MY LUCKY STRIKE
Capitulo 7Estaba tan sorprendida por su tacto y por el modo en que la miraba, como si fuese lo que siempre había buscado, que se olvidó de correr. Se olvidó de que lo odiaba y de que podía herirla, no importaba lo bien que la podía hacer sentirse.
Su silencio lo divirtió, ella lo advirtió por aquella sonrisa perezosa y por el modo en que los dedos se movían a través de sus labios. Se sentía rara, como si hubiese abandonado su cuerpo y su mente estuviera en otra parte.
-¿Quieres saber por qué? - le preguntó.
Desesperadamente, pero no podía admitirlo. Ni siquiera ahora que casi se había entregado al no apartar su mano y no reprendiéndolo por traspasar el límite de consultora y cliente. Si hablara, se traicionaría exponiendo su deseo. Intentó ver la cabeza con una mano, pero cada pequeño movimiento fue la causa de que sus dedos acortasen la distancia hacia sus labios.
Todo aquello era una locura. Tenía que decir algo. Tenía que hacerle saber que estaba allí por negocios, solamente por negocios.
Se limpió la garganta.
-No importa nuestro pasado, Nick. Solo el futuro, este en el que tú eres una celebridad respetable y yo recibo un sueldo por un trabajo bien hecho. La única razón por la que estoy aquí es para volverte un ser humano decente y tener la certeza de que fotografías como estas no aparezcan nuevamente.
Nunca antes había dicho tantas mentiras de un solo latigazo.
Llevar a _____ al sótano e impresionarla con su arte y libros había sido un golpe de ingenio. Debiera agradecerle a Paul, por la brillante idea de contratar a un consultor de imagen. Todos estos años, parte de él, había esperado que _____ se materializara en medio de la multitud del estadio, durante un partido de futbol. ¿Quién hubiera pensado que Paul Wilson sería el cerebro tras su reencuentro tan esperado?
Ella era muy sensual cuando estaba nerviosa e intentaba fingir que no lo necesitaba de la misma forma en que él la deseaba. No conseguía acordarse de la última vez que se había divertido tanto.
-Todo está bien - dijo él con sus labios a pocos centímetros de los de ella. Pensó que estaba a punto de besarla, pero no podía. Por lo menos aún no. Era necesario que ella lo besara primero, en caso contrario, ella protestaría y lo culparía de aprovecharse de la situación - tú me dices lo que tengo que hacer y lo haré.
Los ojos de ella se abrieron sorprendidos por el súbito cambio de opinión y lo miró un poco perpleja. Pensó que estaba a punto de tomar sus labios, saborearla y acostarla sobre él mientras gemía en éxtasis.
Un poco de paciencia era lo que necesitaba aprender. Porque a veces un poco de anticipación valía la pena, luego parecían arder fuegos de artificio que recompensaban la espera.
_____ recuperó pronto su compostura.
-Bien, muy bien, estoy contenta de que pensemos lo mismo. Primero, necesitas un poco de práctica para dar un toque conservador en las fotos.
Él levantó una ceja.
-¿Cómo planeas hacer eso?
-Contrataremos a un consultor especializado en medios de comunicación, para entrenarte en cómo responder preguntas y posar para las fotografías.
-Es una oferta interesante, pero no sé cómo un consultor puede ayudarme con el problema.
Las cejas de ella se curvaron hacia arriba.
-¿Cuál sería el problema? ¿El hecho de que eres muy rico? ¿O muy guapo? ¿O porque tienes demasiado éxito? ¡Por Dios!
-Por si no lo has notado, las mujeres no pueden resistirse a mí.
Los ojos de ella se estrecharon.
-Umm hum.
-Ellas no se apartarán de mí, no importa lo que haga. Será mejor que me enseñes otra forma de lidiar con ellas.
-¿Quieres decir algo diferente de chupar su lengua en público?
Aquella pequeña broma fue un poco sarcástica, lo que significaba que estaban llegando finalmente a algún lugar. Le gustó ver aquel fuego en sus ojos presintiendo que se traduciría en grandes cosas.
Y su cama era definitivamente el lugar a donde se dirigían, lo supiese ella o no.
-Ves, es por esto que tu empresa va tan bien, porque sabes exactamente como encuadrar una situación con pocas palabras.
-¿Y cuál es la situación?
No debía ser fácil, realmente no debía.
