|
| Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA | |
| | Autor | Mensaje |
---|
Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| | | | - Galletas&Leche - Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 27 Localización : Soñando Despierta. Fecha de inscripción : 02/02/2011
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA Enero 8th 2013, 10:22 | |
| ¡Oh Dios Mio! ¡Subelos ya! ¡Que emoción! ¡Sigue, sigue, sigue! ¿Si? ¡Vamos, más! | |
| | | Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA Enero 8th 2013, 11:00 | |
| Maratón 1/3
Capítulo 41 —Me estoy muriendo... —gimoteó ______, inclinándose sobre el orinal.
—Vuestro malestar no es incurable —dijo Omar, trajinando en torno a ella—. Si coméis este trozo de torta de pan os sentiréis aliviada.
—No me hables de comida —gimió ______—. He tenido una pesadilla horrible.
Estaba en la playa, al pie del castillo, y de pronto apareció una berenjena monstruosa rodando por el monte... —Se interrumpió. Sentía náuseas de sólo pensar en la berenjena. Volvió la cara hacia el orinal y se estremeció con una arcada.
Omar se cubrió la boca y tragó saliva. El estómago se le revolvía de ver a su señora en ese estado. Repentinamente Nick irrumpió en la alcoba y vio a su esposa vomitar en el orinal. Se apresuró y le sostuvo la frente con ternura.
Cuando cesaron,, las arcadas, ______ se apoyó contra sus piernas.
—Por favor, haz venir a un sacerdote... —le suplicó.
Nick miró a Omar desconcertado, arqueando una ceja, y éste sonrió, asintiendo con la cabeza. Una sonrisa de satisfacción iluminó el rostro del príncipe.
—No habrá sacerdote —dijo—. Tras tantas semanas de silencio, ¿por qué pides uno ahora?
—¿Me negarás los últimos sacramentos de la Iglesia?
—No te estás muriendo.
—Ya lo creo que me estoy muriendo —gimió ______.
—Vivirás una larga vida —le aseguró Nick, acariciándole la cabeza—. Confía en mí.
______ se incorporó lentamente y lo miró a los ojos.
—Cómo osas decirme cuándo voy a morir.
Nick soltó una carcajada.
—¿Te atreves a burlarte de una moribunda? —exclamó ______ con un énfasis sorprendente.
—Debería comer un trozo de pan por las mañanas antes de levantarse —le dijo Omar al príncipe—. Evita el mareo.
—Los muertos no pueden comer —musitó ______ con tono melodramático.
—Comerás el pan —le ordenó Nick —, o atente a las consecuencias.
______ perdió los estribos. Cogió la torta de pan y le dio un mordisco.
—¿Te sientes feliz atormentando a una moribunda? —le espetó cuando hubo tragado.
Nick la cogió entre sus brazos y la acarició con dulzura. ______ no opuso resistencia y, al cabo de unos momentos, dijo:
—Vaya, creo que me siento mejor.
—Demos un paseo por el jardín —propuso Nick —. Eso te repondrá del todo.
—Me siento demasiado débil... —repuso ella—. Más tarde, quizá.
—El aire fresco te reanimará —insistió él—. Además, te tengo reservada una sorpresa.
—¿Una sorpresa? ¿Qué clase de sorpresa?
Nick le dio un toque en la nariz y dijo:
—Ven y lo averiguarás.
—El aroma de las flores me dará náuseas.
—En ese caso te sostendré la cabeza para que vomites tranquilamente.
—No le veo la gracia.
Al final, ambos salieron y pasearon por el jardín. Cuando llegaron al muro de piedra, Nick le cogió la mano y la llevó detrás de unos matorrales.
—Por aquí, princesa—dijo.
Tras unos setos había una puerta de madera, y de pronto ______ se encontró fuera de la muralla del castillo. Cogidos de la mano, ambos bajaron por el camino que llevaba a la playa.
Argos corrió por la arena en dirección a ellos. En su excitación, el perro se abalanzó sobre ______, pero Nick lo contuvo.
—Siéntate —le ordenó Nick.
Argos lo hizo y meneó la cola.
—Buen chico —le dijo Nick, acariciándole la cabeza. Cogió un palo y lo lanzó lejos. Argos se precipitó tras él.
—Descansemos en esta roca —sugirió Nick, sentándose.
______ se sentó a su lado y aspiro la brisa marina.
—Hoy la marea baja huele maravillosamente. Bien, dime cuál es esa sorpresa.
Nick sonrió y anunció:
—La flecha ha abandonado el arco.
—¿Qué significa...? —______ se sintió desconcertada.
—Tu destino está sellado, mi princesa.
—¿De qué estás hablando? ¿Y dónde está esa sorpresa?
—Ahí —dijo Nick, y su mirada bajo hasta el vientre de su esposa.
______ miró alrededor.
—¿Dónde?
Nick la atrajo hacia sí y hundió su mirada enamorada en los ojos verdes de ella.
—Tienes náuseas por las mañanas, princesa. Llevas mi hijo en tu vientre.
—¿Estoy embarazada? —exclamó ______, llevándose las manos al vientre.
Ante la mirada alegre de su esposo, se levantó con los ojos clavados en su barriga. «¿Es cierto?», se preguntó, pasándose la mano por el vientre. De repente sintió una intensa felicidad: en su interior nacía una nueva vida, el hijo de su esposo... Y a continuación la embargó una ola de nostalgia. Se volvió hacia su esposo y dijo:
—Nunca más volveré a ver a mi madre, y ella nunca conocerá a su nieto.
Nick sabía que las mujeres preñadas eran extremadamente sensibles y requerían un trato cariñoso. Se levantó y la miró con amor.
—Prometo llevarte de visita a Inglaterra. Mientras tanto, escríbele una carta larga y yo te garantizo que la recibirá.
Conmovida por aquellas palabras, ______ lo acarició en la mejilla de la cicatriz y, para su propia sorpresa, rechazó el ofrecimiento:
—Si mi madre se lo exige, el sultán me hará volver. Tú mismo lo dijiste.
—Sólo si así lo deseas tú —repuso él—. Si te dan a elegir, te quedarás conmigo porque me amas.
Nick bajó la cabeza, y la besó dulcemente.
—Eres mi amada esposa —murmuró.
—¿Estás seguro de que estoy embarazada? —preguntó ______, embelesada por el cariño de su marido—. ¿Cómo lo sabes?
—Omar lleva el control de los asuntos importantes —aseguró Nick —. Es su deber saber con certeza este tipo de cosas.
______ se sonrojó al pensar que aquel hombrecillo llevaba la cuenta de sus ciclos menstruales.
Nick llamó a Argos con un silbido y el perro corrió por la arena hacia ellos.
