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| Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA | |
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NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 26th 2012, 16:11 | |
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| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 26th 2012, 16:11 | |
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| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 26th 2012, 16:13 | |
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| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 26th 2012, 16:13 | |
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| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 26th 2012, 16:14 | |
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| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 26th 2012, 16:14 | |
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| | | irlanda Amiga De Los Jobros!
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 26th 2012, 17:42 | |
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| | | Manzanitha Nuev@
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| | | | Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 07:56 | |
| Maratón 1/3 Capítulo 28 ______ se dio la vuelta rápidamente al oír abrirse la puerta. Era Omar, portando una bandeja de comida.
—Bien, es hora de aprender a comportarse como corresponde a una dama otomana —anunció el eunuco, dejando la bandeja— Primero, la etiqueta de mesa.
—Yo no soy ninguna dama otomana.
—Pero sois una dama.
—No es necesario ninguna etiqueta si las mujeres no comen con los hombres —replicó ______.
—Tonterías. Como madre de los hijos del príncipe Nick, seréis invitada a Topkapi.
—No tengo ninguna intención de convertirme en madre de nadie... ¿Qué es Topkapi?
—El palacio del sultán —contestó Omar—. Venid a sentaros a la mesa conmigo.
______ vaciló por un momento, pero al final cedió al sentir los gruñidos de su famélico estómago. Se sentó en un almohadón y contempló los alimentos.
—¿Y bien?
—Comed —ordenó Omar, dejándose caer su robusto cuerpo sobre un almohadón—. Iré corrigiendo vuestros deplorables modales ingleses a medida que lo hagáis.
—¿Corrigiendo mis qué?
Omar señaló la bandeja y repitió.
—Comed.
______ dominó su cólera y sonrió con fingida dulzura. Aquel enano irritante necesitaba aprender un par de cosas, y ella sabía exactamente cómo sacarle de sus casillas.
______ cogió varias olivas, se las llevó a la boca y las masticó ruidosamente. Luego escupió los huesos al suelo.
—¡No! —chilló Omar—. Debéis comer una oliva por vez. Sacaros el hueso de la boca con delicadeza y dejadlo a un lado de vuestro plato.
______ asintió y cogió un puñado de almendras tostadas, pistachos, cacahuetes y avellanas. Se los zampó en la boca hasta que se le hincharon los mofletes.
—¡No os pongáis tanta comida en la boca! —le instruyó Omar—. Una dama debe tomar bocados pequeños.
—¿Qué has dicho? —______ abrió la boca y enseñó los frutos masticados.
Omar hizo una mueca.
—No habléis cuando tengáis comida en la boca, por favor.
______ asintió con la cabeza. Acabó de masticar, luego tragó y se bebió todo el agua de rosas que había en su copa.
—No lo bebáis todo de una vez —le riñó el eunuco—. Tomad un pequeño sorbo por vez, con delicadeza.
—¿Qué es eso? —inquirió ______, indicando un plato.
—Arenque frito.
______ se llevó un trozo de pescado a la boca. Fingió que no le gustaba y lo escupió en el plato.
—¿Ves? —señaló—. He usado el plato en lugar del suelo.
—Por hoy ya hemos trabajado bastante en los modales de la mesa —anunció Omar, sintiendo náuseas—. Ahora haremos una clase de lengua. —Levantó el dedo índice y dijo—: Bir.
______ lo miró con perplejidad.
—Bir significa uno —explicó Omar—, Repetidlo.
—No quiero.
—No importa. Hacedlo —le espetó el eunuco, irritado.
—Bir.
—Excelente pronunciación —asintió Omar. Al parecer, sería una buena alumna. Levantando un dedo por cada número que decía, contó hasta cinco—: Bir, iki, HC, dort, bes. Repetid.
______ compuso una expresión inocente y recito:
—Birria, quiqui, uca, drota, vesa.
—¡No! Bir, iki, nc, dort, bes.
—Birria, quiqui, uca, drota, vesa.
Omar alzó ambas manos y contó hasta diez con los dedos:
—Bir, iki, uc, dort, bes, alti, yedi, sekiz, dokuz, on.
______ sonrió dulcemente y repitió:
—¡Birria, quiqui, uca, drota, vesa... on!
Omar elevó una oración en silencio, suplicando que Alá le concediera paciencia.
—No os preocupéis por los números, ya los aprenderéis —dijo. Levantó el brazo y, señalándoselo, dijo—: Kol.
—Cul.
—Kol.
—Cul.
Omar se señaló el ojo y dijo:
—Guz.
—Gas —farfulló alegremente ______.
—Guz.
—Gas.
Omar sacó la lengua, se la señaló y dijo:
—Dil.
—Del —repitió ______, disfrutando.
—No; dil. —La voz de Omar subía de tono conforme aumentaba su frustración.
—Eso he dicho: del
Omar tenía ganas de gritar. ______ se regocijaba en su interior. Omar aspiró hondo para calmarse; se señaló la nariz y dijo:
—Bnrun.
—Burun —repitió ______, y se metió el dedo en la nariz.
—¡No! —chilló Omar, dándole un manotazo—. Las damas no se tocan la nariz.
En ese momento llamaron a la puerta y eso salvó a Omar de un tormento mayor. Entró un sirviente y le entregó un mensaje. Luego se fue.
Mientras leía la nota, en el rostro de Omar se dibujó una expresión de dicha suprema. Levantó la vista para mirar a ______ y sonrió de oreja a oreja.
—¿Buenas noticias? —inquirió ella.
—Las mejores —gorjeó Omar—. El príncipe os invita a cenar con él en su alcoba.
______ no quería volver a ver al príncipe nunca más, ni qué decir de compartir la cena con él.
—Dile al príncipe que rehúso su invitación —dijo con frialdad.
—Está prohibido rehusar una invitación del príncipe.
—¿Así que el príncipe me ordena cenar con él?
—Decidlo como queráis —repuso Omar, encogiéndose de hombros—. Cenaréis con el príncipe y, si sois afortunada, quedaréis preñada de su simiente.
—No quedaré preñada de la simiente de nadie —replicó ______, indignada—. Me escaparé.
—En ese caso será mejor que aprendáis nuestra lengua —sugirió Omar—. Quizá tengáis que hacer preguntas para llegar a Inglaterra.
______ sonrió.
—No había pensado en eso. —Se inclinó y le plantó un beso en la mejilla. El eunuco se sorprendió.
—Bir, iki, uc, dort, bes —contó ______ con los dedos.
—¡Excelente! —exclamó Omar— Ahora comed una oliva como una dama otomana.
______ cogió una oliva y se la llevó a la boca. Al terminar, sacó el hueso con gesto delicado y lo dejo a un lado del plato.
—¡Con mi ayuda os convertiréis en una perfecta dama otomana! —exclamó Omar con alegría.
—Lo que haga falta para escapar, mi querido amigo —dijo ______.
Omar sonrió y asintió con la cabeza. Que pensara lo que quisiera. Aquella mujer no conseguiría engañar a Nick y el príncipe nunca estaría dispuesto a dejarla ir.
Omar pasó varias horas preparando y emperifollando a su protegida. Al final, cuando llego la hora indicada, la condujo por el laberinto de pasillos hasta la alcoba del príncipe.
Ataviada enteramente de blanco, ______ se sentía como la novia de un infiel, con un atuendo que traslucía más de lo que cubría. Vestía pantalones bombachos de harén de seda diáfana recogidos en los tobillos, y en torno a la cintura y por los lados lucía unos bordados dorados. Su túnica de mangas anchas a juego se cerraba por delante con botones dorados. Llevaba zapatillas blancas de satén y un velo blanco transparente le cubría la pelirroja melena y el rostro sonrojado.
