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| No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot | |
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Autor | Mensaje |
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Ivethzitha Forista!
Cantidad de envíos : 51 Edad : 29 Localización : Donde mi mente me lleve Fecha de inscripción : 31/01/2013
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 3rd 2013, 18:31 | |
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| | | mari_jonas_I love Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 477 Fecha de inscripción : 16/07/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 3rd 2013, 18:33 | |
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| | | Trouble Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 209 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/12/2009
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 3rd 2013, 19:33 | |
| Capitulo 35 Parte 1
El ruido que hizo la puerta del dormitorio al abrirse terminó con mi intrascendente sueño, aunque fue el delicioso aroma del café lo que me despertó realmente. Me estiré, pero seguí con los ojos cerrados, disfrutando de él por anticipado. Joe se sentó en el borde de la cama y empezó a pasarme los dedos por las mejillas. —¿Qué tal has dormido? —Te he echado de menos. ¿Es para mí ese café que estoy oliendo? —Sí, si eres buena. Abrí los ojos de repente. —¡Pero si te gusta que sea mala! Aquella sonrisa suya me trastornaba. Llevaba puesto un traje increíblemente sexy y tenía mejor aspecto esa mañana que la noche anterior. —Me gusta que seas mala sólo conmigo. Cuéntame lo del concierto del viernes. —Toca un grupo que se llama Six-Ninths. Es lo único que sé. ¿Quieres ir? —No se trata de si yo quiero ir o no. Si tú vas, yo también. Hice un gesto de perplejidad levantando las cejas. —¡No me digas! ¿Y qué pasaría si no te hubiera preguntado? Me cogió la mano y se puso a juguetear delicadamente con mi anillo de compromiso dándole vueltas alrededor del dedo. —Pues que tú tampoco irías. —¿Cómo dices? —Me eché el pelo hacia atrás. Al observar la expresión de firmeza que tenía en su atractivo rostro, me incorporé— Dame ese café. Quiero que la cafeína me cargue las pilas para darte lo que te mereces. Joe hizo una mueca y me entregó la taza. —No me mires así —le dije en tono de advertencia— Fuera de broma, no me gusta nada oírte decir que no puedo ir a algún sitio. —Estamos hablando en concreto de un concierto de rock , y no te digo que no vayas, sólo que no puedes ir sin mí. Lamento que no te guste, pero así son las cosas. —¿Quién ha dicho que vaya a ser rock ? Puede que sea música clásica o celta o pop... —Los Six-Ninths tienen contrato con Vidal Records. —Ah, ya. —Vidal Records estaba dirigida por Christopher Vidal, el padrastro de Joe, pero él tenía participación mayoritaria en la empresa. Yo me preguntaba cómo había llegado a tomar parte en el negocio de la familia de su padrastro. Supuse que, cualquiera que hubiera sido la razón, era la misma por la que Christopher junior, su medio hermano, le odiaba profundamente. —Yo he visto videos de sus conciertos—me explicó con sequedad— y no voy a permitir que corras riesgos entre semejantes multitudes. Tomé un buen sorbo de café. —Lo comprendo, pero no puedes dedicarte a mangonearme. —¿Que no puedo? Shh... —me puso un dedo en los labios— No discutas, que no soy ningún tirano. De vez en cuando quizás me surja alguna inquietud, y tú serás lo suficientemente sensata como para aceptarla. Le aparté la mano de un empujón. —¿Entendiendo por «sensata» que tengo que hacer lo que tú decidas que es lo mejor? —Por supuesto —Eso es una gilipollez. Él se mantuvo en sus trece. —No vamos a discutir por una situación hipotética. Tú me pediste que fuera contigo al concierto del viernes y te contesté que sí. No hay nada que aclarar. Dejé la taza de café en la mesilla, eché hacia atrás la ropa con los pies y salí de la cama. —Joe, yo necesito poder vivir mi vida, seguir siendo yo misma o esto no funcionará. —También yo necesito ser yo mismo. Y no tengo por qué transigir siempre. Aquello me llegó al alma. No le faltaba razón: yo tenía derecho a esperar que él me dejara espacio vital, pero él tenía derecho a que se le comprendiese como el hombre que era. Yo tendría que hacer concesiones teniendo en cuenta sus reacciones emocionales. —¿Y si una noche quiero ir de discotecas con mis amigas? Me cogió la cara entre las manos y me besó en la frente. —Puedes llevarte la limusina y limitarte a los locales de mi propiedad. —¿Para que tu personal de seguridad me espíe? —Para que te vigile —me corrigió, pasando los labios por encima de mis cejas—. ¿Es eso tan terrible, cielo? ¿Resulta tan imperdonable que me fastidie apartar los ojos de ti? —No tergiverses las cosas. Me inclinó la cabeza hacia atrás y me dirigió una mirada resuelta e inflexible. —Tienes que entender que aunque cojas la limusina y vayas sólo a mis discotecas, yo me volveré loco mientras no vuelvas a casa. Y si a ti te