—Creo que es la hora de tu siesta —le dijo a ______.
Con el brazo rodeándole el hombro, el príncipe y la princesa volvieron hacia el jardín. Nick se detuvo cuando llegaron a la puerta de la alcoba y dijo:
—Argos, quédate aquí.
El perro obedeció.
Una vez dentro, Nick acompañó a su esposa hasta la cama y se sentó a su lado.
El eunuco estaba sentado en un extremo de la habitación.
—Cuando despierte —dijo ______ a Omar—, quiero dos huevos duros y un trozo de pan.
Omar miró al príncipe con el rabillo del ojo.
—¿Queréis decir dos yemas de huevo? —preguntó a su señora.
—No; me refiero al huevo entero.
—Pero la clara no os gusta...
—Me obligaré a comerla porque tal vez sea buena para mi bebé —murmuró ______.
Con una sonrisa. Omar los dejó a solas. Si conseguía sobrevivir a los caprichos de su ama embarazada, podría considerarse afortunado.
—Duerme tranquila —susurró Nick, besándola en la frente—. Estaré en el jardín trabajando. Llámame si me necesitas.
______ asintió y cerró los ojos. Antes de que él saliera de la alcoba ya se había dormido.
______ durmió varias horas. Al despertar, tornó los huevos duros y la torta de pan. Luego se bañó y decidió salir a tomar un poco de aire fresco.
El sol del atardecer ya trazaba largas sombras en el jardín. Seguida de Omar y Argos, ______ paseó tranquilamente por los senderos del jardín con Kemal acurrucado en sus brazos. Parloteaba sin cesar, como si el bebé entendiera cada una de sus palabras.
—Dios... quiero decir, Alá... bendijo a tu padre con el maravilloso don de la jardinería —le dijo al bebé, que no apartaba sus grandes ojos del rostro de ______—. Esto es una verbena, y esto... no me acuerdo. Pero huele bien, ¿verdad? Y ahí está el jardín de hierbas de tu padre.
—Descansad, princesa —graznó Omar, afanándose en torno a ella corno una gallina clueca. Puso un taburete bajo un ciprés al fondo del jardín—. Decidme si tenéis frío y os iré a buscar una manta. El frío es malo para el bebé que lleváis en el vientre.
______ elevó los ojos al cielo. Omar se estaba poniendo insoportable, pero prefirió complacerlo y se sentó. Argos se tumbó junto al taburete y empezó a soltar gañidos.
______ acomodó al bebé en sus brazos para que pudiera ver al perro.
—Este tipo tan simpático es Argos, que te protegerá de todo mal. —Acarició al perro en la cabeza y dijo—: ¿Verdad que sí?
Argos meneó la cola y ladró. Kemal se sobresaltó y soltó un chillido.
—No te preocupes. Perro que ladra no muerde. Son sus besos lo que te matarán —rió ______, acariciándole la mejilla al bebé—. En mi vientre crece otro bebé, una princesa para que la protejas. Tu padre no lo sabe pero voy a llenarle la casa de niñas.
El sonido de una risa masculina impregnó el aire. ______ levantó la vista y sonrió al ver a su esposo a pocos metros de ella. «Qué apuesto es», pensó.
El amor que emanaba de la mirada azul de Nick fluyó hacia ______. Él se acercó con paso lento y preguntó:
—¿Piensas llenarme la casa de un montón de hijas exigentes que no dejen de incordiarme?
El sonido de risas femeninas y masculinas llenó el aire. Había al menos dos personas tras los setos que bordeaban el sendero.
—¿Quién te acompaña? —inquirió ______, intentando echar una ojeada más allá de su esposo.
—Es una sorpresa agradable.
Joe y Miley se dejaron ver y avanzaron hacia ella.
—¡Querida prima! —Con el bebé en brazos, ______ echó a correr hacia Miley.
Nick se precipitó tras ella y cogió a Kemal.
______ se lanzó a los brazos de Miley, hundió el rostro en su hombro y sollozó de alegría.
—He peleado con uñas y dientes para llegar hasta aquí —bromeó Miley—. Pensé que te alegrarías de verme.
—Me alegro muchísimo. —______ hizo un esfuerzo por contener el llanto y se enjugó las lágrimas de las mejillas.
—Felicidades por tu próxima paternidad —dijo Joe, dándole una afectuosa palmada en la espalda a su amigo.
—Vamos dentro a refrescarnos un poco —propuso ______, cogiendo el bebé de brazos de su esposo—. Éste es nuestro hijo adoptivo, Kemal.
Joe miró a su amigo, desconcertado, pero los ojos de Nick le advirtieron que guardara silencio. Ya le explicaría la situación cuando estuvieran a solas. Al fin y al cabo, Joe le había salvado la vida y los dos amigos no albergaban secretos entre ellos.
El castillo de la Doncella no disponía de un salón para huéspedes, así que los cuatro se dirigieron a los aposentos de Nick. Allí se pusieron cómodos sobre los cojines que rodeaban la mesa y hablaron distendidamente.
—Lana se ocupará de Kemal —dijo Omar, cogiendo al bebé de brazos de su madre—. Traeré un refrigerio.
—Le escribiré una carta a mi madre —dijo ______ a su prima—. A la tuya también podemos enviarle una. Mi esposo me ha prometido que la recibirá.
—Excelente. —Miley miró de soslayo al príncipe y susurró—: ¿De verdad estás bien?
—Tengo náuseas por las mañanas —comentó ______—. ¿Sabes qué? Nick me va a llevar de visita a Inglaterra. Y cuando estemos allí intentará vengar la muerte de mi padre.
—Diez años es mucho tiempo —observó Miley—. ¿Cómo podría encontrar a los asesinos?
—Por difícil que sea, mi esposo podrá hacerlo. —______ miró a Nick con una sonrisa—. ¿Verdad que sí?
En ese momento Omar regresó con uvas, higos, queso de cabra, boza y agua de rosas.
—Mi esposa es la nueva heroína del Imperio —dijo Nick —, desde que desenmascaró a los conspiradores que tramaban el asesinato de Kevin.
—Cuéntanos la historia —pidió Joe.
—Un día mi madre llevó a ______ y a Tynna a los bazares —empezó Nick —. Un asesino atacó a Denise, pero mi esposa detuvo el golpe mortal con la mano.
—Mirad —dijo ______, mostrándoles la mano derecha.
—Por su valentía. Kevin nos invitó al palacio de Topkapi —prosiguió Nick —. Y allí, mientras jugaban...
—Al escondite —aclaró ______.
—Un juego inglés bastante estúpido —dijo Nick — Pero, en cualquier caso, eso permitió a ______ oír cómo Lyndar y su eunuco tramaban la muerte de mi primo.