El cajal le perfilaba los ojos, dándole un toque de misterio a su inocencia. Por pudor, el eunuco le había echado un yashmak por encima de los hombros.
Omar llamó a la puerta y entró. ______ mantuvo la vista fija en el suelo, aún avergonzada de su conducta anterior. Omar se arrodilló, tirando de su protegida para que ella lo imitara, y rozó la frente en el suelo alfombrado.
De pronto ______ sintió algo húmedo sobre su rostro. Levantó la vista sorprendida y se encontró con el perro que había visto en la playa aquella mañana. El animal volvió a lamerla.
—Siéntate, Argos —ordenó Nick. Y luego—: Levantaos, mis esclavos.
Omar se puso de pie y ayudó a ______ a incorporarse. Sin decir palabra, el eunuco la despojó del yashmak y el velo, y se marchó. ______ no miró a su captor mientras éste se dirigía hacia ella.
Nick le alzó el mentón y clavó la mirada en sus arrebatadores ojos verdes.
—Había olvidado lo sensibles que pueden ser las vírgenes —dijo con tono burlón.
—Y supongo que disfrutáis con la agradable experiencia de arruinar a centenares de inocentes —le espetó ______, sintiendo unos repentinos e inexplicables celos.
—Por supuesto.
¡Slurp! Antes de que ______ pudiera responder, el perro le lamió la mano. Bajó la vista para mirar a la bestia de aquella bestia. El perro, leonado y blanco, tenía una cabeza larga que se estrechaba hacia la nariz. Era grande y esbelto, de orejas largas y sedosas y pelaje suave y brillante. Sus ojos enormes y oscuros eran cautivadores, y en ellos se reflejaba una mirada distinguida y amable.
—Este tipo tan simpático es Argos —dijo Nick.
______ extendió el brazo con gesto vacilante y acarició la cabeza del perro. Argos la correspondió lamiéndole los dedos.
—Nunca había visto un perro de esta raza —dijo ella.
—Argos es un saluki, una raza especial de perros de caza —le explicó Nick—. Le encantan las personas, sobre todo las damas.
Nick la cogió del brazo y la acompañó hasta el otro lado de la alcoba, donde se sentaron en mullidos almohadones junto a la mesa. Argos se coló entre ellos.
______ echó un vistazo a la habitación del príncipe Era amplia y estaba amueblada con estilo espartano. Contenía una cama, una mesa y un brasero de bronce que proporcionaba calor. Era la alcoba de un guerrero.
—¿Tienes hambre? —preguntó Nick.
—Pues sí.
—Una pregunta innecesaria —comento—siempre estás hambrienta, y lo digo sin ánimo de ofender.
______ contempló el pequeño banquete dispuesto sobre la mesa: sardinas fritas, pepinillos, yogur y ensalada de pepinos, arroz al azafrán y una fuente de cordero troceado.
—Me dijisteis que los hombres no comen con las mujeres, ni los amos con sus esclavos —le recordó ______ mientras cogía una sardina frita—, ¿Por qué queréis que cene con vos?
—Entre una invitación y una orden media una gran diferencia -respondió Nick, llenándole el plato de cordero y arroz—. Esta noche serás mi huésped.
—¿Y si decido irme? —preguntó ______.
—Tengamos la velada en paz, ¿de acuerdo?
—No puede haber paz entre enemigos.
—No parecías mi enemiga en los baños esta mañana —le recordó Nick.
______ se sonrojó y cambió de tema.
—La carne está deliciosa.
—Sí, el muslo de doncella es uno de mis platos preferidos.
______ sonrió y cogió la copa de agua de rosas.
—El cordero preparado así queda tierno como el muslo de una doncella.
El príncipe la abrumaba pero era evidente que se esforzaba en ser agradable. A ______ la turbaba su proximidad, así que se concentró en el perro. Le ofreció un trozo de carne y luego le acarició la cabeza.
—Argos es un nombre extraño —comentó.
—Es griego.
—Pensaba que erais turco.
—Ulises, un poderoso guerrero griego, regresó de la guerra de Troya después de veinte años y en su casa lo recibió su fiel perro. Argos —le contó Nick—. Al reconocer a su amo. Argos meneó la cola, loco de felicidad, y luego bajó las orejas y murió.
—Qué historia tan triste.
—Su objetivo es demostrar la lealtad del perro al hombre, no provocar tristeza —señaló Nick—. ¿Prefieres limonada en lugar de agua de rosas?
—No, gracias —rehusó ______—. No me apetece estar drogada.
Nick sintió que los labios le temblaban.
—¿Qué has aprendido hoy con Omar?
______ sacó la lengua y dijo:
—Dil.
Nick sonrió, y asombró a su cautiva con su inusual buen humor. No se estaba comportando en absoluto como el monstruo que ella había conocido. ¿Qué treta se traía entre manos?
Poco después entraron dos sirvientes y uno de ellos recogió los platos vacíos y los restos de la cena mientras el otro servía café turco y pastelillos.
—¿Puedo coger uno? —preguntó ______, cogiendo un pastelillo.
Nick asintió con la cabeza.
—Tus modales han mejorado, esclava.
—¿Esclava? —______ lo miró arqueando una perfecta ceja cobriza—. Pensaba que esta noche era vuestro huésped.
—Tienes razón, perdonad mi expresión.
______ dio un mordisco al pastelillo, frito en aceite y relleno de crema en el centro.
—Mmmm... delicioso.
—¿Te gustan los buñuelos de ombligo de doncella?
______ sonrió.
—La hendidura del centro se parece al ombligo de una doncella —explicó Nick—. Ahora cuéntame más sobre tu familia y tu vida.
______ lo miró en silencio durante un momento. ¿Por qué quería saber cosas de ella? Finalmente accedió.
—He vivido en el condado de Essex toda mi vida —empezó ______—. El castillo de Basildon ha sido la residencia de la familia Devereux desde que llegó mi bisabuelo de Gales con el rey Enrique VII. Como recompensa por su lealtad y servicios al rey Tudor, mi bisabuelo recibió en matrimonio a la tenaz heredera del viejo señor, es decir, mi bisabuela.
—Así pues, te pareces a tu bisabuela —bromeó Nick.
______ no captó la pulla.
—No; heredé el pelo cobrizo y los ojos verdes de mi madre —dijo.
—¿Y las pecas?
—Las pecas no.
—No deberías sentirte culpable de la muerte de tu padre. — Nick intentó imprimir un tono dulce a su voz.
—La muerte de mi padre no es asunto vuestro —declaró ______ con incomodidad.
—Todo lo que tenga que ver contigo es asunto mío.
—No os entrometáis más.
—¿Amabas a Fougere? —La pregunta sorprendió a ambos.
—Lo amaba locamente —se burló ______. Pero ¿quién se creía que era aquel hombre para hacer esas preguntas? ¿El Gran Turco?
Nick frunció el entrecejo con gesto irónico y luego cambió de tema.
—¿Cómo es Inglaterra?
—Es el jardín del Edén.
—Dicho por una fiel inglesa. — Nick se levantó y le tendió la mano—. Ven. Ten enseñaré mi jardín del Edén.
______ vaciló un instante. Sus ojos se entrelazaron e, impulsivamente, le tendió la mano. Nick la condujo hasta el jardín por la puerta en forma de arco.
Como creadas para el amor, la luna llena brillaba suspendida en el cielo y miles de estrellas rutilantes titilaban como diamantes en un fondo perfecto de terciopelo negro. Las fragancias de una miríada de flores se fundían como amantes e impregnaban el cielo nocturno de un velo invisible de aromas.