vuelven un poco loca mis precauciones respecto a tu seguridad, ¿no te parece que eso forma parte del «toma y daca»? Solté un gruñido. —¿Cómo consigues que algo desatinado parezca razonable? —Es un don. Le agarré con ambas manos su macizo y espléndido culo y apreté. —Necesito más café para enfrentarme a ese don tuyo, campeón. *** Se había convertido en una costumbre que Mark , Steven (su novio) y yo saliéramos a comer juntos los miércoles. Cuando llegué con Mark al pequeño restaurante italiano que él había elegido y vi a Shawna esperando con Steven, me emocioné de verdad. Mark y yo teníamos una relación muy profesional, pero de algún modo habíamos conseguido que trascendiera a lo personal y significaba mucho para mí. —Qué envidia me da tu bronceado —me dijo Shawna, que estaba monísima con ropa informal: vaqueros, camiseta sin mangas y un vaporoso fular— a mí el sol sólo me pone roja y me salen más pecas. —Pero tienes una melena preciosa de la que presumir —señalé, admirando aquel intenso tono pelirrojo. Steven se pasó una mano por el pelo, que era exactamente del mismo color que el de su hermana, e hizo un mohín. —¡Los sacrificios que hay hacer para estar guapa! —¡Qué sabrás tú! —Shawna se echó a reír y le dio un empujoncito en el hombro que no consiguió desplazarlo ni un centímetro. Mientras que ella era esbelta como un junco, Steven era grandote y fornido. Sabía por Mark que su novio se implicaba también manualmente en la empresa de construcción donde trabajaba, lo cual explicaba tanto el tamaño como la aspereza de sus manos. Entramos en el restaurante y nos acomodaron enseguida gracias a la reserva que había hecho cuando Mark me invitó a comer. Era un local pequeño pero con mucho encanto. La luz entraba a raudales por las enormes cristaleras que iban de suelo a techo, y el aroma de la comida era tan apetitoso que se me hacía la boca agua. —Estoy deseando que llegue el viernes —dijo Shawna, y sus ojos de un azul suave se iluminaron por el entusiasmo. —Sí, va a llevarte a ti —observó Steven con ironía— y no a su hermano mayor. —Esas cosas no te van —replicó ella— a ti te molestan las aglomeraciones. —Es cuestión de ir haciéndose sitio. Shawna dirigió los ojos al techo en un gesto de impaciencia. —No puedes andar dando codazos por todas partes. La conversación sobre las aglomeraciones me hizo recordar a Joe y su vena protectora. —¿Te importa si llevo al chico con el que salgo —pregunté— o crees que nos aguaría la fiesta? —En absoluto. ¿Tiene algún amigo que quiera venir también? —Shawna. —Era evidente que Mark se había escandalizado y le hablaba en tono de reproche— ¿Y Doug? —¿Qué pasa con Doug? No me has dejado terminar. —Se volvió a mí para explicarse—. Doug es mi novio. Está pasando el verano en Sicilia en un curso de cocina. Es chef. —Qué bien. Me molan los tíos que saben cocinar. —Pues sí. —Sonrió, y luego dirigió una mirada fulminante a Mark—. Ya sé que merece la pena conservarle, así que si tu chico tiene un amigo al que no le importe ocupar el asiento libre sin ninguna posibilidad de ligar, tráelo. Inmediatamente pensé en Cary y esbocé una sonrisa. Pero ese mismo día, más tarde, cuando Joe y yo ya habíamos vuelto a su apartamento, después de pasar un montón de tiempo con nuestros entrenadores personales, cambié de idea. Me levanté del sofá donde había estado intentando, en vano, leer un libro y fui silenciosamente por el pasillo hasta su despacho. Le encontré enfrascado en el ordenador, haciendo volar los dedos sobre el teclado. El brillo del monitor y el foco que iluminaba el collage de fotos colgado en la pared eran las únicas fuentes de luz, así que quedaba en sombras una gran parte de la habitación. Él estaba sentado en medio de la penumbra, con el torso desnudo, guapísimo y muy dueño de sí mismo. | |
| | | Trouble Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 209 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/12/2009
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 3rd 2013, 19:37 | |
| Capitulo 35 Parte 2
Como siempre cuando trabajaba, se le veía apartado e inalcanzable. Yo experimentaba soledad con sólo mirarle. La combinación de la distancia física, porque seguía con la regla, y la comprensible decisión de Joe de que durmiéramos separados, despertaban en mí una profunda inseguridad y me hacían querer aferrarme a él con más empeño y esforzarme para que concentrara su interés en mí. El hecho de que estuviera trabajando en vez de pasar el tiempo conmigo no debería dolerme (sabía de sobra que tenía muchas cosas que hacer), pero me dolía. Me sentía abandonada y poco querida, lo cual era un indicativo de que estaba recayendo en mis malos hábitos. La sencilla realidad consistía en que Joe y yo éramos lo mejor y lo peor que nos había ocurrido. Levantó la vista y me inmovilizó con la mirada. Observé cómo desviaba la atención de su tarea para prestármela a mí. —¿Te tengo desatendida, cielo? —me preguntó, reclinándose en la silla. Me sonrojé, deseando que no me adivinase tan bien los pensamientos. —Siento