-Besos como estos, - él levantó la revista - es la manera en que he sido besado toda mi vida. Es todo lo que sé.
Ella levantó los ojos al techo.
-Si fueras otra persona pensaría que estabas de broma - él paró de respirar unos segundos mientras ella hacía una pausa -pero viniendo de ti, creo que lo dices en serio.
El contuvo una sonrisa. Había hecho cinco yardas en el primer punto. Los próximos cinco debieran ser igualmente fáciles.
-Entonces, digamos que estoy sentado en un sofá con una mujer que quiere un trozo de mí y supóngamos que existen cámaras y que alguien va a sacar una foto que saldrá publicada en los diarios al día siguiente.
-¿Piensas que voy a hacer realmente ese tipo de papel contigo? Estoy empezando a preguntarme lo que pasa en tu realidad alternativa.
Ella no pudo dejar de sonreír. Había pasado mucho tiempo desde que había mantenido una conversación tan agradable con alguien, mucho menos alguien del sexo opuesto. Sus amigos principalmente bebían, se emborrachaban o jugaban a videojuegos y las mujeres intentaban entrar en sus pantalones o en su cuenta bancaria o intentaban convencerlo para que les buscase otro jugador para entrar en sus pantalones o en sus cuentas bancarias.
-Ok - dijo él - tú serás el bombón que me enseñará cómo resistirme- bajó la mirada hasta sus pechos. - no te preocupes por que sean naturales, verdaderos o falsos, eso no hará que te libres de mí; es igual, siempre que encajen bien.
Esperaba hacerla reír en lugar de evaporarse, movió las manos en forma de cuchara y las arrastró ligeramente, como si estuviese cogiendo un peso suave.
-¿Realmente acabas de fingir que has apretado un par de pechos? - ella pareció más divertida que enfadada.
-Sabes cómo somos los deportistas. Ahora vuelve a tu papel de bombón.
-Como si fuese lo suficientemente estúpida para caer en eso.
Él era toda la inocencia representada en su cara.
-¿En qué?
Ella abrió la boca y después la cerró.
Su labio inferior era grueso y quiso hundir suavemente sus labios en la carne sensible, saber si ella temblaría y sus pezones se erguirían en respuesta.
La cosa era que ellos dos sabían que él la había arrinconado; porque ella, ciertamente, no iba a decir: estás intentado que te bese y me acueste contigo nuevamente.
No era una chica remilgada pero tenía demasiado orgullo para pensar incluso en la posibilidad de ceder.
Tenía claro que ningún hombre en el mundo la haría ceder.
-Está bien - dijo en tono airado y firme - lo que hay que hacer por la empresa - murmuró. Entonces sacudió el pelo, exageró el pecho y le hizo un mohín - justo lo que has pedido, un bomboncito para tu lado malo.
Nick nunca había intentado seducir a una mujer mientras se reía, follar había sido siempre un empeño más serio. Nunca un desafío. Intentó responderle.
-¿Con qué rapidez te irás cuando termines? - raramente follaba con alguien en su propia casa porque era más fácil cerrar los pantalones y dejarla, siempre y cuando estuviera en terreno ajeno o neutral.
-Es fácil, - dijo él - fíjate en mí.
-Puede ser difícil para ti creerlo, ya que estamos en el Mundo Extraño de Nick en este momento, pero no tengo idea de cómo aventurarme con alguien.
-¿Ni con tu estrella de futbol favorita?
-No tengo una estrella de futbol favorita - dijo ella - ni de beisbol, baloncesto o hockey. Me gusta Jensen Ackles, ¿puedo fingir que eres él?
Nick quería romperle la cabeza a Jensen Ackles, contra la pared de ladrillo. No podía pensar que realmente tenía celos del actor.
Claro que viniendo de _____ _____ existía una primera vez para todo.
-Finge que soy Jensen Ackles, entonces - dijo entre dientes.
Ella levantó la mano.
-Oye, soy _____(TN) _____(TA). Tus películas son realmente maravillosas, especialmente aquella extranjera donde finges ser el padre del chico.
-¿De qué va esto? ¿Qué tal querer entrar en sus pantalones? ¿Dónde está la adulación? ¿El dedo deslizándose por el brazo de él? ¿La mirada de quiero follarte toda la noche?
-¡No dijiste nada sobre intentar meterme en sus pantalones!
