una chica en mi cama!
Kevin: ¿Qué?
Nick: ¡¡Que hay una chica en mi cama!!
Joe: Hermano, estás fatal. ¿Cómo va a haber una chica en tu cama?
Nick: ¡Os digo que sí! ¡Venid!

Tú estabas acostumbrada a que tu tío te despertara de forma desagradable cuando te quedabas dormida por el cansancio de hacerte trabajar tanto, así que, se podía decir que dormías con un ojo abierto. Tu sentido del oído estaba súper agudizado, por lo que oías el más mínimo ruido a metros de distancia. Así que habías oído a Nick, por lo que cuando los chicos llegaron a la habitación, tú ya no estabas en la cama.

Nick: ¿Dónde está?
Joe: Lo has imaginado... (Dijo riéndose)
Nick: ¡No! ¡Ahí estás! (Dijo señalándote)

Estabas en una esquina de la habitación, oculta entre las sombras, no podían verte la cara. Estabas muy sorprendida al caer en cuenta de quiénes eran y de quién era Denisse.

Kevin: Oye, ¿quién eres? (Dijo sorprendido)

Intentaste huir y ellos te lo impidieron. Pero tu eras muy rápida. Eras como un gato: ágil, rápida y extremadamente silenciosa. Saliste de la habitación corriendo y bajaste en busca de Denisse. Ellos corrieron tras de tí y llegaron a dónde estabas. Te habías puesto detrás de Denisse y tanto su marido como los chicos la miraban en busca de respuestas. Tú susurrabas a sus espaldas:

Tú: Por favor, no les cuentes lo de mi tío, por favor... Inventa cualquier cosa... No quiero que lo sepan...

Ella suspiró y dijo:

Denisse: Chicos, esta es María. (Sacándote de detrás de ella para que todos te vieran) Es la hija de una amiga mía y va a quedarse aquí en casa durante un tiempo.


¿Qué pensarán los chicos de ti? ¿Les caerás bien? ¿Descubrirán tu secreto?
Descúbrelo en el siguiente cap!!

aayyy me encanta tu nove
me fascina
Xfa siguelaaaaaaa
esta super...¡¡¡¡¡¡
sube capiiiiii xfisss

jaja me imagiinooo corriendo y los chiicos atras qe riisaa xD siigueee!

Hey nueva lectora..! En realidad ya habia comenzado a leerla, epro no habia podido comentar.. Te digo q es bueniiiiisima... Siguela..

siguela

me dio risa XD
suige escribiendo porfa
como cambie de karla a mariaXD

jajajaja sii yo tamb cambiie de Carla a Mariia xD pero me guustaa siigueeeee!

Ay, chicas me emociona que les guste!!
Voy a dejarles el 3º cap!
Comenten mucho y así sigo subiendo! ^^

Cap. 3

Denisse: Chicos, esta es María. (Sacándote de detrás de ella para que todos te vieran) Es la hija de una amiga mía y va a quedarse aquí en casa durante un tiempo.

Todos se quedaron mirándote. Ahora que había más luz, podían verte mucho mejor. Eras alta, delgada e increíblemente hermosa. Todos te miraban boquiabiertos.

Paul: ¿Que amiga?
Denisse: Una que está de viaje. No sé por cuánto tiempo, pero María se quedará aquí hasta que vuelva.
Nick: ¿Y tenía que quedarse en mi habitación? (Dijo fríamente)
Denisse: No. Ya tengo lista la habitación de invitados. Puedes ir allí, María.

En ese momento, apareció desde la cocina Franckie, con un sandwich en la mano. Se quedó mirándote por un momento y se puso tras su padre con una expresión de miedo. A ti te dolió mucho eso. Lo cierto es que te encantaban los niños, pero parecías un fantasma en ese momento, no te extrañó que el chico te tuviera miedo.
Denisse te acompañó hacia la que sería tu habitación y te dejó un pijama suyo, que nunca usó porque se lo compró y le estaba pequeño. Era un simple short y una camisa de tirantas, negro con flores celestes. Te tumbaste en la cama, pero la verdad es que no dormías mucho. Así que dormiste solo un par de horas más.
Mientras abajo:

Kevin: Mamá, ¿de dónde ha salido esa chica?
Denisse: Ya os lo he dicho, es hija de una amiga. (Respondió usando la excusa que había improvisado)
Joe: Pero, parece que hubiera estado viviendo en una cueva... ¡Es tan pálida!
Kevin: Sí, pero... es muy bonita. (Dijo sorprendido)
Joe: Tienes razón, es preciosa.

Nick estaba callado mirando a la nada pensando en cuando te vio sobre su cama. Todos estaban sentados en los sofás de la sala.