interrumpirte. —Lo que tienes que hacer es venir siempre que necesites algo. —Empujó hacia dentro la balda del teclado, señaló con unos golpecitos el sitio que quedaba vacío en su mesa, justo delante de él, e hizo rodar la silla hacia atrás— Ven a sentarte aquí. Un estremecimiento me recorrió todo el cuerpo, y me acerqué a toda prisa, sin molestarme en disimular mi entusiasmo. Me senté sobre la mesa, frente a él, y sonreí abiertamente cuando le vi adelantar la silla y llenar el espacio entre mis piernas. Pasó los brazos por encima de mis muslos y me rodeó las caderas, mientras decía: —Tendría que haberte explicado que estoy tratando de quitarme de encima algunas tareas para que podamos tener libre el fin de semana. —¿De verdad? —Le pasé los dedos entre el pelo. —Te quiero toda para mí durante un buen rato. Y de verdad, de verdad que necesito follar contigo durante mucho tiempo. Quizás todo el tiempo. Cerró los ojos cuando empecé a tocarle. — Echo de menos estar dentro de ti. —Tú siempre estás dentro de mí —le susurré. Su boca se curvó en una sonrisa lenta y pícara, y abrió los ojos. —Estás haciendo que me empalme. —¿Y cuál es la novedad? —Todo. Fruncí el ceño. —Ya nos ocuparemos de eso —dijo—. De momento, dime a qué has venido. Titubeé, todavía concentrada en su críptico comentario. —__ —El tono enérgico que usó me hizo espabilar— ¿Necesitas algo? —Un ligue para Shawna. Bueno... no realmente un ligue. Shawna tiene novio, pero está fuera del país. Estaría bien que fuéramos dos parejas. —¿No quieres pedírselo a Cary ? —En un principio pensé en él, pero Shawna es amiga mía. Se me ocurrió que tal vez te gustara traer a alguien que tú conozcas. Ya sabes, para igualar fuerzas. —Vale, veré quién está libre. En ese momento me di cuenta de que realmente no esperaba que me hiciera caso. En mi cara debían de traslucirse algunas de mis cavilaciones, porque me preguntó: —¿Hay algo más? —Yo... —¿Cómo podía yo decirle lo que estaba pensando sin quedar como una imbécil— No, nada. —__ —su voz sonó adusta— dímelo. —Es una estupidez. —No te lo estoy pidiendo. Un hormigueo me recorrió las venas, como me ocurría siempre que él hablaba en aquel tono autoritario. —Yo creía que hacías vida social sólo por cuestión de negocios y que te tirabas a algunas mujeres ocasionalmente. Me resultó difícil decir la última parte. Por muy patético que fuera sentir celos de las mujeres de su pasado, no podía evitarlo. —¿Creías que no tenía amigos? —me preguntó, claramente divertido. —Nunca me has presentado a ninguno —le contesté con un poco de resentimiento, toqueteando al mismo tiempo el dobladillo de la camiseta. —¡Ah! —Eso le hizo todavía más gracia, y le brillaban los ojos de la risa—Tú eres mi secretito sexy. Habrá que preguntarse en qué estaría yo pensando cuando me aseguré de que nos hicieran una foto besándonos en público. —Bueno. —Se me fueron los ojos hasta el collage de la pared, donde podía verse aquella foto, una imagen que había circulado por todos los blogs de cotilleo durante varios días—. Hombre, diciéndolo así... Joe soltó una carcajada, y aquel sonido se expandió por mi cuerpo en una cálida ráfaga de placer. —Te he presentado a unos cuantos amigos cuando hemos salido por ahí. —Pues yo pensaba que todos a los que había conocido en los acontecimientos a los que hemos asistido eran colegas profesionales. —Pero guardarte toda para mí no es una mala idea. Le lancé una rápida mirada y volví a plantear el mismo tema que cuando discutimos si yo iría a Las Vegas en vez de a Phoenix. —¿Por qué no puedes ser tú el que se tumbe desnudo esperando a que te follen? —¿Y qué tiene eso de divertido? Le empujé por los hombros y él me llevó hasta sus rodillas, riendo. No podía creer que estuviera de tan buen humor y me preguntaba qué se lo habría provocado. Eché una ojeada a la pantalla y lo único que vi fue una hoja de cálculo que me dejó bizca y un correo electrónico a medio escribir. Pero había algo distinto en él. Y me gustaba. —Sería muy placentero estar tumbado —murmuró, con los labios en mi cuello— y empalmado para que tú me montaras cuando te apeteciera. El sexo se me contrajo al visualizar la escena mentalmente. —Me estás poniendo caliente. | |
| | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 3rd 2013, 22:05 | |
| awww me encanta este Joe!! Todo lindo, de buen humor!!! Espero sigan asi por un rato!! Siguela!!! | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 4th 2013, 12:27 | |
| ahw joe que lindo siguelaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 4th 2013, 19:17 | |
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| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 4th 2013, 19:20 | |
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| | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 5th 2013, 18:07 | |
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| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 5th 2013, 22:12 | |
| please seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | BETTY DE JONAS Novia De..