—Qué hermoso —suspiró ______.
—¿Te complace mi arte? —preguntó Nick.
—¿Habéis conjurado la luna y las estrellas para complacerme?
Nick negó con la cabeza.
—No; me refiero a la jardinería, una de mis aficiones. Me gusta la soledad.
______ se sintió sorprendida.
—¿Tú creaste esta belleza?
—Incluso las bestias necesitan descansar de tanto saqueo y pillaje —afirmó Nick —. El silencio se agradece después de escuchar los gritos de inocentes torturados.
______ sonrió embelesada. A veces aquel hombre era realmente encantador. Tal vez si se hubieran conocido en otras circunstancias, otro tiempo, otro lugar...
-Toda esta belleza encubre el hecho de que el castillo fue escenario de una gran tragedia –dijo Nick, dando un paso hacia ella.
-¿Qué tragedia?
—Éste es el castillo de la Doncella. Y un alma atormentada ronda la fortaleza que se erige encima de nosotros.
—¿Espíritus? —aventuró ______, acercándose a él.
—Hace trescientos años murió una princesa cristiana en este lugar, suspirando por su pretendiente musulmán —contó Nick —. Muchos de mis hombres aseguran haberla visto cuando hacen guardia por la noche, siempre esperando y suspirando por su amante musulmán.
—Oh, qué terrible... —______ se santiguo y se acercó más a él.
Nick no solía desperdiciar una ocasión. La giro hacia él y la atrajo contra su cuerpo viril. Acerco el rostro a ella lentamente hasta cubrirle los labios con la boca, explorando su dulzura con un beso suave y sensual.
______ se sintió atrapada en el hechizo de Nick con una languidez que iba apoderándose de sus sentidos Deslizó los brazos por su torso hasta enlazarlos alrededor de su cuello y apretarlo contra ella. Con su repentina entrega, el beso se volvió ardoroso y exigente.
______ temblaba de deseo, buscando con su lengua la de él. De pronto, la cordura volvió en forma de un gemido de placer exhalado por ______, que se aparto bruscamente.
-No soy ninguna furcia para dejar que me manoseen —acertó a decir—. Mi virginidad pertenece a mi marido. —Habiendo dicho eso, huyó de allí.
Nick se quedó mirándola fijamente. ¿Que había hecho mal? Ella había disfrutado con su beso. Eso lo sabía con certeza. Así pues, ¿por qué estaba tan disgustada? ¿Acaso esperaba que él se casara con ella?
Omar aguardaba en el pasillo, a las puertas de la alcoba del príncipe.
—¿Por qué os ha despedido tan pronto? —exclamó mientras su protegida pasaba junto a él como una exhalación.
—¿Por dónde se va a mi alcoba? —dijo ______ sin detenerse.
—¿Habéis ofendido al príncipe? —gimió Omar—. ¿Qué habéis...?
—Cállate —le espetó ______.
—Pero nuestras fortunas...
______ se detuvo en seco y se encaró con el hombrecillo.
—Mi honor es más valioso que tu maldita fortuna.
Omar guardó silencio. Con un gesto indicó el camino y la acompañó por el laberinto de pasillos y escaleras hasta su alcoba.
Nick pasó la noche dando vueltas en la cama, añorando sentir el cuerpo de su bella cautiva a su lado. El fiel Argos se acurrucó contra el largo cuerpo de su amo. Magro consuelo, a decir verdad. | |
| | | Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 08:14 | |
| Maratón 2/3 Capítulo 29
Tras una noche agitada, ______ despertó temprano. Estaba sola. Por el aspecto de la cama y la alcoba, supo que Nick no había dormido junto a ella. Puede que por fin entendiera que ella no quería tenerlo cerca. ¿O sí quería?
La imagen del príncipe acudió a su mente. Vio su rostro apuesto acercarse a ella, sintió el calor de su aliento, sus labios sensuales sobre su boca... Un delicioso estremecimiento le recorrió el cuerpo.
¡En nombre de Dios! ______ bajó de la cama y cruzó la alcoba para mirar por la ventana. El amanecer alumbraba el horizonte por el este. ______ se dio cuenta, sobresaltada, de que tenía que escapar o perdería su virtud. Las sensaciones desconocidas que el arrogante príncipe despertaba en ella eran demasiado excitantes, tentadoras y fuertes para resistirse por mucho tiempo a ellas.
______ decidió huir lo antes posible y encontrar la manera de dar con Miley.
Juntas regresarían a Inglaterra. ¡Aunque tuvieran que caminar a lo largo y ancho de toda Europa!
Era muy temprano, por lo que habría poca gente levantada. Aquél era el momento más propicio para escapar. Con la llegada de Abdul y los hombres del príncipe, sería muy difícil hacerlo, si no imposible. ¿Cómo iría? ¿Por tierra o por mar? La mirada de ______ vagó hasta la playa desierta. Los dos botes seguían amarrados a la arena. Iría por mar.
¿Cómo se disfrazaría? Viajar como mujer era demasiado peligroso. ¡Ojalá tuviera ropas turcas! Pero no había nada que hacer. Se conformaría con vestirse de mozo de cuadras inglés. Y que Dios, Alá o quien fuera la protegiera.
Cruzó la alcoba a toda prisa y empezó a sacar los vestidos que guardaba en su baúl de viaje. Hurgó hasta el fondo y encontró el traje de mozo de cuadras que usaba para montar. Su madre le había prohibido llevárselo a Francia, así que lo había escondido en el fondo del baúl. Sacó las calzas deshilachadas y la camisa, junto con la gorra y las botas negras de cuero.
Temiendo que le sorprendieran mientras se preparaba, se cambió apresuradamente, se calzó las botas y recogió la fogosa melena bajo la gorra. Cogió todos los vestidos, formó una bola y los llevó a la cama. Ahí compuso una forma que ella confiaba se asemejara a una persona y la cubrió con el edredón. Luego cruzó la alcoba de puntillas, apoyó la oreja contra la puerta y escuchó.
En el pasillo no se oía nada. ¿Dónde estarían Nick y Omar? Respiró hondo y accionó el picaporte. La puerta estaba abierta. Omar las pasaría negras por eso.
______ salió al pasillo poco iluminado. Pegada contra la pared, avanzó de puntillas hasta la escalera. Ojalá se acordara de cómo salir de ese laberinto de piedra...
Tras pasar la noche insomne, Nick había salido con Argos al muro supuestamente encantado que dominaba la bahía. Necesitaba despejarse la cabeza y para ello confiaba en el olor salado del mar y la prodigiosa visión del sol naciente.
Nick se esforzaba en vano por concentrarse en quién querría ver muerto a Kevin. ¿Se trataba de una vil conspiración o de un fanático solitario? Pero cada vez que intentaba pensar en el intento de asesinato, su mente conjuraba la visión de su cautiva, su melena de fuego, sus miradas seductoras, el contoneo de sus caderas y su espíritu intrépido. Nunca había conocido una mujer como ella.
Ojalá se hubieran conocido en otras circunstancias, otro tiempo, otro lugar...
¡En nombre de Alá! Ella era la prometida de Fougere y el instrumento de su venganza.
Mirando hacia el mar, Nick advirtió un fugaz movimiento furtivo por el sendero que conducía a la playa. Dio un paso hacia el borde del parapeto y escudriñó aquel punto. Alguien o algo se ocultaba detrás de las rocas que bordeaban el camino.
—Inshallah —murmuró.