-Bien - el giró los ojos -¿Qué piensas que están intentando hacerme todas las mujeres de las fotos?
-Parece que eres tú el que intenta meterse en sus pantalones, no al contrario.
Se encogió de hombros.
-A veces soy yo, pero no tan frecuentemente como piensas.
Era verdad. Él tendía a ser un blanco móvil, las mujeres acababan echándosele encima y se peleaban hasta que una lo conseguía para una noche.
Nunca había querido a una mujer en particular, con excepción de la que estaba allí. Solo a _____. La quería cuando tenía dieciocho años y la quería ahora.
-Inténtalo nuevamente - dijo él con voz más animada.
-No veo en lo que va a ayudar esto - discutió.
-Soy como un perro viejo y tú necesitas enseñarme nuevos trucos, ¿cierto?
Ella se quedó pensando en eso durante algún tiempo y a él le gustaba observarle el rostro mientras su mente trabajaba. Era como si momentáneamente se olvidara de controlar absolutamente todo y, cuando los dientes blancos mordían el labio inferior, era más sensual que cualquier modelo o Miss Silicona.
-Definitivamente eres un perro.
Iba a dejar pasar ésta.
-Entonces es hora de intentar atraparme. No te preocupes. No me reiré.
L
o miró.
-La única razón de que no estés haciendo este ejercicio con una de mis asistentes es que no confío en ti para comportarte con ellas.
-Ellas se lo pierden - dijo él - estoy esperando y recuerda, estás intentando follar conmigo.
Suspiró con resignación, movió las pestañas y dijo con voz sexy y afectada:
-Oh Nick, eres mi jugador de futbol favorito de todos los tiempos, aunque me haya acostado con un grupo de tus compañeros de equipo ayer por la noche.
Él no pudo dejar de reír.
Más pestañas batiéndose.
-Espero que no sea mucho pedir pero, ¿te importaría que te diera un piquito y dejase que mi amigo sacara una foto, para que todo el mundo lo crea cuando digo que he besado al gran Nick Jonas?
La parodia de _____ se estaba acercando demasiado a la realidad. ¿Cuántas mujeres con las que se había acostado hablaban así o tenían el cerebro de una hormiga?
Un poco más serio de lo que quería dijo:
-¿Por qué no? Me gusta este juego.
_____ salió de su personaje.
-Dijiste que no te ibas a reír de mí.
Él levantó las manos y las colocó delante como para defenderse, en este caso, de una acusación.
-¿Me he reído?
-No, pero no voy a comportarme como una idiota, no te puedes sentar ahí actuando como un hombre formal. Necesitas ser formal.
-¿Ahora vas a decirme como representarme a mí mismo? Cierto, no hay una razón para pararte. ¿Quién soy yo para ello?
Movió la mano.
-Estás obviamente cansado de ser una estrella del deporte. Solo piensas en tus propias necesidades y estás más que dispuesto a dejarte magrear por una extraña para celebrar un buen juego.
Nick no podía recordar cuándo había sido la última vez que alguien le había dicho algo así en la cara.
-Crees que es eso lo que soy, ¿no es cierto?
Ella estrechó el ceño, posiblemente notando por primera vez que lo estaba hiriendo con sus evaluaciones al azar.
Tal vez hiciera eso a propósito. Todo era parte de la venganza.
-No solo eres tú, Nick. Todas las estrellas deportivas son exactamente lo mismo.
Quería refutarla, quería decirle que todos los tipos que había conocido pasaban más tiempo cuidando a sus familias, sus amigos y a los menos afortunados con su propia salud. Quería hablarle de su amigo Tom que había estado en aquel campo todo el día, durante cinco años, como defensor y que había dejado al otro equipo darle una paliza en su desesperación por ayudar a su familia a mudarse del montón de mierda que era la ciudad en que vivían.
Conocía tipos que trataban el futbol como cualquier otro trabajo. Llegaban a su hora, daban de si todo lo que podían y se iban a su casa a comer con sus esposas e hijos. No desperdiciaban el tiempo en bares o en salir en grupo, ganaban su dinero y hacían su vida.
Pero sabía que no había manera de hacerla cambiar de idea sobre los deportistas profesionales o sobre él. No, cuando sus ideas habían sido puestas allí hacía mucho tiempo.
Además, tenía que admitir que no estaba muy lejos de la verdad con muchos tipos a los que conocía. Incluso, en el comienzo de su carrera, con él mismo.