Cantidad de envíos : 613 Edad : 30 Localización : Con los jonas :) (en un cuarto AMANDONOS) Fecha de inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 6th 2013, 17:18 | |
| Qué bonito!!!!! Ya lo he dicho antes pero me encantan esos momentos tan tiernos y graciosos que tienen.... Me pareció muy gracioso que ________ creyera que Joe no tenía amigos... Por favor tienes que seguirla!!!!! | |
| | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 6th 2013, 19:48 | |
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| | | mari_jonas_I love Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 477 Fecha de inscripción : 16/07/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 7th 2013, 06:51 | |
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| | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 9th 2013, 09:22 | |
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| | | Trouble Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 209 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/12/2009
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 9th 2013, 18:48 | |
| Capitulo 35 Parte 3
—Muy bien; así me gustas a mí. —O sea, que si mi fantasía consiste en que tú me proporciones servicios de semental las veinticuatro horas del día... —A mí me parece la realidad. Le di un mordisquito en la mandíbula, y él emitió un gruñido. —¿Quieres sexo duro, cielo? —Quiero saber qué fantasía tienes tú. Joe me colocó perpendicularmente a sus rodillas. —Tú. —Más te vale. Esbozó una sonrisita. —En un columpio. —¿Qué? —Un columpio sexual, __ Tu precioso culo en el asiento, los pies en unos estribos, las piernas bien abiertas y tu perfecto coño húmedo esperándome —empezó a darme tentadores masajes circulares al final de la espalda—completamente a mi merced, incapaz de hacer nada que no sea recibir todo el semen que yo pueda darte. Te encantaría. Le imaginé de pie entre mis piernas, desnudo y reluciente por el sudor, sacando bíceps y pectorales al balancearme, deslizando dentro y fuera de mí su hermosa polla. —Me quieres indefensa. —Te quiero preparada. Y no por fuera. Estoy buscando la forma de entrar. —Joe... —Nunca iré más allá de lo que tú puedas soportar —prometió, con un brillo de vehemencia en los ojos visible incluso con la tenue iluminación—pero te llevaré al límite. Yo me revolví, a la vez excitada e inquieta ante la idea de darle tanta ventaja. —¿Por qué? —Porque tú quieres ser mía y yo quiero poseerte. Ya llegaremos.