Su cautiva intentaba escapar. Girando sobre sus talones, Nick se precipitó hacia la escalera. Argos le seguía de cerca.
En la playa, ______ se escondió entre los juncos para recuperar el aliento. El corazón le latía desbocado y se sentía mareada.
Hizo un esfuerzo para escrutar la playa desierta y luego se lanzó a la carrera hacia uno de los dos botes. Lo arrastró, resoplando, hasta la orilla, se encaramo de un salto y empezó a remar hacia la libertad.
«Nunca más volveré a verle la cara.. Ese pensamiento la cogió por sorpresa. Aquella idea fugaz la inquietó por alguna razón desconocida pero pronto se desvaneció. «¿Hacia dónde tengo que ir para llegar a la mansión de Joe? —se preguntó—. ¿Sobreviviré en esta decrépita bañera que hace las veces de bote? ¿O me ahogaré?»
______ esperaba llegar a la mansión de Joe siguiendo la línea de la costa. Allí rescataría de alguna manera a Miley y juntas remarían de vuelta a Inglaterra. Si se ahogaba por el camino, así sea. Feliz estaría de morir como una mujer libre en lugar de vivir como prisionera del príncipe. Por cierto, ¿dónde estaba él?
______ miró hacia la orilla. Como si sus pensamientos lo hubieran conjurado, allí estaba Nick con los brazos en jarras, mirándola con una sonrisa. ¿Acaso el príncipe había perdido la cabeza? Ella se daba a la fuga y él permanecía ahí sonriendo como un imbécil.
Nick observó a ______, que bregaba con los pesados remos. Su flor silvestre era demasiado delicada.
—Quieto, Argos —ordenó a su perro.
Se quitó las botas y se recogió los pantalones hasta la rodilla, luego empujó el segundo bote hasta la orilla y saltó al interior. Con movimientos pausados, empezó a remar hacia su cautiva. Al fin y al cabo, ella no llegaría muy lejos en un bote que hacía agua.
En un intento desesperado por distanciarse, ______ remó con frenesí, pero los largos golpes de remo del príncipe acortaban distancias inexorablemente. ______ supo que había perdido la partida pero decidió ignorar el hecho. Siguió remando y ni siquiera se dignó a dirigirle una mirada. El príncipe no hizo intento alguno de detenerla.
—Buenos días, señora mía —saludó Nick.
______ lo miró de soslayo pero no dijo nada. ¿Qué nuevo juego se traía entre manos?
Nick se aclaró la garganta.
—He dicho buenos días.
—Os he oído.
—Maravillosa mañana para salir a remar, ¿no te parece?
—Un ejercicio muy vigorizante —contestó ______, decidiendo seguirle el juego.
—¿Adónde vas? —preguntó Nick.
—A casa.
—Tu casa está aquí, conmigo.
—Mi casa está en Inglaterra.
—Así pues, ¿te vas remando a Inglaterra? Siento decirte que no llegarás.
______ lo miró con desdén.
—Llegaré si me dejáis en paz.
—Si yo accediera a eso, hermosa mía, ten por seguro que te ahogarías.
—Bordearé la costa.
—En ese caso, más te convendría ir andando por la arena —advirtió Nick—. Ese bote hace agua.
—No me lo creo. —______ remaba sin perder el ritmo.
—Date la vuelta y mira.
______ echó un vistazo por encima del hombro y fijó los ojos en el horizonte.
—Mira abajo.
______ dejó de remar justo lo necesario para comprobar el fondo del bote a sus espaldas. Era cierto, se filtraba agua. Se miró los pies. Un charco de agua le cubría hasta los tobillos.
______ lanzó una imprecación con un estilo impropio de su condición de dama. Luego palideció y miró al príncipe.
—No sé nadar —gimoteó.
Nick maniobró el bote hasta colocarlo junto al de ella.
—Sube, pero no nos desequilibres —le dijo.
Con cuidado, ______ se levantó y se pasó al otro bote. Se sentó frente a él. Sus ojos se encontraron y se miraron largo rato. ______ fue la primera en desviar la vista. Nick empezó a remar hacia la orilla.
Una vez en la playa, el príncipe saltó del bote y lo arrastró por la arena. Sin demasiados miramientos, sacó a ______ en brazos y la depositó en tierra.
—Fuera de mi protección acechan peligros innombrables —le advirtió Nick, mirándola desde su imponente estatura—. Considérate afortunada de que te haya visto. —Intentó cogerla por el brazo pero ______ se soltó bruscamente y se encaró con él.
—¿Afortunada? ¿Creéis que soy afortunada de ser vuestra prisionera? —exclamó ______. Con las manos en las caderas, su aspecto enfurecido era sublime—. Dejasteis esa bañera inservible para engañarme.
—Jamás desearía verte muerta —afirmó Nick—. Muchas mujeres se sentirían honradas de ser mi concubina.
—¿Co... co... concubina? —farfulló ______.
En ese momento Argos se abalanzó sobre ella y, apoyando las patas delanteras en sus hombros, le lamió la cara.
—¡Quítame de encima este animal sarnoso! —exclamó ______, y aprendió una lección importante: no hables cuando un perro te está lamiendo la cara. Argos incluso introdujo su lengua en la boca abierta de la chica.
—¡Ajjj!
—Siéntate, Argos —ordenó Nick —. Ahí tienes la prueba.
—¿La prueba de qué? —______ cayó limpiamente en la trampa.
—Puesto que Argos se siente atraído por ti, no hay duda que eres una perra —remachó Nick.
—Prefiero sus besos a los tuyos.
Con gesto rudo Nick la apretó contra su largo cuerpo viril. Sus labios planearon sobre los de ella, y le preguntó con voz ronca:
—¿Es verdad eso?
Su cercanía la excitó, pero fingió indiferencia y replicó:
—¿Quieres ponerme a prueba?
—Antes enjuágate la boca —dijo Nick, aflojando la mano que la sujetaba—. Esta mañana he visto que Argos se lamía el trasero.
—¡Ajjj! —Con una mueca de asco, ______ se trotó la boca frenéticamente, y clavó los ojos en el perro, enfurecida. Argos meneó la cola.
Nick la cogió por el antebrazo y la condujo por el sendero que subía al castillo. Al llegar a la alcoba de ______, Nick la hizo entrar de un empujón y luego se encaró con el eunuco.
—¿Cómo ha conseguido escapar? —le espeto el príncipe, agarrándolo por la camisa y levantándolo en vilo.
—¿Cómo? —preguntó Omar como un eco nervioso, tragando saliva—. No lo entiendo.
—Salí por la puerta—murmuró ______.
—¿Dejaste la puerta sin cerrar y sin vigilancia? —vociferó incrédulo Nick, y arrojó al hombrecillo contra un extremo de la habitación.
______ se precipitó en su ayuda y se dejo caer de rodillas junto a él.
—¿Te has hecho daño? —pregunto.
Temblando de miedo, Omar meneó la cabeza.
—Omar no tiene la culpa —confesó ______, encarándose con el príncipe-. Es indigno, incluso de vos, atacar a una persona más débil.
—¡Silencio! —gritó Nick.
Omar paseó la mirada del príncipe a su cautiva y otra vez a él. A ese paso no habría hijos fuertes y él perdería su fortuna antes incluso de haberla conseguido. Por lo visto, su recompensa por esta ingrata tarea no sería más que un sufrimiento permanente.
—Recuerda que este diablo con forma de mujer es mi prisionero, y actúa en consecuencia —le advirtió Nick.
—¿Diablo? —chilló ______.
Nick se volvió hacia ella con ojos gélidos, fulminándola con la mirada. Al salir, ordenó por encima del hombro.