Kevin: Nick, ¿tú qué opinas?
Nick: ¿Eh?
Joe: De la chica, ¿te parece bonita?

Todos lo miraban esperando su opinión, él estaba demasiado cansado y demasiado sorprendido.

Nick: No es nada del otro mundo... (Dijo levantándose malhumorado rápidamente) Estoy cansado, me voy a dormir. Buena noche.
Todos: Buena noche.

Todos se sorprendieron ante la reacción de Nick, pero lo dejaron estar. Él no pudo dormir bien esa noche. No hacía más que pensar en ti, la imagen de verte dormida en su cama no salía de su cabeza.

Nick: <¡Oh, basta, Nick! No es tan impresionante...>

***Al día siguiente, llevabas horas despierta en la cama y, a las 8 decidiste que ya habría alguien despierto. Te pusiste el mismo vestido de ayer, fuiste al baño a arreglarte y bajaste. Denisse ya estaba allí.

Denisse: ¡Buen día!
Tú: Buen día. ¿Puedo ayudarte con el desayuno?
Denisse: ¡Vale! Coge de ese mueble unas tazas, por favor.

Estabas ayudándo a Denisse con el desayuno cuando:

Tú: Vaya sorpresa...
Denisse: (Sonrió) Sí...¿Los conocías?
Tú: Claro... Su música es muy buena.
Denisse: Me alegro de que te guste. Eso me recuerda que he puesto tu MP4 en uno de los cajones de la mesilla que hay al lado de tu cama. Para ti va a ser un poco difícil vivir en una casa llena de músicos, ¿no?

Le habías contado a Denisse tu problemilla con la música, pero ahora le prometiste aguantarte. Podías ignorar la música que sonara y no estar pendiente de ella, te iba a costar pero lo conseguirías. Ella salió de la cocina.

Estabas lavando los platos de tu desayuno cuando alguien se acerca por detrás bostezando con los ojos cerrados, pone las manos en tu cintura en intenta darte un beso en la mejilla:

Kevin: Buen día, mamá...
Tú: O.O (Esquivándolo)
Kevin: ¡Ah! (Gritó)¡Dios! Perdóname, lo siento, ¡creí que eras mi madre!

Te habías apartado antes de que te diera el beso y lo mirabas asombrada. Él pobre estaba totalmente colorado y miraba al suelo con una mano tocándose la nuca nervioso, lanzándote miradas de disculpa. Negaste con la cabeza y le hiciste una señal con la cafetera que tenías en la mano, como preguntándole si quería.

Kevin: Sí, por favor... me ayudará a despertarme... y a no cometer más estupideces.(Susurró eso último, pero tú lo oíste)

En eso, Nick entraba en la cocina. Se paró en seco al verte allí. Tú lo miraste, pero, incapaz de aguantar la mirada fría que te lanzaba, miraste hacia el suelo. Kevin estaba ya sentado a la mesa tomándose su café. Nick suspiró y fue a sentarse junto a él.

Nick: Creí que había sido todo un mal sueño... (Susurró malhumorado)

Obvio tú lo oíste con tú súper oído, te sentiste mal y quisiste salir de allí corriendo. Cuando ibas a salir después de secarte las manos, Denisse entraba.

Denisse: ¡Oh! (Chocando contigo) ¿Ya te vas? (Asentiste) Te he lavado tu vestido y tus guantes. Toma. Guárdalos en la habitación. (En un tono más bajo) No podremos ir hoy a la policía. Me ha surgido una cosa, debo ir ha hacer unos recados con mi marido. (La miraste desilusionada) No te preocupes, en cuánto pueda iremos, te lo prometo.

Asentiste y ahí estaba, su infaltable sonrisa hacia ti. Te sentías inmensamente agradecida con ella, pero no te salían las palabras. Fuiste a llevar la ropa a la habitación pensando en una buena forma de agradecerle.

Kevin: Mamá, ¿la chica es muda?
Denisse: No, ¿por qué?
Kevin: Porque nunca he oído su voz. Nunca la he oído hablar.
Nick: Esa chica es lo más raro que he visto.
Denisse: ¿Podeis dejar de decirle "esa chica"? Tiene su nombre, ¿sabeis?
Kevin/Nick:

Te pusiste los guantes. Ya no por obligación, si no porque sabías que a nadie le agradaría el tacto frío de tu piel y, aunque eso te ponía triste, no podías hacer otra cosa. Bajabas las escaleras pensando en que quizás en el mundo no había nadie para ti, nadie capaz de quererte, que siempre estarías sola. Eso te deprimió. ¿Es que no merecías ni un poco de amor?