-Aplaudo tu coraje -le dijo Joe a ______, y luego se volvió hacia el príncipe-. ¿Y la persecución de Fougere?
-Ha quedado postergada —respondió Nick, sorprendiendo a su amigo-. Mi responsabilidad es para con los vivos, no para con los muertos.
—Si realmente fueras responsable, harías venir a un sacerdote y te casarías conmigo -murmuro ______ sin poder dejar pasar la oportunidad que le ofrecía el comentario de su esposo.
—Nos ha casado el imán —replico Nick —. Te he dicho mil veces que no habrá sacerdote
Joe desvió la mirada y Miley fijo los ojos en su regazo. Los dos fingieron estar sordos mientras se libraba aquella batalla de firmes voluntades.
—Además, quiero bautizar a mi bebe —añadió ______.
Nick se quedó atónito.
—Se ha vuelto muy poco razonable desde que está encinta -se excusó Nick ante sus huéspedes. Luego se volvió hacia su esposa y le espetó-: Maldita sea, en mi familia ningún príncipe o princesa será cristiano.
—Yo lo soy.
—Pero tú estás casada conmigo.
—No estamos casados —se empecino ______, poniéndose de pie de un brinco y precipitándose hacia la puerta.
—¡______! —llamó Nick.
—¡Déjame en paz! -La puerta se cerro con un golpe a sus espaldas.
Al salir de la habitación, ______ corno por el pasillo cegada por un arrebato de ira. No sabía dónde iba, sólo que necesitaba estar a solas. Por el otro extremo del pasillo venía Omar, portando una bandeja cargada de pastelillos de hojaldre y café turco.
—¿Ocurre algo, mi princesa?
—Apártate de mi camino, enano imbécil —le soltó ______, empujándolo con tanta fuerza que le hizo caer al suelo con bandeja y todo.
Al ver el desastre que acababa de provocar, la princesa le ayudó a levantarse. Luego contuvo el llanto y se precipitó por el pasillo hasta desaparecer de la vista. Subió por las escaleras hacia la almena que daba a la bahía y al jardín del príncipe. Respiró aliviada al irrumpir en la solitaria galería.
No había nadie haciendo guardia. Al menos tenía asegurados unos momentos de intimidad.
Fue hasta el fondo de la almena y se apoyó contra el frío muro de piedra para contemplar la bahía. La densa niebla del crepúsculo se dirigía lentamente hacia el castillo. «¿Por qué le cuesta tanto a Nick entender que necesito desesperadamente la bendición de un sacerdote?», se preguntó.
Sería la madre de su hijo y a él no parecía importarle que ella se sintiera desgraciada. Era cristiana y, sin la bendición de un sacerdote, se vería privada para siempre de paz de espíritu.
______ apoyó la frente en el muro y dejó escapar un sollozo entrecortado que pronto se convirtió en un torrente de lágrimas contenidas en su interior. Durante unos minutos dio rienda suelta a sus emociones, hasta que de pronto se dio cuenta de que no estaba sola. Otro llanto se fundía con el suyo. El vello cobrizo de la nuca se le puso de punta, y un estremecimiento de terror le recorrió la espalda.
Miró hacia la izquierda pero no había nada. Miró hacia la derecha y vio la borrosa silueta de una mujer sin velo que miraba hacia la bahía y sollozaba con amargura.
Sorprendida, ______ siguió la mirada de la mujer. ¿Era un barco aquello que navegaba hacia el castillo en medio de la niebla? Pero de pronto se desvaneció ante sus ojos. La misteriosa mujer soltó un grito quejumbroso, como si estuviera agonizante, y estiró el cuerpo hacia la bahía.
______, asustada ante aquella inexplicable aparición, se santiguó. Luego preguntó con voz temerosa:
—¿Sois la princesa?
Con expresión atormentada, la mujer la miró. ______ retrocedió un paso y volvió a santiguarse.
—¡______, ¿dónde estás?! —Era Nick, que la llamaba desde el pie de la escalera.
______ volvió a mirar hacia donde estaba la supuesta princesa, pero había desaparecido.
Consternada por lo que acababa de presenciar, se recostó contra el muro y se llevó la mano al corazón, que le latía desbocado. Sentía la sangre fluirle por todo el cuerpo vertiginosamente y temió desmayarse. Aquella princesa cristiana había muerto suspirando por su amante musulmán, recordó ______.
¿Acaso había una lección que aprender de la desgracia de aquella alma desdichada? ¿Sería capaz ella de vivir sin Nick? «No», le dijo una voz interior.
Nick tenía razón. Ella lo amaba, y si él se negaba a doblegarse, entonces lo haría ella.
Nick irrumpió en la almena. Enseguida vio el semblante pálido de su esposa y supo que se había encontrado con la misteriosa princesa.
—¡Abrázame! —exclamó ______, lanzándose a sus brazos.
—Estás a salvo —le susurró Nick, acariciándole la cabeza con ternura—. Nada ni nadie te hará daño mientras yo esté aquí.
—Te amo —musitó ______, ahogando las palabras contra el pecho del príncipe.
Pero Nick la oyó claramente.
—Y yo te amo a ti —juró. Y luego miró la bahía envuelta en la niebla, cerró los ojos y elevó una oración silenciosa por la anónima princesa cristiana que había muerto en aquel lugar. | |
| | | Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA Enero 8th 2013, 11:13 | |
| Maratón 2/3
Capítulo 42 —¿Cómo te encuentras? —preguntó Nick, mirándola desde la imponente altura que le daba el ir a horcajadas de su caballo.
______ sonrió detrás del velo.
—La torta de pan ha hecho maravillas.
Dos horas después del amanecer, los cálidos rayos del sol ya habían expulsado el frío invernal. La mañana prometía un día de sol prodigioso y cielos despejados y azules.
Joe, Nick y un contingente de guerreros a las órdenes del príncipe estaban preparados para iniciar un largo día de caza. Argos se había contagiado del revuelo en el patio y correteaba entre los caballos.
—¿Qué piensas hacer hoy para entretener a Miley? —preguntó Nick.
______ miró a su prima, que estaba a su lado.
—Insiste en enseñarme el lugar donde vio al fantasma —dijo Miley—. Yo no creo en esas cosas, y si existen no quiero verlas.
Nick asintió con la cabeza y sonrió.
—Está previsto que a última hora de la mañana llegue el Saddam —dijo Joe, mirando al príncipe—. Tal vez sería mejor esperar a que regresen Rashid y mis hombres. Dé esa manera el castillo estaría bien protegido.
Nick se volvió hacia su esposa y preguntó:
—¿Prefieres que retrasemos la partida de caza hasta más tarde, para mayor seguridad?