—Lávala. Y en nombre de Alá, quema esas prendas tan repugnantes que lleva. —Cerró de un portazo.
—Desventurada será la mujer que desafía a un hombre —dijo Omar, citando el Corán.
—¡Ingrato! —le espetó ______—. Te he defendido ante él.
—Las mujeres deben mostrarse respetuosas en presencia de una barba —añadió Omar.
—Métete esa idea donde te quepa, enano imbécil.
—Me habéis hecho quedar mal con el príncipe —gimió él—. Y hacéis peligrar nuestras fortunas.
—¡Oh, Dios! Vete. Déjame sola. Y asegura la puerta cuando salgas o el príncipe se verá obligado a matarte.
Omar puso los ojos en blanco. Aquella pequeña salvaje ya daba órdenes como una princesa imperial. ¿Por qué no se entregaba al príncipe y se fundían en uno? Omar se dijo que jamás entendería a las mujeres, y mucho menos a aquélla. Bendito sea Ala, un eunuco no tenía necesidad de entender al sexo débil; sólo tenía que servirle.
Aquella tarde Nick se encontraba en el patio para recibir a sus hombres. Abdul y los demás hombres acababan de llegar de la mansión de Joe y en ese momento se apeaban de los caballos.
Nick se acercó a ellos, estrechó la mano de su ayudante y luego dijo en turco a los demás guerreros:
—Vuestro viaje ha sido veloz y seguro. Os felicito.
Abdul asintió.
—¿Y el vuestro cómo ha sido?
—La visita a Estambul fue infructuosa —explicó Nick —. Una pérdida de tiempo.
—¿Por qué?
—Denise se comportó con su desprecio habitual. — Nick no reparó en la amargura que teñía sus palabras al hablar de su madre—. Kevin no tiene ni idea de quién podría beneficiarse de su muerte. Nur-U-Banu cree que la culpable es Lyndar.
—¿Lyndar? —repitió Abdul.
—La nueva kadin de mi tío —aclaró Nick—. Hace poco dio a luz un varón y le puso como nombre Karim, en honor de mi hermano.
—Ninguna madre quiere el mal para su hijo —observó Abdul—. Si algo le sucediera a Selim y Kevin se convirtiera en sultán, tendría que sacrificar la vida de su hijo.
—El bebé nació tullido, es imperfecto y jamás podría desafiar el derecho de Kevin al sultanato —barruntó Nick—. Ningún hombre iría a la guerra bajo el mando de un cojo.
—¿Esa Lyndar sería capaz de poner en marcha un plan condenado al fracaso?
—Con la posible excepción de mi madre, ninguna mujer es capaz de concebir tal ardid.
—¿Alguna hipótesis? —preguntó Abdul.
—Otros asuntos han ocupado mi mente —reconoció Nick.
Una sonrisa iluminó el rostro de Abdul.
—¿Vuestra cautiva, quizá?
Nick miró en dirección a la alcoba de ______.
—Esta mañana ha intentado escapar. Afortunadamente el bote que cogió hacía agua.
Abdul sonrió.
—Me alivia saber que la pequeña salvaje no os ha rajado el cuello. ¿Tenéis noticia sobre el paradero de la comadreja?
Nick negó con la cabeza y en ese momento algo atrajo su atención. El cuidador de las palomas mensajeras cruzaba el patio a toda prisa en dirección a ellos y se detuvo a cierta distancia, esperando permiso para acercarse. El príncipe hizo un gesto con la cabeza. El hombre le entregó una misiva y luego retrocedió unos pasos. La noticia era inquietante, y el viejo sirviente no tenía intención de exponerse a la proverbial cólera del príncipe.
Nick leyó el mensaje y levantó la vista. La furia mudó su rostro en una expresión aterradora.
—¿Malas noticias? —indagó Abdul.
—Alguien ha intentado asesinar a Lyndar y su hijo.
—¿Cómo? ¿Dónde? —preguntó Abdul consternado.
—La nota de mi madre es breve y no ofrece detalles. Mañana viajaremos a Estambul.
—Supongo que esto demuestra la inocencia de Lyndar —observó Abdul.
—Denise dice que hay pruebas que demuestran la participación de Fougere —agregó Nick.
—¿La comadreja?
—Mi amo —lo llamó Omar, distrayéndolos. El robusto hombrecillo cruzaba el patio a paso apresurado y los abordó sin esperar el permiso del príncipe—. Os he estado buscando.
—Y ya me has encontrado —dijo Nick—. Habla.
—¿Quién es éste? —preguntó Abdul, mirando al eunuco desde su imponente estatura.
—Mi madre me envió a Omar para que se ocupara de mi cautiva —respondió Nick—. Por desgracia, le deja la puerta abierta y sin vigilar.
Omar saludó a Abdul con un gesto de la cabeza, pero de pronto recordó su reciente escarceo con la muerte, y gritó:
—¡Me ha apuñalado!
—¿Quién te ha apuñalado? —preguntó Nick—. ¿Y cómo es que no estás muerto?
—O al menos sangrando —añadió Abdul, conteniendo una carcajada.
—No tiene ninguna gracia —le espetó Omar al gigante. Se volvió hacia el príncipe y dijo—: Mientras vuestra a... am... prisionera dormía la oí gemir. Como es natural, me preocupé e intenté despertarla. Entonces empezó a gritar el nombre de su padre, me cogió por sorpresa y me apuñaló.
—¿Estás herido? —inquirió Abdul.
—¿Cómo consiguió el cuchillo? —quiso saber Nick.
—Sólo se trataba de un cuchillo imaginario —dijo Omar—. De lo contrario ahora no estaría hablando con vos. Por Alá, sufre unas pesadillas aterradoras.
Nick no dijo nada y miró en dirección a la alcoba de su cautiva. ______, de pie frente a la ventana, advirtió que él la miraba y se apartó.
«Ya basta», decidió Nick. El príncipe giró sobre sus talones y dejó a sus hombres, que lo siguieron con la mirada mientras se alejaba.
______ se giró al escuchar el ruido de la llave en la cerradura. La puerta se abrió de par en par y en el umbral apareció su captor.
—No eres responsable de la muerte de tu padre –repitió Nick, avanzando hacia ella.
—¿Qué? —______ lo miró confundida.
—No volverás a soñar con la muerte de tu padre —le ordenó Nick, señalándola con el dedo—. Es una orden.
—¿Cómo os atrevéis...?
—Me atrevo porque alborotas mi casa y asustas a mis sirvientes.
—¿Asustar a quién?
—Omar todavía tiembla porque lo apuñalaste mientras dormías —dijo Nick —. ¿No te acuerdas de haberlo hecho?
______ palideció.
—¿Está herido?
Nick sonrió.
—No tenías un arma, sólo lo hiciste en tu sueño.
—Y entonces, ¿por qué demonios dais voces de esta manera?
—Eres tú la que da voces —replicó Nick—. Baja el tono cuando hables conmigo.
—Mis pensamientos y mis sueños me pertenecen —replicó ______—. No podéis...
—La muerte de tu padre no fue culpa tuya —la interrumpió Nick, resuelto a exorcizar su inmerecida responsabilidad en el asunto—. Desobedeciste a tu padre, pero su destino era morir aquel día.
En un intento por no oír aquellas palabras, ______ se cubrió los oídos con las manos.
—Escúchame. — Nick le cogió las manos, se las apartó con un gesto brusco y la sacudió con fuerza—. Una niña de diez años es incapaz de salvar a un hombre de sus asesinos. Tu...
De pronto ______ lo golpeó con toda su fuerza.