Tenías que admitirlo: Tú eras una mala persona. No porque quisieras, si no porque tenías que serlo. Pensabas que había tanta injusticia en el mundo, que tú solo te dedicabas a repartir un poco por él. Las cosas malas siempre le pasan a la gente que no se lo merece, sin embargo, las cosas buenas solo les ocurren a las que se merecen las malas. Tú podías llegar a ser un ángel con las personas que se lo merecían, pero era mejor para cualquiera no tenerte de enemiga. Eras capaz de cualquier cosa con alguien que se mereciera lo peor, y eso tus padres lo sabían. Intentaban controlarte y que nadie se metiera contigo, porque tenías mucha paciencia, pero cuando te hartabas, podrías hacer desaparecer a cualquiera. Por eso, por una parte pensabas que lo mejor era que te temieran, como Franckie. Aunque te doliera estar sola, todos las personas que se acercaban a ti, todas las personas a las que querías, terminaban saliendo heridos de algún modo. Habías llegado a la conclusión de que era mejor no querer a nadie, o al menos, no demostrarlo.
Le gente te decepciona. Menos tus padres, todos a los que habías querido alguna vez habían terminado abandonándote. Por eso cuánta menos gente quieras, menos decepciones. Y tú no podías permitirte querer a nadie más, no soportarías otra decepción después de todo lo que te pasó. Pensabas que la única forma de librarte de que las cosas malas te pasaran a ti, era que tú fueras la que hacía las maldades. Te habías hecho de hielo. Con un corazón de piedra, congelado, para no sentir nada más. Si haces creer al mundo que las cosas no te duelen, al final, terminas creyendotelo, y no te duelen. Pero cuando eliges vivir así, lo mismo que renuncias al dolor, renuncias a la felicidad. No sientes nada. Nada de remordimientos, nada de dolor, pero tampoco nada de alegría.

Estabas de pie en la sala cuando:

Denisse: María, mi marido y yo nos vamos, ¿de acuerdo? (La miraste desesperada. ¿No iría a dejarte allí sola con los chicos, ¿verdad?) No te preocupes, estarás bien. Quédate en tu habitación si quieres. Volveremos por la tarde. (Al ver tu cara de desilusión) Tranquila. Mis hijos no te molestaran.

Te quedaste allí plantada. La oíste advertirle a los chicos que no te trataran mal, y se fue.

En el coche, conduciendo Paul:

Paul: Denisse, ¿no es ella la chica del bosque? (Dijo serio. Denisse apretó los labios, él suspiró) ¿Qué pasó?

Denisse supo que lo había descubierto, así que no le quedó más remedio que contarle todo a su marido. Él entendió y le dijo que la ayudaría.
En la casa...



¿Qué pasará?
Estás sola con los chicos en la casa... ¿Te tratarán mal?
¿O intentarán ser tus amigos?
¿Conseguirás ganarte a Nick?
Descúbrelo en el siguiente cap!!
Bsts ***

=O comoo la dejas asiiii??? dios miio que pasaraa en la casaaaaaaa.. mii niiick sii es bordeee valeepero iiguual lo amooo hahahaha!
siiguee siigueee que me dejastes piicadaaa!

Buenaaaaaaaaaaaaaaa noveeeeeeeeeeeeeeeeee..! Jajajja..

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

sube otro cap
por que nick me trata asi?
sige escribiendo

si lo descubrire cuando lo postees...
asi que SIGUELA...¡¡¡¡¡
Pon cap me encanto...

Siguelaaaaaaaaaaa
quiero cappp
Nick es tan frio y seco conmigo
xfa iguelaaaaaaaaa

Me alegro de que les guste!
Comenten mucho para que siga subiendo.
Si me dejan muchos comentarios les subiré más caps!

De momento, ahí les dejo el número 4!!

Cap.4

En la casa:

Joe: (Llegando a la sala) ¡Hey! Hola. (Dijo mirándote amablemente)

Llegaron Kevin y Nick.

Kevin: Hey, oye... mmmm... ¿De dónde eres?

Te diste cuenta de que trataban de sacarte conversación. Joe estaba tranquilo y sonriente, Kevin parecía curioso por saber de ti y Nick... Bueno, él parecía muy incómodo y se notaba que no quería estar allí. Esó te entristeció y bajaste tu mirada al suelo.
La verdad es que Nick siempre había sido tu amor platónico. Aunque habías dejado de oír su música, seguías viendo todas la entrevistas que hacían y eso. Siempre habías soñado con el momento en que los conocieras, sobretodo a él, pero nada había sucedido como esperabas. Tú no eras la misma chica soñadora de antes y, aparentemente, Nick te odiaba.
"Esto va cada vez mejor", pensaste.
Kevin esperaba una respuesta por tu parte.

