+Chapter one:
-Part one.
-¿Crees que sea buena idea? –dejé la última caja en el piso.
-¿Y todavía lo preguntas? –me miró –por supuesto, podremos estar más tiempo juntos.-
-Gracias por todo lo que has hecho por mi Nick. Especialmente por lo de Riley–recalqué el nombre.
-Riley –suspiró y me tomó de los hombros –Estaremos juntos, y todo volverá a ser como era antes –me regalo una pequeña sonrisa. Esa sonrisa característica de los Jonas que se me hacía muy familiar.
Seguí desempacando mis cosas, las cuales no eran muchas, pero las cuidaba delicadamente. Mientras Nick fue a pedir pizza y algo para tomar, eran las 5 de la tarde y todavía no almorzábamos.
Tomé una de las últimas poleras que quedaban en mi maleta y de repente todo volvió a mi mente. Riley con una chica, en nuestra habitación. Maldición, ¿Por qué lo había hecho? Yo había dado todo por él y ahora, lo único que me quedaba era su vieja polera favorita entre mis manos. Gracias al cielo, Nick estuvo en todo momento conmigo, apoyándome. Sin él, quizás que hubiera hecho. De seguro hubiera cometido cualquier estupides como siempre. Salir con él fue el primer error, después todo fue empeorando pero estaba tan ciega de amor que nunca lo vi. Deje la polera al fondo de todo el ropero, y me senté en el piso; Aún lo amaba, tanto que dolía respirar y me odiaba por ella. Era otra chica estúpida en el mundo, una muy tonta.
Miré por la ventana y vi un bonito día en New York. Suspiré y me dispuse a levantarme, no volvería a ponerme mal por él, no lo merece.
-¿Nick? –pregunté desde mi nueva habitación. No lo había escuchado desde hace ya varios minutos, y lo menos que quería en esos momentos era estar sola.
-Estoy acá –gritó desde la cocina. Caminé hacía esa dirección y lo vi ordenando la mesa.
-¿En qué te ayudo? –me puse a su lado mientras tomaba mi pelo en un moño alto. De repente sonó el timbre de la puerta.
-En eso- río -¿Podrías ir a recibir la pizza?-
Asentí y tomé el dinero que Nick había dejado sobre la mesa. Se lo entregué al pelirrojo tras la puerta y tomé la pizza, la abrí y el olor inundo mis fosas nasales. Se me fue imposible no correr hacia donde se encontraba Nick.
-Huele delicioso.
Él aguantó una carcajada al verme y nos sentamos a disfrutar de nuestro rápido almuerzo.
-¿Y Alisson? –su mirada se levantó del pedazo de pizza que sostenía en sus manos y la depositó en mi e hizo una pequeña mueca. -¿Nick?-
-Ya sabes, lo de siempre. Queriendo tener a todo el mundo a sus pies…-
Bufé mientras dejaba mi vaso sobre la mesa. -¿Y aun así… -lancé un suspiro- la quieres a tu lado?-
-Sí, o puede que no, la verdad estoy muy confundido –apoyó sus manos en la mesa- no quiero lastimarla.-
-Como si ella no lo hiciera contigo –lo miré directo a los ojos.
*
La miré muy sorprendido, pero al final, ella tenía razón. Iba a decir algo cuando sonó nuevamente el timbre.
-Tu turno –se limitó a decir mientras recogía las cosas que habían sobre la mesa.
Me paré rápidamente y fui hacía la puerta, cuando vi a la persona que estaba frente a mí, se me tensó la mandíbula.
-¿Qué haces aquí? –le pregunté.