—Mi padre era amable, honrado y justo. Un santo que me quería a pesar de mis fallos, me llamaba su sombra porque lo seguía a todas partes. La única vez que lo desobedecí... ¡No manchéis la memoria de mi padre hablando de él!
Nick no pudo hacer otra cosa que mirarla fijamente. Estaba asombrado por la potencia de su puñetazo y por la audacia tan increíblemente estúpida de aquella mujer. Ningún hombre lo había golpeado jamás y seguido con vida.
«Está angustiada –se dijo Nick -. No se da cuenta de lo que hace... ¿De verdad no se da cuenta? —pensó Nick, luchando contra sus contradicciones internas—. Ella es la prometida de la comadreja.»
—Alejad vuestra detestable persona de mi presencia —le soltó ______— ¡Os odio!
—No deseo tu afecto. — Nick se sintió dolido por sus palabras pero mantuvo la expresión impasible. Estaba acostumbrado a que las mujeres lo desdeñaran, y en eso ellas nunca lo defraudaban.
—Tú eres el instrumento de mi venganza —declaro Nick con voz amenazadora, clavándole una gélida mirada—. Te venderé en subasta y eso hará que la comadreja salga de su madriguera. Pertenecerás al mejor postor y tu prometido conocerá a su Creador.
______ retrocedió con un gesto brusco, como si la hubieran golpeado. Cayó de rodillas y se cubrió la cara con las manos.
Satisfecho, Nick salió de la alcoba raudamente. La puerta se cerró de golpe, la llave giró en la cerradura y ______ vio sellarse su destino.
«¡Dios mío! ¿Venderme en subasta? —pensó—. Qué clase de monstruo es capaz de vender a una mujer? Él me ha besado y acariciado íntimamente.
¿Cómo puede hacerme esto?»
La puerta estaba cerrada con llave. La muerte era su única salida. «El suicidio es pecado mortal», susurraron las enseñanzas religiosas de toda una vida.
______ juró enfrentarse a su destino con valentía, e hizo un esfuerzo por reprimir el llanto. No pudo. Se echó a sollozar convulsivamente y un río de lágrimas le bañó las mejillas.
Encontraría la manera de escapar, y ¡ay de Savon Fougere si sus caminos se cruzaban antes de que el príncipe diera con él! ______ estaba dispuesta a matarlo con sus propias manos por haberle puesto en esa aterradora situación.
A primera hora de la mañana siguiente, ______ vio por la ventana a Nick partir con Abdul hacia Estambul. | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 08:35 | |
| Maratón 3/3
Capítulo 30
—Es para mí un placer volveros a ver, príncipe Nick.
-¿Lo es? —respondió Nick, arqueando una ceja al mirar al bigotudo francés.
—Por supuesto —contestó el duque de Sassari— Nunca escojo mis palabras a la ligera. —El duque echó un vistazo a la estancia y agregó—: Vaya multitud.
Nick recorrió con la mirada la sala privada de Akbar, el mercader de esclavos. Los hombres más importantes de Estambul atiborraban la lujosa estancia. En un extremo de la sala se encontraba el estrado donde subastarían a ______.
El duque de Sassari tenía, a sus treinta años, una presencia imponente. Era alto y bien fornido, de cabello y ojos negros, y esbozaba una sonrisa de falsa simpatía. A Nick no le agradaba aquel hombre y tampoco se fiaba de él.
—¿Cómo le va a mi hermana? —inquino el duque, rompiendo el silencio.
—¿Vuestra hermana?
—Mi hermanastra Lyndar es una de las concubinas del sultán Selim.
—Lyndar ya no es su concubina —dijo Nick— Acaba de dar a luz al hijo de Selim.
—Excelente. —Esta vez la sonrisa del duque pareció sincera.
Nick volvió a recorrer la estancia con la mirada pero no logró divisar a la persona que buscaba.
—¿Entregasteis el mensaje a Fougere? —preguntó.
—Mi primo es un cobarde —reconoció el duque— No lo veréis aquí hoy.
—¿A Fougere no le importa su hermosa prometida? —repuso Nick, sorprendido.
Un hombre capaz de sacrificar a una mujer tan magnífica para salvar su propio pellejo no era en absoluto un hombre ¿Convendría cancelar la subasta y quedarse él con ______?
—En esta subasta está prohibido pujar en nombre de otro —advirtió Nick.
—Savon jamás aceptaría a una novia mancillada —le aseguro el duque—. No le preocupa nada una inglesa a la que nunca ha visto.
—Sólo se acepta oro en pago y al contado antes de exigir la propiedad -dijo Nick, ignorando la rabia que empezaba a embargarle. Pero ¿era rabia por ver desbaratados sus planes, o por ______?
—Llevo suficiente oro —replicó el duque—. Pero ¿por qué no os quedáis vos con la mujer?
Nick no contestó. Desvió la mirada hacia la sala y se fijo en los demás hombres, que hablaban en voz baja ¿Quién sería el mejor postor que acabaría quedándose su flor silvestre? ¿Tendría ese hombre la paciencia para manejar a aquella mujer tan terca, o la azotaría? ¿Y quién la acogería en sus brazos cuando gritara por la noche?
Joe cruzó el portal arqueado y entró en la sala con aire fanfarrón. Nick giró sobre sus talones y se dirigió hacia él.
—Me alegro de verte —le dijo a su amigo.
Joe asintió con la cabeza.
—¿Se sabe algo de Fougere?
—El duque de Sassari ha venido a pujar —respondió Nick haciendo un gesto en su dirección—. Me gustaría saber en nombre de quién.
—Ya te dije que la comadreja se quedaría en su madriguera —recordó Joe—. ¿Dónde está tu flor silvestre?
Nick se encogió de hombros.
—Supongo que Akbar la tiene en un lugar seguro.
—¿Un lugar en el que no pueda oír lo que sucede aquí dentro? —preguntó Joe—. Oh, olvidaba que a veces Akbar administra drogas a la mercancía.
—¿Qué? —Aquello sorprendió a Nick.
—¿No lo sabías? No hay de qué preocuparse. Akbar les da un sedante suave para que la mercancía se muestre sumisa a la inspección. Por cierto, ¿cómo se tomó la noticia de su inminente venta?
Nick puso cara inexpresiva y no dijo nada. Por su mente cruzó la imagen de ______, tal como la había visto por última vez. Sintió que se le encogía el corazón ante el recuerdo de su expresión atormentada.
Impulsada por la angustia, ______ lo había herido con su única arma, las palabras. Nick sabía que él había reaccionado con rabia. En nombre de Alá, había jurado jamás hacerle daño a otra mujer movido por la rabia. Y ahora...
—Mi pajarillo se volvió loca de contento cuando supo que tengo intención de volver a casa con su prima —explicó Joe, yendo al grano.
Ese comentario hizo reaccionar al príncipe.
—¿Qué has dicho?
—Doscientas monedas de oro —repitió Akbar—. ¿Quién subirá la apuesta por este cutis inmaculado y suave como la mejor seda de Bursa?
—¡Trescientas monedas de oro! —anunció el duque de Sassari.
—¡Mil monedas de oro! —exclamó Kevin.
Todos los presentes se giraron para mirar a Kevin. Si el heredero del sultán quería a aquella mujer, no pujarían más.
El conde Orcioni rompió el silencio, y gritó:
—¡Mil quinientas monedas de oro!
—¡Dos mil! —Joe dejó al hombre con las palabras en la boca.
—¡Tres mil! —insistió Kevin.
Como un animal enjaulado, Nick giraba la cabeza de su amigo a su primo. «¡Los muy cerdos!»