______ negó con la cabeza y dijo:
—Caza un cerdo para mí. Me muero de ganas de comer cerdo asado.
Nick la miró con una mueca de fingido disgusto. ______ soltó una risilla.
El príncipe se despidió y encaminó su montura a la cabeza del grupo de cazadores. A pesar de que sabía que nadie se atrevería a atacar el castillo de la Doncella, no se fiaba y decidió regresar junto a su esposa después del mediodía.
Dos horas más tarde, ______ condujo a Miley y Omar por las escaleras hasta la almena. Su prima la seguía a regañadientes y el eunuco estaba visiblemente nervioso. ______ se acercó al borde del muro y se detuvo en el lugar exacto donde había estado la noche anterior.
—Estaba aquí cuando oí un llanto de mujer —dijo ______—. La princesa estaba ahí y miraba hacia la bahía. —Se volvió hacia la bahía y de pronto exclamó—: ¡Maldita sea! ¡Nos atacan!
Un nutrido grupo de hombres se aproximaba al castillo desde la playa. Dos hombres iban a la cabeza. Uno era fornido y el otro delgado, ambos de pelo y bigotes negros. Incluso a esa distancia, ______ vio que el rostro del hombre delgado era idéntico al de una comadreja.
—¡Fougere! —exclamó.
Cogió a su prima del brazo y la arrastró precipitadamente hasta las escaleras. Omar se apresuró a seguirlas presa del nerviosismo.
Cuando ______ llegó a su alcoba, donde Lana y su hermana Cyra cuidaban de Kemal, sin perder un segundo cogió al bebé, se lo entregó a su prima y suplicó:
—Protégelo con tu vida. Prométemelo.
—Prometido. ¿Y tú qué piensas hacer?
—Fougere viene con intención de matar a Nick—exclamó ______, empujando al grupo hacia la puerta del jardín—. No quiero arriesgar la vida de mi hijo. Si esa comadreja me encuentra, Kemal estará a salvo.
—Me quedo contigo —insistió Miley, presa del pánico.
—¡La vida de mi hijo está en tus manos! —exclamó ______—. Haz lo que te pido y no me hagas perder tiempo.
______ los condujo fuera y, por un sendero, hasta el fondo del jardín. Se deslizó por detrás del alto seto que ocultaba la puerta secreta y la abrió.
—Omar, protegerás a Miley y a mi hijo con tu vida —le ordenó ______.
—No puedo dejar que te enfrentes sola contra esos hombres —dijo Miley con ansiedad.
—Por favor, prima, estamos perdiendo unos minutos preciosos —repuso ______, y a continuación empujó a Miley por la puerta, la cerró rápidamente y le echó llave.
Decidida a enfrentarse con Fougere, volvió a su alcoba a toda prisa y se preparó para lo peor. El ruido de los atacantes le llegaba del pasillo. Cogió el cuchillo de mondar de la fuente de fruta que había sobre la mesa y lo escondió en su bolsillo.
La puerta de la alcoba se abrió con estrépito y el conde de Beaulieu entró con aire fanfarrón. Era alto y delgado, de pelo castaño rojizo y nariz larga y puntiaguda por encima de un espeso bigote.
______ retrocedió un par de pasos. El conde avanzó y se detuvo a unos centímetros de ella. Sus ojos fríos de serpiente escudriñaron la estancia.
—Conque ésta es la guarida de la bestia.
______ lo miró arqueando las cejas.
—Supongo que eres la comadreja, ¿me equivoco?
Fougere la abofeteó sin mediar palabra.
______ le devolvió la bofetada y masculló:
—Eres una criatura cobarde y vil.
Fougere levantó el puño para golpearla, pero ______, rápida como un rayo, sacó el cuchillo y lo apoyó contra su cuello.
—Ten piedad... —gimió la comadreja, que no se esperaba una respuesta tan contundente de parte de ______—. He venido a rescatarte.
______ soltó una amarga carcajada, pero de pronto sintió que un puñal le punzaba la espalda y se quedó helada.
—Por favor, mademoiselle —dijo una voz grave—, soltad el cuchillo.
—¿Y si no os hago ese favor? —replicó ella, reuniendo todo su valor.
—Me obligaréis a mataros.
______ soltó el cuchillo y se giró lentamente. Frente a ella estaba el hombre fornido de pelo negro y bigote.
—Soy el conde Orcioni, a vuestro servicio, mademoiselle—se presentó.
—Princesa, si no os importa —le corrigió ______—. Soy la esposa del príncipe Nick.
Fougere soltó un bufido despectivo y se dirigió hacia los baúles. Extrajo un saco de lona del interior de su jubón y empezó a llenarlo con las prendas de ______.
—No necesitaré ropa de recambio —dijo ésta—. Estaré en casa en cuanto mi esposo os haya matado.
—¡Silencio, furcia! —vociferó Fougere sin levantar la vista de su tarea—. Esta ropa no es para ti.
—¿Acaso es para vos? —preguntó ______, sorprendida y escandalizada.
El conde Orcioni soltó una carcajada.
—Cierra la boca —le dijo Fougere—, o te la cerraré a bofetadas.
Con el saco lleno de prendas, Fougere la agarró por un brazo. El conde Orcioni la cogió del otro brazo. Y de esa manera, apresada en medio de aquellos hombres, ______ abandonó el castillo de la Doncella.
Mientras bajaban por un sendero que llevaba a la playa, Fougere extrajo un caftán de ______ del saco de lona. Rasgó la seda en dos pedazos, dejó uno en el sendero y el otro lo tiró en la arena antes de subir a los botes que los aguardaban.
______ no sabía hacia dónde se dirigían. Pero sí sabía que el conde de Beaulieu era un hombre extraño que, por lo visto, disfrutaba destrozando prendas de mujer.
Los hombres del conde maniobraron las embarcaciones a lo largo de la costa hacia una playa aislada donde estaba anclado el barco. Por el camino, Fougere rompió varias prendas de vestir y las echó por la borda.
—¿Qué demonios hacéis? —preguntó ______.
—Dejar un rastro para la bestia —replicó Fougere—. ¿Cómo voy a tenderle una emboscada si no consigo que me siga?
«¿Emboscada?» ______ sintió que el corazón se le encogía. La comadreja había tenido éxito en otra ocasión al tenderle una emboscada a su esposo. Si le había salido bien una vez, podría salirle bien de nuevo.
—¿Por qué no te enfrentas a él como un hombre? —exclamó ______—. ¡Comadreja cobarde!
Fougere le atizó un puñetazo en la mandíbula y ella cayó hacia atrás. El conde Orcioni la sostuvo, ya inconsciente, antes de que cayera al agua.
—No hace falta mancillar su belleza—le advirtió a Fougere.
