Recuerdos de una mente sexual (Nick y Tu) (súper hot)

El dio un golpecito con su pulgar sobre tu

pezón y gemistes.

Pero para eso era la caricia.

Repentinamente, el líquido mojado y caliente, goteó por el pliegue de

tus nalgas, siguistes por el pulgar grande de Nick que te frotaba sobre tu
ano.
te estremecistes, tan grande fue su anticipación. Nick te dio otro

empuje poco profundo de su p*n* , y esperó ansiosamente que se desatara
una tormenta.

— ¿Lista, princesa? —Preguntó.

— Por favor, Nick. —Implorastes. tus paredes ya convulsionadas alrededor
de su pene.
Él se abalanzó, enterrándose por completo dentro de tu vagina, al

deslizar sus dedos de forma juguetona por tu cuerpo.
Luego el chupó duramente tu clítoris.

El calor, los dedos, la lengua, y el p*n* te meciron, te giráron en

espiral hasta que tu pensamiento sólo fue consciente de la necesidad

desesperada por escalar sobre su cuerpo.

Su respiración salía en gritos de asombros desiguales, su voz gruñía al

mismo tiempo que , explotóban, ambos en la

remontása cima del deseo.

te hundistes encima de Nick, quien se movia encima de ti, riéndose.

— Casi me sofocas hasta morir. —Se quejó alegremente.

Gruñistes , demasiado desesperada para hablar, aún llena con la

erección rugiente de Nick.
— Eres el mejor dijistes

— Luchando por la necesidad de tragar saliva, fijastes osadamente la vista en los ojos de el. sintistes más que la

audacia de esos labios, sensuales y perfectamente esculpidos, descender hasta los tuyos. “Bien hecho, a los hombres le gustan salvajes en la cama” eso es lo que diria dei en estos momentos pensastes..


— Tratastes de disimular una sonrisa de glora, todo esto te habias perdido hace tiempo.

— Ya veias por que tus amigas adoraban el sexo.

— Comenzastes a sentir mas y mas adrenalina

— con labios calientes que deslizaban a lo largo de tu cuello.
— No he acabado contigo.
gemistes.
— Difiristes. Me has acabado.

Él se rió, un retumbar que sacudió con fuerza su p*n* dentro de ti.
.
Él retiró su erección de una forma bastante lenta.

murmurastes una protesta ininteligible por la pérdida de su calor y la
conexión.
Él te puso de espaldas, y luego bajó hasta que te cubrió totalmente con

su cuerpo. Deslizando una pierna entre la tuya , te abrazó, colocándose

adentro, su p*n¨* descansado, mojado y pesado en tu vientre.
Sus manos alisaron suavemente tu pelo de tu cara.

— ¿No sabes que estás hecha para mi?

le concedistes que debía ser verdad, pero no serviría en nada decirselo.

Tu volverias a tu casa, a tu trabajo a tu vida. y el haria lo mismo o eso era lo
Que pensabas.
Te Mordistes los labios, te alegrastes de estar a oscuras cuando una

lágrima caia hacia abajo por el lado de tu cara.
Lo intentó como pudo, pero

no podía negar el creciente anhelo dentro de ti de entregarte a aquel hombre,
en cuerpo y alma.
En lugar de hablar, fijastes la vista en sus labios, encontrando los de él

infaliblemente, besándoselos con todo el deseo de tu corazón.

Nick tiernamente te penetró, meciéndose en un ritmo parejo,

confortándote, pero encendiendo el fuego depositado de su pasión.

levantastes tus piernas para rodear su cintura, sujetándole

apretadamente contra sí, y juntos encontraron el deseo y el extrasis mas grande que los llevo directamente a la cima.