Metió una mano bajo mi camiseta y me cubrió un pecho; con los dedos tiraba del pezón y lo friccionaba, electrizando todo mi cuerpo. —¿Has hecho eso antes? —le pregunté ansiosamente— ¿lo del columpio? Su expresión se hizo hermética. —No hagas ese tipo de preguntas. ¡Oh, Dios mío! —Yo sólo... Selló mis labios con los suyos y me mordisqueó el inferior. Luego, me introdujo la lengua en la boca, sujetándome justo donde quería tenerme y agarrándome del pelo. El dominio del acto era innegable. El deseo se apoderó de mí, una necesidad de él contra la que no podía luchar y que me era posible controlar. Gemí, sintiendo un dolor en el pecho de pensar que él invirtiera tanto tiempo y esfuerzo para obtener placer de otra persona. Joe puso la mano entre mis piernas y me aprisionó el sexo. Yo di un respingo, sorprendida por la agresión. Emitió un leve sonido tranquilizador y comenzó a acariciarme esa carne tan sensible con la consumada habilidad a la que yo me había hecho adicta. Interrumpió el beso, me arqueó la espalda con un brazo y así hizo llegar mi busto hasta su boca. Mordió el pezón a través del tejido de algodón; luego, rodeó con los labios el dolorido extremo y succionó con tanta fuerza que repercutió en lo más profundo de mi ser. Me sentía cercada, y el deseo que me dominaba provocaba cortocircuitos en mi cerebro. Introdujo los dedos bajo el borde de las bragas para llegar al clítoris: el contacto de la carne con la carne, justo lo que yo necesitaba. Joe. Levantó la cabeza y me miró con oscuros ojos mientras me corría. Grité cuando llegó la oleada de estremecimientos, la liberación de la ansiedad después de varios días de privación, casi demasiada para poder soportarla. Pero él no lo dejó ahí. Siguió acariciándome el sexo hasta que me corrí otra vez, hasta que unos violentos espasmos sacudieron mi cuerpo y cerré las piernas con todas mis fuerzas para acabar con aquel embate. Cuando retiró la mano, me quedé desfallecida, laxa y jadeante. Me encogí pegada a él, con la cara en su garganta y los brazos alrededor del cuello. Parecía que el corazón se me había agrandado. Todo lo que experimentaba por aquel hombre, todo el tormento y el amor, me abrumaban. Me aferré a él, tratando de estar aún más cerca. —Shh. —Me abrazó bien fuerte, estrechándome hasta que se me hacía difícil respirar— Te lo cuestionas todo y te vuelves loca. —Esto me disgusta —le susurré—. No debería necesitarte tanto. No es sano. —Ahí es donde te equivocas —el corazón le latía vigorosamente bajo mi oreja—, y yo asumo la responsabilidad. He tomado las riendas para algunas cosas y te las he dado a ti para otras. Eso te ha dejado confusa y preocupada. Lo siento, cielo. Será más fácil seguir adelante. Me incliné hacia atrás para verle la cara. Se me cortó la respiración cuando nuestros ojos se encontraron y él me devolvió una mirada impasible. Entonces comprendí la diferencia: él poseía una serenidad inquebrantable, sólida. Eso hizo que algo se asentara dentro de mí también. El ritmo de mi respiración se ralentizó; mi ansiedad disminuyó. —Eso está mejor. —Me besó en la frente—. Iba a esperar hasta el fin de semana para hablar de esto, pero ahora es un buen momento. Tenemos que llegar a un acuerdo y, una vez establecido, no hay vuelta atrás. ¿Comprendes? Tragué saliva. —Lo intento. —Tú ya sabes cómo soy. Me has visto en los peores momentos. Anoche, dijiste que me querías de todos modos. —Esperó a que yo asintiera—. Y yo la cagué. No confiaba en que tomaras esa decisión por ti misma y debería haberlo hecho. Porque yo he sido demasiado cauto. __. Me asusta tu pasado. La idea de que Nathan indirectamente apartara de mí a Joe me resultaba tan dolorosa que me encogí todavía más, acercando las rodillas al pecho. —No le atribuyas ese poder. —No lo haré, pero tienes que darte cuenta de que hay más de una respuesta para todo. ¿Quién dice que tú me necesitas demasiado? ¿Quién dice que esa necesidad no es sana? Tú no. No eres feliz porque te frenas a ti misma. —Los hombres no...
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| | | Trouble Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 209 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/12/2009
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 9th 2013, 18:53 | |
| Capitulo 35 parte 4