Caía la tarde cuando ______ despertó. Estaba tumbada de lado junto a un fuego de campamento.
—¿Dónde estamos? —preguntó, llevándose la mano a la dolorida mandíbula. El conde Orcioni le dedicó una cínica sonrisa.
—Cerca de Estambul, princesa.
______ percibió el olor a comida. Algo se estaba cocinando en dos ollas que colgaban sobre el fuego.
—¿Dónde está la comadreja? —preguntó ______, provocando la risa del conde—. ¿Se ha escondido en su madriguera?
Fougere apareció en su campo de visión y le espetó:
—Cállate, maldita zorra inglesa.
______ miró alrededor y se preguntó dónde estarían los secuaces de la comadreja. Era probable que estuvieran haciendo guardia, pensó, aunque no les serviría de nada. No eran más que un hatajo de viles cobardes.
Se incorporó y fijó la atención en Fougere, clavándole sus ojos verdes.
—Podrías haber tenido una muerte rápida e indolora —le dijo—. Pero te has atrevido a golpearme y estás condenado a una muerte lenta y dolorosa.
Fougere desenvainó el puñal y la amenazó. ______ se rió sin miedo alguno.
Fougere retrocedió y exclamó:
—Esos ojos verdes son la marca de una bruja que desconoce el miedo.
—Cuidado, pequeña comadreja —masculló ______ con una voz que sonaba más confiada de lo que se sentía—. Mi esposo vendrá a rescatarnos, a mí y al bebé que llevo en mi vientre.
—¿Estás preñada? —farfulló Fougere, dando un paso hacia ella.
—Déjala en paz —le dijo el conde Orcioni mientras removía el contenido de la olla.
Fougere se detuvo y se mantuvo a una buena distancia de su cautiva.
—Es poco civilizado cenar antes de que oscurezca —se quejó el conde.
—Pero es demasiado peligroso tener el fuego encendido de noche —replicó Fougere.
Orcioni lo miró.
—Dijiste que querías que el príncipe nos encontrara. ¿Qué mejor señal que un fuego en medio de la noche?
—Quiero verlo llegar, estúpido —le espetó Fougere.
—¿Qué has dicho, so imbécil? —El conde Orcioni se dispuso a levantarse.
—Perdóname —se disculpó Fougere para evitar un enfrentamiento— Mira, el agua ya hierve.
—Sassari es el único listo —murmuró Orcioni—. Decidió volver a casa.
—¿Qué cocináis? —preguntó ______ con una mueca de repulsión. El aroma le estaba provocando náuseas.
—Salsa putanesca —contestó el conde.
—Huele a pescado podrido —dijo ______.
—Los italianos lo llamamos «salsa de ramera» por su peculiar aroma —explicó el conde—. Huele como una pu*a luego de que la... —De pie frente a ella, Fougere soltó una carcajada y no concluyó sus palabras.
No obstante, ______ captó el repugnante sentido del comentario.
—Cuando hayamos acabado contigo, olerás como la putanesca —dijo Fougere.
______ se puso de pie de un salto y echó a correr, intentando sorprenderlos.
Pero Fougere le dio alcance y la derribó al suelo bruscamente. Levantó el pie y la amenazó con darle una patada en el vientre. Con una fuerza nacida de la desesperación, ______ le sujetó por la bota y Fougere se sacudió para zafarse, pero perdió el equilibrio y cayó pesadamente de espaldas.
—¡Hazle daño a mi bebé, malnacido, y las agonías del infierno te parecerán un paraíso! —chilló ______.
—Bien dicho, princesa —dijo una voz detrás de ellos.
El conde Orcioni y Fougere se volvieron rápidamente. ______ sonrió, tan sorprendida como ellos.
Era la Bestia del Sultán, de pie y con la cimitarra en la mano.
—Somos dos contra uno —dijo Fougere—. ¿Estás preparado para morir?
—Un cobarde y un mercader de putas poco tienen que hacer frente a un hombre —repuso Nick.
—Cógelo —le ordenó Fougere al conde.
—Cógelo tú —se negó Orcioni—. Tú eres el que lo quiere muerto.
—Estoy esperando —gruñó Nick.
Fougere miró al conde de reojo.
—¿Juntos, entonces?
Orcioni asintió con la cabeza y se dispuso a recoger su espada, que yacía en el suelo, pero ______ fue más rápida: cogió la espada y la apuntó hacia el conde, que retrocedió.
—Dos contra dos —anunció ______—. Los bandos están equilibrados.
—Quédate dónde estás, princesa —le ordenó Nick —. Usa la espada sólo en defensa propia.
Fougere desenvainó la espada y el conde su puñal. Juntos avanzaron hacia el príncipe, y los tres empezaron a girar en círculo en una danza macabra. Orcioni se mantuvo a un lado porque su puñal era demasiado pequeño y no tenía intención de atacar a un guerrero que blandía una cimitarra con manos expertas.
No obstante, aquel maldito musulmán tenía las de perder, siempre que no se entrometiera la mujer.
—¿Estáis bailando o pensáis matarme? —se mofó Nick.
Repentinamente, Fougere arremetió, pero Nick saltó a un lado para esquivar la estocada. El príncipe había esperado este momento durante mucho tiempo, y ahora quería disfrutar al máximo.
—Cuando estés muerto, Orcioni instalará a tu amada en su burdel —se burló Fougere—. Cualquier hombre podrá gozar de ella por un módico precio.
Nick no reaccionó ante aquella vil provocación. Para matar a dos hombres había que mantener la cabeza totalmente fría.
—Después de hartarme de follarla, la dejaré desnuda y atada a la cama —añadió Orcioni—. Los demás hombres la violarán hasta que no quede ni rastro de tu semilla en su interior.
Nick emitió un rugido espantoso y clavó ojos de fuego en Orcioni. Entonces Fougere se abalanzó sobre el príncipe con la espada en alto.
Con la agilidad de un guerrero experto, Nick saltó hacia atrás y luego se precipitó hacia adelante, asestándole al conde un golpe de revés con la cimitarra.
El ataque sorprendió a Orcioni, que fue decapitado limpiamente, pero la cimitarra resbaló de la mano del príncipe, que quedó desarmado.
—¡Seguimos siendo dos contra uno! —Gritó Fougere, colocándose entre el príncipe y su única arma—. ¡Mi espada y yo contra ti! —Lanzó un golpe salvaje en dirección al príncipe pero éste lo esquivó sin dificultad.
—Pásame el puñal —le pidió Nick a ______.
______ apenas podía entender sus palabras. Estaba atrapada en una espantosa pesadilla, con los ojos clavados en el río de sangre que manaba del tronco decapitado del conde. En su mente sólo veía a su propio padre tendido en el suelo y herido de muerte.