Kevin: ¿Cómo... te llamas? (No sabías dónde meterte, querías correr)
Nick: Esto es una perdida de tiempo... (Susurró para que no lo oyeras, cosa que no consiguió)
Tú: María. (Soltaste de repente) Mi nombre es María.

Mirabas a Kevin directo a los ojos para evitar las miradas sorprendidas de Joe y Nick. Tenías una voz preciosa. Habías conseguido aclarar tu voz ronca del día anterior descansando y bebiendo el agua que tu tío no te daba. Tu voz era suave, pero a la vez firme y clara. Hablabas bastante bajito, porque como tu oías hasta el más mínimo ruido, para ti el volumen bajo era normal.

Kevin:(Saliendo del trance) María... Es un nombre precioso. (Te dijo aún sorprendido)

Dejaste de mirar a los ojos de Kevin sin poder evitar pensar que eran hermosos. Al igual que tu oído, tu vista era excelente y podías ver claramente el color verde mezclándose con el celeste en sus ojos. Te parecieron preciosos. Los tuyos eran de un color verde intenso, mezclado con un poco de dorado claro en el centro y, eran grandes, con unas pestañas largas y tupidas. Nadie podía negar que eras hermosa. Eras una chica que no llamaba la atención. Siempre procurabas pasar desapercibida, con tu palidez y con ropa oscura y totalmente normal. Pero una vez se fijaban en ti, resultabas hipnotizante.
Os sentasteis en los sofás. Tú sola en uno, sentada en frente de ellos tres en otro.
Tenías la costumbre de mirar a las personas fijamente a los ojos, pero sabías que tu mirada intensa incomodaba a algunas personas, por lo que normalmente solo mirabas a la cara lo mínimo que exigía la buena educación.

Joe: ¿Y de dónde eres?
Tú: De España. Nací allí, peró vivía desde los doce años en Italia.
Kevin: ¿Y cuánto llevas aquí?

No te gustaba que se metieran mucho en tu vida, porque había cosas que nadie debía descubrir, pero sabías que ellos solo intentaban ser amables y solo sentían curiosidad por la extraña que estaba vivendo en su casa.

Tú: Estoy aquí desde principios de verano.
Joe: ¿Dónde están tus padres?
Tú: "Ooops, tema complicado" Viajando.

Nick miraba hacia el suelo de un lado en todo momento. Desviaste la mirada y te topaste con un enorme piano negro en la sala contigua.
Lo mirabas embobada. Tú tocabas el piano antes. Pero al igual que dejaste de oír música, dejaste de tocarla. Te invadió una angustia enorme porque hacía mucho tiempo que no veías un piano así. Habías aprendido a controlar tus emociones, pero ver un piano de nuevo, después de meses, hizo que el agujero en tu pecho se abriera.

Kevin: ¿Tocas?
Tú: (Nick levantó la cabeza) No. (Dijiste recuperándote)
Nick: (Volvió a agachar la cabeza) No hace nada interesante... (Susurró)
Joe: ¿Decías, Nick?
Nick: (Mirándolo) No, nada.
Tú: (Incapaz de aguantar un minuto más allí) Voy a... Ordenar un poco la habitación.
Kevin: Aaamm... Mi madre nos ha dejado algo de comida en la nevera, solo debemos calentarla. ¡Es pasta! ¿Te... te gusta la pasta?
Tú: Mmmm... Claro.
Kevin: Pues, en un rato te aviso para comer, ¿de acuerdo?
Tú: (Ni en broma querías comer con ellos, te morirías de vergüenza) De acuerdo. (Ya inventarías alguna excusa)

Kevin te avisó para que bajaras pero le dijiste que no tenías hambre. Unos hombres habían ido a la casa para subir el piano al estudio, puesto que no se quedaría en el salón. El estudio estaba en el piso de arriba y era donde guardaban todos los instrumentos y donde los chicos ensayaban sus canciones, un santuario para la música, en definitiva, el lugar al que evitarías ir a toda costa.
A la tarde viste que Denisse aún no regresaba y se te había ocurrrido un forma de agradecerle. Saliste de la habitación para preguntarle a Kevin si su madre había dejado algo preparado para la cena, porque tú la prepararías esa noche. Prepararías una cena riquísima como agradecimiento.
Al salir de la habitación, escuchaste música. Alguien estaba tocando el piano. Bajaste corriendo para no oírlo, pero la melodía seguía en tu cabeza. Intentaste pensar en otra cosa.
Kevin y Joe hablaban en el sofá de la sala. Te acercaste a ellos y...


Ahí les dejo!!
¿Qué ocurrirá con los chicos?
¿Cómo le agradecerás a Denisse?
¿Conseguirás llamar la atención de Nick?
Lo descubrirás si sigues leyendo!!
Bsts ***

Me encanto el capitulo Maria... Ahhhh siguela...