—A la mierda con eso. Ninguno de los dos somos típicos. Y eso está bien. No hagas caso a la voz que tienes en la cabeza y que te está fastidiando. Confía en mí para saber lo que necesitas, aun cuando creas que estoy equivocado. Y yo confiaré en tu decisión de estar conmigo a pesar de mis defectos. ¿Vale? Me mordí el labio inferior para disimular el temblor y dije que sí con la cabeza. —No pareces convencida —me dijo suavemente. —Tengo miedo de perderme en ti, Joe. Me asusta verme privada de esa parte de mí que tanto me costó recuperar. —No permitiré que eso ocurra nunca —me prometió con vehemencia— Lo que yo quiero para los dos es que nos sintamos seguros. Lo que tú y yo tenemos en común no debería agotarnos de este modo, sino ser la única cosa sólida como una roca con la que ambos podamos contar. Empezaron a escocerme los ojos por las lágrimas incipientes. —Yo quiero eso —murmuré—. Me interesa muchísimo. —Y yo voy a dártelo, cielo. —Joe inclinó su cabeza y rozó sus labios con los míos— Voy a dárnoslo a los dos. Y tú me lo vas a permitir. *** —Parece que las cosas van mejor esta semana —dijo el doctor Petersen cuando llegamos Joe y yo a nuestra sesión de terapia del jueves por la tarde. Ésa vez nos sentamos el uno cerca del otro, con las manos enlazadas. Joe me acariciaba los nudillos con el pulgar, y yo le miré y sonreí, notando que el contacto me calmaba. El doctor Petersen quitó la funda protectora de su tableta y se acomodó en el asiento. —¿Hay algo en particular de lo que queráis hablar? —El martes fue un día duro —respondí yo sin levantar mucho la voz. —Me lo imagino. Hablemos, entonces, del lunes. ¿__, puedes decirme qué pasó? Le conté que me desperté en medio de una pesadilla de las mías y me encontré con otra de Joe. Hice un repaso de aquella noche y del día siguiente. —¿A sí que ahora dormís separados? —preguntó el doctor Petersen. —Sí —Tus pesadillas —levantó los ojos hacia mí— ¿con cuánta frecuencia se producen? —Pocas veces. Antes de salir con Joe, hacía casi dos años que no tenía ninguna. Le contemplé mientras dejaba el lápiz electrónico sobre la mesa y se ponía a teclear rápidamente. Tenía una expresión sombría y eso me provocaba ansiedad. —Yo le amo —solté de repente. Joe, a mi lado, se puso tenso. El doctor Petersen alzó la cabeza y me observó. Echó un vistazo a Joe, y luego otra vez a mí. —No tengo ninguna duda. ¿Qué te ha hecho decir eso, __? Me encogí de hombros, un poco violenta y consciente de que Joe tenía la vista fija en mi perfil. —Busca su aprobación —dijo Justin en un tono grave. Sus palabras me hicieron el efecto de un papel de lija frotado en la piel. —¿Es eso cierto? —me preguntó el doctor Petersen. —No. —¿Cómo que no? —La aspereza en la voz de Joe era palpable. —Que no es cierto —sostuve, aunque había necesitado que él lo pronunciara en voz alta para que yo lo comprendiera—. Yo sólo... es la pura verdad. Es lo que siento. Miré al doctor Petersen. —Tenemos que hacer que esto funcione. Vamos a hacer que esto funcione —recalqué— Sólo necesito saber que vamos en la misma dirección. Necesito saber que entiende que hay que descartar el fracaso. —__ —sonrió, comprensivo— tú y Joe tenéis mucho en lo que trabajar, pero por supuesto que no es insuperable. Suspiré con alivio. —Le quiero —dije otra vez, con un contundente gesto de la cabeza. Joe se puso en pie, apretándome la mano enérgicamente. —¿Nos disculpa un momento, doctor? Confusa y un poco inquieta, me levanté y le seguí hacia la zona de recepción, que estaba vacía. La recepcionista del doctor Petersen ya se había ido a casa, y nosotros éramos los últimos clientes del día. Yo sabía por mi madre que las citas por la tarde eran más caras, así que le agradecía mucho a Joe que estuviera dispuesto a pagarlas, y no una vez por semana, sino dos. La puerta se cerró a nuestra espalda, y yo me dirigí a Joe:
—Te juro que no es... —Shh. —Me cogió la cara entre las manos y me besó, moviendo la boca sobre la mía suave pero ansiosamente. Sorprendida, no tardé ni un segundo en meter las manos debajo de su chaqueta y abrazarle por la delgada cintura. Cuando su lengua acarició profundamente el interior de la mía, dejé escapar un leve gemido. Se apartó y le miré. Vi al mismo hombre de negocios guapísimo con traje oscuro que había visto el día que le conocí, pero en sus ojos... Me escocía la garganta. La fuerza, la intensidad abrasadora, el deseo, la necesidad. Con las yemas de los dedos me tocaba las sienes, las mejillas, la garganta. Me alzó la mandíbula y presionó mis labios delicadamente con los suyos. No dijo nada, pero no era necesario. Yo había comprendido. Entrelazamos los dedos y me condujo adentro de nuevo.
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| | | mari_jonas_I love Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 477 Fecha de inscripción : 16/07/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 9th 2013, 19:39 | |
| Me Encanto EL Cap! Siiiguelaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 9th 2013, 20:40 | |
| ahh Mi Joseph es tan lindo!! Siguela!! | |
| | | Ivethzitha Forista!
Cantidad de envíos : 51 Edad : 29 Localización : Donde mi mente me lleve Fecha de inscripción : 31/01/2013
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 10th 2013, 17:57 | |
| siguele no me dejes con intriga | |
| | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 11th 2013, 15:10 | |
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| | | GreciaGarcia Forista!
Cantidad de envíos : 61 Fecha de inscripción : 07/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 11th 2013, 16:55 | |
| siguelaaaaaaaa siguelaaaaaaaa ))))) Att.:Greciia<3 | |
| | | FlorJonasJB Forista!