—¡______, el puñal!
Como si le llegara de muy lejos, la voz de su esposo penetró en su mente, llevándola de vuelta a la realidad. ______ empuñó el puñal, se puso en pie de un salto y atacó. Fougere le dio una patada en el centro mismo de su vientre y ______ se derrumbó, cogiéndose la barriga con fuerza.
Olas de espantoso dolor le recorrieron el cuerpo.
Nick arremetió contra Fougere, pero el conde se giró justo a tiempo y blandió la espada, cuyo afilado extremo rozó el pecho del príncipe y le rasgó la camisa.
Nick perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, gritando:
—¡______!
— Nick... —gimió ______, sintiendo que se le nublaban los ojos mientras se debatía contra sus amargos recuerdos.
Hizo un esfuerzo por ignorar el punzante dolor que le surcaba el vientre, agarró el puñal, se obligó a incorporarse y lanzó el puñal contra Fougere. Su puntería era recta y segura. El arma se clavó en la nuca de la comadreja con tal fuerza que la punta asomó por la garganta. Jadeando con un macabro gorgoteo, Fougere soltó su espada, se llevó las manos a la garganta y cayó al suelo.
Nick se puso de pie de un salto y corrió hacia ______. Con los ojos nublados por el dolor, su esposa yacía de lado, respirando trabajosamente. Nick se arrodilló a su lado, la incorporó un poco y la abrazó con fuerza.
—Despierta, princesa... —suplicó.
______ abrió los ojos y gimió:
—Me duele...
—Te llevaré a casa —dijo Nick —. No te preocupes, todo se arreglará.
—Me he deshecho de los guardias de la comadreja —dijo una voz a sus espaldas.
Nick se volvió y vio a Joe.
—Mi esposa está herida —dijo con el semblante desencajado.
—Está perdiendo el bebé —murmuró Joe mirándola con angustia—. Deprisa. Llévala a casa de Denise. Está más cerca.
Nick bajó la mirada y reparó en el caftán de su esposa. Ahí estaba la mancha de sangre, creciendo con espantosa rapidez ante sus propios ojos. La legendaria Bestia del Sultán levantó la cabeza y aulló un agónico lamento por la pérdida. | |
| | | Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA Enero 8th 2013, 11:25 | |
| Maratón 3/3
Capítulo 43 ______ nadaba en las oscuras profundidades de la inconsciencia, pero no conseguía subir a la superficie.
«¿Estoy muerta? —se preguntó en los recovecos más hondos de su mente—. ¿O es una pesadilla?»
Como si le llegara de una enorme distancia, un murmullo de voces apagadas hablaba de bebés y de sangre. En algún lugar se cerró una puerta y luego todo quedó sumido en el silencio.
______ abrió los ojos e intentó enfocarlos en la alcoba. ¿Soñaba o estaba muerta? Intentó incorporarse y supo que estaba dolorosamente viva.
Sentía el cuerpo como un único dolor punzante.
Unas manos fuertes la reclinaron suavemente contra las almohadas.
—Descansa tranquila, mi amor.
______ abrió los ojos. Su esposo estaba de pie junto a ella, con expresión angustiada.
Nick se sentó lentamente en el borde de la cama y le acarició la mejilla.
—Estás levemente herida... —dijo.
—Me siento herida de muerte.
Una sonrisa asomó a los labios del príncipe.
—En unos días ya estarás subiéndote a los árboles —le prometió.
«¿Qué herida tengo?», se preguntó ______. En su mente danzaban imágenes de puñales, espadas y cimitarras, pero no conseguía recordar qué herida le habían hecho.
—Tu destreza con el puñal me salvó la vida —murmuró Nick . Estuviste magnífica al acabar tan certeramente con aquel canalla.
______ sonrió con tristeza.
—Probablemente le apunté a la espalda pero le di en la nuca.
—Alá guió tu mano—dijo Nick. Se agachó y cogió una copa de agua de rosas—. Incorpórate y bebe esto.
—No tengo sed.
—Hazlo, cariño.
Nick la ayudó a levantarse. Todos los músculos del cuerpo, sobre todo los del vientre, protestaron por el movimiento. Y con el dolor volvió la espantosa pregunta sobre su herida.
—¿Mi hijo está bien? —preguntó.
—Bebe —insistió Nick, llevándole la copa a los labios.
______ obedeció y bebió hasta la última gota del agua mezclada con una pócima especial. Luego volvió a preguntar con voz angustiada:
—¿Mi bebé está bien?
Nick la cogió entre sus brazos con dulzura.
—El médico ha dicho que podrás alumbrar docenas de niños sanos.
—¿Y éste? —preguntó ella al borde de la desesperación.
—No podrás tenerlo...
______ hundió el rostro contra el pecho de Nick y lloró su desgracia.
—Sufres por haberme salvado la vida —susurró él—. La culpa es sólo mía.
Nick la abrazó, acariciándole la espalda, pero ______ no se dejó consolar. Al cabo de un rato sus sollozos remitieron. El somnífero y sus lágrimas acabaron por agotarla hasta convertirla en un peso inerte en los brazos de su amado.
Con toda la suavidad de que era capaz, Nick la reclinó sobre las almohadas y se puso en pie. Contempló el rostro de ______ largo rato y luego se inclinó para besarla suavemente.
—Adiós, princesa —susurró. Se incorporó con gesto firme, se enjugó los ojos y respiró hondo.
Al salir de la alcoba de su esposa, Nick se encontró con su madre.
—______ está durmiendo —le dijo—. Podréis visitarla por la mañana.
Denise asintió con la cabeza y echó a andar por el pasillo detrás de su hijo.
—¿Se lo has dicho? —preguntó.
Nick asintió pero mantuvo la vista fija al frente. Le costaba controlar sus emociones.
—¿Cómo ha recibido la noticia?
—Ha llorado, pero luego se ha dormido con el somnífero.
Denise le tocó el brazo con afecto. Nick se detuvo, sorprendido por el gesto de su madre, y se volvió hacia ella.
—¿Y tú, Nick? —preguntó Denise—. ¿Cómo te sientes?
—¿Cómo creéis que me siento?
—Hijo mío, estoy preocupada por ti.
—¿Vos preocupada por mí? —repitió Nick, incrédulo.
—¿Te resulta imposible de creer? —dijo Denise, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Por primera vez en su vida, se acercó a él y le acarició la mejilla marcada por la cicatriz—. Mi corazón sufre por tu pérdida. Eres mi único hijo vivo, y es verdad que te quiero.
La expresión de Nick se suavizó.
—¿Me... queréis?
Denise asintió con la cabeza y por sus mejillas resbalaron gruesas lágrimas.