Satisfecho del rumbo que tomaba la subasta, Akbar siguió adelante:
—Aquí tengo tres mil monedas de oro del mejor conocedor de la carne de mujer en Estambul. ¿Bien...?
—¡Cuatro mil! —pujó Yagli Cirkin, arrimándose al estrado lo bastante para pellizcar a ______ en el muslo.
—¡Cinco mil!—gritó Joe.
Kevin hizo un gesto con la cabeza hacia Joe y vociferó:
—¡Seis mil!
—Acercaos, caballeros —invitó Akbar— Acercaos y apreciad la perfección de sus exquisitos pechos con esos tentadores pezones rosados. —Hizo una señal hacia Omar, pero al ver que éste no se movía, prosiguió—: Acercaos y tocad los magníficos pechos de esta mujer, que Alá moldeó para satisfacer al más lascivo de los hombres y para dar de mamar a los hijos que consiga engendrar con esta virgen.
Akbar volvió a gesticular hacia Omar. El eunuco hizo ademán de retirar el pequeño bolero de la doncella.
—¡No! —chilló ______, apartándolo de un codazo.
Akbar alargó el brazo para cogerla pero ______ amenazó con darle un puñetazo.
-¡Basta! —rugió Nick, dando un paso al frente.
Los hombres observaron anonadados cómo Nick pasaba junto a ellos y subía al estrado de un salto. Arrebató el yashmak de manos de Omar y al cubrir a ______ con la túnica, ésta empezó a pestañear y se desmayó. Nick la cogió y la levantó en brazos.
—He cambiado de parecer —anunció Nick.
Al fondo de la sala, Kevin y Joe intercambiaron sonrisas victoriosas.
—No podéis cambiar de parecer —protestó Akbar—. La subasta ha comenzado.
Nick miró al mercader de esclavos con el rostro demudado por la rabia.
—He dicho que se acabó la venta.
-Vaya fraude —se atrevió a insinuar el conde Orcioni.
—Es injusto—convino Yagli Cirkin.
—He decidido quedarme con mi esclava —informó Nick a los hombres reunidos—. Con cargo a mi cuenta, os invito a escoger otra pieza de entre la exquisita mercancía de Akbar.
—¿Regalaréis a cada hombre de los presentes otra esclava de su elección? —inquirió Akbar, sus ojos oscuros desorbitados por la idea de todo el oro que ganaría.
—Sí, salvo a Yagli Cirkin, que nunca fue invitado a esta subasta —declaró Nick, clavando una mirada inapelable en el mercader de esclavos.
Nick bajó del estrado con ______ apoyada contra su pecho. Los hombres se apartaron para dar paso a la imprevisible Bestia del Sultán. Al llegar junto a su primo Nick se detuvo.
—Selecciona todas las vírgenes que te apetezca desflorar —le ofreció.
—Aunque es una belleza, yo prefiero que mis vírgenes sean más jóvenes —comentó Kevin—. ¿Qué harás con ella?
—¿Tú crees que hace falta preguntárselo? —bromeó Joe.
Pero la Bestia del Sultán dio al León de Estambul y al Hijo del Tiburón un susto mayúsculo:
-Esta virtuosa y noble doncella merece un matrimonio honorable —anunció, y luego se volvió hacia Joe—. Por favor, acompaña a Omar a la casa de mi madre. —Y Nick salió con ______ en brazos por el portal arqueado.
Caía la tarde en profundas sombras que cruzaban la calle desierta frente a la sala de Akbar. Los fieles de Estambul se reunían para rezar; los infieles cristianos y judíos preparaban la cena de la noche.
Nick se detuvo un instante y dirigió una mirada llena de amor al rostro de su cautiva. Las pestañas de ______ temblaron y se abrieron. Nick vio los ojos verdes más arrebatadores del mundo.
— Nick... —suspiró ______, como un susurro mecido por una brisa suave. Pero el sueño narcotizado se la llevó nuevamente.
Estrechándola contra sí, Nick apoyó los labios sobre los de ella.
—Perdóname, mi preciosa flor silvestre —susurró—. Te protegeré siempre y nunca te dejaré ir.
De pronto apareció Abdul, conduciendo sus caballos.
—¿Voy en busca de una litera? —se ofreció—. Estoy seguro de que Akbar...
—No.
Abdul asintió con la cabeza y alargó los brazos para coger a ______. Negándose en silencio a renunciar a su tesoro, Nick la acomodó en sus brazos y montó en su caballo. Nick y Abdul bajaron lentamente por el estrecho sendero en dirección a la casa de Denise.
No advirtieron la presencia de una figura cubierta de negro que desde un callejón junto al establecimiento de Akbar espiaba la escena. Al pasar el príncipe, el hombre se apartó el kufiyah negro de la cara y se quedó mirándolos fijamente. Su semblante enjuto recordaba al de una comadreja y la cólera le torció los labios en una mueca silenciosa.
«Conque la Bestia del Sultán alberga sentimientos tiernos hacia la inglesa —pensó el conde de Beaulieu, esfumándose entre las sombras—. Bien. Mí prometida será el instrumento de la defenestración y muerte del príncipe.»
Al llegar al patio de la casa de su madre, Nick deslizó una pierna por encima de la silla de montar y se dejó caer del caballo. ______ dormía acurrucada contra su pecho. Abdul tomó las riendas y condujo los caballos hacia los establos.
Una vez dentro, Nick pasó ante los sorprendidos sirvientes de su madre, que corrieron en busca de su señora para contarle la nueva, Nick se dirigió a la alcoba donde dormía en las esporádicas visitas que hacía a su madre, la misma que había ocupado desde niño.
Con ______ aún en sus brazos, Nick abrió la puerta y entró, luego la cerró con un golpe de la bota. Cruzó la alcoba en dirección a la cama y allí retiró la colcha. Tendió a ______ con gesto delicado y empezó a desvestirla. Sintió que perdía el aliento ante la visión de aquella belleza sin parangón, y de sólo pensar que había estado a punto de perderla se le secó la boca de pánico. El reconocimiento de que tenía una debilidad, su amor por su bella cautiva, casi lo derribó.
Nick respiró hondo para calmarse. Su flor silvestre le pertenecía. Él la protegería y ningún enemigo podría utilizar su amor por ella en contra suyo. Movió a ______ para que su cabeza descansara sobre la almohada y le subió la colcha hasta el mentón. Sentado en el borde de la cama, acarició su mejilla de seda, luego se inclinó sobre ella y la besó en la frente.
—Cuando vuelva serás mía para siempre —prometió.
—¿La amas y no has tenido corazón para venderla? —dijo una voz a sus espaldas—. Menuda venganza.
Sorprendido, Nick se volvió y se encontró con su madre, que lo miraba con una mueca de menosprecio.
—Es siempre un placer visitarte, querida madre —dijo él con tono seco.
Denise se inclinó y contempló con severidad a la joven mujer que según todos los indicios le había robado el corazón a su hijo.
—Supongo que está bastante bien, salvo esas horribles pecas —observó Denise—. ¿Lleva en su vientre a mi nieto?
Denise hizo un gesto para retirar el edredón, pero Nick la detuvo con la mano.
—Dormirá varias horas, y yo tengo que atender ciertos asuntos. Cuando llegue Joe con Omar, dile al eunuco que cuide de ella. — Nick abrió la puerta y miró a su madre, arqueando una ceja oscura—. Dejemos que duerma.
—¿Es que no vas a permitir que la mire? —preguntó Denise.
—Quiero que descanse —dijo Nick —. Ya la conocerás cuando despierte.
—Muy bien —accedió Denise, cruzando la alcoba para salir delante de él—. Pero te advierto, mi curiosidad se verá saciada.
—Esta noche, madre —concedió Nick con voz cansina—. La conocerás cuando vuelva. —Se giró y echó a andar por el pasillo, pero la voz de su madre lo detuvo.
—¿Adónde vas?
Nick le dirigió una sonrisa inescrutable.
—A visitar al imán.
—¿Por qué?
—Para casarme —le informó Nick por encima del hombro y, al doblar el recodo, desapareció de la vista.
Nick salió al patio y estuvo a punto de chocar con Abdul, que en ese momento entraba a la casa.
—¿Mi caballo? —preguntó el príncipe.
—Lo he llevado al establo.
Nick lo miró ceñudo, pero luego se relajó su expresión.
—Iremos caminando.
—¿Adonde? —preguntó Abdul.
—A ver al imán.
Abdul adelantó el paso para andar junto al príncipe, y los dos hombres se adentraron en la noche. Al cabo de un rato se detuvieron frente a la residencia del sacerdote. Sin vacilar, Nick llamó a la puerta.
Pasaron varios minutos hasta que la puerta se abrió bruscamente.
—La Bestia del Sultán... —balbuceó un sirviente, retrocediendo unos pasos.
Nadie los invitó a entrar, pero Nick y Abdul pasaron junto al atemorizado sirviente justo cuando su amo llegaba al vestíbulo.
—Príncipe Nick, ¿en qué puedo serviros? —saludó el imán, con la sorpresa reflejada en el rostro.
—Quiero casarme —le dijo Nick.
—Felicidades, señor. —El imán sonrió—. Si me dais el nombre de la afortunada doncella, mi escribiente...
—-Ahora —le interrumpió Nick.
—¿Perdón, señor?
—Quiero casarme esta noche.
—Es una petición un tanto inusual —repuso el imán—. Los documentos...
—No es ninguna petición —declaró Nick, dirigiendo una mueca fiera al sacerdote—. Me casaré esta misma noche.
—Bien, señor. El documento matrimonial se puede preparar antes de una hora —accedió el imán. Llevarle la contraria al príncipe podía ser muy desaconsejable para la salud—. ¿Con quién deseáis casaros?
—Con mi esclava ______...
—¿Vuestra esclava...? —El imán se quedó de una pieza—. Pero un príncipe no se casa con su esclava.
—Lo hace, si así lo desea —le espetó Nick, visiblemente irritado.
—No me entendéis —explicó el imán—. Casarse con un esclavo es ilegal.
—Necesita la manumisión —susurró Abdul al príncipe.
—Redactad los documentos de manumisión y de matrimonio —dijo Nick—.
Firmaré el papel que le concede la libertad a mi esclava y luego el otro.
—Pues... —El imán vaciló.
—Seréis generosamente recompensando —añadió Nick.
—Se puede hacer pero llevará un poco de tiempo.
—Esperaré.
El imán inclinó la cabeza.
—Os ruego que entréis en mi salón y toméis un refrigerio mientras esperáis.
Alrededor de la medianoche, Nick y Abdul salieron de la residencia del imán. No había luna y todo estaba sumido en un extraño silencio. La estrecha calle estaba desierta.
—Jamás imaginé que algún día sería un hombre casado —comentó Nick mientras se encaminaban hacia casa de Denise.
Abdul miró a su amo de reojo y dijo:
—Probad a darle unos azotes...
Nick se detuvo de pronto y pidió silencio con la mano. Aguzaron el oído. A sus espaldas se detuvo un ruido de pasos. Nick y Abdul se miraron y reemprendieron la marcha. Los pasos también lo hicieron, acompasados a su ritmo. Nick y Abdul disminuyeron el paso. Las pisadas los imitaron.
Nick se detuvo e hizo un gesto a Abdul indicándole que siguiera caminando. Abdul negó con la cabeza. Nick gruñó, pero Abdul le hizo una seña de que siguieran andando. Esta vez fue Nick quien negó con la cabeza.
De pronto, las pisadas se abalanzaron hacia ellos y ambos se giraron. Dos hombres les atacaban empuñando sendos puñales. Uno de ellos se precipitó sobre Abdul. El otro, un tipo gigantesco, cogió a Nick desprevenido, lo derribó de un empujón y se dispuso a clavarle el puñal.
Rápido como un rayo, Nick le asestó una patada en la entrepierna y el villano se encogió de dolor. El príncipe lo sujetó contra el suelo y lo desarmó, amenazándolo con su propio puñal contra el cuello. El otro atacante decidió poner pies en polvorosa.
—¡Piedad, por Alá! —suplicó el asesino.
—¿Quién te ha enviado? —bromeó Nick.
-Fougere... —balbuceó el hombre.
—¿Dónde se esconde esa maldita comadreja?
—No lo sé, señor... Alá lo castigará...
Aquellas fueron las últimas palabras que pronuncio aquel asesino a sueldo.
La Bestia del Sultán le rebano el cuello de oreja a oreja. | |
| | | Stephy D' Jonas Super Fan De Los JoBros!
Cantidad de envíos : 3599 Edad : 29 Localización : ¡Donde los sueños me lleven! {Venezuela - Jonasland - Australia} Fecha de inscripción : 24/11/2009
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 08:42 | |
| Bueno chicas espero que me disculpen pero no he estado muy bien de salud desde el Jueves y por lo mismo no he entrado a ninguna red social... Espero que sea de su agrado este mini- maratón... Gracias a todas y.... BIENVENIDAS NUEVAS LECTORAS! Espero que sea de su agrado esta novela de principio a fin y hablando sobre eso... YA SE ACERCA EL FINAL!!!! Por lo tanto comenzaré a poner solo 1 capítulo por semana ya que no quiero que termine tan rápido y si sigo colocando solo maratones obviamente si llegará y más rápido de lo que haya imaginado... Espero que no se molesten por eso y comprendan porqué lo hago... Cuidense! Las quiero... Gracias a todas por sus comentarios y por pasar de página! SON SENSACIONALES Y GENIALES! | |
| | | irlanda Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 506 Edad : 27 Fecha de inscripción : 14/01/2012
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 17:35 | |
| Oh por dios su flor silvestre y se la quedo que amor!!maldita comadreja ah como la detesto. Vale esta genial no puedo creer que ya casi se acaba ml un cap por semana no dos porfavor moriria vale? Uno el martes y otro jueves plissssss. sigurla esta genial | |
| | | irlanda Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 506 Edad : 27 Fecha de inscripción : 14/01/2012
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 17:54 | |
| Oh por dios su flor silvestre y se la quedo que amor!!maldita comadreja ah como la detesto. Vale esta genial no puedo creer que ya casi se acaba ml un cap por semana no dos porfavor moriria vale? Uno el martes y otro jueves plissssss. sigurla esta genial | |
| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
Cantidad de envíos : 39455 Edad : 27 Localización : Con Nick en una playa los dos solos 1313 prometiendonos estar juntos xa siempre 'Colombia' Fecha de inscripción : 14/10/2011
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:18 | |
| Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
Cantidad de envíos : 39455 Edad : 27 Localización : Con Nick en una playa los dos solos 1313 prometiendonos estar juntos xa siempre 'Colombia' Fecha de inscripción : 14/10/2011
| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:19 | |
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| | | NataliadeJonas Hipermegaultrasuper Fan de los Jonas
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:20 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:20 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:20 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:20 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:21 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:22 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:23 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:23 | |
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| Tema: Re: Esclavizada (Nick & Tú) ADAPTADA Noviembre 27th 2012, 19:23 | |
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