Cantidad de envíos : 75 Edad : 28 Localización : Argentina Fecha de inscripción : 06/04/2012
| | | | aranzhitha Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 285 Edad : 29 Localización : manchester Fecha de inscripción : 26/11/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 13th 2013, 16:27 | |
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| | | mari_jonas_I love Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 477 Fecha de inscripción : 16/07/2012
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 14th 2013, 19:52 | |
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| | | Trouble Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 209 Edad : 29 Fecha de inscripción : 07/12/2009
| Tema: Re: No Escondo Nada ( Joe y tu) Megahot Febrero 14th 2013, 20:16 | |
| Capitulo 36 Parte 1
Pasé a toda prisa las puertas de torniquete del Jonasfire y sonreí en cuanto vi a Cary esperándome en el vestíbulo. —¡Hola! —le saludé, impresionada por cómo se las arreglaba para que unos vaqueros gastados y una camiseta con cuello de pico parecieran caros. —¡Hola, desconocida! —Nos cogimos de la mano y salimos del edificio por la puerta lateral— Se te ve contenta. El calor del mediodía me dio de golpe, como si me hubiera chocado contra una barrera. —¡Uf! Hace un calor infernal. Vamos a picar algo por aquí cerca. ¿Qué tal unos tacos? —De puta madre. Le llevé al pequeño restaurante mexicano que había conocido yo gracias a Megumi, y traté de que no se diera cuenta de lo culpable que me había hecho sentir su saludo.
Llevaba unos días sin ir a casa y Joe estaba preparando un viaje para el fin de semana, lo cual significaba otros cuantos días sin estar con Cary. Fue un alivio que aceptara quedar conmigo para comer. No quería que pasara mucho tiempo sin estar en contacto con él y asegurarme de que se encontraba perfectamente. —¿Algún plan para esta noche? —le pregunté, después de pedir la comida para los dos. —Uno de los fotógrafos con los que he trabajado da una fiesta de cumpleaños. Creo que voy a pasarme por allí a ver cómo está la cosa. —Se balanceaba mientras esperábamos los tacos y unos margaritas sin alcohol— ¿Sigues pensando en ir con la hermana de tu jefe? ¿Realmente queréis ir con ella? —Cuñada —le corregí—, y tiene entradas para un concierto. Me dijo que yo era su último recurso, pero, aunque no fuera así, creo que lo pasaremos bien. Nunca he oído hablar del grupo, así que sólo espero que no sea una mierda. —¿Qué grupo es? —Los Six-Ninths. ¿Los conoces?. Abrió los ojos como platos. —¿Los Six-Ninths? ¿En serio? Son muy buenos. Te van a gustar. Cogí las bebidas de la barra y dejé la bandeja con los platos para que la llevara él. —Tú los conoces y Shawna es muy fan de ellos. ¿Dónde habré estado yo?. —Debajo de Jonas y su paquete. ¿Va a ir contigo? —Sí. —Me apresuré a coger una mesa cuando vi que dos hombres de negocios se levantaban para salir. No le dije a Cary nada de la oposición de Joe a que fuera sin él. Sabía que no le gustaría, y me sorprendía a mí misma lo fácilmente que yo había cedido. Normalmente Cary y yo coincidíamos en cosas como ésa. —No me imagino a Jonas disfrutando del rock alternativo. —Cary se sentó enfrente de mí—. ¿Sabe lo mucho que te gusta a ti? ¿Y especialmente los músicos que lo tocan? Le saqué la lengua. —No puedo creer que salgas ahora con eso. Es agua pasada. —¿Y qué? Brett estaba buenísimo. ¿No piensas nunca en él? —Con vergüenza. —Cogí un taco de carne asada—. Así que procuro no hacerlo. —Era un buen tipo —dijo Cary antes de darle un enorme sorbetón a un aguachirle con sabor a margarita. —No digo que no lo fuera, pero no era adecuado para mí. —Sólo de pensar en aquella etapa de mi vida quería que me tragase la tierra. Brett Kline estaba buenísimo y tenía una voz que me ponía húmeda cuando la oía, pero también fue uno de los principales errores de mi sórdida vida amorosa anterior—Cambiando de tema... ¿Has hablado con Trey últimamente? La sonrisa de Cary se desvaneció. —Esta mañana. Esperé pacientemente. Por fin, dio un suspiro. —Le echo de menos. Echo de menos hablar con él. Es condenadamente inteligente, ¿sabes? Igual que tú. Vendrá conmigo a la fiesta de esta noche. —¿Cómo amigo o como pareja? —Qué buenos están estos tacos. —Le dio un mordisco a uno de ellos antes de contestar—. Se supone que vamos como amigos, pero tú bien sabes que probablemente lo fastidiaré todo y me lo tiraré. Le pedí que nos reuniéramos allí y después volver a casa desde allí para que no estemos tan solos, pero siempre podemos follar en el cuarto de baño o en un puñetero armario de mantenimiento. Yo no tengo fuerza de voluntad y él no sabe decirme que no. Su tono de abatimiento me dolió en el alma. —Sé cómo son esas cosas —le recordé delicadamente. Así había sido yo una vez. Estaba tan desesperada por sentirme ligada a alguien... — ¿Por qué no... ya sabes... haces algo al respecto antes? Tal vez sirva de algo. En su atractiva cara se dibujó una sonrisa lenta e irónica. —¿Me lo puedes grabar en el contestador automático? Le tiré mi servilleta, toda arrugada. Él la recogió, riéndose. —Mira que puedes ser mojigata algunas veces. Me encanta. —A mí me encantas tú , y quiero que seas feliz. Se llevó mi mano a los labios y la besó en el dorso. —En ello estoy, nena. —Aquí me tienes si me necesitas, aunque no pare en casa. —Ya lo sé. -Me dio un apretón en la mano antes de soltarla. —La semana que viene voy a andar mucho por allí. Tengo que preparar las cosas para la visita de mi padre. —Mordí un taco y organicé un pequeño zapateado, entusiasmada con lo delicioso que estaba—. Quería pedirte que el viernes, como yo tengo que trabajar, si tú estás en casa, que te ocupes de él. Haré una abundante provisión de la comida que le gusta y le dejaré algunos planos de la ciudad, pero... —Tranquila —Cary guiñó el ojo a una rubia muy mona que pasó—estará en buenas manos. —¿Quieres venir con nosotros a algún sitio cuando él esté aquí? —__, cariño, yo siempre me apunto a salir contigo. Sólo tienes que decirme dónde y cuándo para estar lo más libre posible. —¡Ah! —mastiqué y tragué rápidamente— me ha dicho mamá que el otro día vio esa cara tuya tan bonita en el lateral de un autobús. Cary sonrió. —Lo sé. Me mandó una foto que había hecho con el teléfono. Increíble, ¿verdad? —Mucho. Tenemos que celebrarlo —dije, robándole la frase que le caracterizaba. —¡Venga! **** —¡Hala! —Shawna se detuvo en la acera del complejo de apartamentos donde vivía, en Brooklyn, mirando boquiabierta la limusina que esperaba al ralentí en la calle—. Habéis tirado la casa por la ventana. —Yo no —repliqué discretamente mientras examinaba la ropa que Shawna llevaba puesta: ajustados shorts de color rojo y camiseta con estratégicos cortes y el nombre Six-Ninths impreso en ella. Iba con su brillante melena alta y cardada y tenía los labios pintados a juego con los shorts. Estaba guapísima y lista para ir de marcha, y yo me sentí justificada en la elección de ropa que había hecho: falda plisada super corta de cuero negro, camiseta blanca elástica, sin mangas, y unas Doc Martens de dieciséis agujeros de color cereza. Joe, que estaba de espaldas a nosotros hablando con Angus, se dio la vuelta, y yo me quedé tan estupefacta como cuando le vi después de ducharse y cambiarse. Llevaba vaqueros negros holgados, una sencilla camiseta negra y fuertes botas negras; no sé cómo, pero aquella combinación tan austera e informal le hacía muy sexy, y me daban ganas de tirármelo. Con traje se le veía Oscuro y Peligroso, pero más todavía cuando se preparaba para un concierto de rock . Parecía más joven, y tan apuesto que se te ponían los dientes largos. —¡Joder!, dime que es para mí —me susurró Shawna, sujetándome la muñeca como unas tenazas. —Oye, que tú tienes el tuyo. Éste es mío —y decirlo me produjo una gran excitación. Mío para exigir, para tocar, para besar. Y, luego, para follar hasta el agotamiento. Oh, sí... Ella se echó a reír cuando me vio balancearme de puntillas ante aquella perspectiva. —Bueno, me calmaré para hacer las presentaciones. Hice los honores y esperé a que ella entrase antes en la limusina. Estaba a punto de subir tras ella cuando sentí la mano de Joe debajo de la falda apretándome el trasero. Se pegó a mi espalda y me dijo al oído:
—Oye, cielo, asegúrate de que estoy yo detrás de ti cuando te inclines hacia delante o tendré que darte unos azotes en ese culo tan bonito que tienes. Volví la cabeza y apoyé la mejilla contra la suya. —Ya no tengo la regla. Él lanzó un gruñido a la vez que me pellizcaba las caderas con las yemas de los dedos. —¿Por qué no me lo has dicho antes? —Demora de la gratificación, campeón —le contesté, usando una frase con la que él me había atormentado una vez. Cuando me dejé caer en el asiento al lado de Shawna, seguía riéndome de la palabrota que había soltado Joe | |
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