—Gracias por decírmelo. — Nick la rodeó con el brazo y juntos reanudaron la marcha—. ¿Queréis hacer algo por mí?
—Cualquier cosa que necesites, hijo.
—Quiero que cuidéis de mi esposa e informadme de su recuperación cada noche.
—¿Informarte de su recuperación? —Denise se detuvo y lo miró—. ¿Acaso no tienes ojos para verla por ti mismo? ¿Adónde vas?
—A ninguna parte. — Nick miró por el largo pasillo hacia la alcoba de su esposa—. Pero no volveré a verla nunca más.
—¿Te vas a divorciar? —exclamó Denise, perpleja.
—La voy a enviar a su casa —respondió Nick.
—La casa de tu esposa está aquí, contigo.
—No. Su casa está en Inglaterra.
—Pero tú la amas —insistió Denise—. No niegues lo que salta a la vista.
—Amo a mi esposa, pero aun así la voy a enviar a su casa. Yo la convertí en mi esclava y la obligué a un matrimonio que nunca podrá aceptar. Con gran riesgo para ella, nos salvó la vida, a vos y a mí. Y lo que más desea en la vida es volver al seno de su familia en Inglaterra.
—¿Ella te lo ha dicho?
—Muchas veces —contestó Nick —. ¿Acaso puedo negarle lo que más desea?
—Si te divorcias de ella tendrás que hacerlo en presencia de testigos —le recordó Denise.
—No me divorciaré de ella. ______ es mi esposa. Ninguna otra mujer entrará en mi corazón.
—¿Piensas llorarla el resto de tu vida ?
Nick se inclinó y, en un gesto que sorprendió a su madre, le dio un beso en ambas mejillas. Luego se volvió y se alejó lentamente. Denise permaneció inmóvil, mirando a su hijo, la figura solitaria de un hombre, hasta que desapareció de su vista.
-------------------------------------------------------------------------------- ______ se sentía aún peor a la mañana siguiente cuando despertó. Tenía el cuerpo y el espíritu profundamente doloridos.
—Buenos días —le dijo Denise, de pie junto a la cama...
______ recorrió la estancia con la mirada.
—¿Dónde está mi esposo?
—Mi hijo ha tenido que ir al palacio de Topkapi —contestó Denise, sorprendida de que ______ preguntase por él—. Bueno, ¿ cómo te sientes ?
—¿Cómo os sentiríais vos si hubierais abortado vuestro primer hijo? —repuso ______.
—El médico dice que alumbrarás muchos niños —afirmó Denise, ofreciéndole una taza de té.
—¿De verdad dijo eso?
—¿Acaso te mentiría sobre algo tan importante? Hoy descansarás pero mañana tienes que levantarte y dar un paseo.
______ bebió el té y luego bostezó.
—Vendré a verte más tarde —dijo Denise, y salió de la alcoba.
______ hizo un gran esfuerzo por quedarse despierta hasta que regresara Nick, pero no consiguió mantener los ojos abiertos. Durmió todo el día y sólo despertó una vez durante la noche. ¿Dónde estaba Nick? ¿Por qué no estaba con ella?
Sentía la cabeza demasiado embotada para cavilar, y se sumió en un sueño profundo.
Cuando a la mañana siguiente entró Denise a la habitación, ______ estaba sentada en el borde de la cama. Su sonrisa de expectación se desvaneció en cuanto vio a su suegra.
—Ah, sois vos —murmuró ______, decepcionada—. Pensaba que sería mi esposo.
— Nick ha ido a cumplir un encargo para el sultán Selim —le informó Denise.
—¿Salió anoche?
—No. ¿Por qué lo preguntas?
—No ha dormido en nuestra cama.
—Quizá no deseaba molestarte —mintió Denise.
______ la miró fijamente. A Nick nunca le había preocupado molestarla o no. Algo iba mal, de eso estaba segura. ¿Acaso su esposo la juzgaba responsable de la muerte de su hijo?
—¿Dónde está Tynna? —preguntó ______, esforzándose por dar un tono ligero a su voz—. No la he visto todavía.
—Tynna está pasando unos días con Shasha —sonrió Denise—. ¿Te gustaría tomar un baño?
—Sí, gracias. —______ se obligó a devolverle la sonrisa.
______ seguía esperando, sola en su alcoba, a que llegara su esposo. Hacia el atardecer se sentía más enfadada que dolida. En cuanto tuviera ocasión, no dudaría en reprocharle a Nick su ausencia. ¿Cómo podía tratarla así después de perder a su bebé por haberle salvado la vida? ¿Cómo era capaz de declararle su amor y luego ingnorarla?
______ esperó largas horas, pero Nick no llegó.
Cuando a la mañana siguiente se abrió la puerta, ______ se dio la vuelta como un torbellino.
—¿Dónde está? —exclamó.
—¿Quién?—preguntó Denise.
—¡Mi esposo, idiota!
Denise se compadeció de ella y al final decidió contárselo.
— Nick prefiere no verte.
______ se incorporó con expresión atónita. Miró a su suegra con gesto angustiado y balbuceó:
—¿Nick se niega a verme?
—No te preocupes. Tengo buenas noticias para ti —anunció Denise—. Mi hijo lo ha dispuesto todo para tu regreso a Inglaterra.
—¿Nick me envía a casa?
Denise sonrió alegremente.
—Dentro de unos días, Joe te llevará a Argel. Ahí subirás a un barco inglés y pronto te reunirás con tu familia.
—¡Fuera de aquí! —chilló ______ con voz preñada de sufrimiento.
—¿Qué has...?
—¡He dicho que te largues!
Nick la odiaba por lo que había pasado con el bebé, pensó ______. Qué paradójico que cuando ella empezaba a amarlo, él dejara de amarla.
______ se desplomó sobre la cama. Se acurrucó de lado y lloró lágrimas de amargura.
Sintiéndose vacía por la ausencia de su esposo, pasó los siguientes días como en estado catatónico. Se levantaba temprano por las mañanas después de una noche de insomnio, desayunaba, se bañaba y vestía, y luego esperaba en vano a un esposo que nunca llegaba.
Sonreía cortésmente cuando estaba con Denise, pero no iniciaba ninguna conversación ni respondía a sus comentarios y preguntas.
La última mañana que pasó en casa de Denise, ______ se sentó a solas en un banco de piedra cerca del fondo del jardín. Se fijó en el melocotonero y recordó el día que se había subido a él. Nick la había rescatado.
Al pensar en él los ojos se le llenaron de lágrimas. ______ ocultó el rostro entre las manos y dio rienda suelta a sus emociones.
—¿Lágrimas de felicidad? —preguntó Denise, sentándose a su lado.
______ se volvió hacia su suegra.
—¿Cómo podéis preguntarme algo así? —sollozó—. Mi esposo me odia y me siento muy desgraciada.