Pasó los dedos por el pelo.
-Está bien, te mostraré una versión muy estereotipada de mí mismo.
Le lanzó una mirada hambrienta.
-He esperado la vida entera por un beso tuyo, querida. Ven a sentarte en sobre mis piernas, pero solo si no estás usando nada debajo de esa falda corta.
Juntó sus muslos, un movimiento casi imperceptible que podría haberse perdido si no estuviese tan pendiente de ella. O, más concretamente, de cuánto la deseaba.
-Así está mejor - dijo - vamos a saltarnos el beso y a trabajar directamente en tu reacción.
No iba a dejarla abandonar de esa manera.
-No sería lo suficientemente realista. Pensé que el cambio de papeles solo funcionaba cuando todos se entregaban a sus personajes
La expresión de ella lo dijo todo. Tenía razón. Iba a tener que besarlo para enseñarle la manera de comportarse alrededor de las fans.
(Creo que hoy es el dia del sarcasmo xD estamos clara que no es por eso )-Está bien - respondió unos minutos después transformándose de nuevo en una gatita. Se deslizó cerca de él, muslo con muslo. ¿No era patética la manera en que empezó a sudar? ¿Solo por sentir su pierna a través de los pantalones?
Sí, lo fue.
Pasó la mano por su cabello y atrajo la cabeza hacia ella. Pero, en el último segundo, miró sus ojos y, en un momento, la gatita desapareció, dejando solo a _____
Fue aquella pausa en el último segundo la que casi la hizo ceder. La quería. Ahora. Quería tomar su boca, prácticamente podía saborearla.
Tímidamente, ella apretó los labios sobre los suyos y un millón de impulsos eléctricos lo atravesaron.
Aquello casi lo mató. Por favor, imploró, casi sin creer que realmente estuviera rezando, por favor, no dejes que pare.
Nunca había estado realmente seguro si sus oraciones en el campo habían sido verdaderamente atendidas antes o si solamente tenía una suerte ciega en el último instante, para poder salvar su trasero. Pero, cuando _____ empezó a explorar los contornos de su boca con la de ella, cuando la lengua terminó de saborear el borde donde los labios superior e inferior se juntaban, empezó a creer en el poder de la oración.
Su respiración era suave y dulce y él no movió un solo músculo, no quería hacer nada que pudiese estropear aquel momento perfecto. La boca se movió hacia su rostro, a su barba sin afeitar y una de las manos se movió de su pelo al rostro, al cuello; entonces ella pasó el dedo pulgar sobre el hueso de su clavícula y después buscó aquella piel con sus labios.
Un gemido casi escapó de sus pulmones, pero de alguna manera consiguió pararlo y nuevamente ella encontró su boca y esta vez fue menos tímida. Introdujo su lengua jugando con él nuevamente, deslizándose en él.
No podía dejar de devorarla ni un segundo, pero justo cuando estaba a punto de tomar el control de la situación paró de besarlo y explorarlo con su boca y con sus manos.
No lo miró a los ojos.
-Creo, Nick, que no necesito enseñarte nada - ella sonó sofocada - lo has hecho muy bien.
Si pudiera articular palabra, lo hubiese hecho. Finalmente habló con voz estrangulada.
-¿Estás jugando?
Sus ojos se encontraron.
-Has sido un perfecto caballero. Buen trabajo.
-¿Tienes idea de cuánto te deseo en este momento? - gruñó - y no por estar representando un papel estúpido o porque quisiera que fueras una fan
Ella movió la cabeza e intentó coger su carpeta, entonces vio con horror que ésta se deslizaba de sus dedos y fue a parar bajo la mesa del café.
-No puedo hacer esto - susurró y él no supo si estaba escuchando sus pensamientos o si quería hablar en voz alta.
Todo en lo que atinaba a pensar cuando la miraba era: te he querido cada día, cada minuto y cada segundo que ha pasado desde la última vez que te vi.
¿Era aquello verdad? ¿Realmente lo pensaba? ¡Joder! lo pensaba. Ahora que ella estaba allí, sentada frente a él, ahora que lo había besado, sabía la verdad.
Si ella supiera cómo se sentía, su poder sobre él sería como un cuchillo de carnicero brillante y lo hundiría en su corazón para vengarse como ella creía que merecía.
-No es cierto - dijo en vez de admitir el estúpido torbellino de la verdad