—¿Te odia? —Sus palabras habían sorprendido a Denise.
— Nick no puede perdonarme por haber abortado a nuestro hijo —murmuró ______ con infinita amargura—. Su odio le impide decirme adiós.
—Te equivocas —replicó Denise—. Mi hijo te ama.
—¿Y su amor es tan sólido que se niega a verme? —dijo ______ con sarcasmo.
—Aunque al hacerlo sufre indeciblemente, mi hijo te ama lo bastante para concederte tu deseo —explicó Denise.
—¿Qué deseo?
—Tu deseo de regresar a Inglaterra.
—¿Me estáis contando esto para que me sienta mejor? —repuso ______, recelosa.
—¿Por qué haría eso? Ni siquiera me caes bien.
______ la miró con una repentina sonrisa.
—¿Sonríes por su dolor? —dijo Denise.
—Jamás haría eso —contestó ______, poniéndose de pie—. Yo amo a mi esposo.
—En cualquier caso, es demasiado tarde para cambiar tus deseos. Nick va de camino a Topkapi, y la litera te aguarda para llevarte al barco de Joe.
—Nunca es tarde para el amor. —______ se inclinó, besó a su suegra en la mejilla y se marchó a toda prisa.
Cubierta con un yashmak que sólo dejaba ver sus ojos, ______ abordó el Saddam dos horas más tarde.
Joe se presentó para recibirla con una sonrisa de circunstancia.
—Bienvenida a bordo, mademoiselle —la saludo en francés.
—Princesa, si no os importa —respondió ella, hablando en la lengua nativa de su esposo—. ¿Cuánto tardaré en llegar a mi casa?
—Un mes, más o menos.
______ lo miró arqueando las cejas.
—¿Un mes para llegar al castillo de la Doncella?
—Vais a Inglaterra.
______ le clavó una dura mirada.
—Mi casa está con mi esposo y mi hijo, a los que amo más allá de las palabras y jamás abandonaré.
—Muy bien, princesa. —El rostro de Joe se iluminó de alegría—. ¡Entonces, rumbo al castillo de la Doncella!
Un bote partió del barco del príncipe Kevin, deslizándose por el agua hacia el castillo de la Doncella. Nick iba sentado en la proa, contemplando sus dominios a través de la bruma crepuscular. Algún día todo aquello pertenecería a su hijo adoptivo. Sin ______, no habría más niños.
De pronto Nick divisó una figura encapuchada de pie en la almena que miraba hacia la bahía. ¡La princesa cristiana!
Una vez llegó a tierra, saltó de la lancha y echó a correr por el sendero que subía de la playa. Cuando entró en el castillo, ignoró los saludos de sus hombres y cruzó los pasillos hacia la escalera que llevaba a la almena.
—Buenas noticias, mi príncipe —le dijo Omar, alborozado, presentándose ante su amo.
—¡Apártate de mi camino, enano del infierno! —rugió Nick, empujándolo con violencia.
Omar aterrizó en el suelo con la bandeja que llevaba en las manos. No obstante, el eunuco sonrió al ver que el príncipe se dirigía a la almena. La vida volvía a su normalidad.
Con la esperanza de ver una vez más el espectro de la princesa cristiana, Nick se precipitó por las escaleras, subiendo los peldaños de dos en dos, e irrumpió en la almena donde ya nadie montaba guardia. El espectro se dio la vuelta para recibirlo y, al quitarse la capucha, reveló una brillante melena de cabello cobrizo. Nick se detuvo en seco.
______ sonrió, indecisa, y dio un paso hacia él, pero de pronto perdió el valor. Se paró y clavó la mirada en el suelo de piedra.
—¿Tú...? ¿Qué haces aquí? —balbuceó Nick, avanzando hacia ella—. Te había enviado a casa...
______ levantó la cabeza y lo miró directamente a los ojos. Luego dijo:
—Mi casa está aquí, contigo.
Nick la atrajo con fuerza hacia sí y la estrechó contra su cuerpo. Bajó la cabeza y la besó apasionadamente. De pronto, detrás de ella vio aparecer una figura.
—Mira—susurró con asombro.
______ se giró en sus brazos.
La princesa cristiana estaba allí, al fondo de la almena, mirando hacia la bahía. Y de entre los jirones de bruma surgió su amante musulmán. Él le tendió la mano y ella se la tomó. A continuación, ambos se evaporaron en la bruma como si jamás hubieran estado allí.
—Él ha venido a buscarla —musitó ______, tan asombrada como Nick.
—Así es, querida mía.
—¿Adónde se han ido?
—Al paraíso, supongo.
Nick volvió a estrecharla contra su cuerpo y ______ apoyó la mejilla contra su torso; él apoyó el mentón en su cabeza. Permanecieron así largo rato, fundidos en un único ser.
—Te amo —dijo ______, rompiendo el silencio.
—Y yo te amo a ti —dijo Nick—. ¿Viviremos alguna vez en armonía?
—Sólo Dios lo sabe —respondió ______.
—Quieres decir Alá —le corrigió él.
—Quiero decir Quien sea.
Nick sonrió.
—¿Y cómo vamos a celebrar tu regreso a casa?
______ le dedicó una sonrisa encantadora, y sus ojos resplandecieron como esmeraldas.
—Con un buen menú de cerdo asado.
—De acuerdo —convino Nick —. Mañana asaremos el cerdo más grande que encuentre.
—Mañana es viernes —dijo ______—. Está prohibido comer carne.
—Ya lo sé.
______ lo miró, arqueando una ceja, y dijo:
—Con respecto a aquel sacerdote...
—Le pediré a Joe que secuestre al Papa —ofreció Nick —. Lo traeremos aquí para que nos case.
______ sonrió.
—Bastará con un simple sacerdote.
Nick le cubrió la boca con un ardiente y amoroso beso que la hizo estremecer. Y ese beso se fundió en otro. Y luego en otro...
El príncipe musulmán y su princesa cristiana dieron un paso juntos hacia la eternidad. FIN!!!!!!! | |
| | | Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| | | | - Galletas&Leche - Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 27 Localización : Soñando Despierta. Fecha de inscripción : 02/02/2011
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA Enero 8th 2013, 11:52 | |
| Ows, ¡Que final taaaaaaaaaan lindo! Creeme, la novela fué increible desde el inicio, ¡Me ha encantado! ¡TODA, TODA, TODA la novela! Enserio.
La amé, y mucho. Espero que suba otra novela, y pronto. ¿Okay? Jaja, pero esta, me encanto demasiado.
Bye. | |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA | |
| |
| | | | Esclavizada (Nick & Tú) "El Final" ADAPTADA | |
|
Temas similares | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |